Presentación del Seminario “Sensibilidad ecológica (¿y cristianismo?)”. Jordi Puig. Pamplona, 22 de enero de 2019.
Jordi Puig estudió Biología en la Universidad de Navarra en 1990. Obtuvo en 1995 el doctorado por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, de la Universidad Politécnica de Madrid. Profesor de EIA en la Universidad de Navarra desde 1996 y profesor visitante de la University of California, Berkeley (2002-2003) y de la University of Manchester (2004), ha sido Director del Máster en Biodiversidad, Paisajes y Gestión Sostenible desde su implantación (2007-2014). Desde diciembre de 2013 preside la Comisión encargada de poner en marcha el nuevo grado en Ciencias Ambientales en la Universidad de Navarra, de reciente implantación. Su interés académico se ha centrado en el estudio de la interacción entre el ser humano y la tierra a la que pertenece. En la actualidad está interesado además en el trabajo cultural y educativo necesario para fomentar el re-descubrimiento del valor de la naturaleza y sus gentes, y el compromiso con la justicia ambiental.
Resumen del ponente: La sensibilidad cultural contemporánea por el medio ambiente parece no ir muy de la mano del cristianismo. Este seminario propone reflexionar desde siete aspectos del valor ambiental con los que conecta connaturalmente el ambientalismo cultural, formula la pregunta sobre cómo aumentar esa cuenta, y a la vez inicia una búsqueda de cómo, partiendo de esos aspectos del valor ambiental, se puede establecer un encuentro con el cristianismo.
2. Enfoque:
1) [Parto de la sensibilidad ambiental… propia: soy uno de ¿“ellos”?]
2) Explicitar (7… ¿y más?) aspectos del valor ambiental compartidos.
3) Proponer esos aspectos como lugar de diálogo… (sólo apuntado).
4) Sugerir la tarea (siempre pendiente) del cristiano (la conversión
propia y comunitaria) como clima adecuado del diálogo posible.
8. “By instrumentalising nature, linguistically and operationally, we have largely stunned the
earth out of wonder” (Macfarlane, R., 2016. Landmarks).
9. La existencia, puerta al infinito (¿conviene
pararse... hacia un Quién, Amante, que como tal la
sustenta?)
“La naturaleza está llena de palabras de amor (...)” LS, 225
13. “De Malebranche (París 1638-1715)
se decía que era uno de los hombres
más dulces y compasivos de su tiempo.
Paseando por Rue St. Jacques con un
grupo de amigos en el que se
encontraba La Fontaine, se les acercó
cariñosamente una perra gestante.
Malebranche se arrodilló para
acariciarla. Seguidamente, y
asegurándose de que sus amigos le
estaban mirando…”
En: Watson, R. (2002). Cogito, Ergo Sum. The Life of René Descartes.
14. La singularidad moral humana (el “como somos”) -invitada
a respetar (el “como son”)- irrumpe* con daño, de origen
más moral (convertible) que solamente fáctico, o temporal.
(*) Entra violentamente: “La violencia que hay en el corazón humano, herido por el
pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el
suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.” (LS, n.2)
19. Spaemann, Robert Lo natural y lo racional, Rialp, Madrid, 1988, p. 103
“La conciencia ecológica parece hoy
sugerir precisamente esto de modo
apremiante, en el siguiente sentido:
arrancar una cosa natural del lugar
en el que se encuentra por naturaleza
y en el que puede ser lo que es por
naturaleza, para situarla en un contexto
de objetivos que le son extraños y
exteriores –la mayor parte de las veces
al precio de su aniquilación– es algo que
necesita siempre ser justificado”
20. Lo natural alberga valor por relación. Al relacionarse, la
singularidad humana debería ver, primero, valor a cuidar.
“Todo está conectado. Si el ser humano se declara autónomo de la realidad y se
constituye en dominador absoluto, la misma base de su existencia se desmorona”
(LS, n. 117)
22. “Fijaos en las aves del cielo (...) vuestro Padre
celestial las alimenta. (...) ¿Es que no valéis
vosotros mucho más que ellas? (...)
Contemplad los lirios del campo (...) Si a la
hierba del campo (...) Dios la viste así, ¡cuánto
más a vosotros, hombres de poca fe!”
Mt., 6
23. “Fijaos en las aves del cielo (...) vuestro Padre
celestial las alimenta. (...) ¿Es que no valéis
vosotros mucho más que ellas? (...)
Contemplad los lirios del campo (...) Si a la
hierba del campo (...) Dios la viste así, ¡cuánto
más a vosotros, hombres de poca fe!”
Mt., 6
24. 4: Porque existe como es en relación natural
conmigo
tiene valor
25. El cuerpo integra el ecosistema en el “sí mismo”
Christoffer Relander
27. Dicho con palabras...
Que el ser humano exista como es, natural y humano, suma
valor a lo natural no humano, no se lo resta: «mi, nuestro»
significan hermandad, pertenencia recíproca, no «posesión».
El cuerpo integra el «ecosistema» en el «yo», y así el ecosistema
adquiere un peso y valor añadido antropológico desatendidos.
28. “Maltratamos a la tierra
porque la vemos como
una mercancía que nos
pertenece.”
Aldo Leopold
29. “Olvidamos que nosotros mismos somos tierra” (LS, n. 2).
Y la Encarnación suma más a lo natural, que Le reconoce.
“(...) el Hijo de Dios ha incorporado en su persona parte del universo material,”
(LS, n. 235)
30. Giotto (?) 1297- 99
San Francesco
predica agli uccelli.
Basilica of Saint
Francis of Assisi,
Assisi, Italy
31. 5: Porque existe como es en relación natural
conmigo y con los demás
tiene valor
32.
33. ¿”Para mí, el beneficio; para ti, la destrucción”?
“Después de pasar una semana trabajando en la Amazonía
petrolera del Ecuador me cuesta más creer en ese cambio...
Comunidades enteras despojadas de sus tierras, ríos y
suelos enfermos, una brecha social abismal y creciente, un
desierto abrasador y cada vez más seco, allí donde los
primeros colonos hablan de paraíso... Y enormes carteles del
gobierno que dicen: El petróleo es progreso. No sé si es posible
vencer esta inercia (auto)destructiva, pero lo que tengo claro es
que rendirse no es una opción.”
34. ¿”Para mí, el beneficio; para ti, la destrucción”?
“Se suponía que el desarrollo crearía
bienestar y holgura económica para todos y
todas en el Tercer Mundo. Para algunas
regiones, y para algunas personas ha
cumplido esta promesa, pero para la
mayoría de las regiones y la mayoría de la
gente, ha creado, por el contrario,
degradación medioambiental y pobreza.”
(Shiva, V., 2014, en “Ecofeminismo”. Icaria, Barcelona. p. 142)
35. El compromiso social, inseparable del valor natural: llaman
a enriquecerse enriqueciendo. El Creador, de lo humano y
natural: llama a multiplicar y dar; no a agotar ni a acopiar.
“(...) un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe
integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de
la tierra como el clamor de los pobres.” (LS, n. 49)
36. Mosaico del suelo
de la iglesia de la
Multiplicación,
Tabgha, Israel
¿Llamados a
multiplicar y dar, no
a agotar ni a
acopiar?
37. 6: Porque existe como es en relación natural
conmigo y con los demás
tiene valor material
38.
39. El valor sobre-material, espiritual, en la materia, invita a
contemplarla, hacia el misterio (acaso el Encarnado) en ella.
“Señor Uno y Trino, comunidad preciosa de amor infinito, enséñanos a contemplarte en la
belleza del universo, donde todo nos habla de ti. Despierta nuestra alabanza y nuestra
gratitud por cada ser que has creado. Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos
con todo lo que existe.” (LS, n. 246)
41. 234. (...) el místico experimenta la íntima conexión que hay entre Dios
y todos los seres, y así «siente ser todas las cosas Dios»[162]. Si le
admira la grandeza de una montaña, no puede separar eso de Dios, y
percibe que esa admiración interior que él vive debe depositarse en el
Señor: «Las montañas tienen alturas, son abundantes, anchas, y hermosas, o
graciosas, floridas y olorosas. Estas montañas es mi Amado para mí. Los
valles solitarios son quietos, amenos, frescos, umbrosos, de dulces aguas
llenos, y en la variedad de sus arboledas y en el suave canto de aves hacen
gran recreación y deleite al sentido, dan refrigerio y descanso en su soledad
y silencio. Estos valles es mi Amado para mí»
42. 7: Porque existe como es en relación natural
conmigo y con los demás
tiene valor material y moral.
43. ¿Valor moral…? Una objeción frecuente...
“¿Por qué cambiar de conducta por el supuesto bien social o
ambiental (consumir menos, usar transporte público, comprar
productos ecológicos, tener mi casa a una temperatura ni
excesivamente cálida ni excesivamente refrigerada …) si mi
cambio de conducta no va a cambiar nada en el mundo?”
44. Valor moral: más que un “código de conducta”
El vínculo al ecosistema no es sólo material; cada elección que lo
afecta cambia a la vez el yo moral intangible, que es real: al hacer
daño ambiental, me daño moralmente; y al enriquecer el
medio ambiente materialmente, me enriquezco moralmente.
Una mala conducta moral daña ese vínculo, y así se des-integra a
la vez lo material y lo intangible de la persona y su medio
ambiente (tangible).
45. Vínculo moral a la naturaleza
“La violencia que hay en el
corazón humano [...]
también se manifiesta en los
síntomas de enfermedad que
advertimos en el suelo, en el
agua, en el aire y en los seres
vivientes.”
Francisco, 2014
“El corazón humano, cuando
se aleja de la naturaleza, se
endurece; [los Lakota] sabían
que la falta de respeto por
las cosas vivas conduce
enseguida a perder también
el respeto por los seres
humanos.”
Luther Standing Bear
46. Recapitulando: Toda realidad natural,
porque existe como es en relación natural conmigo y
con los demás,
tiene valor material y moral: compromete,
No admite uso arbitrario, y pide ser cuidada y
enriquecida al vivir… yo.
“(...) que los cristianos sepamos asumir los compromisos con la creación que nos
plantea el Evangelio de Jesús.” (LS, n.216)
47. Volviendo...
Enfoque:
1) [Parto de la sensibilidad ambiental… propia]
2) Explicitar (7… ¿y más?) aspectos del valor ambiental compartidos.
3) Proponer esos aspectos como lugar de diálogo… sólo apuntado.
4) Sugerir la tarea (siempre pendiente) del cristiano (la conversión
propia y comunitaria) como clima adecuado del diálogo posible.
48. El cristiano y su comunidad tal vez deban empezar por la
propia conversión… (ecológica): aprender, cambiar...
“ (...) algunos cristianos (...) suelen burlarse de las preocupaciones por el medio
ambiente. Otros son pasivos, no se deciden a cambiar (...). Les hace falta entonces
una conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su
encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea (LS, n. 217)
49.
50. Volviendo...
Enfoque:
1) [Parto de la sensibilidad ambiental… propia]
2) Explicitar (7… ¿y más?) aspectos del valor ambiental compartidos.
3) Proponer esos aspectos como lugar de diálogo… sólo apuntado.
4) Sugerir la tarea (siempre pendiente) del cristiano (la conversión
propia y comunitaria) como clima adecuado del diálogo posible.
51. Me pregunto, “¿no me
llamará a otra
atención?”
Por ejemplo, en la
comunidad
universitaria como tal?
52. Francisco, Laudato si’, 240
“… la persona humana más crece, más madura y más se santifica a medida
que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con
Dios, con los demás y con todas las criaturas. Así asume en su propia
existencia ese dinamismo trinitario que Dios ha impreso en ella desde su
creación. Todo está conectado, y eso nos invita a madurar una
espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad.
53. Francisco, Laudato si’, 211
Es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones
cotidianas, y es maravilloso (...) alentar diversos comportamientos que
tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente,
como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua,
separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer,
tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o
compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las
luces innecesarias. Todo esto es parte de una generosa y digna creatividad,
que muestra lo mejor del ser humano. El hecho de reutilizar algo en lugar de
desecharlo rápidamente, a partir de profundas motivaciones, puede ser un
acto de amor que exprese nuestra propia dignidad.
Hinweis der Redaktion
Empecemos por lo más fácilmente perceptible. La naturaleza tiene una evidente dimensión material. Existe. Y solamente por eso, ya tiene algún tipo de valor
Con las ideas anteriores en mente, nos podemos preguntar ahora: ¿qué valor tiene para mí la naturaleza?
Ampliando el foco y tratando de ser objetivos, ¿qué valor tiene per se la naturaleza? ¿Concuerdan ambas respuestas?
Con las ideas anteriores en mente, nos podemos preguntar ahora: ¿qué valor tiene para mí la naturaleza?
Ampliando el foco y tratando de ser objetivos, ¿qué valor tiene per se la naturaleza? ¿Concuerdan ambas respuestas?