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¿Què Pasa Brasil?
1. Amèrica Latina, Continente Periférico.
En América Latina nos cobijan los mismos conflictos políticos, sociales y económicos. En breve y
simple, los orígenes de la educación, hace referencia a aspectos como, por ejemplo, ¿cómo hicieron
nuestros antepasados, para desarrollar el conocimiento y realizar descubrimientos; que nos permiten
estar en este nivel de la evolución?
Desde nuestro particular enfoque, el desarrollo de la lengua hablada y la concreción de formas
escriturales; suponen supusieron un logro fundamental. Queda claro que no vamos a efectuar un
recorrido por todas las fases de la historia de la Humanidad. Pero si pretendemos destacar aquellos
aspectos que nos permiten situar una determinada perspectiva; de tal manera que podamos
establecer algunos elementos básicos en lo que respecta al significado que ha tenido la Escuela;
entendida como sistematización de procesos culturales, hasta convertirlos en instrumentos
organizados y secuenciales, por área del conocimiento. Esto es lo que definimos nosotras y nosotros
como implementación académica.
La sociedad no puede entenderse como un todo organizado. No es una estructura homogénea. La
cultura identifica y caracteriza a cada grupo humano y/o grupo social. Esto, en consecuencia, ejerce
como aspecto de diferenciación. Todos los pueblos y los individuos tienen una manera de ver el
mundo y de identificarse con él. Pero también, tienen una manera de transformarlo. Así en punto de
partido sea unos mismos insumos que otorga la Naturaleza y que introducen lo que podríamos llamar
pautas o áreas del conocimiento. Así entendido, entonces, la física y la química y las matemáticas y
la filosofía y la antropología y la geología, etc., son construcciones, categorizaciones que identifica n
esos insumos o áreas y permiten, por esto mismo, el desarrollo de esas áreas del conocimiento.
La prehistoria americana tuvo periodos culturales (Paleo indio; Arcaico, Formativo, Clásico y
posclásico). Aunque no todos los grupos nativos tuvieron las mismas etapas en su desarrollo. Además,
algunos se extinguieron y otros quedaron en el primero o segundo periodo cultural.
Ahora bien, la mayoría de nuestros nativos y nativas, tenía una cultura propia , cuando llegaron los
invasores, muy pocos grupos habían alcanzado el nivel Clásico y solamente tres habían llegado a la
época posclásica. Por lo tanto, dichos períodos, no tuvieron igual duración en todas las poblaciones;
variaron según las condiciones geográficas en donde vivieron.
No nos extenderemos, como dijimos arriba en el seguimiento de los cinco periodos. Únicamente,
destacaremos el período Posclásico; ya que a este estadio llegaron tres grupos sociales que formaron
poderosas grupos sociales (…no nos atrevemos a designarlas como naciones, en razón a la
complejidad de elementos que es necesario tener en cuenta para esta tipificación) , organizados, con
gobiernos fuertes y, además, se lanzaron a la conquista de territorios vecinos.
6 Sartre, Jean Paul. “El sery la nada”, editorial Altaza, 1993, página 397.
2
Las denominaremos como tres culturas. Bienes diferentes entre sí. Pero tenían un soporte común,
en lo que respecta a la organización política. Basaban sus códigos o leyes en la religión. Ya fuese que
rindieran culto al Sol, o a la Luna o a los animales, o al viento. Se gobernaba con mano dura. Algunas
estaban organizadas de tal manera que, conociendo la diferenciación propuesta por Leo Huberman,
se podrían asimilar a lo que se conoce como sociedades feudales. No había escuelas (en términos de
organización y desarrollo del conocimiento). El conocimiento se transmitía por la vía oral y en posición
de parentela.
La Cultura Maya, desarrolló amplios conocimientos en astronomía, matemáticas y artes plásticas.
Crearon un sistema vigesimal de numeración. Inventaron un signo equivalente al cero. Fue el único
pueblo americano que poseyó un verdadero tipo de escritura jeroglífica. Y, como casi todos los
pueblos, fueron maestros en arquitectura e ingeniería. Todavía, hoy, no explicamos cómo
desarrollaron tales conocimientos aplicados en sus construcciones.
La Cultura Azteca, más que en la anterior, la religión era el énfasis en el dominio. Regía sus
actividades económicas, su militarismo, su conocimiento y sus representaciones artísticas. Un tipo de
organización feudal. Sobresalieron en arquitectura, escultura, cerámica, metalurgia y textilería.
La Cultura Inca (fue el único imperio organizado y centralizado en América Latina). Todas las
actividades del individuo (hombre y mujer) estaban severamente controladas. El Estado cuidaba de
que todos tuviesen trabajo y se ocupaba del sostenimiento de los viejos e incapacitados.
Para el control del imperio, construyeron una red de caminos de más de 4000 kilómetros que unía el
Cuzco con las principales ciudades. Por ellas se desplazaban los Chisques o corredores de relevo, que
llevaban mensajes del emperador. La casta sacerdotal era numerosa y se encargaba de la educación
de los nobles (…y es que ha sido una tradición. Tal parece que, desde siempre, la educación ha sido
para quienes poseen el poder. El resto…). Aún sin muchos adelantos, la industria textil se consideraba
la mejor de la América Indígena.
No más con estas tres culturas, podemos observar algunos elementos que no han cambiado. Cuando
aseveramos esto, es apenas obvio que se trata de una postulación referida a los conceptos de
educación y de división de clases, segmentos o sectores de la población. Esto traduce que, en este
contexto, no tenemos en consideración la modificación cultura, económica y política que se produjo
después del ingreso de los invasores a nuestro territorio. Por ejemplo, helecho relacionado c on la
educación. Esta, siempre, ha estado dirigida a las élites y ha constituido un instrumento de control y
de dominación. Algo así como un privilegio y no un derecho. Los gobiernos se abrogan el derecho
de decidir cómo debe ser la educación y a quienes, en últimas, debe beneficiar. Los avances
científicos quedan al garete. La investigación queda a merced de quienes controlan el presupuesto
estatal.
Si bien es cierto que, nuestros nativos, se transmitían los conocimientos adquiridos; sin mucha
disciplina, y en el entendido de su significación, relacionada con el control del conocimiento y,
colateralmente, del poder.
Vale la pena otra precisión: las etapas de la civilización nativa, no fueron iguales a las de Europa,
Asia y África. Las clasificaciones del paleolítico, neolítico, edad del bronce y del hierro; no son
aplicables al estudio del desarrollo cultural de los (as) primitivos (as) americanos. Porque, ni los
materiales de trabajo empleados, ni las técnicas desarrolladas coincidieron con aquellas. Tampoco
hubo coincidencia en el tiempo; ya que nuestras culturas comenzaron a desarrollarse, cuando los del
llamado Antiguo Continente, tenían milenios de preparación.
En conjunto, después de muchos siglos de evolución, solamente pocos grupos humanos y social es
alcanzaron un alto grado de desarrollo cultural. El lento desarrollo cultural de nuestros prehistóricos
3
Antepasados, comparado con el de Europa y Asia; se debió en gran parte al aislamiento
geográfico de nuestra América.
La historia colonial de Brasil se diferencia claramente de la de la Amèrica
española, por distintos motivos:
-Un nacimiento discreto y un desarrollo progresivo, al ritmo de la ocupación
territorial. Hasta finales del Siglo XVII, Brasil tenía la configuración de un
archipiélago, puesto que los diferentes enclaves coloniales se comunicaban por
mar antes que por tierra. La ocupación del interior de Brasil sólo empezó
realmente hacia 1670.
-Una evolución demográfica diferente. El Brasil precolombino estaba poco
poblado y poseía un nivel cultural que no permitía de forma inmediata una
explotación económica intensa. El porcentaje de blancos era considerable: En el
Brasil colonizado, aún insignificante de finales del siglo XVI; sólo había 57.000
habitantes, entre ellos 26.000 blancos, de 18 a 19.000 indios sometidos, cifra
muy baja, y casi 14.000 negros. Esta primera estructura demográfica se
mantuvo, porque la población portuguesa representó siempre un alto porcentaje.
Los indios nunca alcanzaron la mitad de la población y a menudo eran
esclavizados, tras ser capturados durante las grandes expediciones de caza del
hombre de los bainderantes paulistas a partir del siglo XVII; los negros pronto
resultarán un elemento esencial para para las actividades económicas
dominantes: caña y molinos de azúcar, minas de oro, plantaciones de algodón,
tabaco, cacao…(Benassar: La Amèrica española y la Amèrica Portuguesa –Siglos
XVI-XVII, página 252-)
2. Contextos teóricos (lógicos y filosóficos)
Sea lo primero, señalar un referente; fundamentado en el rol de América Latina, en el sentido de
sociedades y estados periféricos. Este último término, bordea la caracterización social, económica y
política asumida por la teoría marxista. Esto no supone, en concreto, una determinada alineación.
Simplemente es retomar algunos elementos teóricos propuestos desde diferentes instancias
relacionadas con el análisis socioeconómico e histórico.
Se trata, en consecuencia, de asumir conceptos asociados al significado que adquieren los (as) sujetos
(as) individuales y colectivos (manera de asociaciones y/o instituciones). El problema es mucho más
complejo de lo que imaginamos. Veamos, por ejemplo, lo siguiente: dado que, el estado, subsume a
los individuos y las colectividades, la búsqueda de momentos y opciones de intervención social; se
entienden asociadas a una determinada gestión. Y, esa gestión, debe coincidir o no con los propósitos
societarios construidos e inmersos en el concepto de estado. En el evento de no coincidir, entonces,
se configura una gestión herética. Veamos esto en términos del documento, citado arriba, “la
Educación Superior en América a Latina”
“…Tal vez, en lo conceptual, se ha erigido como fundamento predominante, la noción que replica los
esquemas sociológicos y de la teoría económica ortodoxa. Esto en lo que tiene que ver con el análisis
tendencial y efectivo que compromete el desarrollo, incluido lo cultural, como instrumento que se
supone inherente a las hipótesis y variantes utilizadas…
…Se configura, así, un cuadro conceptual y práctico, complejo; en el cuales exhiben consecuencias
que obligan al manejo de insumos como imposición, a partir de esas mismas condiciones de
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segregación. El planeta se homogeniza en razón a que se le imprime un hilo conductor centrado en las
exigencias y los perfiles originados en el centro (ver: ¿qué es el poder?, citado arriba)… (Sic) es una
figura que pretende el equilibrio a partir de su proyecto de vida y de sus perspectivas.
…Es obvio, de todas maneras, que las contradicciones actúan como instrumento tendencial hacia
rupturas, con implicaciones de desestabilización de ese “ordenamiento
Cultural, político y económico”. Es ahí en donde emergen posibilidades de confrontar la ortodoxia que
se reivindica como referente…”1
Visto así, entonces, puedo afirmar que la construcción de una opción determinada de universidad,
supone establecer con claridad las condiciones sociales, políticas y económicas del entorno inmediato
y las condiciones en que se desenvuelven las variables asociadas al desarrollo del ámbito
internacional. Por esto mismo, el registro de la economía de mercado, se asume como yunta que
impide la autonomía de los países periféricos.
En su obra “La Fantasía Organizada”, el sociólogo e investigador social, Celso Furtado, efectúa un
recorrido histórico en torno a la creación y desarrollo de la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL). Considero pertinente transcribir un aparte del texto. Con la salvedad de que, si
bien es cierto habla del Brasil; de todas maneras se puede asociar con América Latina; dadas las
condiciones relativamente similares.
“…En razón de los cambios de dirección que sufría la economía internacional, del enorme atraso en las
inversiones infraestructurales y del bajo nivel del ahorro interno, Brasil no reunía las condiciones
mínimas necesarias para poder comenzar una política de desarrollo. La situación era semejante a la de
los países de Europa occidental devastados por la guerra, con el agravante de que la capacidad de
ahorro de Brasil era menor, en caso de recuperación, y también menor en su poder de auto
transformación, lo que hacía más serio el problema de la balanza de pagos. La inflación se mantenía
tan intensa como en el período de la guerra, sin que los asalariados dispusieran de cualquier
instrumento de defensa contra ese flagelo. En consecuencia, crecía la intranquilidad social. El
gobierno, inseguro, respondía con la violencia, atribuyendo la culpa de la insatisfacción del pueblo a
los “comunistas”. Volvían a la superficie los viejos demonios hace poco conjurados…”2
En un contexto como el planteado por el sociólogo C. Furtado, destaco la fuerza de los hechos
relacionados con el desarrollo de América Latina. De una parte, discontinuo. De otra parte, asociado a
la condición de rezago económico. Pero, también en presencia de regímenes antidemocráticos, como
una de las variantes del ejercicio político centrado en posición de elites gobernantes.
Desde mi interpretación, es ahí en donde debe adquirir expresión el análisis crítico de la academia y,
como colateral, la fijación de alternativas. Es algo así como entender que no existe función y
responsabilidad social, sin unos instrumentos teóricos y prácticos que conlleven a socializar el
conocimiento.
Es necesario,aquí,proponer unaopción teórica,en torno a Carlos Marx y su propuesta. Es relevante,en razón a
que “”el socialismo de Lula”, desenvuelve en un entendido absurdo.
En términos de cultura, la humanidad, ha tenido momentos históricos que han sido identificados,
analizados y caracterizados. El seguimiento de esta cronología, permite establecer algunos
referentes. Uno de ellos, tal vez el fundamental, tiene que ver con relacionar la construcción n
progresiva del concepto de sociedad; a partir de la iteración primaria y directa entre los diversos
grupos humanos y entre estos y los sujetos individualmente considerados.
1 Pira Claudia y Cano P., obra citada, página 3
2 Furtado, Celso. “La fantasía organizada”, Editorial universitaria de Buenos Aires, primera edición en
Colombia, febrero de 1989, página 36.
5
En ese proceso de indagación, hacia la identificación de los momentos históricos de la humanidad,
aparecen expresiones teóricas que definen, en sí mismas, posiciones diferenciadas. Porque, entre
otras cosas, esa indagación aparece asociada con áreas del conocimiento que hacen parte de la
cultura. Esto es lo mismo que entender la siguiente dinámica: la cultura es un producto de la
aparición, desarrollo y consolidación de la especie humana. Por lo tanto, entonces, está vinculada
con el desarrollo del conocimiento. En este contexto, el primer momento de la cultura está
relacionado con el conocimiento de la naturaleza, el nexo con la misma y el proceso de
diferenciación. Este último, incluye, como elemento fundamental, la interpretación del rol de los
sujetos. A su vez, ese rol, está anclado con la razón de ser de la presencia y el origen mismos.
6
Como quiera que este último aspecto conlleve a la construcción de opciones teóricas; en diferentes
áreas de las ciencias sociales; estas constituyen expresiones a partir de las cuales se desarrollan
posiciones de confrontación. Algo así como entender que, constituyen referentes a partir de los
cuales se desarrollan escuelas de pensamiento que han incidido de manera profunda en el
desenvolvimiento cultural de la humanidad.
Ahora bien, desde una interpretación vinculada con grupos etarios, resulta importante intentar una
indagación en la cual se pueda precisar acerca de la manera como el progreso cultural de la
humanidad, particularmente en lo que respecta al estudio de las relaciones sociales y la
interpretación del rol de los individuos en ella; ha incidido en los grupos humanos específicos. En
mi caso, considero pertinente situar esa indagación en la incidencia de ese progreso cultural en la
juventud.
Pero no tanto en términos tangenciales o etéreos. Se trata, por el contrario, de situarla en relación
con el pensamiento filosófico, social y político. Por la conexión que tienen estas áreas del
conocimiento. Y, desde mi percepción, por la trascendencia que han tenido y tienen en la búsqueda
y concreción de opciones de participación social, colectiva e individual. E, inclusive, en esa misma
perspectiva, la indagación debe remitir a preciar el sentido de esa incidencia. Algo así como tratar
de dilucidarla en conexión con la razón de ser del sujeto individual y de su nexo con el modelo de
sociedad prevaleciente en un periodo histórico determinado. Es un poco la remisión a la angustia
que genera ese nexo. Veámoslo así:
“…La proposición de Sigmund Freud acerca de que la civilización está basada en la subyugación
permanente de los instintos humanos ha sido pasada por alto. Su pregunta sobre si los sufrimientos
infligidos de este modo a los individuos han valido la pena por los beneficios de la cultura no ha
sido tomada muy seriamente –tanto más cuanto que Freud mismo consideraba el proceso
inevitable e irreversible. La libre gratificación de las necesidades instintivas del hombre es
incompatible con la sociedad civilizada: la renuncia y el retardo de las satisfacciones son los
prerrequisitos del progreso. La felicidad, dice Freud, no es un valor cultural. La felicidad debe ser
subordinada a la disciplina del trabajo como una ocupación de tiempo completo, a la disciplina de la
reproducción monogámica, al sistema establecido por la ley y el orden. El metódico sacrificio de la
libido es una desviación provocada rígidamente para servir a actividades y expresiones socialmente
útiles, es cultura…”1
De esta manera, entonces, desembocamos en una opción teórica en la cual aparece el (la)
individuo, en relación con la sociedad, pero desde una perspectiva en la cual todo le puede
aparecer ajeno. Esto, en la medida en que la “cultura”, aparece como una construcción ya realizada
en sus expresiones fundamentales. Es decir, encuentra unos referentes que lo (a) sitúan en una
especie de relación de dominio; en donde él (ella) es el dominado (a).
Cabría, en consecuencia, la pregunta: ¿dónde queda la autonomía del (la) sujeto? Es ahí, en esta
pregunta, en donde la individualidad se desenvuelve de manera constante. Y esto ha sido así,
desde que la humanidad se desprendió simbólica y efectivamente de la Naturaleza. Es decir, desde
cuando los y las humanos (as), comenzaron su tránsito, de manera independiente y empezaron el
proceso de dominación del mundo exterior.
1 Marcase, Herbert. “Eros y civilización”. Ed. Seix Barral S.A, Barcelona 1969. Cuarta edición
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Visto así, la cultura (en su expresión más relevante y trascendental: la colectivización, la sociedad),
se erige como mecanismo de control. Por cuanto, supone un sometimiento, una desarticulación y
avasallamiento de la libertad individual. En la obra citada arriba, Marcuse expresa:
“…El despotismo patriarcal original llegó a ser así un orden efectivo. Pero la efectividad de la
organización sobreimpuesta de la horda debe haber sido muy precaria, y consecuentemente el odio
contra la supresión patriarcal muy fuerte. En la construcción de Freud, este odio culmina en la
rebelión de los hijos exiliados, el asesinato colectivo y la decoración del padre, y el establecimiento
del clan de hermanos, quien a su vez diviniza al padre asesinado e introduce aquellos tabús y
Contenciones que, de acuerdo con Freud, generaron la moral social… ”2
Lo cierto, entonces, es que ha existido una represión constante de la individualidad, desde el
mismo momento en que se configura la sociedad. Y, en este proceso de represión, una de las
construcciones más relevantes, ha sido la familia. Porque en esta s e reproducen los esquemas y los
métodos de coacción. Allí, aparece la figura de la autoridad, como condición necesaria para el
mantenimiento del orden y del sometimiento.
En este trabajo, al abordar el análisis del rol de la teoría marxista, en el proceso de confrontación a
esas relaciones de dominio; se parte de un prerrequisito básico: la caracterización de la posición
asumida por Carlos Marx, como una expresión en contravía de la noción de sociedad, a partir de la
represión del (la) sujeto (a) individualmente considerado(a). En otras palabras, se asume como
fundamento y como hilo conductor la reivindicación de la autonomía y la libertad. Por esta vía, en
consecuencia, se erige como posible una conclusión trascendental: En paralelo (y en los momentos
de ruptura, de fricción) a la utilización de los mecanismos de coerción y represión inherentes a la
sociedad, ha habido una lucha constante por construir una opción en la cual la libertad y la
autonomía sean la razón de ser de la acción individual.
En principio, la opción propuesta por Marx, estuvo centrada en la interacción con la confrontación
filosófica. Conocedor de las doctrinas que lo precedieron. Estudioso de las historia de la filosofía.
Desde los clásicos griegos y las expresiones renacentistas; hasta las teorías propuestas por Kant y
Hegel. Particularmente en lo que tiene que ver con la relación entre el ser humano y la Naturaleza.
Y, consecuencialmente, en lo que respecta al significado de la percepción y análisis de la realidad.,
En ese contexto, abordó uno aspecto central vinculado con el ser y la conciencia. Además, como
elemento colateral, lo concerniente al método de deducción e inferencia. Surge, en ese proceso,
una opción contestaria hacia la posición kantiana, en principio, y hegeliana, posteriormente. Se trata
de la confrontación al entendido del origen de la dialéctica como instrumento asociado a la razón y
el nexo de esta con el ser y con el conocimiento.
Por esa vía, Carlos Marx en comunidad teórica con Federico Engels, desarrollaron una posición que
prefiguraba un método diferente para estudiar el origen de la humanidad. Un efecto colateral
central de esa visión, tiene que ver con su incidencia en la manera de estudiar y comprender el rol
de la cultura y de la sociedad como una de sus construcciones fundamentales. Esa incidencia
incluye la interpretación de las opciones políticas y de las relaciones de dominio establecidas.
En su obra “El ser y la conciencia”, S.L. Rubinstein, expresa, al respecto:
2 Ibíd., página 69
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“…El pensamiento humano, insaciable en su curiosidad, se aplica con creciente fervor y éxito al
estudio del Universo, adquiere nuevos conocimientos acerca del mundo material-infinito-tanto en la
esfera del macrocosmo como en la del microcosmo; elucida la estructura del átomo y la de los
astros; paso a paso, va resolviendo los problemas que la naturaleza le plantea sin cesar. Movido
por su curiosidad de saber, el hombre no podía dejar de dirigirse a sí mismo para meditar en torno
al problema de las relaciones que existen entre el pensamiento y la naturaleza, entre lo espiritual y
lo material, problema básico de la filosofía. La divisoria entre idealismo y materialismo, principales
corrientes en pugna dentro de la filosofía, nos viene dada, precisamente, por la manera distinta de
resolver dicho problema. Es obvia la importancia teórica de la cuestión.
Ahora bien, los grandes problemas teóricos, planteados en su justo término y bien comprendidos, son, a la
vez, problemas de extraordinaria trascendencia práctica. Ver como es debido los problemas teóricos
importantes, significa verlos en su conexión con los problemas esenciales de la vida…”3
Queda, pues planteado, un problema vinculado con la noción del ser y de la conciencia; en
términos de su expresión en el contexto de la historia de la humanidad d y de las realizaciones
culturales de la misma. Pero, al mismo tiempo, queda planteado un asunto que recorre al anterior
de manera transversal. Es lo siguiente: en razón a que los (as) sujetos (as), individualmente
considerados(as), tienen percepciones diferentes de la realidad. Y, así mismo, en razón a que la
sociedad ha establecido unos referentes precisos a partir de los cuales ejerce un control directo, en
veces, sutil, en otras veces; es apenas obvio deducir la importancia que adquiere una posición que
se construye a partir de la confrontación esos referentes básicos. Queda claro que, aquí en esta
aseveración mía, no le estoy endilgando a Marx una postura en contravía de los logros alcanzados
por la sociedad. Ni tampoco, en lo que significa la sociedad como logro al cual se accede por la vía
del progreso colectivo e individual. De lo que se trata, es de establecer que la confrontación alcanza
a los niveles institucionalizados que ejercen como referentes que configuran la represión al
quehacer individual libertario.
En términos de evolución histórica, la teoría marxista, ha construido los insumos para transferir a
las acciones individuales y colectivas, una connotación asociada a la confrontación al ordenamiento
establecido. Es algo así como entenderlo en una dinámica contradictoria; como quiera que está
centrada en la visión dialéctica. Tanto de la sociedad, como también de las instituciones que la
soportan en su aspecto político básico: el Estado, las relaciones de producción y las instituciones
colaterales que coadyuvan a concretar las relaciones de dominación.
Ahora bien, los y las jóvenes, como grupos etarios que adquieren una identificación determinada;
en contextos sociales, políticos e históricos diferentes; son y han sido sujetos (as) de presencia
constante en el proceso de construcción de nuevas opciones. Pero, al mismo tiempo, son y han
sido sujetos (as) sobre lo (as) cuales se ha establecido y se establecen unas determinadas
condiciones de coacción y de dominio. Porque, entre otras cosas, los r eferentes establecidos en la
sociedad validan y han validado unas expresiones que se presentan como inamovibles. Dentro de
ellas se destaca: la noción de autoridad, de moralidad y de familia.
3 Rubinstein, S.L. “El ser y la conciencia”. Ed. Juan Grijalbo S.A., segunda edición en español, página 2.
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En la cita presentada arriba, cuando reivindico la opción freudiana para interpretar la represión
hacia el (la) sujeto (a); no hago otra cosa que postular una relación entre esa interpretación de
Freud y los postulados de la teoría marxista en lo que respecta a la confrontación de la
caracterización del significado de los mecanismos de control social.
Tal vez, uno de los momentos de mayor trascendencia, desde el punto de vista de la intervención
de los y las jóvenes, en el proceso de confrontación de los referentes establecidos y que actúan
como mecanismo de control social y cultural; tiene que ver con las expresiones del movimiento
estudiantil francés, en mayo de 1968. Fue algo así como la inauguración de las acciones colectivas
juveniles en contra de los referentes vigentes en Europa. Porque no se trató, simplemente, de unas
acciones a partir de determinadas reivindicaciones puntuales de los y las estudiantes. Trascendió a
niveles que involucraban a las instituciones de control. Algo así como reformar, transfiriéndole una
connotación ideológica y política concreta, los procesos que se venían presentando en Norteamérica
y en Europa, en el curso de la denominada década del sesenta; a partir de las expresiones
contestatarias de los y las jóvenes (el movimiento hippie, por ejemplo); a partir de la música y las
acciones de irreverencia.
Si se quiere, entonces, el Mayo Francés; así como las expresiones del movimiento estudiantil en
Méjico por esa misma época. O del movimiento estudiantil en Alemania; constituyen momentos
cruciales en las expresiones de los y las jóvenes. Independientemente del grado de certeza y/o del
conocimiento acerca de la influencia del pensamiento marxista en estos hechos; lo cierto es que
tienen un cimiento común: la confrontación al orden establecido; en lo que este tiene de coercitivo
y represor de la individualidad y de la libertad.
Los ejemplos presentados, en lo que respecta a acciones organizadas de los y las jóvenes, no
pueden ser vistos como absolutos. Mucho menos como los únicos. Constituyen, apenas, y así lo
expresé en su momento., una muestra de la trascendencia que adquiere la noción de libertad y de
confrontación a los íconos impuestos como modelos; por parte de quienes han pretendido y
pretenden erigirse como representantes0 y referentes.
Quiero terminar, a manera de ilustración,con la siguiente expresión:”…Detrás de todas las diferencias entre las
formas históricas de la sociedad,Freud había visto la básica inhumanidad común a todas ellas,y los controles
represivos que perpetúan, en la misma estructura instintiva, la dominación del hombre por el
hombre…”4
Hugo Chávez, no pudo ocultar su aversión por la verdad. Eso venía desde mucho tiempo atrás. El
referente más notorio, tuvo que ver con su participación en el movimiento que lo ungió como
primer poderdante del reino de las “Avispas”. Un poco de coincidencia con la hecatombe
presentada en la ciudad en la que había vivido siempre. Eso de “las Avispas”, hacía alusión a los
sujetos que entronizaron un complejo procedimiento en relación con la matanza conocida, en “Valle
Perpetuo”. Una historia ejercida y vivida, como aplicación de la pena de muerte a quienes, antes de
ellos, había desarrollado un modelo de novedad. En eso de andar sembrando la ternura. Y es que,
la ternura la habían desaparecido aquellos mediáticos próceres vinculados con la ubicación de la
libertad, como mero cuerpo obsoleto. Esto, en su lenguaje, suponía la erradicación de cualquier
ideología de cuerpo. Allá, en lo que se llamaba “la postulación de la ignorancia, como envolvente
penuria conceptual”.
4 Marcuse,Herbert, obra citada, página 235.
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Hugo Rafael había nacido con la impronta de la desidia y la maldad. Esto, en términos no
necesariamente moralistas. En el pasado, la disquisición se proponía como opción venida a menos.
En ese estar yendo, por la vía de asfixiar cualquier disidencia. Él mismo había vivido todo el pro ceso
agresor de las voluntades y los sujetos que suponían que “cada paso, debe ser entendido como
posibilidad libertaria. O, por lo menos, como secuencia tendencial hacia la opción pura de la
solidaridad en el cuerpo vigente de la humanidad”. Era algo así como pensar en el presente, como
única posibilidad de acceder a la ilusión de sufrir los quebrantos de la vida. Ya, de por sí, en
continua minusvalía. Galtieri, pues, se hizo sujeto actuante. Como el émbolo que, en ambos
sentidos, succionaba y expelía el fuego aplastante. En aplicación de los vestigios considerados,
hasta ahora como irrelevante,
Y, Él. Posicionado como norte inverosímil en la conjugación del verbo pensar. Digo esto, en razón a
que, lo suyo, se fue construyendo paso a paso. Desde los tiempos de la invención de la vida como
sucinta visión sin dolientes. Él mismo había elaborado los códigos del quehacer doloroso. Podría
pensarse que, él mismo, había consumado el rito iniciático de la desventura. Como decir que fue
acicalador de las tormentas infames en contra de la calidez y la libertad. Entonces, Eduardo Galtieri,
se hizo fuerte en el sur del sur. Allí en donde fueron convocados “los hombres de bien. Dispuestos
a hacer valer cada pulso, como acción de erradicación de cualquier demencial proyecto relacionado
con la libertad”.
Cuando yo lo conocí entendí, de inmediato, su perspectiva. Y, después, de sus socios en capacidad
de aniquilar cualquier vivencia herética. Yo, desde mi nicho cálido, empecé a advertir acerca de la
implicación de estos “visionarios enjutos”. No de cuerpo físico inmediato. Pero, sí, de elongación de
las milenarias creencias que mantuvieron, potentes expresiones de congoja. Como cuando, cada
hecho y cada sujeto en él, no era otra cosa que la dejación instrumental. De la bondad, de las
visiones libertarias y de las opciones incipientes, que pudieran llegar a ser lo cotidiano universal.
Y lo ví, en ciernes. Como arrebato incendiario por lo bajo. Haciendo del fuego relámpago hiriente.
Como eso de subsumirse en la fuerza ya instaurada. Ya hecha cuerpo. Ya impuesta. No sé por qué,
en ese día ocho de marzo, sentí la necesidad de la evocación. Y me ví y sentí como sujeto de
propuestas enfáticas; en torno a la libertad y la esperanza. Pero él, Galtieri, se empoderó como
opción de mil y una violencias. Reclamaba la aplicación de la noción originaria, en lo que respecta
al poder y su ejercicio. Se daba, entonces, la didáctica bochornosa, bastarda. Tratando de
encumbrar la teoría de lo “sensato”, entendida como proyección de las sombras de la miseria
cultural. La opción de las violencias subliminales. En el entendido que, estas, ejercían como
trasuntos orgánicos. Perennes.
Hay un dicho que dice “si lo hice no me acuerdo. Si lo expresé, tampoco”. Una lógica perversa. Por
cuanto, lo uno o lo otro, no eran cosa diferente que lo necesario para ejercer como poder aciago.
En contravía de la verdad. O de la esperanza. O de las dos cosas juntas. Y sí que me fui erigiendo
como partero de la “nueva memoria”. Me fui yendo como matador de la ignominia. Y decreté, para
mí y para mis pares”, la violencia en contra de la violencia. Me la jugué como sujeto depositario de
la voz libertaria. Y maté a Galtieri y a su método y principios. Lo hice, en noche de estrellas
fulgurantes. Como si mi cuerpo ejerciese la velocidad luz, como soporte de “la nueva vida”, en
contra de los milenios acumulados como pútrida expansión societaria. Recuerdo que, esa noche, lo
encontré en el Palacio Real, reunido con su séquito de aduladores, asesores y emisarios. Le dije,
por lo bajo y en pura eclosión libertaria, que lo mío iba en contravía de lo suyo. Y le disparé e n
plena frente. Y cayó, Nicolasito allí mismo. Y, el cuerpo de saltimbanquis, se echaron a volar.
Eligiendo, para ello, los infiernos dantescos. Se hicieron fuertes en el refugio de los césares
antiguos y modernos. Y, yo, los hostigué con mi pluma punzante. Y, les dije “no van más como
matadores, en silencio, de las ilusiones mías y las de los que están conmigo. Recuerdo su cuerpo
violentado con mis lanzas hirientes. Lo despedacé. Como tratando de diluir su cuerpo. Como
enfatizando en la muerte del perverso y su perversión.
11
En este día, entonces. De mi pulsión no efímera. He vuelto hacer de mi memoria, una opción
válida. En el sentido de haber entendido los orígenes de la ignominia. Pero, más allá de simple
réplica o metástasis. Orienté mis pasos por el camino parecido al de Erasmo de Rotterdam. Como si
me hubiese hecho cuerpo absoluto. Mandatario de los tiempos por venir. Me apoyé en la diosa
Minerva. En sus postulaciones en contravía de los dioses que la oprimieron y la vejaron. Hice de
cada acción, una posibilidad libertaria. Galtieri muerto. Muertas las opciones contumaces de él y de
sus súbditos.
Hoy estoy aquí. Me he convertido en sujeto bipolar. He empuñado mi lanza libertaria. Pero, aun así,
siento un vacío de espíritu. Como si estuviera anclado en la primera palabra del crucificado. Eso de
pedir perdón a los victimarios; es una opción que no reconozco como válida. Más bien, mi pulsión
se ha impuesto como tramitadora de violencias. Y en aplicación de las mismas. He desterrado a los
acuciosos obradores de pantomima. He decido ser sujeto de envolvente pasión de venganza. Me he
hecho insumo del postulado de matanza. No reconozco ni el perdón. Ni el dejar hacer, dejar pasar.
Soy símbolo, y me siento así, mesiánico. Sigo la ruta de quien, antes que yo, hizo de su fuerza el
soporte de la muerte de los vejadores.
No sé por qué, siento el cansancio derivado del ejercicio de la venganza. Como si hubiera perdido
el referente básico de la opción colectiva libertaria. He construido un contra-poder necesario. Pero
que, en mí, ha empezado a ser tósigo virulento. Viviendo la violencia como obligatorio laberinto. He
matado a más de cien mil sujetos de otrora. En sueños y en la realidad vigente. He conculcado,
inclusive, el derecho de mis seguidores. Por la vía atrabiliaria. Los he despojado de su memoria y
de sus perspectivas. Como en ese mar de horizontes. Eliminando cualquier expresión de
reivindicación de género. Simplemente, he postulado y aplicado una visión de los hombres como
únicos sujetos necesarios.
Siento que me he perdido. Ya he matado a quienes debería matar. Es más, a quienes, en veces, no
debería haber matado. Soy simple propietario del don de la venganza suprema. He ejercido y
ejerzo como petulante cuerpo que ha creído en la ilusión como mero cuerpo apaciguado. Metido en
el saco de la desmemoria. Como queriendo ejercer la condición de emisario supino. Engarzado en
la dialéctica de lo terrenal.
He ido y he venido. Ese es mi resumen vivencial. He mantenido la obligatoriedad de ser cuerpo
matador. Una especie de manipulación de la verdad; en tratándose de césar oferente. Como
queriendo expresar, que soy y seré vengador espurio. Sin norte válido, humano, tierno y referente
de la libertad como opción perenne.
La dinámica del capitalismo, no reconoce consecuencias. Está dado, como proceso de producción
de soportes político e ideológico. Combatirlo, supone, asimismo. de opciones válidas. En términos
del conocimiento económico, político y sociológico. Entonces, siendo así, Hugo y
Nicolasito estaban por fuera. Ya que, su agregado de conocimiento, no iba más allá de
saber lo de la lucha de clases, como periplo aprendido en los diccionarios económicos y
filosóficos. Es apenas obvio que sus utilitaristas amigos (Partido Comunista Cubano, Fidel
y Raúl), les celebran sus vocinglerías en torno a su concepto de revolución.
3. Antecedentes del concepto de intermediación.
Ya se ha señalado arriba algunos elementos vinculados a la noción del poder, entendido con
instrumento que concreta la dominación. En términos de identificación y/o del establecimiento de
tipologías, es conveniente realizar algunas precisiones. Se trata de enfatizar acerca del contenido
12
conceptual y práctico del rol del Estado y su desarrollo. Asimismo del entendido de democracia y del
ejercicio de la representación.
Uno de los elementos centrales tiene que ver con auscultar en torno a la transformación del poder o,
mejor sería definirlo así: el surgimiento e instauración de expresiones del poder que, de alguna
manera, ejercen como distanciamiento con respecto a los dominados, por parte de los dominadores,
por la vía de instancias que se sitúan como posibilidad de equilibrio. Algo así como desprender esas
instancias de toda connotación vinculada con los intereses inmediatos.
Lo anterior se entiende mejor, a partir de algunas definiciones (...que no son otra cosa diferente a la
tipificación). Veamos: En su escrito Ética a Nicómaco, Aristóteles expresa conceptos asociados a la
figura del poder, por la vía de señalar algunos aspectos relacionados con las condiciones inherentes a
quienes asumen el poder. Ya ahí, un tanto como se expresó antes, aparece una noción de poder
distanciado; comoquiera que se requiere de una diferenciación, al momento de validar una
determinada opción. No es, entonces para Aristóteles, la figura de la oclocracia (gobierno de la
multitud o plebe). Por el contrario, es la asunción de una posición en la cual los roles se distribuyen,
como condición necesaria al momento de definir la gobernabilidad. Así las cosas, en consecuencia, los
conceptos de monarquía, aristocracia y democracia; adquieren presencia. Inclusive, en la referencia a
las Ciudades-Estados (Atenas, Corinto, Esparta), se prefigura la representación como instrumento
válido e indispensable.
Esto traduce condicionantes para los sujetos. El significado de la libertad, aparece como
intermediación con respecto al poder. Antes hemos referenciado este aspecto. Basta con recordar el
recorrido efectuado, a manera de ejemplo, en las expresiones de Rousseau, Marx, Morgan, Marcuse;
así como la referencia a Hobbes, en su versión del poder en Leviatán. Inclusive, es pertinente (...en la
perspectiva propia del desarrollo teórico, acerca de la organización política) hacer alusión a Alexis de
Tocqueville (La Democracia en América, El Antiguo Régimen y la Revolución Francesa); Raymond Aron
(Introducción a la Filosofía de la Historia, Democracia y Totalitarismo) y Max Weber (La Ética
Protestante y el Desarrollo del Capitalismo).
Sin embargo, consecuente con nuestra línea de interpretación del poder y del significado de la
libertad; conviene resaltar un texto no muy divulgado y, aún menos conocido. Se trata de La Teoría
Metafísica del Estado, escrito por L.T. Hobouse. Aclarando, otra vez, la posición crítica que nos ha
acompañado al momento de transcribir algunas citas; vale la pena presentar, en extenso, una parte
del texto señalado. Particularmente la referida al concepto de Estado y de libertad. Es lo siguiente:
“…Por otra parte, la familia, tal y como se mantiene en un momento determinado, es simplemente la
totalidad coordinada o asociada de sus miembros, tal y como se mantienen en el mismo momento. Es
una expresión de la vida de esos miembros, en tanto que vidas en común o en estrecha relación entre
sí. La familia, especialmente, no tiene bienestar, ni felicidad, ni buena o mala fortuna que no sea el
bienestar, felicidad y buena o mala fortuna de alguno de sus miembros o de varios de ellos. En una
organización profesional o sindical, en un negocio o una fábrica, p. ej., hay también un conjunto en el
que se pueden totalizar tantos cientos o miles de individuos como miembros que la compongan. En
todos los casos, esos miembros cambian, en mayor o menor grado, debido a la asociación a la que
pertenecen. Del sindicato, profesión o negocio podrán decirse cosas que no serían ciertas si se dijesen
de sus miembros cuando estos no pertenecieran a ellos. Pero, repetimos, en la totalidad no hay otra
cosa que la actividad asociada o coordinada de los individuos que la constituyen. Esto sigue siendo
verdad aunque la organización pueda ser permanente, pero cambien los individuos. Una universidad
puede tener durante siglos un carácter y un sello peculiares y exclusivos. El número de individuos que
pasan por ella y reciben su influencia es innumerable. Semejante totalidad no la constituyen
solamente el número de miembros que lo ocupan en un determinado momento; ni podemos enumerar
a los que han estado bajo su influencia durante toda su existencia. Sin embargo, su tradición, su
espíritu, que no parece albergar ningún individuo aislado, lo mantienen los individuos, se propaga de
generación a generación, se rompe, quizá, a veces por el influjo de un nuevo tipo de carácter que no
es capaz de asimilar la tradición que encuentra.
13
De este modo, al pensar sobre la sociedad, estamos expuestos a dos errores. Por una parte, podemos
caer en negar la realidad del grupo social, rehusando concebirlo como una entidad distinta, insistiendo
en disolverlo entre sus componentes individuales, como si esos individuos no fueran afectados por el
hecho de la asociación. Por otra parte, como reacción ante este exagerado individualismo, podemos
pensar que la sociedad es una entidad distinta de los individuos, no simplemente en el sentido de que
sea un agregado de individuos considerados en una relación especial, sino en el sentido de que se
trata de un todo que, de alguna manera, existe fuera de ellos o en la que ellos se han fusionado en
perjuicio de su identidad individual. Además, habiendo alcanzado la concepción de una entidad supra
personal en la que los individuos están inmersos, tendemos a buscar esta entidad, no en todas las
diversas formas de vida social que se entrecruzan y se cortan entre sí, sino en alguna forma especial
de asociación que parece incluir al resto para presentarse como un conjunto al que el individuo debe
pertenecer como elemento. Los escritores idealistas han encontrado esta entidad en el Estado. Hay,
pues, dos puntos que hemos de considerar: primero, la noción general de una entidad supra personal
y, después, la identificación de esa entidad con el Estado...” 3
De nuestra parte, se trata de establecer algunos elementos de reflexión; en torno al significado de la
representación. De lo presentado, hasta ahora, se infiere la importancia de los condicionantes; al
momento de definir y posicionar los contenidos teóricos y prácticos del poder. Es decir, la evolución de
las instancias de control y su justificación teórica, han pasado por identificar y aceptar como válida la
pérdida absoluta o parcial de la libertad absoluta, del sujeto individual y del sujeto colectivo no
beneficiarios del poder. Cuando más, en una aplicación amplia de la figura asociada a la
intermediación, se ha construido una variante de esa libertad absoluta, por la vía de desarrollar una
opción en la cual esos sujetos individuales y colectivos acceden a una expresión en esas instancias; a
través de delegar. O lo que es lo mismo: a través de la cesión de parte de esa libertad; tal vez la
fundamental.
3.1 La concreción de la intermediación. Caso: Parlamento.
Siendo así, entonces, hacemos tránsito hacia el origen de este concepto en Occidente. En el siglo XIII,
se conoció (para el caso británico), una figura primaria de parlamento anglosajón (Witenagemot). Un
tipo de representación absolutamente distanciada de los súbditos dominados, no beneficiarios del
poder. Asumió roles en nexo con los intereses inmediatos de sectores, aunque no vinculados
directamente a la Corona, ejercían una fuerte influencia. En principio ejercieron como Consejo Asesor,
en lo que respecta a la consecución de recursos y/o a la orientación y aplicación de lo que podría
llamarse como el gasto público. Con algunas variantes, en términos de su connotación politica, en el
siglo XVI; este tipo de Consejo Asesor, mantuvo un significado asociado a la representación de
determinados sectores, en su relación con la Corona. Aunque, en estricto, carecía de la fuerza
necesaria para erigirse como alternativa de gobierno; de todas maneras prefiguró el surgimiento de
agrupaciones políticas, entendías como partidos, si aplicamos el método de análisis que se hizo
vigente en los siglos XVII y XVIII, para el caso del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Otra cosa fue, con la diferenciación propia inherente al significado de la Revolución Francesa, la
expresión de los Jacobinos en la Asamblea Nacional y el desconocimiento de la autoridad del Rey.
El concepto de Nación – Estado (siglo XVI; permitió identificar una evolución fundamental, en lo que
respecta a las agrupaciones políticas; en tanto que la influencia de la Reforma Protestante, proveyó
insumos importantes, fundamentalmente en lo que hace al Calvinismo. Fue algo así como la
culminación de un proceso iniciado tres siglos antes, en contra del poder de la Iglesia Católica y su rol
en los asuntos políticos y económicos. Encontramos allí, en el contexto de ese proceso anterior a la
Reforma y en los hechos posteriores a esta, elementos determinantes, para entender expresiones
políticas como las de los Whig y los Tory (presbiterianos-liberales y conservadores, respectivamente).
3 Hobouse,L.T., Teoría Metafísica del Estado, Ed. Aguilar, 1981, páginas 26-27. Traducción de Dalmacio Negro
Pavón.
14
La Guerra Civil Inglesa (1642-1649), constituyó una expresión importante, en lo que respecta al rol
del Parlamento. Recuérdese nuestra anotación anterior, en cuanto al significado inicial adquirido por
esta figura colectiva, como representación. En la línea de interpretación propuesta, no es otra cosa
que la evolución de los Consejo Asesores del Rey y, en veces recaudadores de recursos u
orientadores para efectos del gasto público.
Es pertinente resaltar, en el contexto de los antecedentes y significado de la Guerra Civil Inglesa, la
convocatoria efectuada por Carlos I, al Parlamento en 1640 (denominado transitoriamente como
Parlamento Largo); con la intención de promover la consecución de recursos para su guerra en contra
de Escocia. Ya, de por sí, obraba un contenido religioso en la confrontación. Anglicanos y
Presbiterianos. La oposición de Tomás Wentworth, a las pretensiones de Carlos I, puede ser
entendida como un intento por reivindicar la autonomía parlamentaria; más allá de las simples
exigencias de contraprestación planteada por otros miembros del Parlamento. Posteriormente, Oliver
Cromwell, retomaría (a nombre de un híbrido entre autonomía del Parlamento y la expresión del
Puritanismo) la confrontación radial al Rey Carlos I. Este proceso derivó en la disolución, en 1648, por
parte de Cromwell del Parlamento, la expulsión de quienes se oponían a sus acciones militares en
contra del Rey y a la posterior configuración del denominado Parlamento Rabadilla, con sus adeptos.
Terminada la influencia de Cromwell, en 1660 (febrero) el Parlamento se reúne y decreta su propia
disolución, a partir de marzo de 1660.
La denominada Revolución Gloriosa de 1688 en Inglaterra; tuvo como centro el conflicto entre el
Parlamento (como evolución del entendió y aplicación práctica de los anteriores Consejo Asesores del
Rey) y Jacobo II. Aquí, el Parlamento, actuó en su condición de coalición de agrupaciones políticas y
religiosas. El punto de comienzo, en la ruptura y expulsión de Jacobo II, tuvo que ver con la
confrontación entre católicos y protestantes; a raíz de decisiones asumidas por el Rey (Jacobo II), en
contravía y vulneración de derechos de la mayoría protestante. Se promovió entonces, por parte del
Parlamento, la asunción de la dupla María II y su esposo Guillermo III. En términos tendenciales,
podría decirse que la intervención del Parlamento durante la Revolución Gloriosa, tuvo como
repercusión importante la instauración de una figura de equilibrio político entre la Monarquía y el
Parlamento. Cabe recordar que ya, desde el siglo XV. Para profundizar en este aspecto, es posible
consultar las acciones realizadas por la Asamblea de Nobles, como consejeros del Rey en la modalidad
de Consejo Privado(..O Privy Council, como se le conoce en Inglés), apareció la figura politica
asimilada al Gabinete, como expresión de una relativa independencia. Puede entenderse, incluso, que
la incidencia del Parlamento en la designación de los ministros, constituye un avance, a finales del
siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
Corolario transitorio:
Aunque aparezca limitado al caso de Inglaterra, el ejemplo anterior, define el hilo conductor que ha
tenido la intermediación. Hemos visto, en su origen, como el Parlamento constituyó un
distanciamiento profundo y radical, con respecto a los súbditos no beneficiarios. El recorrido, desde
los Consejo Asesores y/o Recaudadores, hasta la versión evolucionada en los siglos XVI y XVII;
permite inferir un perfil cercano a la suplantación de la libertad absoluta. Es, en la línea de
interpretación propuesta, una decantación, un filtro. No es otra cosa diferente a lo ya analizado, en
cuanto al origen, evolución y significado de las instancias de intermediación; como expresiones del
control y del poder. Esta afirmación, sin embargo, no supone desconocer la importancia de la
democracia representativa; en el contexto de la evolución de la confrontación al poder absoluto y
autoritario. Inclusive, porque la evolución de este tipo de intermediación, permitió la separación de
poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). En este sentido, la influencia de Charles Louis Montesquieu,
(en el siglo XVIII) fue fundamental.
3.2 El Parlamento y los Regímenes Parlamentarios.
Nos corresponde, ahora, avanzar en cuanto al alcance logrado; en ese proceso de representación ya
analizado arriba. No se trata, ni de eludir, ni de hacer abstracción de los principios básicos que
15
sustentan nuestra opción de interpretación. Simplemente, arribamos a un momento, en cual la
descripción tiene que expresarse. No solo en cuanto a su connotación, como extensión de un
determinado modelo de representación; sino también en lo que respecta a su significado como
escenario para la expresión de las agrupaciones políticas. Así, entonces, supone establecer dos
referentes básicos. Uno de ellos, asociados al poder ejecutivo. El otro, vinculado al poder legislativo.
En su versión actual, el Parlamento, se consolida en el siglo XIX. A manera de anécdota, es pertinente
referir el caso del Althag en Islandia y del Tynwald, en Isla de Mon (adscrito a la Corona Británica);
como los Parlamentos más antiguos.
En cuanto a sus características básicas, la descripción es la siguiente: existe un aspecto, a manera de
generalidad, en cuanto a la división política y administrativa en dos sectores, instancias o cámaras.
Para el caso, a manera de ejemplo, del Reino Unido, estas divisiones se denominan Cámara de los
Lores, que ejerce como instancia de Tribunal Superior y Cámara de los Comunes, que ejerce como
instancia que designa al Gabinete, incluido el Primer Ministro. Para el caso de España, aparece
también la modalidad bicameral, en el contexto de la denominación Congreso de los Diputados. Otra
instancia importante, para el mismo caso de España, es el Consejo de Ministros. De todas maneras,
queda claro el hecho de la designación del Presidente a cargo del Congreso de Diputados. En el caso
de Alemania (Estado Federal), las instancias adquieren la denominación Bundestag (Cámara Baja. Es
aquí en donde se hace la designación del Canciller, quien ejerce como conductor del gobierno) y
Bundestag (Consejo Federal). En el Caso de Italia, las instancias se denominan Senado de la
República y Cámara de Diputados. El ejecutivo es ejercido por un presidente designado en sesión
conjunta del Parlamento, adicionado con representaciones de algunos entes territoriales.
En lo que respecta a las funciones generales, entendidas como funciones legislativas; la división
política y administrativa (además de la ya señalado, para el caso del ejecutivo, en los ejemplos
anteriores); permite una cobertura de orientación y de control. Es, además, un escenario en el cual se
dirimen aspectos fundamentales asociados a la expedición de normativas de aplicación al interior y al
exterior .En este caso, comoquiera que el ejecutivo recibe un mandato limitado al programa de
gobierno previamente aprobado. Esto permite entender la dinámica de los partidos políticos y su
significado. Así, entonces, los electores y las electoras (..Los delegatarios de su libertad, en el
entendido que hemos manejado aquí); votan por un partido determinado y su programa de gobierno.
Es de anotar la presencia de diferencias precisas, en lo concerniente a la formación del equipo de
gobierno, en los diferentes países con Régimen Parlamentario. Veamos, a manera de ilustración, un
ejemplo para el caso de España, en tratándose de una Nación que, a su vez, tiene características
asimiladas a conflictos internos de nacionalidades que no hacen primacía (Catalanes y Vascos).
Además de ejercer como Monarquía Constitucional.
Según la metodología utilizada y la línea de interpretación propuesta, reiteramos acerca del concepto
básico adjudicado a la representación; como intermediación de la libertad de los sujetos individuales y
colectivos, no beneficiarios (as) del poder. Insistimos, no se trata en este escrito, de desarrollar una
posición respecto a las teorías acerca del Estado; por cuanto esto significaría a introducción de otros
elementos de referencia. Sin embargo, en lo que hemos señalado aquí, ya se puede percibir una
posición respecto a su evolución y significado. Por ahora, en lo pertinente al significado de los
regímenes parlamentarios, como una forma de gobierno; consideramos suficiente. Al menos en
términos de reflexión y caracterización.
3.3 El Régimen Parlamentario, su importancia actual.
En este escrito hemos recabado acerca del significado de la libertad individual y colectiva, con
respecto al poder. Uno de los elementos de mayor connotación, ha sido el análisis de la
intermediación; entendida como figura por medio de la cual las representaciones actúan como
mandatarias. El problema surge, según nuestra línea de interpretación, al momento de efectuar
seguimiento y caracterización, no solo en lo que respecta a su nexo efectivo con los mandantes; sino
16
también en torno a su rol en el escenario político y social, entendido en un contexto en donde el
Estado ejerce como referente. A su vez, el Estado, tiene una estructura que, en términos generales
sigue siendo ortodoxa. Es decir, supone la preeminencia de intereses asociados a aquellas clases y/o
fracciones beneficiarias directas del capital.
No se trata, insistimos en esto, de exhibir un discurso nihilista. Más bien es una postura en la cual
presentamos el análisis a partir de conceptos políticos transversales. Esto supone, por lo tanto, un
método vinculado a la complejidad de las relaciones políticas y sociales; sin que implique hacer
abstracción de la dominación ejercida por los beneficiarios directos del poder y del capital, sobre
aquellos sectores periféricos, segregados. Algo así como entender la dinámica del desarrollo centrada
en una división de clases insoslayable.
Visto así, entonces, no podemos hacer elusión de estos conceptos al momento de analizar el
significado de los regímenes parlamentarios. Porque, en fin de cuentas, estos no traducen una
reivindicación, ni una aplicación de la libertad plena de los sujetos individuales y colectivos. Las
restricciones son evidentes; comoquiera que el ejercicio de la representación como intermediación,
nos regresa a la posición inicial: el poder político y económico, ha construido instancias de dominación
que le permiten consolidar su opción. Esto es lo mismo que hablar de una gobernabilidad
fundamentada en variantes de diferentes teorías de Estado. Ya hemos señalado algunas de ellas. Sin
embargo, es pertinente recordarlas.
Una de ellas tiene que ver con la posición de Tomás Hobbes (Leviatán). Es de anotar su hilo
conductor: la centralidad como fundamento del poder. Este, a su vez, es condición necesaria para
mantener el control. En perspectiva, significa validar las condiciones que permiten la división entre las
clases y/o sectores sociales; por la vía de reconocer la prevalencia de aquellas clases o fracciones de
estas que ejercen como beneficiarias directas del capital; a costas de aquellas clases y/o sectores no
beneficiarios.
Otra tiene que ver con la aplicación de la figura del Contrato Social (J.J. Rousseau), con
modificaciones tendenciales. El equilibrio, se convierte en la posibilidad de presentar determinadas
opciones de intermediación; a partir de instancias aparentemente neutrales. Aquí es necesaria otra
precisión: nuestra interpretación de la división de poderes en la estructura Estatal (ejecutivo,
legislativo, judicial), supone entenderla como consecuencia del desarrollo político, social y económico.
Además, este desarrollo, ha sido traumático, no lineal. Inclusive, en muchos casos, se concretaron y
siguen concretándose, a partir de luchas específicas y generales, lideradas por obreros, campesinos y
sectores urbanos (asimilados a lo que entendemos como pequeña y mediana burguesía).
En el caso de Alexis de Tocqueville, Charles Louis Montesquieu y Max Weber, se entiende una
aportación a la Teoría del Estado, como sublimación del la dominación. Algunas de sus opciones han
mutado en posiciones construidas como alternativas modernas para fortalecer variables específicas en
cuanto al rol del Estado. Consideramos pertinente, en este contexto, hacer alusión a un texto ya
citado antes (“Los Anarquistas: Selección de escritos, realizada por Irving Louis Horowitz). Esta vez,
citaremos un aparte del escrito de Errico Malatesta, contenido en el texto referido.
“..Hay una enfermedad del pensamiento humano, la tendencia metafísica, que hace que el hombre,
después de haber abstraído por un proceso lógico la cualidad de un objeto, se encuentre sometido a
una especie de alucinación que le induce a tomar lo abstraído por lo real. Esta tendencia metafísica, a
pesar de los triángulos de la ciencia positiva, tiene todavía fuertes raíces en el pensamiento de la
mayoría de nuestros contemporáneos. Es tal su influencia que muchos conciben al gobierno como un
ser real, dotado de ciertos atributos de la razón, de justicia, de equidad, independientes de las
personas en que encarna.
Para ellos, el gobierno, o más bien el Estado, es el poder social abstracto; es el representante,
abstracto siempre, de los intereses generales; es la expresión de los derechos de todos, y es
considerado como limitado por los derechos de cada uno. Este modo de concebir el gobierno aparece
17
apoyado por los interesados, a quienes importa salvar el principio de autoridad y hacerle prevalecer
sobre las faltas y errores de los que se turnan en el ejercicio del poder.
Para nosotros, el gobierno es la colectividad de los gobernantes; y los gobernantes, reyes,
presidentes, ministros, diputados, etc., son aquellos que aparecen adornados de la facultad de hacer
las leyes para reglamentar las relaciones de los hombres entre sí, y de hacer ejecutar estas leyes; son
los que decretan y recuerdan los impuestos; imponen el servicio militar; juzgan y castigan las
infracciones y contravenciones a las leyes; intervienen y sancionan los contratos privados;
monopolizan ciertos ramos de la producción y ciertos servicios públicos, por no decir toda la
producción y todos los servicios; favorecen o impiden el intercambio de productos; declaran la guerra
y ajustan la paz con los gobernantes de otros países…Los gobernantes, en una palabra, son los que
tienen la facultad, en grado más o menos elevado, de servirse de la fuerza colectiva de la sociedad, es
decir, de la fuerza física, intelectual y económica de todos, para obligar a todo el mundo a hacer lo
que favorece a sus designios particulares. Esta facultad constituye, en nuestro sentir, el principio de
gobierno, el principio de autoridad...”4
En estas condiciones, el análisis de los regímenes parlamentarios, nos convoca a ubicar referentes en
términos del ejercicio de la intermediación, de la representación; como una forma concreta que
adquiere la dominación. En consecuencia, hablar de su importancia, significa un proceso de cotejación
con respecto a resultados específicos. Algo así como posicionarlo en relación con determinados
avances en el desarrollo e implementación de expresiones concretas de la democracia, en un entendió
de la dominación del capital.
Uno de esos aspectos relevantes, tiene que ver con la estructura, composición y funciones. El hecho
de ejercer (el Parlamento) como colectivo en el cual confluyen partidos y fuerzas políticas las cuales,
a su vez, asumen la representación de mandantes heterogéneos; supone concretar un tipo de
intermediación con respecto al poder. Es decir, en el espectro político, social y económico vinculado al
concepto de Estado; se entiende como una sección de este. Es una figura diferente al
presidencialismo; pero no elimina la figura del poder ejecutivo. De lo que se trata es de filtrar su
designación; por la vía de incidir en la misma. De tal manera que, el Parlamento, adquiere la potestad
de esa designación o de su revocatoria. Todo esto asociado al hecho de reivindicar el rol de los
partidos y/o fuerzas políticas, como bancadas homogéneas. Esto permite, por lo tanto, un tipo de
ejercicio programático, derivado de los resultados electorales. Si se trata de precisar algunas ventajas,
en comparación con los regímenes presidencialistas, vale la pena señalar la potestad parlamentaria
para decidir acerca de la revocatoria del mandato a quien haya sido designado como primer ministro,
presidente, canciller, etc., según el caso. Lo anterior, en razón al referente programático. Otro aspecto
importante está en relación con la posibilidad de permitir desarrollos de mayor complejidad, en lo que
corresponde a esa figura parlamentaria. Tal es el caso, a manera de ejemplo, del proceso de
integración en los países de la Comunidad Europea. El análisis de este proceso y sus implicaciones, de
por sí, amerita un escrito aparte.
Es necesario, en la intención de soportar el cuestionamiento de las ínfulas revolucionarias socialistas,
de Lula y el Partido de los Trabajadores de Brasil, presentar algunas líneas teóricas en torno al
capitalismo.
Se ha vertido muchas palabras, en este tiempo. En la intención de entender y explicar la
crisis económica en Europa. Sin embargo todos los análisis y manifiestos dan por sentado
algo que, desde mi interpretación, es insólito. Como quiera que se asume una tipificación
centrada en el hecho simple inmediato: la creciente deuda pública y, como colateral, al
4Malatesta, Errico. Citado por Irving, Louis H. en Los Anarquistas.Ed. Alianza Editorial, tercer edición 1982,
páginas 89-90
18
Ejercicio de sucesivos gobiernos en algunos países de la Unión, que han socavado los
pilares fundamentales de los compromisos. Es decir, se asume que ha fallado ,
parcialmente, el experimento de la moneda común. Que, por lo tanto, se hace
necesaria una especie de re-fundación. En este sentido, el planteamiento hecho por el
señor Nicolás Sarkozy y respaldado por la señora Ángela Merkel, resume los contenidos
teóricos expresados, por los analistas profesionales que deambulan por toda Europa.
Algo así como enfatizar en una interpretación un tanto reduccionista. La ortodoxia, en
lo que .respecta, a la teoría económica, es la gran ausente. Todo pasa por lo
circunstancia l. Siendo, como ha sido hasta ahora, una versión por entregas
periódicas, que relata lo ocurrido. En Grecia; en España; en Portugal…, como si, al
hacerlo así, estuvieran proponiendo un entendido irrefutable de la crisis.
A lo que yo aspiro es diferente. Se trata de apostarle a un análisis de largo aliento. Algo así
como implicar en el mismo al capitalismo. No solo como contexto. Fundamentalmente
como modelo e itinerario aplicado, dirigido e impuesto por la Burguesía. Un tanto volver a
un concepto y expresión prohibida en estos tiempos. En los cuales lo más común y fácil es
asumir la opción ecléctica y de renegación. Porque el universo teórico ortodoxo
construido por Carlos Marx se asume como posición retrógrada. Máxime cuando el extravío
estalinista condujo a lo que los aurigas del capitalismo y sus aristas socialdemócratas, a
posicionarse como triunfadores. Erigiendo la teoría del libre mercado y la precarización
del trabajo obrero y de bienes y servicios. Los íconos burgueses convocaron a fantasear.
Construyendo evasiones cada vez más cercanas a promulgar el triunfo de la predestinación
que soporta la teoría capitalista. Con variantes cada vez más ignominiosas. Por la vía de
proponer e implementar versiones para todos los gustos. Variables del mismo tósigo
teórico; en términos de: El recorrido de la historia y la estruendosa derrota de la teoría
marxista que trajo consigo, es a mejor muestra de la validez de la teoría originaria de Smith
y Ricardo. Asumiendo que, a futuro lo que se puede esperar es a perfección del modelo y
del sistema. Con avatares propios de lo cotidiano y lo tendencial, pero sin menoscabar su
soporte básico5.
Lo que pasa es simple. Unos escenarios construidos con los rellenos ideológicos y políticos
que han venido acumulándose a lo largo de períodos sucesivos de diez, veinte treinta
años. Da mucho coraje ver verter kilómetros de palabras. En textos de supuesta
profundización teórica-científica; en revistas; en periódicos y, obviamente, en las gacetas
gubernamentales. Una inveterada maña aprendida, derivada del oficio más antiguo de los
videntes y gendarmes, en el transcurso de nuestra historia: recrear y rebobinar verdades.
Haciéndolas cada vez más asequibles a quienes se erigen como guías, centrados en el
poder. Visto así, entonces, asumo, en principio, expresiones que poden ser interpretadas
como “sangrar por la herida”. Y es cierto. Sangro y me declaro doliente de la teoría básica,
fundamental del análisis teórico económico desarrollado por Carlos Marx. Ese nunca ha sido
superado por ninguna de las variantes ensayadas, desde la perspectiva capitalista. La
lucha de clases sigue vigente y se profundiza. La pauperización es galopante. Inmensos
contingentes de seres humanos estamos adportas de la hambruna El entramado
ideológico de lo que yo llamo bloque de clases en el poder, un tanto influenciado,
sanamente, por
19
5 A decir verdad es una disquisición elaborada por mí y que considero interpreta el sentir de
teóricos liberales y neoliberales y su séquito surgido del ámbito de los renegados
20
Lukács; cuando describe de manera premonitoria el desarrollo que habría de tener la
ideología burguesa. Su superestructura estatal.
Es en el contexto de esta breve descripción, en la cual inscribo este documento.
Contracorriente. Tal vez en la posición de hereje que reivindica el derecho a expresar una
opción de interpretación. Como quien dice un volverse atrás. A las fuentes en que bebimos
muchos revolucionarios y muchas revolucionarias. Es una intención por no claudicar ante el
embeleco construido por parte de quienes asumieron conmigo muchos riesgos. Que,
ahora, les dio por aborrecer su pasado. Como quiera que andan soltando globos al aire y al
garete. Construyendo teorías para justificar sus veleidades políticas innovadoras. Ahí,
empotrados y amarrados. Adaptándose a las exigencias. Como mentores y mentoras de
lo que han dado en llamar la democratización de los procesos. Untados y untadas de
las heces que expulsa la burguesía. Como diciendo: ¡Sí ven. Nosotros y nosotras
reconocemos la burda equivocación. Son errores del pasado. Ahora queremos
coadyuvar a fortalecimiento del modelo propuestos por ustedes paso a paso.
Empezaré por lo que debería ir de último. Porque lo que quiero es destacar los
procesos que se han venido instaurando. Imponiendo. Tanto así como acceder a la
noción que nos han presentado. Adornada. Sin lucha de clases. Ya los obreros y las
obreras no son eso. Son “colaboradores”. Ya las maquilas se han desparramado por todos
los espacios y territorios. Se ha pretendido trastocar (…y a fe que lo ha logrado con la
ayudantía de los arrepentidos y arrepentidas). Quiero llegar hasta la demostración en
términos de: la confrontación entre obreros, obreras (¡…si las que precisó Marx en su
análisis de la economía capitalista y que reivindicaron Lenin y Trotsky en su teoría de
partido obrero ¡) y patronos se ha desdibujado; en la medida en que la recomposición
burguesa ha permitido a la burguesía financiera y comercial, ser el soporte de lo
que he llamado bloque de clases y/o fracciones en el poder.
4. El Caso Lula como expresión del reformismo tipo socialdemócrata en Amèrica
Latina
4.1 El Partido de los Trabajadores en Brasil
Nota: para acceder a mayor conocimiento del origen y la Ideologìa del Partido de los Trabajadores
de Brasil, adjunto escrito bajado desde internet.
Ideologìa Oficial del Partido
El PT surgió de la organización sindical espontánea de operarios paulistas al final de la década de 1970,
dentro del vacío político creado por la represión del régimen militar a los partidos comunistas
tradicionales y a los grupos armados de izquierda entonces existentes. Desde su fundación, se
presenta como un partido de izquierda que defiende el socialismo como forma de organización social.
Con todo, dice tener objeciones al socialismo real implementado en algunos países, no reconociendo
tales sistemas como el verdadero socialismo.13
La ideología espontánea de las bases sindicales del
partido, y la acción personal de líderes sindicales como la de Lula, Jair Meneguelli y otros, siempre se
caracterizó por una cierta reprobación a las ideologías en favor de la acción sindical como fin en sí
misma, y es bien conocido el episodio en el que Lula, cuestionado por su adversario Fernando
Collor con respecto a la filiación ideológica del PT, en un debate televisado en directo 1989, respondió
textualmente que el PT "jamás declaró ser un partido marxista".
21
Aun así, el partido mantuvo durante toda la década de 1980 relaciones amistosas con los partidos
comunistas que entonces gobernaban países del "socialismo real" como la Unión Soviética, República
Democrática Alemana, la República Popular de China, y Cuba. Estas relaciones, no obstante, jamás se
tradujeron en ningún tipo de organización entre partidos o de unidad de acción y no sobrevivieron a la
derrocada del mismo socialismo real a partir de 1989, a pesar del mantenimiento de cierta afinidad
sentimental de algunos líderes del PT con el Gobierno de Fidel Castro - como en el caso emblemático
del ex diputado José Dirceu, que en la década de 1960 fue exilado en Cuba y allí recibió
entrenamiento para la lucha de guerrillas (de la cual jamás participó concretamente). El liderazgo del
PT mantuvo buenas relaciones con el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, hasta su muerte en
marzo de 2013.
El PT nació con una postura crítica al reformismo de los partidos políticos socialdemócratas. En
palabras de su programa original: "Las corrientes socialdemócratas no presentan hoy ninguna
perspectiva real de superación histórica del capitalismo imperialista". El PT se organizó, en el papel, a
partir de las formulaciones de intelectuales marxistas, pero también contenía en su bulto, desde el
nacimiento, ideologías espontáneas de los sindicalistas que constituyeron su "núcleo duro"
organizacional, ideologías estas que apuntaban a una aceptación del orden burgués, y cuya
importancia se volvió cada vez mayor, a medida que el partido adquiría bases materiales como
máquina burocrático-electoral.
El partido se articula con otros partidos diversos y grupos de izquierda latinoamericanos, como
el Frente Amplio uruguayo, partidos comunistas de Cuba, Brasil y otros países, y movimientos sociales
brasileños, como el MST en el llamado Foro de São Paulo, reunión de movimientos y partidos políticos
de izquierda latinoamericanos. Lula afirmó en el último de esos encuentros: "Necesité llegar a la
presidencia de la República para descubrir cuán importante fue crear el Foro de São Paulo".
Algunos afirman que dichas relaciones no se traducen en ningún tipo de unidad organizacional,
quedando en el nivel de la solidaridad política mutua en torno a ciertos objetivos comunes, como la
lucha por la unidad latinoamericana y la oposición a la penetración política estadounidense en América
Latina. Estos últimos dicen que lo que caracteriza al PT es una cierta adhesión retórica al socialismo,
adhesión esta que no se traduce en presupuestos ideológicos claros y consensualmente admitidos por
la generalidad del partido. El expresidente del PT, José Genoíno, solía afirmar que el socialismo y el
marxismo se volvieron para el partido "un sistema de valores" más que un conjunto de medidas para
la transformación de la sociedad.
Otros, discordando, caracterizan el Foro de São Paulo como un trazado de políticas conjuntas y de
hecho, que fue lo que permitió el ascenso de Lula, de Hugo Chávez, de Evo Morales y del Frente
Amplio, argumentando que esas políticas conjuntas están trazadas en las actas de esos foros, y son
ejecutadas pronto por los participantes presentes en el Gobierno. Las ideologías políticas de los
partidos y movimientos participantes del Foro de São Paulo difieren ellas mismas considerablemente,
oscilando del marxismo-leninismo del PC cubano al "Bolivarismo" y socialismo democrático típicamente
latinoamericano practicado por Hugo Chávez y Evo Morales.
Se podría decir que todavía en el PT el trabajo ideológico-teórico siempre fue llevado a remolque de
los orígenes concretos del partido. A favor de esa afirmación está el hecho de que su núcleo duro está
compuesto por sindicalistas con una preocupación, por encima de todo, con los
intereses corporativos de los trabajadores asalariados organizados, lo que explicaría la facilidad con
que el partido, una vez en el poder, se adaptó a la lógica de la economía capitalista como un todo y a
una política económica bastante ortodoxa. Y no se trata aquí solo de la Presidencia de la República; ya
en la década de 1990, prefectos pietistas como el futuro Ministro de Hacienda Antônio
Palocci adoptaban políticas de Gobierno de tipo neoliberal (privatizaciones, cortes drásticos de gastos
públicos) que en poco se distinguían de las propuestas por sus análogos del PSDB o
del Demócratas (antiguo PFL).15
En julio de 2006, el propio expresidente Lula se declaró distante de
la izquierda, admitiendo que en un eventual segundo mandato proseguiría con políticas
conservadoras.16
Aun así, es posible argumentar que una regencia capitalista de la economía también fue practicada
por Lenin, en la llamada Nueva Política Económica, justo después de la Revolución soviética. José
22
Genoíno, en entrevista a la Folha de São Paulo en febrero de 2005, afirmó categóricamente que el
Gobierno Lula seguía la Nueva Política Económica leninista.
Ha de recordarse que la burocracia del PT, por cuenta de sus ligaciones con cúpulas sindicales como
las de la CUT, tuvo la oportunidad concreta17
de desenvolver estrategias de acumulación de capital a
través de la administración de fondos de pensión privados (cuyo desarrollo el Gobierno Lula intentaría
estimular en la reciente reforma de la previdencia), estrategias estas que acabarían por desarrollar una
cierta identidad de intereses entre la burocracia del partido y sectores de la burguesía brasileña).
Tendencias del partido
Antiguas tendencias
 Causa Obrera (salió del partido en 1990, pasó a integrar el PCO)
 Convergencia Socialista (salió del partido en 1993, pasó a integrar el PSTU)
 Acción Popular Socialista (salió del partido en 2005, pasó a integrar el PSOL).
 Tendencia por el Partido Obrero Revolucionario (salió del partido en 1990, pasó a integrar
el POR).
Tendencias de la llamada "Izquierda del PT"
 O Trabalho (OT)
 Izquierda Marxista (EM)
 Tendencia Marxista (TM)
 Articulación de Izquierda (AE)
 Brasil Socialista (BS)
Otras tendencias
 Democracia Socialista (DS)
El proletariado brasileño nació en esta época (1922-1930) pero tuvo un largo camino para poder
manifestar sus verdaderos intereses de clase. El proletariado industrial brasileño, como la mayoría del
proletariado latinoamericano, tiene parte de sus raíces en el campesinado desplazado hacia la ciudad
a raíz de la expansión y especialización en el cultivo del café que liquidó amplias áreas de la
economía doméstica de subsistencia. Asì también parte del proletariado brasileño, al igual que el
argentino, tiene sus orígenes entre inmigrantes europeos fundamentalmente italianos y españoles
que insuflaron en el proletariado naciente las ideas socialistas y anarquistas del proletariado de su
país natal
En las primeras luchas del proletariado brasileño la ideología que dominó fue la anarquista. Se inspiró
en el Bakuninismo y en el Proudhonismo, concibiendo un sindicalismo libre que orientara el
descontento de las clases populares hacia la destrucción de la dominación política…El anarquismo
pensaba poder derrumbar el Estado mediante huelgas generales revolucionarias. Preparó una en
1918, que comenzó en Rio y Niteroi, pero fue rápidamente reprimida. Al año siguiente estallaron
huelgas en Sao Paulo, Porto Alegre, Recife, Salvador, Curitiba, Niteroi y Río que también culminaron
con violenta represión. Ante estas movilizaciones los obreros consiguieron algunas concesiones que
se expresaron en las primeras leyes obreras…(Bidegain de U. Ana María, Nacionalismo, Militarismo y
dominación en Amèrica Latina. Ed, Universidad de los Andes, 1983, pp 101-102)
Por lo mismo, entonces, efectuaré un somero análisis del punto en el cual
estamos: la globalización económica y la teoría monetaria imperante.
Posteriormente centraré mi atención en la teoría del Estado Burgués. Además, haré
énfasis en algunos aspectos de lo que denomino una división de responsabilidades
entre las fracciones de clase en el poder y la perspectiva en el mediano y largo
plazo. Es necesario aclarar que algunos de los análisis que presentaré, ya han sido
23
publicados por separado (escrito de Luis Parmenio Cano Gómez, utilizado aquí, en
primera persona. Sin suplantar el hilo conductor. Asimismo, en el entendido que,
si bien hago referencia a las implicaciones concretas de un país periférico, como el
mío; supone una visión global para América Latina. Incluido Brasil
5. Acerca de la globalización económica y el comercio exterior
5.1 El soporte teórico
Ante todo, se trata de una indagación. Más allá, inclusive, de la descripción simple de las
características fundamentales que exhibe la globalización, como perspectiva y como tendencia que
se ha pretendido asimilar al concepto de universalización.
Porque, a decir verdad, asistimos a ese proceso de avasallamiento por parte de quienes controlan
la economía mundial; sin haber solicitado que nos invitaran. Algo así como entender, por esta vía,
24
que la dinámica, la impronta del capital, está centrada en su capacidad de absorción de todos los
contenidos y de todas las opciones. Aquí, entonces, no hay lugar para ejercer la disidencia, ni como
grupos sociales, ni como país. La disidencia es considerada una herejía inconcebible e inclusive se
tipifica como insensatez y/o como opción en contra del progreso.
Veamos lo anterior en términos del profesor Jorge I. González:
¿….Cuál es el sustratocomún de todasociedad? Algunos analistas sostienenquela sociedad está organizada por y
para la lucha contra la naturaleza, sabiéndose y queriéndose ser racional, calculadora, eficaz, mecanicista
y mundial. En la comunidad tradicionalesta lucha seinscribía en un pensamiento mágico-religioso.En la sociedad
moderna el trabajo transformador adquiere un papelcentral:es el nuevo sagrado. La sociedad no se preocupa
por ser justa. Eso no es de ella.Tampoco es injusta. Lo suyo es producir. La sociedad moderna ha envuelto al
hombre en la lógica de la competición, reduciéndolo todo a la cuantificación y al cálculo. El sentido de la
eficiencia no deja espacio para la gratuidady eldon. La sociedad racional hace que el individuo sea calculador.
Desde esta perspectiva,elanálisis delneoliberalismo como tal pasa a un segundo plano; en cambio,la pregunta
por el hombre, por su felicidad y por la razón de su quehacer cotidiano, adquiere una relevancia
fundamental...”6
En el anterior contexto, el concepto de globalización económica y su aplicación, adquiere
connotaciones dramáticas; en términos de sus implicaciones sobre el conjunto de la economía
mundial, particularmente sobre las economías de los países que no han alcanzado niveles de
desarrollo semejantes a los de Estados Unidos y Europa.
Si se quiere, la dinámica de la globalización económica, puede y debe interpretarse como una
extensión y/o adaptación de la lógica que subyace al concepto del libre cambio; en donde es el
mercado el encargado de regular todo el quehacer económico y social. Es algo así como imprimirle
a esta época una opción centrada en el predominio de esa lógica propia de los principios
fundamentales del capitalismo. Con el agravante de la presencia de condicionantes relacionados
con el control ejercido por aquellos países que tienen el monopolio de los avances científicos,
además de instrumentos que les permiten profundizar y consolidar su visión acerca del desarrollo
económico y sus paradigmas vinculados con su entendido de democracia y participación.
Aquí, en consecuencia, prevalece una noción de planificación en la cual el Estado no tiene ese rol
propuesto por parte de quienes, desde una perspectiva asimilada a la utopía, asumían la posibilidad
de establecer una especie de equilibrio entre el crecimiento y el desarrollo económico y las
necesidades sociales de quienes no ejercen como beneficiarios fundamentales, en cuanto no hacen
parte de la clase o grupo que controla la riqueza, entendida como capital.
Tal es el caso de lo expresado por J.C. Rousseau en su texto El Contrato Social. Considero
pertinente transcribir un aparte de su concepto central:
“..La primera y más importante consecuencia de los principios hasta aquí establecidos es que sólo
la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado según el fin de su institución, que es el del
bien común; pues si la oposición de los intereses particulares ha hecho necesario el establecimiento
de las sociedades, la conformidad de estos mismos intereses la ha hecho posible. Lo que hay de
6 González, Jorge I.”Contradicciones del neoliberalismo”, artículo publicado en el Texto: “El fin del
neoliberalismo, Ed. Indepaz, primera edición 1993, página 86.
25
común entre estos diferentes intereses es lo que forma el vínculo social; y si no hubiese algún
punto en el que todos los intereses estuvieses conformes, ninguna sociedad podría existir: luego la
sociedad debe ser gobernada únicamente conforme a este interés común...”7
Como corolario transitorio, me permito señalar: la aplicación de la opción de globalización
económica, está soportada en elementos conceptuales asociados a las leyes del mercado. Por esta
vía, se hace elusión del Estado como instrumento regulador y garante de los beneficios sociales
para la población excluida de los beneficios fundamentales del crecimiento económico. El desarrollo
económico es entendido, entonces a partir de ahí, como crecimiento que está condicionado por la
existencia de intereses vinculados con el control ejercido por parte del o los grupos económicos que
poseen el monopolio sobre el capital y, por esto mismo, de los avances tecnológicos. No se
entiende, en esta opción, la universalización de la ciencia y el conocimiento, como patrimonio de la
humanidad; sino como posibilidad de profundizar el control y acrecentar la riqueza de aquellos que
la ejercen.
En lo que sigue, trataré de profundizar en tres aspectos básicos: uno, tiene que ver con las
implicaciones de la globalización económica así concebida, en el desarrollo y crecimiento de los
países denominados del tercer mundo y/o subdesarrollados. El segundo tiene que ver con las
alternativas posibles para enfrentar esos condicionantes imperativos. Y el tercero hace alusión al
concepto de Estado y los modelos políticos que lo subyacen. También, en este tercer punto se
analiza e caso del régimen parlamentario en Europa.
5.2 La globalización económica y el comercio mundial.
a. De los organismos financieros y económicos internacionales.
La humanidad ha avanzado en lo que respecta a la noción de universalización. Queda claro que no
es posible validar, ahora, el concepto de autarquía. Las relaciones entre diferentes sociedades y
culturas, ha ejercido como soporte para el intercambio de bienes...y del conocimiento acumulado.
Esto, a su vez, ha estado condicionado por diferentes momentos del desarrollo económico. Desde
el esclavismo, pasando por el feudalismo, hasta el capitalismo. Han sido períodos históricos en los
cuales han hecho presencia diferentes opciones en torno a la riqueza, al trabajo, al crecimiento y al
rol asignado al entendido de la participación, los derechos y al concepto del ser humano.
Visto así, es pertinente presentar la interpretación de un autor que indagó por es e tipo de nexos, a
lo largo de la historia. Leo Huberman, en su obra “Los bienes terrenales del hombre”, dice:
“…Los directores de las primeras películas de cine a menudo hacían cosas muy extrañas. Una de las
más curiosas era su costumbre de llevar a la pantalla gentes que tomaban un automóvil e iban a
cualquier parte sin pagar al chofer. Paseaban por la ciudad, se divertían, o iban a un centro de
negocios, y ahí terminaba todo. No había que pagar. Igual pasaba con los libros de la Edad Media,
en los que por páginas y páginas, caballeros y damas, con armaduras brillantes o trajes suntuosos,
vivían entre torneos y juegos. Siempre residían en castillos espléndidos y comían y bebían a su
gusto. Pero alguien tenía que pagar por todo ello, porque los árboles no dan las armaduras y los
alimentos que produce la tierra tienen que ser plantados y cultivados. Y así como uno tiene que
pagar por un paseo en taxi, alguien el siglo décimo o decimosegundo tenía que pagar por las
7 Rousseau,J.C., “El Contrato Social”, Ed. Gráficas Modernas,1997. Traducido del francés por A.D., página
29.
26
diversiones y las cosas buenas que los caballeros y las damas disfrutaban. Y alguien también tenía
que proveer los alimentos y los vestidos para los sacerdotes y clérigos que oraban, mientras los
caballeros combatían. Además de estos clérigos y guerreros, en la Edad Media existía otro grupo: el
de los trabajadores. Porque la sociedad feudal consistía en estas tres clases: clérigos, guerreros y
trabajadores, con esta última al servicio de las dos primeras, la eclesiástica y la militar. Así lo
entendió por lo menos una persona que vivió en aquella época, y que lo comentó de esta forma:
Para el caballero y el clérigo, ha de vivir quien hace el trabajo….”8
Es cierto, entonces, que no podemos asumir una posición que escinda un periodo de otro. Esto es
lo mismo que entender la dinámica del desarrollo social, político y económico, asociada a conflictos
de intereses, al ejercicio del poder, a la expoliación, a la imposición violenta de determinadas
opciones y visiones del mundo y de la sociedad en su conjunto. Todo esto de una manera no lineal,
uniforme; sino de una manera dialéctica, en donde la sucesión de acontecimientos y de momentos
específicos ha estado condicionada por particulares expresiones. Eso sí, en donde siempre ha
prevalecido la noción y la imposición del poder, siempre en manos de quienes han controlado y
controlan la riqueza y sus beneficios fundamentales.
Con la llegada del Capitalismo, no cambia la esencia de la lógica que soporta la relación poder -
económico, poder político y dominación. Simplemente (…si cabe la expresión); se erige como
periodo en el cual se rompen los esquemas vigentes en la sociedad feudal y se instaura una opción
de universalización del conocimiento y de adecuación de los avances tecnológicos y científicos, a las
necesidades del crecimiento económico y del progreso, centrados en las directrices propuestas y
conducidas por el grupo o grupos sociales que ejercen como beneficiarios fundamentales de ese
nuevo tipo de modo de producción.
Es claro, en esa perspectiva, que al cambiar el horizonte conceptual en torno al entendido de
crecimiento económico, acumulación, reinversión y formas de gobierno; la universalización aparece
como insumo vinculado directamente con ese proceso. Ya, durante los siglos XV, XVI y XVII, la
invasión a otras zonas geográficas del planeta, el avasallamiento a las culturas no europeas y la
exacerbación del sometimiento violento; unida a la utilización de sus riquezas. Todo esto había
permitido construir y desarrollar algunas bases para implementar el dominio colonial y la imposición
de modelos políticos, económicos y culturales.
El modelo de desarrollo capitalista supone, en consecuencia, el aprovechamiento de ese acumulado
de expoliación y avasallamiento. Con el surgimiento de la producción en serie, en donde aparece
una combinación de los avances tecnológicos y la utilización de mano de obra, se da comienzo a la
consolidación de grupos nacionales y multinacionales. El monopolio y los trusts, van estableciendo
las condiciones para un proceso de internacionalización, centrado en el control económico y
político.
Cuando, en desarrollo y consolidación de ese modelo económico, aparece la crisis de 1930, a raíz
de la recesión generalizada y, particularmente en Estados Unidos; se exhibe en toda su magnitud
las contradicciones propias del mismo modelo de crecimiento y expansión. Esto obliga a reflexionar
acerca de alternativas para obviarlas. Es tanto como enfrentar la crisis por la vía de buscar y
encontrar instrumentos que permitan susuperación.
8 Huberman, Leo. “Los bienes terrenales del hombre”, edición Gráficas Modernas,Bogotá D.C., 1993, página
9.
27
Es el momento, en términos históricos, de la instauración de una nueva visión. Aparece, en ese
contexto, la noción de planificación y de macroeconomía. Al respecto, I. Osadchaia, en su obra: “De
Keynes a la síntesis neoclásica”, expresa, entre otras cosas, lo siguiente:
“Keynes creó su teoría del equilibrio macroeconómico en el período sombrío para el capitalismo, de
la depresión de los años 30 que siguió a la profundísima y devastadora crisis de 1929 -1933. La
crisis y sus secuelas: paro obrero crónico masivo, empresas paralizadas, agudización de los
problemas de mercados conmovieron hasta los cimientos no sólo la economía capitalista sino la
propia economía política burguesa. En este contexto interviene Keynes con la reforma de la vieja
economía política neoclásica burguesa, que no respondía ya a los nuevos problemas de la época de
la crisis general del capitalismo.
La influencia de Keynes en la economía política burguesa contemporánea se desprende
principalmente del hecho de que, por su objeto y su método de investigación, su teoría se
diferenciaba esencialmente de las teorías clásicas precedentes. Al contrario de las teorías de Clark,
Marshall, Pigou y otros, Keynes llegó a la conclusión de que todos los problemas de importancia
vital para la sociedad capitalista altamente desarrollada han de buscarse y, por consiguiente,
estudiarse, no del lado de la oferta de recursos (su penuria, precios, su combinación más eficaz
para obtener la máxima producción, la compensación de los factores de producción, etc., cosas de
que hasta ese momento se ocupaba la economía política neoclásica), sino del lado de la demanda
que garantiza la realización de estos recursos. Al someter a crítica la ley de los mercados de Say,
que sirvió de premisa a toda la economía clásica burguesa, y según la cual la oferta suscita
automáticamente la demanda, Keynes coloca en primer plano el problema de la demanda efectiva y
sus componentes: consumo y acumulación, el problema de los factores que determinan el
movimiento de estos componentes y, por consiguiente, la demanda global en su conjunto…”9
Surge, entonces, una nueva visión del desarrollo capitalista. Keynes, introduce un insumo teórico
fundamental, en el contexto de la teoría económica capitalista. La macroeconomía conlleva a la
necesidad de la planificación. Por esta vía, se origina la opción de una intervención estatal en la
regulación de los mercados. A nivel internacional, se desarrolla la tendencia hacia la necesidad de
mecanismo de control, de planificación y de regulación.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento de la ONU, como extensión de la
Sociedad de Las Naciones; se inaugura una nueva perspectiva para la internacionalización. Al lado
de esta, aparecen opciones vinculadas a la necesidad de la reconstrucción de Europa y, en medio
de la confrontación Este-Oeste; Comunismo y Capitalismo; este último consolida propuestas de
integración y colaboración entre sus garantes.
Lo anterior conlleva a entender la dinámica de la cooperación internacional, promovida por los
países capitalistas, como instrumento que garantice su consolidación, a partir del flujo de recursos
tecnológicos y financieros y su transferencia; según las necesidades específicas de sus aliados. Esto
supone, a su vez, tener como soporte una noción de internacionalización controlada.
Lo que pasa es lo siguiente: el centro poder capitalista, pretende hacer abstracción de las crisis
cíclicas a que se ha visto abocado el capitalismo. Una dinámica interna que lleva en si misma el
contenido de contradicción inherente al modelo. Algo ya previsto por Carlos Marx en sus cuadernos
9 Osadchaia, I. “De Keynes a la síntesis neoclásica”. Ediciones de Cultura Popular, primera edición, 1976;
páginas 19-29.
28
denominados “Apuntes sobre la plusvalía”. En ellos se ausculta, en profundidad, ese soporte
contradictorio. Porque, en fin de cuentas, sigue siendo válido su propuesta de interpretación.
Ahora, en las condiciones en que se desenvuelve la crisis en Europa y en Estados Unidos. Se
pretende efectuar la figura de tangencia con respecto al significado que tuvo, ha tenido y tienen las
leyes del mercado como opción en lo que respecta a las posibilidades de equilibrio
macroeconómico. Por esta vía se desemboca en la elusión de responsabilidades. Habida cuenta de
que, las crisis periódicas del capitalismo, hacen referencia al proceso de acumulación de capital, por
cuenta de una opción centrada en esa intervención del mercado como razón de ser al momento de
analizar los componentes.
Se olvida, y en esto enfatiza la teoría económica marxista. La razón de ser de la producción de
mercancías, supone la intervención de a clase obrera en el mismo. De todas maneras el excedente
plusválico es el soporte esencial de la acumulación. Lo demás no es otra cosa que asumir como
beneficiarios de la misma. Entender, por ejemplo, que la sección financiera capitalista; ejerce como
beneficiaria. Que le permite asumir como centro en el bloque de clases en el poder. Pretendiendo
desviar la atención en lo que respecta a que, en última instancia, su poder existe, porque existe
plusvalía. Y esto no es una abstracción. La repartija que sigue vinculada con la acumulación y que
esta acumulación está vinculada con la esencia misma del proceso.
Es decir, ahora, la crisis se pretende explicar, simplemente, en el hecho de distorsión producida por
el mercado financiero. Es algo así como negarse, de manera consiente, a reconocer que, en fin de
cuentas, la crisis financiera, no es otra cosa que la expresión de la dinámica contradictoria del
modelo capitalista
5.3 De los tratados de libre comercio
Como extensión del proceso de internacionalización controlada, los países de mayor desarrollo
capitalista y que ejercen como garantes y beneficiarios de ese control; han promovido y aplicado
estrategias que les permiten consolidar su opción, soportada en el modelo económico que han
venido imponiendo.
Tal es el caso, a manera de ejemplo, de los Estados Unidos de Norteamérica, con respecto a los
países de América Latina. Desde su visión controladora y expansionista ha diseñado e
implementado la estrategia definida como los acuerdos de libre comercio. Esta estrategia tiene
como soporte básico una particular manera de aplicar su entendido en lo que respecta a la
dinámica del mercado global. Inclusive, por esta vía, asume una posición en contravía de los
convenios internacionales en relación con el comercio; los cuales se supone tendrían como
escenario fundamental la instancia denominada OMC (Organización Mundia l de Comercio). Se trata,
en consecuencia, de consolidar su dominio económico y político en la región; para lo cual cuenta
con el aval, casi absoluto, de los gobiernos de aquellos países con los cuales concreta su estrategia.
Ya sucedió con Méjico y con algunos países centroamericanos. Ahora, ha extendido su aplicación
hacia países de Suramérica, particularmente con Perú, Ecuador y Colombia.
Visto el contexto en el cual he venido analizando la dinámica del modelo capitalista, en su versión
neoliberal; me parece pertinente retomar algunas expresiones que describen las consecuencias de
este modelo y, particularmente, de esta estrategia de los acuerdos de libre comercio. Al respecto,
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Que pasa brasil

  • 1. 1 ¿Què Pasa Brasil? 1. Amèrica Latina, Continente Periférico. En América Latina nos cobijan los mismos conflictos políticos, sociales y económicos. En breve y simple, los orígenes de la educación, hace referencia a aspectos como, por ejemplo, ¿cómo hicieron nuestros antepasados, para desarrollar el conocimiento y realizar descubrimientos; que nos permiten estar en este nivel de la evolución? Desde nuestro particular enfoque, el desarrollo de la lengua hablada y la concreción de formas escriturales; suponen supusieron un logro fundamental. Queda claro que no vamos a efectuar un recorrido por todas las fases de la historia de la Humanidad. Pero si pretendemos destacar aquellos aspectos que nos permiten situar una determinada perspectiva; de tal manera que podamos establecer algunos elementos básicos en lo que respecta al significado que ha tenido la Escuela; entendida como sistematización de procesos culturales, hasta convertirlos en instrumentos organizados y secuenciales, por área del conocimiento. Esto es lo que definimos nosotras y nosotros como implementación académica. La sociedad no puede entenderse como un todo organizado. No es una estructura homogénea. La cultura identifica y caracteriza a cada grupo humano y/o grupo social. Esto, en consecuencia, ejerce como aspecto de diferenciación. Todos los pueblos y los individuos tienen una manera de ver el mundo y de identificarse con él. Pero también, tienen una manera de transformarlo. Así en punto de partido sea unos mismos insumos que otorga la Naturaleza y que introducen lo que podríamos llamar pautas o áreas del conocimiento. Así entendido, entonces, la física y la química y las matemáticas y la filosofía y la antropología y la geología, etc., son construcciones, categorizaciones que identifica n esos insumos o áreas y permiten, por esto mismo, el desarrollo de esas áreas del conocimiento. La prehistoria americana tuvo periodos culturales (Paleo indio; Arcaico, Formativo, Clásico y posclásico). Aunque no todos los grupos nativos tuvieron las mismas etapas en su desarrollo. Además, algunos se extinguieron y otros quedaron en el primero o segundo periodo cultural. Ahora bien, la mayoría de nuestros nativos y nativas, tenía una cultura propia , cuando llegaron los invasores, muy pocos grupos habían alcanzado el nivel Clásico y solamente tres habían llegado a la época posclásica. Por lo tanto, dichos períodos, no tuvieron igual duración en todas las poblaciones; variaron según las condiciones geográficas en donde vivieron. No nos extenderemos, como dijimos arriba en el seguimiento de los cinco periodos. Únicamente, destacaremos el período Posclásico; ya que a este estadio llegaron tres grupos sociales que formaron poderosas grupos sociales (…no nos atrevemos a designarlas como naciones, en razón a la complejidad de elementos que es necesario tener en cuenta para esta tipificación) , organizados, con gobiernos fuertes y, además, se lanzaron a la conquista de territorios vecinos. 6 Sartre, Jean Paul. “El sery la nada”, editorial Altaza, 1993, página 397.
  • 2. 2 Las denominaremos como tres culturas. Bienes diferentes entre sí. Pero tenían un soporte común, en lo que respecta a la organización política. Basaban sus códigos o leyes en la religión. Ya fuese que rindieran culto al Sol, o a la Luna o a los animales, o al viento. Se gobernaba con mano dura. Algunas estaban organizadas de tal manera que, conociendo la diferenciación propuesta por Leo Huberman, se podrían asimilar a lo que se conoce como sociedades feudales. No había escuelas (en términos de organización y desarrollo del conocimiento). El conocimiento se transmitía por la vía oral y en posición de parentela. La Cultura Maya, desarrolló amplios conocimientos en astronomía, matemáticas y artes plásticas. Crearon un sistema vigesimal de numeración. Inventaron un signo equivalente al cero. Fue el único pueblo americano que poseyó un verdadero tipo de escritura jeroglífica. Y, como casi todos los pueblos, fueron maestros en arquitectura e ingeniería. Todavía, hoy, no explicamos cómo desarrollaron tales conocimientos aplicados en sus construcciones. La Cultura Azteca, más que en la anterior, la religión era el énfasis en el dominio. Regía sus actividades económicas, su militarismo, su conocimiento y sus representaciones artísticas. Un tipo de organización feudal. Sobresalieron en arquitectura, escultura, cerámica, metalurgia y textilería. La Cultura Inca (fue el único imperio organizado y centralizado en América Latina). Todas las actividades del individuo (hombre y mujer) estaban severamente controladas. El Estado cuidaba de que todos tuviesen trabajo y se ocupaba del sostenimiento de los viejos e incapacitados. Para el control del imperio, construyeron una red de caminos de más de 4000 kilómetros que unía el Cuzco con las principales ciudades. Por ellas se desplazaban los Chisques o corredores de relevo, que llevaban mensajes del emperador. La casta sacerdotal era numerosa y se encargaba de la educación de los nobles (…y es que ha sido una tradición. Tal parece que, desde siempre, la educación ha sido para quienes poseen el poder. El resto…). Aún sin muchos adelantos, la industria textil se consideraba la mejor de la América Indígena. No más con estas tres culturas, podemos observar algunos elementos que no han cambiado. Cuando aseveramos esto, es apenas obvio que se trata de una postulación referida a los conceptos de educación y de división de clases, segmentos o sectores de la población. Esto traduce que, en este contexto, no tenemos en consideración la modificación cultura, económica y política que se produjo después del ingreso de los invasores a nuestro territorio. Por ejemplo, helecho relacionado c on la educación. Esta, siempre, ha estado dirigida a las élites y ha constituido un instrumento de control y de dominación. Algo así como un privilegio y no un derecho. Los gobiernos se abrogan el derecho de decidir cómo debe ser la educación y a quienes, en últimas, debe beneficiar. Los avances científicos quedan al garete. La investigación queda a merced de quienes controlan el presupuesto estatal. Si bien es cierto que, nuestros nativos, se transmitían los conocimientos adquiridos; sin mucha disciplina, y en el entendido de su significación, relacionada con el control del conocimiento y, colateralmente, del poder. Vale la pena otra precisión: las etapas de la civilización nativa, no fueron iguales a las de Europa, Asia y África. Las clasificaciones del paleolítico, neolítico, edad del bronce y del hierro; no son aplicables al estudio del desarrollo cultural de los (as) primitivos (as) americanos. Porque, ni los materiales de trabajo empleados, ni las técnicas desarrolladas coincidieron con aquellas. Tampoco hubo coincidencia en el tiempo; ya que nuestras culturas comenzaron a desarrollarse, cuando los del llamado Antiguo Continente, tenían milenios de preparación. En conjunto, después de muchos siglos de evolución, solamente pocos grupos humanos y social es alcanzaron un alto grado de desarrollo cultural. El lento desarrollo cultural de nuestros prehistóricos
  • 3. 3 Antepasados, comparado con el de Europa y Asia; se debió en gran parte al aislamiento geográfico de nuestra América. La historia colonial de Brasil se diferencia claramente de la de la Amèrica española, por distintos motivos: -Un nacimiento discreto y un desarrollo progresivo, al ritmo de la ocupación territorial. Hasta finales del Siglo XVII, Brasil tenía la configuración de un archipiélago, puesto que los diferentes enclaves coloniales se comunicaban por mar antes que por tierra. La ocupación del interior de Brasil sólo empezó realmente hacia 1670. -Una evolución demográfica diferente. El Brasil precolombino estaba poco poblado y poseía un nivel cultural que no permitía de forma inmediata una explotación económica intensa. El porcentaje de blancos era considerable: En el Brasil colonizado, aún insignificante de finales del siglo XVI; sólo había 57.000 habitantes, entre ellos 26.000 blancos, de 18 a 19.000 indios sometidos, cifra muy baja, y casi 14.000 negros. Esta primera estructura demográfica se mantuvo, porque la población portuguesa representó siempre un alto porcentaje. Los indios nunca alcanzaron la mitad de la población y a menudo eran esclavizados, tras ser capturados durante las grandes expediciones de caza del hombre de los bainderantes paulistas a partir del siglo XVII; los negros pronto resultarán un elemento esencial para para las actividades económicas dominantes: caña y molinos de azúcar, minas de oro, plantaciones de algodón, tabaco, cacao…(Benassar: La Amèrica española y la Amèrica Portuguesa –Siglos XVI-XVII, página 252-) 2. Contextos teóricos (lógicos y filosóficos) Sea lo primero, señalar un referente; fundamentado en el rol de América Latina, en el sentido de sociedades y estados periféricos. Este último término, bordea la caracterización social, económica y política asumida por la teoría marxista. Esto no supone, en concreto, una determinada alineación. Simplemente es retomar algunos elementos teóricos propuestos desde diferentes instancias relacionadas con el análisis socioeconómico e histórico. Se trata, en consecuencia, de asumir conceptos asociados al significado que adquieren los (as) sujetos (as) individuales y colectivos (manera de asociaciones y/o instituciones). El problema es mucho más complejo de lo que imaginamos. Veamos, por ejemplo, lo siguiente: dado que, el estado, subsume a los individuos y las colectividades, la búsqueda de momentos y opciones de intervención social; se entienden asociadas a una determinada gestión. Y, esa gestión, debe coincidir o no con los propósitos societarios construidos e inmersos en el concepto de estado. En el evento de no coincidir, entonces, se configura una gestión herética. Veamos esto en términos del documento, citado arriba, “la Educación Superior en América a Latina” “…Tal vez, en lo conceptual, se ha erigido como fundamento predominante, la noción que replica los esquemas sociológicos y de la teoría económica ortodoxa. Esto en lo que tiene que ver con el análisis tendencial y efectivo que compromete el desarrollo, incluido lo cultural, como instrumento que se supone inherente a las hipótesis y variantes utilizadas… …Se configura, así, un cuadro conceptual y práctico, complejo; en el cuales exhiben consecuencias que obligan al manejo de insumos como imposición, a partir de esas mismas condiciones de
  • 4. 4 segregación. El planeta se homogeniza en razón a que se le imprime un hilo conductor centrado en las exigencias y los perfiles originados en el centro (ver: ¿qué es el poder?, citado arriba)… (Sic) es una figura que pretende el equilibrio a partir de su proyecto de vida y de sus perspectivas. …Es obvio, de todas maneras, que las contradicciones actúan como instrumento tendencial hacia rupturas, con implicaciones de desestabilización de ese “ordenamiento Cultural, político y económico”. Es ahí en donde emergen posibilidades de confrontar la ortodoxia que se reivindica como referente…”1 Visto así, entonces, puedo afirmar que la construcción de una opción determinada de universidad, supone establecer con claridad las condiciones sociales, políticas y económicas del entorno inmediato y las condiciones en que se desenvuelven las variables asociadas al desarrollo del ámbito internacional. Por esto mismo, el registro de la economía de mercado, se asume como yunta que impide la autonomía de los países periféricos. En su obra “La Fantasía Organizada”, el sociólogo e investigador social, Celso Furtado, efectúa un recorrido histórico en torno a la creación y desarrollo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Considero pertinente transcribir un aparte del texto. Con la salvedad de que, si bien es cierto habla del Brasil; de todas maneras se puede asociar con América Latina; dadas las condiciones relativamente similares. “…En razón de los cambios de dirección que sufría la economía internacional, del enorme atraso en las inversiones infraestructurales y del bajo nivel del ahorro interno, Brasil no reunía las condiciones mínimas necesarias para poder comenzar una política de desarrollo. La situación era semejante a la de los países de Europa occidental devastados por la guerra, con el agravante de que la capacidad de ahorro de Brasil era menor, en caso de recuperación, y también menor en su poder de auto transformación, lo que hacía más serio el problema de la balanza de pagos. La inflación se mantenía tan intensa como en el período de la guerra, sin que los asalariados dispusieran de cualquier instrumento de defensa contra ese flagelo. En consecuencia, crecía la intranquilidad social. El gobierno, inseguro, respondía con la violencia, atribuyendo la culpa de la insatisfacción del pueblo a los “comunistas”. Volvían a la superficie los viejos demonios hace poco conjurados…”2 En un contexto como el planteado por el sociólogo C. Furtado, destaco la fuerza de los hechos relacionados con el desarrollo de América Latina. De una parte, discontinuo. De otra parte, asociado a la condición de rezago económico. Pero, también en presencia de regímenes antidemocráticos, como una de las variantes del ejercicio político centrado en posición de elites gobernantes. Desde mi interpretación, es ahí en donde debe adquirir expresión el análisis crítico de la academia y, como colateral, la fijación de alternativas. Es algo así como entender que no existe función y responsabilidad social, sin unos instrumentos teóricos y prácticos que conlleven a socializar el conocimiento. Es necesario,aquí,proponer unaopción teórica,en torno a Carlos Marx y su propuesta. Es relevante,en razón a que “”el socialismo de Lula”, desenvuelve en un entendido absurdo. En términos de cultura, la humanidad, ha tenido momentos históricos que han sido identificados, analizados y caracterizados. El seguimiento de esta cronología, permite establecer algunos referentes. Uno de ellos, tal vez el fundamental, tiene que ver con relacionar la construcción n progresiva del concepto de sociedad; a partir de la iteración primaria y directa entre los diversos grupos humanos y entre estos y los sujetos individualmente considerados. 1 Pira Claudia y Cano P., obra citada, página 3 2 Furtado, Celso. “La fantasía organizada”, Editorial universitaria de Buenos Aires, primera edición en Colombia, febrero de 1989, página 36.
  • 5. 5 En ese proceso de indagación, hacia la identificación de los momentos históricos de la humanidad, aparecen expresiones teóricas que definen, en sí mismas, posiciones diferenciadas. Porque, entre otras cosas, esa indagación aparece asociada con áreas del conocimiento que hacen parte de la cultura. Esto es lo mismo que entender la siguiente dinámica: la cultura es un producto de la aparición, desarrollo y consolidación de la especie humana. Por lo tanto, entonces, está vinculada con el desarrollo del conocimiento. En este contexto, el primer momento de la cultura está relacionado con el conocimiento de la naturaleza, el nexo con la misma y el proceso de diferenciación. Este último, incluye, como elemento fundamental, la interpretación del rol de los sujetos. A su vez, ese rol, está anclado con la razón de ser de la presencia y el origen mismos.
  • 6. 6 Como quiera que este último aspecto conlleve a la construcción de opciones teóricas; en diferentes áreas de las ciencias sociales; estas constituyen expresiones a partir de las cuales se desarrollan posiciones de confrontación. Algo así como entender que, constituyen referentes a partir de los cuales se desarrollan escuelas de pensamiento que han incidido de manera profunda en el desenvolvimiento cultural de la humanidad. Ahora bien, desde una interpretación vinculada con grupos etarios, resulta importante intentar una indagación en la cual se pueda precisar acerca de la manera como el progreso cultural de la humanidad, particularmente en lo que respecta al estudio de las relaciones sociales y la interpretación del rol de los individuos en ella; ha incidido en los grupos humanos específicos. En mi caso, considero pertinente situar esa indagación en la incidencia de ese progreso cultural en la juventud. Pero no tanto en términos tangenciales o etéreos. Se trata, por el contrario, de situarla en relación con el pensamiento filosófico, social y político. Por la conexión que tienen estas áreas del conocimiento. Y, desde mi percepción, por la trascendencia que han tenido y tienen en la búsqueda y concreción de opciones de participación social, colectiva e individual. E, inclusive, en esa misma perspectiva, la indagación debe remitir a preciar el sentido de esa incidencia. Algo así como tratar de dilucidarla en conexión con la razón de ser del sujeto individual y de su nexo con el modelo de sociedad prevaleciente en un periodo histórico determinado. Es un poco la remisión a la angustia que genera ese nexo. Veámoslo así: “…La proposición de Sigmund Freud acerca de que la civilización está basada en la subyugación permanente de los instintos humanos ha sido pasada por alto. Su pregunta sobre si los sufrimientos infligidos de este modo a los individuos han valido la pena por los beneficios de la cultura no ha sido tomada muy seriamente –tanto más cuanto que Freud mismo consideraba el proceso inevitable e irreversible. La libre gratificación de las necesidades instintivas del hombre es incompatible con la sociedad civilizada: la renuncia y el retardo de las satisfacciones son los prerrequisitos del progreso. La felicidad, dice Freud, no es un valor cultural. La felicidad debe ser subordinada a la disciplina del trabajo como una ocupación de tiempo completo, a la disciplina de la reproducción monogámica, al sistema establecido por la ley y el orden. El metódico sacrificio de la libido es una desviación provocada rígidamente para servir a actividades y expresiones socialmente útiles, es cultura…”1 De esta manera, entonces, desembocamos en una opción teórica en la cual aparece el (la) individuo, en relación con la sociedad, pero desde una perspectiva en la cual todo le puede aparecer ajeno. Esto, en la medida en que la “cultura”, aparece como una construcción ya realizada en sus expresiones fundamentales. Es decir, encuentra unos referentes que lo (a) sitúan en una especie de relación de dominio; en donde él (ella) es el dominado (a). Cabría, en consecuencia, la pregunta: ¿dónde queda la autonomía del (la) sujeto? Es ahí, en esta pregunta, en donde la individualidad se desenvuelve de manera constante. Y esto ha sido así, desde que la humanidad se desprendió simbólica y efectivamente de la Naturaleza. Es decir, desde cuando los y las humanos (as), comenzaron su tránsito, de manera independiente y empezaron el proceso de dominación del mundo exterior. 1 Marcase, Herbert. “Eros y civilización”. Ed. Seix Barral S.A, Barcelona 1969. Cuarta edición
  • 7. 7 Visto así, la cultura (en su expresión más relevante y trascendental: la colectivización, la sociedad), se erige como mecanismo de control. Por cuanto, supone un sometimiento, una desarticulación y avasallamiento de la libertad individual. En la obra citada arriba, Marcuse expresa: “…El despotismo patriarcal original llegó a ser así un orden efectivo. Pero la efectividad de la organización sobreimpuesta de la horda debe haber sido muy precaria, y consecuentemente el odio contra la supresión patriarcal muy fuerte. En la construcción de Freud, este odio culmina en la rebelión de los hijos exiliados, el asesinato colectivo y la decoración del padre, y el establecimiento del clan de hermanos, quien a su vez diviniza al padre asesinado e introduce aquellos tabús y Contenciones que, de acuerdo con Freud, generaron la moral social… ”2 Lo cierto, entonces, es que ha existido una represión constante de la individualidad, desde el mismo momento en que se configura la sociedad. Y, en este proceso de represión, una de las construcciones más relevantes, ha sido la familia. Porque en esta s e reproducen los esquemas y los métodos de coacción. Allí, aparece la figura de la autoridad, como condición necesaria para el mantenimiento del orden y del sometimiento. En este trabajo, al abordar el análisis del rol de la teoría marxista, en el proceso de confrontación a esas relaciones de dominio; se parte de un prerrequisito básico: la caracterización de la posición asumida por Carlos Marx, como una expresión en contravía de la noción de sociedad, a partir de la represión del (la) sujeto (a) individualmente considerado(a). En otras palabras, se asume como fundamento y como hilo conductor la reivindicación de la autonomía y la libertad. Por esta vía, en consecuencia, se erige como posible una conclusión trascendental: En paralelo (y en los momentos de ruptura, de fricción) a la utilización de los mecanismos de coerción y represión inherentes a la sociedad, ha habido una lucha constante por construir una opción en la cual la libertad y la autonomía sean la razón de ser de la acción individual. En principio, la opción propuesta por Marx, estuvo centrada en la interacción con la confrontación filosófica. Conocedor de las doctrinas que lo precedieron. Estudioso de las historia de la filosofía. Desde los clásicos griegos y las expresiones renacentistas; hasta las teorías propuestas por Kant y Hegel. Particularmente en lo que tiene que ver con la relación entre el ser humano y la Naturaleza. Y, consecuencialmente, en lo que respecta al significado de la percepción y análisis de la realidad., En ese contexto, abordó uno aspecto central vinculado con el ser y la conciencia. Además, como elemento colateral, lo concerniente al método de deducción e inferencia. Surge, en ese proceso, una opción contestaria hacia la posición kantiana, en principio, y hegeliana, posteriormente. Se trata de la confrontación al entendido del origen de la dialéctica como instrumento asociado a la razón y el nexo de esta con el ser y con el conocimiento. Por esa vía, Carlos Marx en comunidad teórica con Federico Engels, desarrollaron una posición que prefiguraba un método diferente para estudiar el origen de la humanidad. Un efecto colateral central de esa visión, tiene que ver con su incidencia en la manera de estudiar y comprender el rol de la cultura y de la sociedad como una de sus construcciones fundamentales. Esa incidencia incluye la interpretación de las opciones políticas y de las relaciones de dominio establecidas. En su obra “El ser y la conciencia”, S.L. Rubinstein, expresa, al respecto: 2 Ibíd., página 69
  • 8. 8 “…El pensamiento humano, insaciable en su curiosidad, se aplica con creciente fervor y éxito al estudio del Universo, adquiere nuevos conocimientos acerca del mundo material-infinito-tanto en la esfera del macrocosmo como en la del microcosmo; elucida la estructura del átomo y la de los astros; paso a paso, va resolviendo los problemas que la naturaleza le plantea sin cesar. Movido por su curiosidad de saber, el hombre no podía dejar de dirigirse a sí mismo para meditar en torno al problema de las relaciones que existen entre el pensamiento y la naturaleza, entre lo espiritual y lo material, problema básico de la filosofía. La divisoria entre idealismo y materialismo, principales corrientes en pugna dentro de la filosofía, nos viene dada, precisamente, por la manera distinta de resolver dicho problema. Es obvia la importancia teórica de la cuestión. Ahora bien, los grandes problemas teóricos, planteados en su justo término y bien comprendidos, son, a la vez, problemas de extraordinaria trascendencia práctica. Ver como es debido los problemas teóricos importantes, significa verlos en su conexión con los problemas esenciales de la vida…”3 Queda, pues planteado, un problema vinculado con la noción del ser y de la conciencia; en términos de su expresión en el contexto de la historia de la humanidad d y de las realizaciones culturales de la misma. Pero, al mismo tiempo, queda planteado un asunto que recorre al anterior de manera transversal. Es lo siguiente: en razón a que los (as) sujetos (as), individualmente considerados(as), tienen percepciones diferentes de la realidad. Y, así mismo, en razón a que la sociedad ha establecido unos referentes precisos a partir de los cuales ejerce un control directo, en veces, sutil, en otras veces; es apenas obvio deducir la importancia que adquiere una posición que se construye a partir de la confrontación esos referentes básicos. Queda claro que, aquí en esta aseveración mía, no le estoy endilgando a Marx una postura en contravía de los logros alcanzados por la sociedad. Ni tampoco, en lo que significa la sociedad como logro al cual se accede por la vía del progreso colectivo e individual. De lo que se trata, es de establecer que la confrontación alcanza a los niveles institucionalizados que ejercen como referentes que configuran la represión al quehacer individual libertario. En términos de evolución histórica, la teoría marxista, ha construido los insumos para transferir a las acciones individuales y colectivas, una connotación asociada a la confrontación al ordenamiento establecido. Es algo así como entenderlo en una dinámica contradictoria; como quiera que está centrada en la visión dialéctica. Tanto de la sociedad, como también de las instituciones que la soportan en su aspecto político básico: el Estado, las relaciones de producción y las instituciones colaterales que coadyuvan a concretar las relaciones de dominación. Ahora bien, los y las jóvenes, como grupos etarios que adquieren una identificación determinada; en contextos sociales, políticos e históricos diferentes; son y han sido sujetos (as) de presencia constante en el proceso de construcción de nuevas opciones. Pero, al mismo tiempo, son y han sido sujetos (as) sobre lo (as) cuales se ha establecido y se establecen unas determinadas condiciones de coacción y de dominio. Porque, entre otras cosas, los r eferentes establecidos en la sociedad validan y han validado unas expresiones que se presentan como inamovibles. Dentro de ellas se destaca: la noción de autoridad, de moralidad y de familia. 3 Rubinstein, S.L. “El ser y la conciencia”. Ed. Juan Grijalbo S.A., segunda edición en español, página 2.
  • 9. 9 En la cita presentada arriba, cuando reivindico la opción freudiana para interpretar la represión hacia el (la) sujeto (a); no hago otra cosa que postular una relación entre esa interpretación de Freud y los postulados de la teoría marxista en lo que respecta a la confrontación de la caracterización del significado de los mecanismos de control social. Tal vez, uno de los momentos de mayor trascendencia, desde el punto de vista de la intervención de los y las jóvenes, en el proceso de confrontación de los referentes establecidos y que actúan como mecanismo de control social y cultural; tiene que ver con las expresiones del movimiento estudiantil francés, en mayo de 1968. Fue algo así como la inauguración de las acciones colectivas juveniles en contra de los referentes vigentes en Europa. Porque no se trató, simplemente, de unas acciones a partir de determinadas reivindicaciones puntuales de los y las estudiantes. Trascendió a niveles que involucraban a las instituciones de control. Algo así como reformar, transfiriéndole una connotación ideológica y política concreta, los procesos que se venían presentando en Norteamérica y en Europa, en el curso de la denominada década del sesenta; a partir de las expresiones contestatarias de los y las jóvenes (el movimiento hippie, por ejemplo); a partir de la música y las acciones de irreverencia. Si se quiere, entonces, el Mayo Francés; así como las expresiones del movimiento estudiantil en Méjico por esa misma época. O del movimiento estudiantil en Alemania; constituyen momentos cruciales en las expresiones de los y las jóvenes. Independientemente del grado de certeza y/o del conocimiento acerca de la influencia del pensamiento marxista en estos hechos; lo cierto es que tienen un cimiento común: la confrontación al orden establecido; en lo que este tiene de coercitivo y represor de la individualidad y de la libertad. Los ejemplos presentados, en lo que respecta a acciones organizadas de los y las jóvenes, no pueden ser vistos como absolutos. Mucho menos como los únicos. Constituyen, apenas, y así lo expresé en su momento., una muestra de la trascendencia que adquiere la noción de libertad y de confrontación a los íconos impuestos como modelos; por parte de quienes han pretendido y pretenden erigirse como representantes0 y referentes. Quiero terminar, a manera de ilustración,con la siguiente expresión:”…Detrás de todas las diferencias entre las formas históricas de la sociedad,Freud había visto la básica inhumanidad común a todas ellas,y los controles represivos que perpetúan, en la misma estructura instintiva, la dominación del hombre por el hombre…”4 Hugo Chávez, no pudo ocultar su aversión por la verdad. Eso venía desde mucho tiempo atrás. El referente más notorio, tuvo que ver con su participación en el movimiento que lo ungió como primer poderdante del reino de las “Avispas”. Un poco de coincidencia con la hecatombe presentada en la ciudad en la que había vivido siempre. Eso de “las Avispas”, hacía alusión a los sujetos que entronizaron un complejo procedimiento en relación con la matanza conocida, en “Valle Perpetuo”. Una historia ejercida y vivida, como aplicación de la pena de muerte a quienes, antes de ellos, había desarrollado un modelo de novedad. En eso de andar sembrando la ternura. Y es que, la ternura la habían desaparecido aquellos mediáticos próceres vinculados con la ubicación de la libertad, como mero cuerpo obsoleto. Esto, en su lenguaje, suponía la erradicación de cualquier ideología de cuerpo. Allá, en lo que se llamaba “la postulación de la ignorancia, como envolvente penuria conceptual”. 4 Marcuse,Herbert, obra citada, página 235.
  • 10. 10 Hugo Rafael había nacido con la impronta de la desidia y la maldad. Esto, en términos no necesariamente moralistas. En el pasado, la disquisición se proponía como opción venida a menos. En ese estar yendo, por la vía de asfixiar cualquier disidencia. Él mismo había vivido todo el pro ceso agresor de las voluntades y los sujetos que suponían que “cada paso, debe ser entendido como posibilidad libertaria. O, por lo menos, como secuencia tendencial hacia la opción pura de la solidaridad en el cuerpo vigente de la humanidad”. Era algo así como pensar en el presente, como única posibilidad de acceder a la ilusión de sufrir los quebrantos de la vida. Ya, de por sí, en continua minusvalía. Galtieri, pues, se hizo sujeto actuante. Como el émbolo que, en ambos sentidos, succionaba y expelía el fuego aplastante. En aplicación de los vestigios considerados, hasta ahora como irrelevante, Y, Él. Posicionado como norte inverosímil en la conjugación del verbo pensar. Digo esto, en razón a que, lo suyo, se fue construyendo paso a paso. Desde los tiempos de la invención de la vida como sucinta visión sin dolientes. Él mismo había elaborado los códigos del quehacer doloroso. Podría pensarse que, él mismo, había consumado el rito iniciático de la desventura. Como decir que fue acicalador de las tormentas infames en contra de la calidez y la libertad. Entonces, Eduardo Galtieri, se hizo fuerte en el sur del sur. Allí en donde fueron convocados “los hombres de bien. Dispuestos a hacer valer cada pulso, como acción de erradicación de cualquier demencial proyecto relacionado con la libertad”. Cuando yo lo conocí entendí, de inmediato, su perspectiva. Y, después, de sus socios en capacidad de aniquilar cualquier vivencia herética. Yo, desde mi nicho cálido, empecé a advertir acerca de la implicación de estos “visionarios enjutos”. No de cuerpo físico inmediato. Pero, sí, de elongación de las milenarias creencias que mantuvieron, potentes expresiones de congoja. Como cuando, cada hecho y cada sujeto en él, no era otra cosa que la dejación instrumental. De la bondad, de las visiones libertarias y de las opciones incipientes, que pudieran llegar a ser lo cotidiano universal. Y lo ví, en ciernes. Como arrebato incendiario por lo bajo. Haciendo del fuego relámpago hiriente. Como eso de subsumirse en la fuerza ya instaurada. Ya hecha cuerpo. Ya impuesta. No sé por qué, en ese día ocho de marzo, sentí la necesidad de la evocación. Y me ví y sentí como sujeto de propuestas enfáticas; en torno a la libertad y la esperanza. Pero él, Galtieri, se empoderó como opción de mil y una violencias. Reclamaba la aplicación de la noción originaria, en lo que respecta al poder y su ejercicio. Se daba, entonces, la didáctica bochornosa, bastarda. Tratando de encumbrar la teoría de lo “sensato”, entendida como proyección de las sombras de la miseria cultural. La opción de las violencias subliminales. En el entendido que, estas, ejercían como trasuntos orgánicos. Perennes. Hay un dicho que dice “si lo hice no me acuerdo. Si lo expresé, tampoco”. Una lógica perversa. Por cuanto, lo uno o lo otro, no eran cosa diferente que lo necesario para ejercer como poder aciago. En contravía de la verdad. O de la esperanza. O de las dos cosas juntas. Y sí que me fui erigiendo como partero de la “nueva memoria”. Me fui yendo como matador de la ignominia. Y decreté, para mí y para mis pares”, la violencia en contra de la violencia. Me la jugué como sujeto depositario de la voz libertaria. Y maté a Galtieri y a su método y principios. Lo hice, en noche de estrellas fulgurantes. Como si mi cuerpo ejerciese la velocidad luz, como soporte de “la nueva vida”, en contra de los milenios acumulados como pútrida expansión societaria. Recuerdo que, esa noche, lo encontré en el Palacio Real, reunido con su séquito de aduladores, asesores y emisarios. Le dije, por lo bajo y en pura eclosión libertaria, que lo mío iba en contravía de lo suyo. Y le disparé e n plena frente. Y cayó, Nicolasito allí mismo. Y, el cuerpo de saltimbanquis, se echaron a volar. Eligiendo, para ello, los infiernos dantescos. Se hicieron fuertes en el refugio de los césares antiguos y modernos. Y, yo, los hostigué con mi pluma punzante. Y, les dije “no van más como matadores, en silencio, de las ilusiones mías y las de los que están conmigo. Recuerdo su cuerpo violentado con mis lanzas hirientes. Lo despedacé. Como tratando de diluir su cuerpo. Como enfatizando en la muerte del perverso y su perversión.
  • 11. 11 En este día, entonces. De mi pulsión no efímera. He vuelto hacer de mi memoria, una opción válida. En el sentido de haber entendido los orígenes de la ignominia. Pero, más allá de simple réplica o metástasis. Orienté mis pasos por el camino parecido al de Erasmo de Rotterdam. Como si me hubiese hecho cuerpo absoluto. Mandatario de los tiempos por venir. Me apoyé en la diosa Minerva. En sus postulaciones en contravía de los dioses que la oprimieron y la vejaron. Hice de cada acción, una posibilidad libertaria. Galtieri muerto. Muertas las opciones contumaces de él y de sus súbditos. Hoy estoy aquí. Me he convertido en sujeto bipolar. He empuñado mi lanza libertaria. Pero, aun así, siento un vacío de espíritu. Como si estuviera anclado en la primera palabra del crucificado. Eso de pedir perdón a los victimarios; es una opción que no reconozco como válida. Más bien, mi pulsión se ha impuesto como tramitadora de violencias. Y en aplicación de las mismas. He desterrado a los acuciosos obradores de pantomima. He decido ser sujeto de envolvente pasión de venganza. Me he hecho insumo del postulado de matanza. No reconozco ni el perdón. Ni el dejar hacer, dejar pasar. Soy símbolo, y me siento así, mesiánico. Sigo la ruta de quien, antes que yo, hizo de su fuerza el soporte de la muerte de los vejadores. No sé por qué, siento el cansancio derivado del ejercicio de la venganza. Como si hubiera perdido el referente básico de la opción colectiva libertaria. He construido un contra-poder necesario. Pero que, en mí, ha empezado a ser tósigo virulento. Viviendo la violencia como obligatorio laberinto. He matado a más de cien mil sujetos de otrora. En sueños y en la realidad vigente. He conculcado, inclusive, el derecho de mis seguidores. Por la vía atrabiliaria. Los he despojado de su memoria y de sus perspectivas. Como en ese mar de horizontes. Eliminando cualquier expresión de reivindicación de género. Simplemente, he postulado y aplicado una visión de los hombres como únicos sujetos necesarios. Siento que me he perdido. Ya he matado a quienes debería matar. Es más, a quienes, en veces, no debería haber matado. Soy simple propietario del don de la venganza suprema. He ejercido y ejerzo como petulante cuerpo que ha creído en la ilusión como mero cuerpo apaciguado. Metido en el saco de la desmemoria. Como queriendo ejercer la condición de emisario supino. Engarzado en la dialéctica de lo terrenal. He ido y he venido. Ese es mi resumen vivencial. He mantenido la obligatoriedad de ser cuerpo matador. Una especie de manipulación de la verdad; en tratándose de césar oferente. Como queriendo expresar, que soy y seré vengador espurio. Sin norte válido, humano, tierno y referente de la libertad como opción perenne. La dinámica del capitalismo, no reconoce consecuencias. Está dado, como proceso de producción de soportes político e ideológico. Combatirlo, supone, asimismo. de opciones válidas. En términos del conocimiento económico, político y sociológico. Entonces, siendo así, Hugo y Nicolasito estaban por fuera. Ya que, su agregado de conocimiento, no iba más allá de saber lo de la lucha de clases, como periplo aprendido en los diccionarios económicos y filosóficos. Es apenas obvio que sus utilitaristas amigos (Partido Comunista Cubano, Fidel y Raúl), les celebran sus vocinglerías en torno a su concepto de revolución. 3. Antecedentes del concepto de intermediación. Ya se ha señalado arriba algunos elementos vinculados a la noción del poder, entendido con instrumento que concreta la dominación. En términos de identificación y/o del establecimiento de tipologías, es conveniente realizar algunas precisiones. Se trata de enfatizar acerca del contenido
  • 12. 12 conceptual y práctico del rol del Estado y su desarrollo. Asimismo del entendido de democracia y del ejercicio de la representación. Uno de los elementos centrales tiene que ver con auscultar en torno a la transformación del poder o, mejor sería definirlo así: el surgimiento e instauración de expresiones del poder que, de alguna manera, ejercen como distanciamiento con respecto a los dominados, por parte de los dominadores, por la vía de instancias que se sitúan como posibilidad de equilibrio. Algo así como desprender esas instancias de toda connotación vinculada con los intereses inmediatos. Lo anterior se entiende mejor, a partir de algunas definiciones (...que no son otra cosa diferente a la tipificación). Veamos: En su escrito Ética a Nicómaco, Aristóteles expresa conceptos asociados a la figura del poder, por la vía de señalar algunos aspectos relacionados con las condiciones inherentes a quienes asumen el poder. Ya ahí, un tanto como se expresó antes, aparece una noción de poder distanciado; comoquiera que se requiere de una diferenciación, al momento de validar una determinada opción. No es, entonces para Aristóteles, la figura de la oclocracia (gobierno de la multitud o plebe). Por el contrario, es la asunción de una posición en la cual los roles se distribuyen, como condición necesaria al momento de definir la gobernabilidad. Así las cosas, en consecuencia, los conceptos de monarquía, aristocracia y democracia; adquieren presencia. Inclusive, en la referencia a las Ciudades-Estados (Atenas, Corinto, Esparta), se prefigura la representación como instrumento válido e indispensable. Esto traduce condicionantes para los sujetos. El significado de la libertad, aparece como intermediación con respecto al poder. Antes hemos referenciado este aspecto. Basta con recordar el recorrido efectuado, a manera de ejemplo, en las expresiones de Rousseau, Marx, Morgan, Marcuse; así como la referencia a Hobbes, en su versión del poder en Leviatán. Inclusive, es pertinente (...en la perspectiva propia del desarrollo teórico, acerca de la organización política) hacer alusión a Alexis de Tocqueville (La Democracia en América, El Antiguo Régimen y la Revolución Francesa); Raymond Aron (Introducción a la Filosofía de la Historia, Democracia y Totalitarismo) y Max Weber (La Ética Protestante y el Desarrollo del Capitalismo). Sin embargo, consecuente con nuestra línea de interpretación del poder y del significado de la libertad; conviene resaltar un texto no muy divulgado y, aún menos conocido. Se trata de La Teoría Metafísica del Estado, escrito por L.T. Hobouse. Aclarando, otra vez, la posición crítica que nos ha acompañado al momento de transcribir algunas citas; vale la pena presentar, en extenso, una parte del texto señalado. Particularmente la referida al concepto de Estado y de libertad. Es lo siguiente: “…Por otra parte, la familia, tal y como se mantiene en un momento determinado, es simplemente la totalidad coordinada o asociada de sus miembros, tal y como se mantienen en el mismo momento. Es una expresión de la vida de esos miembros, en tanto que vidas en común o en estrecha relación entre sí. La familia, especialmente, no tiene bienestar, ni felicidad, ni buena o mala fortuna que no sea el bienestar, felicidad y buena o mala fortuna de alguno de sus miembros o de varios de ellos. En una organización profesional o sindical, en un negocio o una fábrica, p. ej., hay también un conjunto en el que se pueden totalizar tantos cientos o miles de individuos como miembros que la compongan. En todos los casos, esos miembros cambian, en mayor o menor grado, debido a la asociación a la que pertenecen. Del sindicato, profesión o negocio podrán decirse cosas que no serían ciertas si se dijesen de sus miembros cuando estos no pertenecieran a ellos. Pero, repetimos, en la totalidad no hay otra cosa que la actividad asociada o coordinada de los individuos que la constituyen. Esto sigue siendo verdad aunque la organización pueda ser permanente, pero cambien los individuos. Una universidad puede tener durante siglos un carácter y un sello peculiares y exclusivos. El número de individuos que pasan por ella y reciben su influencia es innumerable. Semejante totalidad no la constituyen solamente el número de miembros que lo ocupan en un determinado momento; ni podemos enumerar a los que han estado bajo su influencia durante toda su existencia. Sin embargo, su tradición, su espíritu, que no parece albergar ningún individuo aislado, lo mantienen los individuos, se propaga de generación a generación, se rompe, quizá, a veces por el influjo de un nuevo tipo de carácter que no es capaz de asimilar la tradición que encuentra.
  • 13. 13 De este modo, al pensar sobre la sociedad, estamos expuestos a dos errores. Por una parte, podemos caer en negar la realidad del grupo social, rehusando concebirlo como una entidad distinta, insistiendo en disolverlo entre sus componentes individuales, como si esos individuos no fueran afectados por el hecho de la asociación. Por otra parte, como reacción ante este exagerado individualismo, podemos pensar que la sociedad es una entidad distinta de los individuos, no simplemente en el sentido de que sea un agregado de individuos considerados en una relación especial, sino en el sentido de que se trata de un todo que, de alguna manera, existe fuera de ellos o en la que ellos se han fusionado en perjuicio de su identidad individual. Además, habiendo alcanzado la concepción de una entidad supra personal en la que los individuos están inmersos, tendemos a buscar esta entidad, no en todas las diversas formas de vida social que se entrecruzan y se cortan entre sí, sino en alguna forma especial de asociación que parece incluir al resto para presentarse como un conjunto al que el individuo debe pertenecer como elemento. Los escritores idealistas han encontrado esta entidad en el Estado. Hay, pues, dos puntos que hemos de considerar: primero, la noción general de una entidad supra personal y, después, la identificación de esa entidad con el Estado...” 3 De nuestra parte, se trata de establecer algunos elementos de reflexión; en torno al significado de la representación. De lo presentado, hasta ahora, se infiere la importancia de los condicionantes; al momento de definir y posicionar los contenidos teóricos y prácticos del poder. Es decir, la evolución de las instancias de control y su justificación teórica, han pasado por identificar y aceptar como válida la pérdida absoluta o parcial de la libertad absoluta, del sujeto individual y del sujeto colectivo no beneficiarios del poder. Cuando más, en una aplicación amplia de la figura asociada a la intermediación, se ha construido una variante de esa libertad absoluta, por la vía de desarrollar una opción en la cual esos sujetos individuales y colectivos acceden a una expresión en esas instancias; a través de delegar. O lo que es lo mismo: a través de la cesión de parte de esa libertad; tal vez la fundamental. 3.1 La concreción de la intermediación. Caso: Parlamento. Siendo así, entonces, hacemos tránsito hacia el origen de este concepto en Occidente. En el siglo XIII, se conoció (para el caso británico), una figura primaria de parlamento anglosajón (Witenagemot). Un tipo de representación absolutamente distanciada de los súbditos dominados, no beneficiarios del poder. Asumió roles en nexo con los intereses inmediatos de sectores, aunque no vinculados directamente a la Corona, ejercían una fuerte influencia. En principio ejercieron como Consejo Asesor, en lo que respecta a la consecución de recursos y/o a la orientación y aplicación de lo que podría llamarse como el gasto público. Con algunas variantes, en términos de su connotación politica, en el siglo XVI; este tipo de Consejo Asesor, mantuvo un significado asociado a la representación de determinados sectores, en su relación con la Corona. Aunque, en estricto, carecía de la fuerza necesaria para erigirse como alternativa de gobierno; de todas maneras prefiguró el surgimiento de agrupaciones políticas, entendías como partidos, si aplicamos el método de análisis que se hizo vigente en los siglos XVII y XVIII, para el caso del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Otra cosa fue, con la diferenciación propia inherente al significado de la Revolución Francesa, la expresión de los Jacobinos en la Asamblea Nacional y el desconocimiento de la autoridad del Rey. El concepto de Nación – Estado (siglo XVI; permitió identificar una evolución fundamental, en lo que respecta a las agrupaciones políticas; en tanto que la influencia de la Reforma Protestante, proveyó insumos importantes, fundamentalmente en lo que hace al Calvinismo. Fue algo así como la culminación de un proceso iniciado tres siglos antes, en contra del poder de la Iglesia Católica y su rol en los asuntos políticos y económicos. Encontramos allí, en el contexto de ese proceso anterior a la Reforma y en los hechos posteriores a esta, elementos determinantes, para entender expresiones políticas como las de los Whig y los Tory (presbiterianos-liberales y conservadores, respectivamente). 3 Hobouse,L.T., Teoría Metafísica del Estado, Ed. Aguilar, 1981, páginas 26-27. Traducción de Dalmacio Negro Pavón.
  • 14. 14 La Guerra Civil Inglesa (1642-1649), constituyó una expresión importante, en lo que respecta al rol del Parlamento. Recuérdese nuestra anotación anterior, en cuanto al significado inicial adquirido por esta figura colectiva, como representación. En la línea de interpretación propuesta, no es otra cosa que la evolución de los Consejo Asesores del Rey y, en veces recaudadores de recursos u orientadores para efectos del gasto público. Es pertinente resaltar, en el contexto de los antecedentes y significado de la Guerra Civil Inglesa, la convocatoria efectuada por Carlos I, al Parlamento en 1640 (denominado transitoriamente como Parlamento Largo); con la intención de promover la consecución de recursos para su guerra en contra de Escocia. Ya, de por sí, obraba un contenido religioso en la confrontación. Anglicanos y Presbiterianos. La oposición de Tomás Wentworth, a las pretensiones de Carlos I, puede ser entendida como un intento por reivindicar la autonomía parlamentaria; más allá de las simples exigencias de contraprestación planteada por otros miembros del Parlamento. Posteriormente, Oliver Cromwell, retomaría (a nombre de un híbrido entre autonomía del Parlamento y la expresión del Puritanismo) la confrontación radial al Rey Carlos I. Este proceso derivó en la disolución, en 1648, por parte de Cromwell del Parlamento, la expulsión de quienes se oponían a sus acciones militares en contra del Rey y a la posterior configuración del denominado Parlamento Rabadilla, con sus adeptos. Terminada la influencia de Cromwell, en 1660 (febrero) el Parlamento se reúne y decreta su propia disolución, a partir de marzo de 1660. La denominada Revolución Gloriosa de 1688 en Inglaterra; tuvo como centro el conflicto entre el Parlamento (como evolución del entendió y aplicación práctica de los anteriores Consejo Asesores del Rey) y Jacobo II. Aquí, el Parlamento, actuó en su condición de coalición de agrupaciones políticas y religiosas. El punto de comienzo, en la ruptura y expulsión de Jacobo II, tuvo que ver con la confrontación entre católicos y protestantes; a raíz de decisiones asumidas por el Rey (Jacobo II), en contravía y vulneración de derechos de la mayoría protestante. Se promovió entonces, por parte del Parlamento, la asunción de la dupla María II y su esposo Guillermo III. En términos tendenciales, podría decirse que la intervención del Parlamento durante la Revolución Gloriosa, tuvo como repercusión importante la instauración de una figura de equilibrio político entre la Monarquía y el Parlamento. Cabe recordar que ya, desde el siglo XV. Para profundizar en este aspecto, es posible consultar las acciones realizadas por la Asamblea de Nobles, como consejeros del Rey en la modalidad de Consejo Privado(..O Privy Council, como se le conoce en Inglés), apareció la figura politica asimilada al Gabinete, como expresión de una relativa independencia. Puede entenderse, incluso, que la incidencia del Parlamento en la designación de los ministros, constituye un avance, a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Corolario transitorio: Aunque aparezca limitado al caso de Inglaterra, el ejemplo anterior, define el hilo conductor que ha tenido la intermediación. Hemos visto, en su origen, como el Parlamento constituyó un distanciamiento profundo y radical, con respecto a los súbditos no beneficiarios. El recorrido, desde los Consejo Asesores y/o Recaudadores, hasta la versión evolucionada en los siglos XVI y XVII; permite inferir un perfil cercano a la suplantación de la libertad absoluta. Es, en la línea de interpretación propuesta, una decantación, un filtro. No es otra cosa diferente a lo ya analizado, en cuanto al origen, evolución y significado de las instancias de intermediación; como expresiones del control y del poder. Esta afirmación, sin embargo, no supone desconocer la importancia de la democracia representativa; en el contexto de la evolución de la confrontación al poder absoluto y autoritario. Inclusive, porque la evolución de este tipo de intermediación, permitió la separación de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). En este sentido, la influencia de Charles Louis Montesquieu, (en el siglo XVIII) fue fundamental. 3.2 El Parlamento y los Regímenes Parlamentarios. Nos corresponde, ahora, avanzar en cuanto al alcance logrado; en ese proceso de representación ya analizado arriba. No se trata, ni de eludir, ni de hacer abstracción de los principios básicos que
  • 15. 15 sustentan nuestra opción de interpretación. Simplemente, arribamos a un momento, en cual la descripción tiene que expresarse. No solo en cuanto a su connotación, como extensión de un determinado modelo de representación; sino también en lo que respecta a su significado como escenario para la expresión de las agrupaciones políticas. Así, entonces, supone establecer dos referentes básicos. Uno de ellos, asociados al poder ejecutivo. El otro, vinculado al poder legislativo. En su versión actual, el Parlamento, se consolida en el siglo XIX. A manera de anécdota, es pertinente referir el caso del Althag en Islandia y del Tynwald, en Isla de Mon (adscrito a la Corona Británica); como los Parlamentos más antiguos. En cuanto a sus características básicas, la descripción es la siguiente: existe un aspecto, a manera de generalidad, en cuanto a la división política y administrativa en dos sectores, instancias o cámaras. Para el caso, a manera de ejemplo, del Reino Unido, estas divisiones se denominan Cámara de los Lores, que ejerce como instancia de Tribunal Superior y Cámara de los Comunes, que ejerce como instancia que designa al Gabinete, incluido el Primer Ministro. Para el caso de España, aparece también la modalidad bicameral, en el contexto de la denominación Congreso de los Diputados. Otra instancia importante, para el mismo caso de España, es el Consejo de Ministros. De todas maneras, queda claro el hecho de la designación del Presidente a cargo del Congreso de Diputados. En el caso de Alemania (Estado Federal), las instancias adquieren la denominación Bundestag (Cámara Baja. Es aquí en donde se hace la designación del Canciller, quien ejerce como conductor del gobierno) y Bundestag (Consejo Federal). En el Caso de Italia, las instancias se denominan Senado de la República y Cámara de Diputados. El ejecutivo es ejercido por un presidente designado en sesión conjunta del Parlamento, adicionado con representaciones de algunos entes territoriales. En lo que respecta a las funciones generales, entendidas como funciones legislativas; la división política y administrativa (además de la ya señalado, para el caso del ejecutivo, en los ejemplos anteriores); permite una cobertura de orientación y de control. Es, además, un escenario en el cual se dirimen aspectos fundamentales asociados a la expedición de normativas de aplicación al interior y al exterior .En este caso, comoquiera que el ejecutivo recibe un mandato limitado al programa de gobierno previamente aprobado. Esto permite entender la dinámica de los partidos políticos y su significado. Así, entonces, los electores y las electoras (..Los delegatarios de su libertad, en el entendido que hemos manejado aquí); votan por un partido determinado y su programa de gobierno. Es de anotar la presencia de diferencias precisas, en lo concerniente a la formación del equipo de gobierno, en los diferentes países con Régimen Parlamentario. Veamos, a manera de ilustración, un ejemplo para el caso de España, en tratándose de una Nación que, a su vez, tiene características asimiladas a conflictos internos de nacionalidades que no hacen primacía (Catalanes y Vascos). Además de ejercer como Monarquía Constitucional. Según la metodología utilizada y la línea de interpretación propuesta, reiteramos acerca del concepto básico adjudicado a la representación; como intermediación de la libertad de los sujetos individuales y colectivos, no beneficiarios (as) del poder. Insistimos, no se trata en este escrito, de desarrollar una posición respecto a las teorías acerca del Estado; por cuanto esto significaría a introducción de otros elementos de referencia. Sin embargo, en lo que hemos señalado aquí, ya se puede percibir una posición respecto a su evolución y significado. Por ahora, en lo pertinente al significado de los regímenes parlamentarios, como una forma de gobierno; consideramos suficiente. Al menos en términos de reflexión y caracterización. 3.3 El Régimen Parlamentario, su importancia actual. En este escrito hemos recabado acerca del significado de la libertad individual y colectiva, con respecto al poder. Uno de los elementos de mayor connotación, ha sido el análisis de la intermediación; entendida como figura por medio de la cual las representaciones actúan como mandatarias. El problema surge, según nuestra línea de interpretación, al momento de efectuar seguimiento y caracterización, no solo en lo que respecta a su nexo efectivo con los mandantes; sino
  • 16. 16 también en torno a su rol en el escenario político y social, entendido en un contexto en donde el Estado ejerce como referente. A su vez, el Estado, tiene una estructura que, en términos generales sigue siendo ortodoxa. Es decir, supone la preeminencia de intereses asociados a aquellas clases y/o fracciones beneficiarias directas del capital. No se trata, insistimos en esto, de exhibir un discurso nihilista. Más bien es una postura en la cual presentamos el análisis a partir de conceptos políticos transversales. Esto supone, por lo tanto, un método vinculado a la complejidad de las relaciones políticas y sociales; sin que implique hacer abstracción de la dominación ejercida por los beneficiarios directos del poder y del capital, sobre aquellos sectores periféricos, segregados. Algo así como entender la dinámica del desarrollo centrada en una división de clases insoslayable. Visto así, entonces, no podemos hacer elusión de estos conceptos al momento de analizar el significado de los regímenes parlamentarios. Porque, en fin de cuentas, estos no traducen una reivindicación, ni una aplicación de la libertad plena de los sujetos individuales y colectivos. Las restricciones son evidentes; comoquiera que el ejercicio de la representación como intermediación, nos regresa a la posición inicial: el poder político y económico, ha construido instancias de dominación que le permiten consolidar su opción. Esto es lo mismo que hablar de una gobernabilidad fundamentada en variantes de diferentes teorías de Estado. Ya hemos señalado algunas de ellas. Sin embargo, es pertinente recordarlas. Una de ellas tiene que ver con la posición de Tomás Hobbes (Leviatán). Es de anotar su hilo conductor: la centralidad como fundamento del poder. Este, a su vez, es condición necesaria para mantener el control. En perspectiva, significa validar las condiciones que permiten la división entre las clases y/o sectores sociales; por la vía de reconocer la prevalencia de aquellas clases o fracciones de estas que ejercen como beneficiarias directas del capital; a costas de aquellas clases y/o sectores no beneficiarios. Otra tiene que ver con la aplicación de la figura del Contrato Social (J.J. Rousseau), con modificaciones tendenciales. El equilibrio, se convierte en la posibilidad de presentar determinadas opciones de intermediación; a partir de instancias aparentemente neutrales. Aquí es necesaria otra precisión: nuestra interpretación de la división de poderes en la estructura Estatal (ejecutivo, legislativo, judicial), supone entenderla como consecuencia del desarrollo político, social y económico. Además, este desarrollo, ha sido traumático, no lineal. Inclusive, en muchos casos, se concretaron y siguen concretándose, a partir de luchas específicas y generales, lideradas por obreros, campesinos y sectores urbanos (asimilados a lo que entendemos como pequeña y mediana burguesía). En el caso de Alexis de Tocqueville, Charles Louis Montesquieu y Max Weber, se entiende una aportación a la Teoría del Estado, como sublimación del la dominación. Algunas de sus opciones han mutado en posiciones construidas como alternativas modernas para fortalecer variables específicas en cuanto al rol del Estado. Consideramos pertinente, en este contexto, hacer alusión a un texto ya citado antes (“Los Anarquistas: Selección de escritos, realizada por Irving Louis Horowitz). Esta vez, citaremos un aparte del escrito de Errico Malatesta, contenido en el texto referido. “..Hay una enfermedad del pensamiento humano, la tendencia metafísica, que hace que el hombre, después de haber abstraído por un proceso lógico la cualidad de un objeto, se encuentre sometido a una especie de alucinación que le induce a tomar lo abstraído por lo real. Esta tendencia metafísica, a pesar de los triángulos de la ciencia positiva, tiene todavía fuertes raíces en el pensamiento de la mayoría de nuestros contemporáneos. Es tal su influencia que muchos conciben al gobierno como un ser real, dotado de ciertos atributos de la razón, de justicia, de equidad, independientes de las personas en que encarna. Para ellos, el gobierno, o más bien el Estado, es el poder social abstracto; es el representante, abstracto siempre, de los intereses generales; es la expresión de los derechos de todos, y es considerado como limitado por los derechos de cada uno. Este modo de concebir el gobierno aparece
  • 17. 17 apoyado por los interesados, a quienes importa salvar el principio de autoridad y hacerle prevalecer sobre las faltas y errores de los que se turnan en el ejercicio del poder. Para nosotros, el gobierno es la colectividad de los gobernantes; y los gobernantes, reyes, presidentes, ministros, diputados, etc., son aquellos que aparecen adornados de la facultad de hacer las leyes para reglamentar las relaciones de los hombres entre sí, y de hacer ejecutar estas leyes; son los que decretan y recuerdan los impuestos; imponen el servicio militar; juzgan y castigan las infracciones y contravenciones a las leyes; intervienen y sancionan los contratos privados; monopolizan ciertos ramos de la producción y ciertos servicios públicos, por no decir toda la producción y todos los servicios; favorecen o impiden el intercambio de productos; declaran la guerra y ajustan la paz con los gobernantes de otros países…Los gobernantes, en una palabra, son los que tienen la facultad, en grado más o menos elevado, de servirse de la fuerza colectiva de la sociedad, es decir, de la fuerza física, intelectual y económica de todos, para obligar a todo el mundo a hacer lo que favorece a sus designios particulares. Esta facultad constituye, en nuestro sentir, el principio de gobierno, el principio de autoridad...”4 En estas condiciones, el análisis de los regímenes parlamentarios, nos convoca a ubicar referentes en términos del ejercicio de la intermediación, de la representación; como una forma concreta que adquiere la dominación. En consecuencia, hablar de su importancia, significa un proceso de cotejación con respecto a resultados específicos. Algo así como posicionarlo en relación con determinados avances en el desarrollo e implementación de expresiones concretas de la democracia, en un entendió de la dominación del capital. Uno de esos aspectos relevantes, tiene que ver con la estructura, composición y funciones. El hecho de ejercer (el Parlamento) como colectivo en el cual confluyen partidos y fuerzas políticas las cuales, a su vez, asumen la representación de mandantes heterogéneos; supone concretar un tipo de intermediación con respecto al poder. Es decir, en el espectro político, social y económico vinculado al concepto de Estado; se entiende como una sección de este. Es una figura diferente al presidencialismo; pero no elimina la figura del poder ejecutivo. De lo que se trata es de filtrar su designación; por la vía de incidir en la misma. De tal manera que, el Parlamento, adquiere la potestad de esa designación o de su revocatoria. Todo esto asociado al hecho de reivindicar el rol de los partidos y/o fuerzas políticas, como bancadas homogéneas. Esto permite, por lo tanto, un tipo de ejercicio programático, derivado de los resultados electorales. Si se trata de precisar algunas ventajas, en comparación con los regímenes presidencialistas, vale la pena señalar la potestad parlamentaria para decidir acerca de la revocatoria del mandato a quien haya sido designado como primer ministro, presidente, canciller, etc., según el caso. Lo anterior, en razón al referente programático. Otro aspecto importante está en relación con la posibilidad de permitir desarrollos de mayor complejidad, en lo que corresponde a esa figura parlamentaria. Tal es el caso, a manera de ejemplo, del proceso de integración en los países de la Comunidad Europea. El análisis de este proceso y sus implicaciones, de por sí, amerita un escrito aparte. Es necesario, en la intención de soportar el cuestionamiento de las ínfulas revolucionarias socialistas, de Lula y el Partido de los Trabajadores de Brasil, presentar algunas líneas teóricas en torno al capitalismo. Se ha vertido muchas palabras, en este tiempo. En la intención de entender y explicar la crisis económica en Europa. Sin embargo todos los análisis y manifiestos dan por sentado algo que, desde mi interpretación, es insólito. Como quiera que se asume una tipificación centrada en el hecho simple inmediato: la creciente deuda pública y, como colateral, al 4Malatesta, Errico. Citado por Irving, Louis H. en Los Anarquistas.Ed. Alianza Editorial, tercer edición 1982, páginas 89-90
  • 18. 18 Ejercicio de sucesivos gobiernos en algunos países de la Unión, que han socavado los pilares fundamentales de los compromisos. Es decir, se asume que ha fallado , parcialmente, el experimento de la moneda común. Que, por lo tanto, se hace necesaria una especie de re-fundación. En este sentido, el planteamiento hecho por el señor Nicolás Sarkozy y respaldado por la señora Ángela Merkel, resume los contenidos teóricos expresados, por los analistas profesionales que deambulan por toda Europa. Algo así como enfatizar en una interpretación un tanto reduccionista. La ortodoxia, en lo que .respecta, a la teoría económica, es la gran ausente. Todo pasa por lo circunstancia l. Siendo, como ha sido hasta ahora, una versión por entregas periódicas, que relata lo ocurrido. En Grecia; en España; en Portugal…, como si, al hacerlo así, estuvieran proponiendo un entendido irrefutable de la crisis. A lo que yo aspiro es diferente. Se trata de apostarle a un análisis de largo aliento. Algo así como implicar en el mismo al capitalismo. No solo como contexto. Fundamentalmente como modelo e itinerario aplicado, dirigido e impuesto por la Burguesía. Un tanto volver a un concepto y expresión prohibida en estos tiempos. En los cuales lo más común y fácil es asumir la opción ecléctica y de renegación. Porque el universo teórico ortodoxo construido por Carlos Marx se asume como posición retrógrada. Máxime cuando el extravío estalinista condujo a lo que los aurigas del capitalismo y sus aristas socialdemócratas, a posicionarse como triunfadores. Erigiendo la teoría del libre mercado y la precarización del trabajo obrero y de bienes y servicios. Los íconos burgueses convocaron a fantasear. Construyendo evasiones cada vez más cercanas a promulgar el triunfo de la predestinación que soporta la teoría capitalista. Con variantes cada vez más ignominiosas. Por la vía de proponer e implementar versiones para todos los gustos. Variables del mismo tósigo teórico; en términos de: El recorrido de la historia y la estruendosa derrota de la teoría marxista que trajo consigo, es a mejor muestra de la validez de la teoría originaria de Smith y Ricardo. Asumiendo que, a futuro lo que se puede esperar es a perfección del modelo y del sistema. Con avatares propios de lo cotidiano y lo tendencial, pero sin menoscabar su soporte básico5. Lo que pasa es simple. Unos escenarios construidos con los rellenos ideológicos y políticos que han venido acumulándose a lo largo de períodos sucesivos de diez, veinte treinta años. Da mucho coraje ver verter kilómetros de palabras. En textos de supuesta profundización teórica-científica; en revistas; en periódicos y, obviamente, en las gacetas gubernamentales. Una inveterada maña aprendida, derivada del oficio más antiguo de los videntes y gendarmes, en el transcurso de nuestra historia: recrear y rebobinar verdades. Haciéndolas cada vez más asequibles a quienes se erigen como guías, centrados en el poder. Visto así, entonces, asumo, en principio, expresiones que poden ser interpretadas como “sangrar por la herida”. Y es cierto. Sangro y me declaro doliente de la teoría básica, fundamental del análisis teórico económico desarrollado por Carlos Marx. Ese nunca ha sido superado por ninguna de las variantes ensayadas, desde la perspectiva capitalista. La lucha de clases sigue vigente y se profundiza. La pauperización es galopante. Inmensos contingentes de seres humanos estamos adportas de la hambruna El entramado ideológico de lo que yo llamo bloque de clases en el poder, un tanto influenciado, sanamente, por
  • 19. 19 5 A decir verdad es una disquisición elaborada por mí y que considero interpreta el sentir de teóricos liberales y neoliberales y su séquito surgido del ámbito de los renegados
  • 20. 20 Lukács; cuando describe de manera premonitoria el desarrollo que habría de tener la ideología burguesa. Su superestructura estatal. Es en el contexto de esta breve descripción, en la cual inscribo este documento. Contracorriente. Tal vez en la posición de hereje que reivindica el derecho a expresar una opción de interpretación. Como quien dice un volverse atrás. A las fuentes en que bebimos muchos revolucionarios y muchas revolucionarias. Es una intención por no claudicar ante el embeleco construido por parte de quienes asumieron conmigo muchos riesgos. Que, ahora, les dio por aborrecer su pasado. Como quiera que andan soltando globos al aire y al garete. Construyendo teorías para justificar sus veleidades políticas innovadoras. Ahí, empotrados y amarrados. Adaptándose a las exigencias. Como mentores y mentoras de lo que han dado en llamar la democratización de los procesos. Untados y untadas de las heces que expulsa la burguesía. Como diciendo: ¡Sí ven. Nosotros y nosotras reconocemos la burda equivocación. Son errores del pasado. Ahora queremos coadyuvar a fortalecimiento del modelo propuestos por ustedes paso a paso. Empezaré por lo que debería ir de último. Porque lo que quiero es destacar los procesos que se han venido instaurando. Imponiendo. Tanto así como acceder a la noción que nos han presentado. Adornada. Sin lucha de clases. Ya los obreros y las obreras no son eso. Son “colaboradores”. Ya las maquilas se han desparramado por todos los espacios y territorios. Se ha pretendido trastocar (…y a fe que lo ha logrado con la ayudantía de los arrepentidos y arrepentidas). Quiero llegar hasta la demostración en términos de: la confrontación entre obreros, obreras (¡…si las que precisó Marx en su análisis de la economía capitalista y que reivindicaron Lenin y Trotsky en su teoría de partido obrero ¡) y patronos se ha desdibujado; en la medida en que la recomposición burguesa ha permitido a la burguesía financiera y comercial, ser el soporte de lo que he llamado bloque de clases y/o fracciones en el poder. 4. El Caso Lula como expresión del reformismo tipo socialdemócrata en Amèrica Latina 4.1 El Partido de los Trabajadores en Brasil Nota: para acceder a mayor conocimiento del origen y la Ideologìa del Partido de los Trabajadores de Brasil, adjunto escrito bajado desde internet. Ideologìa Oficial del Partido El PT surgió de la organización sindical espontánea de operarios paulistas al final de la década de 1970, dentro del vacío político creado por la represión del régimen militar a los partidos comunistas tradicionales y a los grupos armados de izquierda entonces existentes. Desde su fundación, se presenta como un partido de izquierda que defiende el socialismo como forma de organización social. Con todo, dice tener objeciones al socialismo real implementado en algunos países, no reconociendo tales sistemas como el verdadero socialismo.13 La ideología espontánea de las bases sindicales del partido, y la acción personal de líderes sindicales como la de Lula, Jair Meneguelli y otros, siempre se caracterizó por una cierta reprobación a las ideologías en favor de la acción sindical como fin en sí misma, y es bien conocido el episodio en el que Lula, cuestionado por su adversario Fernando Collor con respecto a la filiación ideológica del PT, en un debate televisado en directo 1989, respondió textualmente que el PT "jamás declaró ser un partido marxista".
  • 21. 21 Aun así, el partido mantuvo durante toda la década de 1980 relaciones amistosas con los partidos comunistas que entonces gobernaban países del "socialismo real" como la Unión Soviética, República Democrática Alemana, la República Popular de China, y Cuba. Estas relaciones, no obstante, jamás se tradujeron en ningún tipo de organización entre partidos o de unidad de acción y no sobrevivieron a la derrocada del mismo socialismo real a partir de 1989, a pesar del mantenimiento de cierta afinidad sentimental de algunos líderes del PT con el Gobierno de Fidel Castro - como en el caso emblemático del ex diputado José Dirceu, que en la década de 1960 fue exilado en Cuba y allí recibió entrenamiento para la lucha de guerrillas (de la cual jamás participó concretamente). El liderazgo del PT mantuvo buenas relaciones con el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, hasta su muerte en marzo de 2013. El PT nació con una postura crítica al reformismo de los partidos políticos socialdemócratas. En palabras de su programa original: "Las corrientes socialdemócratas no presentan hoy ninguna perspectiva real de superación histórica del capitalismo imperialista". El PT se organizó, en el papel, a partir de las formulaciones de intelectuales marxistas, pero también contenía en su bulto, desde el nacimiento, ideologías espontáneas de los sindicalistas que constituyeron su "núcleo duro" organizacional, ideologías estas que apuntaban a una aceptación del orden burgués, y cuya importancia se volvió cada vez mayor, a medida que el partido adquiría bases materiales como máquina burocrático-electoral. El partido se articula con otros partidos diversos y grupos de izquierda latinoamericanos, como el Frente Amplio uruguayo, partidos comunistas de Cuba, Brasil y otros países, y movimientos sociales brasileños, como el MST en el llamado Foro de São Paulo, reunión de movimientos y partidos políticos de izquierda latinoamericanos. Lula afirmó en el último de esos encuentros: "Necesité llegar a la presidencia de la República para descubrir cuán importante fue crear el Foro de São Paulo". Algunos afirman que dichas relaciones no se traducen en ningún tipo de unidad organizacional, quedando en el nivel de la solidaridad política mutua en torno a ciertos objetivos comunes, como la lucha por la unidad latinoamericana y la oposición a la penetración política estadounidense en América Latina. Estos últimos dicen que lo que caracteriza al PT es una cierta adhesión retórica al socialismo, adhesión esta que no se traduce en presupuestos ideológicos claros y consensualmente admitidos por la generalidad del partido. El expresidente del PT, José Genoíno, solía afirmar que el socialismo y el marxismo se volvieron para el partido "un sistema de valores" más que un conjunto de medidas para la transformación de la sociedad. Otros, discordando, caracterizan el Foro de São Paulo como un trazado de políticas conjuntas y de hecho, que fue lo que permitió el ascenso de Lula, de Hugo Chávez, de Evo Morales y del Frente Amplio, argumentando que esas políticas conjuntas están trazadas en las actas de esos foros, y son ejecutadas pronto por los participantes presentes en el Gobierno. Las ideologías políticas de los partidos y movimientos participantes del Foro de São Paulo difieren ellas mismas considerablemente, oscilando del marxismo-leninismo del PC cubano al "Bolivarismo" y socialismo democrático típicamente latinoamericano practicado por Hugo Chávez y Evo Morales. Se podría decir que todavía en el PT el trabajo ideológico-teórico siempre fue llevado a remolque de los orígenes concretos del partido. A favor de esa afirmación está el hecho de que su núcleo duro está compuesto por sindicalistas con una preocupación, por encima de todo, con los intereses corporativos de los trabajadores asalariados organizados, lo que explicaría la facilidad con que el partido, una vez en el poder, se adaptó a la lógica de la economía capitalista como un todo y a una política económica bastante ortodoxa. Y no se trata aquí solo de la Presidencia de la República; ya en la década de 1990, prefectos pietistas como el futuro Ministro de Hacienda Antônio Palocci adoptaban políticas de Gobierno de tipo neoliberal (privatizaciones, cortes drásticos de gastos públicos) que en poco se distinguían de las propuestas por sus análogos del PSDB o del Demócratas (antiguo PFL).15 En julio de 2006, el propio expresidente Lula se declaró distante de la izquierda, admitiendo que en un eventual segundo mandato proseguiría con políticas conservadoras.16 Aun así, es posible argumentar que una regencia capitalista de la economía también fue practicada por Lenin, en la llamada Nueva Política Económica, justo después de la Revolución soviética. José
  • 22. 22 Genoíno, en entrevista a la Folha de São Paulo en febrero de 2005, afirmó categóricamente que el Gobierno Lula seguía la Nueva Política Económica leninista. Ha de recordarse que la burocracia del PT, por cuenta de sus ligaciones con cúpulas sindicales como las de la CUT, tuvo la oportunidad concreta17 de desenvolver estrategias de acumulación de capital a través de la administración de fondos de pensión privados (cuyo desarrollo el Gobierno Lula intentaría estimular en la reciente reforma de la previdencia), estrategias estas que acabarían por desarrollar una cierta identidad de intereses entre la burocracia del partido y sectores de la burguesía brasileña). Tendencias del partido Antiguas tendencias  Causa Obrera (salió del partido en 1990, pasó a integrar el PCO)  Convergencia Socialista (salió del partido en 1993, pasó a integrar el PSTU)  Acción Popular Socialista (salió del partido en 2005, pasó a integrar el PSOL).  Tendencia por el Partido Obrero Revolucionario (salió del partido en 1990, pasó a integrar el POR). Tendencias de la llamada "Izquierda del PT"  O Trabalho (OT)  Izquierda Marxista (EM)  Tendencia Marxista (TM)  Articulación de Izquierda (AE)  Brasil Socialista (BS) Otras tendencias  Democracia Socialista (DS) El proletariado brasileño nació en esta época (1922-1930) pero tuvo un largo camino para poder manifestar sus verdaderos intereses de clase. El proletariado industrial brasileño, como la mayoría del proletariado latinoamericano, tiene parte de sus raíces en el campesinado desplazado hacia la ciudad a raíz de la expansión y especialización en el cultivo del café que liquidó amplias áreas de la economía doméstica de subsistencia. Asì también parte del proletariado brasileño, al igual que el argentino, tiene sus orígenes entre inmigrantes europeos fundamentalmente italianos y españoles que insuflaron en el proletariado naciente las ideas socialistas y anarquistas del proletariado de su país natal En las primeras luchas del proletariado brasileño la ideología que dominó fue la anarquista. Se inspiró en el Bakuninismo y en el Proudhonismo, concibiendo un sindicalismo libre que orientara el descontento de las clases populares hacia la destrucción de la dominación política…El anarquismo pensaba poder derrumbar el Estado mediante huelgas generales revolucionarias. Preparó una en 1918, que comenzó en Rio y Niteroi, pero fue rápidamente reprimida. Al año siguiente estallaron huelgas en Sao Paulo, Porto Alegre, Recife, Salvador, Curitiba, Niteroi y Río que también culminaron con violenta represión. Ante estas movilizaciones los obreros consiguieron algunas concesiones que se expresaron en las primeras leyes obreras…(Bidegain de U. Ana María, Nacionalismo, Militarismo y dominación en Amèrica Latina. Ed, Universidad de los Andes, 1983, pp 101-102) Por lo mismo, entonces, efectuaré un somero análisis del punto en el cual estamos: la globalización económica y la teoría monetaria imperante. Posteriormente centraré mi atención en la teoría del Estado Burgués. Además, haré énfasis en algunos aspectos de lo que denomino una división de responsabilidades entre las fracciones de clase en el poder y la perspectiva en el mediano y largo plazo. Es necesario aclarar que algunos de los análisis que presentaré, ya han sido
  • 23. 23 publicados por separado (escrito de Luis Parmenio Cano Gómez, utilizado aquí, en primera persona. Sin suplantar el hilo conductor. Asimismo, en el entendido que, si bien hago referencia a las implicaciones concretas de un país periférico, como el mío; supone una visión global para América Latina. Incluido Brasil 5. Acerca de la globalización económica y el comercio exterior 5.1 El soporte teórico Ante todo, se trata de una indagación. Más allá, inclusive, de la descripción simple de las características fundamentales que exhibe la globalización, como perspectiva y como tendencia que se ha pretendido asimilar al concepto de universalización. Porque, a decir verdad, asistimos a ese proceso de avasallamiento por parte de quienes controlan la economía mundial; sin haber solicitado que nos invitaran. Algo así como entender, por esta vía,
  • 24. 24 que la dinámica, la impronta del capital, está centrada en su capacidad de absorción de todos los contenidos y de todas las opciones. Aquí, entonces, no hay lugar para ejercer la disidencia, ni como grupos sociales, ni como país. La disidencia es considerada una herejía inconcebible e inclusive se tipifica como insensatez y/o como opción en contra del progreso. Veamos lo anterior en términos del profesor Jorge I. González: ¿….Cuál es el sustratocomún de todasociedad? Algunos analistas sostienenquela sociedad está organizada por y para la lucha contra la naturaleza, sabiéndose y queriéndose ser racional, calculadora, eficaz, mecanicista y mundial. En la comunidad tradicionalesta lucha seinscribía en un pensamiento mágico-religioso.En la sociedad moderna el trabajo transformador adquiere un papelcentral:es el nuevo sagrado. La sociedad no se preocupa por ser justa. Eso no es de ella.Tampoco es injusta. Lo suyo es producir. La sociedad moderna ha envuelto al hombre en la lógica de la competición, reduciéndolo todo a la cuantificación y al cálculo. El sentido de la eficiencia no deja espacio para la gratuidady eldon. La sociedad racional hace que el individuo sea calculador. Desde esta perspectiva,elanálisis delneoliberalismo como tal pasa a un segundo plano; en cambio,la pregunta por el hombre, por su felicidad y por la razón de su quehacer cotidiano, adquiere una relevancia fundamental...”6 En el anterior contexto, el concepto de globalización económica y su aplicación, adquiere connotaciones dramáticas; en términos de sus implicaciones sobre el conjunto de la economía mundial, particularmente sobre las economías de los países que no han alcanzado niveles de desarrollo semejantes a los de Estados Unidos y Europa. Si se quiere, la dinámica de la globalización económica, puede y debe interpretarse como una extensión y/o adaptación de la lógica que subyace al concepto del libre cambio; en donde es el mercado el encargado de regular todo el quehacer económico y social. Es algo así como imprimirle a esta época una opción centrada en el predominio de esa lógica propia de los principios fundamentales del capitalismo. Con el agravante de la presencia de condicionantes relacionados con el control ejercido por aquellos países que tienen el monopolio de los avances científicos, además de instrumentos que les permiten profundizar y consolidar su visión acerca del desarrollo económico y sus paradigmas vinculados con su entendido de democracia y participación. Aquí, en consecuencia, prevalece una noción de planificación en la cual el Estado no tiene ese rol propuesto por parte de quienes, desde una perspectiva asimilada a la utopía, asumían la posibilidad de establecer una especie de equilibrio entre el crecimiento y el desarrollo económico y las necesidades sociales de quienes no ejercen como beneficiarios fundamentales, en cuanto no hacen parte de la clase o grupo que controla la riqueza, entendida como capital. Tal es el caso de lo expresado por J.C. Rousseau en su texto El Contrato Social. Considero pertinente transcribir un aparte de su concepto central: “..La primera y más importante consecuencia de los principios hasta aquí establecidos es que sólo la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado según el fin de su institución, que es el del bien común; pues si la oposición de los intereses particulares ha hecho necesario el establecimiento de las sociedades, la conformidad de estos mismos intereses la ha hecho posible. Lo que hay de 6 González, Jorge I.”Contradicciones del neoliberalismo”, artículo publicado en el Texto: “El fin del neoliberalismo, Ed. Indepaz, primera edición 1993, página 86.
  • 25. 25 común entre estos diferentes intereses es lo que forma el vínculo social; y si no hubiese algún punto en el que todos los intereses estuvieses conformes, ninguna sociedad podría existir: luego la sociedad debe ser gobernada únicamente conforme a este interés común...”7 Como corolario transitorio, me permito señalar: la aplicación de la opción de globalización económica, está soportada en elementos conceptuales asociados a las leyes del mercado. Por esta vía, se hace elusión del Estado como instrumento regulador y garante de los beneficios sociales para la población excluida de los beneficios fundamentales del crecimiento económico. El desarrollo económico es entendido, entonces a partir de ahí, como crecimiento que está condicionado por la existencia de intereses vinculados con el control ejercido por parte del o los grupos económicos que poseen el monopolio sobre el capital y, por esto mismo, de los avances tecnológicos. No se entiende, en esta opción, la universalización de la ciencia y el conocimiento, como patrimonio de la humanidad; sino como posibilidad de profundizar el control y acrecentar la riqueza de aquellos que la ejercen. En lo que sigue, trataré de profundizar en tres aspectos básicos: uno, tiene que ver con las implicaciones de la globalización económica así concebida, en el desarrollo y crecimiento de los países denominados del tercer mundo y/o subdesarrollados. El segundo tiene que ver con las alternativas posibles para enfrentar esos condicionantes imperativos. Y el tercero hace alusión al concepto de Estado y los modelos políticos que lo subyacen. También, en este tercer punto se analiza e caso del régimen parlamentario en Europa. 5.2 La globalización económica y el comercio mundial. a. De los organismos financieros y económicos internacionales. La humanidad ha avanzado en lo que respecta a la noción de universalización. Queda claro que no es posible validar, ahora, el concepto de autarquía. Las relaciones entre diferentes sociedades y culturas, ha ejercido como soporte para el intercambio de bienes...y del conocimiento acumulado. Esto, a su vez, ha estado condicionado por diferentes momentos del desarrollo económico. Desde el esclavismo, pasando por el feudalismo, hasta el capitalismo. Han sido períodos históricos en los cuales han hecho presencia diferentes opciones en torno a la riqueza, al trabajo, al crecimiento y al rol asignado al entendido de la participación, los derechos y al concepto del ser humano. Visto así, es pertinente presentar la interpretación de un autor que indagó por es e tipo de nexos, a lo largo de la historia. Leo Huberman, en su obra “Los bienes terrenales del hombre”, dice: “…Los directores de las primeras películas de cine a menudo hacían cosas muy extrañas. Una de las más curiosas era su costumbre de llevar a la pantalla gentes que tomaban un automóvil e iban a cualquier parte sin pagar al chofer. Paseaban por la ciudad, se divertían, o iban a un centro de negocios, y ahí terminaba todo. No había que pagar. Igual pasaba con los libros de la Edad Media, en los que por páginas y páginas, caballeros y damas, con armaduras brillantes o trajes suntuosos, vivían entre torneos y juegos. Siempre residían en castillos espléndidos y comían y bebían a su gusto. Pero alguien tenía que pagar por todo ello, porque los árboles no dan las armaduras y los alimentos que produce la tierra tienen que ser plantados y cultivados. Y así como uno tiene que pagar por un paseo en taxi, alguien el siglo décimo o decimosegundo tenía que pagar por las 7 Rousseau,J.C., “El Contrato Social”, Ed. Gráficas Modernas,1997. Traducido del francés por A.D., página 29.
  • 26. 26 diversiones y las cosas buenas que los caballeros y las damas disfrutaban. Y alguien también tenía que proveer los alimentos y los vestidos para los sacerdotes y clérigos que oraban, mientras los caballeros combatían. Además de estos clérigos y guerreros, en la Edad Media existía otro grupo: el de los trabajadores. Porque la sociedad feudal consistía en estas tres clases: clérigos, guerreros y trabajadores, con esta última al servicio de las dos primeras, la eclesiástica y la militar. Así lo entendió por lo menos una persona que vivió en aquella época, y que lo comentó de esta forma: Para el caballero y el clérigo, ha de vivir quien hace el trabajo….”8 Es cierto, entonces, que no podemos asumir una posición que escinda un periodo de otro. Esto es lo mismo que entender la dinámica del desarrollo social, político y económico, asociada a conflictos de intereses, al ejercicio del poder, a la expoliación, a la imposición violenta de determinadas opciones y visiones del mundo y de la sociedad en su conjunto. Todo esto de una manera no lineal, uniforme; sino de una manera dialéctica, en donde la sucesión de acontecimientos y de momentos específicos ha estado condicionada por particulares expresiones. Eso sí, en donde siempre ha prevalecido la noción y la imposición del poder, siempre en manos de quienes han controlado y controlan la riqueza y sus beneficios fundamentales. Con la llegada del Capitalismo, no cambia la esencia de la lógica que soporta la relación poder - económico, poder político y dominación. Simplemente (…si cabe la expresión); se erige como periodo en el cual se rompen los esquemas vigentes en la sociedad feudal y se instaura una opción de universalización del conocimiento y de adecuación de los avances tecnológicos y científicos, a las necesidades del crecimiento económico y del progreso, centrados en las directrices propuestas y conducidas por el grupo o grupos sociales que ejercen como beneficiarios fundamentales de ese nuevo tipo de modo de producción. Es claro, en esa perspectiva, que al cambiar el horizonte conceptual en torno al entendido de crecimiento económico, acumulación, reinversión y formas de gobierno; la universalización aparece como insumo vinculado directamente con ese proceso. Ya, durante los siglos XV, XVI y XVII, la invasión a otras zonas geográficas del planeta, el avasallamiento a las culturas no europeas y la exacerbación del sometimiento violento; unida a la utilización de sus riquezas. Todo esto había permitido construir y desarrollar algunas bases para implementar el dominio colonial y la imposición de modelos políticos, económicos y culturales. El modelo de desarrollo capitalista supone, en consecuencia, el aprovechamiento de ese acumulado de expoliación y avasallamiento. Con el surgimiento de la producción en serie, en donde aparece una combinación de los avances tecnológicos y la utilización de mano de obra, se da comienzo a la consolidación de grupos nacionales y multinacionales. El monopolio y los trusts, van estableciendo las condiciones para un proceso de internacionalización, centrado en el control económico y político. Cuando, en desarrollo y consolidación de ese modelo económico, aparece la crisis de 1930, a raíz de la recesión generalizada y, particularmente en Estados Unidos; se exhibe en toda su magnitud las contradicciones propias del mismo modelo de crecimiento y expansión. Esto obliga a reflexionar acerca de alternativas para obviarlas. Es tanto como enfrentar la crisis por la vía de buscar y encontrar instrumentos que permitan susuperación. 8 Huberman, Leo. “Los bienes terrenales del hombre”, edición Gráficas Modernas,Bogotá D.C., 1993, página 9.
  • 27. 27 Es el momento, en términos históricos, de la instauración de una nueva visión. Aparece, en ese contexto, la noción de planificación y de macroeconomía. Al respecto, I. Osadchaia, en su obra: “De Keynes a la síntesis neoclásica”, expresa, entre otras cosas, lo siguiente: “Keynes creó su teoría del equilibrio macroeconómico en el período sombrío para el capitalismo, de la depresión de los años 30 que siguió a la profundísima y devastadora crisis de 1929 -1933. La crisis y sus secuelas: paro obrero crónico masivo, empresas paralizadas, agudización de los problemas de mercados conmovieron hasta los cimientos no sólo la economía capitalista sino la propia economía política burguesa. En este contexto interviene Keynes con la reforma de la vieja economía política neoclásica burguesa, que no respondía ya a los nuevos problemas de la época de la crisis general del capitalismo. La influencia de Keynes en la economía política burguesa contemporánea se desprende principalmente del hecho de que, por su objeto y su método de investigación, su teoría se diferenciaba esencialmente de las teorías clásicas precedentes. Al contrario de las teorías de Clark, Marshall, Pigou y otros, Keynes llegó a la conclusión de que todos los problemas de importancia vital para la sociedad capitalista altamente desarrollada han de buscarse y, por consiguiente, estudiarse, no del lado de la oferta de recursos (su penuria, precios, su combinación más eficaz para obtener la máxima producción, la compensación de los factores de producción, etc., cosas de que hasta ese momento se ocupaba la economía política neoclásica), sino del lado de la demanda que garantiza la realización de estos recursos. Al someter a crítica la ley de los mercados de Say, que sirvió de premisa a toda la economía clásica burguesa, y según la cual la oferta suscita automáticamente la demanda, Keynes coloca en primer plano el problema de la demanda efectiva y sus componentes: consumo y acumulación, el problema de los factores que determinan el movimiento de estos componentes y, por consiguiente, la demanda global en su conjunto…”9 Surge, entonces, una nueva visión del desarrollo capitalista. Keynes, introduce un insumo teórico fundamental, en el contexto de la teoría económica capitalista. La macroeconomía conlleva a la necesidad de la planificación. Por esta vía, se origina la opción de una intervención estatal en la regulación de los mercados. A nivel internacional, se desarrolla la tendencia hacia la necesidad de mecanismo de control, de planificación y de regulación. Al término de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento de la ONU, como extensión de la Sociedad de Las Naciones; se inaugura una nueva perspectiva para la internacionalización. Al lado de esta, aparecen opciones vinculadas a la necesidad de la reconstrucción de Europa y, en medio de la confrontación Este-Oeste; Comunismo y Capitalismo; este último consolida propuestas de integración y colaboración entre sus garantes. Lo anterior conlleva a entender la dinámica de la cooperación internacional, promovida por los países capitalistas, como instrumento que garantice su consolidación, a partir del flujo de recursos tecnológicos y financieros y su transferencia; según las necesidades específicas de sus aliados. Esto supone, a su vez, tener como soporte una noción de internacionalización controlada. Lo que pasa es lo siguiente: el centro poder capitalista, pretende hacer abstracción de las crisis cíclicas a que se ha visto abocado el capitalismo. Una dinámica interna que lleva en si misma el contenido de contradicción inherente al modelo. Algo ya previsto por Carlos Marx en sus cuadernos 9 Osadchaia, I. “De Keynes a la síntesis neoclásica”. Ediciones de Cultura Popular, primera edición, 1976; páginas 19-29.
  • 28. 28 denominados “Apuntes sobre la plusvalía”. En ellos se ausculta, en profundidad, ese soporte contradictorio. Porque, en fin de cuentas, sigue siendo válido su propuesta de interpretación. Ahora, en las condiciones en que se desenvuelve la crisis en Europa y en Estados Unidos. Se pretende efectuar la figura de tangencia con respecto al significado que tuvo, ha tenido y tienen las leyes del mercado como opción en lo que respecta a las posibilidades de equilibrio macroeconómico. Por esta vía se desemboca en la elusión de responsabilidades. Habida cuenta de que, las crisis periódicas del capitalismo, hacen referencia al proceso de acumulación de capital, por cuenta de una opción centrada en esa intervención del mercado como razón de ser al momento de analizar los componentes. Se olvida, y en esto enfatiza la teoría económica marxista. La razón de ser de la producción de mercancías, supone la intervención de a clase obrera en el mismo. De todas maneras el excedente plusválico es el soporte esencial de la acumulación. Lo demás no es otra cosa que asumir como beneficiarios de la misma. Entender, por ejemplo, que la sección financiera capitalista; ejerce como beneficiaria. Que le permite asumir como centro en el bloque de clases en el poder. Pretendiendo desviar la atención en lo que respecta a que, en última instancia, su poder existe, porque existe plusvalía. Y esto no es una abstracción. La repartija que sigue vinculada con la acumulación y que esta acumulación está vinculada con la esencia misma del proceso. Es decir, ahora, la crisis se pretende explicar, simplemente, en el hecho de distorsión producida por el mercado financiero. Es algo así como negarse, de manera consiente, a reconocer que, en fin de cuentas, la crisis financiera, no es otra cosa que la expresión de la dinámica contradictoria del modelo capitalista 5.3 De los tratados de libre comercio Como extensión del proceso de internacionalización controlada, los países de mayor desarrollo capitalista y que ejercen como garantes y beneficiarios de ese control; han promovido y aplicado estrategias que les permiten consolidar su opción, soportada en el modelo económico que han venido imponiendo. Tal es el caso, a manera de ejemplo, de los Estados Unidos de Norteamérica, con respecto a los países de América Latina. Desde su visión controladora y expansionista ha diseñado e implementado la estrategia definida como los acuerdos de libre comercio. Esta estrategia tiene como soporte básico una particular manera de aplicar su entendido en lo que respecta a la dinámica del mercado global. Inclusive, por esta vía, asume una posición en contravía de los convenios internacionales en relación con el comercio; los cuales se supone tendrían como escenario fundamental la instancia denominada OMC (Organización Mundia l de Comercio). Se trata, en consecuencia, de consolidar su dominio económico y político en la región; para lo cual cuenta con el aval, casi absoluto, de los gobiernos de aquellos países con los cuales concreta su estrategia. Ya sucedió con Méjico y con algunos países centroamericanos. Ahora, ha extendido su aplicación hacia países de Suramérica, particularmente con Perú, Ecuador y Colombia. Visto el contexto en el cual he venido analizando la dinámica del modelo capitalista, en su versión neoliberal; me parece pertinente retomar algunas expresiones que describen las consecuencias de este modelo y, particularmente, de esta estrategia de los acuerdos de libre comercio. Al respecto,