3. Resumen
En la siguiente presentación, abordaremos un tema tan importante en nuestra
sociedad, y la evolución que como humanos hemos experimentado, y como la
cultura, economía, la propia sociedad influyen en las formas de pensar de cada
persona y la forma en como nos alimentamos.
La presencia de los trastornos de la alimentación es cada vez más frecuente,
especialmente entre las adolescentes y mujeres jóvenes, aunque han aparecido
artículos alertando sobre la disminución de la edad de iniciación de estos trastornos,
especialmente de la anorexia.
Se los define como alteraciones graves de la conducta alimentaria. Los más comunes
son: anorexia nerviosa, bulimia y la ingesta compulsiva (llamado también “trastorno
por atracón”).Estos tres trastornos son considerados enfermedades psicosomáticas
(enfermedades físicas originadas por conflictos emocionales subconscientes o de tipo
psicológico). Todos comparten síntomas primarios: preocupación por el peso y deseo
de adelgazar.
En estos trastornos se producen alteraciones en el organismo que ponen en peligro la
vida de quien lo sufre, lo que demuestra los desarreglos que puede llegar a tener el
ser humano en cuanto a sus necesidades básicas de auto conservación .
En 1977 el médico naturista Steve Bratman describió otro trastorno alimentario
llamado “ortorexia”, que consiste en la obsesión por mejorar la salud a través de la
alimentación, o la preocupación exagerada por ingerir una dieta sana. La Asociación
Suiza para la Alimentación alertó sobre el aumento de la frecuencia de este trastorno
alimentario, que por ahora se presenta especialmente en Europa.
4. Trastornos de Alimentación
Hábitos Alimentarios
Una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad actual es la
sensibilización sobre la necesidad de crear hábitos de vida saludables que
permitan una vida sana plena. Los objetivos para alcanzar esta meta se recogen
en las diferentes etapas educativas.
En Primaria “Conocer y apreciar el propio cuerpo y contribuir a su desarrollo
aceptando hábitos de salud y bienestar y valorando las repercusiones de
determinadas conductas sobre la salud y la calidad de vida”
En Secundaria “Conocer y comprender los aspectos básicos del funcionamiento
del propio cuerpo y de las consecuencias para la salud individual y colectiva de los
actos y las decisiones personales y valorar los beneficios que suponen los hábitos
del ejercicio físico, de la higiene y de una alimentación equilibrada, así como llevar
una vida sana”
Es fundamental enseñar desde edades tempranas la importancia que tiene la
alimentación en el mantenimiento de la salud, así como en el desarrollo emocional
y psicosocial. El profesorado desempeña, en este sentido, un papel fundamental.
Los hábitos alimentarios adquiridos en este periodo son decisivos en el
comportamiento alimentario en la edad adulta, y éste, a su vez, puede incidir en
los comportamientos de las siguientes generaciones. La educación debe
considerarse, por tanto, como una herramienta indispensable en la prevención de
los trastornos alimentarios.
Pero, no es solamente en la escuela donde se nos educa nutricionalmente a
nosotros como alumnos, ya que en esta labor son decisivos nuestras familias, el
entorno y los medios de comunicación social (televisión, cine, etc.).
La educación nutricional se inserta dentro de la Educación para la Salud, tema
transversal que se debe trabajar desde las diferentes áreas del currículo, por
ejemplo, desde el área de Ciencias Sociales se pueden investigar los cambios en
los hábitos alimentarios de las distintas culturas y su posible relación con los
descubrimientos; en Ciencias Naturales se podrían analizar dietas partiendo del
menú semanal del comedor escolar, en el área de Lenguas Extranjeras se puede
investigar y aprender los comportamientos alimentarios en los países de la cultura
del idioma estudiado.
5. Los hábitos alimentarios de las poblaciones son la expresión de sus creencias y
tradiciones y están ligados al medio geográfico y a la disponibilidad alimentaria.
Los factores que condicionan los hábitos alimentarios son de tipo económico,
religioso (como las normas de la Torah o del Corán, que se relacionaban a su vez
con la higiene), psicológico y pragmático.
Dichos factores evolucionan a lo largo de los años y constituyen la respuesta a los
nuevos estilos de vida, a los nuevos productos a consumir, a las comidas rápidas
(fast foods), etc. y se relacionan muy directamente con el aumento de los recursos
y con el contacto entre gentes de culturas alimentarias distintas (sirva como
ejemplo de esto, los hábitos anteriores y posteriores al descubrimiento de
América, tanto por el contacto con otras culturas no conocidas entonces, como por
la aparición de nuevos productos en la dieta: tomates, patatas, etc).
Los hábitos alimentarios del mundo occidental se caracterizan, cuantitativamente,
por un consumo excesivo de alimentos, superior, en términos generales, a las
ingestas recomendadas en cuanto a energía y nutrientes para el conjunto de la
población y, cualitativamente, por un tipo de dieta rica en proteínas y grasas de
origen animal.
Trastornos de alimentación
Los trastornos de la alimentación: anorexia nerviosa y bulimia nerviosa, son
patologías que se presentan con mayor incidencia en la actualidad. Los cambios
en las normas de belleza emanados por la cultura y difundidos por la propaganda
despiertan los fantasmas e inciden en la problemática manifestada.
La argumentación partirá con la mención de algunas de las diversas concepciones
etiológicas de los padecimientos, en seguida se proporcionarán los argumentos
para definir la anorexia nerviosa como una neurosis histérica y tomaré como
ejemplo el caso relatado por el Dr. Freud en El hombre de los lobos.
Tomando como punto de partida la definición de neurosis expresada por
Laplanche y Pontalis y de las conceptualizaciones de perversión de diversos
autores psicoanalistas se concebirá a la bulimia nerviosa como una perversión.
6. Los Trastorno de la Conducta Alimentaria son manifestaciones extremas de una
variedad de preocupaciones por el peso y la comida experimentados por mujeres
y hombres, cada día son más frecuentes y preocupantes en nuestra sociedad, y
están avanzando progresivamente apareciendo nuevos trastornos que vienen
acompañados de sentimientos de culpa, tristeza, inadecuación, rechazo social,
problemas para relacionarse con otras personas, dificultades laborales,
dificultades en las relaciones tanto con amigos y familia, como con posibles
parejas, incluso autolesiones o ideas suicidas, etc.
En definitiva se trata de una obsesión moderna por la perfección del cuerpo, es la
nueva "epidemia del culto al cuerpo". Estos trastornos de la alimentación son una
condición bastante difícil de tratar y los sujetos que los padecen consumen una
enorme cantidad de recursos y energía en el área de la salud mental. Algunos de
los factores de riesgo que se han identificado (como ser joven, mujer y estar en
dieta) han sido fiablemente relacionados con el desarrollo de los trastornos de la
alimentación, y se han desarrollado varios programas de prevención en
poblaciones de niños y adolescentes.
También los trastornos de alimentación en las y los jóvenes en la actualidad se
han convertido en un auténtico “boom”. Hoy en día aparecen muchas noticias e
información, en los medios de comunicación sobre la anorexia y la bulimia
nerviosa, y esto responde a que en el momento actual los trastornos del
comportamiento alimentario, la bulimia, en particular, están aumentando
alarmantemente.
Una de las razones por la que existe esta alarma es que estos trastornos, llevados
a un extremo, presentan un desenlace fatal y en determinados casos se agravan y
se vuelven afecciones irreversibles, lo que motiva a desadaptaciones laborales,
sociales y familiares de las personas que lo padecen; además, en el transcurso de
la enfermedad y posterior recuperación, estas/os jóvenes, así como las personas
que les rodean, sufren de forma intensa.
Aunque todavía no existe un conocimiento profundo del tema, el aumento de
casos ha hecho que los profesionales de la salud se preocupen cada día más por
investigar cuáles son las múltiples causas que desencadenan la aparición de este
tipo de trastornos y cuáles pueden ser las soluciones más adecuadas. Lo que
tenemos claro es que estos trastornos alimentarios presentan cuadros complejos.
7. En la actualidad, la evidencia publicada en la literatura es limitada como para
sugerir que un tipo particular de programa es efectivo para prevenir los trastornos
de la alimentación, y ha habido preocupaciones acerca de si algunas
intervenciones pueden tener posibilidades de causar efectos nocivos.
El desarrollo y refinamiento de programas de prevención es complicado por la falta
de conocimiento acerca de los factores de riesgo asociados a los trastornos de la
alimentación y por la necesidad de lograr un equilibrio entre el suministro de
intervenciones de prevención para los trastornos de alimentación y la posibilidad
de que éstas tengan efectos nocivos.
CONCLUSIÓN
Existen grandes cambios estresantes, temerosos o que provocan ansiedad, como,
perder empleo o una crisis financiera repentina, así como el estrés cotidiano, tales
como el trabajo, familia, tráfico e incluso el clima. Todos estamos expuestos a
desencadenar el comer emocional. A veces nuestras emociones están tan
estrechamente relacionadas con la comida, que con tan solo sentir una emoción
muy fuerte, se llega a un alimento en particular.
Es así como nuestro cerebro estaría cotidianamente a alcanzar la comida tan
pronto como la emoción. La información sirve para alertar a la sociedad y para la
detección precoz de casos y como lo mencioné anteriormente es importante
realizar actividades donde se trabajen aspectos relacionados con las
problemáticas del adolescente, pueden resultar útiles (autoestima, habilidades
sociales etc).
En mi opinión particular, con ayuda de planes educativos en escuelas, y talleres
de alimentación en educación básica podemos prevenir la aparición de éstos
trastornos, exponiendo cual es un estado de salud ideal.
8. REFERENCIAS
Chinchilla Moreno, A.; Barjau Romeo, J. (2003). Trastornos de la conducta alimentaria:
Anorexia y bulimia nerviosa, obesidad y atracones. Elsevier.
Bruch, H. (2001). La jaula dorada: el enigma de la anorexia nerviosa. Paidó
Morandé, G. (1995). Un peligro llamado Anorexia: La tentación de adelgazar. Ed. Temas de
hoy.
Turón, V. y col. (1997). Trastornos de la alimentació n. Masson
Verbitz, T.; Milanese, R.; Nardone, G. (2002) Las prisiones de la comida: vomiting, anorexia,
bulimia. Herder.
Recalcati, M. (2003). Clínica del vacío: anorexias, dependencias, psicosis. Síntesis
Nardone, G. (2004). Más allá de la anorexia y la bulimia. Paidós.