Jorge Valencia

No pretendo pensar que la vida es fácil, jamás lo ha sido, y en estas estancias pienso que la agonía de un mundo sublime que se esconde, es lo que atañería importar a todos. El dinero y sonrisas falsas, características de ese hombre que nos gobierna, y un pueblo que súbitamente grita en una jerga que se disipa en el vacío y no es comprendida por nadie. Entonces un instinto de supervivencia lleva al hombre a actuar incorrectamente ante los ojos de la Ley, y si fracasa su astucia son privados de su libertad, juzgados y condenados a la oscuridad. ¿Que hemos creado? Un mundo de personas acostumbradas a ver a sus hermanos pedir limosna, caminando por las calles a punto de caer y murien