El delirium es una alteración transitoria del estado mental, la conciencia y la conducta que afecta a entre el 14-87% de los pacientes hospitalizados o en residencias. Los factores de riesgo incluyen la edad avanzada, enfermedades médicas o neurológicas, fractura de cadera y demencia. Los síntomas incluyen desorientación, dificultad para prestar atención, deterioro de la memoria, alteraciones del sueño y la conducta, e incluso alucinaciones y delirios. La identificación y tratamiento temp
3. Alteración transitoria del estado
mental, de la conciencia y de la
conducta
Se utilizan diversos términos
para describir al delirio:
encefalopatía, insuficiencia
cerebral aguda, estado de
confusión aguda, y psicosis
posoperatoria o de la UCI.
12. Comienzo agudo con fluctuaciones a lo
largo del dia
Inversión del ritmo sueño-vigilia
Desorientación en tiempo y espacio
Incapacidad de mantener la atención
Deterioro de la memoria de corto plazo
13. Alucinaciones visuales
Ideas delirantes de persecución
Alteración en el nivel de actividad
(agitación-somnolencia)
Lenguaje incoherente
Pensamiento desorganizado
Humor variable
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23. Reorientación por parte del personal de
enfermería y familia
Habitaciones individuales y correctamente
iluminadas
Mantener la nutrición adecuada
Vigilar los ciclos de sueño y de vigilia
Control del ruido y estímulos molestos
visitas de amigos y familiares minimizan la
ansiedad
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26. La identificación y el
tratamiento temprano de la
causa subyacente será el
factor que determinará el
buen pronóstico.
En pacientes hospitalizados
la mortalidad por delirium
puede llegar a ser de un
63,3% frente a un 17,4% en
los no hospitalizados.
Se recomienda un
seguimiento de los pacientes
por espacio no menor a tres
meses, pues es común que
algunos síntomas persistan
o reaparezcan.