Este documento presenta un artículo sobre ponerología política escrito por Laura Knight-Jadczyk. El artículo discute la naturaleza del mal y la psicopatía, y cómo los psicópatas pueden infiltrarse en los movimientos sociales y políticos sin ser detectados debido a su falta de conciencia. También explica que aproximadamente el 4% de la población puede ser clasificada como psicópata y cómo esto afecta negativamente a la sociedad.
Ensayo Paes competencia matematicas 2 Preuniversitario
Ponerologia politica
1. Artículo - Laura Knight-Jadczyk
Ponerología Política:
Una Ciencia de La
Naturaleza del Mal [1]
ajustada a Propósitos
Políticos
Por Andrew M. Lobaczewski
Con comentario y material adicional
citado
por Laura Knight-Jadczyk
Parte 1
El libro de Andrew M. Lobaczewski ya está disponible
en la Red Pill Press, ahora en formato impreso y como
libro electrónico.
Este artículo consiste en 2 partes. Debo hacerse saber
al lector que lo verdaderamente bueno está en la
segunda parte, ¡así que no lo saltee!
PSICOPATÍA Y
PONEROLOGÍA Artículos:
Nuevo! ¡El fascismo está
aquí y ahora! Acta de
Prevención del Terrorismo
Local y de Radicalización
Violenta, 2007
Nuevo! Insiders y Outsiders
en la vida diaria
Nuevo! Insiders y Outsiders
en Washington
Nuevo! Inhibición
Transmarginal
Amir Peretz y las Escuelas
Políticas de la Fe
La
patocracia
es una
enfermeda
d de
grandes
movimient
os sociales
seguidos
por
sociedades
enteras,
así como
naciones e
imperios.
Durante el
transcurso
de la
2. Factores ponerogénicos
Comportamiento esquizoide
¿Qué es un Psicópata?
El Psicópata – La Máscara de
la Cordura
Cómo Ven los Psicópatas Su
Mundo
"Portales Orgánicos" – La
"Otra" Raza
"Portales Orgánicos" – La
"Otra" Raza Parte 2
"Cultura Oficial" en Estados
Unidos de América:¿Un
Estado Natural de
Psicopatía?
Ponerologia Politica
VIDEO: Ponerología Política
Ponerología
Señales de los Tiempos
historia de la humanidad, ha afectado a movimientos
sociales, políticos y religiosos, al igual que a las
ideologías que la acompañan… Y los ha convertido en
caricaturas de ellos mismos… Esto ocurrió como
resultado de… la participación de agentes patológicos
en un proceso patodinámico similar. Esto explica
porqué todas las patocracias del mundo son, o han
sido, tan similares en sus propiedades esenciales.
… Identificar estos fenómenos a lo largo de la historia
y calificarlos adecuadamente según su verdadera
naturaleza y contenidos – y no según la ideología en
cuestión, la cual sucumbió al proceso de
caricaturización – es un trabajo de historiadores. […]
Las acciones de [la patocracia] afectan a la sociedad
entera, comenzando por los líderes e infiltrándose en
cada pueblo, negocio e institución. La estructura social
patológica cubre gradualmente todo el país, creando
una “nueva clase” dentro de la nación. Esta clase
privilegiada [de patócratas] se siente
permanentemente amenazada por los “otros”, es decir,
por la mayoría de la gente. [Andrew M. Lobaczewski,
Ponerología Política. Una ciencia de La
Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos
Políticos (Political Ponerology. A Cience of the
Nature of Evil adjusted forPolitical Purposes) ]
La palabra “psicópata” evoca generalmente imágenes
del apenas moderado – si bien es sorprendentemente
urbano – Dr. Hannibal Lecter de la película “El Silencio
de los Corderos”. Admito que esta fue la imagen que
se me venía a la mente cada vez que escuchaba esta
palabra. Pero estaba equivocada, y tuve que aprender
esta lección de una manera bastante dolorosa a través
de mi experiencia directa. Los detalles exactos están
escritos en una crónica en otro lugar; lo importante es
que esta experiencia fue probablemente uno de los
episodios más dolorosos e instructivos de mi vida, y
que me permitió superar un bloqueo en mi conciencia
del mundo que me rodea y de los que habitan en él.
En lo que se refiere a los bloqueos en la conciencia, es
menester dejar en claro que he pasado 30 años
estudiando psicología, historia, cultura, religión, mitos
y lo que se llama paranormal. También he trabajado
con la hipnoterapia durante muchos años – lo que me
aportó un muy buen conocimiento mecánico de cómo
la mente/el cerebro de los seres humanos opera a
niveles muy profundos. Pero así y todo, todavía estaba
operando con ciertas creencias firmemente arraigadas
en su lugar, que fueron destruidas por mi investigación
sobre la psicopatía. Me di cuenta de que había una
cierta serie de ideas que mantenía sobre los seres
humanos, que eran sacrosantas. Una vez hasta escribí
acerca de esto de la siguiente manera:
… mi trabajo me ha demostrado que la gran mayoría
de la gente desea hacer el bien, experimentar cosas
buenas, tener buenos pensamientos, y tomar
decisiones con buenos resultados. ¡Y tratan con todas
sus fuerzas de que así sea! Con la mayoría de la gente
sintiendo este deseo interno, ¿por qué diablos es que
3. El Experimento Cassiopaea
La serie de La Onda
Introducción
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10a
Parte 10b
Parte 10c
Parte 11a
Parte 11b
Parte 11c
Parte 11d
Parte 11e
Parte 11f
Aventuras Con Cassiopaea
Introducción
Parte 1
Serie La Búsqueda del Grial y El
Destino del Hombre
Parte 1
Serie "Conexión Francesa"
La Conexión Francesa 1
La Conexión Francesa 2
La Conexión Francesa 3
quantum future physics
"Los desastres suponen ciclos en el
ciclo de la experiencia humana [...] El
ciclo humano refleja al ciclo de
catástrofes. La Tierra se beneficia con
una limpieza periódica. Es hora de
prestar atención a los Signos. Se
están incrementando. Se pueden
incluso "sentir," si prestan atención."
"La vida es religión. Las experiencias
de la vida reflejan cómo uno
eso no sucede?
Fui ingenua, lo admito. Hay muchas cosas que no sabía
y que he aprendido desde que escribí esas palabras.
Pero hasta en aquél tiempo era conciente de cómo
nuestra propia mente puede ser usada para
engañarnos.
Ahora veamos, ¿qué creencias mantenía que me
convirtieron en víctima de un psicópata? La primera y
más obvia es que creía sinceramente que muy por
dentro, todas las personas son básicamente “buenas” y
que “quieren hacer el bien, experimentar cosas
buenas, tener buenos pensamientos, y tomar
decisiones con buenos resultados. Y que tratan con
todas sus fuerzas de que así sea…”
Sucede que esto no es cierto, tal y como yo – y todos
los involucrados en nuestro grupo de trabajo –
aprendimos para nuestra propia congoja, como dicen
algunos. Pero también aprendimos para nuestra
edificación. Para poder llegar a una cierta comprensión
del tipo exacto de personas que podían hacer lo que
me habían hecho (y a otros seres cercanos a mí), y
porqué se sentían motivados – y hasta impulsados - a
comportarse de esta manera, comenzamos a investigar
la literatura sobre la psicología, para encontrar pistas,
porque necesitábamos entenderlo para nuestra propia
tranquilidad.
Si existe una teoría psicológica que pueda explicar un
comportamiento vicioso y dañino, el poseer esta
información es de mucha ayuda para la víctima de
tales actos, para que no tenga que pasarse todo el
tiempo sintiéndose herida o enojada. Y desde luego, si
hay una teoría psicológica que ayude a la persona a
encontrar qué tipo de palabras o actos pueden crear un
puente en el abismo entre la gente, curar malos
entendidos, este también es un objetivo que merece la
pena. Es desde tal perspectiva que comenzamos
nuestro arduo trabajo sobre los temas del narcisismo,
lo que nos llevó al estudio de la psicopatía.
Por supuesto, no empezamos con tal “diagnóstico” o
etiqueta sobre lo que estábamos presenciando.
Comenzamos por observaciones, y buscamos en la
literatura pistas, perfiles, cualquier cosa que pudiese
ayudarnos a entender el mundo interior del ser
humano – en realidad, de un grupo de seres humanos
– que parecían completamente depravados y que no se
asemejaban en nada a todo aquello con lo cual nos
habíamos encontrado antes.
Imagine - si puede - no tener una conciencia, ninguna
en absoluto, ningún sentimiento de culpa o de
remordimiento, sin importar lo que haga, ningún
sentido de preocupación por el bienestar de gente
ajena, amigos, o hasta miembros de su familia, que
pueda limitarlo. Imagine no vivir ninguna lucha contra
la vergüenza, ni siquiera una en toda su vida, sin
importar qué clase de acción egoísta, perezosa, dañina
o inmoral usted haya realizado.
4. interactúa con Dios. Aquellos que
están dormidos son aquellos de poca
Fe en términos de su interacción con
la creación. Algunas personas creen
que el mundo existe para que ellos lo
superen, lo ignoren o lo acallen. Para
estos individuos, los mundos dejarán
de existir. Se volverán exactamente
aquello que le han dado a la vida.
Serán simplemente un sueño en el
"pasado." Las personas que prestan
una rigurosa atención a la realidad
objetiva, mirando hacia todas partes,
pasarán a ser la realidad del "Futuro."
Y finja que el concepto de responsabilidad le es
desconocido, excepto como una carga que otros
parecen aceptar sin discutir, como tontos crédulos.
Ahora agregue a esta fantasía extraña la capacidad de
esconderle a la gente que su psicología es radicalmente
diferente a la suya. Puesto que todos asumen
simplemente que la conciencia es universal entre seres
humanos, ocultar el hecho de que usted no tiene
conciencia no necesita casi ningún esfuerzo de su
parte.
No es frenado de ninguno de sus deseos por
culpabilidad o vergüenza, y otros nunca lo enfrentan
por su sangre fría. El agua congelada en sus venas les
es tan extraña, tan totalmente fuera de su experiencia
personal, que raramente llegan a conjeturar siquiera
sobre su condición.
En otras palabras, usted está totalmente libre de
restricciones internas, y su libertad desenfrenada para
hacer lo que le apetezca, sin remordimientos de
conciencia es, favorablemente para usted, invisible al
resto del mundo.
Usted puede hacer cualquier cosa, y aun así su extraña
ventaja sobre la mayoría de la gente, que está en linea
con sus conciencias, seguirá muy probablemente sin
ser descubierta.
¿Como vivirá usted su vida?
¿Qué hará con su ventaja enorme y secreta, y con la
incapacidad correspondiente de la gente (conciencia)?
La respuesta dependerá en gran parte de tan sólo lo
que sus deseos terminen siendo, porque no toda la
gente es igual. Incluso los extremadamente
inescrupulosos no son todos iguales. Alguna gente –
así tengan o no una conciencia - honran la tranquilidad
de la inercia, mientras que otras se llenan de sueños y
de ambiciones salvajes. Algunos seres humanos son
brillantes y talentosos, algunos son poco despiertos, y
la mayoría, con o sin conciencia, se encuentran en
algún lugar en medio. Hay gente violenta y no violenta,
individuos a quienes los motiva el ansia de la sangre y
otros que no tienen tal apetito. [... ]
Siempre y cuando no lo paren por la fuerza, usted
puede hacer todo lo que quiera.
Si nace en el momento correcto, con un cierto acceso a
alguna riqueza familiar, y poseyendo un talento
especial para avivar el odio de la gente y el sentido de
la pérdida, se las puede arreglar para matar a una gran
cantidad de gente que ni lo sospeche siquiera. Con
bastante dinero, usted puede lograr esto a distancia, y
descansar con confianza observando todo con
satisfacción. [... ]
Loco y espantoso - y verdadero, en aproximadamente
un 4 por ciento de la población...
La tasa predominante de los desórdenes alimenticios
5. anoréxicos se estima en un 3.43 por ciento, y se los
juzga como casi epidémicos, pero esta cifra es una
fracción más baja que la tasa de personalidad
antisocial. Los desórdenes prominentes clasificados
como esquizofrenia ocurren en solamente un 1 por
ciento de [la población] – apenas un cuarto del índice
de la personalidad antisocial - y los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades dicen que el
índice del cáncer de colon en los Estados Unidos,
considerado como "alarmantemente alto," es
aproximadamente de 40 por cada 100.000 – cien veces
más bajo que el índice de la personalidad antisocial.
La gran incidencia de la sociopatía en la sociedad tiene
un efecto profundo en el resto de nosotros, quienes
también debemos vivir en este planeta, e incluso para
los que no hemos sufrido trastornos clínicos. Los
individuos que constituyen este 4 por ciento agotan
nuestras relaciones, nuestras cuentas bancarias,
nuestras realizaciones, nuestra autoestima, nuestra
mismísima paz en la tierra.
Sin embargo, sorprendentemente, mucha gente no
sabe nada sobre este desorden, o si lo hacen, sólo
piensan en términos de psicopatía violenta - asesinos,
asesinos en serie, asesinos de multitudes - gente que
visiblemente ha quebrantado la ley muchas veces
consecutivas, y que, si son detenidos, serán
encarcelados, incluso llevados a la muerte por nuestro
sistema jurídico.
No estamos comúnmente enterados, y por lo general
tampoco identificamos a la gran cantidad de sociópatas
no violentos que se encuentran entre nosotros, gente
que a menudo no son infractores descarados, y contra
quienes nuestro sistema jurídico oficial proporciona
poca defensa.
La mayoría de nosotros no podría imaginar ninguna
correspondencia entre la concepción de un genocidio
étnico y, por ejemplo, el hecho de mentirle a su jefe
sobre un compañero de trabajo sin sentir culpa alguna.
Pero la correspondencia psicológica no sólo está allí; es
escalofriante. Sencillamente, la relación está en la
ausencia del mecanismo interno que nos tortura
emocionalmente cuando elegimos hacer algo que
vemos como inmoral, falto de ética, negligente o
egoísta.
La mayoría de nosotros se siente ligeramente culpable
si se come el último trozo de torta que queda en la
cocina, e imagínese pues lo que sentiríamos si nos
pusiéramos a lastimar a otra persona a propósito y de
manera metódica.
Los que no poseen absolutamente ninguna conciencia
constituyen un grupo por sí solos, así sean tiranos
homicidas o simplemente francotiradores sociales
despiadados.
La presencia o la ausencia de conciencia son una seria
división humana, y podría decirse que es más
significativa que la inteligencia, la raza, o hasta el
género.
6. Lo que diferencia a un sociópata que vive del trabajo
de otros de alguien que roba de vez en cuando en
almacenes, o de uno que es un barón contemporáneo
de ladrones - o lo que hace la diferencia entre un
simple matón y un asesino sociopático - no es nada
más que el estatus social, el instinto, el intelecto, el
ansia de la sangre, o la simple oportunidad.
Lo que distingue a toda esta gente del resto de
nosotros es un agujero completamente vacío en la
psique, en donde deberían estar las funciones de
humanización más desarrolladas. [Martha Stout, Ph.D.,
The Sociopath Next Door (El Vecino Sociópata)]
(Altamente recomendado).
Al principio de nuestro proyecto de investigación no corrimos
con la ventaja del libro de la Dra. Stout. Sí teníamos, por
supuesto, a Hare, Cleckley, a Guggenbuhl-Craig y a otros.
Hay todavía más que han aparecido en los últimos años en
respuesta a las preguntas formuladas por muchos psicólogos
y psiquiatras acerca del estado del mundo y de la posibilidad
de que haya alguna diferencia esencial entre gente como
George W. Bush y muchos de los que son llamados Neocons,
y el resto de nosotros.
El libro de la Dra. Stout contiene una de las
explicaciones más largas sobre cómo ninguno de sus
ejemplos se asemeja a ninguna persona real que haya
leído. Y luego, en uno de los primeros capítulos,
describe un caso “compuesto” en los que el niño pasó
su infancia haciendo explotar sapos con petardos. Se
sabe muy bien que George W. Bush hacía esto,
entonces uno se pregunta efectivamente si…
En cada caso, hasta sin el trabajo de la Dra. Stout, al
mismo tiempo que estudiábamos este asunto, nos
dábamos cuenta de que lo que estábamos aprendiendo
era muy importante para todos, porque a medida que
los datos eran recogidos, veíamos que las pistas y los
perfiles nos revelaban que los temas con que nos
estábamos confrontando eran temas con los que todos
se confrontaban en algún u otro momento, en alguna u
otra medida. También comenzamos a darnos cuenta de
que los perfiles que emergían también describen con
bastante precisión a muchos individuos que buscan
posiciones de poder en campos de autoridad, y
especialmente en la política y el comercio. Esta idea
realmente no es sorprendente, pero sinceramente no
se nos había ocurrido hasta que vimos los patrones y
que los reconocimos en comportamientos de muchas
figuras históricas, y más tarde incluimos también a
George W. Bush y a miembros de su administración.
Las estadísticas del día de hoy nos dicen que hay más
gente enferma psicológicamente que sana. Si Usted
toma un muestreo de individuos en un área
determinada, es muy probable que encuentre que un
número significante de entre ellos manifiesta síntomas
patológicos en un mayor o menor grado. La política no
es una excepción, y simplemente por su naturaleza,
tendería a atraer a más “tipos dominadores”
patológicos que otros campos. Esto no puede ser más
que lógico, y empezamos a darnos cuenta de que, no
solo era lógico, sino también espantosamente preciso;
espantosamente porque la patología entre la gente de
7. poder puede tener efectos desastrosos en toda la
gente que se encuentra bajo el control de este tipo de
individuos patológicos. Es así que decidimos escribir
acerca de este tema y publicarlo en Internet.
A medida que subíamos el material, comenzaron a
llegarnos cartas de lectores agradeciéndonos por
haberle puesto un nombre a lo que estaba ocurriendo
en sus vidas, y por haberlos ayudado a entender lo que
estaba sucediendo en un mundo que parece haberse
vuelto completamente loco. Empezamos a creer que
esto era una epidemia, y en cierto modo teníamos
razón, sólo que no de la manera en que lo creíamos. Si
un individuo con una enfermedad altamente contagiosa
trabaja en contacto con el público, el resultado es una
epidemia. Del mismo modo, si un individuo que ocupa
un cargo político de poder es un psicópata, él o ella
pueden llegar a crear una epidemia de psicopatología
en gente que no es, esencialmente, psicopática.
Nuestras ideas concernientes a este tema serían
confirmadas poco tiempo más tarde por una fuente
inesperada. Recibí un e-mail de un psicólogo polaco
quien escribió lo siguiente:
Estimados Señoras y Señores:
Tengo su Proyecto de Investigación Especial frente a
mi computadora. Ustedes están realizando un trabajo
de lo más importante y valioso para las naciones
futuras. […]
Soy un psicólogo anciano. Hace cuarenta años formé
parte de una investigación secreta sobre la verdadera
naturaleza de la psicopatía del fenómeno macro-social
llamado “Comunismo”. Los otros investigadores fueron
los científicos de la generación previa, que ya han
fallecido.
El estudio profundizado de la naturaleza de la
psicopatía, que jugó un papel esencial e inspirador en
este fenómeno macro-social psicopatológico, y que se
distingue de otras anomalías mentales, resultó ser una
preparación necesaria para entender la naturaleza
completa del fenómeno.
La mayoría del trabajo que Uds. están realizando
ahora, fue hecho en aquellos tiempos…
Yo les puedo proporcionar un documento científico muy
valioso, útil para su propósito. Se trata de mi libro
“PONEROLOGIA POLITICA – Una ciencia de la
naturaleza del mal adaptada a propósitos políticos”
(“POLITICAL PONEROLOGY – A science of the nature of
evil adjusted for political purposes”). También pueden
encontrar una copia de este libro en la Biblioteca del
Congreso y en algunas bibliotecas universitarias y
públicas en los Estados Unidos.
¿Serían tan amables de contactarme a fin de que
pueda enviarles una copia por mail?
Los saludo muy atentamente.
8. Andrew M. Lobaczewski
Le escribí una respuesta de inmediato. Unas semanas
más tarde, el manuscrito llegó al correo.
A medida que leía, me iba dando cuenta de que lo que
tenía en mis manos era esencialmente una crónica del
descenso al infierno, y el retorno triunfante al mundo
con el conocimiento de lo que era el infierno no tenía
precio para el resto de nosotros, especialmente en
estos días en los que parece evidente que un infierno
semejante es está desarrollando en nuestro planeta.
Los riesgos tomados por el grupo de científicos que
realizaron la investigación en la cual está basado este
libro están por encima de la comprensión de la mayoría
de nosotros. Muchos de ellos eran jóvenes, apenas
empezando sus carreras cuando los Nazis comenzaron
a marchar con sus cien botas militares a través de
Europa. Estos investigadores tuvieron que pasar por
esto, y cuando los Nazis fueron expulsados y
remplazados por los Comunistas bajo el mando de
Stalin, se enfrentaron con años de opresión cuyo
parecido los que hoy día están eligiendo resistir al
Reich de Bush no pueden siquiera imaginar. Y
entonces, dado que ellos estuvieron allí, y que lo
vivieron y trajeron información para el resto de
nosotros, podría muy bien llegar a salvarnos la vida si
trazáramos un mapa para guiarnos durante la
obscuridad que está cayendo. Es dentro de este
contexto que me gustaría plantear cómo el Dr.
Lobaczewski discute sobre el valor de un estudio
cuidadoso y clínico del mal en su libro, antes de que
nos tornemos verdaderamente hacia el tema de la
Ponerología:
La ciencia nueva es incalculablemente rica en detalles
casuistas… Contiene conocimientos y una descripción
del fenómeno dentro de las categorías del punto de
vista lógico del mundo, correspondientemente
modificado de acuerdo con la necesidad de entender
[muchos] temas…
El desarrollo de esta familiaridad con este fenómeno se
ve acompañado por el desarrollo del lenguaje
comunicativo, por medio del cual la sociedad puede
permanecer informada y emitir advertencias de
peligro. Un tercer lenguaje aparece entonces al lado de
la ambigüedad ideológica… En parte, pide prestados
términos utilizados por la ideología oficial en sus
significados transformados y modificados. Y por otra
parte, este lenguaje opera con palabras adoptadas de
bromas que circulan aún más rápido. A pesar de esta
extrañeza, este lenguaje se convierte en un medio de
comunicación útil y adopta un rol importante al
regenerar lazos sociales. Sin embargo, a pesar de los
esfuerzos efectuados por parte de los hombres de
letras y de los periodistas, este lenguaje sigue siendo
sólo comunicativo por dentro; se vuelve hermético
fuera del ámbito de este fenómeno, incomprensible
para las personas que carecen de una experiencia
personal apropiada. […]
9. Esta ciencia nueva, expresada en un lenguaje derivado
de una realidad pervertida, es algo extraño para la
gente que desea entender este fenómeno macro-social
pero que piensa en las categorías de países del hombre
normal. El intento por entender este lenguaje produce
una cierta sensación de impotencia que da lugar a la
tendencia a crear sus doctrinas propias, edificadas a
través de conceptos del mundo personal y de una
cierta cantidad de material de propaganda patocrática
cooptada y apropiada. Tal doctrina – un ejemplo podría
ser la doctrina Anti-Comunista Estadounidense – hace
aún más difícil de comprender esa otra realidad. Ojala
que la descripción objetiva comunicada aquí les
permita vencer el callejón que ha sido engendrado así
[…]
Vale la pena resaltar el rol específico de ciertos
individuos durante tales tiempos; participaron en el
descubrimiento de la naturaleza de esta nueva
realidad, y ayudaron a otros a encontrar el camino
correcto. Tenían una naturaleza normal pero una
infancia desafortunada, habiendo sido sujetos desde
muy temprano a la dominación por parte de individuos
con desviaciones psicopáticas, incluyendo el egoísmo
psicopático y métodos para aterrorizar a otros. El
nuevo sistema de liderazgo golpeó a esa gente como
una multiplicación social a grande escala de lo que ya
conocían a través de su experiencia personal. Desde el
comienzo vieron entonces esta realidad mucho más
prosaicamente, tratando inmediatamente esta
ideología en concordancia con las historias
paralogísticas bien conocidas por ellos, cuyo propósito
consistía en disimular la amarga realidad de sus
experiencias de juventud. Pronto alcanzaron la verdad,
dado que la génesis y la naturaleza del mal son
análogas, independientemente de la escala social en la
que aparece.
Dicha gente es raramente comprendida en sociedades
felices, pero se volvió útil; sus explicaciones y consejos
demostraron ser exactos y fueron transmitidos a las
otras personas que se unieron al trabajo en red de esta
herencia falta de perspicacia. Sin embargo, su propio
sufrimiento se duplicó, ya que era demasiado de un
tipo de abuso similar con qué poder en una vida.
Por fin, la sociedad ve aparecer a individuos que han
coleccionado una percepción intuitiva excepcional y un
conocimiento práctico en el terreno de cómo piensan
los patócratas y cómo tal sistema de reglas opera.
Algunos de ellos se vuelven tan competentes en el
lenguaje pervertido del psicópata y en su idiomática
que son capaces de utilizarlo como si fuera un idioma
extranjero que han aprendido bien. Como deben
descifrar las intenciones de los que están en el poder,
ofrece seguidamente consejo a gente que está
teniendo problemas con las autoridades. Estos
defensores de la sociedad de gente normal,
generalmente desinteresados, juegan un rol
irremplazable en la sociedad. Los patócratas, sin
embargo, nunca pueden aprender a pensar en
categorías humanas normales. Al mismo tiempo, la
habilidad para predecir las formas de reacción de este
10. tipo de autoridad lleva a la conclusión de que el
sistema es rígidamente causativo y falto de libre
elección natural.
Una vez me transfirieron una paciente que había sido
recluta en un campo de concentración Nazi. Volvió de
tal infierno en condiciones excepcionalmente buenas, y
tal es así que fue todavía capaz de casarse y de cargar
con tres hijos. No obstante, sus métodos de crianza
eran tan extremadamente tiranos que no podían sino
asemejarse a la vida en el campo de concentración,
tan obstinadamente severa en los ex-prisioneros. La
reacción de los niños fueron protestas neuróticas y
agresividad contra los otros niños.
Durante la psicoterapia de la madre, hicimos volver a
su memoria las figuras de oficiales SS [2] hombres y
mujeres, señalando sus características psicopáticas
(dicha gente era principalmente recluta). Para poder
ayudarla a eliminar el material patológico de su
persona, la suministré con datos estadísticos
concernientes a la apariencia de tales individuos dentro
de la población en general. Eso la ayudó a alcanzar una
visión más objetiva de esa realidad y a recobrar la
confianza en la sociedad de gente normal. …
Paralelamente al desarrollo de un conocimiento
práctico y de un lenguaje de comunicación
interno/específico, otros fenómenos psicológicos
cobran forma; son verdaderamente significativos en la
transformación de la vida social bajo el mando
patocrático, y es esencial discernirlos si alguien desea
entender a individuos y naciones destinados a vivir
bajo tales condiciones y evaluar la situación en la
esfera política. Incluyen una inmunización psicológica
de la gente y su adaptación a la vida bajo tales
situaciones pervertidas.
Los métodos de terror psicológico (ese arte
especialmente patocrático), las técnicas de arrogancia
patológica, y el pisoteo seguro del alma de los demás
trae tales efectos traumáticos al principio que privan a
la gente de reaccionar de manera resuelta. Ya he
alegado los aspectos psicofisiológicos de tales estados.
Diez o veinte años más tarde, se puede reconocer un
comportamiento análogo como la tan conocida
bufonería y que no priva a la víctima de su capacidad
para pensar y reaccionar decididamente. Sus
respuestas son por lo general estrategias bien
planeadas, provenientes de la posición de superioridad
de una persona normal, y a menudo envueltas en
ridiculez. Uno puede mirar a los ojos el sufrimiento y
hasta la muerte con la calma requerida. Un arma
peligrosa se resbala de las manos del que manda.
Debemos entender que este proceso de inmunización
no es simplemente un resultado del aumento descrito
anteriormente del conocimiento práctico del fenómeno
macro-social. Es el efecto de un proceso estratificado,
gradual, de desarrollo del conocimiento, de la
familiarización con el fenómeno, la creación de los
hábitos de reacción adecuados, de auto-control,
trabajando al mismo tiempo en una concepción general
y en principios morales. Luego de algunos años, los
mismos estímulos que antes causaban una impotencia
11. espiritual escalofriante o una parálisis mental, ahora
provocan el deseo de hacer gárgaras con algo fuerte
para poder así deshacerse de esta porquería.
Hubo un tiempo en el que mucha gente soñaba con
encontrar alguna píldora que hiciera más fácil soportar
el trato con las autoridades o asistir a las sesiones de
adoctrinamiento forzado, por lo general presididas por
un personaje psicopático. De hecho, algunos
antidepresivos demostraron provocar los efectos
deseados. Veinte años más tarde esto había sido
completamente olvidado.
Cuando fui arrestado por primera vez en 1951, la
fuerza, la arrogancia y métodos psicopáticos de
confesión por la fuerza me privaron casi por completo
de mis capacidades de auto-defensa. Mi cerebro dejó
de funcionar luego de tan sólo unos días de arresto sin
agua, a tal punto que ni siquiera podía recordar bien el
incidente que había resultado en mi detención
repentina. Ni siquiera estaba conciente de que ésta
había sido intencionadamente provocada, ni de que las
condiciones para permitir la auto-defensa existían en
verdad. Me hicieron casi todo lo que quisieron.
Cuando fui detenido por última vez en 1968, fui
interrogado por cinco funcionarios de la seguridad con
una mirada feroz. En un cierto punto, después de
haber considerado sus reacciones predichas, dejé que
mi mirada fija se posara en cada cara de manera
secuencial muy atentamente. El más importante me
preguntó: “¿En qué estas pensando, bastardo,
mirándonos así?” Yo respondí sin ningún miedo a las
consecuencias: “Sólo me ando preguntando porque
tantos de entre Ustedes con carreras dignas de
caballeros terminan en un hospital psiquiátrico”. Se
quedaron desconcertados por un tiempo, luego de lo
cual el mismo hombre exclamó: “¡Porque éste es un
maldito trabajo horrible!” “Yo opino que es justo lo
contrario”, respondí calmamente. Después fui llevado
nuevamente a mi celda.
Tres días más tarde tuve la oportunidad de volver a
hablar con él, pero esta vez fue mucho más
respetuoso. Después ordenó que me sacaran – afuera,
según resultó ser. Viajé en travía a casa a través de un
gran parque, siendo todavía incapaz de creer lo que
veía. Una vez en mi habitación, me acosté en la cama;
el mundo aún no era demasiado real, pero la gente
exhausta se duerme rápido. Cuando desperté, dije en
voz alta: “Querido Dios, ¡no se supone que tú estás a
cargo de este mundo!”
En ese entonces, no sólo sabía que hasta ¼ de los
oficiales secretos de la policía terminan en un hospital
psiquiátrico. Sino que también sabía que su
“enfermedad ocupacional” es la demencia congestiva
que antes sólo podía encontrarse entre las viejas
prostitutas. Uno no puede violar los sentimientos
humanos naturales dentro suyo con impunidad, sin
importar la clase de profesión que tenga. Desde ese
punto de vista, el Camarada Capitán tenía razón. Al
mismo tiempo, no obstante, mis reacciones se habían
vuelto resistentes, muchísimo mejores que lo que
había sido diecisiete años atrás.
12. Todas estas transformaciones del consciente y del
inconsciente humano resultan en una adaptación
individual y colectiva para vivir en tales sistemas. Bajo
condiciones alteradas de limitaciones tanto materiales
como morales, emerge una inventiva existencial que
está preparada para superar muchas dificultades.
También es creado un nuevo trabajo en red en la
sociedad de gente normal para autoayuda y ayuda
mutua.
Esta sociedad actúa conjuntamente y es conciente del
estado de las cosas; comienza a desarrollar maneras
de influenciar a varios miembros de la autoridad y a
lograr objetivos que son útiles a nivel social. … Por
consecuente, la opinión de que la sociedad se ve
privada de toda influencia sobre el gobierno es
inexacta. En realidad, la sociedad sí cogobierna hasta
un cierto punto, a veces con éxito y a veces fracasando
en su intento de crear condiciones de vida más
tolerables. Esto, sin embargo, ocurre de una manera
totalmente distinta de lo que sucede en países
democráticos.
Estos procesos: la inmunización cognitiva y psicológica
y la adaptación permiten la creación de nuevos
vínculos interpersonales y sociales, que opera dentro
del alcance de la gran mayoría que ya hemos llamado
“la sociedad de gente normal.” Estos vínculos se
extienden discretamente hacia el mundo de la clase
media del régimen, dentro de la cual se encuentra
gente a quien se le puede tener confianza hasta un
cierto punto. …
El intercambio de información, las advertencias, y la
asistencia abarcan toda la sociedad. Cualquiera que
sea capaz de hacer esto ofrece ayuda a cualquier otra
persona que se encuentre en problemas, por lo general
de tal manera que la persona ayudada no sabe quién le
brindó asistencia. Sin embargo, si él mismo provocó su
mala suerte con su propia falta de cuidado prudente en
lo que concierna a las autoridades, se encontrará con
reproches y no con una asistencia oculta.
Es posible crear dichos vínculos porque la nueva
división de la sociedad sólo aporta una consideración
limitada a factores tales como el nivel de talento o de
educación, o las tradiciones arraigadas a tales capas
sociales. La reducción en las diferencias de prosperidad
tampoco disuelven estos vínculos. Un lado de esta
división contiene a todos aquellos con la cultura mental
más elevada, gente común y corriente, intelectuales,
especialistas de pensamiento inteligente, obreros, y
paisanos reunidos por una protesta en común de su
naturaleza humana contra la dominación de una
experiencia y métodos gubernamentales Para
humanos. Estos vínculos engendran una comprensión
interpersonal y un sentimiento de compañerismo en
gente y grupos sociales anteriormente divididos por
diferencias económicas y tradiciones sociales. Los
procesos mentales que sirven a estos vínculos poseen
un carácter más psicológico, capaces de comprender
las motivaciones de otros. Al mismo tiempo, el sujeto
común y corriente retiene un respeto hacia gente que
ha sido educada y que representa valores intelectuales.
13. También aparecen algunos valores morales y sociales,
y muchos de ellos resultan ser permanentes.
Sin embargo, la génesis de esta gran solidaridad
interpersonal sólo se torna comprensible una vez que
ya conocemos la naturaleza del fenómeno patológico
macro-social que ocasionó la liberación de tales
actitudes, completada con el reconocimiento de la
humanidad propia y la de los otros. Otra reflexión se
auto-sugiere, a saber, qué tan diferentes son estos
grandes vínculos para la “sociedad competitiva” de los
Estados Unidos. …
Este trabajo es tan importante que creo que todo ser
humano normal debería leerlo por su propia seguridad
e higiene mental. Voy a presentar aquí algunos
fragmentos importantes del libro que ya está
disponible en su totalidad.
Del prefacio del autor:
Presento a mis honorables lectores este volumen en el
cual trabajé por lo general a tempranas horas del día
antes de salir para ganarme la vida de una manera
difícil. Primeramente, me gustaría disculparme por los
defectos que son el resultado de circunstancias
anómalas, tales como la ausencia de un laboratorio
adecuado. Admito sin problema que estas lagunas
deberían ser colmadas, por más tiempo que esto lleve,
porque los hechos en los que se basa este libro se
necesitan urgentemente. A través de ningún error del
autor, estos hechos han llegado demasiado tarde.
Se provee al lector con una explicación de la larga
historia y de las circunstancias bajo las cuales este
trabajo fue recompilado. Esta es la tercera vez que
trato el mismo tema. Arrojé el primer manuscrito en un
horno de calefacción central, habiendo sido advertido
justo a tiempo acerca de un registro oficial, que tuvo
lugar minutos más tarde. Envié el segundo manuscrito
a un dignatario de la Iglesia en el Vaticano por
intermedio de un turista estadounidense y me fue
absolutamente imposible conocer el destino del
paquete una vez que lo dejé en sus manos.
Esta…historia… hizo que el trabajo en la tercera versión
fuera mucho más laborioso. Párrafos precedentes y
frases anteriores acechan la mente del autor y hacen
más difícil un plan de contenido adecuado.
Los primeros dos borradores fueron escritos con un
lenguaje muy complicado para en beneficio de
especialistas con la formación necesaria, especialmente
en el campo de la psicopatología. La desaparición
irrecuperable de la segunda versión también incluía
una mayoría impresionante de datos estadísticos y de
hechos que habrían sido tan valiosos y concluyentes
para los especialistas. También se extraviaron muchos
análisis de casos individuales.
La presente versión contiene solamente aquellos datos
estadísticos que fueron memorizados, dado su uso
14. frecuente, o los que podrían ser reconstruidos con una
precisión satisfactoria. […] También tengo la esperanza
de que este trabajo pueda llegar a una audiencia más
grande y hacer más disponibles algunos datos
científicos útiles que podrían servir de base a una
comprensión del mundo contemporáneo y de su
historia. También puede que facilite a los lectores a
entenderse a sí mismos, a sus vecinos y a otras
naciones.
¿Quién produjo este conocimiento y realizó este
trabajo resumido dentro de las páginas de este libro?
Es un esfuerzo conjunto que contiene no sólo mis
esfuerzos, sino que también representa el trabajo de
muchos investigadores.
El autor trabajó en Polonia durante muchos años, lejos
de centros políticos y culturales activos. Es allí que
llevé a cabo una serie de pruebas detalladas y de
observaciones que serían combinadas dentro de las
generalizaciones resultantes con el propósito de
producir una introducción global para la comprensión
del fenómeno macro-social que nos rodea. El nombre
de la persona que se esperaba llevase a cabo esta
síntesis era secreto, y esto era entendible y necesario
dados el momento y la situación. De vez en cuando me
llegaban resúmenes anónimos de resultados de
exámenes de Polonia o Hungría. Pocos datos fueron
publicados, porque así no levantaban ninguna sorpresa
de que un trabajo especializado estaba siendo
recopilado, y esos datos todavía podrían ser localizados
hoy día.
La síntesis esperada de este trabajo no tuvo lugar.
Todos mis contactos perdieron vigencia como resultado
de las detenciones secretas al principio de los sesenta.
Los datos científicos restantes en mi poder eran muy
incompletos aunque su valor no tuviera precio. Me
llevó muchos años de trabajo solitario poder soldar
estos fragmentos en un todo coherente, llenando las
lagunas de mi propia experiencia e investigación.
Mi investigación en psicopatía en general y en su rol
excepcional dentro del fenómeno macro-social fue
conducida al mismo tiempo, o poco después de la
investigación realizada por otros. Sus conclusiones me
llegaron más tarde y confirmaron las mías. El punto
más característico dentro de mi trabajo es el concepto
general de una nueva disciplina científica llamada
“ponerología.” […]
Como autor del trabajo final, presento en esta ocasión
mi profundo respeto hacia todos aquellos que iniciaron
la investigación y que continuaron llevándola a cabo
arriesgando su carrera, salud y vida. Rindo homenaje a
todos los que pagaron el precio a través del
sufrimiento o la muerte. Ojala que este trabajo
constituya una especie de recompensa por sus
sacrificios…
Nueva York, Agosto del 1984.
El Dr. Lobaczewski se escapó a los Estados Unidos en
donde volvió a reunir y a escribir su investigación antes
15. de que la Solidaridad trajera la caída del comunismo en
Polonia. Lobaczewski añadió algunas palabras a esta
introducción:
Pasaron quince años, cargados con importantes
acontecimientos políticos. El mundo cambió
esencialmente a causa de las leyes naturales del
fenómeno descrito en este libro, y de los esfuerzos de
gente de buena fe. No obstante, el mundo así como
está aún no ha recobrado su buena salud; y lo que
queda de la gran enfermedad está todavía muy activo
y amenaza con la recurrencia de la enfermedad. Tal es
el resultado de un gran esfuerzo completado sin el
respaldo de un conocimiento objetivo acerca de la
verdadera naturaleza del fenómeno. […]
Se reconoció al autor como el portador de esta ciencia
“peligrosa” en Austria, por un físico “amistoso” que
resultó ser un agente “rojo.” Los grupos comunistas en
Nueva York se rearmaron entonces para organizar una
“acción de contrarresto.” Era terrible ver cómo
funcionaba el sistema de peones concientes e
inconcientes. Peor aún fue la gente que confió
crédulamente en sus “amigos” concientes, y que
realizó las actividades insinuadas con un sello
patriótico. Al autor se le negó asistencia y tuvo que
salvar su vida trabajando de soldador. Mi salud se
deterioró, y perdí dos años. Resultó ser que yo no era
la primera persona llegada a los Estados Unidos
trayendo un conocimiento similar, y una vez allí,
tratada de una manera similar.
A pesar de todas estas circunstancias, el libro fue
escrito a tiempo, pero nadie estaba dispuesto a
publicarlo. Describían el trabajo como “muy
informativo” pero para los editores de libros de
psicología contenía demasiada política, y para los
editores de política, contenía demasiada psicología o
simplemente “la fecha límite de edición acaba de
cerrarse.” Gradualmente quedó claro que el libro no
pasaba la inspección del conocedor. […]
Queda el valor científico que podrá servir en el futuro,
y más investigaciones podrán dar como resultado una
nueva comprensión de los problemas humanos con
progreso hacia la paz universal. Esta es la razón por la
cual me tomé la labor de volver a escribir, en mi
computadora, el manuscrito entero, que ya estaba
desvaneciéndose. Se lo presenta aquí tal como fue
escrito en 1983-84 en Nueva York, USA. Entonces, que
se lo tome como un documento de buena ciencia y de
labor peligrosa. El deseo del autor es dejar este trabajo
en manos de eruditos con la esperanza de que ellos lo
releguen y progresen con investigación teórica en la
ponelorogía - y que se lo ponga en práctica por el bien
de la gente y de las naciones.
Polonia, Junio, 1998.
El Dr. Lobaczewski dejó los Estados Unidos y regresó a
Polonia antes del 11 de Septiembre del 2001. Pero sus
comentarios fueron proféticos:
16. No obstante, el mundo así como está aún no ha
recobrado su buena salud; y lo que queda de la gran
enfermedad está todavía muy activo y amenaza con la
recurrencia de la enfermedad.
¿Qué ciencia “peligrosa” llevaba el Dr. Lobaczewski
consigo cuando escapó de la Polonia comunista?
Él la llama “Ponerología”, que el diccionario define
como: s., división de la teología que trata acerca del
mal; doctrina teológica sobre la fragilidad o el mal; del
griego: poneros-> mal.
Pero el Dr. Lobaczewski no proponía un estudio
“teológico”, sino un estudió más bien científico de lo
que podemos llamar claramente el Mal. El problema es
que nuestra cultura científica materialista no admite
fácilmente que el mal existe verdaderamente, per se.
Sí, el “mal” tiene su lugar en los sermones religiosos,
pero hasta allí se le da una importancia menor como
“error” o “rebelión” que se corregirá algún día en el
futuro, lo que se discute en otra división teológica: la
escatología, que trata de los eventos finales en la
historia del mundo, del destino final de la humanidad.
Existe un número bastante importante de psicólogos
que de hecho se están moviendo en dirección a lo que
el Dr. Lobaczewski dijo que ya se había hecho detrás
de la Cortina de Hierro hace muchos años. Tengo una
pila de sus libros sobre mi escritorio. Algunos de ellos
parecen volver a caer en la perspectiva religiosa,
simplemente porque no poseen ninguna otra base
científica en la cual apoyarse. Yo creo que esto es
contraproducente. Como lo escribe George K. Simon,
Jr. en su libro “En ropa de oveja”: (“In Sheep’s
Clothing”) (ALTAMENTE recomendado)
…Hemos sido preprogramados para creer que la gente
sólo exhibe problemas de comportamiento cuando son
“perturbados” por dentro o que están ansiosos por
algo. También nos han enseñado que la gente sólo
ataca cuando ha sido atacada de alguna manera. Por lo
tanto, hasta cuando nuestra intuición nos dice que
alguien nos está atacando sin razón, no acepamos
fácilmente la noción. Generalmente comenzamos a
preguntarnos qué es lo que está molestando tanto a
esa persona “por debajo de todo” que la está haciendo
actuar de una manera tan molesta. Hasta podemos
llegar a pensar que quizás hayamos dicho o hecho algo
que la “amenazó”. Casi nunca pensamos que pueda
estar luchando simplemente para obtener algo, salirse
con las suyas o tomar el mando. Entonces, en lugar de
verla simplemente luchando, la vemos como si
estuviesen principalmente sufriendo de algún modo.
No sólo nos cuesta por lo general reconocer la manera
en que la gente nos puede agredir, sino que también
tenemos dificultades para discernir el carácter
notablemente agresivo de algunas personas. El legado
del trabajo de Sigmund Freud tiene mucho que ver con
esto. Las teorías de Freud (y las de otros que se
basaron en su trabajo) influenciaron fuertemente la
psicología de la personalidad durante mucho tiempo.
17. Elementos de las teorías clásicas de la personalidad se
hicieron un camino hacia otras disciplinas además de la
psicología, así como en muchas instituciones sociales y
empresas. Los principios básicos de estas teorías y su
constructo con un sello contrastante, la neurosis, se
fueron grabando relativamente bien en la conciencia
pública.
Las teorías psicodinámicas de la personalidad tienden a
ver a todos, por lo menos hasta un cierto grado, como
neuróticos. Los individuos neuróticos son gente
extremadamente inhibida que sufre de miedo
(ansiedad), culpa y vergüenza desproporcionados
cuando se trata de asegurarse sus deseos y
necesidades básicos. Nunca es suficiente recalcar el
impacto maligno de generalizar las observaciones de
Freud acerca de un grupo de individuos
extremadamente inhibidos en una serie importante de
suposiciones sobres las causas de la enfermedad o la
salud psicológica de todos. […]
Terapeutas cuyo entrenamiento los ha indoctrinado por
demás con la teoría de la neurosis, pueden llegar a
“encuadrar” problemas presentándolos
incorrectamente. Pueden, por ejemplo, asumir que una
persona que durante toda su vida ha perseguido la
independencia de manera agresiva y demostrado poca
infinidad con los demás, debe necesariamente estar
“compensando” un “miedo” a la intimidad. Dicho de
otro modo, verán a un luchador empedernido como a
alguien que escapa aterrorizado, y dejarán de percibir
por lo tanto la realidad esencial de la situación. […]
Necesitamos un margen de estudio completamente
diferente si queremos entender verdaderamente,
ocuparnos de, y tratar a la clase de gente que lucha
demasiado, en contraste con aquellos que se
acobardan o “salen corriendo” exageradamente.
El problema es, por supuesto, que cuando uno lee
todos los libros acerca de gente como la que el Dr.
Simon está describiendo, descubre que “tratamiento”
en realidad significa tratar a las víctimas, porque los
agresores casi nunca buscan ayuda.
Volviendo al Dr. Lobaczewski: escribí para pedir más
detalles sobre porqué este trabajo importante era
generalmente desconocido. Cuál era el significado de
su frase: “Resultó ser que yo no era la primera persona
llegada a los Estados Unidos trayendo un conocimiento
similar, y una vez allí, tratada de una manera similar.”
Respondió por correo electrónico:
[…] Hace unos años la publicación del libro en los
Estados Unidos fue aniquilada impresionantemente por
el Sr. Zbigniew Brzezinski. Cuál fue su motivación, eso
sólo lo puedo adivinar. ¿Fue su propia estrategia
privada, o actuó como lo que seguramente es, un
conocedor del “gran sistema”? Cuántos billones de
dólares y cuántas vidas humanas la falta de esta
ciencia ha costado al mundo. […]
18. En cuanto a quién más estuvo envuelto en este
trabajo: en aquellos tiempos, un tal trabajo sólo podía
ser realizado en secreto absoluto. Durante la ocupación
alemana, aprendimos a no pedir nunca nombres si bien
se sabía muy bien que esa era una comunicación
internacional entre científicos. Le puedo decir que un
científico húngaro fue asesinado por causa de su
trabajo en este proyecto, y en Polonia, el profesor
Stephan Blachowski murió misteriosamente mientras
trabajaba en estas investigaciones. Con certeza el
profesor Kasimir Dabrowski estaba activo en el estudio,
ya que era un experto en psicopatía. Escapó a los
Estados Unidos, y en Nueva York se convirtió en objeto
de acoso, del mismo modo que yo ya lo había sido. Fue
a Canadá y trabajó en la universidad de Edmonton.
Luego de haber leído el trabajo de Lobaczewski, es fácil
entender porqué Brzezinski lo suprimió. ¡Expone a los
Neocons y a los Patócratas de manera tan completa
que no podían dejar que eso se propagara! También es
posible que lo hayan utilizado como una libreta de
anotaciones para tomarle aún más el pelo a las masas.
Siguiendo con el libro de Lobaczewski:
La Patocracia
De joven leí un libro acerca de un naturalista paseando
a través de tierras vírgenes en la cuenca amazónica.
En un momento un animalito cayó de un árbol encima
de su nuca, arañando dolorosamente su piel y
chupándole la sangre. El biólogo lo sacó
cuidadosamente – sin rabia, ya que esa era su manera
de alimentarse – y procedió a su estudio minucioso.
Este cuento trajo sorprendentemente a mi mente
aquellos tiempos muy difíciles en los que un vampiro
caía sobre nuestros cuellos, chupándole la sangre a
una nación infeliz.
La actitud de un naturalista – que trata de rastrear la
naturaleza de fenómenos macro-sociales a pesar de la
adversidad – aseguró una cierta distancia intelectual y
una mejor higiene psicológica, aumentando también
ligeramente el sentimiento de seguridad y acomodando
la premonición de que este mismo método puede
ayudar a encontrar una solución creativa. Esto requería
controlar los reflejos naturales y moralizantes de
revulsión y otras emociones dolorosas que este
fenómeno provoca en cualquier persona normal cuando
la priva de su alegría de vida y seguridad personal,
arruinando su propio futuro y el de su nación. La
curiosidad científica se convierte en un aliado leal
durante tales tiempos.
Que el lector imagine, por favor, un hall muy grande
en algún antiguo edificio Gótico de una universidad.
Muchos de nosotros nos juntábamos allá al comienzo
de nuestros estudios para escuchar las clases de
filósofos sobresalientes. Fuimos arrastrados allí el año
que precedió a nuestra graduación para escuchar las
clases de adoctrinamiento que han sido introducidas
19. recientemente. Alguien que nadie conocía apareció
detrás del podio y nos informó que iba a ser el profesor
a partir de ese momento. Su discurso era fluido, pero
no tenía nada de científico: no distinguía conceptos
científicos de los utilizados a diario, y trataba
pensamientos dudosos como si fueran un conocimiento
que no se podía discutir. Durante noventa minutos
cada semana, nos inundaba con paralogísticas
inocentes y presuntuosas y con una visión patológica
de la realidad. Éramos tratados con desdén y con un
odio mal controlado. Dado que burlarse podía atraer
consecuencias horrorosas, teníamos que escuchar
atentamente con la mayor gravedad.
El rumor no tardó en dejar al descubierto el origen de
esta persona. Había llegado de un suburbio de
Cracovia y había ido a la universidad, aunque nadie
sabía si se había graduado. De cualquier forma, esta
era la primera vez que atravesaba los portales de la
universidad – ¡y como profesor, encima! […]
Luego de dicha tortura mental, llevó mucho tiempo
para que alguien rompiera el silencio. Estudiamos por
nuestra cuenta, ya que sentíamos que algo extraño se
había apoderado de nuestras mentes y que algo
valioso se estaba perdiendo definitivamente. El mundo
de la realidad psicológica y los valores morales parecía
estar suspendido como en una niebla escalofriante.
Nuestro sentimiento humano y la solidaridad
estudiantil perdieron su sentido, del mismo modo que
el patriotismo y nuestros criterios establecidos desde
hacía tiempo. Entonces nos preguntamos mutuamente:
“¿Nosotros también estamos atravesando esto?” Cada
uno de nosotros experimentaba a su manera esta
preocupación acerca de su propia personalidad y
porvenir. Algunos respondían a las preguntas en
silencio. La profundidad de estas experiencias resultó
ser diferente para cada individuo.
Entonces nos preguntamos cómo podíamos
protegernos de los resultados de este
“adoctrinamiento.” Teresa D. hizo la primera
sugerencia: pasemos un fin de semana en las
montañas. Funcionó. En compañía agradable, un poco
de bromas, y luego el agotamiento, seguido por un
sueño profundo en un refugio, y nuestras
personalidades humanas regresaron, aunque con
ciertas reminiscencias. El tiempo también demostró
crear una suerte de inmunidad psicológica, si bien no
con todos. Analizar las características psicopáticas la
personalidad del “profesor” se convirtió en otra manera
excelente de proteger nuestra propia higiene
psicológica.
Ya sólo puede imaginar nuestra preocupación,
desilusión y sorpresa cuando algunos colegas que
conocíamos bien comenzaron de repente a cambiar su
visión del mundo; sus patrones de pensamiento nos
recordaban además el parloteo del “profesor”. Sus
sentimientos, que recientemente habían sido
amistosos, se volvieron remarcablemente más fríos, si
bien aún no hostiles. Argumentos benévolos o críticos
por parte de estudiantes les rebotaban. Daban la
impresión de poseer algún tipo de conocimiento
secreto; éramos tan sólo sus antiguos colegas,
20. creyendo todavía en lo que los profesores de otros
tiempos nos habían enseñado. Teníamos que ser
cuidadosos con lo que les decíamos.
Poco después nuestros antiguos colegas se alistaron en
el Partido. ¿Quiénes earn? ¿De qué grupos sociales
provenían? ¿Cómo y por qué cambiaron tanto en
menos de un año? ¿Por qué ni yo ni la mayoría de mis
compañeros sucumbimos a este fenómeno y proceso?
Muchas preguntas como estas flotaban en nuestras
mentes en ese entonces. Aquellos tiempos, preguntas
y actitudes hicieron nacer la idea de que este
fenómeno podía ser entendido objetivamente, una idea
que se fue cristalizando con el tiempo. Muchos de
nosotros participamos en las observaciones y
reflexiones iniciales, pero la mayoría se desmoronaron
al enfrentarse directamente con problemas materiales
o académicos. Sólo quedamos algunos; así que el
autor de este libro puede ser el último de los
Mohicanos.
Fue relativamente fácil determinar los ambientes y el
origen de la gente que sucumbió a este proceso, que
luego llamé “transpersonificación”. Provenían de todos
los grupos sociales, incluyendo aristócratas y familias
fervientemente religiosas, y provocaban una ruptura
en la solidaridad estudiantil del orden de
aproximadamente un 6%. La mayoría restante sufrió
diferentes grados de desintegración de la personalidad
que trajeron como consecuencia esfuerzos individuales
en búsqueda de valores necesarios para volver a
encontrarse consigo mismos; los resultados fueron
variados y a veces creativos.
Mismo en ese momento, no teníamos duda alguna
acerca de la naturaleza patológica de este proceso de
“transpersonificación”, el cual transcurría de manera
similar pero no idénticamente en todos los casos. La
duración de los resultados de este fenómeno también
variaba. Algunas de estas personas se convirtieron
luego en fanáticos. Otros más tarde tomaron ventaja
de las distintas circunstancias para retirarse y
restablecer los vínculos perdidos con la sociedad
normal. Fueron remplazados. El único valor constante
de este nuevo sistema social era el mágico número
6%.
Intentamos evaluar el nivel de talento de aquellos
colegas que habían sucumbido a este proceso de
transformación de la personalidad, y llegamos a la
conclusión de que en promedio, era ligeramente
inferior al promedio de la población estudiantil. Su
menor resistencia residía obviamente en otros rasgos
bio-psicológicos que eran muy probablemente
cualitativamente heterogéneos.
Tuve que estudiar temas bordeando la psicología y la
psicopatía para lograr responder a las preguntas que
nacían de nuestras observaciones; la negligencia
científica en estas áreas demostró ser un obstáculo
difícil de vencer. Al mismo tiempo, alguien guiado por
un conocimiento especializado aparentemente vació las
bibliotecas de todo lo que podríamos haber encontrado
sobre el tema.
21. ¿Aún queda alguna duda del porqué, hoy en día,
cualquier grupo que busque suministrar este mismo
conocimiento sería catalogado como “culto”?
Si analizamos ahora minuciosamente estas
recurrencias, podríamos decir que el “profesor” estaba
colgando un anzuelo por encima de nuestras cabezas,
basado en el conocimiento psicológico específico de los
psicópatas. Supo de antemano que sería capaz de
pescar individuos susceptibles, pero su limitado
número lo desilusionó. El proceso de
transpersonificación tomaba el mando generalmente
cuando el substrato instintivo de un individuo estaba
marcado por una cierta palidez o algunas fallas. En un
menor grado, también funcionaba con gente que
manifestaba otras deficiencias, y el estado provocado
en su interior también era parcialmente temporal, ya
que constituía mayormente el resultado de una
inducción psicopatológica.
Este conocimiento acerca de la existencia de individuos
susceptibles y de cómo trabajar con ellos continuará
siendo una herramienta para la conquista del mundo
mientras tanto siga siendo el secreto de “profesores”
así. Cuando se convierta en una ciencia popularizada
competentemente, ayudará a naciones a desarrollar
una inmunidad. Pero ninguno de nosotros sabía eso en
aquel momento.
Sin embargo, debemos admitir que al demostrar las
propiedades de un psicópata de tal forma a obligarnos
a experimentarlas de manera profunda, el profesor nos
ayudó a entender la naturaleza del fenómeno en una
mayor escala que muchos otros verdaderos científicos
que participaron en este trabajo de algún modo u otro.
[…]
La visión lógica psicológica, social y moral del mundo
es producto del proceso de desarrollo del hombre
dentro de una sociedad, bajo la influencia constante de
sus rasgos innatos. Ninguna persona se puede
desarrollar sin ser influenciada por otra gente y sus
personalidades, o por los valores embebidos por esta
civilización y sus tradiciones morales y religiosas. Es
por eso que esta visión del mundo no puede ser
universal ni verdadera.
Es entonces importante que los principales valores de
esta visión humana del mundo indiquen similitudes
básicas a pesar de grandes lapsos de tiempo, raza y
civilización. Se sugiere entonces que la “visión humana
del mundo” deriva de la naturaleza de nuestras
especies y de la experiencia de las sociedades
humanas que han alcanzado un cierto grado de
civilización. Refinamientos basados en valores literarios
o reflexiones filosóficas y morales sí indican algunas
diferencias, pero de manera general, tienden a atraer
el leguaje conceptual natural de diversas civilizaciones
y eras.
Personas con una educación humanística pueden tener
la impresión de que han alcanzado la sabiduría, pero
aquí nos acercamos a un problema; debemos hacernos
la pregunta siguiente: Por más que la visión natural del
22. mundo haya sido refinada, ¿refleja la realidad de una
manera lo suficientemente fiable? ¿O refleja la
percepción de nuestras especies? ¿Hasta qué punto
podemos depender de ella como base de la toma de
decisiones en las esferas individual, social y política de
la vida?
La experiencia nos enseña, primeramente, que esta
visión lógica del mundo tiene tendencias permanentes
y características hacia la deformación, dictadas por
nuestros rasgos instintivos y emocionales.
Segundamente, nuestro trabajo nos expone a muchos
fenómenos que no pueden ser entendidos ni descritos
sólo con el lenguaje lógico.
Cuando consideramos la tendencia más importante a
deformar la realidad, notamos que esas características
emocionales que son un componente natural de la
personalidad humana nunca se adecuan
completamente a la realidad que está siendo
experimentada. Esto resulta tanto de nuestro instinto
como del condicionamiento recibido durante nuestra
educación. Es por eso que las mejores tradiciones de
pensamiento filosófico y religioso han aconsejado
dominar las emociones, con el propósito de alcanzar
una visión más exacta de la realidad.
Otro problema es el hecho de que nuestra visión lógica
del mundo se caracteriza generalmente por una
tendencia a dotar a nuestras opiniones de juicios
morales, a menudo tan negativos que las hacen
parecer ultraje. Esto apela a tendencias que están
profundamente arraigadas en la naturaleza humana y
en las costumbres sociales.
A menudo nos encontramos con gente sensata, dotada
de una visión lógica del mundo bien desarrollada en lo
que concierna a los aspectos psicológicos, sociales y
morales, frecuentemente refinados por medio de
influencias literarias, deliberaciones religiosas y
reflexiones filosóficas. Tales personas tienen una
profunda tendencia a sobreestimar los valores de su
visión del mundo. No toman en cuenta el hecho de que
su sistema también puede ser erróneo, ya que no es lo
suficientemente objetivo.
Llamemos a este tipo de actitud el egoísmo de la visión
lógica del mundo. Hasta la fecha, ha sido el tipo de
egoísmo menos pernicioso, ya que es apenas una
sobreestimación de ese método de comprensión que
contiene los valores de la experiencia humana.
Hoy, sin embargo, el mundo está siendo puesto en
peligro por un fenómeno imposible de entender y
describir por medio de tal lenguaje lógico conceptual;
esta clase de egoísmo se convierte entonces en un
factor peligroso que asfixia la posibilidad de tomar
medidas de contrarresto. El hecho de desarrollar y de
popularizar la visión psicológica objetiva del mundo
podría así expandir significantemente las
oportunidades de tratar con el mal a través de
acciones razonables y precisas para contrarrestar sus
efectos.
23. Desde el comienzo de los tiempos, filósofos y
pensadores religiosos que representaban diversas
actitudes en diferentes culturas han estado buscando
la verdad en lo que se refiere a los valores morales,
tratando de hallar criterios de lo que es correcto, de lo
que constituye un buen consejo. Describieron las
virtudes del carácter humano y sugirieron que éstas
fuesen adquiridas. Crearon una herencia… que contenía
siglos de experiencia y reflexiones. A pesar de las
diferencias obvias entre las actitudes, la similitud o
complementariedad de las conclusiones alcanzadas por
antiguos famosos son agazapadotas, a pesar de que
hayan funcionado en tiempos y lugares altamente
divergentes. Después de todo, cualquier cosa que es
valiosa se ve condicionada y es causada por las leyes
de la naturaleza que actúan sobre la personalidad
tanto de individuos humanos como de sociedades
colectivas.
Esto hace reflexionar de manera semejante, sin
embargo, acerca de lo relativamente poco que se ha
dicho sobre la otra cara de la moneda; la naturaleza,
las causas y la génesis del mal. De hecho, estos temas
están escondidos detrás de las conclusiones
generalizadas mencionadas anteriormente, con una
cierta cuota de secreto. Tal estado de las cosas puede
ser atribuido parcialmente a las condiciones sociales y
a las circunstancias históricas bajo las cuales estos
pensadores trabajaban. Su modo de proceder puede
haber sido dictado, por lo menos en parte, por un
destino personal, por tradiciones heredadas, y hasta
por un carácter remilgado. Después de todo, la justicia
y la virtud son lo opuesto a la fuerza y a la
perversidad, y lo mismo vale para la honestidad vs. las
mentiras, similarmente a cómo la salud es lo opuesto
de la enfermedad.
El carácter y la génesis del mal se mantuvieron por lo
tanto escondidos bajo sombras discretas, dejándole al
azar el tratar este tema en su lenguaje más expresivo,
pero esto no alcanzó la primera fuente del fenómeno.
Un cierto espacio cognitivo queda entonces sin ser
investigado, una inspección de cuestiones morales que
resistieron el entendimiento y las generalizaciones
filosóficas. […]
Desde hace un tiempo inmemorial, el hombre sueña
con una vida en la que sus esfuerzos por acumular
beneficios puedan ser puntuados por descanso, tiempo
durante el cual él disfrutará de esos beneficios.
Aprendió a cómo domesticar animales para acumular
beneficios, y cuando eso ya no colmó más sus
necesidades, aprendió a esclavizar a otros seres
humanos simplemente porque él era más poderoso y
podía hacerlo.
Sueños con una vida feliz de “beneficios más
acumulados” de los cuales beneficiar, y más tiempo
libre durante el cual disfrutarlos, dio lugar a la fuerza
sobre los demás, una fuerza que corrompe a la mente
del que la usa. Es por eso que los sueños de felicidad
del hombre aún no se han hecho realidad a lo largo de
toda la historia: la visión hedonística de la “felicidad”
contiene la semilla de la miseria. El hedonismo, el
perseguir la acumulación de beneficios con el único
24. propósito del goce propio, alimenta el ciclo eterno en el
cual los tiempos buenos conducen a los tiempos malos.
Durante los buenos tiempos, la gente pierde noción de
la necesidad de pensar, de introspección, del
conocimiento de los demás, y de la comprensión de la
vida. Cuando las cosas van “bien”, la gente se
pregunta si vale la pena ponderar la naturaleza
humana y en los trastornos de la personalidad (la
propia o la de otro). En los buenos tiempos,
generaciones enteras pueden crecer sin entender el
significado creativo del sufrimiento ya que nunca lo hay
experimentado personalmente. Cuando todos los
placeres están aquí para ser tomados, el esfuerzo
mental y las leyes de la naturaleza – para adquirir
conocimiento que puede no estar directamente
relacionado con la acumulación de objetos materiales –
parece una labor sin sentido. Tener una “mente
saludable,” y positiva – un buen deporte sin nunca una
palabra de desaliento – es visto como algo bueno, y a
cualquiera que prediga graves consecuencias como
resultado de tal despreocupación se lo trata de
aguafiestas.
La percepción de la verdad acerca de la realidad,
especialmente un verdadero entendimiento de la
naturaleza humana en todas sus facetas y
permutaciones, deja de ser una virtud que haya que
adquirir. Las personas pensantes que dudan son
“entrometidos” a quienes es mejor dejar vivir solos.
“No lo repares si no está roto.” Esta actitud lleva a un
empobrecimiento del conocimiento psicológico,
incluyendo la capacidad de diferenciar las propiedades
de la naturaleza humana y la personalidad, de la
habilidad de moldear mentes sanas creativamente.
El culto del poder suplanta así los valores mentales y
morales, tan esenciales para mantener la paz a través
de medios pacíficos. El enriquecimiento o la involución
de una nación en lo que concierne su visión psicológica
del mundo podrían ser considerados como un indicador
para saber si el futuro será bueno o malo.
En esos tiempos, la búsqueda de un sentido a la vida,
de la verdad de nuestra realidad, se torna incómoda
porque revela factores poco prácticos. La eliminación
inconsciente de datos que son o que parecen ser
inadecuados comienza a ser algo habitual, una
costumbre aceptada por sociedades enteras. El
resultado es que cualquier proceso de pensamiento
basado en dicha información troncada no puede traer
conclusiones correctas. Esto conlleva luego a la
substitución de mentiras cómodas hacia sí mismo, para
remplazar verdades incómodas acercándose de ese
modo a los límites de fenómenos que deberían ser
vistos como psicopatológicos.
El hecho es que los “buenos tiempos” para un grupo de
gente encuentran sus raíces históricas en alguna
injusticia hacia otros grupos de gente. En una sociedad
así, en la cual todas las mentiras escondidas se
esconden por debajo de la superficie del iceberg, el
25. desastre está a la vuelta de la esquina.
Está claro que los Estados Unidos han experimentado
un largo período de “buenos tiempos” durante casi
toda su existencia, (sin importar cuanta gente hayan
tenido que oprimir o matar para hacerlo), pero
especialmente durante los 50 años que precedieron al
11 de Septiembre del 2001. Durante esos 50 años,
muchas generaciones de niños nacieron, y los que
nacieron al comienzo de aquél período, que no han
conocido “tiempos malos”, están ahora en una edad en
la que quieren “disfrutar” de los beneficios que han
acumulado. Desafortunadamente, no parece que eso
fuera a suceder; el 11/9 ha cambiando todo tan
profundamente que da la impresión de que no habrá
ningún disfrute para nadie durante un muy, pero muy
largo tiempo.
¿Cómo es posible que esto haya ocurrido?
La respuesta es que el valor de unas pocas
generaciones de “buenos tiempos” resulta en déficits
sociales como los descritos anteriormente acerca de las
habilidades psicológicas y el criticismo social. Largos
períodos de preocupación por uno mismo y de
“acumulación de beneficios” para sí, disminuyen la
capacidad de descifrar precisamente el ambiente y a
otra gente. Pero la situación es más grave que la
simple fragilidad generalizada de una sociedad con la
que se podría ser “más duro” con un poco de “tiempos
malos.”
Lobaczewski escribe:
Las características psicológicas de cada crisis son
únicas a cada cultura y época, pero un denominador
común que existe al comienzo de tales “tiempos
malos” es una exacerbación de la condición histérica de
la sociedad. El emocionalismo que domina en la vida
individual, colectiva y política, combinado con la
selección subconsciente y la substitución de datos al
razonar, conducen al egoísmo individual y nacional. La
manía de sentirse ofendido por nada provoca
respuestas constantes, aprovechándose de la
hiperirritabilidad y de la hipocresía por parte de los
demás. Es esta característica, esta “histerización” de
la sociedad, que permite a conspiradores patológicos, a
víboras encantadoras, y a otros depravados primarios
actuar como factores esenciales en los procesos de
creación del mal en la escala macro-social.
¿Quiénes son, exactamente los “conspiradores
patológicos,” y qué puede motivar a tales individuos en
tiempos que generalmente son vistos por otros como
“buenos”? ¿Si los tiempos son “buenos”, por qué hay
alguien que querría organizar y generar el mal?
Bueno, desde luego que la administración actual de los
EU ha llegado a una respuesta: “Nos odian a causa de
nuestras libertades.” Este es un ejemplo primordial de
“selección y substitución de datos al razonar” las
26. cuales son voluntaria y alegremente aceptadas por el
público como una explicación, a causa de sus déficits
en habilidades psicológicas y criticismo moral.
Lobaczewski: filósofos de hoy en día que desarrollan
la meta-ética están tratando de avanzar en su grado
de comprensión, y mientras resbalan y patinan a lo
largo del espacio flexible que lleva al análisis del
lenguaje de la ética, contribuyen a eliminar algunas
imperfecciones y hábitos del lenguaje lógico
conceptual. Sin embargo, el penetrar este núcleo
eternamente misterioso es muy tentador para un
científico. […]
Si los médicos se comportaran como los eticistas y les
faltara estudiar enfermedades porque sólo se
interesarían en estudiar cuestiones de salud, no
existiría nada parecido a la medicina moderna. […] Los
médicos tenían razón en su hincapié en estudiar la
enfermedad antes que nada para lograr descubrir las
causas y propiedades biológicas de las enfermedades,
y luego para comprender la patodinámica de sus
tratamientos. Una comprensión de la naturaleza de la
enfermedad, y el curso que siga, permite después de
todo elaborar y utilizar los métodos curativos
apropiados. […]
Entonces nace la pregunta: ¿No se podría utilizar algún
modo de proceder análogo para estudiar las causas y
la génesis de otros tipos de mal que azotan a
individuos, familias y sociedades? La experiencia le
enseñó al autor que el mal es de naturaleza similar a la
enfermedad, si bien también posiblemente más
complejo y elusivo para nuestro entendimiento. […]
Paralelamente a la perspectiva tradicional, problemas
comúnmente percibidos como morales también pueden
ser tratados en base a datos proveídos por la biología,
la medicina y la psicología, dado que este tipo de
factores están presentes simultáneamente en la
pregunta en general. La experiencia nos enseña que
una comprensión de la esencia y génesis del mal
utilizan por lo general datos de estas áreas. […]
Puede ser que el pensamiento filosófico haya
engendrado a todas las disciplinas científicas, pero
estas últimas no maduraron hasta no haber sido
independientes, basándose en datos detallados y en
una relación con otras disciplinas que proveían tales
datos.
Alentados por el descubrimiento a menudo
“coincidencial” de estos aspectos naturalísticos del mal,
el autor inició una metodología de la medicina;
psicólogo clínico y colaborador médico de profesión,
tenía estas tendencias de todos modos. Así como
ocurre con los médicos y las enfermedades, él tomó el
riesgo de un contacto cercano con el mal y sufrió las
consecuencias. Su propósito era el de asegurar las
posibilidades de un entendimiento de la naturaleza del
mal, de sus factores etiológicos y rastrear su
patodinámica. […]
27. Así nació una nueva disciplina: la Ponerología. El
proceso de la génesis del mal fue llamado,
correspondientemente, “ponerogénesis.” […]
Ventajas morales, intelectuales y prácticas
considerables pueden ser deducidas de una
comprensión de la génesis del Mal gracias a la
objetividad requerida para estudiarlo neutralmente. No
se destruye la herencia ética al tomar esta óptica: en
realidad se la fortalece, ya que el método científico
puede ser utilizado para confirmar los valores básicos
de enseñanzas morales.
Entender la naturaleza de la patología macro-social nos
ayuda a encontrar una actitud saludable y a proteger
así nuestras mentes de que sean controladas o
envenenadas por los contenidos de la enfermedad y la
influencia de su propaganda.
Solo podemos conquistar a este enorme cáncer social
si entendemos su esencia y sus causas etiológicas.
Dicha comprensión de la naturaleza de los fenómenos
conduce a la conclusión lógica de que las medidas a
tomar para curar y reordenar el mundo hoy en día
deberían ser completamente diferentes de las usadas
hasta este momento para resolver conflictos
internacionales. También es cierto que, tan sólo el
hecho de poseer el conocimiento y la conciencia de los
fenómenos de la génesis del Mal macro-social puede
comenzar a curar individuos y ayudarlos a que sus
mentes recobren la armonía. […]
Lobaczewski habla acerca del hecho de que los “malos
tiempos” parecen tener un “propósito” histórico.
Pareciera que el sufrimiento durante tiempos de crisis
conduce a una actividad mental que tiene como
propósito el resolver o acabar con el sufrimiento. Esta
amargura de la pérdida conduce invariablemente a la
regeneración de valores y de la empatía.
Lobaczewski: Cuando llegan los malos tiempos y que
la gente se siente abrumada por un exceso del mal,
deben juntar toda su fuerza física y mental para luchar
por la existencia y proteger la razón humana. La
búsqueda de alguna forma de salir de las dificultades y
peligros reaviva poderes enterrados hace tiempo, o
discreción. Tales personas tienen la tendencia inicial de
apoyarse en la fuerza para poder contrarrestar la
amenaza; puede ser que, por ejemplo, se conviertan
en “gatillos fáciles” o que se vuelvan dependientes de
las fuerzas armadas. Lenta y laboriosamente, sin
embargo, descubren las ventajas otorgadas al esfuerzo
mental: un entendimiento más avanzado de las
situaciones psicológicas en especial, una mejor
diferenciación de caracteres humanos y de la
personalidad, y finalmente, la comprensión de sus
propios adversarios. Durante esos tiempos, virtudes
que generaciones pasadas relegaron a temas literarios
recobran su verdadera y útil sustancia y son
apreciadas por su valor. Se le tiene mucho respeto a
una persona sabia capaz de proveer un consejo sólido.
28. Pareciera que ha habido muchos de esos “tiempos
malos” en el transcurso de la historia de la humanidad.
Y fue durante tales tiempos que se desarrollaron los
grandes sistemas de ética. Desafortunadamente,
durante los “buenos tiempos” nadie quiere oír nada
acerca de eso. Quieren “disfrutar” de las cosas,
obtener placer y experiencias placenteras, y entonces
cualquier libro que se relacione con aquellos tiempos
se pierde, se olvida, se lo suprime o de lo contrario es
ignorado. Esto conduce a un mayor degradación del
uso del intelecto y deja espacio para que los tiempos
malos vuelvan una vez más.
Si se colectaran todos los libros que describen los
horrores de las guerras, las crueldades de las
revoluciones y los actos sangrientos de líderes políticos
y de sus sistemas, la mayoría de la gente evitaría tal
biblioteca. En esa biblioteca, se podrían encontrar
trabajos antiguos junto con libros de historiadores y
periodistas contemporáneos. La evidencia
documentada de la exterminación en Alemania y de los
campos de concentración, completada con datos
estadísticos reales, describiendo la “labor” tan bien
organizada de la destrucción de la vida humana, serían
vistos como una información de lenguaje
adecuadamente calmo, y fundarían las bases de un
reconocimiento de la naturaleza del Mal.
La autobiografía de Rudolf Hess, el comandante de
campos de concentración en Osweicim (Auschwitz) y
Brzezinka, (Birkenau) es un ejemplo clásico de cómo
piensa y siente un psicópata inteligente.
Nuestra biblioteca de la muerte incluiría obras en
filosofía que discutirían los aspectos sociales y morales
de la génesis del Mal, usando al mismo tiempo la
historia para justificar parcialmente las “soluciones”
sangrientas.
La biblioteca mostraría al lector despierto una suerte
de evolución que va desde actitudes primitivas, en las
que está bien esclavizar y asesinar a pueblos vencidos,
hasta la moral de hoy en día que declara que tal
comportamiento es bárbaro y digno de ser condenado.
No obstante, a dicha biblioteca le faltaría un tomo
crucial: no habría ni siquiera un solo trabajo que
ofrezca una explicación suficiente de las causas y
procesos de los cuales provienen tales dramas
históricos ni del porqué los seres humanos se
degeneran periódicamente en una locura sedienta de
sangre.
Las preguntas de antes seguirían sin ser respondidas:
¿Qué ha hecho que esto ocurra? ¿Todos traemos
dentro de nosotros las semillas del crimen, o sólo
algunos de nosotros? No importa cuán fieles sean a los
acontecimientos, ni cuán precisos psicológicamente los
libros disponibles puedan llegar a ser, no pueden
responder a esas preguntas ni explicar el origen del
Mal por completo.
Entonces, la humanidad juega con una gran
29. desventaja, porque sin una explicación científica
completa de los orígenes del Mal, no existe ninguna
posibilidad de desarrollar principios lo suficientemente
eficaces como para contrarrestar el Mal.
La mejor descripción literal de la enfermedad no puede
producir una comprensión de su etiología básica, y por
lo tanto tampoco suministra principios para un
tratamiento. Del mismo modo, las descripciones de
tragedias históricas son incapaces de elaborar medidas
eficaces para contrarrestar la génesis, la existencia y la
propagación del Mal.
Al usar el leguaje corriente para hablar de conceptos
psicológicos, sociales y morales, nos encontramos con
que sólo podemos producir una aproximación, lo que
lleva a una sospecha molesta de impotencia.
Nuestro sistema usual de conceptos no está envuelto
en el contenido factual necesario – las observaciones
científicas del Mal – que permitiría una comprensión de
la calidad de muchos factores (en especial los
psicológicos) que se encuentran activos antes de y
durante el nacimiento de los tiempos inhumanamente
crueles.
Sin embargo, los autores de algunos de los libros que
podríamos encontrar en nuestra Biblioteca del Mal se
encargaron de infundir sus palabras con la precisión
adecuada como si estuvieran esperando que alguien,
en algún momento, usara sus archivos para explicar lo
que ellos mismos no podían explicar siquiera con el
mejor lenguaje literario.
La mayoría de los seres humanos se horrorizan con tal
documentación. Las sociedades hedonísticas tiene la
fuerte tendencia a promover la escapatoria hacia la
ignorancia o hacia doctrinas inocentes. Algunas
personas hasta sienten desprecio por el sufrimiento de
otros.
Es verdad que, al rastrear los mecanismos
conductuales de la génesis del Mal, uno debe mantener
bajo control a ambos la repugnancia y el miedo,
someterse a una pasión por la ciencia, y desarrollar
una perspectiva calma necesaria en la historia natural.
Este libro tiene como propósito llevar de la mano al
lector dentro de un mundo más allá de los conceptos e
imágenes en los que ha confiado y los cuales ha
utilizado desde su infancia. Esto es necesario, dados
los problemas con los que el mundo se enfrenta en
este momento, cosas que ya no podemos ignorar más,
a menos que pongamos a toda la humanidad en
peligro. Debemos tomar conciencia de que no nos es
posible distinguir entre el camino hacia una catástrofe
nuclear del camino hacia una dedicación creativa, a
menos que nos paremos más allá del mundo subjetivo
de los conceptos bien conocidos, y también debemos
darnos cuenta de que este mundo subjetivo fue elegido
para nosotros por fuerzas poderosas contra las cuales
nuestra nostalgia de ideas hogareñas y humanas sobre
la calidez y la seguridad no aportan ningún resultado
exitoso.
30. El mal moral y el mal psicológico están
interrelacionados a través de tantas relaciones
causales e influencias mutuas, que no se los puede
separar por medio de la abstracción. No obstante, la
capacidad de distinguirlos cualitativamente nos protege
de interpretaciones moralizantes que pueden
envenenar la mente humana tan fácilmente de una
manera insidiosa.
Los fenómenos macrosociales del Mal, que constituyen
el objeto más importante de este libro, parecen estar
sujetos a las mismas leyes de la naturaleza que operan
dentro de los seres humanos a nivel individual o
grupal. El rol de personas con defectos psicológicos
variados y con anomalías de un bajo nivel clínico
parece ser una característica perenne de tales
fenómenos.
En el fenómeno macrosocial en el cual se prolifera el
Mal, la “Patocracia”, una cierta anomalía hereditaria a
la que se aísla como “psicopatía de base”, es esencial
catalítica y causativamente para la génesis y la
supervivencia de tal Estado. […]
Este último comentario es la clave de las “grandes
conspiraciones” que muchos están convencidos de que
no existen. El Dr. Lobaczewski habla acerca de los
tipos de individuos que forman una “Patocracia,” o un
“gobierno psicopático,” y más adelante elabora los
detalles acerca de los psicópatas, basándose en sus
estudios y en los de aquellos con quienes se había
asociado, que nunca han sido discutidos abiertamente
hasta lo que puedo decir luego de haber leído miles de
páginas de material generado en el Oeste acerca de
este tema. El Dr. Lobaczewski, por otro lado,
emprendió sus estudios en “el ombligo de la bestia”,
por así decirlo, con “especimenes” vivos. No se puede
sobrestimar el valor de dicho tipo de estudio.
Lobaczewski: Los procesos patológicos han tenido
históricamente una profunda influencia sobre la
sociedad en general debido al hecho de que muchos
individuos con personalidades deformadas han
efectuados roles asombrosos en la formación de
construcciones sociales. El poseer ciertos antecedentes
en esto ayuda. El Dr. Lobaczewski escribe:
El tejido cerebral es muy limitado en su capacidad
regenerativa. Si es dañado y al cambio
subsecuentemente mejora, eso da lugar a un proceso
de rehabilitación gracias al cual un tejido vecino sano
remplaza la función de la porción dañada. Esta
substitución nunca es totalmente perfecta, por lo que
se pueden detectar, usando los exámenes apropiados,
algunos fallos en lo que concierne la habilidad y los
procesos psicológicos correctos, mismo en casos de un
daño menor. […]
En cuanto a los factores patológicos de los procesos
ponerogénicos, daños perinatales o de temprana
31. infancia tienen resultados más activos que los daños
que ocurren más tarde.
En sociedades con un sistema médico altamente
desarrollado, encontramos que dentro de los primeros
grados de la escuela elemental, de un 5 a un 7 por
ciento de los niños han sufrido lesiones en el tejido
cerebral, que causan ciertas dificultades en el
comportamiento académico. […]15
Esta es de hecho una cifra aterrorizante. Si
tomamos conciencia de que un porcentaje aún más
elevado de gente sufrió lesiones en el tejido cerebral
durante una época en la cual no existía un cuidado
perinatal ni neonatal altamente desarrollado, sin
mencionar el daño que debe ser sufrido dentro de las
poblaciones en las cuales hoy en día tal cuidado es
todavía primitivo, podemos entender que mucho en
nuestra propia cultura ha sido diseñado por gente con
un daño cerebral ¡y debemos confrontarnos con un
mundo en el que individuos con daños cerebrales
poseen una gran influencia en la edificación social!
Tenga en cuenta que si su abuelo sufrió un daño
cerebral perinatal o neonatal, eso afectó cómo crió a
alguno de sus padres, ¡lo que afecta la manera en la
que alguno de sus padres lo crió a Usted!
La epilepsia constituye el resultado más antiguo de
tales lesiones; se observa un número relativamente
bajo de personas que sufren de tal daño.
Investigadores en estos temas creen más o menos
unánimemente que Julio César, y más tarde Napoleón
Bonaparte, tenían ataques de epilepsia. La medida en
la que estas enfermedades tuvieron un efecto negativo
sobre sus personalidades y la toma de decisiones en la
historia, o en que jugaron un papel ponerogénico,
puede ser sujeto a un estudio independiente. El la
mayoría de los casos, sin embargo, la epilepsia es una
enfermedad evidente, lo que limita su rol como factor
ponerogénico. 16
En una porción mucho mayor de estos portadores de
daños del tejido cerebral, la deformación de sus
personalidades crece con el transcurso del tiempo. Se
deben adquirir diversas fotografías mentales,
dependiendo de las propiedades y localizaciones del
daño, del momento en el que éste se originó, y
también de las condiciones de vida del individuo luego
de su aparición.
Llamaremos “Caracteropatías” a los desórdenes de la
personalidad que resultan de tal patología.
Algunas caracteropatías juegan un papel destacado
como agentes patológicos en los procesos de la génesis
del mal en una gran escala social. […]
Un ejemplo relativamente bien documentado de tal
influencia de una personalidad caracteropática en una
escala macrosocial es el del último emperador alemán,
Wilhelm II. Sufrió un trauma cerebral al momento de
su nacimiento. Durante y luego de su reinado
completo, su minusvalía física y mental fue ocultada
del conocimiento público. Las capacidades motoras de
32. la parte superior izquierda de su cuerpo eran
disminuidas. De niño, tenía dificultades para aprender
la gramática, la geometría y el dibujo, lo que
constituye la tríada típica de las dificultades
académicas causadas por lesiones cerebrales.
Desarrolló una personalidad con características
infantiles y con un control insuficiente de sus
emociones, y también una cierta forma paranoica de
pensar que eludía fácilmente lo primordial de algunos
temas importantes en el proceso de esquivar
problemas.
Poses militares y uniformes de general compensaban
por demás sus sentimientos de inferioridad y
disimulaban sus defectos de manera efectiva. A nivel
político, el control insuficiente de sus emociones y
algunos factores de rencor personal saltaron a la vista.
El viejo Canciller de Hierro, ese político astuto y
despiadado que había sido tan leal a la monarquía y
que había construido el poder de Prusia, tuvo que
partir. Después de todo, conocía demasiado bien los
defectos de su príncipe y había trabajado en contra de
su coronación. Otra gente demasiado crítica se
encontró con un destino similar, y fue remplazada por
personas con menor cerebro, más servilismo, y a
veces, leves desviaciones psicológicas. Una selección
negativa tuvo lugar.
Observe este último término: “una selección negativa
tuvo lugar.” Quiere decir que un jefe de estado
defectuoso seleccionó a sus empleados, basándose en
su propia visión del mundo dañada patológicamente.
Estoy segura de que el lector puede percibir cuán
peligrosa puede llegar a ser tal situación para la gente
gobernada por tal cábala “negativamente
seleccionada.” Lo que es importante considerar aquí es
el efecto que esto tuvo en las estructuras sociales bajo
el dominio de tales individuos.
Lobaczewski explica: la experiencia de personas con
dichas anomalías crece por encima del mundo humano
normal al cual pertenecen por naturaleza. Así, su modo
diferente de pensar, su violencia emocional y su
egoísmo encuentran una entrada relativamente fácil en
la mente de otra gente y son percibidos como
categorías de la visión lógica del mundo. Dicho
comportamiento por parte de personas con tales
desórdenes de la personalidad traumatiza la mente y
los sentimientos de la gente normal, disminuyendo
gradualmente su capacidad para hacer uso de su
sentido común. A pesar de su resistencia, la gente se
acostumbra a los hábitos rígidos de pensamiento y
experiencia patológicos. Como resultado, en la gente
joven la personalidad sufre un desarrollo anormal que
conduce a una malformación. De este modo presentan
factores patológicos ponerogénicos los cuales, a través
de su actividad oculta, engendran fácilmente nuevas
fases en la eterna génesis del mal, abriéndole las
puertas a una activación posterior de otros factores
que luego se apoderan del rol principal.[…]
33. [En el caso del efecto de Wilhelm II], muchos
alemanes fueron progresivamente privados de su
capacidad para usar su sentido común a causa del
impacto de material psicológico de tipo
caracteropático, dado que el común de la gente es
propensa a identificarse con el emperador…
Una nueva generación creció con deformidades en lo
que concierne los sentimientos y la comprensión de
realidades morales, psicológicas, sociales y políticas. Es
extremadamente típico que dentro de muchas familias
alemanas que contenían un miembro no demasiado
normal psicológicamente, se volviera una cuestión de
honor (hasta disculpando conductas nefastas) el
esconder este hecho de la opinión pública – y hasta de
amigos cercanos y parientes. Grandes porciones de la
sociedad ingirieron material psicopatológico, junto con
una manera irrealista de pensar, en la que los slogans
pasan a dominar el poder de los argumentos y en la
que los datos reales son sujetos a una selección
subconsciente.
Esto ocurrió en una época en la que una ola de histeria
crecía por toda Europa, incluyendo una tendencia a
que las emociones dominaran y a que el
comportamiento humano contuviera elementos de
histrionismo. […] Esto tomó progresivamente tres
imperios y otros países sobre el continente.
¿Hasta qué punto Wilhelm II contribuyó a esto, junto
con otros dos emperadores cuyas mentes tampoco
comprendieron los verdaderos hechos históricos y de
gobierno? ¿Hasta qué punto fueron también ellos
influenciados por una intensificación de la histeria
durante sus reinados? Esto constituiría un tema de
discusión interesante entre historiadores y
ponerologistas.
Las tensiones internacionales aumentaron; el
Archiduque Ferdinand fue asesinado en Sarajevo. Sin
embargo, ni el Kaiser ni ninguna otra autoridad
gubernamental en su país poseían uso de razón.
(Debido al proceso de selección negativa mencionado
anteriormente). Lo que entró en juego fue la actitud
emocional de Wilhelm y los estereotipos de
pensamiento y acción heredados del pasado. La guerra
estalló. Planes de guerra generales preparados antes,
que habían perdido su vigencia bajo las nuevas
condiciones, revelaron sobre todo maniobras militares.
Hasta aquellos historiadores familiarizados con la
génesis y el carácter del estado de Prusia, incluyendo
su tradición ideológica de expansionismo sangriento,
intuyeron que estas situaciones contenían algún tipo de
actividad de una fatalidad incomprendida, lo que elude
un análisis en cuanto a su causalidad histórica.
Mucha gente reflexiva continúa haciendo la misma
pregunta ansiosa: ¿Cómo puede la nación alemana
haber elegido como Fuehrer [3] a un psicópata con
aires de payaso que reconocía claramente su visión
patológica del gobierno de un superhombre? Bajo su
liderazgo, Alemania desencadenó luego una segunda
guerra, criminal y políticamente absurda. Durante la
segunda mitad de esta guerra, oficiales del ejército
34. altamente entrenados llevaron a cabo honorablemente
las órdenes inhumanas sin sentido desde el punto de
vista político y militar, dadas por un hombre cuyo
estado psicológico correspondía a los criterios de rutina
suficientes como para ser enviado a un hospital
psiquiátrico.
Cualquier intento de explicar lo que ocurrió durante la
primera mitad de nuestro siglo haciendo uso de
categorías aceptadas generalmente en el pensamiento
histórico deja atrás una sensación constante de
insuficiencia. Sólo una perspectiva ponerológica puede
compensar este déficit en nuestra comprensión, ya que
hace justicia al rol de varios factores patológicos en la
génesis del mal a todo nivel social.
Habiendo sido alimentada durante generaciones con un
material psicológico patológicamente alterado, la
nación alemana cayó en un estado comparable a lo que
vemos en algunos individuos criados por personas que
son caracteropáticas e histéricas a la vez. Los
psicólogos saben por experiencia lo frecuentemente
que dicha gente se permite luego cometer actos que
hieren gravemente a otros. […]
Los alemanes infligieron y sufrieron una pena enorme
durante la Primera Guerra Mundial; así que no
sintieron ninguna culpa sustancial, y hasta pensaron
haber sido inocentes, ya que estaban comportándose
de manera habitual sin ser concientes de las causas
patológicas del mismo. La necesidad de este estado de
vestirse de héroe después de una guerra para evitar la
desintegración amarga se volvió demasiado común.
Un ansia misteriosa surgió, como si el organismo social
se hubiera… hecho adicto a alguna droga. Esa era el
hambre del material psicológico patológicamente
modificado, un fenómeno conocido por la experiencia
psicoterapéutica. Esta hambre solo podía ser colmada
por otra personalidad y otro sistema de gobierno,
ambos patológicos de manera similar.
Una personalidad caracteropática abrió las puertas al
gobierno de un individuo psicopático.
Lo interesante en este punto del discurso de
Lobaczewski es su indicio de que este modelo se repite
una y otra vez en la historia: un individuo con daños
cerebrales patológicos crea circunstancias que
condicionan en cierta manera al público, y esto luego
abre la puerta al psicópata para llegar al poder. A
medida que leía esto, recordaba los últimos 45 o 50
años de historia en los Estados Unidos y me di cuenta
de que la “guerra fría,” la amenaza nuclear, el
asesinato de JFK, las payasadas de Nixon, Johnson,
Reagan, Clinton, la manipulación a los estadounidenses
través de los medios, eran sólo condicionamientos
psicopáticos que abrían las puertas a los Neocons y a
su títere simbólico, George W. Bush, quien puede ser
descrito sin ninguna duda como un “psicópata con
aires de payaso que reconoce abiertamente su visión
patológica de un mandato super-americano.” Hasta
podemos ver en la cábala reunida alrededor de George
W. Bush la misma “selección negativa” de consejeros y