Antonio Guzmán Blanco fue un militar y político venezolano que se desempeñó como presidente de Venezuela en tres períodos no consecutivos (1870-1877, 1879-1884, 1886-1888). Lideró la Revolución de Abril de 1870 que derrocó al gobierno y buscó modernizar el país a través de obras públicas y un gobierno centralizado, aunque personalista. Gobernó con énfasis en el progreso económico a través de ferrocarriles, puentes y la Casa de la Moneda.
Novena de Pentecostés con textos de san Juan Eudes
Presidente antonio guzman blanco
1. PRESIDENTE ANTONIO
GUZMAN BLANCO
UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICERRECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE COMUNICACION SOCIAL
LISANDRO GALINDEZ
C.I. 13.796.893
SAIA A
PROF: JOSE QUINTERO
2. Guzmán blanco llamado El Ilustre Americano Militar y político
venezolano, presidente de la República (1870-1877; 1879-1884;
1886-1887)
Nació el 28 de febrero de 1829 en Caracas. Hijo del político
Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal; y de
Carlota Blanco Jerez de Aristeguieta, emparentada con la familia
de Simón Bolívar. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de
Caracas, donde se graduó el 14 de abril de 1856. Un año después
fue cónsul en Filadelfia y Nueva York. Regresó en 1858, pero el
presidente Julián Castro lo expulsó a las Antillas (8 de enero de
1859), donde se sumó a la revolución de Juan Crisóstomo Falcón y
Ezequiel Zamora. Desembarcó con Falcón en Palmasola el 24 de
julio de 1859 y se convirtió en figura clave de la federación,
desempeñando varios ministerios, delegaciones diplomáticas y la
vicepresidencia de la República.
Falleció el 28 de julio de 1899 en París, donde se encuentran sus
restos.
Antonio
Guzmán
Blanco
3. Septenio(1870/1877)
El general Antonio Guzmán Blanco, exiliado en Curazao, prepara
un movimiento contra el gobierno de José Ruperto Monagas, hijo
de José Tadeo, ambos encumbrados al poder por la Revolución
Azul. El 27 de abril de 1870 sus fuerzas toman Caracas y derrocan
al gobierno de los Azules. Es el máximo líder de los liberales.
Triunfante la Revolución de Abril, como es conocida, inicia su
primer gobierno, el Septenio (1870/1877), con una dirección clara:
eliminar lo viejo, inútil y contrario al progreso, y sentar las bases
legales y materiales del porvenir. Busca la paz y la modernización
del país dentro de un esquema político fundamentado en su
liderazgo personalista y en la aplicación de fórmulas
centralizadoras sin abandonar el discurso federal.
4. Quinquenio (1879/1884)
Construir, pero antes hay que rescatar el trabajo perdido. Se
ajustan los instrumentos de gobierno: el centralismo avanza, se
amplía el aparato del Estado con nuevas direcciones y ministerios
como Instrucción Pública (1881), y se realiza el segundo censo de
población (1881): Venezuela cuenta con 2.075.245 habitantes,
291.051 habitantes más que en el primer censo de 1873. Sin
embargo, la inmigración aporta menos que lo esperado: hasta
1888 la entrada no llega a 15.000; la experiencia del Septenio no
ha sido propaganda que muestre al país como destino para
futuros inmigrantes. La agricultura es la principal ocupación
directa o indirecta; una proporción menor, pero importante,
trabaja en la minería, en pequeñas industrias, en talleres y en
diversas artesanías domésticas.
5. El Bienio(1886/1888)
Ahora modifica el estilo que lo había distinguido anteriormente, ya
que en lugar de manipular el escenario para el ejercicio de un
influjo directo e inmediato, mueve las piezas con el objeto de
dirigir el gobierno por interpuesta persona, mientras permanece
en el extranjero. Su regreso coincide con el mejoramiento de la
actividad económica y con el aumento de valor de los títulos de la
deuda pública, circunstancias que aprovecha para presentarse
como superdotado en la solución de los problemas surgidos
durante el mandato de Crespo. En principio, continuó los
programas de obras públicas con el énfasis del Quinquenio. Así,
por ejemplo, adelanta los trabajos del ferrocarril Caracas-Petare y
la línea férrea de la capital hacia Antímano; hace construir en
Caracas el puente del Guanábano y funda la Casa de la Moneda
con equipos modernos de acuñación.