Literatura de las nacionalidades colegio la paz 2.1
1. AZUAY MARKAPA, ISHKAYSHIMI KAWSAYPURA
YACHAYTA PUSHAKKAMAY
UNIDAD EDUCATIVA INTERCULTURAL BILINGÜE
LA PAZLA PAZLA PAZLA PAZ
MODALIDAD SEMI – PRESENCIAL
CENTROS DE APOYO TUTORIAL: CHUNAZANA – GULLANZHAPA - MOLLETURO
SEDE: DISTRITO 01D01 CUENCA 1 CIRCUITO EL SAGRARIO
Centro de Apoyo Tutorial
CHUNAZANA
LENGUA Y LITERATURA
DE LAS NACIONALIDADES
AZUAY 2014
2. INTRODUCCION1
Está, pues, esclarecido que de la civilización inkaica, más
que lo que ha muerto nos preocupa lo que ha quedado. El
problema de nuestro tiempo no está en saber cómo ha sido el
Twantinsuyu. Está, más bien, en saber cómo es el Ecuador,
el Perú y Bolivia. El pasado nos interesa en la medida en
que puede servirnos para explicarnos el presente. Las
generaciones constructivas sienten el pasado como una raíz,
como una causa. Jamás lo sienten como un programa.
Lo único casi que sobrevive del Tawantinsuyo es el indio.
La civilización ha perecido; no ha perecido la raza. El
material biológico del Tawantinsuyo se revela, después de
cuatro siglos, indestructible, y, en parte, inmutable.
El hombre muda con más lentitud de la que en este siglo de
la velocidad se supone. La metamorfosis del hombre bate el
récord en el evo moderno. Pero éste es un fenómeno
peculiar de la civilización occidental que se caracteriza, ante
todo, como una civilización dinámica. No es por un azar que
a esta civilización le ha tocado averiguar la relatividad del
tiempo. En las sociedades asiáticas -afines si no
consanguíneas con la sociedad inkaica-, se nota en cambio
cierto quietismo y cierto éxtasis. Hay épocas en que parece
que la historia se detiene. Y una misma forma social
perdura, petrificada, muchos siglos. No es aventurada, por
tanto, la hipótesis de que el indio en cuatro siglos ha
cambiado poco espiritualmente. La servidumbre ha
deprimido, sin duda, su psiquis y su carne. Le ha vuelto un
poco más melancólico, un poco más nostálgico. Bajo el peso
de estos cuatro siglos, el indio se ha encorvado moral y
físicamente. Mas el fondo oscuro de su alma casi no ha
mudado. En las sierras abruptas, en las quebradas lontanas, a
donde no ha llegado la ley del blanco, el indio guarda aún su
ley ancestral.
El libro de Enrique López Albújar, Cuentos Andinos, es el
primero que en nuestro tiempo explora estos caminos. Los
Cuentos Andinos aprehenden, en sus secos y duros dibujos,
emociones sustantivas de la vida de la sierra, y nos
presentan algunos escorzos del alma del indio. López
Albújar coincide con Valcárcel en buscar en los Andes el
origen del sentimiento cósmico de los quechuas. "Los Tres
Jircas" de López Albújar y "Los Hombres de Piedra" (37) de
Valcárcel traducen la misma mitología. Los agonistas y las
escenas de López Albújar tienen el mismo telón de fondo
que la teoría y las ideas de Valcárcel. Este resultado es
singularmente interesante porque es obtenido por diferentes
temperamentos y con métodos disímiles. La literatura de
López Albújar quiere ser, sobre todo, naturalista y analítica;
la de Valcárcel, imaginativa y sintética. El rasgo esencial de
López Albújar es su criticismo; el de Valcárcel, su lirismo.
López Albújar mira al indio con ojos y alma de costeño,
Valcárcel, con ojos y alma de serrano. No hay parentesco
espiritual entre los dos escritores; no hay semejanza de
género ni de estilo entre los dos libros. Sin embargo, uno y
otro escuchan en el alma del quechua idéntico lejano latido
(38).
La Conquista ha convertido formalmente al indio al
catolicismo. Pero, en realidad, el indio no ha renegado sus
viejos mitos. Su sentimiento místico ha variado. Su
animismo subsiste. El indio sigue sin entender la metafísica
1
Jose Carlos Mariategui (paráfrasis)
católica. Su filosofía panteísta y materialista ha desposado,
sin amor, al catecismo. Más no ha renunciado a su propia
concepción de la vida que no interroga a la Razón sino a la
Naturaleza. Los tres jircas, los tres cerros de Huánuco, pesan
en la conciencia del indio huanuqueño más que la
ultratumba cristiana.
"Los Tres Jircas" y "Cómo habla la coca" son, a mi juicio,
las páginas mejor escritas de Cuentos Andinos. Pero ni "Los
Tres Jircas" ni "Cómo habla la coca" se clasifican
propiamente como cuentos. "Ushanam Jampi", en cambio,
tiene una vigorosa contextura de relato. Y a este mérito une
"Ushanam Jampi" el de ser un precioso documento del
comunismo indígena. Este relato nos entera de la forma
como funciona en los pueblecitos indígenas, a donde no
arriba casi la ley de la República, la justicia popular. Nos
encontramos aquí ante una institución sobreviviente del
régimen autóctono. Ante una institución que declara
categóricamente a favor de la tesis de que la organización
inkaica fue una organización comunista.
En un régimen de tipo individualista, la administración de
justicia se burocratiza. Es función de un magistrado. El
liberalismo, por ejemplo, la atomiza, la individualiza en el
juez profesional. Crea una casta, una burocracia de jueces de
diversas jerarquías. Por el contrario, en un régimen de tipo
comunista, la administración de justicia es función de la
sociedad entera. Es, como en el comunismo indio, función
de los yayas, de los ancianos (39).
Desde este punto de vista, el indio, en su medio nativo,
mientras la emigración no lo desarraiga ni deforma, no tiene
nada que envidiar al mestizo. Es evidente que no está
incorporado aún en esta civilización expansiva, dinámica,
que aspira a la universalidad. Pero no ha roto con su pasado.
Su proceso histórico está detenido, paralizado, mas no ha
perdido, por esto, su individualidad. El indio tiene una
existencia social que conserva sus costumbres, su
sentimiento de la vida, su actitud ante el universo. Los
"residuos" y las derivaciones de que nos habla la sociología
de Pareto, que continúan obrando sobre él, son los de su
propia historia. La vida del indio tiene estilo. A pesar de la
conquista, del latifundio, del gamonal, el indio de la sierra se
mueve todavía, en cierta medida, dentro de su propia
tradición. El ayllu es un tipo social bien arraigado en el
medio y la raza (41).
El indio sigue viviendo su antigua vida rural. Guarda hasta
hoy su traje, sus costumbres, sus industrias típicas. Bajo el
más duro feudalismo, los rasgos de la agrupación social
indígena no han llegado a extinguirse. La sociedad indígena
puede mostrarse más o menos primitiva o retardada; pero es
un tipo orgánico de sociedad y de cultura. Y ya la
experiencia de los pueblos de Oriente, el Japón, Turquía, la
misma China, nos han probado cómo una sociedad
autóctona, aun después de un largo colapso, puede encontrar
por sus propios pasos, y en muy poco tiempo, la vía de la
civilización moderna y traducir, a su propia lengua, las
lecciones de los pueblos de Occidente.
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1. LA LITERATURA, EL CANTO Y LA POESIA
KECHWA
1.1 INTRODUCCION
Jesús Lara2
, respetado erudito de la literatura quechua,
menciona en el género poesía-canto, ocho géneros: el jailli
(un himno), el arawi (canto de amor), wawaki (canto
amoroso en forma de diálogo), taki (canto genérico y
temático), wayñu (menos romántico que el arawi), qashwa
(canto festivo), aranway (canto humorístico) y el lanka (una
elegía). La base de la clasificación está dada tanto por el
contenido (cánticos funerales, cánticos de victoria, de
dinastía histórica) como por el criterio de la participación
coral.
Los cantos de la cosecha mantienen un patrón antiguo, en lo
cuáles los trabajadores indígenas, hombres y mujeres,
establecen el paso del trabajo cantando un coro muy vivaz
“jaway jaway”. El cantante principal masculino, llamado
Paki, anima viejas rivalidades entre los pueblos andinos en
sus cantos, o entretiene a los trabajadores con comentarios
líricos de interludios amorosos, así como llama al gamonal:
laichu, verdugo, y ladrón. El cantar es comunal y público y
los cantos son trasmitidos de generación en generación.
Así mismo el pueblo kechwa se caracterizó por el don de
contar fábulas, leyendas y hechos memoriosos como lo
recordaba Garcilaso, quien en su juventud había oído
"fábulas breves y compendiosas", en las que, "los indios
guardaban leyendas religiosas o hechos famosos de sus
reyes y caudillos, las que encerraban generalmente una
doctrina moral".
Mucho de lo narrado en esa línea por los amautas y los
quipucamayocs se encuentra en las crónicas de Garcilaso,
Cristóbal de Molina, Sarmiento de Gamboa y Betanzos, y a
través de ellos se puede obtener información sobre el
espíritu, la psicología, el carácter y la historia de los Incas.
¿La Leyenda de Manco Cápac saliendo del lago Titicaca o
la de los hermanos Ayar de Pacaritambo, acaso no se toman
2
Signos, cantos y memoria de los Andes. Regina Harrison.
Pag. 29-30. Ed. Abya Yala.
en cuenta para hablar sobre el origen de los Incas y la
fundación del Cuzco?
Lo prueba el caso del habitante kechwa que por razones de
vida se ve impelido a dejar su suelo nativo, pero que
siempre está pensando en regresar a su terruño para visitar
los lugares más queridos entre los que se encuentran los que
le recuerdan a sus padres y antepasados. Es indudablemente
el culto de la pacarina el que lo atrae, además de otros
motivos como las fiestas vernaculares o patronales llenas de
colorido, alegría y vida.
Los mitos no deben ser dejados de lado al tratar el pasado
lejano de un pueblo. Son, por lo mismo, necesarios para
encontrar las raíces y sentimientos anímicos que han
originado su quehacer y desarrollo cultural.
En el caso de la poesía mítica de los Kechwas, "se mezclan,
sin duda, como en los demás pueblos, hechos reales e
imaginarios, los que transcurren, por lo general, en el reino
del azar y de lo maravilloso. Pero todos ofrecen indicios
históricos, porque está presente en ellos el espíritu del
pueblo creador".
La historia cultivada por los Incas "no era la simple
tradición oral de los pueblos kechwas, sujeta a continuas
variaciones y el desgaste de la memoria. La tradición oral
estaba en el período inkaico resguardada, en primer término,
por su propia forma métrica que balanceaba la memoria, y
por la vigilancia de escuelas rígidamente conservadoras. Los
quipus y las pinturas aumentaban la proporción de fidelidad
de los relatos y la memoria popular era el fiscal constante de
su exactitud".
La historia en el Inkario "fue un sacerdocio investido de una
alta autoridad moral, que utilizó todos los recursos a su
alcance para resguardar la verdad del pasado y que estuvo
animada de un espíritu de justicia y de sanción moral para la
obra de los gobernantes, que puede servir de norma para una
historia más austera y estimulante, que no sea simple acopio
memorístico de hechos y de nombres.
Su eficacia está demostrada en que, mientras en otros
períodos la tradición oral sólo alcanzó a recordar hechos de
150 años atrás, la historia del período inkaico pudo guardar
noticia relativamente cierta de los nombres y los hechos de
las dinastías, en un espacio seguramente de miles de años.
1.2 ARAWI
No se halla definida hasta ahora claramente cuál es la
esencia lírica y humana del yaraví. Se habla de esta canción
poética popular como de la forma más expresiva del alma
indígena y se supone que tuvo siempre la misma inspiración
melancólica y elegíaca que en nuestros días. ¿Fue así,
plañidera y decepcionada, la canción predilecta del pueblo
kechwa, expansivo, dinámico y vital? ¿No está reñida la
queja individual y romántica con la alegría colectiva,
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desbordante y dionisíaca de los taquis incaicos y de sus ritos
agrícolas y domésticos, plenos de salud espiritual y de
juvenil optimismo? ¿No se habrá deslizado, en el transcurso
del tiempo, algo del acíbar de la opresión y de la nostalgia
del pasado en el lamento insistente de las quenas o en la
tristeza de los versos fatalmente desesperados? Algo hay
efectivamente que se ha sobrepuesto y fundido con el alma
primitiva de la canción incaica, trasmutando su sentido y
prestándole una nueva entonación sentimental.
El nombre primitivo incaico fue aravi o haravi. Es el
testimonio de cronistas de calidad en lo quechua como
Cristóbal de Molina, fray Martín de Morúa, Bernabé Cobo y
Huamán Poma de Ayala. Garcilaso nos dice que a los poetas
les llamaban los Incas haravec que quiere decir inventador.
También los llama haravicus, en otra parte de sus
Comentarios, concordando sus difusos recuerdos de la
lengua madre.
Del espíritu y del texto de las crónicas se desprende que
aravi era sinónimo de canción. El haylli era el canto épico
que loaba el triunfo del hombre sobre la tierra o sobre el
enemigo. El aravi era la canción lírica en la que se
modulaban el amor, la tristeza o la alegría, las emociones
dulces del hogar o de la vida. El haylli era acompañado con
el rudo sonido del huancar y de "cajas temerarias" y el
agudo zumbar de los pututos. El aravi se tañía al son tierno
del pincullu, de la antara y de la quena-quena. "Las
canciones que componían de sus guerras y hazañas no las
tañían –dice Garcilaso– porque no se habían de cantar a las
damas, ni dar cuenta de ellas por sus flautas". Y más
adelante: "Los versos amorosos hacían cortos porque fuesen
más fáciles de tañer en la flauta".
Así queda fácilmente deslindada la materia poética del
Incario, pese a la primitiva confusión de los géneros. El
haylli es la épica kechwa, el aravi, es sobre todo la canción
lírica o de amor.
El aravi o canción podía ser de amor, como cantar otras
emociones, principalmente las festividades de la vida
agrícola: el barbecho, la siembra, la siega, el traslado del
maíz de las chacras a las casas para colocarlo en las pirúas
propiciatorias. En la fiesta del aymoray, dice Cristóbal de
Molina, llevaban en triunfo el maíz de las chacras a las
casas: "trayanlo en unos costales pequeños con un cantar
llamado aravi, con unos vestidos galanos". En estos
cantares, apunta el licenciado Ondegardo, entonaban la
alabanza del maíz y rogaban que no se extinguiera la fuerza
fecundadora de las simientes. El fraile Morúa agrega que
"cuando sembraban sus chacras y danzaban todos juntos
con las propias tachas" –o arados– cantaban "aires y otros
diversos yaravíes que son romances que ellos cantaban en
su lengua". Huamán Poma habla también de diversas clases
de aravíes: uaritza-aravi, aravi-manca, el taqui cahuia-
haylli-aravi.
Se puede decir que el aravi era una canción mimada, unida
siempre, asociada, en sus relatos a la canción o aravi y
diferenciado de éste. "De esta manera –dice en alguna parte
de su Nueva Corónica– prosigue cada ayllo hasta Quito,
nuevo reino, desde el Cuzco, cada ayllo con sus taquis y sus
aravíes. Los cuales danzas y aravis –dice en otra parte– no
tienen cosa de hechicería ni de idolatrías".
El aravi es, pues, una canción, acompañada del taqui o
danza, y aún de comer y beber. Acaso, según puede
deducirse del mismo cronista indio, la denominación de
aravi provenga de la repetición de esta palabra usada como
estribillo, según la costumbre poética incaica, como se
repetía la palabra "haylli" en los cantos guerreros. Huamán
Poma, anota en uno de sus dibujos: "Cantan haravayo,
haravayo, Haravi, cantan haray haravi, compás muy poco a
poco".
El aravi era pues inseparable de la música: no podía
cantarse sin la flauta. Las frases de la canción se decían a
través de la flauta, de modo que se percibían claramente a
través del sonido de ésta. Se podía decir, apunta Garcilaso,
que indio enamorado, "hablaba por la flauta". Dos
cronistas, el Inca y Gutiérrez de Santa Clara, nos traen el
testimonio del embrujo erótico de estas canciones: Garcilaso
nos cuenta que un español topó en el Cuzco con una india
que conocía y quiso detenerla y ella le dijo: "Señor, déjame
ir donde voy, sábete que aquella flauta que oyes en el otero
me llama con mucha pasión y ternura, de manera que me
fuerza a ir allá que el amor me lleva arrastrando para que
yo sea su mujer y él mi marido".
Y Gutiérrez de Santa Clara confirma este hechizo
irresistible: "Y tienen estos indios unas flautillas con dos
agujeros arriba y uno abajo, que llaman pingolios y con
estas flautillas cantan sus romances que se entiende
claramente lo que dizen. Y con estas claman a las yndias y a
las mozas de noche las que están encerradas en sus casas y
en la de sus amos y como entienden quién tañe el pingolio,
se salen escondidamente y se van con ellos".
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La canción amorosa –el aravi– nos dice Garcilaso, era corta,
de metros y estrofas breves. El mismo cronista nos ha
conservado acaso el único aravi auténtico en versos de
cuatro sílabas:
Caylla llapi
Puñunqui
Chaupituta
Samusac.
Traducida al castellano, la corta estrofa indígena hecha para
el tañido de la flauta, daría
esta versión:
Al cantico
Dormirás,
Media noche
Yo vendré.
El propio Huamán Poma nos refiere que la Coya Raua
Ocllo, mujer de Huayna Cápac, tenía "mil yndios
regocijadores unos dansavan otros baylaban otros cantavan
con tambores y músicas y pingollos y tenía cantores haravi
en su casa y fuera de ella para oyr las dichas músicas que
hacían haravi en uacapunco...".
En el mes de abril el Inca tenía grande fiesta en la plaza del
Cuzco "y comía y cantava y dansava". "En esta fiesta
cantava el cantar de los carneros, puca-llama y cantar de
los ríos aquel sonido que hace". Estos cantos coreográficos
eran lentos y acompasados, repitiendo incansablemente el
mismo estribillo, "el retruécano de todas sus coplas" que
dice Garcilaso, generalmente de sentido onomatopéyico.
En la danza de las llamas se cantaba el uaritza aravi "que
cantan con puca-llama (llama bermeja) al tono del carnero
cantan diciendo con compás muy poco a poco, media hora
dicen: y y y al tono del carnero". El Inca comenzaba,
imitando el tono del carnero y diciendo luego sus coplas.
Las ñustas y coyas respondían, "cantan a vos muy alta, muy
suabemente y uaritza aravi dize así: aravi, aravi, acay aravi
aravi yau aravi van diciendo lo que quieren y todos el tono
de aravi responden las mugeres". El diálogo coral continúa
alternando el estribillo, con coplas ya alegres, ya tristes, ya
triunfales. A ratos es el haylli pleno de entusiasmo o el aravi
cantado por las ñustas. De las notas recogidas por Huamán
Poma se puede deducir la costumbre general en todos los
pueblos kechwas de estos cantos y danzas colectivos al son
de un mismo estribillo implacable.
Los labradores en el mes de mayo cantarían haravayo,
haravayo, haravayo, llevando las mazorcas frescas en la
mano y los llama-miches o pastores llamaya, llamaya,
ynyala, llamaya. En la danza de los chinchaysuyos, los
hombres soplando la cabeza de un venado responden a las
mujeres: uauco, uauco, uauco, chicho, chicho, chicho,
chicho. Y luego nuevamente los varones pano yaypanoa
pano yaypano.
Otras veces es una exclamación alegre y jubilosa: ¡yaha ha
ha, ya haha! Tanto los collasuyos como los antisuyos y los
chinchaysuyos tienen los mismos regocijos y canciones, las
mismas algazaras juveniles, al son del tambor,
entremezclado con los diálogos entre hombres y mujeres,
estrofa y anti estrofa llenas de un sentido erótico y vital.
Entre los collas, dice Huamán Poma, "las mosas donzellas
dizen sus aravis que ellos le llaman aanca". Santa Cruz
Pachacútec dice que Manco Cápac, en cierta ocasión,
"començó a cantar el cantar de chamaiguarisca de pura
alegría".
Todas estas referencias hacen alusión a una lírica colectiva,
ligada a la tierra, al trabajo y al amor, con algo de juego o de
ronda infantil, sin congojas o torturas individuales, ni
desesperaciones a la manera romántica, que serán más tarde
la nota distintiva del yaraví criollo. El aravi incaico es de
fiesta, de expansión vital y apenas alguna vez en el deliquio
de la fiesta sensual se oye la "canción lastimosa de las
ñustas" de la que habla Huamán Poma, que es apenas un
instante pasajero de melancolía en la embriaguez de alegría
del taqui kechwa.
Con la conquista el aravi pierde su estrepitosa gracia
colectiva, desaparecido el desenfreno profano de los taquis y
sólo subsiste en el lloroso y solitario gemido de las quenas
de los pastores solitarios o en las quejas nocturnas de los
amantes separados.
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El aravi se transforma en el yaraví, transformación que es
no sólo fonética, sino espiritual. El aravi había sido jubilar y
multánime.
La antigüedad mayor recae entonces en el yaraví de
Ollanta, cantado en la escena V del primer acto y escrito
hacia 1780. Este sí recibe del propio autor el nombre del
yaraví, es decir que ha sido concebido como tal. La canción
empieza:
Dos amantes
palomitas
Tienen pesar,
se entristecen,
Gimen, lloran,
palidecen
Con un
inmenso dolor.
Al terminar el canto, Cusi Coyllor, la novia indígena,
exclama: "Verdad dice este yaraví: basta de cantar, pues ya
mis ojos se convierten en torrentes de lágrimas".
En la escena 9ª del mismo drama Ollanta, se canta otra
canción lastimera, a la que no hay necesidad de llamar
yaraví, porque lo es desde su primera línea:
Una paloma he
criado
Que perdí en
un momento
Busca en la
comarca
atento
Y averigua
dónde está.
1.3 LANKA
En los grandes días de fiesta las momias de los grandes
Inkas eran sacadas a la plaza del Cuzco por sus mayordomos
y mamaconas, y éstos cantaban delante del Inca la loa o
cantar de cada uno de los monarcas muertos, "por su orden y
concierto – dice Betanzos– comenzando el primero el tal
cantar o historia o loa, los de Manco Cápac, y siguiéndoles
los servidores de los reyes que le habían sucedido".
También en los funerales de los Incas se cantaban los
grandes hechos, y los principales actos de su reinado, como
refiere Cabello Balboa en las exequias de Inga Yupanqui.
En la costa del Perú, según refieren Cieza y Las Casas, los
funerales de los kurakas duraban varios días, y en ellos las
"endechaderas" o huaccapucus cantaban delante del cuerpo
del difunto, en la plaza principal, acompañadas por la
multitud, entre flautas y lamentos dolorosos, las
perfecciones y hazañas del muerto.
Por la falta de escritura, esta poesía oral debía ser
celosamente resguardada del olvido. Cieza refiere que se
designaban tres o cuatro hombres ancianos para que
guardasen la memoria de los hechos de los Incas y
compusiesen cantares sobre ello. Se escribían en verso, dice
Garcilaso, para que sus descendientes se acordasen de los
buenos hechos de sus pasados y los imitasen: "Los versos
eran pocos porque la memoria los guardase; empero eran
muy compendiosos como cifras. No usaron de consonante
en los versos; todos eran sueltos" (Garcilaso, cap. XXVII,
lib. II).
Estos cantares no podían ser dichos ni cantados fuera de la
presencia de un Inca, y cuando era muerto el monarca a que
se referían, estos indios viejos se acercaban al Inca recién
proclamado y con los ojos puestos en el suelo y bajas las
manos, le decían: "Oh, Inca grande y poderoso, el Sol y la
Luna, la Tierra, los montes y los árboles, las piedras y tus
padres te guarden de infortunio y hagan próspero, dichoso y
bienaventurado sobre todos cuantos nacieron. Sábete que
las cosas que sucedieron a tu antecesor son éstas", y
recitaban entonces el cantar inédito de las hazañas del
muerto, y estos cantares sólo podían decirse en días de gran
tristeza o de regocijo (Cieza, Señorío, Cap. XII).
Para hacer más presente y vivaz el recuerdo heroico, casi
todos estos cantares eran rimados o acompañados de una
representación ligera. Esta historia épica, "cantada a voces
grandes" o representada en el Aucaipata delante del Inka y
de la multitud, tenía también, como las crónicas castellanas,
un austero sentido moralizador. Sólo era permitido hacer
cantares sobre los inkas que no habían "usado de bajezas ni
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de poquedades" y "si entre los reyes algunos salía remiso,
cobarde, dado a vicios y amigo de holgar sin acrecentar el
señorío de su Imperio, mandaban que destos tales obiese
poca memoria o casi ninguna" (Cieza, Señorío, Cap. XI).
1.4 HAYLLI
Hubo otras formas oficiales del sentimiento histórico,
dueñas de un carácter que podría decirse estatal u oficial.
Estas formas fueron: el haylli o canto de la victoria y loa de
la batalla, el cantar histórico recitado en alta voz en la plaza
pública, durante las grandes solemnidades, y el purucalla, o
representación mímica de los hechos de los Inkas y de sus
triunfos. A estas formas de tradición oral se sumaban los
procedimientos mnemotécnicos, que fueron los quipus o
cordones de nudos, las quilcas o quelcas, en los bastones o
báculos rayados, y los tablones pintados y las telas de cumbe
representando hechos históricos.
Haychacta hayllini es "cantar la gloria de la victoria o de la
chacra". Hayllinccomichacracta es "acabar las chacras
vencidas", y Hayllircco puni aucacta es
"concluir la victoria o rematarla con canciones". Aucacta
hayllik es el triunfador. Hayllini es celebrar el triunfo o
victoria con cantos y bailes.
Estas canciones eran acompañadas de música, pero "no las
tañían, dice Garcilaso, porque no eran cosas de damas"; y
Santa Cruz Pachacutic hablaba de "un fuerte cantar con
ocho tambores y caxas temerarias". Los cantares, unidos
siempre a manifestaciones coreográficas, se repetían luego
en las fiestas principales por conjuntos de hombres y
mujeres asidos de las manos, según refiere Cieza, los que
andaban a la redonda al son de un atambor, recontando en
sus cantares y endechas las cosas pasadas.
En el taqui el corifeo o taquicta huacaric decía la copla y la
multitud respondía con el estribillo o retruécano estridente y
jubiloso: ¡haravayo, haravayo; o yaha, ya ha, ya ha ha ha!
En cada reinado, se inventaban nuevos taquis y hayllis, con
diversos vestidos, ceremonias e instrumentos, ya fuesen las
succas, o cabezas de venado, o los caracoles de mar
horadados, denominados hayllai quipac, atabales de oro
engastados en pedrería.
Según una tradición vernácula, los bardos que componían
los hayllis eran de la nación de los Collaguas.
2. LITERATURA KECHWA
Ningún pueblo como el kechwa, salvo acaso los chinos,
sintió más hondamente la seducción del pasado y el anhelo
de retener el tiempo fugaz. Todos sus ritos y costumbres
familiares y estatales, están llenos de este sentido
recordatorio y propiciador del pasado. El culto de la
pakarina o lugar de aparición –cerro, peña, lago o
manantial– del que se supone ha surgido el antecesor
familiar, o en el culto de los muertos o malquis, de la momia
tratada como ser viviente y de la waq’a o adoratorio
familiar, es una muestra de ello.
Los kechwas, según los extirpadores de idolatrías, se resistía
a abandonar los lugares abruptos en que vivía, porque ahí
estaba su pakarina, y guardaba reverencialmente en su
hogar las figurillas de piedra y de bronce que representaban
a sus lares. En la costa, nos refiere el Padre las Casas, se
realizaban los funerales de los jefes en las plazas públicas y
los túmulos eran rodeados por coros de mujeres o
endechaderas, que lloraban y cantaban relatando las hazañas
y virtudes del muerto.
Cada Inka que muere en el Cuzco es embalsamado y
rodeado de todos los objetos que le pertenecieron, de sus
armas y de su vajilla, servido en la muerte por sus mujeres e
hijos, los que portan la momia a la gran plaza del Cuzco, en
las grandes ceremonias, y conservan la tradición de sus
hechos en recitados métricos que se trasmiten a sus
descendientes de la panaca, o descendencia de un Inka.
En todos estos actos hay un instinto o apetencia de historia,
que cristaliza también en el amor por los mitos, cuentos y
leyendas, y más tarde en las formas oficiales de la historia
que planifica el estado inkaico.
Así, revisando el ilustre Vocabulario de González Holguín,
hallamos palabras especiales para significar el relato de un
simple suceso, el relato de fábulas de pasatiempo (sauca
hahua ricuycuna), contar fábulas o vejeces (hahua ricuni),
contar cuentos de admiración fabulosos (hahuari cuy simi),
referir un ejemplo temeroso (huc manchay runap cascanta
hucca ripus caiqui), y por último, un vocablo para expresar
el canto o relato de lo que ha pasado y contar ejemplos en
alta voz a muchos (huccaripuni). Al contador de fábulas se
le llamaba hahuaricuk.
Es cierto que el mito confunde, en una vaguedad e
incoherencia de misterio, el pasado, el presente y el futuro, y
que la acción de ellos transcurre principalmente en el tiempo
mítico, que es tiempo eterno, mas la prueba de que
contienen elementos reales y alusiones a hechos ciertos, está
en que los relatos míticos coinciden con otras
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manifestaciones anímicas desaparecidas del mismo pueblo y
son muchas veces confirmadas por la arqueología. En el
mito es posible hallar, un orden cronológico de las cosas y
de los acontecimientos, para una cosmología y una
genealogía de los dioses y de los hombres.
El origen del mundo, la guerra entre los dioses Qon y
Pachakamah, la creación del hombre por Viracocha, que
modeló en el Collao la figura de los trajes de los pobladores
de cada una de las tribus primitivas, o la aparición de
personajes legendarios que siguen el camino de las
montañas al mar, como Naymlap, Quitumbe, Tonapa o
Manco Cápac, los cerros o los islotes marinos son dioses
petrificados, o seres legendarios castigados por su soberbia o
su pasión amorosa.
El trueno es el golpe de un dios irritado sobre el cántaro de
agua de una doncella astral que produce la lluvia; la Venus o
chasca de enredada cabellera, es el paje favorito del Sol, que
unas veces va delante y otras después de él; los eclipses son
luchas de gigantes, leones y serpientes, y, otras veces, la
unión carnal del Sol con la Luna, cuyos espasmos producen
la oscuridad.
La Vía Láctea es un río luminoso; las estrellas se imaginan
como animales totémicos, o como granos de quinua o maíz,
desparramados en los festines celestes, y los sacacas o
cometas pasan deslumbrantes con sus alas de fuego, a
refugiarse en las nieves más altas. La Luna o quilla suscita
dulces y sonrientes consejas de celos y amor. Algunas veces
es la esposa del Sol; otras, el Sol, envidioso de la blancura
de su luz, le echa a la cara un puñado de ceniza que la
embadurna para siempre, aunque también se asegura que las
manchas lunares son la figura de un zorro enamorado de la
Luna, que trepó hasta ella para raptarla y se quedó adherido
al disco luminoso.
El propio drama universal del diluvio resulta El único
hombre y la única mujer que se salvan de las aguas,
sobreviven encima de la caja de un atambor. La serpiente
que se arrastra ondulando por el suelo, se transforma
inusitadamente en el zig-zag del relámpago. El zorro trepa a
la Luna por dos sogas que le tienden desde arriba. Los
hombres nacen de tres huevos de oro, de plata y de cobre,
que dan lugar a los curacas, a las ñustas y a los indios
comunes, y, en una visión del diluvio, los pastores
refugiados en los cerros más altos, ven, que el cerro va
creciendo cuando suben las aguas, y que baja cuando éstas
descienden.
En sus orígenes fue el pueblo kechwa predominantemente
agrícola y dedicado a la vida rural. En su apogeo, se
transformó en un pueblo guiado por una moral guerrera. Las
leyendas primitivas de los héroes civilizadores exaltarán por
esto, principalmente, los triunfos del hombre sobre la tierra
yerma y los milagros de la siembra y el cultivo.
Viracocha es un dios benefactor y civilizador, que encarna
la fecundidad de la vida y el triunfo sobre la naturaleza. La
mujer que baja del cielo y se cobija en el árbol de coca, trae
también un mensaje consolador, pues desde entonces las
hojas del árbol dañino mitigan el hambre y hacen olvidar las
penas. Pero los mitos más genuinos son los que exaltan la
siembra, la semilla y las escenas del trabajo rural. Las
parejas simbólicas de los cuatro hermanos Ayar que parten
de la posada de la aurora o Pacaritampu, con sus alabardas
resplandecientes y sus hondas que derriban cerros, van a
buscar la tierra predestinada para implantar en ella el maíz y
la papa, nutricios de la grandeza del imperio.
Ellos simbolizan, según Valcárcel, el hallazgo de algunas
especies alimenticias: Ayar Cachi, la sal; Ayar Uchu, el ají;
Ayar Amca, el maíz tostado. Cuando el dios Viracocha envía
a sus hijos Manco Cápac y Mama Ocllo a fundar un
imperio, la mágica barreta de oro que llevan se hunde en la
tierra más fértil, para simbolizar el destino agrario de los
Incas y el peor castigo que sobreviene, en las leyendas
incaicas, a los que faltan las leyes divina y humana, es
siempre el de verse convertidos en piedra, que es el símbolo
mayor de la esterilidad.
La verdadera historia oficial era cultivada por los
quipucamayocs, pertenecientes a la descendencia o panaca
de cada uno de los Incas. Estos se hallaban obligados, desde
la época de Pachacútec, a hacer cantares históricos relativos
a las hazañas de cada Inca y estaban obligados todos los
ayllus imperiales, desde el de Manco Cápac, a componer el
cantar correspondiente al reinado del Inca fundador de la
panaca. A la muerte de cada Inca se llamaba a los
quipucamayocs y se investigaba si debía quedar fama de
aquél por haber vencido en alguna batalla, por su valentía o
buen gobierno y sólo se permitía hacer cantares sobre los
reyes que no hubieran perdido alguna provincia de las que
recibieran de su padre, que no hubiesen usado de bajezas ni
poquedades, y "si entre los reyes alguno salía remisio,
cobarde, amigo de holgar o dado a vicios, sin acrecentar el
señorío de su imperio, mandaba que destos oviese poca
memoria o casi ninguna" (Cieza).
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Después de que tres o cuatro ancianos juzgasen el derecho a
la fama póstuma del Inka, el cantar era compuesto por "los
retóricos abundantes de palabras que supieran contar los
hechos en buen orden". Esta historia oficial y dirigida,
erudita en cierto modo, que encarnaba las ideas morales y
políticas, tenía un alto sentido moralizador: excluía de la
recordación histórica a los malos gobernantes y a los que
vulneraban las leyes o el honor. De ahí que la historia
inkaica ofrezca únicamente las biografías de doce o catorce
Incas impecables, y que no haya uniformidad sobre el
número de éstos, a los que algunos cronistas, como
Montesinos hacen llegar a más de noventa.
La historia pierde en fidelidad, pero gana en moralidad. El
quipucamayoc o historiador tenía una grave responsabilidad,
que afectaba a la colectividad y al espíritu nacional. Debía
conservar intacta la memoria de los grandes Inkas por el
recitado métrico del cantar, ayudado por el instrumento
mnemotécnico de los quipus; en caso de olvidarse como los
alcohuas de México, sufría pena de muerte. Eran ellos como
un colegio de historiadores, cuya disciplina, al igual que la
de otros organismos del estado Inka, era inflexible.
Esta historia épica, que sólo se ocupaba de los héroes, era
"cantada a voces grandes" en el Aucaypata, delante del Inca
y de la multitud. En los grandes días de fiesta, en el del Inti
Raymi, en los días de nacimiento, de bodas o de
casamientos, y, particularmente, en las exequias de los
Incas, se sacaba a todas las momias imperiales, y los
mayordomos y mamaconas de cada uno de ellos, cantaban
delante del Inka, el relato histórico correspondiente a su
monarca "por su orden y concierto", dice Betanzos,
"comenzando primero el tal cantar e historia o loa los de
Manco Cápac y siguiéndoles los servidores de los otros
reyes que le habían sucedido".
Al aparecer en la plaza los quipucamayocs, con su aire grave
y hierático, la multitud se aprestaba a escuchar los hechos
históricos de los Incas y adoptaba una actitud religiosa,
cuando el juglar incaico empezaba su relato con la frase
sacramental ñaupa pacha, que quiere decir, según González
Holguín, "antiguamente o en tiempos pasados". La multitud
reconocía inmediatamente la esencia histórica del relato, por
cierto "tonillo y ponderación" que daba el recitante al
pronunciar las palabras "ñaupa pacha", "En aquellos
tiempos...". Y el pueblo escuchaba, entonces prosternado y
extático, la leyenda de los hermanos Ayar venidos desde la
posada de Pacaritampu, la aparición de Manco Cápac, las
hazañas de Viracocha contra los Chancas, la huida del Inca
viejo y de su hijo Urco, el cantar de Uscovilca y la
misteriosa ayuda de los Pururaucas, que enardecían la fe en
la invicta fortuna del imperio.
En medio del estruendo de los huáncares y el agudo silbar
de los pututos, de la alharaca guerrera que hacía caer a las
aves aturdidas, el Villac Umu, y su teoría de sacerdotes
alzaban las manos al cielo e imploraban: "Oh dios
Viracocha, Supremo Hacedor de la tierra, haz que los Incas
sean siempre jóvenes y triunfadores y que nadie detenga el
paso".
Sarmiento de Gamboa cuenta que, al morir Pachacútec, este
dijo a Túpac Inca Yupanqui: "Cuando yo sea muerto,
curarás de mi cuerpo y ponerlo has en mis casas de
Patallacta. Harás mi bulto de oro en la casa del Sol y en
todas las provincias a mi subjetas haras los sacrificios
solemnes y al fin la fiesta de purucalla para que vaya a
descansar". Esta alusión es confirmada por el Vocabulario
de González Holguín, donde se dice que la palabra
purucayan significa "un llanto común por la muerte del
Inca, lllevando su vestido y su estandarte real, mostrándolo
para mover a llanto, caymi saminchic caymi marcanchic
ñispa".
Todavía años después de la conquista, un cronista cuzqueño
vio desenvolverse en Vilcabamba, a la muerte de Titu Cusi,
la ceremonia que los Incas usaban en sus entierros y cabos
de año, "que ellos llaman en su lengua purucalla que quiere
decir honras". Era aquél un paseo de las insignias reales: el
tumi, el chuqui, la chipana, el llauto, la jacolla, el uncuy, la
huallcanca, las ojotas, el duho, la mascapaicha, el huantuy,
el achigua, los que eran llevados por señores cubiertos de
luto, con atambores roncos y grandes gemidos y sollozos. La
ceremonia del purucalla era imitada, en tono menor, por las
"endechaderas" de que hablan Garcilaso, Cobo y el Padre las
Casas, en las exequias de los curacas y de los grandes
señores.
Montesinos, propugnó la versión de que la escritura fue
conocida por los antecesores de los Incas, hasta que llegaron
gentes ferocísimas desde los Andes y desde el Brasil, "y con
ellas se perdieron las letras". Antes de esta catástrofe, había
una universidad en el Cuzco, donde se enseñaba la cultura
en pergaminos y hojas de árboles. En la época de Túpac
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Cauri Pachacuti, intentóse restablecer la escritura, pero el
dios Viracocha reveló que las letras habían sido la causa de
una desoladora peste, por lo que se dictó una ley
prohibiendo que ninguno usase de quilcas o letras.
Cabe identificar las quilcas con los petroglifos o
inscripciones jeroglíficas lapidarias que aparecen en
diversas regiones del Perú. Es significativo, por lo menos,
que el lugar donde se hallan los importantes petroglifos de la
Caldera, cerca de Arequipa, llevase antiguamente el nombre
revelador de Quilcasca.
El más importante sistema recordativo de los Incas fue el de
los quipus o cordones con nudos, que tuvieron, inicialmente,
una función de contabilidad y estadística, pero que fueron
adaptados posteriormente a la rememoración histórica.
Garcilaso dice, con razón, que "el quipu o el ñudo dice el
número más no la palabra". Pero un sistema ingenioso de
colores y de pequeños objetos –piedrecillas, carbones o
pedazos de madera, atados a los cordones–, contribuía a
despertar los recuerdos del quipucamayoc.
Hubo quipus destinados a guardar el recuerdo de los
reinados de los Incas, otros destinados a las batallas, a las
leyes, al calendario, a los cambios de población y a otros
hechos. Los colores designaban, según Calancha, la época
histórica a que pertenecía el quipu. Los hilos de lana color
pajizo, correspondían a la época de behetría, anterior a los
Incas; el color morado denunciaba la época de los caciques,
y el carmesí era señal de la incaica.
En los quipus de batallas, los quipus verdes denotaban a los
vencidos y el hilo del color de los auquénidos a los
vencedores. El blanco era indicador de plata; el amarillo, de
oro; el rojo, de guerra; y el negro, de tiempo.
Las cifras numéricas del quipu no podían trasmitir más que
las proporciones o la época del hecho, pero no el relato de
las circunstancias ni la transmisión de las palabras, ni los
razonamientos. Esto se remediaba por las pequeñas señales
adheridas a los quipus, y sobre todo, por versos breves y
compendiosos, aprendidos por el quipucamayoc, y que
advenían a su memoria por el llamado mnemotécnico de
aquéllos.
El quipucamayoc cogía el quipu y, teniéndolo en la mano,
recitaba los trozos métricos breves, como fábula "con el
favor de los cuentos y la poesía". Es la asociación quipu-
cantar, en la que el principal ingrediente es la memoria del
recitador. Por esto, los quipucamayocs de una escuela no
podían leer ni entender las señales, puramente
mnemotécnicas de las otras, y si el historiador se olvidaba
del cantar perdíase la historia, por lo que se le aplicaba la
pena de muerte.
Las crónicas de Cristóbal de Molina y de Sarmiento de
Gamboa, revelan que en la época de Pachacútec se inició un
nuevo sistema de perpetuación de los recuerdos históricos.
El Inca mandó averiguar las antigüedades y cosas notables
del pasado, tanto del Cuzco como de las provincias, y
ordenó pintarlas por su orden en "tablones" grandes, en las
casas del Sol, donde se colocaron éstos guarnecidos de oro y
se nombró doctores que supiesen entenderlos y declararlos.
"Y no podían entrar en donde estas tablas estaban sino el
inga y los historiadores sin expresa licencia del inga".
Molina habla de que estos tablones pintados sobre la vida de
cada uno de los ingas, sobre las tierras que conquistó y
sobre su origen, se hallaban en una casa del Sol llamada
Puquincancha, junto al Cuzco, y que era lugar de adoración
para los Incas. De estos tablones se sacó una historia
dibujada en tapicería de cumbe que fue enviada al Rey de
España por el Virrey Toledo.
Los cronistas hablan, aún, de bastones y "palos pintados" en
los que se inscribirían disposiciones testamentarias, cortas
instrucciones a los visitadores o noticias llevadas por los
chasquis. Cabello de Balboa refiere que Huayna Cápac
señaló en un bastón, con dibujos y rayas de diversos colores,
su última voluntad.
La historia cultivada por los Incas no es la simple tradición
oral de los pueblos primitivos, sujeta a continuas variaciones
y al desgaste de la memoria. La tradición oral estaba en el
pueblo incaico resguardada, en primer término, por su
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propia forma métrica que balanceaba la memoria, y por la
vigilancia de escuelas rígidamente conservadoras. Los
quipus y las pinturas aumentaban la proporción de fidelidad
de los relatos y la memoria popular era el fiscal constante de
su exactitud.
Todas las formas de la cultura incaica, el himno religioso, el
canto épico, la lírica, la representación dramática estuvieron
asociados a la danza y a la música y tuvieron un carácter
mágico, religioso y propiciatorio.
La poesía inkaica fue realista y pragmática. Los himnos
pedían el pan, el maíz, la juventud, la salud, el triunfo. La
historia tuvo un carácter docente y moralizador. Otra nota
primordial es la tendencia panteísta, manifestada en el amor
a las cumbres y a los cerros a y la intervención de los
elementos agrícolas en los mitos. El ají, el pimiento, la
quinua son personajes mitológicos incaicos. Otras notas
características son la "gravedad y ternura", y el
tradicionalismo de los kechwas. La poesía mítica de los
incas, vivió y vive consustanciada con la mamapacha, el
tayta orcco, la mama cocha y, en general con la naturaleza y
el cosmos.
3. LA LITERATURA, EL CANTO Y LA POESIA
KAÑARI
3.1 EL CANTO Y LA POESIA KAÑARI3
Por los restos arqueológico encontrados, sabemos que los
kañaris practicavan la música de sus inicios, al parecer
entonavan en grandes caracoles en forma de quipas, bocinas
de cuernos de animal y cascabeles en forma de sonajas; este
arte estaba ligada al ciclo agrícola, ciclo humano y al
religioso.
Analizando más detenidamente el ritmo y la letra de sus
interpretaciones sabemos que la música kañari tiene sus
particularidades. Y es en mucho una creación colectiva.
En 1613, las Autoridades coloniales a instancias de la
Inquisición, y ha raíz del auge del movimiento milenarista
de recuperación del Tawantinsuyu: el Taki Sonq’oy,
3
Ing. José Chuma Pinguil “Randi”
prohibierón danzar, cantar y hacer takis a la usanza antigua
y en lengua materna.
La destrucción sistematica de los instrumentos musicales
indígenas y la introducción de los occidentales, implicaron
por un lado la mutilación y por otro lado la alteración del
espiritu, la forma y perdida de vitalidad de la canción
autoctona, si todavia esta no ha desaparecido es gracias a la
pervivencia de la lengua y gracias a que en los modos de
expresión española, encontraron una vía de adaptación.
En la actualidad las canciones son consideradas como tristes
y monótonas pero llenos de sentimiento, pues reflejan las
transformaciones que han tenido que experimentar a través
de la historia, guaradando una estrecha relación entre la
música, la danza , la poesia, el rito y el mito,
constituyendose en un verdadero reservorio de historia y
cultura.
Por la situación genocida, junto con la desaparición de
nuestros mayores (taytacunas, mamacunas), la
desintegración de las comunidades, los cambios economicos
y sociales bruscos, la “modernidad”, van desapareciendo
muchas de las reliquias de la cultura oral (takis), viéndose
afectados principalemente los jóvenes, que han cambiado la
música kañari por otras foráneas. Entre la principales
canciones de la cultura kañari que se mantien hasta la
actualidad podemos manifestar que estan relacionadas con el
ciclo del hombre o runa (enamoramiento, matrimonio,
muerte, etc), religiosidad (canto a sus deidades) y el ciclo
agrícola (siembra o tarpuy, cosecha o Jaway, etc). Entre las
principales canciones tenemos: María Juanita, Jubaleñita,
Shamunki vida Shamunki, Arininki Mana Ninki,
Kuchunchi, Mula Mulita Mañosa, Turinita, Oso Bravo Tigre
Bravo, Juana Bolonita, Alajita María Adela, Kuivivi.
a. Jaway
Ceremonia de unidad y fortaleza en honor al dios sol y canto
de sudor y rebeldía en la época de la hacienda, es una
colección de canticos manifestados durante la cosecha.
Según su mitología el jaway tienen origen en la hormigas y
el cóndor, nuestros mayores lo narran de la siguiente
manera: "Un hombre iba a lugares muy lejanos en busca de
trabajo, en el camino se encontró con un kondor que se
alimentava de un toro, en primera instancia se asusto, lo
dejo tranquilo y luego entabló conversación con él, preguntó
por un trabajo el kondor le dijo que más adelante se
encontraría con unas hormigas, que les ayudarian a
encontrarlo, pero tenía que llevar machica (harina de cebada
tostada), por que a ellas les encantaba.
En efecto más adelante se encontro con estas hormigas, le
ayudaron a buscar trabajo pero le condicionaron que el
contrato de pago lo hiciera en dinero y en machica. El
trabajo consistía en cosechar grande extensiones de trigo, las
hormigas le apoyaron, se subian en las espigas, sacarón los
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granos y llevarón al lugar de almacenamiento, mientras
trabajaban hacian muchos juegos, y cantaban el Jaway.
Terminado la cosecha comunicó al dueño, quien con gran
agradecimiento contrató para que llevara el grano hasta la
hacienda, pero para el transporte le entrego unas mulas
(animal de carga) demasiado mañosas, que le hacian difícil
acercarse, en este momento apareció el kondor quien con
grandes aletazos logro domar a estas mulas, de esta manera
el hombre pudo llevar el grano a la hacianda, asi nació el
Jaway Kañari. Según la concepción indígena el condor
simboliza la fortaleza, las hormigas simbolizan, el trabajo
comunal o minga (ayni en kichua), a través de la
solidariadad y reciprocidad en busqueda de la equidad
(igualdad).
3.2 LALAY TAKI4
SHAMUYTA WILLAK TAKI
I
Papa santo romamanta
4
Cantos de Carnaval: Isidoro Pichisaca Guamán
Jerusalem llaktatapish
Riksillitu pasamuni
Uchillitu shamuni
Cuartay jeme shamuni
La la la la la lay.........
La la la la la lay........
II
Capallishka shamuni
Yurak kunka shamuni
Oso kara kapita
Kunu kara kuyllitu
Jatun sombrederawan
Riksillitu runitu
Killitata yupashpa
Punzhitata yupashpa
Killitata yupashpa
Watitata yupashpa
La la la la la lay.........
La la la la la lay........
III
Sukta killa pajumpi
Sukta killa lamar mundu
Ñukamari shamuni
Sukta killa lamar mundu
Ñukamari shamuni
Killitata yupashpa
Sukta killa lamar mundu
Sukta killa pajumpi
Riksillitu shamuni
Cuarta jeme shamuni
Chunkashkitu shamuni
La la la la la lay.........
La la la la la lay........
IV
Ukshatapish shamuni
Chunka ishkay ushutita
Tukuchishpa shamuni
Paredones tupakpi
Espindola tupakpi
Chunkarishpa shamuni
Riksillitu shamuni
Kukayitu tajallishpa
ikituta mudarishpa
la la la la la lay......
la la la la la lay......
V
Riksillitu shamuni
Espindola tuparka
María zhinzhona tuparka
José Manuel kawkayka
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Señor igual chavarka
Makashnishpa tuparka
Chunkashkitu rikushpa
Jatun muchiku rikushpa
Cuarta jeme rikushpa
Igual chavar makash nin
José Manuel Kawkayka
María Zhinzhona warmika
Ñuka kuyashka nirkaka
Ñuka runami nirkaka
Riksillitu shamuni.
La la la la la lay.........
La la la la la lay........
VI
Pukarasha nirkani
Igual chavar tupakpi
Jampik nirkakunaka
Pukara nikurkanimi
Jatun muchikushkitu
Cuarta jeme karkani
Oso kara kapita
Kunu kara kuyllitu
Riksillitu karkani
Ñukata chunkash nikpika
Ñukata macash nikpika
Sinkushpami yallisha
Jurunishpami rikusha
Pukarapi yaykusha
Simpalumi tukusha
Pukarata pushashpa
Shulalata mikusha
La la la la la lay........
La la la la la lay........
VII
Jaku jaku balsita
Pukarapi yaykushun
Jaku jaku wanprita
Pukarata rurashun
Espindolakunawan
Paredoneskunawan
Riksillitu willanki
Riksillitu yallinki.
La la la la la lay.....
La la la la la lay......
Maymantata shamunki tayta karnaval nikpimi Kay takitaka
Takina kanchik Willashpa maymantami shamuni, imashina,
Pikuna tupan, shinallatak mayma kutik kashkata willashpa.
KUIBIBI TAKI
Kuibibilla kuibibi
Sumaymana kuybibi
Ishkay ñañanti kuybibi
Ñakcharikurkakuna
Llampurikurkakuna
Sumaymana kuibibi
II
Sumaymana kuybibi
Ishkay killa sirikpi
Willadora kuybibi
Mayta kampak punta tarpuy
Mayta kampak punta killpay
Sumaymana kuybibi
Ishkay ñañanti kuybibi
III
Kushillitu tupakpi
Pakari kaynan nishami
Kanwan rakirishpaka
Llaki llaki llukshisha
Piñashkitu tupakpi
Chayan kutin nishami
Wasiyulla kuyakpi
Kipa wata kutisha.
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IV
Kikin mikush rikuchikpi
Kushillami mikusha
Kanra upiyash rikuchikpi
Kushillitu Upiyashami
Yupaychani taytitu
Yupaychani mamita
Kampak sara aswita
Kampak wata kuyditu.
V
Mikushkanimarika
Upiyashkanimarika
Yupaychani mamita
Yupaychani taytitu
Kawsashpaka shamuk wata
Kutin kashna tikramusha
Kushillami shamukusha
Mana pipish rimankalla
Maymanta rikushpapish
Urkumanta shamushpapish
Mana tupaytukunkachu
Mana pipish ima ninka
Aswitapish kunanrami
Umamanka wichikukun.
VI
Jayak yaku kunanrami
Umamanka wichikukun
Mana pipish ima ninka
Wanpritu runa kan;
Kanwantami tupashkani
Mana pipish ima ninka.
VII
Anchurinki wanpritu
Amatalla jarkankichu
Mana kashpa wampritu
Upiyashkata mikushkata
Kampak ñawipi shitasha.
Kay kuibibi takitaka pay tukushpami lalay nina kanchik,
ashtawanka kayashka ñustapa wasipi kashpami takina
kanchik, mikushkata pyashkata yupaychashpami wasimanta
llukshina kanchik.
KUNTUR TAKI
I
Wasiyu wasiyu taytitu
Wasiyu wasuyu mamita
Yukamari shamuni
Aychitata mikunkapak.
II
Ñukamari tayta kuntur
Ñukamari ruku kuntur
Ñukamari apu kuntur
Pita mana manchani.
III
Mama kuchata shamuni
Mama kuchata pawani
Tamya pachami shamuni
Carnavalpi chayamuni.
IV
Ruku kunturshi kani
Mayor kundurshi kani
Presidenciamantashi
Kitu llaktamantashi
V
Ruku kunturmi kani
Uchillitu kuntur kani
Pikitupish llullurami
Uchillitumari kani
VI
Guilan machaymantashi
Tixán urkumantashi
Yurak kunturni kani
Chavar urkumantashi
Zhiña machaymantashi.
VII
Alitaspish wiñakunmi
Plumitapish wiñakunmi
Tukuy llakitamari yachani
Utkashpami wiñakuni
Alitaspish plumakunmi
VIII
Jubal urku panpapi
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Wallkanka urku panpapi
Jubal jatum pampapi
Sumak vizhi tarini
IX
Jubal corral yaykuni
Ñuka kawsay tikrani
Viditami mashkani
Aychatami mikushun
Buchipimi jundachisha
Kushillami tikrasha.
Kay kuntur takipish utka pachapika makanakunkapami
kashka, ña piñashka pura tupanakushpaka takinallami
kuntur shina pawashpa, ña atish tikrashka kipaka lalayta
takishpami karuyana kashka.
4. LITERATURA KAÑARI
Es de especial importancia el reconocimiento y
revalorización de todos aquellos relatos, mitos y leyendas
que se refieran especialmente a identificar los territorios así
como las divinidades tutelares y las funciones que cumplen
o cumplieron las wak’as en el territorio kañari, en este
sentido es conocida la Leyenda de las Guacamayas, que los
kañaris residentes en el Cuzco a donde había ido corno mitimaes,
contaron al Cura de la Iglesia de nuestra Señora de los Remedios,
Cristóbal de Molina.
De esta leyenda hay algunas versiones y sobre ella se estructura
una semántica que permite adentrarse y desentrañar el origen de
los kañaris. El mismo hecho de la mención de un diluvio en la
leyenda da cuenta de inicio, de la antigüedad de la misma; y, así
mismo otros elementos permiten ubicar elementos que dan
cuenta del origen así como de los territorios, los tiempos y las
etnias de las cuáles se puede desentrañar los orígenes de la
cultura kañari.
Entonces, el sentido de la investigación etnográfica, referida a
establecer los mitos, leyendas y relatos del origen de los pueblos
y las comunidades kañaris, están orientados a fundamentar y/o
re-establecer un orden sagrado que implica la gestión del
territorio, del ambiente y de las mismas relaciones sociales que
fueron gravemente afectadas por la invasión y colonización
española.
HUACAMAYA NISHCACUNAMANTA
PARLASHCACUNA5
Chaica cay caru Cuzcu llagtapi causag, cay Cañar llagtamanta
apashca runacunami, cay Iglesia Nuestra Señora de los
Remedios-pa pushag Cushipata Cristobal de Molina nishcaman
cay shina parlashcacuna: Chaica achca ñaupa huatacunatami
llaquita apashcacuna, chashna yacu tucui quillpashpa irna
shugtag huihuacunatapish huañuchigpi.
Cay Kañaribamba shuti llagtaca achca runacunatashi charishca;
chashna cashpapish cay llagtapi causag runacunaca yacu
quillpashcashi huañushcacuna, ishcay huauquindicunallami, shug
Huacay Ñan shuti urcuman llugshishpa quishpirishcacuna.
Chaica chashna tucugpimi chay Kañaris runacunaca urucuman
huichaicushpalla ishcaindilla quishpirishcacuna.
Chaica chashnami ñaupama causag taitacunaca yacu
quillpagpica shug urcuman huichaicushpalla quishpirishca
cashca nin nishpa parlashpa, chay parlutaca tucuchishca nin.
Chaica chay huauquindilla chay urcu machaiman guichicushpa
quishpirigcunaca, ña tucui yacu chaquirirnugpica
llugshishcacunami imalla micunacunata mashcangapa; chaica
ñan chashna paicuna micunata mashcashpa cutimugpica. shug
mana amerinami ricurishca¡ Chay chay machayucupica ña
rurashquitu sumaimana micunacunami tiyacushcalla nin.
5
Tomado del Libro: “Hatun Kañar Apunchikunamanta
Nishkallata Yuyashka – Mitos y Creencias de Hatun
Cañar” Bolívar Zaruma Q. – 1988. pag. 12
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Chashnami ña micunacunaca quimsa punzhacunacama
tuparishpa catishca. Chashna caqpipish chay huauquindicunaca
mana yachashcachu, pi, chashna micunacunata churashpa
puricushcataca; chaimantami chay huauquindicunaca, pi,
chashcata rigsinata. yachanata munashcacuna.
Chaimatami yuyarishcacuna shugca puntaman shinallata
micunacunata mashcangapa llugshinata; cutin caishug punta
huauquica chay machaillapita miticushpa saquirishca, pi,
cashcata ricungapa, rigsingapa. Chaica chashna yuyarinac
ushpaca chashnatagmi rurashcacuna.
Chaica chashna chay punta huauquipi. cashcata rigsinata
munashpa chapacugpica: Ishcay huarmicunapa ñahui shinatata
chari Huacamayucunarni cungailla chayashcacunalla.
Chaica chaipi saquirig runaca, chashna ricushpaca japínatarni
yuyashca. Chashna yuyacugpipish chay rigcha
huacamayacunaca, atishpa pahuashparni rishcacuna. Ishcay
punzhacamani chashnaca tucushca.
Chaicaña quimsa niqui punzha tucugpica, quipa huauquimi chay
machaipica miticushpa saquirishca. Chaica chay quipa huauqui
musuca, imashinatapishchari quipa ñañan huacamayataca
japishcallami.
Chaica chay Huacamayahuan Sahuarishpami sugta
huahuacunata charishcacunaquimsa cari huahuacunata,
chashnallata quimsa huarmi huahuacunatapish. Chaica chay
huahuacunami yayacuna, mamacuna tucushcacuna.
Paicunamantami cay Kañari runacunaca cutinllata
miranacushcacuna; chashnallata paicunamantami. cay
Kañaribamba llagtapica cutinllata ñaupaman shinallata
achcacuna tucushpa jundashcacuna.
LA LEYENDA DE LAS GUACAMAYAS
Los kañaris residentes en el Cuzco a donde había ido como
mitimaes, contaron al Cura de la Iglesia de nuestra Señora de los
Remedios, Cristóbal de Molina, la siguiente leyenda:
"Decían, pues, en tiempos muy antiguos, habían perecido todos
los hombres con una espantosa inundación que cubrió toda la
tierra.
La provincia Kañaribamba estaba ya poblada, pero todos sus
habitantes se ahogaron, un monte, el cual por eso se llama
Huacay-ñán, o Camino del Llanto.
Conforme crecía la inundación, se levantaba también sobre las
aguas logrando salvarse solamente dos hermanos varones en la
cumbre de este cerro.
Los antiguos moradores, que huyendo de la inundación se habían
subido a los otros montes, todos ellos perecieron, porque las olas
cubrieron todos los demás montes, dejándolos sumergidos
completamente sin ninguna esperanza de salvación.
Los dos hermanos, únicos que habían quedado con vida después
de la terrible inundación, de la cueva en la que se habían
guarecido salieron a buscar alimentos para comer: más ¿cuál no
fue su sorpresa, cuando, volviendo a la cueva, encontraron en ella
manjares listos y aparejados sin que supiesen quien los había
preparado?
Esta escena se repitió por tres días consecutivos, al cabo de los
cuales, deseando saber quien era ese ser misterioso que les
estaban proveyendo de alimentos mientras ellos permanecían en
la cueva, determinaron los dos hermanos que el uno de ellos
saldría en busca de alimentos, como en los días anteriores, y que
el otro se quedaría oculto en la misma cueva.
Como lo pactaron así lo pusieron en obra. Más he aquí que
estando el mayor en acecho para descubrir el enigma, entran de
repente a la cueva dos guacamayas, con cara de mujer; quiere
apoderarse de ellas el indio y las mismas salen huyendo. Esto
mismo pasó el primero y el segundo día.
Al tercer día, ya no se ocultó el hermano mayor, sino el menor:
éste logró tomar a la guacamaya menor y se casó con ella y tuvo
tres hijos, tres varones y tres hembras, los cuales fueron los
progenitores de la Nación de los Kañaris"
URCU YAYAMANTA PARLASHCA
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Chaica cay ñucanchi Cañar marcapi, shinallata tucui ñucanchi
muyundi Ecuador llagtapimi, cay urcu yayamanta parlutaca
yachancuna.
Cay ñucanchi llagtapica nincunami, chashna sapan
llagtacunapimi shug urcu yayalla tiyan nishpa, nishun shugllami
tiyana cashca mana ashtahuanpish tauca shug shugcunaca.
Chaica cunanca parlagrini campopi causag shug huacha runa
imashina parlashcata: chaica shug mama yaya illaglla huagcha
musitumi shug punzhaca, shug cuitsata tarishca; chaimantaca
chay huarmihuan sahuarishpami causashca. Chaica chay
huarmipa yayaca munaimi p'iñashca, chashna cashpami
shitashca, cungarishca causashca. Paica sugta huahuitacunatami
charishca chaicunahuami causashca. Paica tucui imapish
ruraicunata, llancaicunatami rurashpa causag cashca, chashna
ruracushpapish mana imata charigchu cashca.
Chashnami chay huagcha runaca llaquillata puricushcalla,
pimanpish
imata mana huillashpa, mana parlashpa chashna paipa llaqui
huagcha causaimantaca. Chaica shug tutamanta utquitataca
tupashcallami shug sucu acha runa, jatun angara muchicu
churashca punchu huashitarishca, quillu alpargatis churashca.
Chaica chay imatapish laya runaca, tupashpaca
mancharishcallami napashca cushi shunguhuan; chashnallata
chay huagcha runa tigrachishpa napagpipish surnagtami
chasquishca. Chaica chay ipitapishchari sucu runa chay huacha
runata napangapa tupagca nishcami: Ñucaca camba huarmipa
yayahuarmi parlashpa shamui. Chaica pay chayug cashcahuanca
cantaca yanapanataca mana yuyarinchu, ñaqui can yalli huacha
tucushpa imahuan mana tariricugpipish, nishc ami.
Chashana nigpica chay huagcha runaca: Yupaichanimi (agra..)
can chashna cunashcamanta, nishpami sumagta cutichishca;
chaimantaca: aij tucui ñuca causaipirni pipish ñucamantaca mana
llaquishca, ashun can pi, may, runa cangapami ñucamantaca
llaquishcangui, yupaichanimi, nishpami nishca.
Chaimantaca chay sucu jatun muchicu churashca runaca
nishcami: Uyay, chay camba huannipa yayaca, shug upa muspa
runami; chairaicumi can tucui imapish illaglla causacugpi
imallahuanpish yanapanacuna munaitaca mana charishca.
Cunanca ñucaca paita 'huañuchigrinimi. Chaica cay huata imalla
p'ucushca murucuna tandaica mana ima allica cangachu, paipish
llaquitaca japingami nishcami.
Chaica tucui chashna huillashca q'uipaca nishcami: Cunan
canmanca ñucami imashina alli causanata ricuchisha. Chashna
cashcamanta, vicrncs punzhata tupangui; imashina
ugushcacunata imashina jambinata Ñuca yachachingapa,
chashnallata imalla sachacunahuan jambinatapish ricuchingapa.
Chaica camba causaipa cullquita llugchingui. Shina cagpipish
cay ñuca yachachishcacunataca ama piman parlanguichu, camba
huarmillamantapish ama parlanguichu nishcami, chay ch'ichi
runaca. Chaica ña chashna nishca huasha, shug punzha
tupashpaca tucuita ricuchishca, yachachishcami: chaica chashna
yachachishca q'uipaca ñami jambinata callarishca, chashnami ña
tucuilla rigsishca cashca, chashnallata ña chagugpishmi chay
runaca.
Chashna yachachishcamanaca, ehay runaca, chaica pay imashina
yachacushcataca piman imata mana huillashpami, chay sucu
yaya nishca shina puricushcalla. Chashna cushpallatami, ñapish
shug punzha yalli ubiashpa macharishpaca, tucui cay imashina
alli cashcata huarmiman huillashca, chashnallata pi
shugcunamanpish.
Chaica ña chashua parlashcamanta pachami, chay alli
yachashcaca paiman'aca anchurishca, shinallata ña pipish mana
puntaman sbina alli nishpaca nishcacuna. Chashnallata tucui laya
tucushpa alli jambisha nishpapish, ña imasbina alli jambinataca
mana utipashcachu (poder).
Chashna chay llaqui tucushpaca may urcutami purishca, chay
paihuan tupag urcu yayahuan tupanata yuyashpa, chaita
mashcashpa; chashna rurashcacunaca ña yangallami cashca.
Chaica chashna puricugllapimi, ñapish shug tutaca
muscuchishca; chaica chay muscuipica: hna rurashpata ñuca ama
piman parlachun nishcataca parlarcanguiyari? Chaica chay tucui
ñuca imashina yachachishcacunataca mana huillanachu
carcangui nishpami nishca.
Chashna cashpapish chay ñaupama sbina tucui imapish illaglla
llaqui causaica, ashaca allillami saquirishpa causashca.
Chaica caimanta mshpaca ñaupa yayacunaca nigmi carca:
Chashna maijanma urcu yaya tupashpaca imatapish yachaicunata
yachachishpa saquinllami nishpa. Chashna alli taquinacunata, alli
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ahuanacunata yachag canata, aIli chagra rurag can ata,
chashnallata alli jambigcuna tucunatapish.
Chaica maijan ñaupa yayacunapa parlashcapica; chashna chay
urcu yayaca
chay mana alli pagtachishca unguycunatapish. shinallata chugta
chay ñaupa yayacuna, paicuna imashina rurashca
unguycunatapish jambinllami nishpami nig carcacuna.
EL URCU YAYA
(El viejo del cerro, o Papá Cerro)
En el Cantón Cañar, al igual que en otras regiones del Austro
Ecuatoriano esta leyenda es conocidísima. Sin embargo, se dice,
por aquí, que cada cerro tiene un Urcu Yaya.
Relataré la versión de un humilde campesino:
Un hombre pobre que por su orfandad logró contraer matrimonio
con una muchacha de posibilidades. Llegó a tener seis hijos en
medio del odio de su suegro.
Un día este hombre fue abandonado a su suerte, y por más
esfuerzos que hiciese, no lograba comseguir ni para el sustento
diario.
En resignada vida pasaba este humilde hombre sin quejarse en lo
absoluto. Hasta que un cierto día al amanecer, se le presentó un
hombre rubio, con sombrero grande. Llevaba sobre sus hombros
un poncho de color rojo, tenía puestos unos zapatos amarillos.
Amablemente saludó al extraño, sorprendido a la vez, el
personaje raro le devolvió el saludo.
Inmediatamente el visitante le dijo:
He conversado con tu suegro aconsejándole muchas veces que te
ayude porque él es un hombre muy rico, en cambio tu no tienes
nada.
Agradecido el humilde campesino le respondió.
Toda mi vida nadie se ha interesado por mí, menos aún en
ayudarme; y Ud. un forastero se preocupa, Dios se lo pague.
Escucha buen hombre, tu suegro es necio¡ no acepta ayudarte;
pero le castigaré, perderálas cosechas, y le irá muy mal.
A tí, vaya darte una forma de vida, ven a verme el día viernes al
pie de los quinuales y te enseñaré a curar a la gente.
Te mostraré los secretos de los montes y ganarás dinero; pero te
advierto, este secreto no lo cuentes a nadie, ni siquiera a tu mujer.
Realizada la entrevista aquel hombre empezó a curar y se hizo
famoso; además adquirió riqueza.
Durante algún tiempo calló el secreto. Cierto día embriagándose
lo contó.
Desde entonces, su poder le abandonó, perdió fama, no podía
curar por más esfuerzos que él hiciera.
Desesperado se convirtió en vagabundo de los cerros con el afán
de encontrar al Urcu Yaya. El intento fue en vano; solamente en
sueños logró encontrarle siendo severamente reprendido por no
haberle guardado aquel secreto que él le confió.
De todos modos su situación económica mejoró.
Muchos antiguos dicen que este personaje mejor conocido como
el Urcu Yaya, otorga dones a quienes lo encuentran. Les concede
la habilidad para ser músicos, tejedores, buenos agricultores o
curanderos.
Algunas versiones narran además que el urcu yaya curaba
hechizos y también otras enfermedades según la creencia o
tradiciones de los antiguos.
CULEBRILLAS CUCHAMANTA PARLASHCA
Culebrillas nishca cuchaca Cañar quiti llagtamantaca
chinachasuyu manyamanmi saquirin; chay jahua caja chiri
urcucuna chaupinchishca pugru pambapi. Chaica cay
cuchamanta nishpaca tauca parlucunami tiyan. Cay culebrillas
cuchaca Azuay chiri caja urcu chaquinipimi; chaica chashna
cashpami jahuamanca Espíndula machay, cutin shug
manyamanca Naupa yayacunapa causana Paridones nishca
causay huasicuna, chashnallata shug urcucunapish muyushpa
chaupichishca cucharni.
Chay culebrillas cuchataca tucui runacunami manchancuna;
chashnallata imatapish paicunapa shungu munashca shinataca
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mana rurancunachu. Chaica chay cuchamanta parlashpaca, cay
shina tucushcatami nincuna:
Chaica ñaupa punzhacuna pipish, chashna may carucunata
purinapaca, chay Culebrillas cucha umanita, Paredonesta
Espíndula machaitami yalligcuna cashca, chaica maita ashtahuan
shug ñan manatiyashcamanta. Chashna ña huashami sumaimana
llagta, chay taita Chimborazo cusag llagtaman llugshinata
yachashcacuna. Chashnallatami Quitomanta mana cashpaca may
shug janag llagtacunamanta shamugcunaca chay Culebrillas
cucha chiri urcuta yallimugcuna cashca.
Chaica chay chiri urcucunata shamunaca. Chingarinalla, mana
caipalla, mana maitapish llugshinalla shinami caglla cashca;
nishun shugjatun huasi tauca ucucunayu ucupi yaicushpa,
chingarishpa manallugshipalla. Chashna urcu llagtami cashca,
ñaupamanpish cunan punzhacamanpish.
Chaica chay shinamantami cashna parlashcacuna tiyan: Chaica
cusandi huarmindimi ricushcacuna. Chashna ricushpami, sumag
achiglla rupay punzha, chay Culbrillas cucha cuchullapi'
samaringapa tiyarishcacuna. Chaica, ña, cuchullapi tiyarishpaca,
sumaimana chuyanlla cucha yacutami chapacushcacuna;
chaimantaca cucayuta micushun nishpami yuyarishcacuna.
Chashnami, ña, cucayuta micushca q'ipaca, cusaca
maitatapishchari ashata puririgrishca, shug asha pachacunata.
Chaica chaimanta cutishpaca paipa huarmitaca mana tarishcachu;
chaimantami mancharishcalla caita chaita purishca, tarinata
yuyashpa. Chashna mashcashpapish tangamantami mashcashca.
Chaica paica huarmica maipi mana uyarishcachu, maipi ima
tucushca manta yacharishcachu.
Chaica chay may carota ricug runamanca yuyaipica huaranga
huaranga yuyaicunami tiyarishca; chashna cashcamantami
yuyashca. Ñauparcachari? nishpa; chashna cashpapish, ima maita
rinata mana yachashpaca imashinata maita ringari! nishparni
yuyarishca. Chaiman tami ña chay runaca huasiman cutishpa
callpamuy callarishca, chashna maijan ñampi asha
tupagcunamanca tapurashcami cutishca, pipish ima tupashcataca
mana huillashcachu.
Chaica chay runituca, ña, huasiman chayamushpaca tucui
imashina tucushcatami, paipa ayllucunamanca parlashca;
chashna llaquillata huillagpipish chay ayIlucunaca mana
añishcacunachu, ñaqui paimi maipi imata rurashpa shamushpa
llullacunga yuyashpa.
Chashnami chay runituca, paipa c'uyana huarmita
chingachishpaca; maipi imi tucushcata mana yachashcachu;
chaimantami munaimanta llaquishpa, huacashpa ña huañuna
patapi chayashpa puricushca. Chashna llaqui cashcamantami
tutacunapish mana imashina puñuy utipashca. Shinapish tuta
muscuipicarin paipa huarmica: chamuyari, yanapanacuyai
nishpami c'ayag cashca. Chaica chay runituca tuta muscuillapimi
paipa huarmitaca ricug cashca.
Chaica chay runa punzhanta, chay, paipa huarmita pacag urcuta
chaparashpa huacacugpimi; ñapish shug chishica, shug
carumanta shamucug runaca chaipi puñushpa camarinata
mañangapa, chay runapa huasiman yaicushca. Chaica chay
huasipica utcacunamanta pachami chashna maijanpish puñunata
mañagpica cugllacuna cag cashca. Chaica ña chay chucu runa
puñungapa siririshca asha pacha huashaca. chay huarmi
chingachig huasiyu runaca, puñushpaca muscuy callarishcami.
Chaica imashinami caishug tutacunapish muscushpa caparig
carca, chashnallatami, chay runa puñucuy tatapish muscushpaca
cungailla caparishcalla.
Chaica chay runaca, paipag huarmi ninapi ruparicushpa
imashinapish llugshinata yuyacushcata ricushpa. mancharishpa
caparig shinatami caparig cashca. Chaita uyashpami chay ch'ichi
runaca: -Chaita uyamantata chashna llaquitaca charinguiyari?
nishpa, tapushca. Chaica chay chucu runa chashna tapugpica:
Chaica chug mana iñinalla, shug mana caipalla tucushcatami
huillashpa parlashca. Chaica chashna imashina tucushcata
parlacugpica chay ch'ichi chucu runaca alli allimi tucui imashina
parlagta uyashca; chaimantaca ña quipataca tapushcami:
Chay chingarig huarmica. Imalaya churanahuanta carca? nishpa.
Chaica chay ch'ichi runaca, ña, tucui alli imashina tucushcata alli
uyashpaca, chashna mancharishcallami cashna parlay callarishca:
chay tucui ayllucunapa ñaupagpi. cay shina:
Taitacuna Mamacuna. Quishpichihuaichi. ñuca imashina. chay
maqui maitapish purig cashcamanta parluta; chaica chay cucha
chuchunicunata purishpa imacunallata ricushcata. cancunaman
parlangapa.
Chaica chay ñanta ricushpami; chashna cancuna nishca shina
churana churashca huarmica, chay chaupi cuchapirni shug curi
jatun suni quiru jahuapi shug machacuy huihua paipa huigsa
quinraipi pillurishcata puñuchishpa tiyacurca llaquillata, chaupi
punzha cana pachata. Nishparni tucui alli huillashca.
Chai runaca chay chingarishca huarmi cucha chaupipi tiyacugta
maimanta ashtahuan alli ricunatapish. tucui. tucuimi huillashca,
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chaica imashinami cusaman muscuipi ricurishca shina. llaquita
apacugta.
Chay runa chashna parlagpica tucui aillucuna. shugtacunapishmi
tandanacushpa. chay cuchaman . chayangapa rishcacuna. Chaica
ña chay cucha patman chayashpaca shuyashcacunami ima pacha
ricuringacaman. Chaica chay chucu runa nishca shinatagmi
ñapish huarmica chaupi cuchapi ricurishcalla. Chaica chay
pachallatami shug jatun machacuica. ña imamundu rupaipi
cunuringapaca, chay chaupi cuchapi tiyacug huarmipa changapi
puñungapa siririshca.
Chay china chay machacuy mashacugpica, shugca allimanta
rishpami illapahuanca(escopeta) chay millay machacuipa
umapita shitashca.
Chaica chashnan ruragpica. chay Machacuica imamunduta pitag
nishpami
cuchamanta llugshishpa uraiman huaiquiamushca quingushpa,
quingushpa; cutin ña, chay machacuipa huashataca yacuna
c'atimushcallashi. Chaica ña chaimanta q'uipamanca, ña, manashi
ashtahuan chay machacuica chay cuchapica ricurishcachu.
Chaica chaimanta pachami chay cuchaca Machacuy cucha,
nishun Culebrillas cucha shutirishca. Chaica chay cuchaca
"Liuquina" cucha shutipishmi cashca.
Chaica chashnami chay pacashca huarmitaca cushamantaca
llugchishcacuna. Chaica chashna llugchicuy pachaca munay
huaira jatarishpa cucha huaracarishpami p'iñarishca. Chashnami
ña chay cuchaca p'iña tucushca, cunan punzhacamanmi chashna
p'iñarishpa maica huaracarishpa cuchamanta yacuca llugshinlla
nishpami nincuna.
Chaica chashna cutimushcamanta asha punzhacuna q'uipaca,
chay huarmica
chunga ishcay llullu Machacuicunatami huachashca. Chaica
chashna tucushcamantami, ñaupahuiñaicunaca "Liuquinillas"
cucha nishpa sIlutichishcacuna; chaillatatami, cutin, Culebrillas
cucha nishpapish c'ayancuna.
LA LEGENDARIA LAGUNA DE CULEBRILLAS
Culebrillas es una laguna situada al norte en lo más elevado de
las ramificaciones de la Cordillera Central, sobre la hoya del
Cañar.
Esta laguna, sobre la que se han tejido muchos relatos
misteriosos descansa en la llanura al pie del nudo del Azuay.
Por otro lado está ubicada muy cerca del histórico "Paredones" y
a la cueva del famoso y temible Espíndola.
En ese escenario la gente de sus alrededores siente miedo y
respeto a la vez.
Contando acerca del origen de esa laguna se oye decir la
siguiente versión:
Antiguamente, los viajeros que recorrían los Andes ya sea a pie o
a caballo tenían desde tiempos antiguos, es decir desde nuestros
aborígenes un camino obligado que cruzando por paredones y la
cueva de Espíndola bordeaban por el sur de Culebrillas hasta
coronar una pirámide de formación natural y salir al
Chimborazo; esto para los que se iban, mientras tanto para los
que venían de la ciudad de Quito y del norte del país debían
hacer el mismo fatídico recorrido por lo inhóspito de los páramos
que se tienden en forma de laberinto.
El relato cuenta, que una pareja de esposos acampó hace mucho
tiempo cerca de esa laguna.
Siendo las doce horas de un magnífico día, habiéndose puesto de
acuerdo para servirse la comida contemplando la superficie
mansa y brillante de la laguna, se sentaron tranquilamente.
A los pocos minutos el marido se levantó y se alejo unas cuadras
del lugar, mientras tanto su mujer arreglaba las cosas para que
estén listas para el almuerzo.
No pasaron quince minutos de la ausencia del marido, cuando
regresó el hombre ya no encontró a su mujer.
La llamó, la buscó, pero todo fue en vano, su mujer había
desaparecido de manera misteriosa y sin dejar ningún rastro
como para que él pudiese seguida.
Miles de pensamientos cruzaron por la mente del desesperado
viajero; cuando le vino una idea. Pensó que a lo mejor su mujer
podía haberse adelantado, pero al mismo tiempo se preguntaba:
¿Porqué? Y ¿Por dónde?
De todas maneras confundido y preocupado aceleró sus pasos de
regreso preguntando a los pocos viajeros que encontraba en su
camino por su mujer, si no la habían visto, pero nadie le supo dar
razón.
Una vez de regreso en su casa contó lo sucedido a los parientes
de su mujer, pero contrariamente en lugar de creerle empezaron a
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sospechar que él a lo mejor por algún motivo cometió algún
atentado en contra de su esposa. En la amargura de su soledad y
en la extraña ausencia de su querida esposa éste hombre se veía
debilitado tanto en su ánimo como en su salud.
No podía conciliar el sueño porque le atormentaba horribles
pesadillas en las que veía a su mujer pidiéndole ayuda en forma
desesperada.
Una de esas tantas tardes en las que él se sentaba a contemplar el
cerro que se tragó a su queridísima esposa, llegó un viajero
solicitándole hospedaje.
En aquellos lejanos tiempos, una solicitud de ese tipo jamás era
negada a ninguna persona que pedía una casa para hacer un
descanso en su fatigado viaje. Por ello se lo dieron.
Corno de costumbre, llegada la noche y estando dormido el
desafortunado esposo empezó a gritar desesperadamente en
medio del sueño, al despertarse contó que veía a su mujer en
medio de llamas sin encontrar manera de salir de ellas.
Entonces el forastero preguntó al pobre hombre:
¿Porqué se atormenta tanto?
Los familiares contaron al extraño todo lo ocurrido con la esposa
del señor. El hombre escuchó atentamente sin hacer ninguna
interrupción.
Luego preguntó:
¿Cómo iba vestida la mujer que desapareció?
Al recibir la información que le dieron de corno estaba vestida el
momento de la desaparición, el hombre extrañado hizo la
siguiente referencia.
Con el perdón de ustedes señores, déjenme contarles que yo soy
un asiduo caminante y siempre ando por esos lados. Por tal razón
les diré que más de una vez, pude contemplar la visión de una
mujer con el misterioso ropaje que ustedes me dicen que estaba
puesta la desdichada señora; ella pasa siempre dormida, y tiene
una culebra envuelta en su pierna.
Esta visión aparece más o menos al medio día.
Les indicó además de que ángulo podía contemplarse mejor esa
visión en la laguna de culebrillas, que además para él le resultaba
muy rara.
Sin perder tiempo las personas que habitaban en la casa en
compañía de varios familiares se alistaron para viajar a aquella
laguna con la esperanza de encontrar a la mujer desaparecida
desde mucho tiempo.
Una vez, estando en el sitio indicado por el posante. Esperaron
pacientemente. En efecto, la mujer salió del agua y la culebra fue
descendiendo lentamente de la pierna de esta mujer para luego
tenderse en la arena a tornar el sol ardiente del mediodía.
Ellos se acercaron sigilosamente hacia dónde se encontraba la
culebra.
Entonces con mucho tino golpearon la cabeza del animal la que
al recibir el golpe se agitó ferozmente saliendo por un paso fácil,
dando serpenteos.
Cuentan además que el agua siguió a la culebra, la cual
desapareció de manera sorprendente y misteriosa.
Desde entonces le llamaron a la laguna "Leoquina" o culebra. De
este modo rescataron a la mujer que estaba cautiva, en medio de
un viento huracanado y tormentoso cuya furia descontrolada
agitó el agua, convirtiéndose este lado desde entonces en bravo,
ya que antes del incidente ocurrido en sus orillas esta laguna era
muy mansa.
Cuentan que la laguna de cule brillas tiene hasta los tiempos
actuales esa característica, se agita repentinamente saliéndose de
su cauce normal.
A los pocos días, la mujer ya en su casa dió a luz doce culebritas,
razón por la cual, los antiguos lo llamaron "Leoquinillas Cocha"
que quiere decir (agua de las culebritas) o "culebrillas".
JUAN OSOMANTA
Shug punzhami cusandi huarmindicunaca; shug jatun sacha
ucuta rishcacuna yantata mashcangapa. Huarmica chunllami
cusama mana huillashpa ashata q'uipayashca imapatapishchari;
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Centro de Apoyo Tutorial Chunazana pag. 22 de 91
cusaca chashna saquirishcata mana yachashpami. mana tigra
ricushpa ñaupashpa rishcalla.
Ña achca carumanta yuyarishpa tigra ricugpica, huarmica
illashcallashi, maipi mana uyarishcachu; chaimantami ñanta
c'atishpa caparishpa c'ayashpa purishca. Chashna cagpipish
maipi. ima chaqui sarushca unanchillapish mana uyarishcachu.
Chashna cungailla huarmi chingarishpa mana taririgpimi, chaipi
yantanata shita jichushpa huasiman cutimushca, maijancuna
mashcanata yanapanacuchun.
Chashnami ña tucui ayllucuna yachashcacuna; chaimantami
imashina mashcanatapish yuyarishcacuna.
Chay chingarig mamitaca huarmizitutaca; shug millay
Osorucumari pacashpa shuhuarrishca carca!
Chay llaqui tucushcamanta pachaca, ñami ishcay huata tucushca
cashca. Chay Oso huarmita shuhuarishpaca, mana shitashca,
mana cungarishcachu; ashtahuanpish alli micunacunata apashpa.
alli carashpami causashca. Chay huarmica, ña, unaipica chay Oso
huihuapatami, shug c'ari huahuata huachashca. Chay huahuaca
chaupica yaya Oso laya, cutin chaupica, chay huarmi mama
layashi cashca.
Chaica chay huarmica, chay huahuataca llaqui, huacaimi
huiñuchicushca. Chaica chashna imamundu llaqui tucushpa
causacushpaca huasita, cusata, aylluta yuyarishpaca, llaquillatami
causacushca.
Shug punzhaca chay Oso-huan causacug huanni tiyacug machay
cuchullallatashi. shug runa abiopi sitashca yallicushcalla. Chay
punzhaca chay huanni shuhua Oso-ca illashcashi
machaimantaca; chashna cagpimi. chay huannica. shug jatun
quiruman huichaicushpaca. munaimanta sinchihulpl yanapaita
mañashpa caparishca:
-Jachi...! jachi...!!! Ñuca cusaman huillashpa cuy; chaica caya
cashna pachataca Oso-ca illagpimi; chay pacha shug alli abiu
sillashcahuan shamuchun. Chashna nishpami huillashcuchun
caparishpa mañashca. Chashnallata chay huannica nishcapishmi:
-Ñucataca shug mancha-naipa Oso yayami aparca; chashna
cashcamanta ñucata apangapa sha-mushpaca. alli
yanaparinacushpa shamuchun. Ñucaca caya cay pacha-taca
caillapitami casha. Osopish illangami. Chashnami huillachun
nirca. nishpami huillashpa cacha-shca. Chaica chay huanni
imashina nichun nishcatca. tucuimi cusa-manca chashnata
huillashca.
Chaica chay cayandi pun-zhaca, Osataca umashpami. shug
shushuna tzalapi( cedazo) yacuta apamuchu cachashca. Chashna
cachashcaca. Osuca imashinapish apamunatami yuyashca;
chashna mashna apamunata yuyacugpipish. chay shushunapica.
imashina yacu-ca mana jarcarishcachu. Yacu manata
jarcarishca-mantarni. Osoca munaimanta unai-yashca. chay
pacharni chay quichushpa llugchigcunaca. huannitaca jahualla
llugchishpa apashcacuna. Chaica chay machaimanta huarmita
quishpichinaca, allipata mancha-nami cashca; chashna cagpipish
paicunaca pagtachishcacunami.
Chay huarmita sachamanta llugshin, mana llug-shinmi chaupi
sachapica, chay Osaca imamunduta p'iñarishpa caparishca
uyarishca. Chashnami Osohuanca puglIag shina, huar-mita
lIugchishpa atishcacuna.
Chashnarni, ña, paipa cusahuan tupashpaca, causay llagtaman
cutishcacuna; ña chaiman chayshpaca mushug causaita
japinatami yuyashcacuna; chashna cashcamantami chay Osopa
churi huahuataca "Juan Oso" Nishpa shutichishcacuna.
Chaica chay Juan Osopa marca taitaca, shug Cushipatashi cana
cashca. Chashna cashcamanta-mi, shugcunaca Cushipatapa
marcashca nishpa c'ayagcuna cashca. Chay Juan Oso
Huambraca utcami huiñashca; paica imamunudu sinchimi
cashca. Paica shug ima sichi huihua shina, imamundu sinchimi
cashca; chashna cashcamantami tucui, shug, pay shina
huambracunapaca mana ima nina, casilla, chunlla purina, mana
pugllanapish cashca.
Chashna cagpipish; maijancunaca c'ariyaglla mana manchag
huambracuna tiyagmi cashca, chay punzhacunapish; Chashpami,
chay Juan Oso humbrataca p'iñachigllacuna cashca. Chashna
p'iñachi-cashmantaca, chay Juan Oso huambraca ishcay cutishi
llaquita rurashca. Chaica shug cutica, shug huambrataca allinlla
t'angashpaca muspachishpashi shitashcalla. Cutin
q'uipata shug huambrataca huagtashpa huañuchishcallashi.
Chashna huañuchishcamanta, chay yachachig tzala huarmi
subasha nigpica; paitapi chashnallatashi rurasha nishca. Chaica
chashna ña ashtahuan llaquicuna tiyagrigpishi, ña, chay yachana
huasimantaca llugchishpa cachana cana cashca. Chaica
chaimanta llugchishpa cachashcaca, paipa marcataita
Cushipatahuanshi ashacamanca causashca.
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Centro de Apoyo Tutorial Chunazana pag. 23 de 91
Shug tutamantaca. chay Cushipataca, Juan Oso huambrataca
campanata huagtachunmi casha-shca; chay huambra yalli
muspalla cashcamantaca, imapish layatami talan nichishcalla;
chashna mana alli huagtagta Sacristán nishca uyashpami
p'iñarishpa, imashina huagtana cashcata yachachigrishca.
Chashna yachachigrigpi. chay Juan Oso huambra p'iñarishpa
huagtashpaca, huichaimanmi jatarichishpa cachashca; chashna
rurashcami. ña chay Torre nishcamanta canzhaman urrnashpa
huañushca. Chashnami chay huambrataca tucuipish
manchashcacuna. Chaimantami sachallamanta c'atishpa
cachanata yuyarishcarcacuna.
Ña chay causay llagtamanta llugchishpa cachashcaca, chay Juan
Oso Huambraca, maitapish puricushcallami; chashna puricu-
shpami shug punzhaca. shug. pay shinallata alli sinchi runahuan
tuparishca. Chaimantami canca ima shutita cangui? nishpa
tapushca; chashna tapugpimi Urcucunata tigrachig Juan shutimi
cani! nishpa cutichishca (tumba cerros).
Imamantata chay shuti cangui. nishpa tapugpica; chay
urcucunata tigrachig Juan-ca nischcami: ñucaca urcucunatami
huagtashpalla tigrachinilla (Tumba cerros) nishpami nishca.
Chashna nishpaca. chay pacha shug urcuta huagtashpaca t'uñi
shitashcalla. Chashnami ña shug yanapanacugta tarishca,
chaimantaca ishcay tucu-shparni purishcacuna. Chashnallata. ña,
chay pachaca Juan Osoca ña jatun runami tucushca cashca, nin.
Chashna ishcay tucushpa puricushpaca. shug punzha cungaillaca.
cutinmi shug jatun runahuan tuparishcacuna.
Chaica chay "Jatun sacha quirucunata sapindi surcushpa shitaglla
Juan" shutimi cashca (Juan pela monte). Chashnami ña chay
quimsa Juancunaca alli rigsishcacuna. chashnallata alli apanacuy.
c'uyanacuitapish charishcacuna.
Ña chashna chay jatun quimsa runacuna tauca quillacunata
paicuna imalla rurashcacunata ricuchinacushpa puricushpaca.
shug urcu ñantami uraiman huaiquiacushcacuna; chashna
ricushpaca, shug jatun yacu patapi shug runa puñucughuanmi
tupari-shcacuna. chaihuan tupa-rishpaca Juan Osoca.
Canca pitag cangui? nishpami tapushca. Chay pitapishcharica
mancharishcalla jatarishpaca: ñuca "Jatun yacu-cunata sungashpa
chaquichiglla Juan shutimi cani". Imatata ningui? nishcami.
nigpica Juan Osoca nishcami: shinashpaca cay yacuta tucui
chaquichi ricungapa. nishpa. Chashna nigpica. chay. yacuta
sungasgpalla chaquichig Juanca" uray singaman siriri-shpaca.
yacutaca tucuimi sungashpa chaquichishcalla. Chaita ricushpaca
Juan Osoca: cunanca ñucachica, tucui alli sinchicuna purallami
tandanacushcanchi; pipish ñucan-chitaca mana imata ningachu;
cunanca shug alli causay llagtata mashcashun. nishcami.
Chashnami ña achca carota rishcacuna; chashna rishpaca. shug
sumag. jatun imamundu pugru pambapi. shug jatun h'azinda
huasihuanmi tuparishcacuna; chaipi chayashpa. ña caishu
quimsacuna allpata rigsihspa. muyuyshpa puringapa rigpica,
chay jatun shitashca h'azinda huasipica. "Urcucunata tigrachiglla
Juanmi" saquirishca, chaipi chaupi punzha micunata runangapa;
shinapish micunataca ñami tucui ruracushca canga.
Chay caishu quimsacunaca. tucuita ricushpa puricushpallami.
yallita yarcagpi. chay shitashca h'azinda huasiman
cutimushcacuna; ña chashna chay shitashca h'azinda huasiman
chayagpica. ima micuna mana tiyashcachu! Chay micunata
rurangapa saquirig Urcucunata tigrachiglla Juanpish. chay paya
huasi shug ucupica, allipata muspachishpa shitashcami
siricushcalla nin. Chashna tucushcata ricushpami: Imata
tucurcangui? Pita huagtarcachu imatari? nishpa tapushcacuna.
Chashna tapucugllapiña allimanta yuyaita japimushpami, cutin
tapugpica huillashca cay shina: -Shug imatapish laya, imamundu
jatun yayarucu shamushparni, shug huagtailla muspachishpa
saquishca. Chashna nishpami huillashca ña yuyaita japishpaca.
Cutin cay cayandi punzhaca Juan Osoca, chay jatun quirucunata
maquillahuan surcuglla Juantarni saquishpa rishca; chashnami
caishu yacuta sungashpalla chaquichigtapish saquishca. Chaica
tucui chay quimsa saquirigcunatami. chay irnatapishcharica
muspachishcalla, nishun alli macashca saquirishcacuna, chay
sapan punzha saquirig runacunaca.
Imashina chashnapi cashpapish irnamunduta llaquichicushcata
yachashpallatami. Juan Osoca; irnapish cachun caya punzhaca
ñuca saquirisha, nishpa nishca. Ña chay Juan Oso saquirishca
chaupi punzhatapish. chay irnatapishchari laya jatun Yayarucuca,
cungailla chayshcallami. Juan Osoca pay atishpa
macangacamanmi munay macanacushca; ña atishpa macagpimi.
chay yayaca atishpa callpacushca. chashna ricugpimi.
imahuanchari shug rinrita p'itishpa saquichishca. Chashcami Juan
Osoca, caishucunamanca micunatapish carashca; chaimantaca
imashina chay imatapishchari yayata mishashcata yuyarishpa,
chuscu pura tandanacushpa cushicushcacuna.
Chashnami quimsa tucushpaca, chay imatapishchari satiridu
yayataca mashcashcacuna. Chaica chay yayapa rinri yahuarta
c'atishpaca tarinallami cashcanga! Chaica chay jatun huasi shug
quichqui ucutaca rishcallashi. Chay uchilla quichqui ucu ñanca
rishpaca, shug jatun machay jutcuhuanmi tupanacucushca nin.
Cutin chay machay ucu jutcupica pitapisharicuna
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rimanacushcashi uyarinacucushca. Chashna chay rimanacushcata
uyashpa, c'atishpa rishpaca. chay machay ucupica, shug
sumaimana cuitsata huichcashpa charicugtami tarishcacuna.
Chay ucu jutcuman chayagpica, chay cuitsaca imamundutashi
mancharishca, chaimantaca. Imatata rurashpa cancunaca caipica
puricunguichiyari? nishcami. Cay ucuca "Pagtachishca
Yacharishpa Saquirishcami" (encantado). Ñallami manchanaipa
huihuacuna llugshimunga. nishpami huillashca. Cuitsa chashna
nishpa huillagpica Juan Osoca; shamuchunlla pipish. imapish.
mana manchanichu! nishcami. Chaica chashna ninata manara
tucuchigpimi, ñapish shug allcu. shug huagra, shinallata shug
Machacuipish (culebrea) llugshimushcalla. Chay imatapishchari
huihuacunaca jatunrucuna. millanaiparucunami cashca nin!
Chashna chay jatun machanaipa huihuacunami callpashpa, ña,
indushpaca Juan Ositotaca llaquita ruray callarishcacuna.
Chashnagpipish Juan Osoca, tucui chay huihuacunata
huañuchingacamami macanacushca.
Ña chay shina tucuita mishashca q'uipami, caishu quimsa
Juancunataca: cay sumaiman cuitsataca caimanta llugchishpa
quishpichinami canchi.
Cancunaca anguta apamuichi. ñuca cay ucu jutcuman
huaiquiangapa nishca nin.
Chashna yuyarishpaca chashnatagmi rurashca, chashnami ña
Juan Osaca, chay sumaimana cuitsataca ucumanta angupi
huatashpa llugchishca. Chay cuitsata llugchishpa cachagpica.
chay caishu quimsacunaca. Juan Oso taca. chaipi
shitajichushpami; chay sumaimana cuitsata pushashpa
miticushcacuna.
Chashnami chaipi shitajichushcaca. Juan del Osoca, cuy manata
ñacaricushpalla chay jutcumantaca llugshishca; chashna
llugshishpaca caishucunataca mutquishpami mashcashpa
c'atishca; chashnami manarapish may caruta rigpi. chay
huagllishcacunataca japishca. Ña chashna japishpaca cuitsatataca
quichushcami; chaimantaca chay quimsa Juancunataca. paihuan
pugllaita shina rurashpa llaquichishcamantaca, chay pambapimi
huañuchishpa shitashca.
Chashnami chay Juan Osoca, chay sumaimana cuitsataca, chay
pagtachishca Yacharishca h'azinda paya huasimantaca
llugchishca; chaimantaca caro llagtata apashpami, Paihuan
sahuarishca. Chashnami sumagta ishcay tucushpa cushicushpa
causashcacuna.
JUAN DEL OSO
Una pareja de casados recorría los senderos del bosque en busca
de leña. La mujer debió retrasarse por necesidad unos minutos y
no comunicó al esposo este particular.
El hombre caminó largo rato sin advertir que su mujer se había
quedado en el camino.
Ella desapareció. Cuando su marido quizo veda, se dió cuenta de
que no se hallaba detrás de sus pasos. Llamó insistentemente,
gritó, reandó el camino y nada pudo encontrar que le diese una
pista o una noticia de ella. Ante pérdida tan repentina dejó su
tarea y regresó al pueblo a buscar ayuda.
En tanto se extendía la alarma y se planeaba una búsqueda la
infortunada mujer fue víctima de un secuestro. Un oso la había
raptado.
Pasaron dos años desde ese momento. El oso había sido fiel a esa
mujer y le complacía en la consecución de comida. De ese
encuentro nació un hijo. Este niño tenía características de ambos
progenitores, era mitad oso y mitad humano. Su madre le cuidó
entre lágrimas y suspiros, sufría mucho por tan lamentable
circunstancia, añoraba su casa, su esposo, su gente.
En cierta ocasión, pasó por el lugar del bosque donde vivía
cautiva esta mujer, un jinete.
Ella le vió desde la copa de un árbol en el que tenía su escondite
el oso, y empezó a gritar pidiendo auxilio. En ese momento no se
encontraba el oso.
Señor, le dijo ella, avise a mi marido. Dígale que a esta hora el
oso sale al bosque a buscar co mida, que traiga un caballo ágil y
aperado para que pueda rescatarrne.
Cuéntele que el animal que me hizo prisionera es muy peligroso
que debe tener cuidado. No se olvide por favor, mañana le espero
aquí mismo a esta hora.
Al día siguiente la mujer con astucia le mandó al oso a traer agua
en un cedazo. El animal quería complacerle a corno diese lugar,
pero el agua se escapaba.
El empeño duró largas horas, tiempo que fue aprovechado por
los rescatadores.
El rescate fue desesperado, pero se realizó.
Apenas hubieron salido de la maleza la prisionera y sus
acompañantes se oyó retumbar la montaña con los bramidos del
oso burlado y vencido. Así escaparon.
En la aldea los esposos trataron de hacer una nueva vida.
Pusieron nombre al niño, Juan del oso empezó a llamarse, y tuvo
un padrino, un sacerdote, por ello lo decían también ahijado de
Taitacurita.
Juan creció rápido. Cuentan que era muy fuerte. Su fuerza física
descomunal obligó a los niños a cuidarse y respetarle. Sin
embargo, nunca faltaba algún desaprensivo que lo provocase.
Por dos ocasiones Juan del Oso fue al centro de los
acontecimientos. La primera vez soñóa un muchacho, y la
segunda, mató de un golpe a otro niño.
25. Unidad Educativa Intercultural Bilingüe “La Paz” – Lengua y Literatura de las Nacionalidades y Pueblos
Centro de Apoyo Tutorial Chunazana pag. 25 de 91
Se agravó el asunto cuando malogró también a la profesora que
quizo castigado por el asesinato.
El niño fenómeno debió huir. El padrino lo recibió en su casa.
Cierto día su padrino le pidió repicar las campanas al niño, Juan
del Oso era torpe repicaba sin ton ni son. El sacristán enfurecido
quizo enseñarle a repicar delicada, armoniosamente, Juan le dió
un golpe que elevó al sacristán para sacado fuera de la torre y
matarlo al caer.
Nadie pudo ya confiar en este niño. Optaron por arrojarle al
monte.
Anduvo el muchacho errante por algún tiempo hasta que
encontró otro hombre fuerte como él.
¿ Cómo te llamas?
Yo me llamo Juan Tumbacerros respondió el extraño.
¿Por qué te dicen así? ¿A que no puedes tumbar este cerro que
ves ahí?
Juan Tumbacerros de un golpe derribó el 'monte. Después de
esto, se hicieron amigos y caminaron juntos.
De repente los dos hallaron otro hombronazo. Se llamaba Juan
Pelamonte. Este apodo provenía de su fuerza brutal, arrancaba
árboles de raíz.
Los tres Juanes se hicieron amigos.
Al cabo de algún tiempo los titanes después de demostrar sus
hazañas para admiración entre ellos dieron, al bajar una colina,
con un hombre que dormía a la orilla de un río.
Juan del Oso preguntó.
¿Quién eres amigo?
Sobresaltado el desconocido respondió:
Yo me llamo Juan Secaríos. ¿Qué quieres conmigo?
Tómate toda el agua de ese río.
De un sorbo se consumió el agua de un río grande.
Juan del Oso dirigió la palabra a los otros tres. Yo veo que somos
hombres fuertes. Nadie podrá con nosotros. Vayamos en busca
de otra tierra.
Caminaron mucho hasta que hallaron una casa grande en una
magnífica planicie.
A Juan Tumbacerros le encargaron preparar el almuerzo mientras
ellos exploraban la zona.
Habiendo sido cogidos por el hambre se acordaron del regreso.
En casa no había comida, ni Juan, éste yacía desmayado, quiá
muerto en un rincón de la cocma.
¿Qué te pasó? ¿Quién te golpeó?
Le preguntaron una vez que éste había reaccionado. A 10 que
contestó:
Vino un gigante y de un sólo trompón me hizo dormir.
Otra vez dijo Juan del Oso se quedará Juan Pelamontes.
Pero Pelamontes y después Secaríos corrieron la misma suerte.
No me queda otro remedio, mañana me quedaré yo, dijo Juan del
Oso.
Al medio día del turno de Juan del Oso asomó un gigante en esa
casa. Juan luchó hasta vencerlo, y es más, no le dejó escapar al
gigante sin antes cortarle una oreja.
Al momento de almorzar, allí estuvieron los cuatro Juanes, a
festejar el triunfo.
Juntos decidieron buscar al intruso. No seria difícil dar con el
gigante por las manchas de sangre dejadas en el piso.
El rastro del herido se extendía por los oscuros callejones de la
misma casa que era también enorme.
La casa se comunicaba con una cueva. Siguieron la huella dentro
de la cueva y descubrieron al fondo unas voces.
Buscaron el origen de esos sonidos y por fin dieron con una
prisionera, una hermosa joven.
Atemorizada la doncella preguntó:
¿Qué hacen ustedes, aquí? Este lugar es "encantado". Nadie
puede salir. ¡Corran que pronto asomarán unos feroces animales!
¡Qué vengan dijo Juan del Oso!
No tardó en hablar que se presentaron un perro, un toro y una
culebra. Eran inmensos y se abalanzaron contra Juan del Oso.
Este valiente peleó duramente hasta matarlos.
Rescatemos a la chica que está abajo, al fondo, dijo Juan del Oso
a los otros Juanes.