Este documento presenta una compilación de lecturas sobre estudios métricos de la información. Incluye 11 artículos escritos por diferentes autores sobre temas como la modelación matemática de la actividad bibliotecaria, conceptos métricos en bibliotecología e información, bibliometría, cienciometría, análisis de citas, el usuario como unidad de observación, aplicación de técnicas bibliométricas a la gestión bibliotecaria, y métodos bibliométricos univariables y multivariables. La compilación es organiz
1. SELECCIÓN DE LECTURAS DE ESTUDIOS
METRICOS DE LA INFORMACIÓN
Compiladora: Lic. Ailín Martínez Rodríguez
La Habana
2004
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2. Síntesis curricular
Lic. Ailín Martínez Rodríguez
Graduada de Bibliotecología y Ciencia de la Información en el año 2001 en la
Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana. En la actualidad
se desempeña como profesora del departamento de la misma carrera en la
propia Facultad. Posee la categoría docente de Profesor Instructor. Ha
impartido docencia en asignaturas relacionadas con el tema de la gestión de
información en las organizaciones. Actualmente imparte la asignatura
Estudios Métricos de la Información.
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3. Tabla de Contenido
Artículo Autor Página
Introducción 1
I. Modelación matemática de la Salvador Gorbea 3
actividad bibliotecaria: una revisión.
II. Conceptos Métricos en las Salvador Gorbea 22
disciplinas biblioteca – informativas. Emilio Setién
III. Bibliometría y Ciencias Sociales Ma. Cruz Liniers 33
IV. Indicadores de la actividad científica Judith Licea de 45
Arenas
V. La Cienciometría y sus aplicaciones P. Escorsa 52
R. Maspons
VI. El análisis de citas en trabajos de Cristóbal Urbano 65
investigadores como método para el Salido
estudio del uso de información en
bibliotecas
VII. El usuario de la información : unidad Salvador Gorbea 91
de observación mensurable y
convergente en los Estudios Métricos de
la Información
VIII. Aplicación de técnicas Elíaz Sanz Casado 94
bibliométricas a la gestión bibliotecaria Carmen Martín
IX. Bibliometría Alice Miranda 110
X. Método de análisis univariable versus Ana María Morales 117
multivariable. Aplicación práctica en
revistas de economía.
XI. Los métodos Bibliométricos. Estado Evaristo Jiménez 143
de la cuestión y aplicaciones.
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4. INTRODUCCIÓN
El constante crecimiento de la información y de los conocimientos reflejados
en publicaciones le impone a sus usuarios nuevos requerimientos marcados
por la impronta de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación. Estas tecnologías complementan a otras técnicas y
metodologías brindando la oportunidad de hacerle frente a tales desafíos.
Los fenómenos de integración y diferenciación en las ciencias se dan cada
vez con más frecuencia en el desarrollo científico contemporáneo, ratificando
la condición de los mismos como regularidades de su desarrollo.
La matematización de las ciencias, como expresión particular de estas
regularidades tuvo sus primeras manifestaciones y el mayor auge en las
Ciencias Naturales y Técnicas. En cambio, este proceso ha sido más lento en
el terreno de las Ciencias Sociales, debido a la complejidad para la medición
de los fenómenos que se analizan.
La Bibliometría se inserta en este marco como una disciplina relativamente
nueva, cuya actual definición tiene apenas treinta años. Aún cuando su
gestación se inició a comienzos del siglo XX, su auge es reciente. La misma
ha influido sobremanera en otra especialidad vinculada a la organización de
la ciencia, llamada Cienciometría. Ambas han dado lugar a otra disciplina un
poco más reciente llamada Informetría.
El desarrollo bibliométrico de los últimos cuarenta años ha estado signado
por la impronta de las nuevas tecnologías de la información. Lugar
preponderante lo ocupa el desarrollo de la computación, más concretamente
el de la microcomputación al que pronto se le unió el desarrollo de las bases
de datos (fundamentalmente bibliográficas). Toda esta riqueza informativa y
de nuevas tecnologías para su acceso y tratamiento ha estado disponible
para los especialistas en información.
Uno de los temas controversiales de las disciplinas métricas los constituyen
sus definiciones. Desde la primera utilización del término hasta nuestros días
infinidad de definiciones han sido propuestas sin que exista un acuerdo sobre
ellas.
En su desarrollo los estudios métricos han devenido en disciplinas teóricas e
instrumentales. Esto último lo facilitan las herramientas a ellos asociadas. Sin
embargo aún hoy en día este tipo de estudios no se utiliza en toda su
magnitud, probablemente debido al desconocimiento que se tiene sobre
todas sus posibilidades. Reducir estas a la modelación bibliográfica como es
el análisis de la dispersión de las fuentes, la productividad de los autores o la
obsolescencia de la literatura es condenarla a una especie de limitación
disciplinar. Los límites de estas disciplinas son aún desconocidos.
En la praxis de los estudios métricos, la gestión de información en las
organizaciones es uno de los modelos de ejecutoría. Baste señalar a modo
4
5. de ejemplo el valor agregado de que es posible dotar a los servicios y
productos informativos de un sistema enfocado al monitoreo y análisis de la
información.
El estudio profundo de este tema, y de la asignatura que lleva esta
denominación es vital.
La Selección de Lecturas que ponemos a su disposición constituirá una guía
para adentrarse en el mundo de los Estudios Métricos de la Información y
servirá por tanto de apoyo a los conocimientos que deben ser adquiridos en
la asignatura Informetría. Es un intento por reunir algunos de los artículos
sobre la temática que se encuentran dispersos en la literatura.
Compiladora: Lic. Ailín Martínez Rodríguez
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6. MODELACIÓN MATEMÁTICA DE LA ACTIVIDAD BIBLIOTECARIA: UNA
REVISIÓN
SALVADOR GORBEA PORTAL
portal@servidor.unam.mx
Matematización del conocimiento científico
Uno de los factores que ha caracterizado el desarrollo de la ciencia
contemporánea, sin lugar a dudas, es la penetración de métodos y modelos
matemáticos, en forma reproductora, en todas las esferas del conocimiento,
incluyendo por supuesto el de las ciencias sociales.
Esta práctica, en ocasiones, ha estado dirigida a dar cientificidad al discurso
intelectual de esta rama del conocimiento y, en otras, a formalizar leyes que
identifiquen el comportamiento de fenómenos y procesos sociales, que sin la
ayuda de las matemáticas no hubiera sido posible identificar.
Este proceso que cada vez toma mayor fuerza en las ciencias en general y
las sociales en particular se conoce como la matematización del
conocimiento científico, el cual, a nuestro criterio, en las ciencias sociales se
manifiesta por medio de dos tendencias fundamentales: la primera, referida a
la representación o simulación matemática de fenómenos y procesos sociales
reales, lo que presupone el diseño y creación de modelos matemáticos
específicos que los representen y, la segunda, a la utilización de modelos
cuantitativos ya establecidos y generalizados en las matemáticas en la
medición, análisis, interpretación y regulación de tales fenómenos y procesos.
La primera tendencia ha propiciado el surgimiento de leyes y teorías,
señaladas por Puchet, pertenecientes a las matemáticas aplicadas, pero que
se han desarrollado en función de las ciencias sociales, tales como:
• Teoría de la optimación
• Teoría de la elección social
• Teoría de los juegos y de las decisiones
• Teorías de las series temporales
• Teorías estadísticas del análisis de datos y del muestreo
• Teoría de la inferencia econométrica
En este sentido, el autor destaca que, aunque algunas de estas teorías tienen
un origen matemático clásico, han encontrado su verdadero desarrollo y
comprobación en ciencias sociales como por ejemplo la economía (Puchet,
1993, pp.114- 117).
La segunda tendencia ha posibilitado la aplicación de métodos matemáticos
especiales tales como la investigación de operaciones, mediante ecuaciones
algebraicas o métodos de programación lineal, o no lineal, estocásticos, entre
6
7. otros, así como métodos y análisis estadísticos, muy importantes en las
ciencias sociales,
especialmente en la sociología, entre los que se pueden mencionar los de
regresión, correlación, factorial, discriminantes, etcétera.
La matematización del conocimiento científico implica la reproducción de su
lenguaje en otro, de tipo simbólico, que lo lleva a un mayor nivel de
abstracción. Este planteamiento, aportado por Redondo Botella (1990, p. 51)
en su libro, entraña que este proceso no está presente cuando las
matemáticas se aplican como simples herramientas cuantitativas, sino
cuando a partir de métodos y modelos matemáticos se puede enriquecer el
lenguaje formal de las ciencias sociales, es decir, cuando existe una
verdadera traducción de leyes, procesos o fenómenos sociales al lenguaje
matemático, que coadyuve a identificar comportamientos y regularidades
antes no identificadas sin la ayuda de las matemáticas, de ahí que diversos
autores sostienen que sólo se alcanza el estatuto de ciencia cuando se han
matematizado los enunciados de su discurso.
Pero este proceso de matematización requiere determinados postulados y
relaciones filosóficas y matemáticas, así como la necesaria relación entre la
dialéctica objetiva y la subjetiva y entre lo cuantitativo y lo cualitativo, por lo
que el mismo requiere que se manifieste a la luz de los vínculos
interdisciplinarios que se establecen entre las matemáticas y las ciencias
sociales y que constituye un indiscutible método para la aproximación y
enriquecimiento mutuo.
También debe entenderse en este proceso que el conocimiento matemático,
a diferencia del estadístico que conlleva la medición y confrontación de
argumentos empíricos, debe estar dirigido hacia la formulación de
argumentos teóricos y en esta medida, según Puchet:
[...]deben ser forma representativa por excelencia de los enunciados de todo
discurso científico, sin que esto conduzca a la interpretación de que la
cientificidad de una ciencia particular, dependa de manera decisiva y
7
8. determinante del grado de matematización que en ella se alcance (Puchet,
1993, p.118).
La producción de información/conocimiento es un fenómeno social que no
escapa al proceso de aplicación de las matemáticas, se evidencia con
absoluta claridad, a través de las relaciones interdisciplinarias entre ésta y las
disciplinas científicas dedicadas al estudio de tal fenómeno.
Todo lo anterior no implica que el proceso de matematización de las ciencias
y la aplicación de métodos y modelos matemáticos a las actividades y
práctica sociales, como el que acabamos de describir, sea privativo de
matemáticos; todo lo contrario, constituye un nivel de profundización y
especialización de los estudiosos vinculados a los temas de análisis de estas
disciplinas, actividades y fenómenos, entre los que se pueden mencionar, en
la esfera ciencia/información, a los especialistas en información,
bibliotecólogos, bibliógrafos, cienciólogos y filósofos e historiadores de la
ciencia, entre otros.
Si observamos el comportamiento de la información/conocimiento, como
objeto de estudio, a través de un fenómeno social como lo es la generación y
uso de la información, así como de las actividades que están presentes en el
ciclo social de la información, podemos identificar que la matematización de
las ciencias sociales (que son las que estudian este fenómeno) ha
enriquecido el lenguaje formal de estas disciplinas, lo cual ha dado lugar a
una nueva línea de investigación conocida como la metría de la
información/conocimiento, así como el surgimiento de nuevas especialidades
métricas, vinculadas a las disciplinas bibliológico/informativa.
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9. Proceso de matematización del sistema de conocimientos bibliológico/
informativos en relación con los fenómenos que estudia y las
especialidades
métricas que se han derivado de éste.
La observación anterior echa por tierra criterios de algunos especialistas, que
limitan todo el proceso de matematización que se viene operando en los
sistemas de conocimientos, a la simple utilización de los métodos y modelos
matemáticos como una herramienta más de las actividades científica,
bibliológico/informativa y otras de la esfera social.
Ese enfoque reducido, el cual niega el carácter reproductivo que el proceso
de matematización alcanza en las relaciones interdisciplinarias que se dan
entre las matemáticas y las ciencias sociales, no llega a percibir la posibilidad
de que el comportamiento de las regularidades de la información científico
técnica (crecimiento, concentración/dispersión, obsolescencia, uso), como
fenómeno social, pueda ser reproducido mediante un modelo matemático que
caracterice e interprete también el sistema de leyes que lo rige.
El proceso de matematización de las disciplinas que estudian los fenómenos
sociales no sólo se manifiesta a través del enriquecimiento del lenguaje
formal de estas disciplinas y del surgimiento de nuevas especialidades
métricas vinculadas a
tales fenómenos, sino que se aprecia también en la aplicación de métodos y
modelos matemáticos a soluciones prácticas, llamadas a resolver el
desarrollo de las actividades de cada una de ellas. Con ello se demuestra,
por una parte, la capacidad que tienen las matemáticas de inducir y
estructurar nuevas especialidades métricas con sustento empírico y, por la
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10. otra, la de las disciplinas científicas, entre éstas las bibliológico/informativas,
por asimilar tales conocimientos y enriquecer los enunciados de su discurso.
En tal sentido se observa la utilización de métodos y modelos matemáticos
para el análisis de indicadores científicos que caracterizan el comportamiento
de los sistemas científicos, por medio de sus indicadores de entrada y salida
y, el obligado análisis de costo/beneficio que apunta a la eficiencia de los
sistemas científicos, además de la evaluación de investigadores e
instituciones científicas.
Conocidos en nuestro medio son también, por un lado, aquellos modelos que
han resultado de la observación del comportamiento de regularidades sobre
el crecimiento, concentración/dispersión, entre otras, de los flujos de
información compilados en los diversos repertorios bibliográficos o
colecciones de bibliotecas, y, por otro, el utilizado para evaluar el
comportamiento de bibliotecas en desarrollo y otros que facilitan el análisis,
mantenimiento y uso de colecciones de bibliotecas con el afán de ayudar a la
toma de decisiones en la gestión de las actividades bibliotecaria y de
información. En ambos sentidos se obtienen resultados diferentes como los
que se observan a continuación:
Es precisamente a esta última práctica que se dedicó un Seminario- Taller, es
decir, a la aplicación de métodos y modelos matemáticos y estadísticos a la
actividad bibliotecaria, centrada por supuesto, en el entorno de la
matematización de la información/conocimiento, como fenómeno social, y
dentro de éste, a la acumulación, sistematización, preservación y difusión de
la información, columna vertebral de nuestra actividad profesional. El
presente trabajo y los subsiguientes fueron presentados y debatidos en este
Seminario/Taller.
En la actualidad, el bibliotecólogo, al igual que cualquier científico, requiere
de información y datos métricos mensurables para poderse enfrentar a la
toma de decisiones en la gestión de muy diversos procesos y operaciones
unitarias que se desarrollan cotidianamente en la actividad bibliotecaria, pero
para ello deberá contar con la formación matemática que se lo permita, sin
embargo, es oportuno señalar que no siempre la matemática está presente
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11. en la dimensión necesaria en los mapas curriculares cursados por los
egresados en bibliotecología. De aquí la idea de agregar al contenido de este
número monográfico de Investigación Bibliotecológica un artículo en el que se
presentan algunas reflexiones sobre la importancia de las matemáticas en los
contenidos curriculares de la carrera de Bibliotecología y Ciencia de la
Información.
En este sentido, Gómez y Peralta (1995, p. 40) destacan la unidad entre las
matemáticas y la ciencia, así como su vinculación con los nuevos programas
de estudio. Estas autoras señalan, con muy atinada razón, la importancia de
la enseñanza de las matemáticas en la formación científica, y ejemplifican
cómo un experimento científico de tipo dicotómico puede ser diseñado con la
posibilidad de obtener datos métricos mensurables que permitan el
conocimiento de relaciones y regularidades de fenómenos gracias a las
matemáticas.
El bibliotecólogo al utilizar el método científico realiza observaciones a su
objeto de estudio, que le aportan información también de carácter dicotómico,
o sea de todo o nada, sí o no, que lo ponen en la misma disyuntiva que la de
un científico. Si se establece una analogía con el ejemplo de las autoras
antes citadas, podemos analizar en nuestra actividad las interrogantes
siguientes: ¿se compra o no de terminado documento?; ¿se aumenta el
número de asientos en el área de consulta?; ¿se amplía el horario de
servicios? entre otras preguntas que también pueden ser formuladas en la
búsqueda de información para la toma de decisiones referente a estos
aspectos. Todos ellos determinados en última instancia por el factor
financiero, que en ocasiones se convierte en otra pregunta dicotómica en una
segunda etapa de la decisión ¿se cuenta o no con los recursos financieros
para tomar la decisión?
Mediante la información obtenida a partir de una interrogante de tipo
dicotómico se puede determinar si es necesaria o no cada una de estas
observaciones, pero no podrá conocer en qué medida o dimensión se debe
manifestar tal decisión.
De ahí que si el bibliotecólogo del sistema bibliotecario necesita información
sobre el comportamiento de las necesidades identificadas, deberá analizar el
conjunto de variables que intervienen en cada decisión que ha de tomarse,
de manera que pueda obtener datos métricos que contribuyan a conocer la
estructura y dimensión de cada fenómeno analizado.
Por esto se tendrá que recurrir a las matemáticas para obtener un
conocimiento más completo del fenómeno que quiere analizar, es decir, para
poder decidir no sólo si aumenta el número de asientos, sino también en
cuántos los aumenta; si amplía el horario de servicio, pero en cuánto y en
qué sesiones.
Esta práctica, sobre el conocimiento de los fenómenos, procesos y tareas de
la actividad bibliotecaria, requiere cada vez, con mayor urgencia, de la
utilización de conocimiento originado en las matemáticas, para poder formular
11
12. cada uno de ellos en términos cuantitativos, así como conocer el
comportamiento de sus variables y las relaciones que se establecen entre
éstas.
Resulta comprensible entonces, entender la definición que los matemáticos
dan a su disciplina, cuando afirman que la matemática: “es la ciencia de los
modelos, considerada como un ente que de cuyo comportamiento se puede
derivar el comportamiento de un fenómeno o sistema” (Herrera, 1997).
De esta definición de las matemáticas, como la ciencia de los modelos,
emerge la interrogante ¿qué es un modelo matemático? Según Luisa
Redondo, “un modelo matemático es el prototipo de forma idealizada, por lo
tanto es un objeto abstracto, que por analogía y síntesis representa el
fenómeno o proceso y para conseguirlo toma las características que se
consideren más importantes de una realidad objetiva, entre las que deben
estar presentes, directa o indirectamente, las esenciales del caso concreto”
(Redondo Botella, 1990, p. 97).
Un acercamiento y entendimiento de los bibliotecólogos y especialistas de la
información a estos conceptos abre ante sí un campo infinito en la
evaluación, análisis, sistematización y difusión de la información en las
bibliotecas y otras instituciones de información. De incursionar el
bibliotecólogo en la práctica y sistematización de las matemáticas a la gestión
bibliotecaria, contribuiría con ello a enriquecer el lenguaje formal de su
disciplina y alcanzaría mayores niveles de eficiencia en la institución en que
se desempeña como profesional.
LA MODELACIÓN MATEMÁTICA DE LA ACTIVIDAD BIBLIOTECARIA
Si revisamos toda la literatura disponible y especializada en la utilización de
métodos cuantitativos a los procesos y tareas que se realizan en una
institución bibliotecaria o de información, podemos inferir, con extrema
claridad, que la modelación matemática ofrece al bibliotecólogo o especialista
en información una herramienta adicional para identificar comportamientos en
una biblioteca.
Sin embargo, sería limitado entender que estos comportamientos pudieran
referirse a comportamientos puramente matemáticos, debido a que en
ocasiones, por medio de esta valiosa herramienta se pueden llegar a
identificar elementos de pronóstico y simulación de todos y cada uno de los
procesos y tareas que se realizan en la actividad bibliotecaria y con ello al
surgimiento de una ley o postulado teórico, que sin el uso de la matemática
no se hubiera resuelto.
Uno de los primeros modelos que se identificó en la actividad bibliotecaria fue
el comportamiento matemático sobre la distribución de artículos por títulos de
revistas, es decir, el modelo matemático de Bradford, en 1934. Con este
modelo, Bradford expresó cuantitativamente la relación de proporcionalidad
que se daba en la distribución de títulos entre las clases o zonas en que
dividió las muestras seleccionadas por él, sobre lubricación y geofísica
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13. aplicada, proporcionalidad que formuló matemáticamente con el modelo
siguiente: 1 : n : n2 (Bradford, 1948 p.116) (véase también Gorbea, 1996, pp.
13 - 31).
Este modelo matemático, aunque hoy representa uno de los modelos
clásicos de la bibliometría, puesto que se emplea la mayoría de las veces
para identificar la regularidad de la concentración/dispersión que se observa
en los flujos de información documental, tuvo su origen en el interior de una
biblioteca y las causas que lo motivaron estaban asociadas a la toma de
decisiones en materia de adquisición, pronóstico, planificación de indización y
compilación de información bibliográfica.
En este modelo y en otros clásicos de la bibliometría se conjugan los dos
comportamientos identificados, anteriormente, en el proceso de la
modelación matemática, es decir, el que va dirigido a identificar
comportamiento matemático que se traduce en leyes o teorías y el que se
orienta a analizar elementos de pronóstico y simulación de determinados
procesos y tareas dentro de una biblioteca.
Cabe destacar que la mayoría de las formulaciones matemáticas que se han
utilizado en la actividad bibliotecaria han estado orientadas, en sentido
general, al pronóstico y planificación de la gestión bibliotecaria y, en particular
a la evaluación y pronóstico de la circulación o préstamo de documentos, de
las colecciones o fondos de información o al de la eficiencia del sistema
bibliotecario, destacándose significativamente los procesos de circulación o
préstamo y el de evaluación de colecciones, con el propósito de medir su
crecimiento y la intensidad con que éstos se usan.
El creciente interés que ha alcanzado el análisis cuantitativo de las
colecciones y la circulación de documentos se debe a que las colecciones, en
el sentido más amplio, constituyen la base y el medio fundamental de los
servicios bibliotecarios y de información, es el principal recurso que alimenta
el resto de los procesos y tareas bibliotecarias y la correspondencia entre la
colección y las solicitudes de los usuarios constituye la vía principal para
comprobar la efectividad de las colecciones, en función del servicio
bibliotecario.
Esta relación o correspondencia que se manifiesta entre la dinámica de las
colecciones y el uso que los usuarios hacen de ella ha constituido el centro
de preocupación para los que se han adentrado en la modelación matemática
de la actividad bibliotecaria.
Sin embargo, las representaciones matemáticas relacionadas con el estudio
de las colecciones y su uso son sólo un tenue ejemplo de todo lo que
matemáticos y bibliotecólogos han hecho y pueden seguir haciendo en este
ámbito, con el interés
de obtener una aproximación cuantitativa a la actividad bibliotecaria, que
ayude a la comprensión y pronóstico de todo lo que sucede en el interior de
la biblioteca y de su relación con el entorno social al cual pertenece.
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14. Fue precisamente un bibliotecólogo con formación matemática quien al
observar el desarrollo que había alcanzado la aplicación de métodos y
modelos matemáticos a la actividad bibliotecaria, propuso el nombre de una
especialidad que se distinguía dentro del cuerpo de conocimientos de la
bibliotecología.
Librametry (Bibliotecometría)
En 1948 Ranganathan, al comentar una ponencia de Bernal en la
Conferencia Anual de la ASLIB en Leamington, Inglaterra, empleó, por
primera vez, el término Li brametry (Ranganathan, 1969, p. 286).
Este término traducido al español como bibliotecometría ha sido empleado
por Morales en 1988 y por Setién y Gorbea en 1990, aunque con objetivos
diferentes en cada trabajo; en este último se define como:
[...]la aplicación de métodos y modelos matemáticos al estudio de los
fenómenos propios de la actividad bibliotecaria con el fin de caracterizar el
comportamiento de los componentes que integra la actividad y las tendencias
que se presentan en el uso de las bibliotecas y sus fondos.
Este término olvidado en medio de la pirotecnia semántica surgida en los
últimos tiempos, en los estudios métricos de la información, es también
reivindicado en otro trabajo de Gorbea en 1990, en el que se diferencia de
otras especialidades métricas como la Bibliometría, la Informetría, la
Cienciometría, pero de forma no hegemónica, al contraponerse al criterio
planteado por algunos autores que han pretendido atribuirle a cada uno de
estos términos un enfoque absolutista (Gorbea, 1994, p. 24).
En el trabajo antes referido tal diferenciación y definición se sustenta sobre la
base de los aspectos señalados por Ranganathan, aunque cabe destacar
que él no hizo una definición exacta sobre el término, sin embargo en el
análisis e interpretación de sus aplicaciones se puede observar que esta
especialidad métrica se refiere a los estudios cuyos resultados contribuyen al
desarrollo de la actividad bibliotecaria, en tanto caracterizan el
comportamiento de los componentes que integran esta actividad y las
tendencias que se presentan en el uso de las bibliotecas y sus colecciones.
Ranganathan identificó que el análisis matemático y estadístico constituía
una tecnología clave en el desarrollo y pronóstico de la actividad bibliotecaria,
al igual que otras disciplinas científicas que habían desarrollado
especialidades tales como la biometría, la econometría, la psicometría, la
sociometría, entre otras.
En 1969, en el Seminario Anual del Centro de Documentación para la
Investigación y Entrenamiento (DRTC), en Bangalore, India, Ranganathan
presentó una discusión sobre cómo había aplicado las técnicas
bibliotecométricas en el diseño y organización de diferentes procesos y
servicios de la actividad bibliotecaria en la Universidad de Madras.
14
15. Su problema inicial consistía en diseñar la construcción de la biblioteca de
esta universidad, para lo cual utilizó un enfoque modular, a través del cual
cuantificó información referida a los libros, los lectores y el espacio necesario
para las funciones de la biblioteca.
En este estudio cuantificó información antropométrica sobre las
características de los usuarios, el espacio entre los estantes y el ancho de los
mismos, a fin de considerar aspectos tales como la comodidad y postura de
los lectores en el diseño de las sillas y las mesas para la sala de lectura, así
como la circulación entre los estantes, debido a que consideró el tipo de
estantería abierta y los flujos de circulación de documentos y usuarios en los
horarios pico. De esta manera, Ranganathan cuantificó todas y cada una de
las variables seleccionadas en su estudio de acuerdo con los requerimientos
del sistema de servicio esperado.
No obstante a que Ranganathan acuñó y discutió consistentemente el
término Librametry, como ya se señaló anteriormente, no precisó una
definición exacta del mismo. En 1985 Sengupta definió Librametry como “El
análisis cuantitativo de los procesos o facetas de la actividad bibliotecaria y
de los documentos de la biblioteca, mediante la aplicación del cálculo
matemático y estadístico para solucionar los problemas de la biblioteca”
(Sengupta, 1992, p.87).
Esta definición apoyada por supuesto en los aspectos que Ranganathan
había formulado bajo este término denota que esta especialidad métrica no
sólo hace referencia a la actividad bibliotecaria en su conjunto, sino que se
ocupa del análisis cuantitativo de todos los procesos y tareas en los que
intervienen los documentos en una biblioteca.
Lo anterior se puede constatar a partir del inventario de procesos y tareas, ya
que Ranganathan (y relacionadas por el propio Sengupta en el documento de
referencia) sostiene que las técnicas bibliotecométricas pueden ser muy
provechosas, por que:
1. Determinan la plantilla óptima del personal de la biblioteca y su adecuada
distribución en las diferentes secciones.
2. Despliegan al personal de la biblioteca de manera tal que pueda resolver
las preguntas de referencia durante los diferentes horarios de la biblioteca.
3. Sistematizan la circulación de los documentos de la biblioteca.
4. Desarrollan y organizan los sistemas de las bibliotecas locales, estatales,
regionales y nacionales.
5. Determinan el tamaño óptimo de un servicio de biblioteca.
6. Diseñan la construcción del edificio de la biblioteca de acuerdo con el
tamaño requerido y el mobiliario adecuado.
7. Distinguen los ser vicios de las bibliotecas de internados.
8. Analizan las preguntas de los lectores.
9. Modernizan el sistema de adquisición mediante el análisis de los tipos de
documentos requeridos en la biblioteca.
10. Determinan la secuencia más satisfactoria para la clasificación de macro
y micro documentos.
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16. 11. Prueban la exactitud de los registros de los catálogos por las técnicas de
muestreo.
12. Aseguran la selección adecuada de los documentos en la biblioteca.
De la observación de estas aplicaciones se puede deducir que los estudios
bibliotecométricos ayudan a la generación de nuevos conocimientos sobre la
organización y sistematización de los sistemas bibliotecarios, en tanto que
constituyen una valiosa herramienta en la medición cuantitativa del costo, la
efectividad y el conocido análisis de costo/beneficio en la inversión que se
realiza en la actividad bibliotecaria.
Las aplicaciones métricas de Ranganathan al diseño de los sistemas
bibliotecarios demuestran también que la bibliotecometría no sólo se refiere a
la evaluación de procesos y tareas de la actividad bibliotecaria, con el interés
de identificar el comportamiento económico en el funcionamiento de la
misma, sino también que es una importante herramienta en el diseño y
arquitectura de edificios y servicios bibliotecarios, en el desarrollo de las
colecciones e inclusive del modo en que se organizan los espacios y se
distribuyen los muebles para un mejor funcionamiento del sistema.
Pero es bueno reconocer que en la actividad bibliotecaria han quedado un
poco olvidadas aquellas aplicaciones métricas que Ranganathan, tan
intensivamente, empleó en la biblioteca de la Universidad de Madras, a
excepción de un trabajo publicado por Booth en 1969, quien utilizó en un
estudio sobre la geometría de las bibliotecas los elementos espaciales
propuestos por Ranganathan, pero esta vez considerando la frecuencia de
uso de cada libro en la biblioteca (Booth, 1969, p. 28). Para ello, este autor
dispuso los libros más prestados a menor distancia del mostrador de
préstamo y viceversa, con estos arreglos de distribución espacial y de
acuerdo con la frecuencia de uso pudo incrementar la eficiencia en el acceso
en diez veces a la existente.
En la actualidad, la tendencia de la modelación matemática a la actividad
bibliotecaria se centra en la preocupación por la eficiencia y rentabilidad de
los sistemas bibliotecarios, de ahí que la orientación fundamental de este tipo
de estudios vaya dirigida a conocer y pronosticar la circulación y uso de los
documentos, evaluación y optimación de las colecciones y, por supuesto, el
ya mencionado análisis costo/beneficio entre la inversión de recursos y la
satisfacción del usuario en términos de relevancia o pertinencia de la
información suministrada, mediante determinado servicio.
Lo anterior se debe a que en la biblioteca, al igual que en otras esferas de la
economía, el almacén, o depósito en este caso, resulta un recurso clave en la
gestión de todo servicio, y una de sus principales inversiones. Como ya se
señaló anteriormente es la base y el medio para satisfacer las necesidades
de los usuarios, por lo que del comportamiento que presente su uso se
constituirá la base que pronosticará en cierta medida la eficiencia en la
inversión de este recurso, es decir, de la colección y por consiguiente de su
correspondencia con las necesidades del lector o usuario.
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17. En este sentido Fussler y Simon en 1969, citados por Burrell y Fenton (1994,
p.101) señalan que “la mejor y única forma de pronosticar el uso futuro de los
libros es a través del análisis del uso previo que se ha hecho de ellos”. Es
evidente
que para que esto se cumpla, la biblioteca deberá contar con un adecuado y
eficiente sistema de información y control sobre el uso de los documentos,
así como disponer de estadísticas confiables que garanticen un reflejo
objetivo del uso que se hace de los documentos.
La variación en el uso que presentan los libros en una biblioteca, así como
los usuarios que los solicitan y usan, hace que los modelos más utilizados en
esta evaluación sean los de tipo probabilístico o estocástico, y son aquellos
modelos que presentan la peculiaridad de que tanto las variables que forman
parte de las ecuaciones, como las de la función objetivo sean variables
aleatorias.
Uno de los primeros modelos desarrollados para el estudio del
comportamiento del préstamo de documento fue el modelo Markov-Poisson
utilizado por Morse en 1968.
En este trabajo, Morse describe con detalle un modelo matemático simple
para los procesos de préstamo a partir de supuestos que señalan:
• El número de veces que es usado un documento (en un año) de una
de terminada clase temática siga una distribución de tipo Poisson.
• El uso que reciben los documentos año por año tienen una ocurrencia
acorde con una cadena de Markov (Burrell, 1986, p.115).
A partir de estos supuestos, Morse formula su modelo conocido como el
modelo mezclado de Markov-Piosson, mismo que más tarde es desarrollado
por Chen y el propio Morse, en 1976, con el propósito de modificarlo y
hacerlo más sencillo, y cuya referencia más cercana, en español, la
encontramos en la aplicación que Heshmatallah hizo de este modelo, a la
biblioteca del ITAM (Heshmatallah, 1988 p. xiii).
Uno de los autores contemporáneos que más ha estudiado los problemas en
la circulación, préstamo y uso de las colecciones es, sin lugar a dudas,
Quentin Burrell, quien en uno de sus primeros trabajos propone un modelo
estocástico simple para los préstamos de documentos en la biblioteca.
Este modelo lo sugiere el autor a partir de la observación que hace sobre la
historia del préstamo externo de un libro en un período dado, las variables
observadas en su modelo son: a) fecha de su adquisición b) fecha en que es
prestado por primera vez c) veces que ha sido prestado d) veces que ha sido
devuelto e) veces que ha sido solicitado por otros lectores, a los que no se
les ha prestado; todas ellas correlacionadas con la variable tiempo son
variables en cantidades imprevisibles.
Los resultados de la aplicación de este modelo le ayudan a plantear a Burrell
que la distribución de la circulación observada en una biblioteca es de tipo
17
18. geométrica simple, es decir, según Firthorne, citado por Setién (1991, p. 26)
“que la variable independiente crece en forma geométrica y la dependiente en
forma aritmética.”
Ello se debe a que los documentos de una colección tienen diferentes niveles
de popularidad y que la distribución de esa popularidad es un exponente
negativo.
Esta variación negativa de la popularidad conlleva a que la mayoría de los
libros lleguen a alcanzar el cero uso, categoría ésta definida por el propio
autor, debido al nivel de obsolescencia que pueden alcanzar los documentos.
La formulación matemática de este modelo puede ser consultada en la
versión original del artículo de Burrell (1980, p.119), en el de Hindle and
Worthington (1980, p.210), en éste con una propuesta de modelo alternativo
al de Burrell, y en el de Setién (1991, p.26), que incluye su aplicación al
comportamiento de bibliotecas públicas cubanas y lo presenta como:
Al trabajo de Burrell le sucedieron varios del mismo autor, Burrell (1982),
(1985), (1986), (1987), (1988), Brawnsey and Burrell (1986) y Burrell (1990),
(1994). Todos dirigidos a conocer el pronóstico sobre la circulación de los
documentos en una biblioteca. En cada uno se observan modificaciones al
modelo que le antecede, así como la introducción de nuevos conceptos para
la medición de este fenómeno, entre los que se pueden mencionar:
• El comportamiento de las distribuciones de frecuencia de la circulación
de documentos varía en función del tamaño de éstas y del período
utilizado (Burrell, 1982).
• La influencia que ejerce el envejecimiento de los documentos en el
comportamiento de la circulación (Burrell 1985, 1986, 1987).
Pero no todo lo publicado por Burrell acerca de sus modelos y variaciones ha
recibido aceptación entre los especialistas en estos temas; una de las
primeras críticas que se hizo sobre su trabajo, la publicaron Hindle y
Worthington (1980), en un artículo donde señalan las deficiencias del modelo,
mientras que Bagust (1983), en una aplicación que hace de los modelos de
Burrell a las bibliotecas públicas de Gran Bretaña, resume que los modelos
de Burrell, sobre la circulación
18
19. de documentos en una biblioteca, soportan tres proposiciones:
• Que la frecuencia de préstamo de un libro en una colección es un
proceso de tipo Poisson.
• Que el comportamiento “deseable” de los libros en una colección está
gobernado por determinada distribución probabilística (originalmente
exponencial negativa).
• Que cualquier colección puede contener una clase de libros, los cuales
pueden ser considerados como muertos, en términos de su circulación
(denominada como la clase cero).
Más adelante este autor señala que: “los postulados de Burrell involucran
hipótesis que derivaron en conclusiones engañosas, debido a que contrasta
información “conveniente” en la construcción de su modelo, lo que le hace
caer en su propia trampa” (Bagust, 1983, p.24).
Por su parte, Setién, en el trabajo antes citado (1991, p. 28), demuestra que
el modelo matemático de Burrell no se ajusta a los datos de las bibliotecas
públicas cubanas, debido a que Burrell considera relativamente estables las
tasas de préstamo por volúmenes, similar situación presentan los modelos
propuestos por Leimkuhler y Cooper (1971) sobre el crecimiento de los
fondos bibliotecarios y las tasas de desuso del fondo por obsolescencia,
aspectos éstos que no se presentan en las muestras estudiadas por Setién.
Desde 1971, Leimkuhler y Cooper proponen un conjunto de modelos
analíticos para la toma de decisiones en materia de planificación de
bibliotecas, mediante el análisis de los aspectos relacionados con el costo, el
crecimiento exponencial y la obsolescencia de un fondo bibliotecario y sus
efectos sobre su adquisición, almacenamiento y circulación, además de
formalizar uno general para el análisis costo/beneficio de la biblioteca.
En este trabajo, estos autores presentan un modelo (uno de los más citados
en materia de modelación matemática de biblioteca) de costo para un
sistema de almacenamiento de información, cuya fórmula se representa
como:
Donde:
K(T) = al costo total de almacenamiento de un documento por un período t
expresado en años.
k1 = al costo inicial de adquisición del documento
k2 t = al costo de almacenamiento, el cual se relaciona linealmente con el
período
de retención del documento, sin ser prestado.
K3 u( t) = al costo de uso, el cual es proporcional al número de veces que ha
sido usado el documento durante el período t.
19
20. Este modelo, al igual que el de Burrell, representa una distribución
geométrica simple, en la que la variable independiente, es decir, el costo del
almacenamiento, crece geométricamente y la dependiente, el uso, crece
aritméticamente. El costo de adquisición y el volumen del fondo almacenado,
por lo general, presentan un crecimiento exponencial que encarece el costo
de almacenamiento si su uso no se manifiesta en la misma dimensión.
Ese crecimiento exponencial de la colección le sugiere a los autores un
modelo simple que puede ser representado como:
Estos análisis de costo sobre la base del crecimiento y el uso o circulación de
los documentos en un fondo bibliotecario los induce a la presentación de un
modelo generalizado de análisis costo/beneficio sobre la operación de toda la
biblioteca, en función de la adquisición, el almacenamiento y el uso de los
documentos en la misma (véanse más detalles al respecto en Leimkuhler and
Cooper, 1971, pp. 390- 397).
Un señalamiento general que han recibido estos modelos, además de los ya
indicados, sobre el ajuste y generalización de estos modelos, es el
relacionado con el nivel de complejidad matemática que presentan, en el
sentido de que difícilmente un bibliotecario puede utilizar estas herramientas,
si no cuenta con una adecuada preparación en el dominio de las
matemáticas.
En ocasiones, la biblioteca y la actividad bibliotecaria en su conjunto han sido
objeto de analogías con procesos industriales, empresas de servicios y
almacenes
inventariados, con una dinámica de entrada y salida similar a la de una
colección de biblioteca. Estas observaciones han dado lugar a que
especialistas en la modelación matemática, de la economía o la industria,
hayan aplicado leyes y modelos estadísticos a la gestión bibliotecaria.
Un ejemplo de lo anterior es el de Trueswell, quien destacó que la conocida
Regla o Ley de distribución estadística 80/20, utilizada inicialmente para
identificar una regularidad estadística existente en los almacenes de
productos industriales, podía ser aplicada también con muy buenos
resultados al almacén de biblioteca (todo el fon do de información o una de
sus colecciones). En este sentido postuló que:
20
21. El 80% de los movimientos del total de libros que circulan en una biblioteca
es satisfecha aproximadamente con el 20% del total de libros inventariados
en esa biblioteca, que aparecen disponibles para su circulación (Trueswell,
1969, p. 458) (véase también Burrell, 1985, p. 24).
Este método que en ocasiones ha sido denominado también como 75/25, con
la misma interpretación, fue aplicado posteriormente por este autor a los
artículos de revistas, para medir aspectos relacionados con la
concentración/dispersión de artículos de re vistas.
Asociadas con la analogía entre la biblioteca y la gestión empresarial e
industrial, así como al desarrollo alcanzado por los controles económicos y la
mercadotecnia, muchas de las interpretaciones y aplicaciones matemáticas a
los procesos bibliotecarios, han estado dirigidas hacia la evaluación de la
eficiencia, la calidad y el análisis costo/beneficio que caracterizan el
funcionamiento de la actividad bibliotecaria.
El comportamiento de la modelación matemática a la biblioteca ha cubierto
una gama muy diversa de métodos y modelos matemáticos y estadísticos,
con énfasis en los modelos probabilísticos y estocásticos, así como casi
todos los procesos y tareas que se realizan en una biblioteca. Han surgido
modelos muy específicos para medir un determinado proceso y otros muy
generales para medir la actividad en su conjunto, como el modelo general
propuesto por Leimkuhler y Cooper en el trabajo antes citado, sobre el
análisis costo/beneficio de la operación de toda la biblioteca.
Una sustentada crítica, fundamentada en el no ajuste de las muestras
utilizadas, sobre el comportamiento de las bibliotecas públicas cubanas,
induce a Setién (1995), a proponer un nuevo modelo que se ajuste a esa
realidad, muy diferente de las evidencias empíricas observadas, por autores
como Burrell y Leimkuhler, en bibliotecas inglesas y que sirvieron para la
comprobación de sus modelos.
El modelo propuesto por Setién constituye la referencia más actual en
nuestra región sobre la modelación integral de la operación de una biblioteca
en desarrollo, en el que se “integran los elementos esenciales de la actividad
bibliotecaria, en términos de promedio por bibliotecario” (Setién, 1995, p.14).
Para la argumentación teórica de este modelo de comportamiento de las
bibliotecas públicas cubanas y de su índice representativo (IC), Setién se
basó en propuestas anteriores como las de Rubakin y Medinski, Balika,
Stoljarov y la de Rzasa y Baker. Mientras que su justificación matemática la
sustenta en lo factible de utilizar los números índices en el análisis del
comportamiento de una biblioteca, mediante la comparación de las variables
esenciales que describen sus funciones y recursos principales, y de acuerdo
con la definición de Spiegel, citado por Setién (1991, p. 29), en tanto que
define a los números índices como “una medida estadística que tiene por
objeto mostrar los cambios en una variable o grupo de variables relacionadas
entre sí , con respecto a tiempo, lugares y otras características.”
21
22. Para más información sobre el origen, desarrollo y formulación matemática
de este modelo consultar Setién, 1995 pp. 12- 16, véase también el trabajo
presentado por el autor en el Seminario-Taller de referencia y publicado en
este mismo número.
Entre otras aplicaciones matemáticas, además de la que acabamos de
describir, orientadas a evaluar bibliotecas de acuerdo con su tipo, es decir,
públicas se puede enmarcar el trabajo ya citado de Bagust (1983) (un modelo
para la circulación) y académicas como el de Mitchel et al. de 1994, sobre la
evaluación de la biblioteca académica.
CONSIDERACIONES FINALES
La aplicación de las matemáticas a las actividades bibliotecaria y de
información constituye un nivel de profundización y especialización de los
profesionales vinculados a estas actividades, muestra de ello es el
surgimiento de especialidades métricas en las ciencias bibliotecológica y de
la información como por ejemplo: la bibliometría, la bibliotecometría y la
informetría.
La matematización de los fenómenos sociales estudiados por la
bibliotecología, como por ejemplo el uso de la información, así como la
aplicación de métodos y modelos matemáticos a las actividades bibliotecaria
y de información no deberá convertirse en el fin primordial de éstas, al igual
que ocurre con la tecnología de cómputo u otra herramienta, sin embargo, el
bibliotecólogo o especialista en información que pueda contar con
herramientas matemáticas y estadísticas en el estudio o desempeño de sus
funciones, ya sea como gestor, docente o investigador en esta rama del
conocimiento, tendrá ante sí un mundo infinito y casi
inexplorado, que de llegar a dominarlo no sólo podrá contar con una
información más objetiva para la toma de decisiones, sino que con ello estará
contribuyendo también al desarrollo del cuerpo teórico de la disciplina.
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24
25. CONCEPTOS MÉTRICOS EN LAS DISCIPLINAS BIBLIOTECO-
INFORMATIVAS
EMILIO SETIÉN QUESADA
SALVADOR GORBEA PORTAL
Introducción
Los conceptos métricos en disciplinas biblioteco-informativas tienen una larga
historia en la literatura de la especialidad. Han sido tratados y definidos, entre
otros, por S. R. Ranganathan (1). A. Pritchard (2), O. Nacke (3) y M. Morales
(4), en esta y otras obras se reconoce que los conceptos métricos
biblioteco-informativos surgen como resultado de la matematización de las
disciplinas biblioteco-informativas, mediante la aplicación de métodos y
modelos matemáticos en forma reproductiva a los objetos de estudio de esas
disciplinas. Sin embargo, en las obras mencionadas no se hacen explícitos
los rasgos esenciales que diferencian a dichos objetos de estudio; no se
aclaran, por tanto, los límites y puntos tangenciales de las disciplinas que los
estudian y, consecuentemente, no se puede inferir las vías del proceso de
matematización en cada una de ellas.
Este trabajo se propone exponer algunos criterios que permitan interpretar
metodológicamente los conceptos “bibliometría”, “informetría” y
“bibliotecometría”, como conceptos relacionados con los aspectos métricos
de las actividades biblioteco-informativas estudiados por la Bibliografología, la
Ciencia de la Información y la Bibliotecología.
Disciplinas Biblioteco-informativas (5)
La Bibliografología, la Ciencia de la Información y la Bibliotecología se
definen como disciplinas particulares de las ciencias sociales, eminentemente
clasistas y partidistas, en tanto aplican el método materialista dialéctico al
estudio de las propiedades, la esencia, las leyes, los principios, la estructura,
el contenido, la forma, los objetivos y el carácter de las actividades
bibliográfica, científico informativa y bibliotecaria respectivamente.
La conformación de las disciplinas biblioteco-informativas, concebidas en los
términos precedentes, sólo fue posible después del triunfo de la Gran
Revolución Socialista de Octubre, cuando surgió la necesidad de nuevos
enfoques teóricos acordes con las funciones destinadas a satisfacer las
demandas informativas de la sociedad naciente. Tienen su fundamento en el
pensamiento leninista. A la definición casi general ofrecida en el párrafo
anterior deben añadirse algunas particularidades.
La Bibliografía es la rama del conocimiento que elabora los métodos y
medios del trabajo bibliográfico, la ciencia social que trata sobre la estructura
y propiedades de la información bibliográfica, las regularidades de los
procesos de su creación, difusión y utilización. Aunque la palabra
"bibliografía" se utiliza con frecuencia para designar esta rama del saber, en
25
26. la mayoría de los casos se comprende bajo este término el resultado del
trabajo bibliográfico. Este fenómeno polisémico es contrario a las exigencias
del lenguaje científico. Para resolverlo, algunos autores designan a la
disciplina que estudia la actividad bibliográfica como Teoría de la Bibliografía
o Ciencia Bibliográfica. Otros prefieren denominarla Bibliografología, aunque
existen quienes se oponen a esta práctica, porque no es generalizada. No
obstante, en este trabajo se utiliza esa última denominación porque evita la
polisemia, permite una formulación sintética de la disciplina (un solo vocablo)
y responde etimológicamente al sentido que esta tiene: ciencia (logos) de la
descripción (graphein) de los libros (biblion).
La estructura de la Bibliografología incluye especialidades tales como las
siguientes:
Teoría de la Bibliografía
Bibliografía general
Historia de la actividad bibliográfica
Organización de la actividad bibliográfica
Bibliografía especializada
Bibliografía recomendada
Fuentes bibliográficas
Metódica de la compilación bibliográfica
Bibliometría.
La Ciencia de la Información es la disciplina que estudia la estructura y cualidades
generales (no el contenido) de la información conocimiento. Investiga las leyes
objetivas y regularidades del sistema de comunicación social que tiene por
contenido esa información (la actividad científico-informática), así como los procesos
de su generación, registro, trasmisión, obtención, transformación lógica y utilización,
con el objetivo de crear sistemas capaces de proporcionar a cada etapa del trabajo
creador la información necesaria en la forma y cantidades adecuadas. Es la más
joven de las tres disciplinas estudiadas. Su proceso de formación y desarrollo, y las
múltiples relaciones que se establecen entre ella y otras disciplinas científicas,
especialmente las disciplinas tecnológicas, conducen a la identificación de una
organización basada, hasta el presente, en especialidades que surgen de los puntos
de contacto con otras disciplinas:
Problemas generales y Teoría de la Ciencia de la Información;
Tecnología de la información;
Psicología de la información;
Lingüística documentaria;
Dirección y economía de la información;
Sociología de la información;
Servicios de información;
Pedagogía de la información. Formación profesional y formación y
educación de usuarios;
Informetría.
La Bibliotecología socialista elabora las bases teóricas del uso social del
fondo bibliotecario. Su problema teórico fundamental es la investigación de
26
27. las leyes de la actividad bibliotecaria como campo de la actividad ideológica,
cultural-educativa y científico-informativa, que satisface las demandas de
documentos por parte de la población, a través de las bibliotecas. Su
estructura comprende las especialidades siguientes:
- Bibliotecología general;
- Fondos bibliotecarios;
- Catálogos bibliotecarios;
- Trabajo con los lectores;
- Biblioteconomía;
- Bibliotecografía;
- Tecnología bibliotecaria;
- Pedagogía bibliotecaria;
- Psicología bibliotecaria;
- Sociología de la lectura;
- Bibliotecometría.
Las especialidades métricas biblioteco-informativas
La Bibliometría, definida en 1969 por Alan Pritchard (2), consiste, según la
concepción que ahora se sustenta, en la aplicación de métodos y modelos
matemáticos al estudio de los fenómenos propios de la actividad bibliográfica con el
fin de determinar el comportamiento de los componentes que integran esa actividad.
Comprende, asimismo, el análisis de los registros que se producen en ella y de las
relaciones existentes entre las partes de esos registros, con el objetivo de reflejar la
estructura de los repertorios bibliográficos y las tendencias que se producen en las
esferas del conocimiento reflejados en tales repertorios.
Los métodos bibliométricos relacionados con el análisis de los registros
bibliográficos son de dos clases: la que corresponde al estudio de las referencias
bibliográficas como tales y la que se destina al análisis de las referencias utilizadas
como citas.
En el primer caso se estudian las referencias propiamente a partir de sus variables y
apoyado fundamentalmente en los tipos de análisis cuantitativo y cualitativo,
propuestos por G. P. Zacutina y V. K. Priyenikova en su metodología para el análisis
de los flujos de información documentaria (6). Estos tipos de análisis revelan el
comportamiento de las características del flujo de información documentaria en una
temática determinada, según las variables seleccionadas.
En el segundo caso, han de relacionarse las referencias con los autores y fuente
donde aparecen citados y, metodológicamente, se utiliza el tipo de análisis de la
comunicación científica, el tercer tipo propuesto por las autoras antes señaladas en
su obra. Con este análisis se obtienen resultados que corresponden al punto
tangencial de la Bibliografología con la Ciencia de la Información, puesto que los
estudios sobre comunicación científica pertenecen a esta última.
Las variables bibliométricas se dividen en dos grupos las que se refieren a la
actividad bibliográfica en general y las que se refieren a sus productos.
27
28. Estas últimas son las de uso más generalizado. Se emplean comúnmente como
punto de partida de los estudios de las tendencias presente en los flujos de
información documentaria. En esos estudios se emplean como variables la mayoría
de los elementos que integran el asiento bibliográfico: autores, lugar y fecha de
publicación, editor, temática. Se emplean también otros elementos que pueden
inferirse de los registros: tipo y cantidad de autores, tipo de documento, idioma de
publicación. Estas variables se utilizan para determinar tendencias en la producción
de documentos sobre una rama dada del conocimiento, mediante la identificación de
autores, entidades, lugares y temáticas más productivos en distintos períodos;
tipología de los documentos, nexos informativos. Todo componente del asiento
bibliográfico puede ser utilizado como variable bibliométrica. Su empleo está
determinado por las características del repertorio que se utiliza y por los objetivos de
la investigación.
Entre las variables bibliométricas que se refieren a la actividad bibliográfica como un
todo, se encuentran las que permiten describir la esencia de esa actividad y que
representan a los elementos que se identifican mediante el análisis de la
contradicción fundamental que determina su desarrollo.
La contradicción fundamental de la actividad bibliográfica se presenta entre los
repertorios bibliográficos y la demanda de información sobre documentos. Los
repertorios bibliográficos constituyen la expresión de los criterios que tienen los
bibliográficos sobre el contenido y la estructura que deben adoptar esos repertorios.
La demanda de información sobre documentos expresa los intereses informativos
de los usuarios. La información bibliográfica que se ofrece contribuye a la definición
más precisa de esos intereses. Es, precisamente, a través de la información
bibliográfica que se establecen los nexos entre los criterios de los bibliógrafos y los
intereses de los usuarios. Los criterios de los bibliógrafos y los intereses de
información bibliográfica de los usuarios están influidos por las características del
ciclo de circulación social de los documentos. En ellos influyen especialmente las
características de la etapa correspondiente a la creación de documentos de ese
ciclo, puesto que la actividad bibliográfica, en sentido amplio, comprende también
los documentos que no han sido publicados ni difundidos, como son los de archivo.
Por tanto, las etapas de producción y difusión del ciclo de circulación social del
documento sólo determinan parcialmente en esta actividad, aunque con mucho
peso, puesto que la mayoría de las bibliografías se compilan a partir de documentos
publicados. El comportamiento de la contradicción fundamental de la actividad
bibliográfica está determinado, en última instancia, por las condiciones económicas,
políticas, históricas y culturales que prevalecen en la sociedad.
La descripción presentada anteriormente permite identificar, como elementos
esenciales, los que se designan por las variables siguientes:
- Bibliógrafos
- Repertorios bibliográficos
- Información bibliográfica
- Usuarios de la información bibliográfica.
Todos esos elementos son susceptibles de medición (cantidades de
bibliógrafos, de registro que integran los repertorios bibliográficos, de
28
29. referencias bibliográficas ofrecidas, de usuarios que reciben esas
referencias). A partir de ellas pueden estimarse promedios, o sea, valores
representativos del conjunto de datos que expresan la utilidad de los
repertorios bibliográficos, los hábitos de los usuarios de la información
bibliográfica, la productividad de los bibliógrafos en relación con la
información que se brinda, con los usuarios que la obtienen y con el volumen
de registros bibliográficos que se generan (5).
La Informetría, definida por O. Nake en 1979 (3), consiste, de acuerdo con la
metodología utilizada en este trabajo, en la aplicación de métodos y modelos
matemáticos al estudio de los fenómenos propios de la actividad
científico-informativa con el fin de determinar la estructura y propiedades (no
el contenido) de la información-conocimiento, mediante la definición de las
regularidades de los procesos de comunicación de esa información.
Al estudio de tal comunicación está asociado el método de análisis de citas,
universalmente conocido y utilizado. Constituye la herramienta fundamental
del mayor sistema de citación de las ciencias cuyos productos, el Science
Citation Index y el Social Science Citation Index, entre ellos, son, con sus
ventajas y desventajas, repertorios muy utilizados en este tipo de estudios.
Sirven para obtener resultados sobre los nexos y relaciones que se dan entre
autores, instituciones, países, temáticas, entidades editoras, etc., en el
tiempo y en el espacio, así como la intensidad de esas relaciones. Unido a
otros métodos y modelos matemáticos y estadísticos permite determinar los
llamados colegios invisibles y la mapificación de la ciencia en una rama dada
del conocimiento.
S. D. Khaitun, citado por Morales y otros (7), aboga por la integración de las
dos clases de métodos bibliométricos descritos en este trabajo, así como de
los tipos de análisis del flujo de información documentaria propuesto por G. P.
Zacutina y V. K. Priyenikova, mencionados en la sección anterior. Denomina
a esa integración análisis sistémico estructural del flujo de información
documentario. Este análisis permite el estudio integral del flujo de información
documentaria, así como de la intensidad en el tiempo y el espacio de las
interrelaciones de los elementos estructurales que integran el flujo. La
concepción de Khaitun corrobora la idea expuesta en párrafos anteriores
sobre el punto tangencial de la bibliografología y la ciencia de la información,
en la esfera de los estudios métricos.
Son informétricos también los métodos que se emplean en la medición de las
variables que se utilizan en la aplicación de las categorías propias del análisis
de contenido. Dada la coincidencia del análisis de contenido con las
peculiaridades del procesamiento analítico-sintético que llevan a cabo los
informadores, los métodos informétricos de este tipo son de interés común
para las Ciencias de la Información y para cualquier otra disciplina que
emplee el análisis de contenido.
Entre las variables que emplean los métodos informétricos deberían
considerarse aquellos que representan a los elementos esenciales de la
29
30. actividad científico-informativa y que se identifican en el desarrollo sujeto a
ley de esta actividad.
La contradicción fundamental de la actividad científico-informativa es la que
se produce entre la información lógica obtenida por los informadores
(investigadores) durante el procesamiento analítico sintético de los
documentos y las demandas de información no contenida en ellos, ni en su
organización. Esa demanda la presentan los investigadores teóricos,
experimentales y de campo, los creadores, dirigentes y profesores. Ambos
polos de la contradicción están condicionados por las necesidades del
proceso científico investigativo y por el carácter del problema a solucionar por
ese proceso, de acuerdo con las exigencias del desarrollo económico y
social.
En la descripción anterior se ponen de manifiesto, como elementos
esenciales, los que se pueden presentar por las variables:
- Informadores
- Información lógica
- Usuarios de la información lógica (5).
La Bibliotecometría, es definida por Morales (4) en 1988, como una
alternativa del concepto de Bibliometría. Este autor reúne en esta
especialidad los estudios métricos sobre las leyes específicas de los libros en
general y de la actividad bibliotecaria, con lo que se solapan los contenidos
de distintas disciplinas biblioteco-informativas. La bibliotecometría consiste,
según el análisis que ahora se presenta, en la aplicación de métodos y
modelos matemáticos al estudio de los fenómenos propios de la actividad
bibliotecaria, con el fin de caracterizar el comportamiento de los componentes
que integran esa actividad y las tendencias que se presentan en el uso de las
bibliotecas y sus fondos. Las variables de la bibliotecometría se dividen en
dos grupos.
El primero de ellos incluye las variables destinadas a caracterizar el
comportamiento de los componentes que integran la actividad bibliotecaria.
Entre esas variables se encuentran las que permiten describir la esencia de
dicha actividad y que representan a los elementos esenciales que se
identifican mediante el análisis de la contradicción fundamental que
determina su desarrollo.
En el caso de la actividad bibliotecaria, la contradicción fundamental es la que
se establece entre el fondo bibliotecario y la demanda, por parte de los
lectores, de documentos propios del fondo bibliotecario. Esos elementos son
la expresión de los criterios en que se basan los bibliotecarios para formar
fondos, y para orientar su uso, y de los criterios en que se basan los lectores
para seleccionar los documentos del fondo que utilizan. Ambos criterios se
ponen de manifiesto en las bibliotecas y se relacionan a través del préstamo
de los documentos. Se conforman de acuerdo con las características
concretas del ciclo de circulación social de los documentos propios de la
actividad (creación-producción-distribución-uso), bajo la acción del complejo
30
31. de factores sociales que motivan ese uso: vida familiar, sistema de
educación; vida laboral; actuación de las organizaciones políticas, sociales y
de masas y de las instituciones culturales; influencia de los medios de
información masiva. Todos estos factores actúan en consonancia con las
condiciones económicas, políticas, históricas y culturales que prevalecen en
la sociedad.
En esa descripción se identifican como variables:
- Los bibliotecarios
- El fondo bibliotecario
- Los préstamos
- Los lectores de las bibliotecas
Que pueden ser:
- Lectores que utilizan el fondo
- Lectores que están inscritos en las bibliotecas
- Lectores potenciales.
Todos esos elementos son susceptibles de medición. A partir de ellos pueden
estimarse promedios, o sea, valores representativos del conjunto de datos que
expresan la utilidad del fondo bibliotecario, los hábitos de los lectores en el uso de
ese fondo y la disponibilidad social de éste; permiten estimar, asimismo, frecuencias
relativas, proporciones, que indican el grado de participación de la comunidad en la
actividad bibliotecaria (8).
El segundo grupo de variables propias de los métodos bibliométricos corresponde a
las que permiten caracterizar tendencias en el uso de las bibliotecas y sus fondos.
Estas variables comprenden las que corresponden a la descripción de documentos,
esto es, las que reflejan las existencias del fondo bibliotecario, los préstamos y la
desiderata en términos de uno o varios de los elementos del asiento bibliográfico
(autor, lugar y fecha de publicación, editor, temática) y aquellas que reflejan la
composición de los lectores según los datos socio demográficos de sexo, edad,
escolaridad, ocupación. Comprende, asimismo, variables que permiten representar
la composición de los lectores según los objetivos que se proponen con la lectura:
docencia, investigación, producción o servicios, dirección estudio o superación,
recreación, información general, y las que permiten reflejar esa composición según
las relaciones que se mantienen con lo leído: pasivas, activas, creadoras. Permiten
estudiar las tendencias en la composición de las obras que se leen, la de los
lectores y la de los fines de lectura, así como el entrelazamiento de esas tendencias.
Permiten identificar, asimismo, el grado de correlación entre el fondo bibliotecario y
la demanda satisfecha con los préstamos y la correlación entre los lectores reales y
los lectores potenciales de las bibliotecas.
Consideraciones finales
De lo expuesto en las páginas anteriores, se infiere que el estudio de los fenómenos
biblioteco-informativos puede enfocarse desde dos puntos de vista. El que se refiere
a los documentos como objeto común de trabajo de las actividades biblioteco-
31
32. informativas, el que se refiere al comportamiento de cada una de esas actividades,
específicamente.
El primero se basa en variables que se relacionan con la descripción de los
documentos. Son variables de uso común por las disciplinas biblioteco-informativas,
pero que se emplean por ellas con fines distintos. El segundo se basa en las
variables que representan a los elementos esenciales de cada actividad, según se
identifican en el comportamiento de la contradicción fundamental que determina su
desarrollo.
Las variables que se relacionan con la descripción de los documentos se emplean
por la Bibliografología para el estudio de las regularidades que se presentan en la
producción de documentos, según se refleja en los repertorios bibliográficos. La
Ciencia de la Información emplea esas variables para estudiar las regularidades de
la información-conocimiento contenida en los documentos que se recogen en dichos
repertorios. La Bibliotecología las emplea para estudiar las regularidades que se
presentan en el uso del fondo bibliotecario.
La última relación que existe entre el producto de la actividad bibliográfica (los
repertorios) y las generalizaciones de la Ciencia de la Información sobre las
regularidades de la información-conocimiento, así como la incidencia de esas
generalizaciones en el perfeccionamiento de los repertorios bibliográficos, uno de
los objetivos de la Bibliografología, constituye para algunos una interrogante
metodológica. Se cuestionan si los estudios sobre los flujos de información
documentaria constituyen contenidos de la Ciencia de la Información y de su
especialidad, la Informetría o si lo son de la Bibliografología y su especialidad, la
Bibliometría. A la luz del proceso de desarrollo de las ciencias, definido por Federico
Engels en Dialéctica de la Naturaleza, donde este autor señala la importancia de los
puntos tangenciales entre disciplinas científicas como puntos de los que se pueden
esperar los mejores resultados del desarrollo científico, es posible pensar que la
inclusión de los estudios sobre flujos de información documentaria en una u otra de
las disciplinas mencionadas, de forma absoluta, puede constituir un freno para el
desarrollo de las ciencias biblioteco-informativas. Es aconsejable situarlos,
entonces, en el punto tangencial de la Bibliografología y las Ciencias de la
Información. Consecuentemente, los estudios métricos sobre los flujos de
información documentaria integran componentes de la Bibliometría y de la
Informetría.
Las variables que representan a los elementos esenciales de cada actividad
bilioteco-informativa, según se identifican en el desarrollo de su contradicción
fundamental, permiten identificar las tendencias y regularidades que se presentan
en el comportamiento de cada una de esas actividades.
Los estudios bibliotecométricos se caracterizan porque en ellos se emplean
variables que reflejan peculiaridades de los documentos y de los lectores de esos
documentos. Este último aspecto no se contempla en los estudios bibliométricos e
informétricos.
El cuadro que se presenta a continuación sintetiza las ideas expuestas en este
trabajo y refleja la unidad y la diversidad de los conceptos métricos aplicados en las
disciplinas biblioteco-informativas.
32
33. Esquema estructural de los conceptos métricos en disciplinas biblioteco-informativas
Bibliografología Ciencia de la Bibliotecología
(BIBLIOMETRÍA) Información (BIBLIOMETRÍA)
(INFORMETRÍA)
1 Variables autores, lugar, editor, fuente, tipo de autor, tipo de documento, idioma, fecha USO
relaciones
con el
documento
Identifican Nexos informativos <-> Comunicación científica = Correspondencia
Obsolescencia fondo - demanda
Correspondencia
lector real - lector
potencial
Producción Crecimiento PRODUCCIÓN
Productividad exponencial
Tipología Concentración -
dispersión
Distribución
FLUJO DE INFORMACIÓN DOCUMENTARIA
2 Variable Bibliógrafo Informador Bibliotecario
relacionadas Repertorio bibliográfico Información lógica Fondo bibliotecario
con Información bibliográfica Préstamo
elementos Usuario de información Usuario de la
esenciales bibliográfica información lógica Lectores
Identifican Comportamiento de la Comportamiento de la Comportamiento
actividad bibliográfica actividad científico- de la actividad
informativa bibliotecaria
33
34. 3 Otras Propias del análisis de
variables contenido
Identifican Información lógica
34
35. Referencias bibliográficas
1) Ranganathan, S.R. Librametry and its Scape. En: Subject Analysis for
document of Translation Service. IndianStatistical Institute (Bangalore,
India)/ Documentation Research and Training Centre Bongalore: Indian
Statistical Institute, 1969 (DRTC Annual Seminar, 7, vol.1: papers) Apud.
Nacke, O. (Ref.3).
2) Pritchard, A. Statistical Bibliography or Bibliometrics. Journal of Documentation.
(London) 25(4): 348, dic, 1969.
3) Nacke, O. Informetría. Un nuevo nombre para una nueva disciplina. Definición,
estado de la ciencia y principios de desarrollo (Madrid). Revista Española de
Documentación Científica. 6(3): 183-203, 1983.
4) Morales Morejón, M. La Informetría y su importancia. En: Seminario
Introducción a la Informetría: Análisis de los flujos informacionales y
evolución de las fuentes de información (Compilación). La Habana;
IDICT/SOCICT-CI, 1988. 1-24p.
5) Setién Quesada, E. Teoría, Biblioteco-informativa, La Habana, 1990.
25h....(preparación)
6) Zacutina, G.P. y V.K. Prigenikova. Características y Análisis del flujo de los
documentos primarios.--La Habana: IDICT-ACC, 1983.--83p.
7) Morales Morejón, M. et. al.. Enfoque sistémico e integral para el análisis
informétrico de los flujos informacionales. En: Seminario: Introducción a la
Informetría: Análisis de los flujos informacionales y evolución de las fuentes
de información (Compilación).-- La Habana; IDICT/SOCICT-CI, 1988.--37-51
p.
8) Setién Quesada, E. Modelación matemática del comportamiento de las
bibliotecas públicas cubanas: Resumen.-- Ciudad de La Habana, 1989.-- 27
p. Tesis de Grado Científico.
35
36. BIBLIOMETRÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Mª CRUZ RUBIO LINIERS.
En 1969 Alan Pritchard1 fué el primero que definió el término Bibliometría como la
aplicación de los métodos estadísticos y matemáticos dispuestos para definir los
procesos de la comunicación escrita y la naturaleza y el desarrollo de las
disciplinas científicas mediante técnicas de recuento y análisis de dicha
comunicación. El tratamiento y manejo de la literatura científica por medios
cuantitativos de recuento y análisis sirve no solo para analizar el volumen de
publicaciones, la productividad de autores, revistas ó materias, sino también en un
sentido más amplio, para el conocimiento de los procesos y la naturaleza de las
Ciencias, para el que a partir de 1960 comienza a acuñarse el término
Cienciometría ó Ciencia de la Ciencia.
A través de la Bibliometría es posible ver la actividad, estructura y evolución
de una ciencia, cuantificar sus resultados y aplicarlos en campos como la
Biblioteconomía, la Historia de las disciplinas, la sociología de las ciencias o la
política científica.
La bibliometría puede dividirse en dos áreas: descriptiva, que trata de
aspectos puramente cuantitativos, como distribución geográfica, documental,
temática y su productividad y evaluativa, que añade a la primera estudios de
evaluación de la actividad científica. Esta segunda implica técnicas estadísticas y
programas informáticos de mayor complejidad, teniendo que manejarse sus
resultados con cuidado, sobre todo en las Ciencias Sociales, donde factores
sociales, económicos y políticos actúan sobre los indicadores bibliométricos,
desviando sus resultados.
Los indicadores bibliométricos
Un indicador es un parámetro que se utiliza para evaluar cualquier actividad.
Los resultados de las investigaciones de cualquier disciplina se transmiten en
forma de publicaciones: libros, revistas, tesis doctorales, Actas de Congresos,
informes etc. El tipo de publicaciones utilizadas para la comunicación entre
especialistas, varía en las distintas ciencias. Mientras que en las llamadas
Ciencias Puras el 80% se transmite a través de revistas, en las Ciencias Sociales
y Humanas, predominan las monografías y compilaciones (del 50% al 80% según
las áreas).
Las posibilidades de aplicación de los indicadores bibliométricos están en
relación directa con la informatización de los documentos y las ventajas ofrecidas
por las Bases de Datos. Es necesario que dichas bases recojan adecuadamente la
información, una de las razones por las que dichas técnicas han sido muy poco
utilizadas en las Ciencias Sociales. Dadas las características más universales de
las Ciencias "duras", su literatura se encuentra mucho mejor controlada en Bases
de Datos internacionales de fácil acceso actualmente. El carácter menos
36
37. internacional y más localista de los estudios sociales han contribuido a la
dispersión de sus publicaciones, lo que dificulta cualquier análisis e impide
conseguir óptimos resultados.
Otro problema reside en la falta de formación de los especialistas en Ciencias
Sociales en matemáticas o estadística, lo que les ha hecho dar la espalda a estas
técnicas, aduciendo los problemas de su aplicación e incluso manteniendo la
imposibilidad de su uso en razón a las peculiaridades epistemológicas o
metodológicas de determinadas ciencias como la Historia.
Sin embargo están claros los avances conseguidos a partir de métodos
cuantitativos en el ámbito de las investigaciones históricas. La demografía
histórica, la historia económica o la prosopografía son claro ejemplo de ello. No
parece coherente excluir del tratamiento estadístico una disciplina social, tan
"cualitativa" o "cuantitativa" en el ámbito de sus publicaciones como la economía,
la educación o la sociología. El problema está en la forma de utilización de dichas
técnicas bibliométricas, cuyas deficiencias, ya denunciadas desde áreas como la
medicina ó la física para realizar análisis "cualitativos" están siendo en muchos
casos, si no superados totalmente, sí mejorados por nuevas técnicas de análisis y
nuevos indicadores gracias a las bases de datos relacionales.
Incluso un tema tan "cualitativo" e individual como el suicidio fue tratado por
Durkheim a partir de técnicas estadísticas. La falta de control de las variables o la
mala aplicación de los indicadores no es razón para invalidar un método
reconocido y aplicado universalmente. Además la cuantificación no excluye otro
tipo de análisis y una correcta interpretación de los resultados.
El objeto de estudio de la Bibliometría, ya lo hemos dicho, es similar para
cualquier ciencia: los productos del pensamiento representados físicamente en los
documentos, es decir, el conocimiento intelectual apoyado en soporte material
(libros, revistas etc.). La posibilidad o no de contabilizar su producción, de evaluar
la actividad investigadora o de realizar el "mapa" de una disciplina, es similar para
todas las Ciencias.
Los indicadores sociales, políticos o económicos que afectan su valor están
más allá de la simple productividad en todas ellas, siendo necesario un tipo de
análisis ponderativo. La calidad científica es difícilmente objetivable, siendo los
propios "colegas" o expertos los más idóneos para valorarla. Por supuesto, con los
inconvenientes de parcialidad (simpatías, relaciones personales etc.)
Las bases de datos y el análisis bibliométrico
Las Bases de datos bibliográficas, tanto en línea como en CD-ROM,
constituyen una de las principales fuentes de información sobre las publicaciones.
Las ventajas que aportan dichas Bases de Datos para la elaboración de estudios
bibliométricos son las siguientes:
• Su gran capacidad de almacenamiento lo que permite actuar sobre grandes
unidades de datos en cantidad suficiente para una evaluación correcta.
37
38. • La estructura y organización de los datos en campos normalizados posibilita
la presentación homogénea de las referencias bibliográficas. El gran
número de campos posibles: autores, titulo, editorial, nombre de revista,
año de publicación, lugar de trabajo del autor, clasificación, descriptores o
resumen, permite una gran variedad de elementos de recuperación e
índices sobre los que aplicar los parámetros o indicadores con suficientes
garantías de fiabilidad.
Antes de utilizar una Base de Datos para realizar un estudio bibliométrico hay
que analizar su cobertura temática, geográfica y documental, sus criterios de
indización etc. Cuanto mayor homogenenidad tenga mejores serán los resultados.
Podemos encontrarnos con falta de uniformidad en los siguientes aspectos:
• Variedad documental (libros y revistas)
• Lagunas en determinados campos .Por ejemplo, lugar de trabajo del autor
• Errores o distintos niveles de especificidad en clasificación y análisis
Las dificultades se acentúan cuando debemos manejar varias Bases de Datos
con distinto nivel de tratamiento formal y de contenido. Además hay disciplinas
como la Historia que por su carácter interdisciplinar requiere la consulta a muchas
y variadas Bases, ya que existe un gran número de trabajos diseminados en
publicaciones periódicas no específicas o de ámbito local.
Los indicadores, afirman algunos autores, solo son aplicables a aquellas
fuentes que sean un buen reflejo de la actividad del área. Hay revistas de Ciencias
Sociales de tipo divulgativo y trabajos coyunturales, de escaso nivel científico, que
podrían tergiversar, de no ser contrastados, la realidad de una disciplina.
Veamos cuales son los principales indicadores bibliométricos para medir la
literatura científica:
Productividad de las publicaciones
Los tipos básicos de publicaciones son:
1. No periódicas. Libros: Monografías, compilaciones y folletos
2. Periódicas : Revistas y series
3. Literatura "gris": Trabajos no publicados o de circulación limitada como tesis
doctorales, actas de Congresos, informes etc.
La publicación de la literatura científica en unos y otros depende, como ya
hemos dicho, de las disciplinas. En Ciencias Sociales el libro, y sobre todo la
literatura gris, como Actas de Congresos, tienen aún mayor importancia que las
revistas, y esto se acentúa en la Historia. Las razones fundamentales pueden ser:
• Baja obsolescencia de dicha disciplina, es decir, un alto período de tiempo
en que las publicaciones históricas son consultadas y citadas, por lo que no
es necesario el uso de vías de comunicación más ágiles y puntuales como
las revistas.
38
39. • La tradición historiográfica valora científicamente en mayor medida el libro,
considerando el artículo de revista como una aproximación o introducción a
temas que serán desarrollados y profundizados en publicaciones
monográficas. No olvidemos sin embargo el caracter social de este tipo de
documentos, la posibilidad de muchos historiadores no "consagrados" de
publicar sus investigaciones, fuera de las vías editoriales tan inaccesibles
para aquellos que empiezan.
•
Es cierto que muchas de las revistas donde publican los historiadores en
nuestro país, son de baja calidad, tanto por su falta de normalización internacional,
como por la escasa difusión y el carácter divulgativo de muchas de ellas. Sin
embargo conviene recordar el importante papel que grandes y buenas revistas
han jugado en la historiografía contemporánea. Sólo dos ejemplos :Annales para
la historiografía francesa o Quaderni Storici para la italiana.
Uno de los indicadores más utlizados en el análisis bibliométrico de revistas
es el de la distribución de revistas por temas, a partir de la aplicación de la ley de
la dispersión de Bradford2 ,que permite además planificar racionalmente las
políticas de adquisiciones. Los artículos sobre un tema se concentran en un
número reducido de revistas y el resto en un serie más amplia de ellas, muchas
sin conexión directa con la disciplina. Esta realidad está suficientemente
demostrada en las Ciencias Sociales y sobre todo en Historia Contemporánea (La
investigación sobre el franqusismo). Bradford distribuyó las revistas en zonas
concéntricas descendentes en producción sobre una materia,a partir de un
pequeño núcleo de revistas muy productivas. Se observaría que cada zona o
grupo incluiría el mismo número de artículos que el núcleo, distribuídos en mayor
número de revistas.
Respecto al aumento de la producción científica, Price3 formuló una ley según
la cual el crecimiento de la ciencia es exponencial, siendo su ritmo más rápido que
la mayoría de los fenómenos sociales. Mientras que la población se duplica cada
50 años, la literatura científica se convierte en el doble en 10 años. Como
consecuencia de este crecimiento Price habla de la "contemporaneidad" de la
Ciencia, lo que significa que el 87% de los científicos de todos los tiempos están
vivos. Las críticas a Price postulan la existencia de un límite de saturación por
razones socioeconomicas, políticas o culturales, que por otra parte aún no se
vislumbra. Han cambiado muchos hábitos de publicación como la tendencia a la
multidisciplinariedad o el aumento de colaboraciones, pero el crecimiento
desmesurado de las publicaciones lleva a los responsables en política cientifica a
realizar inversiones para "evaluar" y seleccionar toda esta litaratura.
El aumento de publicaciones es claro en cualquiera de las Ciencias Sociales,
pero a la hora de evaluar una línea ascendente o descendente por años hay que
tener en cuenta factores puntuales tales como modas historiógraficas o
celebración de centenarios y conmemoraciones. La aparición y desaparición de
títulos de revistas, tan sujetas en Ciencias Sociales a problemas económicos,
desvirtúan en años el volumen de la producción científica.
39
40. Productividad de los autores
Se mide a través del número de publicaciones producidas por un investigador,
grupo de investigación, institución editora o país en un período de tiempo.
Los estudios de productividad por autores han sido investigados por Lotka4 y
dan como resultado la existencia de un pequeño grupo de personas muy
productivas al lado de un gran número que apenas publican.
Respecto a esto convendría hacer algunas matizaciones:
Entre los autores más productivos no todos tienen la misma consideración
científica. Está claro que productividad no significa calidad. Es significativo incluso
el hecho de que especialistas de renombre tengan muy escasa producción.
Entrarían aquí factores de reconocimiento docente o profesional, ajenos a la
Bibliometría.
Y conviene seguir relativizando, pues el "silencio" se debe en muchos casos a
factores sociales y políticos externos a la valía intelectual. La existencia de grupos
editoriales, revistas con una determinada línea historiográfica, consejos de
redacción o grupos profesionales y universitarios vetan o acaparan el acceso a
determinados medios de publicación.
Existe por otra parte en la sociedad actual una carrera desenfrenada por el
"curriculum" que obliga a publicar sin tener que decir, a publicar oportunamente
(centenarios, modas), a "publicar o morir"
Un estudio elaborado por Zuckerman5 sobre los premios Nobel dice que el
5.9% de sus trabajos fueron realizados antes de recibir el Nobel y el 2,9 seis años
después. A través de las Bases de datos se puede comprobar la "vida productiva"
de un autor, así como su "consideración" en la comunidad científica desde sus
publicaciones en revistas de tipo local a su "consagración" en monografías de
amplia tirada.
A través de la co-autoría de las publicaciones es posible también analizar el
grado de colaboración de los autores. La tendencia general es el aumento de
publicaciones de varios autores en revistas, aunque el porcentaje para Ciencias
Sociales es muy inferior que en Ciencia y tecnología. Un trabajo referido a seis
años de publicaciones en el ámbito universitario6 español da una tasa global de
co-autoría en Ciencias Sociales del 0,39%, mientras que para las revistas
españolas y en una temática concreta, el franquismo7, obtuvimos un porcentaje
del 0,05%.
Además el índice de firmas/trabajo está en relación con cifras de apoyo
estatal o privado y trabajos experimentales.Incluso se ha detectado mayor índice
de colaboración entre los autores más productivos. El trabajo en colaboración es
un indicador para detectar los llamados "colegios invisibles", grupos profesionales
unidos por líneas de investigación, relaciones personales, de docencia etc.
40