Al aplicar mano dura, en muchos casos no habremos solucionado el problema. Lo habremos meramente aparcado. Y los problemas aparcados con el tiempo tienen tendencia a enquistarse, a pudrirse y en definitiva a empeorar. 9 Febrero 2015 Diario Vasco
Índigo Energía e Industria No. 15 - digitalización en industria farmacéutica
Los aprendices de brujo. Diario Vasco
1. Puedequeloquevoyadecirseaunalocuraquenuncaadmitiríanin-
gúnreputadoeconomista,pero…vistolovistohastaahora,nadiepa-
rece haber tenido una teoría válida, una varita mágica con las solu-
ciones para intentar salir de la crisis; suelen ir a rebufo de los aconte-
cimientosperonuncaseadelantanaellos.Porlotanto,puestosade-
cir sandeces, yo también quiero aportar una: ¿por qué no podemos
hacerunaquitaatodoslospaísesendeudados?¿Porquénoponemos
en marcha la maquinita de hacer billetes y damos a fondo perdido
una cantidad X a partes iguales a cada ciudadano de la UE? Eso sí, sin
los bancos de por medio (que ya vemos lo que ha pasado con el dine-
ro de los rescates). Que sea como un ‘vale regalo’ que vaya asignado
a una tarjeta personal e intransferible. Borrón y cuenta nueva. En
pocotiempo,esedineroacabarádenuevoenelbolsillodelashormi-
gas, (las cigarras, peladas como siempre), pero servirá para reactivar
la economía y la gente al menos estará más feliz durante un tiempo.
Séquelossesudosanalistasnuncatomaríanestadeterminaciónpor-
que se perdería el valor del dinero y bla, bla, bla… Hace mucho tiem-
po que las grandes superpotencias cuando lo necesitan, fabrican di-
nero de más y todos a decir amén. Eso de respaldar los billetes con el
oro de la reserva federal pasó a la historia. Ya es hora de aplicar los
mismos métodos en todo el mundo y no sólo para algunos privile-
giados. ¿Qué Grecia quiere hacer una quita?Tranquilos, que luego la
‘Podemos’ hacer nosotros también. :: RAFA ZAMORA SAN SEBASTIÁN
La otra quita
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Residuos en Errenteria
¡Ya está bien de tomar el pelo a la
ciudadanía de Errenteria! Poneos
de acuerdo y tirad juntos del carro
en la misma dirección. ¿No os da
vergüenza que seamos el último
municipio de nuestra comarca en
recogerselectivamentelosresiduos
orgánicos? Habéis puesto en valor,
con boca pequeña, el trabajo de la
Comisión de Residuos del CAMA
de Errenteria, pero a la hora de la
verdad nos habéis encasillado de
maneratotalmenteinjusta,parano
querer entenderlo quesetransmi-
tió a todos los grupos políticos tras
haberrecorridolosbarriosdeErren-
teria.Siendoestounverdaderoatro-
pello,noospareciósuficiente,ypor
sifuerapoco,insististeisunayotra
vezqueelequipodegobiernoquie-
re imponer el Puerta a Puerta para
larecogidaderesiduos.Puesno,per-
dón pero no, las personas que asis-
timos a distintas reuniones con to-
doslosgrupospolíticosfuimostes-
tigos y no podemos admitir y per-
mitir que se falte una y otra vez a
la verdad. A este paso, a lo peor os
encontráisconquetambiénseamos
el último municipio de Gipuzkoa
encuantoanúmerodevotantesse
refiere, debido al desánimo que es-
táisocasionandoporlaincapacidad
dellegaraunconsenso.Lapropues-
ta de esta Comisión es más amplia
y tiene numerosas medidas entre
las que se encuentra la del quinto
contenedor obligatorio para el or-
gánico,y,eslaqueposteriormente
defendió el equipo de gobierno, la
misma que rechazasteis el resto de
grupos.¡Noeslaquedecísquequie-
renimponer!¡Nofaltéisalaverdad!.
:: JOXEAN MADINAZKOITIA ERRENTERIA
E
l ‘Aprendiz de brujo’ es
un poema sinfónico del
compositor francés Paul
Dukas, compuesto en
1896-97, inspirado en un poema
de Goethe de 1797, y que muchos
recordamos en las imágenes ma-
ravillosas de Walt Disney en su pe-
lícula de animación ‘Fantasía’, de
1940. El poema empieza cuando
el brujo se marcha de su taller, de-
jando al aprendiz al cargo de una
serie de tareas rutinarias de lim-
pieza. Cansado de tener que car-
gar con cubos de agua, el aprendiz
hace que una escoba acarree el
agua por él utilizando la ma-
gia que aprendió de su maes-
tro, magia que aún no domina
por completo. Pronto, el taller
queda inundado de agua, con
lo que el aprendiz comprueba
que no puede detener el pro-
ceso que ha creado, porque no
sabe cómo hacerlo. Desespe-
rado, rompe la escoba a hacha-
zos, pero de esas astillas nacen
nuevas escobas que continúan
acarreando agua, agravando el
problema todavía más. Lo in-
quietante es que, en nuestro en-
torno, parece que prevalecen una
serie de aprendices de brujo me-
diocres que, quizás por pereza, de-
sazón, interés político o simple-
mente por desconocimiento, sólo
saben aplicar una medicina: la
mano dura, el jarabe de palo.
Contra el terrorismo sólo cabe
endurecer las penas, la dispersión
o la falta de la más mínima consi-
deración o visión política, como
en casos como el de Otegi, o vul-
nerar incluso normas fundamen-
tales del derecho penal, como la
prohibición de la aplicación re-
troactiva de penas. Para casos como
el de Marta del Castillo –en el que
hay menores de edad implicados–
también se ha hablado de endure-
cer penas. Ahora también se quie-
re castigar conductas que previa-
mente no merecían tal respuesta,
como tomar imágenes de la Poli-
cía durante su trabajo en manifes-
taciones y concentraciones.
Por supuesto que hay casos tre-
mendamente inquietantes por su
ensañamiento, o por el tipo de víc-
tima, o por toda aquella serie de
circunstancias que se conjugan ge-
nerando gran alarma social. Pero,
¿todo se soluciona con el jarabe de
palo? Con la mano dura ¿no nos
estamos limitando a atacar el sín-
toma y no su causa?
No es lógico pensar que ese mis-
mo remedio –la mano dura– sirva
exactamente igual para situacio-
nes tan dispares y distintas. Exis-
te todo un elenco de otras medi-
das alternativas –punitivas y no
punitivas– ofrecidas por toda una
variedad de disciplinas para solu-
cionar problemas: justicia restau-
rativa, mediación penal, etc. Al
aplicar mano dura, en muchos ca-
sos no habremos solucionado el
problema. Lo habremos meramen-
te aparcado. Y los problemas apar-
cados con el tiempo tienen ten-
dencia a enquistarse, a pudrirse y
en definitiva a empeorar.
Y para entonces, nuestros apren-
dices de brujo sencillamente no
sabrán qué hacer, porque al igual
que el aprendiz de Goethe, no do-
minan por completo las discipli-
nas necesarias o simplemente pre-
fieren hacerlo por la vía más fácil.
En resumen, actúan con medio-
cridad. Pero resulta muy difícil con-
vencerles de que hay otras vías. Es
más, los aprendices de brujo están
convencidísimos de estar en pose-
sión de la Verdad con mayúscula.
Desgraciadamente, este proble-
ma no es nuevo. Charles Darwin
ya había sentenciado que «la igno-
ranciaengendramásconfianzaque
el conocimiento». Abundando en
ello, unos psicólogos norteameri-
canos publicaron un estudio, en
1999, en el que medían las habili-
dades intelectuales y sociales de
unaseriedeestudiantesylespidie-
ron una autoevaluación posterior.
Los resultados fueron sorprenden-
tes y reveladores: los más brillan-
tes estimaban que estaban por de-
bajo de la media; los mediocres se
consideraban por encima de la me-
dia,ylosmenosdotadosymásinú-
tiles estaban convencidos de estar
entre los mejores. Resulta preocu-
pante: los más incompetentes no
sólo tienden a llegar a conclusiones
erróneas y tomar decisiones desa-
fortunadas, sino que su incompe-
tencia les impide darse cuenta de
ello. Cabe preguntarse si pasa
lo mismo, por ejemplo, con de-
cisiones y desatinos de econo-
mistas aprendices de brujo que
nos han llevado a la situación
en que estamos.
Enelámbitopenal,yasehan
dado varios toques de atención
internacionales y en algunos
de estos casos, nuestros apren-
dices de brujos acataron las de-
cisiones que ponían las cosas
en su sitio, pero siempre mani-
festando malestar y desacuer-
do. La propia Declaración Uni-
versal de Derechos Humanos esti-
pulaclaramentequenadaensucon-
tenido podrá interpretarse en el
sentido de que confiere derecho al-
guno al Estado, a un grupo o a una
persona,paraemprenderydesarro-
llar actividades o realizar actos ten-
dientes a la supresión de cualquie-
ra de los derechos y libertades pro-
clamadosendichaDeclaración.Los
demás tratados de derechos huma-
nos incluyen preceptos similares y
a pesar de ello nuestros aprendices
debrujos,juntoconlosdeotrospaí-
ses, insisten en interpretar que la
solución para casi todo es el jarabe
de palo.
La pregunta es: cuando venga
el brujo a poner orden en los desa-
guisados que crean, ¿qué van a ha-
cer? ¿Le aplicarán mano dura tam-
bién al brujo?
El célebre cantante Fito lo resu-
mió de forma clara en una de sus
canciones más conocidas: «con la
policía todo solucionado, para los
problemas: jarabe de palo. Pero el
corazón nadie me lo ha arreglado.
De vergüenza el cielo se rompió
en pedazos».
ANDRÉS KRAKERBERGER, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO Y EVA SILVÁN
ASOCIACIÓIN PRODERECHOS HUMANOS ARGITUZ
Los aprendices de brujo
Lunes 09.02.15
EL DIARIO VASCO
20 OPINIÓN