1. ENSAYO SOBRE EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
La evaluación de los aprendizajes es un proceso permanente de información y
reflexión sobre el proceso de producción de los aprendizajes y requiere para su
ejecución de la recolección y selección de información sobre los aprendizajes de
los alumnos, a través de la interacción con ellos, la aplicación de instrumentos, las
situaciones de evaluación, etcétera, así como de la interpretación y valoración de
los aprendizajes en términos del grado de desarrollo de los criterios de evaluación
establecidos en cada área y, por ende, el grado de desarrollo de la competencia.
Es la actividad cuyo objetivo es la valoración del proceso y resultados de los
estudiantes, a los efectos de orientar y regular la enseñanza para el logro de las
finalidades de formación. (Gonzáles, 1999:36, en Hernández, 2006:2)
Pueden evaluarse el sistema educativo, las instituciones, el profesorado, los
materiales de la enseñanza, los proyectos educativos y los aprendizajes. En
cuestión de los aprendizajes, puede evaluarse el rendimiento de los estudiantes
para valorar su desempeño, con el propósito de valorar el progreso de los
estudiantes. Evalúa el docente, el estudiante, las autoridades, el Estado, a través
de evaluación interna y externa. La evaluación puede realizarse por medio de
instrumentos, grupos de discusión e informes, entre otros. Dependiendo de los
objetivos, si evaluamos la enseñanza, evaluamos los contenidos conceptuales,
procedimentales y actitudinales del currículo.
Si bien, según Mateo y Martínez (2008) actualmente se está hablando de un tipo
de evaluación, alternativa, que utiliza experimentos, proyectos, debates y otro tipo
de productos de los estudiantes, que hace una valoración basada en la
observación, la subjetividad y en el juicio profesional, que focaliza la evaluación de
manera individualizada sobre los alumnos a la luz de sus propios aprendizajes
Sans (2008), acerca de los instrumentos de evaluación de los aprendizajes
propone algunas ideas claves para su redacción. Una de estas ideas es que la
evaluación de los aprendizajes de los alumnos no es simplemente una actividad
técnica o neutral sino que constituye un elemento clave en la calidad del
aprendizaje, ya que condicionará la profundidad y el nivel. Asimismo, plantea que,
aunque se diga que las comparaciones son odiosas, para asignar calificaciones a
nuestros alumnos tendremos que comparar su producción con alguna entidad que
tomemos como referencia.
En esta misma línea, continúa argumentando de la siguiente manera:
La clave para organizar correctamente una evaluación consiste en definir una
buena tabla de especificaciones que plasme la relación entre los contenidos
del programa de la asignatura y los objetivos de aprendizaje que pretendemos
que asuman nuestros alumnos.
Debemos escoger concienzudamente el tipo de pregunta que utilizamos entre
las distintas modalidades (elección de respuesta, evocación de recuerdos,
reconocimiento y elección de respuesta).
2. La dificultad de las preguntas de un examen está relacionada con la finalidad
de la prueba según sea diagnóstica, formativa, sumativa, de velocidad o de
potencia máxima.
Muchos docentes continúan con este tipo de pruebas tradicionales –muchas de
ellas mal elaboradas– para evitar mayores complicaciones al momento de realizar
la revisión de las pruebas. Existe también falta de interés por el aprendizaje real
del estudiante
No obstante a todo lo anterior, debe reconocerse que la Secretaría de Educación
se encuentra realizando esfuerzos por superar esto.
Uno de estos intentos es el proyecto Mejorando el Impacto al Desempeño
Estudiantil de Honduras (MIDEH) el cual, según USAID (2005) tiene como objetivo
“…fortalecer los procesos educativos mediante estándares claros, priorizados,
consensuados y articulados; optimizar el currículo, y establecer un sistema de
evaluación sistematizado e integral”, a través de estándares mundialmente
reconocidos para las áreas de Español y Matemáticas, apoyando de esta manera
al desarrollo de un sistema de evaluación transparente y que aporte datos
confiables, así como al uso de estrategias que conduzcan a una mejora en el
rendimiento académico de los estudiantes.
Precisamente respecto a estrategias de evaluación como las que dicho proyecto
propone, actualmente es necesario el uso de evaluaciones metacognitivas, que
propicien el desarrollo de la capacidad de “aprender a aprender” en los
estudiantes.
Después de revisar los planteamientos de diferentes autores acerca de la
evaluación, en general, y de la evaluación de los aprendizajes, en particular,
puede concluirse que ésta, más que otra tendencia o vertiente de la evaluación,
representa un avance considerable en un elemento tan importante en las prácticas
didácticas.
Como todos los tipos de evaluación, la de los aprendizajes en los estudiantes
debe poner atención a criterios teóricamente fundamentados y reconocidos por la
comunidad internacional, que orientan tanto los aspectos técnicos como los
actitudinales, tanto de docentes como de estudiantes –como principales actores
del proceso enseñanza-aprendizaje–.
No pueden continuarse realizando evaluaciones construidas de manera
rudimentaria y arcaica, donde no se considera verdaderamente el aprendizaje que
los estudiantes obtienen, dando prioridad puramente a lo memorístico y a la
comodidad.
La evaluación de los aprendizajes es una necesidad sentida en todo sistema
educativo, y más aún en el nuestro.