Resistencia extrema al cobre por un consorcio bacteriano conformado por Sulfo...
Proyecto iglesia yaguaron
1. I
MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS
COLEGIO NACIONAL ESPÍRITU SANTO
PROYECTO EDUCATIVO
EJE TEMÁTICO: “PATRIMONIO CULTURAL
TANGIBLE DEL PARAGUAY”
TEMA: IGLESIA DE YAGUARON
Mariano Roque Alonso, noviembre de 2020.-
MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS
COLEGIO NACIONAL ESPÍRITU SANTO
2. II
PROYECTO EDUCATIVO
EJE TEMÁTICO: “PATRIMONIO CULTURAL
TANGIBLE DEL PARAGUAY”
TEMA: IGLESIA DE YAGUARON
Alumnos:
1. Alcaraz Gómez, Rodrigo Iván
2. González Ruiz, Sebastián
Prof. Miriam Miranda
Director: Lic. Zacaría Galeano Paredes
Mariano Roque Alonso, noviembre de 2020.-
3. III
Ministerio de Educación y Ciencias
Colegio Nacional Espíritu Santo
HOJA DE EVALUACIÓN
Nombre y Apellido del Alumno Calificación
EVALUADORES
…………………………….. …………………….
……………………………... ……………………
…………………………….. ……………………
……………………………… …………………….
Fecha de Aprobación______________________________
Firma y Sello del Director
4. IV
Ministerio de Educación y Ciencias
Colegio Nacional Espíritu Santo
HOJA DE DICTAMEN
Los profesores delColegio Nacional Espíritu Santo delTercerCurso
con Énfasis en Ciencias Sociales,Certifican que el Proyecto
presentado con el título ” IGLESIADE YAGUARON” en la
institución reúne los requisitos para la evaluación.
Mariano Roque Alonso, ___ de noviembre de 2020.-
5. V
DEDICATORIA
El presente trabajo investigativo lo dedicamos
principalmente a Dios, por ser el inspirador y darnos fuerza
para continuar en este proceso de obtener uno de los
anhelos más deseados.
A nuestros padres, por su amor, trabajo y sacrificio en
todos estos años, gracias a ustedes hemos logrado llegar
hasta aquí y convertirnos en lo que somos. Ha sido el
orgullo y el privilegio de ser sus hijas, son los mejores
padres.
A nuestros hermanas (os) por estar siempre presentes,
acompañandonos y por el apoyo moral, que nos brindaron
a lo largo de esta etapa de nuestras vidas.
Iván
Sebastián
6. VI
AGRADECIMIENTO
A la familia por la oportunidad de estudiar y su ayuda
incondicional como nuestra formación de estudiante, a la
profesora por guiarnos a realizar este proyecto, a los
compañeros por poner su esfuerzo y sus ganas para
realizar este proyecto
Iván
Sebastián
7. VII
INDICE
Portada…………………………………………………………………………II
Hoja de aprobación……………………………………………………………III
Hoja de Dictamen………………………………………………………………IV
Dedicatoria………………………………………………………………………V
Agradecimiento………………………………………………………………….VI
Índice…………………………………………………………………………….VI
Introducción……………………………………………………………………..1
CAPITULO I:PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
1.1. Justificación ………………………………………………………… 1
1.2. Objetivo General……………………………………………………. 2
1.3. Objetivo Específicos………………………………………………. 2
CAPITULO II: MARCO TEÓRICO
2.1………………………………………………………………………………....6
2.2………………………………………………………………………………....6
2.3………………………………………………………………………………….6
CAPITULO III:DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
3.1. Diseño
3.2 Nivel
3.3 Enfoque
3.4 Unidad de análisis
3.5 Técnicas e instrumentos de recolección de información
CAPITULO IV: CONCLUSIÓN
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA
8. 1
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo consiste en el análisis de los principios, sistemas y
materiales constructivos del templo de San Buenaventura de Yaguarón, que
sigue siendo centro religioso y cultural de la ciudad y de la región, que se
caracteriza por la sencillez de su exterior, en contraste con la riqueza y
exuberancia del interior, rasgo característico de la espiritualidad franciscana.
Con este estudio tendremos la oportunidad de apreciar y analizar,
principalmente, los aportes arquitectónicos y artísticos que encontramos en
este templo, producto de una estrecha cooperación entre la enseñanza de los
franciscanos y el talento indígena.
10. 3
1.1 Justificación
El Templo de Yaguarón a unos cuarenta y ocho kilómetros de Asunción y
sobre carretera pavimentada- ha permanecido como el ejemplo más notable
de los templos levantados en aquellos pueblos fundados por los
franciscanos, cuando emprendieron su labor pastoral como parte de la
Conquista.
Hablar de la Iglesia de Yaguarón y de las Reducciones franciscanas es
hablar de un pueblo cristiano, de un pueblo de rostros reales y no de una
pura abstracción ideológica. Este pueblo, aún viviendo en los montes del
Departamento Central y del actual Guairá y Caazapá -territorio del
Paraguay- encontró una compañía de frailes -unos hombres vestidos de
sayal y ceñidos a la cintura con un cordón en el que llevaban un largo
rosario y cuyo rostro lleno de humildad y misericordia se realzaba con una
espesa barba- eran los humildes hijos de San Francisco. A partir de ese
encuentro excepcional, este pueblo adhirió al Cristianismo. La adhesión
libre, despertada en el corazón de aquellos hombres acostumbrados a la
antropofagia y a la poligamia, se apoyaba en un deseo de infinito que
llenaba de inquietud su corazón: el deseo de encontrar finalmente la tierra
sin el mal en la cual vivir como "Karai", como señores, como inmortales.
De este encuentro entre indios y franciscanos nacieron las Reducciones
Franciscanas y con ellas nació la joya arquitectónica y artística de la Iglesia
de Yaguarón, al cual este trabajo está dedicado.
11. 4
1.2 Objetivo General:
Se pretende realizar un estudio en profundidad de la iglesia y de su
entorno, con el o objetivo de conocer los sistemas constructivos y los
materiales empleados para su construcción, además de plantear
propuestas para mejorar su estabilidad y conservación
dependiendo de las patologías halladas.
El estado actual Iglesia de Yaguaron deja ver claramente en ciertos
elementos constructivos los materiales y la disposición de los mismos,
lo cual ayuda en gran medida a su compresión, desde el punto de vista de
su ejecución, para la realización del estudio.
1.3 Objetivos Específicos
El objetivo es averiguar y hacer un seguimiento sobre la campaña de
recolección de firmas para reclamar a las autoridades eclesiásticas y
nacionales la devolución de dos retablos laterales que habían sido
sacados del templo de Yaguarón y llevados a la iglesia Santísima
Trinidad, de Asunción. El traslado había ocurrido en el año 1854, por
orden del presidente Carlos Antonio López.
13. 6
Antecedentes
Al principio de la conquista, Paraguay era meramente un lugar de paso y punto
de apoyo para los españoles, que deseaban llegar a una meta ajena a él, pero
con el tiempo se convirtió en un núcleo central de una comunidad que buscaba
asegurar el dominio de nuevos territorios a través de un modo activo y rápido
de poblamientos. Podría decirse que el inicio del desarrollo de la arquitectura
colonial paraguaya comienza con dicha dominación, y como consecuencia
adquiere sus características tecnológicas y culturales. Así surgió la necesidad
de los programas arquitectónicos.
En esta época, en el Paraguay ya existían pueblos, en su más etimológico
sentido. Eran los tavas; sitios donde cierto número de indígenas coincidía para
estación más o menos sedentaria y sobre todo, para defensa de la población.
Esta proclividad indígena y su conocimiento de los lugares fue aprovechada por
colonizadores y catequizadores no jesuíticos para no trasladar los grupos
humanas reducidos o catequizadosa otros parajes no familiares. Así surgieron
los primeros llamados "pueblos de indios" que conservaron esta denominación
hasta 1848, fecha en que Don Carlos A. López revocó ese nombre, otorgando
a sus habitantes derecho de ciudadanía; y que hasta hoy ostentan los nombres
indígenas, dando colorido a nuestra toponimia: Ypané, Tobatí, Atyrá, Itá,
Itauguá, Guarambaré, entre los 21 que recuerda nuestra historia; y, desde
luego, Yaguarón.
Reseña histórica
Se carece de certeza en cuanto alestablecimiento del poblado indígena de
Yaguarón, así como del resto de los poblados de indios.
El cronista de historia colonial paraguaya, Francisco Aguirre, señala que
Yaguarón fue fundado hacia 1596 y que estaba ubicado más cerca dela ciudad
trasladándose al siglo siguiente. Para su conformación se habrían reunido
indios del Mbuyapey, Ybycuí, Ybytyruzú y Tebicuarímimí.
En 1752 el propósito de levantar una iglesia nueva, digna de la fe y el
entusiasmo del pueblo yaguaronense, estaba ya concretado.
14. 7
El actual templo de Yaguarón, cuya construcción se ha iniciado entre los años
1752 y 1759, y su terminación ha sido en el año 1772. Es posterior a la salida
de los Franciscanos, pero debido a que quedaron sus talleres artesanales, en
donde se siguieron formando los pobladores, éstos colaboraron en la
construcción del templo, retablos e imágenes sagradas.
El templo de Yaguarón tal como hoy lo conocemos no es, como ya hemos
visto, exactamente el mismo consagrado según presunciones en una fecha
entre 1752 y 1759. Como toda fábrica de materiales mayormente perecederos,
y en la ausencia de la atención precisa para protegerlo del inevitable deterioro,
este templo experimentó al correr de pocos lustros el consiguiente daño, que la
feligresía no siempre estuvo en condiciones de atender.
No cabe duda de que el templo de Yaguarón es una de las joyas más lindas
que -no obstante el descuido de los habitantes y de las autoridades- aún
guarda el continente Latino Americano. La construcción del templo fue iniciada
en 1755 y finalizada en 1772, siendo cura párroco Carlos Penayo de Catras
sacerdote local (los franciscanos ya habían entregado la reducción al clero
diocesano en 1596). Fue retocada posteriormente en 1803 con la participación
de artesanos paraguayos, sobre todo en sus partes externas y luego hacia la
mitad del siglo XX se realizaron por dentro laboriosas tareas de restauración en
el retablo mayor y en la sacristía. Actualmente suscita tristeza ver las
condiciones en las que se encuentra el templo, no solamente por la urgente
necesidad de una restauración, sino por el desorden y la suciedad que reina
dentro del mismo y en diferentes dependencias, como la sacristía. La situación
del templo describe la situación del pueblo: una caricatura de lo que era antes,
cuando la fe era el corazón y el respiro del pueblo.
Todos los pueblos y ciudades de la civilización cristiana se configuran
arquitectónica y urbanísticamente con el templo como punto originante: el
pueblo mismo o la ciudad se desarrollan a partir y alrededor del templo. La
iglesia de Yaguarón es un ejemplo. Ubicada en una leve pendiente, con la
fachada principal a oriente, estaba rodeada por la gran plaza, llamada también
plaza de armas que lindaba con las calles y los edificios públicos en los cuales
vivían los responsables de la cosa pública. Todas las calles que separaban las
15. 8
diferentes cuadras tenían su punto de partida -como rayos- en el templo con la
plaza de armas. La ciudad o el pueblo era como el sol representado por el
templo, con los rayos que se extendían hacia los cuatro puntos cardinales,
dando origen a las diferentes manzanas en las cuales se ubicaban los edificios
en los cuales vivía la gente, las familias. Para percibir en modo adecuado la
distribución urbanística de Yaguarón, como en todos los pueblos y ciudades
cristianas, la imagen más correspondiente es la del cuerpo humano: la cabeza
y el corazón es el templo y con él la Eucaristía; las arterias las calles y los
demás órganos, las diferentes estructuras que permiten la convivencia humana
de la gente.
En este punto es de gran importancia, antes de seguir describiendo la belleza
de la iglesia de Yaguarón, explicar qué era el óga guasu guaraní. La
construcción óga guasu (casa grande) se diferenciaba del óga jekutu (casa
clavada) por su mayor tamaño y a veces por su unción religiosa. El óga guaus
era una forma primitiva de templo de los guaraníes. En las "casas grandes" óga
guasu los chamanes y el pueblo celebraban sus ceremonias religiosas,
plegarias y danzas rituales. Cada elemento de esas construcciones tenía su
nombre exacto y el correspondiente sentido místico de particular belleza
poética que explicaba su unción y sus propiedades más significativas.
Las viviendas comunes se llamaban óga jekutu. Ambas construcciones eran
edificadas sobre horcones y tenían el techo de hojas de palmas pindó, jata'i.
Con la llegada de los misioneros se introdujeron unos elementos nuevos en la
arquitectura del óga guasu y el óga jekutu, el par y el nudillo, que permitieron
desplazar las hileras de las columnas centrales, las óga aka mbyte jokoja, que
sostenían las pesadas vigas cumbreras óga aka mbyte. Los pilares ahora
desplazados del centro pasaron a ser los óga kyta, alineados en dos filas,
conformando el equivalente de las tres naves de las iglesias europeas. El
templo de Yaguarón es un ejemplo de esta arquitectura guaranítica que en una
admirable síntesis con el arte europeo ha creado esta joya.
Los elementos fundantes -sostén del edificio- en la arquitectura del templo no
son las paredes sino los "horcones" o columnas que sostienen el techo. En la
edificación del óga guasu o del óga jekutu la primera preocupación era la de
16. 9
plantar los horcones que sostenían el techo a diferencia de Europa en donde
las paredes eran los elementos principales de cualquier edificación. Por dentro
toda la techumbre se asienta sobre cuatro filas de columnas de urundey, y se
inclina en dos vertientes que sobrepasan los mismos límites hasta pararse en
pilastras rectangulares. Así es como se dan a la vista las piezas de la armadura
que según J. Giuria, muestra un hermoso artesanado que recuerda los de par y
nudillo de antiguas iglesias españolas. Sus paredes son de adobe con tierra
colorada que alcanzan en parte hasta los 2,80 metros de espesor, que permitía
disfrutar de una temperatura ideal sea durante el terrible verano subtropical,
como durante los peores meses de invierno.
Entrando en el templo y pisando un hermoso piso de arcilla, la cosa que
inmediatamente asombra a la mirada es el retablo del altar mayor, con la
riqueza de detalles que lo caracterizan. El templo consta de tres naves entre
cuatro filas de columnas de madera tallada de ocho metros de alto.
La primera cosa que encontramos a la entrada del templo es la pila bautismal,
ubicada, según una concepción tan antigua como la Iglesia. El neófito que
quiere entrar en la Iglesia, de la cual el templo es figura, necesita del Bautismo,
es decir del sacramento que da al ser humano una nueva ontología, que hace
del hombre una criatura nueva nacida del agua y del Espíritu Santo. El
Bautismo es el acontecer del hombre nuevo, es el injertarse de la criatura
nueva en el místico cuerpo de Cristo que es la Iglesia. El Bautismo devuelve la
belleza original a la criatura, aquella belleza perdida por el efecto destructor del
pecado original.
Unos pasos más hacia delante, un gran crucifijo en madera atrapa
completamente la mirada de quien, con inteligencia conmovida, visita el templo.
El crucifijo, la memoria viva de la redención, la memoria viva de un Hombre, el
Hijo de Dios, que muriendo nos ha devuelto la inmortalidad. La cruz -y el
crucificado- nos recuerdan también cuan pecadores somos y nos señalan dos
hermosos confesionarios a unos metros de distancia a ambos lados de la
Iglesia. Los confesionarios son dos auténticas joyas del barroco, con dos
metros de alto por casi uno de ancho y ricamente adornados con numerosos
17. 10
arabescos pintados con colores vivos. Cada detalle es atentamente cuidado
según aquel espíritu cristiano que caracterizaba a la época, por el cual la
experiencia de la fe tenía que ver con todo. La belleza de los confesionarios se
expresa en la totalidad del diseño y de la pintura, como también en la sencillez
de la estructura que permite al pecador arrodillarse cómodamente delante del
confesor y pedir perdón por sus pecados. El confesionario expresa
estéticamente el sentido teológico del sacramento: lugar de la gracia
reencontrada después de la experiencia triste del pecado. La gracia recibida
como don en el bautismo es continuamente recuperada como don, a través del
sacramento de la Confesión. La belleza de los confesionarios, que resplandece
en todos los detalles, nos remite a la belleza de la gracia que a través del
sacramento es restituida al hombre y enriquecida por la misericordia de la
Iglesia.
El púlpito se halla casi adosado a la tercera columna -contando desde el altar
principal-, mide más o menos siete metros de altura y su forma es hexagonal.
La base parece representar a un gladiador antiguo -por su vestimenta- que con
sus brazos en alto lo sostiene, y al cual el sacerdote llegaba a través de una
escalerita. Además, muestra bellísimos dibujos, reproduciendo en pinturas ya
casi decoloradas, unos predicadores cristianos.
El altar mayor es el centro de la nave principal y se eleva por debajo de una
amplia bóveda, descansando sobre cuatro ménsulas probablemente de
urundey de las cuales se desprenden columnas profundamente ornamentadas
de guirnaldas de mores en madera tallada.
La nave del altar muestra una combinación de dibujos alegóricos y un
revestimiento de polvillo de oro y plata. El majestuoso retablo, obra del maestro
portugués José de Souza Cavados y maestros artesanos de la Reducción
Franciscana de Yaguarón, entre los años 1755 y 1772, mide 14 metros de alto
por 6 de ancho y 3 de profundidad.
Hecho en madera de petereby, en estilo barroco portugués, influenciado por el
Rococó Francés, muy propio de la época. Se destaca la belleza de la
18. 11
excepcional policromía que caracterizan todos los detalles que forman de este
retablo la viva imagen del Romano en la tierra.
Este conjunto de belleza no solamente contiene en miniatura el contenido de la
revelación cristiana, sino que indica el camino de la salvación. Existen como
dos movimientos que caracterizan la totalidad del retablo, dos movimientos que
describen el acontecimiento cristiano: la historia de la salvación del hombre y
del cosmos. El primer movimiento es de arriba hacia abajo y describe la
trayectoria de la Encarnación, mientras que el segundo es de abajo hacia
arriba, describe el camino de la libertad humana que adhiere al Misterio de la
redención.
Por otra parte, nos sería imposible comprender y gustar la belleza del retablo,
que es una acabada catequesis sobre los Misterios de la fe católica, si no
conociéramos qué es el Cristianismo. Podríamos decir que los franciscanos al
crear este retablo tenían claro, -como en la Edad Media cuando el pueblo en su
mayoría no sabía ni leer, ni escribir-, que el lenguaje del arte es la forma de
comunicación más inmediata para explicar las verdades de la fe. El retablo del
altar mayor es un verdadero libro de catequesis, en el cual el indio convertido
podía leer y gustar la belleza del encuentro hecho con Cristo. La estética
cristiana es propuesta como un modo de conocimiento. Aclarado este punto
volvemos a la cuestión: ¿qué es el Cristianismo?
Contemplando el retablo se vuelve manifiesto que no es una religión, es decir,
una tentativa humana de dar un rostro al Misterio, un esfuerzo humano de
imaginarlo. La razón del hombre, por su naturaleza reconoce la necesidad de
un Misterio, de una "x" explicativa de la realidad, pero no puede, con su
capacidad, quedarse en el vértice de este reconocimiento sin crear el ídolo, es
decir, sin dar un rostro a esta "x". Podemos definir las religiones como un
movimiento de abajo hacia arriba, una tentativa de unir el presente con el
infinito. La imagen que Víctor Hugo describe en su obra "Le point" me parece la
más adecuada para describir este esfuerzo y también para decir qué es, en
cambio el Cristianismo.
19. 12
El altar mayor del templo de Yaguarón, su bellísimo retablo es la descripción
exacta de esta verdad. En la parte más alta, la figura de Dios Padre que
sostiene en la mano al mundo, rodeado de los querubines, envía al Espíritu
santo, representado en forma de paloma a la Virgen María: "El Verbo se hizo
carne y vive entre nosotros" en la Eucaristía, de la cual el sagrario y el
magnífico altar son el lugar del sacrificio y de la presencia física del Hijo en el
tiempo y espacio.
Los querubines son los que sostienen la figura de Dios Padre, que está
representado con la mano derecha levantada en signo de poder y de bendición
y con la izquierda sosteniendo al mundo, "obra de sus manos", y sobre el
mundo brilla una cruz dorada, símbolo de la nueva creación realizada por
Jesús, su Hijo. El triángulo corona la cabeza del Padre, esculpido según la
tradición iconográfica, con cara de anciano y barba plateada. El triángulo
representa la Trinidad y la Unidad de Dios.
Dos angelitos con una faja colorada al viento vuelan al lado del Padre, uno
ayudándolo a sostener el mundo y el otro con las manos abiertas alabándolo.
Esos mismos angelitos parecen sostener el sagrario en el cual vive Cristo
Eucarístico.
También los querubines que sostienen la figura del Padre, ahora los
contemplamos formando una corona alrededor de la puerta del sagrario, en la
cual un hermoso bajorrelieve representa al cordero de Dios inmolado y al
mismo tiempo victorioso. El sagrario es de una hermosura impresionante,
testimonio de la conciencia que los indios cristianos tenían de la presencia
eucarística.
Los tres arcángeles ocupan lugares diferentes: San Miguel, símbolo de la
victoria parcial sobre el mal en el lado derecho mirando el Sagrario, como
diciéndonos que la victoria final y definitiva sobre el mal es el acontecimiento de
Cristo; San Gabriel tiene su nicho en la parte derecha de arriba del retablo,
mientras San Rafael en la parte izquierda. Ambos son representados según la
iconografía tradicional.
20. 13
Finalmente, a la izquierda del Sagrario, en un nicho, encontramos la figura del
Santo Patrono de Yaguarón, el franciscano San Buenaventura, con su
vestimenta de obispo.
Todas estas figuras forman parte de la belleza, grandeza y santidad de la
Iglesia.
La mesa del altar muestra una combinación de dibujos alegóricos y un
revestimiento de polvillo de oro y plata.
Entrando a la izquierda una linda escalera de madera policromada nos lleva a
un entrepiso, donde en las antiguas iglesias era ubicado el coro que
acompañaba las diferentes liturgias del año. El canto, como la arquitectura, la
pintura, la escultura, era parte integrante de la comunidad cristiana y de su
expresividad creativa. El canto, como afirma Mons. Luigi Giussani, es "la
expresión más alta del corazón humano, la caridad más grande que existe,
porque el canto acerca y permite la visibilidad del Misterio. No existe ningún
instrumento más educativo del corazón humano como parte de un pueblo, es
decir una comunión, no existe nada que glorifique a Cristo más que el canto".
Por detrás del altar mayor, transversalmente está la sacristía de doce metros
de largo que se asemeja más bien a una capilla. Por arriba está cubierta de
una falsa bóveda trabajada con piezas rectangulares de madera bellamente
tallada y con una policromía de verde, rojo, gris y violeta. En la misma sacristía
se alza un retablo en el cual aparece combinado un altar con varias líneas de
cajonería, todo tallado admirablemente. Estos colores como también los del
templo, fueron obtenidos de sustancias vegetales: el negro del ñandypa (ginipa
americana) el rojo del urucú (bixa orefana), el verde del yryburetyma
(eupatorium laeve) y el amarillo del ysypó (escobedia scabrifolia).
La sacristía para la comunidad cristiana no era el depósito del templo, sino una
parte integrante del mismo y tenía la unción de ser el lugar en que el sacerdote
se preparaba para la Santa Misa, y también el lugar en que se guardaba todo lo
que servía para el desarrollo de la liturgia, en particular de la Santa Misa. El
nombre "sacristía" nos recuerda la unción sagrada de este lugar. Por este
motivo la sacristía de Yaguarón parece una capilla de la misma iglesia y el
21. 14
ropero que guarda la vestimenta y los usos sagrados semeja un altar en el cual
dominaba la figura del crucifijo. Cada detalle de la sacristía y de los diferentes
muebles que la caracterizan son expresión de aquella belleza, de aquella
armonía que expresaba la santidad de los que habitaban aquel pueblo.
El retablo
Eminentemente católico, el retablo barroco se encuentra en el altar mayor de
Yaguarón. Es importante aclarar que el retablo no es una invención del barroco
pero, sin embargo, aparece claramente como una forma privilegiada del
sistema y se aviene a la noción del aparato. La unidad del barroco y la
contrarreforma, implica la unidad de lo estético y lo sacramental. De ahí que el
retablo sea una escenografía que seduce debido al sentido provocado por una
verdadera arquitectura.
Hay órdenes superpuestos, columnas, pilastras, frontones, nichos, y ménsulas.
Todo está cargado de un acento voluntario, es deliberado: ¡Nada es demasiado
precioso para la casa del Señor! El dorado de la madera atrae la mirada al
centro de la composición.
EL ALTAR DE YAGUARÓN
El altar de Yaguarón es el desvelarse de los tres misterios de la Iglesia:
- la Santísima Trinidad
- la Encarnación
- la Redención
Representa el desenlace de un discurso que aparece como una espera de
esta revelación. Veamos la expresión de sus riquezas. Hay en el barroco una
aprehensión literaria del orden material con su valorización sobre todos los
planos, que se opone a la purificación intelectual, cartesiana, de la naturaleza y
a la depuración "malherbiana" preciosa y académica. El barroco no hace
elección ni jerarquía, pareciera que confunde todo. La unidad de la obra de
22. 15
Yaguarón, es una unidad de convergencia hacia el altar y tiene esta "confusión"
igualitaria de las categorías. La truculencia y el amaneramiento representan la
creación del universo, donde todas las cosas tienen sentido solamente como
componentes no privilegiadas del mundo, es decir, dejan el trono a lo más
importante: Jesús Eucaristía, quien absorbe todas las posibilidades
decorativas.
Iglesia Católica mantiene silencio sobre despojo al
templo de Yaguarón
En mayo de 1854, Don Carlos Antonio López, mediante una “suprema
providencia” dirigida al Jefe de urbanos de Yaguarón, solicitaba el envío de
unos retablos colaterales de la Iglesia de dicha localidad, que según Don
Carlos, estaban “por demás” y que “pueden servir para otro destino”.
Por supuesto, en aquel entonces nadie podía objetar semejante pedido, más
aún cuando el dictador estaba construyendo una Iglesia para su futuro
mausoleo, en cercanía de su casaquinta. Es así que octubre de ese mismo
año, el jefe de Urbanos, informaba a Don Carlos que había cumplido con su
pedido remitiendo en 14 carretas los altares laterales desarmados, cercenando
así la emblemática Iglesia de Yaguarón.
Desde hace 50 años, los yaguaroninos reclaman la devolución de dichos
altares, en diversas oportunidades, pero sin resultados. En la actualidad una
nueva iniciativa de pobladores busca concretar el retorno.
Carlos Antonio López escribe al jefe de Urbanos de Yaguarón
“Se me ha dicho que hay en esa iglesia unos retablos colaterales, que allí están
por demás y para ver si pueden servir para otro destino, tome Usted las
medidas de alto y ancho de cada una y el número de nichos o acomodar los
santos que tengan, debiendo también expresar ….. la base de pintura para
determinar con estos conocimientos el envío de un práctico para desarmarlos y
acomodarlos bien de manera que no lleguen a estropearse en carretas.
También calculará en cuantas carretas le puedan traer, cuyas explicaciones
23. 16
asentará Usted a continuación de esta nota y me dirigirá”, reza la suprema
providencia de Carlos Antonio López dirigida al jefe de Urbanos de Yaguarón, y
que tiene la fecha de “Asunción mayo 26 de 1854”
Reclamos de los yaguaroninos
En agosto del año 2016, el intendente de Yaguarón doctor Luis Rodríguez,
remitió una larga misiva al ministro de Obras Públicas y Comunicaciones de
entonces Ramón Giménez Gaona peticionando la restitución de los dos
retablos laterales que forman parte de la estructura artística del majestuoso
templo de San Buenaventura.
El 30 de noviembre del 2017 el intendente Rodríguez remitió otra nota. En esa
ocasión acudió al nuncio apostólico Eliseo Ariotti, informando sobre el inicio de
las gestiones tendientes a la recuperación de los altares laterales.
El 22 de mayo del 2018 Rodríguez volvió a remitir una nota al párroco de la
Iglesia de Trinidad, presbítero César Llamosa, en la que ruega a la feligresía de
Trinidad “estudiar y tratar para ceder los altares laterales”. A cambio la
municipalidad se ofreció donar a la Iglesia de la Santísima Trinidad una réplica
exacta de dichos altares.
Patrimonio de la humanidad
Según Rodríguez, la devolución de los referidos altares es de suma
importancia porque la Iglesia de San Buenaventura de Yaguarón se encuentra
en la lista de espera de la UNESCO para convertirse en Patrimonio de la
Humanidad. Sin embargo, todas las instituciones, incluida la Iglesia Católica
mantienen un silencio sobre el reclamo de los yaguaroninos.
Una fuente de la Arquidiócesis, consultada por periodistas de “Primer Pliego”
quien por prudencia solicitó el anonimato, señaló que corresponde devolución
de los altares laterales pues evidentemente se trata de un despojo y que la
Iglesia no puede ser cómplice de una arbitrariedad de ese tipo.
24. 17
Argumentó que quienes tienen la responsabilidad de decidir en este tema son
los obispos de ambas diócesis. Es decir, monseñor Edmundo Valenzuela, de la
arquidiócesis y monseñor Celestino Ocampo de la diócesis de Carapeguá, bajo
cuya jurisdicción se encuentran los templos afectados. “Esto se puede
concretar simplemente mediante un acuerdo entre ambos obispos”, señaló la
fuente. En noviembre del 2019 un nuevo pedido de devolución de los
yaguaroninos fue presentado a la arquidiócesis de Asunción. Sin embargo,
nuestra fuente asegura que no existen registro de que se haya solicitado la
devolución.
En el año 2012, el periodista Javier Yubi, publicó en la revista dominical de
ABC Color un fotomontaje realizado a pedido del arquitecto Julio Decoud,
presidente del Comité Paraguay de ICOMOS (consejo Internacional de
Monumentos y Sitios). Mediante este recurso se pudo tener una visión real de
cómo se veía el conjunto escultórico en su estado original.
“Es de una belleza extraordinaria y hay toda una secuencia y una comunicación
que se cortó con el retiro de los dos altares laterales. Se ve que las columnas
salomónicas del centro son perfectas, como las que están en Roma y las de los
costados van cambiando según la imaginería indígena y se vuelven una
especie de troncos. O sea que esas columnas tan complejas se convierten
prácticamente en tronco de árboles a los costados. Entonces, otorga una
lectura en secuencia de la relación entre los evangelizadores y los habitantes
primitivos de Yaguarón”, señalaba en dicha publicación Decoud.
Julio Decoud, declaraciones a la Revista Dominical de ABC Color, en el 2012.
Un verdadero acto de patriotismo
Según el experto sería un verdadero acto de patriotismo lograr que los altares
laterales sean devueltos a Yaguarón. “Yo vería con buen agrado si esos altares
se restituyeran en su lugar original. Creo que esa Iglesia de Yaguarón es uno
de los conjuntos artísticos que deben ingresar a la lista de Patrimonio de la
Humanidad, como las ruinas jesuíticas. Pero para eso tiene que estar
reconstruida con sus altares laterales. Supongo que no sería una cuestión fácil,
25. 18
porque el hecho de estar tanto tiempo en una Iglesia, posiblemente haya
creado un sentido de pertenencia en la gente, pero si fuéramos realmente
patriotas, tendríamos que hacer renunciamientos frente a un bien común, que
es la Iglesia de Yaguaron orgullo de todo el Paraguay”, ratificaba Decoud en la
publicación de referencia.
Historia de los retablos de Yaguarón
Ahora queda esperar que los obispos de Carapeguá y la arquidiócesis
demuestren un poco de madurez y patriotismo para reparar el rastro de la
prepotencia de un gobernante y devolver al templo de Yaguarón todo su
esplendo, tal como fue concebido en su origen.
El conjunto de la imaginería sacra de Yaguarón fue hecho por el escultor
portugués José de Souza Cavadas en la segunda mitad del siglo XVIII. La
población se estableció como Misión Franciscana en 1586, bajo la tutela de los
frailes Luis de Bolaños y Alonso de San Buenaventura. En 1755 se inició la
construcción del tempo y finalizó en 1772.
Iglesia de Yaguarón forma parte de circuito turístico
La iglesia de San Buenaventura, antiquísima, exótica y de inigualable valor
cultural, es la carta de presentación para el turismo alternativo del 9°
departamento.
Ubicada en la "puerta de entrada" a la región, el lugar sacro forma parte del
Circuito de Oro turístico del país. YAGUARÓN (Catalino Ibarra, corresponsal).
Conocida como la Maravilla de Arte Barroco-Franciscano-Guaraní, el templo
local conserva originales tallados y pinturas sobre madera. La calidad del arte
sacro se puede apreciar en el retablo, los confesionarios y los detalles que
componen las aberturas del imponente local.
El origen del poblado data de 1586, tiempo en que se estableció en el lugar la
misión franciscana encabezada por los frailes Luis de Bolaños y Alonso de San
buenaventura. En esa ápoca la ciudad era poblada por indígenas carios-
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guaraníes, que más tarde trabajaron en los tallados que hasta hoy lucen
incomparables en el interior de la iglesia.
Según los documentos, la construcción del templo se inició en 1755 y fue
finalizada en 1772. El altar de la iglesia es una de las Maravillas del Arte
Barroco Franciscano-Guaraní. La dirección de esta obra es atribuida al artista
portugués José de Sousa Cavadas, quien habría orientado a los indígenas para
construir el retablo.
En la cima del altar se puede apreciar la representación viva de Dios, un rostro
que los franciscanos le dieron a Jesucristo, con ojos ligeramente rasgados y
pómulos salientes, muy parecido a los nativos guaraníes.
Se presume que esa caracterización franciscana (no utilizaron la cruz), a
diferencia de la jesuita, era para catequizar a los nativos sobre la bondad y no
sobre un ser crucificado. Para los franciscanos era demasiado violento iniciar la
evangelización de los guaraníes sobre el concepto de la vida y la muerte.
En la actualidad, el templo sigue siendo un centro religioso y cultural de la
región, visitado anualmente por miles de turistas. Su exuberante belleza interior
es la principal atracción.
Marca Pypore
La iglesia de Yaguarón forma parte del Circuito de Oro, que la Red Cooperativa
de Emprendedores Turísticos (Cotur) promociona como Marca Pypore, un
recorrido a pueblos y ciudades con legado franciscano en su arquitectura, vida
cotidiana, artesanía y gastronomía.
El proyecto es dirigido por empresarios particulares y cada semana trae a esta
comunidad a cientos de turistas paraguayos y extranjeros, con ganas de
conocer el encanto expresivo de arte nativo-guaraní.
En peligro
El intendente local,, alertó sobre el peligro de daño en la estructura del templo
que está causando la gran cantidad de vehículos pesados que circulan por la
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zona. El jefe comunal dijo que las paredes de adobe de la iglesia no aguantará
por mucho tiempo.
El jede comunal, se refirió de ese modo a la multiplicación del tráfico vehicular
por la Ruta I, que pasa enfrente y a un costado del templo. El aumento del
tráfico fue a partir de la habilitación de la vía que une Paraguarí con Villarrica.
El centro de conservación del patrimonio cultural
Es un organismo no gubernamental, sin fines de lucro, de carácter autónomo y
multisectorial, integrado por profesionales vinculados a diferentes aspectos del
gran tema de la conservación de los bienes culturales.
Al observar el proceso de deterioro de edificios, sitios y áreas de valor cultural y
ambiental de nuestro acervo museístico y documental, se creó un programa
alternativo para la protección de los mismos, en noviembre de 1991, tarea que
se institucionalizó en marzo de 1994 con la fundación del Centro de
Conservación del Patrimonio Cultural, orientado hacia todos los estamentos de
la comunidad, con el objetivo de difundir y promover la aplicación de principios
y políticas de preservación, restauración y puesta en valor del patrimonio
histórico, y su proyección como factor de desarrollo.
Para ello se aplica un sistema que fortalece y asegura la participación pública
en la protección de nuestra herencia cultural: socios patrocinadores, grupos de
voluntarios y amigos colaboran desde el Centro de Conservación del
Patrimonio Cultural en los diferentes proyectos de revitalización de edificios y
distritos históricos, en programas educativos y de carácter social.
El Centro de Conservación del Patrimonio Cultural tiene su sede en el antiguo
"Almacén Viola", de principios de siglo (fue construido en 1919), ubicado
estratégicamente en el centro histórico, al costado del Palacio de Gobierno y
enfrente a la Bahía de Asunción. El edificio fue restaurado en 1994 y
reacondicionado para desarrollar los programas de apoyo de la institución.
Este predio, cuya puesta en valor es un ejemplo de la cooperación entre el
sector público y el privado, se halla en un área de especial interés ambiental,
histórico y cultural, en el núcleo fundacional de la ciudad, donde se yerguen
28. 21
numerosos inmuebles de valor patrimonial en razonable estado de
conservación, algunos ya restaurados y otros en proceso de rehabilitación.
La zona conserva importantes huellas históricas y sitios arqueológicos
significativos. La bahía y las plazas también otorgan al lugar características
singulares con respecto a otros del Centro Histórico.
En el mismo edificio del Centro de Conservación del Patrimonio Cultural tienen
sus oficinas administrativas y técnicas la Fundación Cabildo, el Centro Histórico
de la Municipalidad de Asunción y el Comité Nacional del ICOM (Consejo
Internacional de Museos).
El complejo edilicio del Centro de Conservación del Patrimonio Cultural sirve
también de centro alternativo en el que se realizan conferencias, seminarios,
exposiciones, visitas guiadas, conciertos y reuniones diversas.
Uno de los emprendimientos de mayor envergadura del Centro de
Conservación del Patrimonio Cultural es el Plan de revitalización de la fachada
del litoral del Centro Histórico. Este proyecto se realiza conjuntamente con la
Municipalidad de Asunción, mediante un convenio de cooperación y asistencia,
con el apoyo y participación de otras instituciones que operan en la zona. El
objetivo es la recuperación del asentamiento más antiguo de Asunción, de gran
valor paisajístico, histórico y cultural.
Lo que queda hoy
Después de todos los avatares de este templo y a pesar de las cosas que se
perdieron, su visión sigue siendo majestuosa. El exterior, como se apuntó más
arriba, es de una llamativa sencillez, si bien las intenciones en un comienzo
fueron otras. Gustavo Gutiérrez lo cita a Francisco de Aguirre, quien escribió:
"Quisieron hacerla de bóveda y ya estaban sacando los cimientos y altas las
paredes más de una vara cuando puso contradicción el cura al administrador,
pidiendo que se hiciese al estilo general de la Provincia y el Gobernador lo
resolvió por ser obra inacabable y superior a las fuerzas del pueblo" (5).
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Sobre este mismo tema, Margarita Durán señala: "El obispo Manuel Antonio de
la Torre dejó escrito en su informe de la visita pastoral a Yaguarón en 1761,
que el administrador del pueblo “ideó hacer una magnífica iglesia de piedra por
sus intereses particulares y después de haber comenzado unos costosos
cimientos y levantado la obra poco más de una vara de tierra, se frustró esa
idea y se perdió tan costoso trabajo, determinando después de hacerla de
postería, la que años ha está iniciada y meses ha suspensa por dedicarse el
Administrador a particulares faenas. Siendo cosa ridícula haber gastado no
poco en la construcción del retablo mayor, de presente, estando de futuro el
templo"
A pesar de esta sencillez, el volumen que de pronto se levanta en el centro de
un gran espacio verde, en medio del pueblo, impresiona en cualquier momento,
no sólo la primera vez. En la fachada hay tres puertas chic corresponden a las
tres naves que posee el templo. Y a la derecha de la puerta principal, de
madera, de dos hojas profusamente trabajadas, hay una piedra rosada con un
bajorrelieve en donde se puede adivinar, ya a duras penas, a Sansón luchando
con un león. Y hay una fecha: 1755. Josefina Plá señala que esa podría ser la
fecha de la consagración del templo.
Apenas se entra al templo, se percibe la monumentalidad del mismo. Un Cristo
crucificado, tallado en madera, es la primera imagen que se percibe. Y a los
costados, los dos confesionarios que sobrevivieron a las revoluciones
mencionadas. Aparentemente iguales, no se repiten en ninguno de ellos
motivos decorativos del otro. Debidamente restaurados, han perdido su función
original y ahora figuran nada más que como "piezas de museo".
El techo y las columnas están profusamente decorados con formas inspiradas
en la flora local, decoración que se prolonga hasta el retablo central. Esta es
una modalidad que estuvo muy en boga en la época. Algo similar puede verse
en el templo de Capiatá y hay algunos vestigios, aunque muy incompletos, en
otros templos de la zona. Los dos altares laterales han sido sustituidos por
otros, ya que ellos, como lo anoté en otra parte, fueron trasladados a mediados
del siglo pasado al templo de Trinidad, en las afueras de Asunción.
31. 24
Diseño
El presente trabajo presenta un diseño no experimental por que se realiza sin
manipular las variables en ella se observan los fenómenos tal y como se dan en su
contexto natural.
Nivel
El nivel del estudio será descriptivo porque se describirán los diferentes
elementos planteados en relación al tema de estudio.
Enfoque
El enfoque es de tipo cualitativo porque los resultados de los elementos
trabajados no serán expresados en forma numérica y sino se describirán considerando
las teorías existentes.
Unidad de análisis
Patrimonio cultural tangible del Paraguay específicamente se analizará
diversos aspectos de La Iglesia de Yaguaron
Técnicas e instrumentos de recolección de información
Las informaciones se obtendrán mediante investigación bibliográfica y de
página de internet.
33. 26
CONCLUSIÓN
La realización del presente proyecto final de estudios sobre El estudio
histórico y análisis constructivo de la Iglesia de Yaguaron ha servido para
aumentar los conocimientos sobre los sistemas constructivos y los materiales
que se utilizaban durante el Renacimiento, en el siglo XVI.
Incertidumbre, tristeza e impotencia son sensaciones que ahondan en
torno al templo de San Buenaventura de la ciudad de Yaguarón, departamento
de Paraguarí, por el estado actual, y cuyo valor histórico, cultural y religioso es
invaluable.
Esta iglesia fue declarada patrimonio histórico cultural por Ley 2206 del
2003 y hoy clama por una urgente restauración, ya que desde el 2015 las obras
se encuentran paralizadas.
La imperiosa necesidad de ejecutar medidas de conservación permitirá
que la estructura edilicia perdure aún más con el tiempo
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RECOMENDACIÓN
A las Autoridades que la Iglesia de Yaguarón siga formando parte del Circuito
de Oro, que la Red Cooperativa de Emprendedores Turísticos (Cotur)
promociona como Marca Pypore, un recorrido a pueblos y ciudades con legado
franciscano en su arquitectura, vida cotidiana, artesanía y gastronomía.
El proyecto es dirigido por empresarios particulares y cada semana lleva a esa
a esa comunidad a cientos de turistas paraguayos y extranjeros, con ganas de
conocer el encanto expresivo de arte nativo - guaraní, reflejada en la Iglesia de
Yaguaron.