Dios conoce todos los detalles de nuestras vidas, incluyendo nuestros pensamientos, acciones, palabras, secretos y lágrimas. Él también conoce todos los detalles de la naturaleza, como las estrellas, plantas, animales y montañas. Por lo tanto, no necesitamos preocuparnos porque Dios cuida de nosotros y de toda Su creación.