Un periódico español publicó erróneamente que el periodista Manu Leguineche había fallecido. Esta noticia falsa se propagó rápidamente en Twitter, con cientos de usuarios dándola por cierta y homenajeando al periodista. Sin embargo, otros usuarios como @perezromera cuestionaron la veracidad de la noticia. Al contactar con el periódico, este confirmó que se trataba de un error. Finalmente, tanto el periódico como otros medios rectificaron la información falsa. Este suceso sirve para reflexionar sobre los peligros de la
1. PELIGROS DE TWITTER
El mundo de las redes sociales encarna también sus peligros; los rumores, las falsas noticias y los
errores corren al ritmo de un simple retweet. Es el caso de lo que ha sucedido esta mañana, cuando
durante un par de minutos ha cundido el pánico: un urgente en El Norte de Castilla decía que el
periodista Manu Leguineche había muerto. Rápidamente esta noticia ha saltado a las redes
sociales de la mano de @1001Medios, que ofrecía una imagen captada desde la pantalla de un
ordenador donde se podía ver la página web de El Norte de Castilla con el urgente sobre el
fallecimiento del periodista.
No ha hecho falta más, en pocos segundos Pedro J. Ramírez y el periódico ABC ya lo daban por
hecho, al igual que centenares de usuarios de Twitter, que se han apresurado a homenajear en 140
caracteres al reputado periodista. Todos? No, @perezromera, aseguraba que la noticia no era cierta
y que Leguineche seguía vivito y coleando.
Ante la duda, LaVanguardia.es se ha puesto en contacto con la redacción online del periódico
leonés, donde nos han confirmado que se trataba de “un error”. En ese mismo instante algunos
usuarios, entre ellos Pedro J., empezaban ya a dudar de la veracidad de la noticia y se apresuraban a
rectificar: “El Norte de Castilla ha dado la noticia de la muerte de Leguineche pero acaba de
retirarla. Ojala no sea cierto”, matizaba el director de El Mundo. Lo mismo hacía el ABC, que
finalmente ha desmentido la información.
Precipitarse, en todos los ámbitos, suele conducir a errores, y tal vez esta anécdota nos pueda servir
para reflexionar sobre el ritmo al cual se trabaja en internet. Este no es el primer caso en el que una
noticia falsa se expande por la red. En un trabajo que debería regirse siempre por el rigor como es el
periodismo, la rapidez de las redes sociales se nos presenta como un nuevo reto a superar.
Tendremos que estar con los ojos bien abiertos y no olvidarnos de que es más importante hacer las
cosas bien que hacerlas primero.