Este documento explica cuatro razones por las que debemos agradecer a Dios: 1) Porque nos salvó de nuestra condición desagradable y sin esperanza, 2) Porque manifiesta su misericordia con nosotros cada día a través de sus bendiciones, 3) Por la victoria que nos da sobre los obstáculos de la vida y lo inesperado, 4) Por su promesa de venir para reunirnos con él y poner fin a todo dolor.