Este documento discute el concepto de comunidades educadoras y los diferentes actores que participan en ellas. Explica que las comunidades educadoras van más allá de la escuela y la familia e involucran a la comunidad social más amplia, los medios de comunicación y la legislación. También describe cómo los territorios pueden convertirse en escenarios educativos al reconocer y mejorar la cultura e historia local para ser más inclusivos. Finalmente, señala que aunque las sociedades perfectas son una utopía, vale la pena mejorar

1. TRABAJOS POR LINEAS DE INVESTIGACION UNIVERSIDAD CATOLICA DE ORIENTE FUNDACION UNIVERSITARIA CATOLICA DEL NORTE COMUNIDAD EDUCADORAHERNAN ALONSO RUIZ FLOREZ

2. ACTIVIDAD

3. ¿Quiénes participan en la comunidad educadora? Son muchos los actores que intervienen directa e indirectamente en la comunidad educadora. No puede dejarse solo a la escuela y la familia, estos son ejes, pero además los son también, las comunidades sociales que están e incluso otros alejados, como los medios de comunicación, la legislación, entre otros. Bajo este mirada, la educación va mas halla de los limites físicos de la escuela y la familia.

4. Al abordar los fenómenos sociales, que las comunidades educadoras deben afrontar, no se trata de buscar culpables, si no la manera de que se involucren para generar entornos posibles y en el que quepan todos.

5. TERRITORIO – ESCENARIO EDUCATIVO Para lograr, que los territorios, se vuelvan espacios reflexivos y formadores; las comunidades deben reconocerse, para preservar lo bueno, como su historia, su cultura, entre otros; pero además mejorar aquellos aspectos que les impiden ser incluyentes. Entendiendo esto, como un espacio en el que sus miembros, s mismos derechos y deberes, con posibilidades de participación, de elegir y ser elegidos para la dirección de los destinos de su comunidad en un ámbito de pluralismo y con tendencia a la igualdad de posibilidades, promoviendo el conocimiento y respeto de los derechos humanos.

6. FORMAR DESDE LA COMUNIDAD Implica, una investigación exhaustiva, que desde luego involucre a los miembros de manera directa, para que sean ellos gestores de ideas que lleven a reconocer sus potencialidades y a animarse a desarrollarlas. Los procesos, investigativos, si son bien direccionados permiten ver lo oculto, lo que impide que se genere un tejido humano en el que todos sean participes de la formación, como formadores y como formados.

7. DIALOGO DE SABERESConsiste en una manera de relacionarse los estudiantes, docentes y la comunidad. Se trata de que el sujeto exprese su saber, frente a l saber del otro y de lo otro. La realidad vivida se debe incorporar a la escuela a través de sus costumbres, hábitos, creencias y saber popular. Lo cotidiano se despliega junto a lo académico y el papel de la enseñanza es transversal la diversidad cognoscitiva. de saberes.

8. ¿Es posible pensar en un proyecto común donde exista la representación y participación de todos? Claro que lo es, lo que no quiere decir, que sea fácil; necesita que se involucren muchos entes tanto gubernamentales y no gubernamentales como, la iglesia y Ongs. Obviamente, involucrando directamente a la comunidad, reconociendo su dinámica y su contexto socio cultural e histórico. ! No se puede asumir, que si se dio en una comunidad, se dará en otra, siguiendo los mismos pasos!

9. ¿Comunidades educadoras – una utopía? Este tipo de proceso, no se pude generalizar, la dinámica es diferente en cada región. Sería muy interesante que surgiera de manera endógena, es decir, de la propia comunidad, tendría mas probabilidades de ser continua y posible , claro esta con el apoyo de entidades. Ese, sería un cuello de botella, por que se requiere que ese apoyo si es estatal sea continuado, como parte de su política. No debe depender de si alcalde o del gobernador que llegue, quiera seguirlo.

10. SOCIEDADES PERFECTAS Es una utopía, soñar con sociedades perfectas, pero es un deber mejorar las que tenemos sin importar si se logran, es el proceso en el que se aprende, en este caso a convivir, respetar al otro, a ser proactivo. En fin, estar dispuesto a dar y no solo a limitarse a esperar siempre recibir.