Los mercados tiemblan: hay que reforzar la supervisión
1. opinión
Luis Pineda, presidente de Ausbanc
4 AUSBANC febrero16
L
a situación de los mercados finan-
cieros se está enrareciendo por
momentos –y no sólo en España–
como consecuencia de las incertidumbres
políticas actuales.
Hay varias señales que indican este em-
peoramiento, especialmente la liquidación
y cierre de varios fondos de los denomina-
dos ‘basura’, lo que ha dejado a inversores
del mundo entero en vilo ante un posible
desplome de los ‘bonos basura’. La duda
que se plantea es si se trata de hechos
puntuales o, por el contrario, son los sín-
tomas de que nos encontramos ante una
crisis semejante a la de finales de los años
90 e inicios del presente siglo, o a la más
cercana que se inició en 2008.
Se nos plantea un nuevo reto, que pasa
por incrementar los controles –no nece-
sariamente cambiando las reglas de jue-
go– y, por tanto, reforzar el papel de los
supervisores. En la entrevista que me rea-
lizó Alberto Avendaño y que se publicó el
pasado 20 de diciembre en The Washing-
ton Post, pedí a los reguladores de Europa y de Estados Unidos
la creación de marcos regulatorios que enfrenten las prácticas
fraudulentas del sistema financiero.
Denunciaba en esta entrevista que los beneficiarios del mo-
deloactualsontanpocos,querepugnaquealguienpienseque
va a ser uno de los elegidos y que los mercados financieros
pueden ser el principio del fin de las economías occidentales,
al apostar por el camino corto y sin esfuerzo.
En España, ha sido el propio subgobernador del Banco de
España, Fernando Restoy, quien el pasado 18 de enero recogió
el guante que lancé y defendió públicamente que el próximo
gobierno acometa la “reforma del modelo de supervisión”, de-
fendiendo la opción conocida como ‘Twin Peaks’, que se basa
en dividir las funciones supervisoras en dos organismos inde-
pendientes que vigilen, por un lado, la solvencia y por otro, la
conducta. Modelo que, por cierto, ya ha sido adoptado en el
Reino Unido.
Este mecanismo de supervisión es, posiblemente, un exce-
lente comienzo, pero está lejos de ser una solución completa,
puesto que no resuelve el problema de asegurar la indepen-
dencia del regulador. Es decir, del legislador, de quien, en
definitiva, depende el marco regulatorio por el que abogaba,
poniendo como foco potentísimo que hace ese camino transi-
table la Declaración Universal de Derechos de los Usuarios de
los Servicios Bancarios y Financieros que, precisamente, pre-
sentamosconungranéxitoenWashington
a principios del pasado mes de noviembre.
A esta situación internacional España
no puede ser ajena. Nos encontramos con
la fuerte exposición de las familias a los
mercados, con la consiguiente pérdida de
riqueza a la que se enfrentan, ya que nada
más y nada menos que el 37% de sus aho-
rros se encuentran en renta variable o en
fondos de inversión.
La cifra invertida en estos productos fi-
nancieros es muy superior a sus ahorros
en efectivo –prácticamente, hasta diez ve-
ces– y ha ido aumentando en búsqueda de
mayores rentabilidades que los depósitos
bancarios. De hecho, las entidades finan-
cieras han fomentado el trasvase de de-
pósitos a los fondos para incrementar sus
ingresos por comisiones, de las que andan
tan necesitadas.
Estos riesgos a los que se enfrentan las
familias no se han visto todavía reflejados
en las cifras de la economía real, en parte
ocultos tras la bajada del petróleo.
Por eso, desde Ausbanc vamos a seguir luchando por esas
economías que se tienen que enfrentar día a día a múltiples
riesgos y conductas inadecuadas. Una de ellas, sin lugar a
dudas, es la cláusula suelo, que este mes han sufrido otro va-
rapalo por parte del Abogado General del Tribunal de Justicia
de la Unión Europea, y que todavía está presente en cientos de
miles de hipotecas.
En efecto, el pasado mes de enero se conocía el dictamen
previo del Abogado General del Tribunal de Luxemburgo ante
la cuestión prejudicial planteada por un juzgado mercantil de
Barcelona. En ese dictamen, afirma que el procedimiento co-
lectivo contra la cláusula suelo instado por Adicae –la famosa
y perjudicial demanda trampa– “constituye un obstáculo” para
la protección de los consumidores, defendiendo asimismo el
derecho de los perjudicados por Adicae a “desvincularse” de
ese procedimiento colectivo y emprender, si lo consideran
oportuno, acciones individuales en defensa de sus intereses.
Precisamente la tesis que siempre, contra viento y marea,
hemos defendido en Ausbanc y gracias a la cual hemos con-
seguido que más de 2.400 millones de euros comprometidos
en cláusulas suelo vuelvan al bolsillo de las familias y de los
titulares de las hipotecas. Como en otras muchas ocasiones,
Ausbanc denunció la ilicitud de estas cláusulas abusivas fren-
te al consumerismo oficial y subsidiado que las defendía de
una u otra forma. El tiempo, como siempre, nos da la razón.
“Desde
Ausbanc
vamos
a seguir
luchando por
las economías
que tienen
que
enfrentarse
día a día a
múltiples
riesgos y
conductas
inadecuadas”
Los mercados tiemblan:
hay que reforzar la supervisión