2. MANTENIMIENTO Y MEJORA DE LAS ACTIVIDADES
DIARIAS DE PERSONAS DEPENDIENTES EN
INSTITUCIONES:
Cuando un nuevo usuario ingresa en una institución, en los
primeros días se llevarán a cabo:
Valoración global del residente.
Entrevistas con familiares.
Observación del periodo de adaptación.
Programación Individualizada de Intervención.
3. Los objetivos que se deben plantear en la intervención de
las funciones cognitivas de los residentes irán dirigidos a:
• Prevenir
• Mantener
• Ralentizar
• Recuperar
4. FUNCIONES COGNITIVAS:
Memoria.
Atención.
Orientación espacial,
temporal y personal.
Razonamiento.
¿QUIÉN LLEVA A CABO EL
ENTRENAMIENTO DE LAS
FUNCIONES COGNITIVAS?
Psicólogos.
Terapeutas ocupacionales
(TO).
Educadores Sociales.
Profesional sociosanitario
bajo la supervisión de
otro profesional.
5. Da seguridad e incrementa la autonomía personal del
paciente.
Estimula la propia identidad, la autoestima y dignifica a la
persona.
Minimiza el estrés y previene reacciones psicológicas
desadaptadas.
Evita la desconexión con el entorno y fortalece las
relaciones sociales.
MANTENER LAS CAPACIDADES
COGNITIVAS:
6. Tipo de demencia.
Estado cognitivo.
Nivel de gravedad (grado de alteración cognitiva,
necesidad de supervisión y asistencia).
Estado funcional (capacidad para manejarse con tareas
simples y cuidar de sí mismo).
LOS PROGRAMAS DE ESTIMULACIÓN
COGNITIVA SE HARÁN TENIENDO EN CUENTA:
7. Terapia de Orientación a la Realidad.
Terapia de Reminiscencia.
Terapia Comportamental.
TERAPIAS DE PSICOESTIMULACIÓN
COGNITIVA
8. TERAPIA DE ORIENTACIÓN A LA REALIDAD
Ayuda al paciente a reducir la
desorientación y la confusión
mental.
Se presenta la información en
forma visual + explicaciones
sencillas + movimientos
corporales.
9. TERAPIA DE
REMINISCENCIA
Consiste en que los residentes
recuerden y hablen de cosas de su
pasado, de sus vivencias.
Se trabaja una vez a la semana a través
de fotografías, música…
10. TERAPIA COMPORTAMENTAL O DE
MODIFICACIÓN DE CONDUCTA
Esta terapia resulta
efectiva en os trastornos
de conducta más
frecuentes que padecen las
personas con Alzheimer:
agitación, motora,
deambulación continua,
alucinaciones e ideas
delirante, alteraciones del
ciclo del sueño, etc.
11. No repetir mucho las cosas si observamos que no las
entienden.
No dar largas explicaciones.
Ser flexible.
Utilizar gestos y señales.
Asegurarnos de que nos están prestando atención.
Evitar el ruido.
No trabajarlas al caer la noche ni después de comer.
PAUTAS IMPORTANTES A LA HORA DE
TRABAJAR CON ESTAS TERAPIAS:
La atención psicosocial a personas dependientes sólo es posible si somos capaces de mirarlas a los ojos y reconocer en ellas la misma dignidad que hay en nosotros. No supone atender por caridad o por lástima, sino por derecho. Porque no hay un <<ellos>> y un <<nosotros>>. De ahí la lección más importante que hay que aprender: todos somos personas.
Por ello, es vital que las instituciones abran sus puertas, les dé la luz y les saque el polvo, no sean nunca más sitios en los que abandonar, esconder olvidar; sino lugares en los que cada persona recibe la atención que necesita, la que le permite realizarse y desarrollarse como persona. Atención a personas prestada por otras personas. Personas sensibles, empáticas y valientes, porque atreverse a practicar el amor y la ternura requiere de una fortaleza real, nada que ver con la frialdad técnica que a veces disfraza nuestros propios miedos e inseguridades y nos hace vulnerables.
Cuando un usuario dependiente ingresa en una institución se le realiza una valoración global (bio-psico-social) del estado en que se encuentra. En este primer momento de evaluación, el equipo interdisciplinar se reúne para establecer la situación inicial de la persona.
En los siguientes días a su ingreso se mantienen entrevistas con el usuario y sus familiares y se le observa minuciosamente durante el periodo de adaptación al centro, ya que como vimos en el Módulo 1 es un periodo muy importante y delicado. El profesional debe focalizar su actuación hacia las necesidades de la persona, debe observar, motivar y escuchar al nuevo usuario, debe acompañarlo y ofrecerle todo el apoyo necesario para que elabore su propio procedimiento a partir de sus recursos personales.
Se establecerá si el nuevo residente presenta o no deterioro cognitivo, su grado de discapacidad, de memoria, lenguaje, razonamiento… y a partir de los resultados obtenidos se programará su intervención.
Se tendrá en cuenta las características del usuario, el grado de dependencia que pueda presentar y las capacidades funcionales que conserva.
Prevenir: se debe evitar en la medida de lo posible que el residente tenga deterioro de sus funciones cognitivas derivado de las situaciones de dependencia.
Mantener: el profesional sociosanitario ha de intentar que perduren las funciones cognitivas que aún conserva el usuario el mayor tiempo posible.
Ralentizar: frenar el deterioro normal de las funciones cognitivas derivado del transcurso de los años y el patológico provocado por el avance de enfermedades degenerativas.
Recuperar: una de las metas de la intervención es que la persona dependiente recupere esas funciones, en los casos que sea posible, a partir de la estimulación y ejercicios planteados.
Para conseguir estos objetivos, se promoverá un ambiente rico en estímulos a lo largo de todo el día a partir de unas pautas de interacción y comunicación por parte de los profesionales, familiares y todo tipo de personal que esté en contacto con los residentes. Asimismo, se diseñarán los espacios, la decoración, etc., que mantenga al usuario orientado y conectado con la realidad.
Cuando hablamos de funciones cognitivas, hacemos referencia a la memoria, atención, orientación y razonamiento. En este módulo vamos a ver de forma superficial a qué nos referimos cuando hablamos de funciones cognitivas, y de algunas terapias que se pueden utilizar para el entrenamiento y mejora de estas funciones.
Aclarar también que este entrenamiento lo va a realizar por norma general un profesional cualificado, como puede ser psicólogo, terapeuta ocupacional o educador social, aunque también podremos llevarlo a cabo nosotros como profesionales sociosanitarios bajo la supervisión de otro profesional de los citados anteriormente.
¿Qué supone mantener las capacidades cognitivas del residente?
Va a suponer dar seguridad e incrementar la autonomía personal del paciente, así como mantener el mayor tiempo posible sus capacidades funcionales, y mejorar su calidad de vida.
Estimula su propia identidad, mejora su autoestima y lo dignifica como persona.
Minimiza el estrés del residente al sentirse mejor y más orientado y previene reacciones psicológicas desadaptadas, como agresividad, nerviosismo, ansiedad…
Evita la desconexión con su entorno y favorece las relaciones sociales con sus compañeros y trabajadores del centro.
A la hora de trabajar con los residentes, hay que tener en cuenta una serie de factores como: el tipo de demencia que presente el residente, su estado cognitivo, el nivel de gravedad con respecto al estado cognoscitivo, y el estado funcional que presente, la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria.
Hay que señalar que estas terapias no son válidas para todas las personas, el residente tiene que encontrarse en un nivel aceptable de cognición, no podríamos trabajar con un usuario que se encuentre en un nivel avanzado de la enfermedad.
Las terapias de psicoestimulación cognitiva se dirigen a estimular aquellas áreas intelectuales que todavía están preservadas.
Estas terapias están indicadas para pacientes que se encuentran en fases leves y moderadas de la enfermedad.
En esta terapia se va a trabajar la orientación personal (se refiere a la orientación en cuanto a la persona, saber quién es, en qué trabajó, cuantos hijos tiene, cómo se llama…), la orientación temporal (saber situarse en el tiempo, saber el día, mes y año en que se encuentra, a qué hora es la comida, en qué fecha se casó, cuándo es su cumpleaños…) y la orientación espacial (consiste en situarse en el sitio en el que se encuentra, dónde vivía hace unos años, en qué pueblo y comunidad autónoma se encuentra, dónde está el comedor…) y puede ser aplicada en dos formatos distintos:
Trabajo en grupo terapéutico: se trabaja la orientación con un grupo de personas con un nivel similar de capacidades cognitivas, las sesiones durarán entre 30 y 60 minutos y se lleva a cabo varias veces a la semana.
Orientación a la realidad 24 horas: al residente se le aporta información las 24 horas del día, para que pueda situarse en el espacio, en el tiempo y respecto a su persona. Se le dará información verbal y no verbal a través de calendarios, paneles de orientación, etc. Este tipo de orientación se la dará el profesional sociosanitario, desde que el usuario se levanta hasta que se acuesta. Ej.: Se le da los buenos días al residente, se le dice la hora que es y qué día es hoy, que el día está soleado. A continuación se le informa de que vamos a ayudarlo a asearse y que posteriormente iremos al comedor a desayunar, etc. Así hasta la hora de acostarse por la noche.
Para llevar a cabo esta terapia el residente debe tener unos niveles aceptables de capacidad de memoria remota (a largo plazo).
Es efectiva en pacientes que no se encuentran en una fase muy avanzada de la enfermedad.
Para modificar una conducta se pondrán en práctica varias técnicas de modificación de conducta como el refuerzo positivo, refuerzo negativo, el modelado, el moldeado, encadenamiento, instigación, etc. Que veremos detenidamente en el siguiente módulo.
A la hora de poner en práctica estas terapias, debemos tener en cuenta estas pautas que acabamos de mencionar.
-Si observamos que el residente no entiende lo que intentamos decirle, no debemos repetirles una y otra vez, intentaremos explicárselo de otra forma y si sigue sin entenderlo, pasaremos a otra cosa sin darle importancia a lo ocurrido, ya que esto podría frustrarle.
Hay que explicar las cosas de una forma sencilla y abreviada, ya que con largas explicaciones la persona podría perderse, aburrirse y dejar de atender.
Hay que ser flexibles a la hora de trabajar con las personas, hay que acomodarnos a las distintas situaciones o necesidades.
Además de explicaciones verbales, utilizaremos la comunicación no verbal a través de gestos y señales que refuercen nuestras palabras.
Antes de comenzar con las terapias y durante las mismas, debemos asegurarnos que nos están prestando atención y asegurarnos de que están atendiendo a lo que le decimos.
Hay que evitar ruidos y cualquier otra barrera que dificulte nuestra comunicación con el residente. Debemos trabajar en un lugar tranquilo, alejado de ruidos y distracciones.
Por último, señalar que la mejor hora para trabajar estas terapias es por la mañana, ya que a esa hora las personas estamos más activas y despejadas. De nada sirve ponernos a trabajar con el residente después de comer o al caer la noche, ya que estará cansado, con sueño y requerirá de un mayor esfuerzo para prestarnos atención.
Para acabar este módulo, os dejo este video en el que podemos ver diferentes ideas y modelos para trabajar las capacidades cognitivas y mantener las capacidades funcionales de los residentes. Espero que os guste.