1. Fosilización
La fosilización es el conjunto de procesos mediante los cuales un organismo, alguna parte
de él, sus huellas o los productos de su metabolismo, pasan a formar parte del registro
fósil. Es decir, abarca desde la muerte del organismo hasta el hallazgo de sus restos en un
yacimiento paleontológico.
La Tafonomía es la disciplina de la paleontología que estudia los cambios morfológicos y
estructurales que tienen lugar en cualquier material de origen biológico durante los
procesos de fosilización. Está integrada por dos subdisciplinas:
- Bioestratinomía. Se ocupa del estudio de la transformación de los restos biológicos una
vez producida la muerte del organismo hasta su enterramiento final.
- Fosildiagénesis. Estudia la transformación que tiene lugar en dichos materiales una vez
sepultados y hasta su hallazgo.
Entre todas las etapas involucradas en la fosilización la más relevante es la que tiene lugar
luego del enterramiento final de los restos biológicos en un sedimento.
A partir de este momento ocurren transformaciones más o menos profundas en la
composición y estructura orgánica originales, producto de un proceso físicoquimico
conocido como diagénesis. Mediante este proceso geológico el sedimento es
transformado en roca (deposición, compactación, litificación), donde inciden factores
tales como presión, temperatura, acción de soluciones inorgánicas y el tiempo geológico
involucrado, todos los cuales influyen en la preservación de los restos biológicos allí
presentes.
Existen distintos procesos de fosilización, con diferentes grados de preservación de la
estructura y composición originales (restos de organismos). El material original que
constituye el esqueleto generalmente es reemplazado, molécula a molécula, por
minerales tales como calcita, sílice, fosfato o pirita (originando una petrificación).
Cuando dicho esqueleto es objeto de una disolución, permanecen indicios de su
estructura que reciben el nombre de moldes (evidencias de organismos). Un tipo especial
de fósiles se genera cuando el organismo queda tempranamente aislado del ambiente por
medios protectores (e.g. ámbar, hielo), pudiendo preservarse incluso la estructura de las
partes blandas.
Procesos de fosilización
I. Momificación
El organismo o alguna parte del mismo se conservan con muy pocos cambios en la
composición, forma y/o estructura originales, debido a la ausencia o acción reducida de
los procesos destructivos. El factor decisivo durante este proceso es el medio protector
que envuelve al organismo, el que impide su putrefacción.
2. II. Carbonización
Este proceso se debe a la pérdida de elementos volátiles tales como el nitrógeno, oxígeno
e hidrógeno en tejidos de soporte o esqueletos de naturaleza orgánica (e.g. plantas
general; invertebrados tales como graptolites). Éstos materiales quedan representados
por una concentración o película de residuos carbonosos.
III. Petrificación o mineralización
Consiste en el reemplazo molécula a molécula del esqueleto original mediante la acción
de soluciones circulantes en el medio. La estructura interna puede permanecer intacta,
aunque generalmente se destruye en cierta medida. Se conocen diversas sustancias
reemplazantes, siendo las más comunes:
Carbonato (carbonatización). Por lo general la calcita reemplaza a la aragonita.
Dolomita (dolomitización). El material original es reemplazado por dolomita.
Sílice (silicificación). La sustancia de reemplazo es SiO2. La estructura original se conserva
sólo si el reemplazo es molécula a molécula. Es muy común en madera.
Sulfuros. El caso más común es el caso de reemplazo por FeS2 (piritización).
Otras sustancias que pueden reemplazar la composición son el fosfato de calcio (apatita),
silicatos y metales nativos (cobre, entre otros).
Factores que inciden en la fosilización
A. Naturaleza del organismo
I. Sin partes duras (generalmente preservados en yacimientos excepcionales).
II. Con partes duras. El esqueleto original puede ser:
a) Inorgánico (carbonato de calcio, calcita/aragonita; sílice).
b) Orgánico (esponjina; quitina; escleroproteína).
c) Inorgánico+orgánico (quitinofosfático; quitinocalcítico; calcita o apatita con materia
orgánica).
B. Ambiente y modo de vida (e.g. tipo de sedimento y energía del ambiente; procesos
bioestratinómicos destructivos tales como desarticulación; fragmentación; abrasión o
desgaste; bioerosión; transporte post-mortem; modo de vida libre, fijo o sésil, enterrado,
etc.).
C. Condiciones de sepultamiento (e.g. enterramiento rápido u obrusión; acción de
soluciones). La preservación óptima tendrá lugar bajo las siguientes condiciones:
ambiente acuático (marino o continental) relativamente estable, con un sedimento de
grano fino y/o una tasa de depósito rápido, y sin retrabajo luego de su enterramiento.
D. Procesos de reemplazo de materiales de origen biológico por substancias inorgánicas
(fosilización)
I. Momificación (restos inalterados). Medios protectores: ámbar; hielo; suelo congelado
(permafrost); hidrocarburos (brea); guano.
II. Petrificación o reemplazo (calcificación; silicificación; piritización; carbonización;
fosfatización) (restos alterados). Importancia del estudio de los fósiles
3. 1. Certifican la existencia de vida en épocas geológicas pasadas, y permiten explicar la
diversidad y distribución geográfica de los organismos actuales (filogenia,
paleobiogeografía). Por otra parte, el estudio de los fósiles le aporta a la Teoría de la
Evolución su comprobación empírica, la estructura del tiempo involucrado en los procesos
de cambio biológico, así como los patrones evolutivos que caracterizan el desarrollo de la
vida sobre la Tierra (diversificación, extinción, entre otros).
2. Proporcionan información con respecto al ambiente donde habitaron (paleoecología;
paleoicnología).
3. Evidencian los cambios ambientales y geográficos ocurridos durante la historia
geológica (paleogeografía, paleoclimatología).
4. Indican la edad relativa de las rocas que los contienen (bioestratigrafía). Por lo tanto,
permiten determinar el orden de sucesión de los estratos sedimentarios y efectuar
equivalencias temporales con otras unidades litológicas.
5. Los restos de muchos organismos constituyen acumulaciones orgánicas que dan origen
a rocas, las cuales pueden tener importancia económica (carbón, diatomita, bancos
calcáreos, etc).