Este documento resume el número 6 de la serie de cómics Thunderbolts. Critica la mediocridad de la serie debido al guionista J. Parker, cuyos guiones son normales y aburridos, y a los dibujantes regulares cuyo estilo es árido. A pesar de una historia entretenida en la primera mitad que involucra a los Thunderbolts viajando al pasado, la segunda mitad carece de gracia e interés. El documento concluye que debido a la calidad mediocre, la serie Thunderbolts está destinada a terminar.
Reseña del cómic Thunderbolts no 6: crítica a la mediocridad y el fracaso de la serie
1. Reseña cómic: Thunderbolts nº 6
by Lord_Pengallan - http://www.nuestroscomics.com/general/resena-comic-thunderbolts-no-6/
Reseña cómic: Thunderbolts nº 6
A pesar de las promesas de Panini lo cierto es que Thunderbolts sigue a 1 año de distancia de la edición
estadounidense. Así, ya sabemos que se acaban. Estaban heridos de muerte y la reconversión, que los ha
vinculado más a Los Vengadores, no les ha salvado.
Este fracaso de Marvel se debe a haber mantenido el equipo autoral. Lo que necesitaba la serie desde hace
años era un guionista nuevo y dibujantes atractivos. J. Parker les cae simpático a los editores de Marvel pero lo
importante es que le caiga bien al público y no ha sido así nunca. Su problema es que es un guionista normalito
que va por libre, así ni atrae a lectores ni aquellos que, incitados por la editorial, buscan sólo coles relevantes
para seguir el devenir del Universo Marvel. Así, la serie ha caído víctima de la grisura del guionista, no anulada
por los dibujantes regulares K. Walker y D. Shylvey, y de la marginalidad pactada por la editorial y aquel.
Soy seguidor de los Thunderbolts desde siempre y por ello me apena su situación pero me alegro también
porque se pone fin a su penar por los páramos de la mediocridad. Parker es soso de modo que no consigue nada
ni aunque en su última reconversión del grupo ha creado la alineación más atractiva desde la época Ellis. Así
pues, aunque en la primera mitad del tomo firma su mejor historia para Thunderbolts, el veredicto final es el
suspenso de siempre, a pesar de la reciente mejoría, porque la otra mitad es aburrida. Parker animó la cole en el
anterior tomo repitiendo esquemas del primer volumen, dividiendo al grupo y enviando una parte a un lugar
lejano, otrora fue a otro universo y hoy es al pasado. Así, la estupenda aventura inicial lleva a los Thunderbolts
rebeldes a los Alpes austriacos en plena Segunda Guerra Mundial donde se encuentran con el Capitán América,
Namor, la Antorcha original y el barón Zemo. Es una historia simple pero entretenida e interesante que augura un
bravo nuevo futuro. Pero no. La siguiente aventura, una reinterpretación de Jack el Destripador, carece de gracia
e interés. El tomo termina con un número vulgar, con el remate de un pésimo dibujo, que se dedica a reflexionar
sobre el leit motiv del segundo volumen de la cole. Está bien pero Parker se tenía que haber parado a pensar
sobre la cole antes de escribir el primer guión. El guionista pone en boca de sus personajes, los Thunderbolts
buenos, la absurdidad de la premisa de la nueva encarnación posAsedio. Cómo van a redimirse unos
supervillanos si son utilizados como herramientas para misiones secretas cuestionables? Para redimirse es
necesario ser humano y hacer algo positivo y tener libertad y la confianza de los otros, nada de eso tienen los
Thunderbolts. Son usados y dominados por un gobierno estadounidense que, como el de Bush, trampea para
hacer lo que no puede hacer (todo el tema de Guantánamo y las torturas y la guerra sucia). Qué esperanza de
redención tienen quienes los que son enviados a misiones peligrosas, los que son obligados a seguir siendo
villanos, los que obtienen información sensible, los que nunca obtienen la confianza de los demás? Así pues la
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2. Reseña cómic: Thunderbolts nº 6
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conclusión no puede ser más que el gobierno del EE.UU. marvelita no quiere dejar a los Thunderbotls libres, los
quiere bien atados y cada vez más atrapados. Lo mejor de esto es el componente de metacómic. Parker hace a
tal gobierno el responsable tanto de las alineaciones como del estilo de las misiones, lo que quiere decir que a él
las cosas se las imponen los editores. Le imponen los personajes y el scope de las blackops. Así pues, este
número preludia algo interesante ya que sugiere que Parker va a tratar de salvar a los Thunderbolts. Quizás por
eso en este tomo apela aún más que el anterior a los momentos de gloria del pasado de la cole y del supergrupo.
Otra cosa que impone la editorial son los dibujantes. K. Walker es un aburrido narrador con un estilo tosco
adornado con torpeza y pobreza. Da ganas, más que de detenerse, de pasar rápido la página. D. Shylvey es más
agradable y dinámico pero, como el dibujante anterior, sigue siendo árido. Por último, en este tomo, tenemos a
M. Southwoth, que es un dibujante bastante malo al que le viene grande el encargo. Por tanto, ninguno soluciona
la sosería de Parker y todos incrementan la mediocridad del título.
Así pues, en este tomo de los Thunderbolts el Moisés de este supergrupo sigue siendo incapaz de poner fin a la
travesía por el desierto del susodicho. Guiones sosos y dibujos pobres y toscos cuando no feos convierten a esta
etapa en sólo apta para adictos. Cuidado que es una droga muy dura mal cortada.
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