1. LA PENA, LA PERDIDA Y EL APEGO
APEGO Y TERAPIA NARRATIVA: UN MODELO INTEGRADOR
Leslie Vergara y Ocairy Ruiz
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Todavía existe una interpretación
profundamente equivocada de la
naturaleza de la pena, un deseo de
negar el impacto y la duración del
proceso del penar y una tendencia a
patologizar lo que, después de todo, es
un proceso emocional cotidiano.
Nos oponemos a la descripción de la
pena como una dolencia o una
enfermedad, o a la búsqueda de su
curación.
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Lo que constituye la perdida es una
construcción tanto personal como
social, depende de cada persona y
tenemos mucho en común en
nuestra forma de sentir la pena y la
compasión.
Fue Bion quien dijo que en nuestra
capacidad de sufrir el dolor
emocional, y la consiguiente
ansiedad por nuestras “verdades”
emocionales, la que nos permite
aprender de la experiencia.
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LOS VINCULOS CONTINUADOS.
Al insistir en que la perdida es
mas un proceso que un suceso,
señalamos que, aunque la
relación puede cambiar
drásticamente, no obstante
continuamos teniendo una
relación con la persona que ha
fallecido o de la que nos hemos
separado.
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LOS VINCULOS CONTINUADOS.
La pena es en muchos aspectos
un proceso de dar significado, y
cuando perdemos el sentido de
finalidad y experimentamos una
ruptura en nuestras creencias
personales, empezar de nuevo
puede llevar mucho tiempo.
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LOS VINCULOS CONTINUADOS.
Un proceso que se ha descrito
como el “proceso dual” de la
pena: la capacidad de
permanecer relacionado y
conservar en la mente los
recuerdos de la persona perdida,
pero también la capacidad de
dedicarse a otras actividades
necesarias para seguir con la
propia vida y la seguridad de uno.
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SISTEMAS REPRESENTACIONALES Y MODELOS DE
FUNCIONAMIENTO INTERNO.
La terapia narrativa del apego
(T.N.A.) intenta considerar como
se desarrollan y expresan las
narrativas de perdida y, si es
posible, interpretarlas, y como se
puede resolver las dificultades
interpersonales en circunstancias
complejas.
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LA PENA COMO PROCESO.
NIÑOS PEQUEÑOS NIÑOS PREADOLESCENTES ADOLESCENTES ADULTOS
La pena se manifestara mas a
través de acciones y de estados
somáticos y después
visualmente
Experimentan sentimientos de
culpa, y a veces consideran que
su comportamiento es una causa
de la muerte. Se puede recurrir a
la negación como defensa.
Su interpretación de la muerte es
similar a la del adulto como lo
son sus reacciones emocionales
de conmoción, ofuscación,
negación, malestar y ansiedad, y
su capacidad de desarrollar
miedos relacionados con la
muerte.
Los adolescentes pueden correr
peligro de depresión, y de ideas
y conductas suicidas. La
conducta del padre o de la
madre que siguen vivos tendrán
su impacto en la adaptación del
adolescente.
La pena del adulto de ha
conceptualizado como un
proceso de conmoción, protesta,
desorganización y
reorganización en un complejo
entretejido de sentimientos,
pensamientos y acción que
puede ir mas allá de las palabras
y el tiempo.
Cuando muere el padre o la
madre, la experiencia del hijo
puede ser la de la desazón y la
indisponibilidad emocional del
padre o la madre que sigue vivo,
con personas extrañas en casa,
una ausencia del fallecido, y tal
vez el impacto de pasar a estar
al cuidado de otros.
Cuando muere un hermano, lo
mas probable es que las
reacciones del niño estén
influidas por la calidad de la
relación que ambos tenían.
La tendencia a inhibir el pesar,
unida a la fuerte necesidad de
ser cuidado, pueden evolucionar
hacia un patrón de atención a los
demás y auto dependencia
compulsivas. Los procesos de
idealización e identificación se
pueden entender como intentos
de recuperar a la persona
perdida, sobre todo mediante
conductas de búsqueda de
consuelo.
Se pueden esperar
comportamientos y roles
contenido cultural distintos en
niños y niñas. El estado de
irritabilidad general se puede
etiquetar erróneamente de
comportamiento difícil.
Cuando muere un hermano,
algunas de las reacciones
pueden ser las de culpa,
autocastigo, retraimiento,
conductas de riesgo y un
reconocimiento aterrador de que
los niños se pueden morir.
Se observan fuertes efectos de
genero, con una conducta
antisocial que enmascara la
depresión y la tristeza, y una
incapacidad para afrontar la
perdida y la muerte. Los
adolescentes pueden estar en
mayor peligro de necesitar
adoptar los roles que han
quedado vacíos con la muerte
del padre o de la madre, de
atender las necesidades de otros
miembros de la familia.
La persona vive la conmoción la
puede sentir como un
embotamiento o un sosiego
estoico, que puede durar de
minutos a mucho tiempo, y no es
raro que se prolongue por lo
menos un año después del
fallecimiento de la persona
querida.
Una de las tareas de la terapia narrativa suele ser analizar como se
puede lograr una comunicación mas espontanea que sea coherente
con los valores y las necesidades de los miembros de la familia
La TNA propone un análisis detenido de como se da y se recibe el consuelo y tranquilidad, y a lo largo del
tiempo, y de como la idea que el niño tiene de si mismo como merecedor del cuidado puede estar
determinada por la receptividad que los demás le demuestren.
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LOS PROCESOS DEFENSIVOS Y DISTORCIONADOS.
En esos momentos se puede
sentir enfado, culpa, ansiedad, y
una profunda tristeza.
Adoptaran una conducta de
búsqueda e inquieta
hiperactividad, con algún
problema para dormir y comer de
forma regular. Una consecuencia
habitual es la irritabilidad.
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LA PENA COMPLEJA O COMPLICADA.
Si conceptualizamos el trauma como una experiencia fuerte/peligrosa que confunde la
capacidad del niño o el adulto de regular sus sentimientos, entonces la ausencia de un
ser querido se puede entender como una crisis emocional y un ataque que al marco en
que construimos las suposiciones que nos hacemos sobre nosotros mismos, el mundo y
el futuro.
La experiencia de la pena puede vivirse con mayor dificultad si la persona piensa que su
relación con el fallecido fue de algún modo desventurada y complicada.
Esto puede dejar a las personas hundidas en la lamentación y la recriminación, el
desasosiego, la ansiedad y la búsqueda, enojadas, bloqueadas emocionalmente,
castigándose y castigando a los demás.
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LA PENA COMPLEJA O COMPLICADA.
La pena desplazada como forma extrema
es una estrategia de distanciamiento y de
desactivación emocional.
Una amenaza al apego, pueden determinar
nuestra primera reacción a la perdida, y si
no va a haber ni se va a dar oportunidad
para que se produzca el procesado
emocional, la persona se puede quedar
atascada, por decirlo de algún modo, en un
patrón de respuesta que al principio quizás
fuera protector; pero que después no hace
sino dificultar mas aun el establecimiento
de futuras relaciones seguras y en las que
se pueda confiar.
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LA PENA COMPLEJA Y COMPLICADA
La forma en que las personas
alcanzan el equilibrio de
estrategias cuando una
predomina y durante cuanto
tiempo, varia y es exclusiva de
cada persona.
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LOS PROCESOS POSITIVOS Y TRANSFORMADORES.
La TNA puede ayudar a crear un
contexto para explorar y
esclarecer las tendencias tanto
útiles como inútiles hacia la
confianza y la seguridad
interpersonales.
La clave esta en la capacidad de
interpretar nuestras experiencias
emocionales y las de los demás.
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LOS PROCESOS POSITIVOS Y TRANSFORMADORES.
La capacidad de consolar y apoyar a los otros , cuando nosotros mismos nos sentimos
inconsolables, está es la base de nuestra capacidad de expresar de palabra y con relatos nuestra
pena y las experiencias de curación vividas e incorporadas.
Aquí es donde puede ser fundamental el apoyo terapéutico: en ayudar a ensamblar los fragmentos
de la memoria, en cuestionar con suavidad la tendencia a encerrarse en uno mismo a lamentarse
y sentir remordimientos, en normalizar los sentimientos de desesperanza y protesta, y en dar
expresión a los pensamientos y sentimientos difíciles de forma que ilumine el proceso, lo haga
explicable, ayude a aprovechar los días de buena energía y situé la experiencia en un marco
culturalmente adecuado del flujo y reflujo de la vida.
Al articular esta razones “para seguir”, es que esa estructura y esas rutinas no solo validan un
sentido renovado de propósito, sino que ayudan a contar la historia de la recuperación y la
curación.
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LA PERDIDA DE UN SER QUERIDO,
LA TERAPIA SISTEMICA Y LAS
NARRATIVAS DE APEGO.
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UNA FORMULACION DE LA TNA.
Se postula este enfoque con el supuesto de que si no se permite que,
con el tiempo, la pena se exprese de forma directa, entendiéndose por
tal la manera en que lo haga la persona afectada, encontrará su
expresión de formas indirectas. Esa expresión indirecta puede ponerla
en peligro de que se la malinterpreta y se la etiquete de forma que en
nada la ayude.
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UNA FORMULACION DE LA TNA.
Una idea que se basa en la premisa de que, si recibimos la ayuda con gratitud, es mas probable
que reaccionemos de la misma forma, con la creación de ciclos mutuos de influencia positiva.
En nuestro trabajo terapéutico con personas que sufren la ausencia de un ser querido, observamos
que la pena y la gratitud puede coexistir, que las personas incluso en los momentos mas
desgarradores, son capaces de seguir hablando de su gratitud.
Los primeros estudios apuntan a que, en general, quienes sienten mayor gratitud son mucho mas
proclives a tener grados superiores de felicidad e inferiores de estrés y depresión.
La gratitud tiene una mas estrecha relación con la salud mental y la satisfacción vital que cualquier
otra variable de personalidad. Y la gratitud puede estar relacionada con el apego, en el sentido de
que necesitamos ser relativamente “libres” para pensar en la perdida, y no solo alejarla, para
alcanzar el grado que sea de agradecimiento por lo que fue y por el consiguiente legado.
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UNA FORMULACION DE LA TNA.
Para las personas que sufre la
ausencia pueden ser
pensamientos que la confundan y
comunicaciones que le llegan de
los demás sobre como se deben
sentir.
Hay una serie de normas,
culturales, creencias religiosas,
rituales y ceremonias que
condicionan el pesar.
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LA TNA: CREAR UNA BASE SEGURA.
Un ingrediente importante en la estimulación de la relación terapéutica puede ser el
reconocimiento de la singularidad de la pena de esa persona, pero también de la parte que otros
puedan compartir de ese dolor y malestar que la persona siente.
Nuestra función como terapeutas no es emitir juicios sobre que es o no es adecuado. La
validación de los aspectos potencialmente positivos de ambos patrones se pueda ayudar a las
personas a que se sientan menos obligadas a “superarlo”, o a que dejen de pensar que son frías e
insensibles porque no sienten ni muestran suficiente pena.
Aprender a tolerar y soportar el malestar emocional de una persona querida es una destreza vital
fundamental, y hay que desarrollarla a lo largo de la vida, esta capacidad de tolerar la desazón
extrema y a veces sostenida de los demás se debe abordar de forma regular en los programas
dirigidos a los profesionales de la salud mental.
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LA TNA: CREAR UNA BASE SEGURA.
Una alianza terapéutica bien
gestionada tiene un enorme poder
curativo tanto para explicar la
naturaleza intersubjetiva del duelo y la
perdida, como para recuperar los
puntos de apoyo y un sentimiento de
propósito.
Si se quiere que el proceso terapéutico
esclarezca y expanda este tipo de
significados y los consiguientes
sentimientos, es fundamental que
exista una relación segura y de
confianza con el terapeuta
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LA TNA: ANALIZAR LAS
NARRATIVAS Y LOS APEGOS
EN UN MARCO SISTEMICO.
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ANALIZAR LAS NARRATIVAS Y LOS PROCESOS FAMILIARES.
Hablar de lo que ocurrió cuando fallecieron otros miembros de la familia, por ejemplo como
reaccionan las personas cuando murió su abuela y qué les fue de ayuda puede esclarecer las
ideas que las personas tienen sobre qué es adecuado sentir o no sentir, y sobre cómo deben
actuar.
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“TIEMPO ADECUADO DEL DUELO”
¿Cuánto tiempo hay que sentirse
apenado?
¿Cuánto tiempo es insuficiente
(irrespetuoso) o excesivo
(obsesivo)?
¿Qué tiempo es el adecuado para
pensar en otras posibles parejas, o
para sentirse atraído por ella?
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Al hablar de estos temas con las familias, estas suelen identificar la dualidad del duelo, es decir, el
reconocimiento de la perdida y la pena, pero también el de la vida puede y debe seguir y de que
eso seria incluso lo que la persona fallecida hubiera deseado.
La muerte puede ser también un tema tabú en la familia, en función de si el estilo emocional de
esta es mas “cerrado” o “abierto” y, como tal, esta enraizada en una relaciones de evitación
emocional, o en la vergüenza y la incertidumbre que rodean a la muerte, o en la forma de esta. Los
miembros de la familia viven la pena como si no tuvieran derecho a sentirla, o como un pesar del
que no se puede hablar.
Las intervenciones terapéuticas pueden crear el contexto para un análisis de estas “normas”
familiares sobre la pena y el duelo.
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LA TNA: CONSIDERAR LAS ALTERNATIVAS.
La idea del apego de tener vínculos continuados con el fallecido evoca la idea sistémica de invocar
al “espíritu” de los antepasados y los seres queridos en momentos de crisis emocional, cuando
puede ser útil explorar su legado como fuente de apoyo y de alimento emocional.
Concebir así los “vínculos continuados” posibilita que la persona elabore, reelabore y vuelva a
elaborar sus reacciones a la perdida al mismo tiempo que desarrolla un sentido mas equilibrado de
su relación con la persona querida, de modo que no sea necesario descartar otras relaciones en el
futuro.
El marco de la TNA apoya la exploración de alternativas: otras formas de pensar y sentir que
puedan conducir al desarrollo de versiones narrativas diferentes del yo en la relación.
La evitación por parte de los demás, por muy buenas que sean las intenciones, puede hacer que la
persona que sufre la perdida se sienta como si representara la muerte siempre despertando los
miedos atávicos de los demás.
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LA TNA: EL FUTURO – CONTINUAR Y CONSOLIDAR.
Un énfasis en los vínculos constructivos y continuados mediante el recuerdo de los buenos
momentos, la creación y mantenimiento de un dialogo interior con las personas queridas, pensar
en ellas de forma regular, imaginar sus reacciones y respuestas a las cosas importantes de todos
los días. Se cree que el empoderamiento procede de una completa experiencia del proceso del
duelo, de modo que como ocurre con el trauma la único forma de superarla es atravesarlo.