SlideShare ist ein Scribd-Unternehmen logo
1 von 26
Downloaden Sie, um offline zu lesen
G A S T O N M AT U T E
P E R O L O S A B E
Para todos los sabios que me han enseñado.
Índice.
Introducción. Una historia sencilla. Página 1.
Capítulo 1. Alunizaje perfecto. Página 1.
Capítulo 2. Un 31 de Diciembre en Mar del plata. Página 2.
Capítulo 3. Un 31 de diciembre por la noche. Página 2.
Capítulo 4. 1 de Enero. Lo real y lo fantástico. Página 3.
Capítulo 5. 2 de Enero preparando para el viaje. Página 3.
Capítulo 6. 2 de Enero por la tarde de viaje. Página 4.
Capítulo 7. La posada del Ángel. Página 4.
Capítulo 8. 3 de Enero. El sabio y el poeta se encuentran. Página 5.
Capítulo 9. Se vuelven a encontrar el sabio y el poeta. Página 6.
Capítulo 10. 4 de Enero. Tercer y último día del sabio y el poeta. Página 7.
Capítulo 11. Mis versos nocturnos. Página 10.
Introducción. Una historia sencilla.
Esto es una historia sencilla, vulgar, una más del montón si lo prefieres. Puedo resumírtela en
dos renglones. Sin bombos ni platillos ni fuegos de artificio. Si esto te satisface, puedes
quedarte con esta descripción introductoria que viene a continuación y obviar el resto de la
novela.
Es como al ver una mujer, puedes pasar de ella sin más, puedes pararte a mirarla un minuto y
con eso te bastará para saber lo necesario, o puedes al verla intuir e imaginarte toda una historia.
Pero solo la conocerás si la vives, si transitas con ella. Lo mismo pasará con mi novela: podrás
pasar por ella, leer el título y dejarla sin más, podrás leer esta introducción y con esto te bastará.
Podrás en el último de los casos imaginarte toda la historia, o al contrario, podrás regocijarte
con ella si la lees. En fin, quizás pasará como con las mujeres que pones todas las expectativas,
piensas que será un novelón, y luego te llevas un total desencanto.
Acá viene, en resumen. Un poeta que desorientado por varios avatares que le sucedieron, decide
alejarse, retirarse un poco de la ciudad. Ir a las colinas. Se encuentra con un sabio. Intercambia
pareceres, y vuelve renovado.
¿Y porque del título? Pero lo sabe. Hurgaba en mis poemas y me topé con unos versos que había
escrito, tan significativos, tan verdaderos, que vienen a resumirlo todo. Que por más que
indaguemos, preguntemos, en el fondo, la mayoría de las veces, lo sabemos. Aunque lo
ignoremos aparentemente, o nos mintamos, o no nos demos cuenta, lo sabemos. O si quieres
lector impertinente que te estarás pensando ¿Pero este qué dice? En el último de los casos así es
como lo pienso, así es como me gusta imaginarlo. Aunque no tenga ni idea de lo que hablo.
Pero lo sabe.
Uno no sabe bien lo que es,
ni describirlo, ni nombrarlo,
pero lo intuye, lo presiente,
sin pensarlo, pero lo sabe.
Capítulo 1. Alunizaje perfecto.
Lo nuestro fue un alunizaje perfecto.
1
Lo nuestro fue un alunizaje perfecto.
Luego de visitar aquel planeta,
de los alienígenas de tres ojos
qué por todos lados te miran,
ante el baile de disfraces se admiran.
En una nave tripulada por un poeta,
que abre con versos los cerrojos.
Y escapar de las cavernas,
de los monstruos de mil cabezas,
que devoran toda la belleza,
Con la serenata sin fin eterna.
Un desafecto por los aspectos circunspectos,
Lo nuestro fue un alunizaje perfecto.
Sin más proyecto, que trayectos desperfectos,
Lo nuestro fue un alunizaje perfecto.
Un idiolecto, incorrecto e imperfecto,
Lo nuestro fue un alunizaje perfecto.
Nosotros afectados por la risa del intelecto,
Lo nuestro fue un alunizaje perfecto.
Leí el poema que acababa de escribir, corregí unas comas, volví a leerlo, se me ocurrieron esos
dos versos finales de la risa del intelecto, en sentido de que el humor es inteligencia, pero luego
pensó que quizás ese verso tenía un par de significados más, pudiera ser que la inteligencia se
estuviera riendo de ellos o de él, o lisa y llanamente que Yo se reía del intelecto, de los
intelectuales y de todo lo llamado inteligencia: la ciencia, las matemáticas, ser instruido. Para mí
la inteligencia pasaba por otro lado, por saber vivir. No está mal querer tener conocimientos
pensó pero antes debemos saber vivir, sentir, dejarse llevar y luego razonar y analizar. Un saber
más intuitivo visceral que analítico. Pensé en el tono del poema, en el mensaje. Me sonaba a
escudo contra los mandatos, las miradas inquisidoras, los aspectos circunspectos, que según la
Real Academia Española era: seriedad, decoro y gravedad en acciones y palabras. Justo a mí
que me mofaba de todo eso, de la seriedad y la solemnidad, que me parecía no eran más que
pedantería, vanidad y no quería saber de nada que no estuviera a favor de la risa. Ser una
persona respetable para él era estar a favor de la risa. ¿Qué era la seriedad? ¿Llevar corbata,
caminar altivo y hablar con vos grave? Los buenos comportamientos pasaban por otro lado. Por
eso se le ocurrió alunizar, escapar de los mandatos, de la seriedad. En realidad hay un tiempo
para cada cosa, ya habría seriedad en su momento.
Me propuse alunizar, irme lejos, no sabía dónde, pero necesitaba escapar, estar un tiempo solo,
solucionar mis extravíos, mis desengaños y desilusiones, mis heridas, relajarme un poco, para
poder volver con el aire repuesto. Y pensé en retirarme a un lugar de aire puro, lejos de tanta
polución, contaminado de ideas y mentiras.
Capítulo 2. Un 31 de Diciembre en Mar del plata.
Me fui a la habitación, tiré un bolso en la cama y empecé a poner la ropa que necesitaría para,
supuse, un viaje de dos semanas, y pensé donde ir, no lo sabía. Algún lugar tranquilo, en parte
desolado, con poco y nada que distraigan mis pensamientos. Comenzó a llover, tronar, parecía
que el cielo se caía. Era 31 de Diciembre, por la noche debía reunirme en familia para festejar el
fin de año y desear todo lo que se desea para empezar el año nuevo. Y se me vino de repente,
una idea, fui al living me senté en la máquina y escribí.
Un 31 de Diciembre en Mar del plata
Cuentan por ahí que Hermes, el mensajero de los dioses, le robó el rayo al dios Zeus. Este
enojado no hace más que hacer tronar el cielo. La lluvia es el resumen de todos los ojos que
lloraron en el año. Esa sería la explicación de porqué truena, relampaguea y llueve en Mar del
plata un 31 de Diciembre. Yo supongo que Hermes querría conservar la chispa sagrada, el
2
encanto, el fuego interior que alimenta el alma y que embelesa. También cada vez que llueve
que es ella la que llora. Deja de llorar niña, que me he cruzado con Hermes y me dado la llama y
además, hay poesía para rato, todavía.
Capítulo 3. Un 31 de diciembre por la noche.
Legué a casa de mis padres para eso de las 9 de la noche. Reunido entre padres, abuelos,
hermanos, sobrinos, cuñadas y demás familiares, brindamos y como todos supongo,
agradecimos por un año más y recordamos a los que ya no están.
Ya eran alrededor de la 1 cuando me senté frente al televisor saque el celular y escribí en mi
página web.
Y mi carruaje sigue sin convertirse en calabaza.
A las 12:01 de este año nuevo
Humpty Dumpty es un huevo,
Que sigue mandando al idioma,
y pone donde quiere una coma,
Hace que las palabras signifiquen
lo que él quiera,
Y hace que se versifiquen
a su manera.
A las 12:01 de este año que empieza,
nada se dio vuelta de los pies a la cabeza.
Y un verso para no ver mi alma partirse
me abraza.
Y una mujer para ver a mis dedos divertirse,
se disfraza,
Y mi carruaje sigue sin convertirse
en calabaza.
Lo leí. En verdad que necesitaba irme un rato por ahí pensé.
Capítulo 4. 1 de Enero. Lo real y lo fantástico.
Desperté en casa. Había pasado un año, por un momento no sabía dónde estaba, en mi sueño un
monstruo de mil cabezas me devoraba. ¿Era real? Empecé a divagar:
Uno está entre la vida real y cotidiana y la vida fantástica. Sabiendo que la fantasía ilustra la
realidad y la realidad alimenta la fantasía. Entre estos dos ejemplos de mundos de realidad y
fantasía nada puede pasarnos. Pensé en dos libros ilustrativos: La Colmena, crónicas de lo
cotidiano, a veces tan irrisorio y fantástico, y Alicia en el país de las maravillas, de lo fantástico,
a veces tan serio y real.
La realidad era pura fantasía.
No sé si es ahora a los cuarenta,
a cuanto tan solo diez años tenía,
La realidad era pura fantasía,
Era tan solo vivir como se vive la poesía,
La noche era más oscura todavía,
Teníamos unos sueños fabulosos todavía
Las cosas eran enormes cuando las veías.
Sera que a los cuarenta sigo viendo las cosas,
como cuando tan solo diez años tenía.
Capítulo 5. 2 de Enero preparando para el viaje.
3
Lo bueno de ser poeta es que no necesitas de mucho para andar por ahí. No tienes Que llevar
mucho equipaje; todo está en tu cabeza. Bueno salvo la abultada biblioteca. Pero esta vez no
necesitaba biblioteca, no quería aturdirme con nada, no saber ni pensar, menos sentir, nada.
Me fui a la terminal de micros, a pedir un pasaje quien sabe a dónde, quizás mirando los
carteles, se me ocurriría algo, o también le preguntaría al empleado. Quizás pudiera orientarme
con el lugar. Y no podrás creer la cara que me puso, cuando le dije al de la caja:
-Un pasaje de ida, por favor, a cualquier planeta.
-Discúlpeme, ¿No es usted Gastón Matute, el poeta? me preguntó
-La mayoría de las veces, entre tantas otras cosas- respondí.
-Pues lleve un pasaje de vuelta, invita la casa, siempre debe regresar a la tierra, lo necesitan-
argumento el cajero.
-Muy amable. Como siempre, también, Yo necesito regresar- le dije.
-Acá tiene su pasaje, ¿supongo que necesita alunizar? dijo el cajero.
-Salir un rato, dejarlo todo, irme de los otros, salir de mí- puntualicé.
-Llevará biromes y papeles- indagó el cajero.
-No se puede hacer otra cosa- finalicé.
Capítulo 6. 2 de Enero por la tarde de viaje.
Saque pasaje. Sierras de la ventana. No se me pareció bien. Ventanas. Un lugar donde perder la
mirada. Me siento y miro a mi acompañante, un hombre de unos 75 años aproximadamente,
arrugado por la vida, que se ha desgastado, vivido, sus ojos transmitían sufrimiento y paz al
mismo tiempo.
-¿Va a Sierras seguido?- me preguntó.
-Es la primera vez- le dije.
-¿Y sabe dónde se va a quedar? Preguntó.
-No, solo saque pasaje. Veré cuando llegue.
-Busque la posada del Ángel, es hermoso, ahí trabaja Josefina, salúdela por mí.
-Iré. A propósito: ¿Cómo se llama usted?
-Juan, vivo en el pueblo continuo junto a las sierras. Seré curioso, que lo trae por las sierras.
-Necesito despejarme, serenidad, estar solo por un par de semanas.
-¿Confundido he? No sirve de nada. Yo lo estuve un tiempo, y acá me ve a mis 75 años, no sirve
de mucho, haga lo que tenga que hacer siempre, camine. Quizás le venga bien preguntar por
Jonas, un lugareño de la zona. Lo llaman el viejo sabio de la ventana.
-Lo haré Juan. Lo miré, pensé en sus palabras. Parecía que por esa zona eran todos sabios.
Pusieron un tema de Sabina en la radio. Me perdí en la melodía y la letra. Llegamos. Me
despedí de Juan.
-Gracias por el consejo, buscaré a Jonas. Adiós- le dije.
-No me agradezca a mí, agradézcale a Jonas si lo encuentra, y mándele saludos, suerte.
Capítulo 7. La posada del Ángel.
La posada del Ángel quedaba a dos cuadras de la terminal de la sierra, me fue fácil encontrarla,
caminando por la calle principal a mano derecha. Un paraíso, en medio de las colinas.
La recepcionista de la posada se llamaba Josefina. Era la que me había indicado Juan. Le di sus
saludos.
-A Juan- me dijo- simpático.
-Si un tipo simpático y con pinta de que ha vivido. Una especie de sabio.
-Acá no se sorprenda, pero todos son medio sabios, y el que no lo es los imita, para ponerse a la
altura, por hacer algo o porque no tienen otra cosa que hacer.
4
La miré, aparentaba inteligencia. Me hizo recordar:
-Juan me dijo que por acá había un sabio, que ustedes lo llamaban el sabio de la ventana.
-A Jonas, ese viejo loco, que no le oiga que lo llama el sabio de la ventana, a él no le gusta nada.
-¿Y sabe cómo lo puedo encontrar?
-Si salga de la posada y como a 15 cuadras a su derecha, bajando por el despeñadero, ahí vive
Jonas, al pie de la colina. Es muy hospitalario, como todos por acá dígale que le mango saludos.
-Se los daré.
Me fui a la habitación, me toco la 22. Ya lo jugaría cuando volviera al trabajo. Desarmé la
valija. Me tire en la cama. Y me dormí. Había sido un día agotador. Por el camino, por todo lo
que había pensado.
Capítulo 8. 3 de Enero. El sabio y el poeta se encuentran.
Ni bien me levanté salude a María y desayune, camine por el pequeño pueblo. No tarde mucho
en recorrerlo. Que iba a hacer. Lo pensé. Me dirigí a lo de Jonas.
Llegué. Era una casa muy sencilla. Bien pegada a la colina. Aplaudí, primero salió un perro,
luego un anciano, tendría unos 75 años como Juan.
-Si se haya perdido, este es un buen sitio para encontrarse- dijo Juan a modo de saludo.
Me hizo gracia y le dije:
-Usted debe ser Jonas, Josefina me indicó como llegar, Juan me habló de usted.
Le explique brevemente sin mucho preámbulos porque estaba por acá y el porqué de mi visita.
Jonas me preguntó de repente: ¿Y qué hace un poeta?
-Supongo que dice cosas, escribe- le di miles de razones.
-¿Y qué más, nada más?- siguió preguntando.
Pensé que debía pasar de las palabras a los hechos. Mostrárselo todo con ejemplos. Para mi
suerte era un lugar desolado, pero con wifi, saque mi teléfono, entre en mi blog y le leí cientos
de poemas.
-Pues acá no verbalizamos, todo es fluir, sentir, meditar. Dijo el sabio. Que primero no iba a
decir nada, pero como le había caído simpático y por cortesía, me dio un consejo. Pues .siguió el
sabio- por lo que me cuentas un poeta es como un guerrero inmerso en una batalla, esquivando
golpes y luchando sin saber muy bien en lo que está inmerso y de donde vienen los golpes, pero
batalla. Acá bien somos como el que se aparta de la contienda y ya lejos de la situación desde lo
alto de una colina puede divisar bien lo que está pasando. Solo una vez que te alejas y ves desde
la cima, puedes mirar todo bien, todo el asunto. Aunque batallar sea en su momento lo más
sensato.
-Bueno de eso se trata en parte y además la profesión del poeta es tan necesaria como la del
almacenero o el maestro. El almacenero te dará de comer, el maestro te dirá cómo comportarte
pero el poeta te recordará de tus sueños y deseos, tan esenciales para la vida, como todo lo
demás.
Jonas el sabio lo miro, y no dijo nada.
-Se me va a quedar mirando así nomás, no se más que decirle- le dije.
-No es necesario que dijeras tanto, ven pasa tomemos algo- le dijo Jonas el sabio.
Me preparó un té, como no sabía que decirle, y vi que me miraba, le dije:
-La comunicación es 7% verbal, 38% es el tono del mensaje y un 55% corporal. Considerando
que al leerme no está mi persona, ten en cuenta que yo pongo todo mi cuerpo cuando escribo.
-Lo que sucede es que no puedo estar yo cuando me leen. Se me ocurrió algo para escribir
luego: Otra pena es que al leerme no este yo para susurrarte mi tono y mi postura de poeta mal
habladito.
-Hacen los que no saben y deshacen los que saben- me dijo.
-¿Cómo? Le pregunté sorprendido.
-Vos no me decías hace un rato haya afuera que estabas confundido. Pues no lo pienses
demasiado, hazlo, siempre con principios, claro está.
Me hizo acordar a las palabras que me dijo el día anterior Juan en el micro. Quizás por ahí todos
pensaran parecido.
5
-Cuenta una vieja fábula- siguió diciéndome- que el ciempiés venia caminando y el zorro al
verlo venir, con toda malicia le preguntó: Pero que soltura llevas, y cuanta coordinación al
caminar y mover tantas patas. ¿Cómo lo haces? El ciempiés pensó un minuto trato de dar una
explicación y no pudo, lo que tampoco pudo es volver a caminar.
¿Lo comprendes?
-Creo que si- respondí.
Hablamos un rato largo. Me contó su historia, algunas anécdotas. Me invito almorzar. Dijo que
por la tarde dormía la siesta como todos en el pueblo.
Lo salude. Me dijo que si quería podía volver mañana. Volví a la posada. Cené y ya en la
habitación me puse a escribir. En parte pensando en lo que había hablado con Jonas, y otras en
lo que se me ocurría en el momento. Me dormí al rato.
Capítulo 9. Se vuelven a encontrar el sabio y el poeta.
-¿Y nunca se ha enamorado Jonas? le pregunté.
Si una vez. Ella era sorprendente. Era de una belleza extraña. La recuerdo a ella por su forma de
ser y por sus cosas. En su colección existían libros, anotadores, lapiceras, artículos escolares,
muñecos, jabones. También almohadas, libros. Tenía sus tormentas y sus mareas. Un día se la
llevo una de sus tormentas nunca más la vi, ni volví a saber de ella.
-¿Y la extraña, la recuerda? le pregunté enmudecido.
-A veces- me dijo- Y bueno contame un poco más, quiero aprender de lo que escribes.
Parece que quería cambiar de tema, o le aburría pensar en eso.
-Bueno, primero en toda historia si no hay un personaje o varios no es historia. Si ese personaje
esta, supongamos, borracho o delira de amor, o genera algún conflicto mejor aún. Sino para
nada sirven las historias. Algo así es lo que hago. Personajes que generen cosas.
¿Y para que escribís?- Le preguntó el sabio a modo de llevarlo a donde él quería.
- Para recrear a los Quijotes, Los Principítos, Las Alicias- le contesté. ¿Conoce esas historias?
-Las he oído- contestó.
-¿Y qué le parecen? le pregunté
. Pues puede ser que bien te convenga buscarlos en la vida- me dijo. ¿Y debes tener por lo que
veo tus reglas para escribir?
-No muchas, las pocas que tengo son muy sencillas:
Reglas para escribir correctamente:
Respeta las comas, los puntos, los acentos. Paréntesis, guiones, comillas.
En última instancia escribe a lo loco y de corrido.
Pero por lo que más quieras:
Detesta con impavidez los puntos suspensivos.
-¿Y te sirven?
-No les hago caso- le contesté. Y nos reímos.
-¿Y cuánto tardas en escribir un poema?- Preguntó el sabio. Ya le estaba cayendo bien el poeta.
- Puede ser un día, dos, por lo general son espontáneos, en un segundo. Según el auxilio de las
musas-. Contestó el poeta.
-¿Y qué más hace un poeta?- preguntó el sabio que ya se estaba divirtiendo.
- Bueno- contesté- en parte lanza, a veces, desde una isla desierta, mensajes en botellas al
mundo.
- ¿Al mundo?- Se interrogó el sabio. En todo caso tiraras botellas para que lo recoja solo una
única persona- Finalizó el sabio.
Pensé un poco en lo que hablamos y le dije:
-A mí siempre me conmovió el delirante que hace funcionar las cosas- le dije.
- Es la única manera. Por lo general las bocas más atractivas son las delirantes- Contestó el
sabio.
6
Ya era tarde, me despedí. Me dijo que podía volver mañana. Que se entretenía conmigo. Volví al
hotel. Cené y otra vez escribí un poco más. Me dormí enseguida como la noche anterior.
Capítulo 10. 4 de Enero. Tercer y último día del sabio y el poeta.
Tenía una boca delirante, adictiva, embriagadora, que todo lo calmaba en un susurro.
Detrás de la puerta parecía oírse voces, risas, música de fiesta. Al abrirla solo encontré una
habitación vacía, en penumbras, desolada.
Terminé de leerle lo que había escrito la noche anterior y le dije:
-Mis poemas son a veces caóticos, melancólicos, sentimentales- le dijo el poeta al sabio.
-Vos disfrutas siendo caótico, melancólico y sentimental- le dijo el sabio al poeta.
-¿Quién te hace sudar tinta? ¿Quién te hace golpear el teclado con desenfreno y desenfado a
cuatro manos? ¿Quiénes te educaron para la poesía? ¿En las líneas de que poemas te pierdes?-
Preguntó me pregunto el sabio, que ya parecía un poeta.
-Quien sabe, quizás solo mis versos lo sepan- Contestó el poeta, que ya parecía un sabio.
- A mí me hubiera gustado en vez de poeta, ser sabio.
- A veces Yo no sé si quiero ser un sabio- dijo el sabio.
-A veces- le dije- cierro un libro entro en la vida y paso de lo fantástico a lo ordinario.
-Yo creo que te estás haciendo el tonto- le dijo el sabio-. Vos bien sabes que no hay nada más
fantástico que la realidad, y hasta lo ordinario. Y si lo ves ordinario vos bien sabes cómo hacerlo
fantástico.
Nos quedamos callados. Estábamos contemplando la colina.
Yo hablaba de tanto en tanto y el sabio solo asentía con un Aja, como afirmando o dando a
entender que escuchaba.
De pronto el sabio me preguntó:
-¿Y hay alguna diferencian entre tu poesía y tus novelas?
-Si -le contesté-, la poesía habla por lo general del otro y la novela sobre mí. Es como que la
poesía es más visceral, contestataria, producto del deseo, de lo que me dicte el momento, si
habla de mi es de forma visceral. La prosa o las novelas, son más indagatorias, contemplativas.
La poesía se asemeja más a un grito, un quejido, un suspiro. La novela es dialogo, pensamiento.
Puede haber un poco prestado de la poesía a la prosa y la prosa a la poesía, pero por lo menos
así me parece que funciona la mía.
-Aja- contestó el sabio y siguió contemplando la colina.
-Si vas a decir algo porque no decirlo con un poco de poesía, si vas a contar algo porque no
contarlo un poco novelesco, sin faltar nunca a la verdad, claro está- pensó el poeta y también se
puso a contemplar la colina.
-¿Y qué hay de las musas? me preguntó.
-Te lo voy a contar con un pequeño cuentito que escribí la otra vez- le dije-. Se llama el poeta y
el aprendiz de poeta:
-Será mejor que te busques una musa- le dijo el poeta al aprendiz.
-¿Pero siempre necesitamos una musa, no podemos idearlo nosotros solos, imaginarlo?- dijo en
tono caprichoso el aprendiz de poeta.
-No- dijo determinante el maestro poeta- siempre hay una musa.
-Pero yo ya se escribir por mí mismo, no necesito a nadie- siguió importunando el joven.
-Bueno entonces aunque sea de adorno, pero búscate una musa- sentenció el maestro.
-¿Y qué deber tener un poeta para ser poeta? preguntó el sabio.
-Pensé que eso debería saberlo Usted que es un sabio- le contestó el poeta.
-Es de sabios no saber muchas cosas, ser maestro de nada, aprendiz de todo, sorprenderse cada
7
día, por eso te preguntaba, además, es de sabios escuchar la respuesta de que se necesita para ser
poeta, de un poeta.
El poeta se sorprendió de lo que acababa de escuchar, le gusto, se sentía cómodo con el sabio, y
empecé a decir:
-Bueno supongo que un poeta, como bien dice Usted, tiene ante todo un millón de preguntas y
ninguna respuesta, tiene también demonios, y musas, y hadas, fantasías, almohadas y ganas,
deseos y bueno, yo sigo creyendo que usted lo sabe mejor que yo, y también buena letra ¿No?
Hay que tener todo lo anterior y acompañarlo con buena letra, eso es un poeta, me parece.
-No sabes nada- le dijo el sabio, y rieron juntos.
-¿Y supongo que un sabio ha viajado y visto mucho?- pregunto el poeta.
El sabio pensó un segundo, como nos nostalgia, y contestó:
-No, nunca salí de acá, a mí siempre me gustó este lugar, ¿Para qué voy a salir a otro lado?,
siempre anduve por acá.
El poeta se sorprendió a la vez que se conmovió, lloró para sus adentros. Se le vinieron tantas
cosas de repente. Y pensó que el tampoco necesito nunca salir mucho fuera de su lugar, que las
musas vienen de todo el mundo a visitarlo y que no necesita ver demasiado, que su vida estaba
aquí. Que uno es del lugar de los recuerdos, del que le gusto siempre, del que se siente cómodo,
del lugar más conocido, el que él conoce.
-¿Y para qué sirve la poesía? preguntó el sabio fingiendo inocencia.
El poeta que noto por donde iba el sabio, primero le dijo:
-¿Qué raro que le guste fingir a un sabio, mostrando desconocer ciertos temas?
-Tranquilo- le dijo el sabio- que si fingimos indiferencia es para excitar al otro a hablar o
alentarlo para escuchar lo que tiene para decir, para sacar muchas veces lo mejor del otro.
-Bueno, para hacer soñar a las musas con mis almohadas, para que otra cosa va a servir la
poesía, dijo el poeta- que evidentemente se había enojado, y sin razón, con el sabio.
-Nunca había escuchado nada parecido- dijo el sabio.
-La poesía es como esto- le dije:
El amor apresurado es como comerse un chocolate.
El amor apresurado es como entrar en un supermercado, desnudar el chocolate desgarrando el
papel, hacerle el amor a mordiscones, entre las góndolas y a la vista de todos. Ir a la caja, decirle
a la cajera, me he comido un chocolate, dejar lo que se debe, salir a la calle caminar tranquilo y
sin haberse limpiado la boca siquiera.
Se rió.
-¿Y qué estilo y tono son tus poemas? preguntó el sabio, que para ser un sabio y vivir a la orilla
de la colina, sabía lo que era el tono de un poema.
-Mis poemas son efusivos, y buscan lo mismo de todo lo demás. A mí me encanta la gente
efusiva, esa que va por ahí, demostrando lo que siente. En algunos casos también me gusta esa
gente que la vez que no se mueve, pero está en una actitud como que quiere saltar, gritar, que se
le escapa el alma por la mirada, que no se atreve, pero dentro de él tiene todas las ganas y el
anhelo de saltar. La demás, la recatada, no sirve para nada.
El sabio se quedó duro y dijo:
-Impresionante- volvió a callar y volvió a decir- impresionante.
-¿Y qué es lo que ha visto un poeta? volvió a preguntar el sabio.
-Bueno he visto muchas cosas- respondió el poeta- Caballeros y Princesas en su tiempo. Pero he
visto realmente Caballeros y Princesas dos o tres, de los que se pueden llamar así, el resto los he
visto vulgares, ordinarios, mentirosos, farsantes, todos si en su impecable armadura de
8
Caballero o disfraz de Princesa. Pero Caballeros solo un par, uno a pie, el otro manchego si te
gusta escucharlo así.
-¿No es mejor, vos que lo escribís todo, las cosas no escritas que se dicen al oído?- soltó el
sabio.
-A pero mirá que elocuentes y graciosos resultaron ser los sabios, no me jodas- dijo el poeta.
Y rieron juntos.
-¿Y qué te trajo por acá, a estas colinas desiertas?- le preguntó el sabio al poeta. A modo de
juego.
-Mirá, estaba medio desorientado, no sabía qué hacer, necesitaba alejarme un poco de las cosas,
dudaba de otras, de ser poeta.
-Bueno, si vas a decir algo no está mal decirlas con un poco de estilo ¿No? Además también
podes ser tantas otras cosas de vez en cuando, cuando te canses de ser poeta, o todas al mismo
tiempo, que se Yo. Lo mejor es que ni lo pienses, te lo tomes con calma y camines todo lo que
puedas caminar. Una vez escuche una canción que decía: Dont think twice, is all right, no lo
pienses dos veces, está bien ¿No es así lo que dice? -dijo el sabio fingiendo desconocer el autor
de la letra-. Deja que cada cosa tome su curso y su camino.
-Bueno por ahora no preocupa tanto, ahora que me leen 2 o 3 personas, el día que me lean más
de 20 lo dejo todo.
-Ese día- finalizó el sabio- no podrás dejar la pluma ni aunque quisieras.
¿Y en qué momentos te sientes tranquilo?
-Cuando soy El Capitán Vulgaridad, cuando saco al poeta, al juglar, y solo dejo al jugador en mi
cabeza.
-Anda ya déjate de niñerías- dijo el sabio enojado.
Nunca había visto un sabio enojado. Para que no se enoje le dije:
-Bueno mirá ya lo decidí, de mañana soy poeta y de tarde quinielero, de noche lo que la luna
quiera.
-Sos muy ocurrente, tenes unas resoluciones mágicas- se rió.
-¿Y un poeta debe amar las palabras?- dijo el sabio.
-¿Que pregunta es esa viniendo de un sabio?- dijo el poeta- Las palabras no son nada, no valen
nada, están ahí, todas anotadas en el diccionario, bien explicadas. Las palabras no valen nada, lo
que si pueden valer algo es como se las usa, como se las dice, quien las dice. ¿Vale algo decir
que si, negando con la cara? ¿Vale algo decir la verdad con tono afectado? En fin, si no van
acompañadas de actitud o tono, no valen nada.
-Sigues sin saber ni entender nada, sigues diciendo pavadas, con cara de que lo sabes todo-
volvió a decir el sabio.
Y se rieron.
Se hizo tarde. Estaba satisfecho, eufórico, agradecido por haberme cruzado con Jonas. Decidí
que había sido suficiente. Que ya había arreglado todo lo que tenía que arreglar, y le dije:
Jonas, no tengo más que agradecerte, por todo lo que me has escuchado, las charlas, la
hospitalidad. Acabo de decidir que mañana me vuelvo a Mar del plata, a seguir con mi vida
cotidiana. Gracias de verdad. Quería contener las lágrimas. Volveré lo prometo.
-¿Y qué vas a hacer cuando vuelvas a tus tierras? preguntó el sabio.
-Escribir todo lo que hablamos, para no olvidarlo nunca, para decirle al mundo que existes, que
hice un amigo. Para eso se escribe al fin.
Nunca vi llorar a un sabio.
Al irme le deje lo que había escrito. Espero lo lea.
9
Como una novela, como la vida, como las personas.
Uno puede pasar sin ellas, mirar a las personas y seguir, mirar el título de una novela y seguir.
Otras veces lees la contratapa o averiguas algo de ellas y eso basta. Otras te imaginas todo el
contenido sin haberlos leído o vivido, y otras las lees o las vives sin más. Puede que sean como
las expectativas que habíamos puesto, o puede que al terminarlas nos sumamos en el más
mísero desencanto. En último caso el mundo es una biblioteca enorme. Y buenos y malos los
libros están ahí, puedes tomar y dejar el que quieras, la gran mayoría de las veces, claro está.
Aunque sean unos pocos libros los que amamos.
Capítulo 10. Mis versos nocturnos.
Como barco en busca de un buen puerto.
Un capítulo me está comiendo la cabeza,
Un verso se desangra por encontrar la belleza,
Una historia acecha a la vuelta de la esquina,
Enloquecido por saber cómo todo esto termina.
Me atrapa como un libro que fue recién abierto,
Me lleva a la deriva por los siete mares,
como barco en busca de un buen puerto.
Como naufragar en un beso.
Como naufragar en un beso,
como el laberinto de una boca,
como el otro lado de un verso,
como el poema que te trastoca.
Como tensar la flecha de cupido,
como cuando se burla el olvido,
como invertir en miles de fantasías,
como tener de pasaporte a la poesía.
Como el camino sin tantos atajos,
como cerrar los ojos y poder ver,
como cuentos susurrados por lo bajo,
como cuando no tienes que leer.
Mis poemas lo intuyen todo.
Yo puedo conocer dos o tres cosas,
Distinguir un cuento de una rosa.
Pero mis poemas lo intuyen todo,
Saben de verdad todos mis modos.
Yo puedo quedarme callado,
y meditar los asuntos,
Pero sucede que escribo
el verso hurga en la herida,
revisa todos mis costados,
se queda conmigo a oscuras,
y en palabras habla por mí.
Y escribí un poema por si acaso.
Escribí de corrido todo el año,
Escribí en un lenguaje extraño,
10
Escribí para quedar a oscuras,
Escribí al regazo de tu cintura.
Escribí fuera del sistema,
Escribí para cambiar el tema,
Escribí la noche en vela,
Escribí y pude terminar la novela.
Escribí a cuatro manos,
Escribí en tiempos diluvianos,
Escribí y llegué al treinta y uno,
Escribí para dar con algunos.
Escribí sin tantos cuentos,
Escribí y el primero me reinvento,
Escribí en versos contra el ocaso,
Y escribí un poema por si acaso.
De una pieza de los pies a la cabeza.
Sigue todo en su lugar,
el verso bajo la manga,
el poema bajo la almohada,
mi mano bajo tu falda,
como ante la llama que embelesa,
de una pieza de los pies a la cabeza,
¿Ya no arremetemos contra gigantes?
¿Se ha acabado la fantasía?
¿No escriben los poetas más poesía?
¿Ya no arremetemos contra gigantes?
¿Ya no saltamos la hoguera
en la noche de San Juan?
¡Con fantasía se describe sin vanidad,
en una alegoría como es la realidad!
¡Hace más fascinante y fantástica,
la realidad!
Como cuando unos ojos te hacen volver.
Como cuando no hay en quien creer,
como cuando ya casi nada ya te toca,
como cuando unos ojos te hacen volver,
como cuando una espalda te provoca.
Como el brillo cegador de las medallas,
como desaparece un mundo si callas,
como devoto del templo de la risa,
como terminar un verso con prisa.
Test
¿Qué es lo que te hace naufragar?
¿Qué es lo que se hace cegar,
indagar, llegar y vagar, callar?
¿Qué es lo que te hace volver?
¿Qué es lo que te hace querer?
¿Qué mundos quieres habitar?
¿Qué es lo que te hace quedar?
Segundo Test
¿Qué sueñas si vas a oscuras?
¿Qué te asusta por las noches?
11
¿Qué te fascina por la mañana?
¿En qué puertas vas a encallar?
¿En qué lunas vas a alunizar?
¿Qué poema te hace delirar?
¿Qué puertas no has de volver a tocar?
Que puertas no has de volver a tocar,
Que atajos no has de volver a tomar,
Que bocas no has de volver a besar,
Que planetas no has de volver a visitar,
Que cielos no has de volver a volar,
Que monstruos no has de volver a soñar,
Que poema no has de volver a recitar,
Que cuento no has de volver a recrear,
Que duda no has de volver a dudar,
Que miedo no has de volver a alimentar,
Que palabra no has de volver a utilizar,
Que lunas no has de volver a pisar.
¿Qué puertas no has de volver a tocar? Contestado.
¿Qué puertas no has de volver a tocar?
Las que abran a deshora y en corbata,
nunca llames de día, ni las giratorias,
solo las que abran de noche y en piyamas.
¿Qué atajos no has de volver a tomar?
Los que te hacen perder el camino.
¿Qué bocas no has de volver besar?
Las que te quieren volver al pasado.
¿Qué planetas no has de volver a visitar?
Los que ya los han colonizado.
¿Qué cielos no has de volver a volar?
Los tormentosos desestrellados.
¿Qué monstruos no has de volver a soñar?
Los de mil cabezas que te aconsejan.
¿Qué poema no has de volver a recitar?
Los que no incendien corazones.
¿Qué cuento no has de volver a recrear?
Los que no te hagan ver la realidad.
¿Qué duda no has de volver a dudar?
Las que vienen de tus entrañas,
de la voz de la hoguera de las cavernas
¿Qué miedo no has de volver a alimentar?
La del hombre de la bolsa y el coco.
¿Qué palabra no has de volver a utilizar?
Las que no estén de tu lado ni a tu medida.
¿Qué lunas no has de volver a pisar?
Las que no giran en tu órbita.
La ciudad es un monstruo de mil cabezas.
La ciudad es un monstruo de mil cabezas,
que te acecha con el consejo y las certezas.
El vendedor de sueños canta su canción,
extraviado entre el humo y la polución.
La multitud va en un carnaval indiferente,
pisando al forastero y sin mirar de frente.
Romeo es un trotamundos que errante camina,
y Julieta rueda por los balcones de cualquier esquina.
Buscándote como quien busca la niñez perdida,
12
va como un verso a morar en tu alma letraherida.
El poeta dejo de ser aquel de las hadas y cuentos,
ya no construye castillos en el aire con arena,
ahora va de traje de gala y cortó su melena,
ahora habita firmes rascacielos de cemento.
Déjame que me vuelva a la suave pradera,
cansado del dolor que causan las aceras.
Yo siempre quise ser.
Yo siempre quise escribir,
el verso con la pluma,
que te hace cosquillas
y te desnuda.
Yo siempre miré
de las cosas el otro lado,
la cara oculta de la luna.
Yo siempre quise ser
el capricho de las musas,
y el niño mimado por la poesía.
Como cada vez que te escribo, estos versos me dicen que te deseo, como cada vez que te veo.
Hay una luna que me invita a alunizar,
Hay unas palabras acercándome a tu boca,
Una sirena nos lleva por el rio del encanto,
Un sueño nos dice que seguimos despiertos,
Estoy como el sombrerero loco ante los cuerdos.
Como cada vez que te escribo,
Estos versos me dicen que te deseo.
Como cada vez que te veo.
Termina mi cuento y apaga la luz.
Mira sobre mi hombro
todo lo que escribo.
Termina mi cuento
y apaga la luz.
Escribo todo lo que digo a doble o nada.
Escribo todo lo que digo a doble o nada,
para sobornar los sueños de tu almohada,
Convenzo con delirios a musas y hadas,
para encontrarme con tu boca alucinada.
Espero que vuelvas rauda por la primavera,
para trepar por tus piernas como enredadera.
Es un relámpago
Un poema,
Es un relámpago,
una hoguera
cambia de dirección,
ciega la mirada,
incendia tus entrañas,
13
Surge de las entrelineas
de lo que leo,
Anda por ahí,
a la vuelta de la esquina,
te lleva de regreso a tu casa,
te pone de pie,
Un huracán en la cara.
Un poeta
Un poeta,
sin horarios de oficina,
ni ley, ni rutina.
Un poeta,
sin saber nada,
tan solo palabra.
Un poeta,
sin lemas,
todo un poema.
Un poeta,
sin modas,
a por todas.
Un poeta,
vehemente,
solo entre la gente.
Un poeta,
créelo,
léelo.
¿Quién te calentará el corazón?
Hay un incendio haya afuera,
Se prende en llamas la ciudad,
¿Quién te calentará el corazón?
Hay fieras por ahí acechándote,
rasantes zarpazos por la noche,
¿Quién te arañará la piel?
Se te ve venir con tus sueños rotos,
sonámbula y en zapatos rojos
¡Sabes quién te tenderá una almohada!
Y no tuve más condena, que arder en tus labios como hoguera.
Me libre de las cadenas,
De los brazos como enredadera,
Y no tuve más condena,
que arder en tus labios como hoguera.
Me oculté de los ojos
que se te pegan como abrojos.
Prepárate a entrar en el infierno.
Prepárate a entrar en el infierno,
de corso entre pobres diablos,
¿Ya sabes de lo que te hablo?
14
Aprenderás a quedarte duro,
a hablar en un tono claroscuro,
a preferir habitar en extramuros.
Dejaras ver las cosas de costado,
y parado de un pie a cada lado.
Sabrás alimentar la hoguera,
entrar al túnel en un vagón de primera.
Será en un baile de disfraces,
Repartiremos los antifaces.
Prepárate a entrar en el infierno,
querrán aturdirte un coro de miradas.
Prepárate a entrar en el infierno,
Derramar tinta sobre las llamas,
que arda todo en palabras,
Y terminar el cuento en la cama.
Prepárate a entrar en el infierno,
callar la boca de Lucifer con un beso,
rescatar a los pocos sabios que agonizan
con un verso, derribar los muros en un poema,
volver al ruedo, pasar el invierno.
Prepárate a entrar en el infierno,
saluda con reverencia a los vecinos,
y convence de volver al poeta vencido.
Escribe un poema más.
Escribe un poema más,
como solías hacer ayer,
destrózanos el corazón,
Recuérdanos que la razón,
Es defender la fantasía,
a lomos de la poesía.
Ayúdanos a andar del revés,
a creer todo lo que ves,
en la pluma y el papel.
¿Te acuerdas lo que nos contabas y nos encantabas?
¿Te acuerdas lo que nos contabas y nos encantabas?
¿La chispa sagrada con la que nos iluminabas?
¿El hechizo mágico con el que nos embelesabas?
¿El fuego interior con el que nos calentabas?
Vos que tenías la extraña amabilidad
de hacer una llamada a los ojos.
Vos, vuelve a contar el cuento que soñabas,
que te necesitamos como el sueño a la almohada,
te extrañamos como las fábulas a las hadas.
Vuelve a encantar con el encanto que encanta con tu canto.
Que si te callas enmudecerá de pena la poesía,
Y harás rabiar y enojar a las palabras.
Agarra nuestro corazón y escríbenos un poema.
A veces es como un piyama a rayas.
15
A veces es como un piyamas a rayas,
puedes dormir entre las líneas de mi poema.
Si al leerlo oyes como voces que te descolocan,
Es que llevo el corazón atragantado en la boca.
Puede que sea como un monstruo de mil cabezas,
que devorarán lo que creías como certezas.
Otras una llamada a las hogueras de tus ojos,
que solo buscan tu atenta y cálida mirada.
Todos ellos quieren agónicos y con prisa,
ninguna otra cosa que dar con tu sonrisa.
Si aún no probamos nuestros labios.
Ni que saben por más sabios,
si aún no probamos nuestros labios,
Si que sabes lo que dices,
si aún no me tocas las narices.
Si ves venir al sonador.
Si ves venir al sonador,
¿Te tiras con él en la almohada?
Si se te cruza una princesa,
¿Le escribes un cuento de hadas?
Si yo fuera tan mengano y vos tan fulana,
Si vos alunizaras en la base de mi vereda,
Si vos treparas por las ramas de mi poema,
Si yo fuera tan mengano y vos tan fulana,
Si yo por la noche te sueño entre almohadas
Si despierto con tus susurros por las mañanas.
Casi me destrozan el corazón, en el ojo del último huracán.
Casi me destrozan el corazón,
en el ojo del último huracán
Tan duro como un cachetazo,
fue el último portazo.
Este había una vez,
que busca finales felices.
Por querer retener la primavera
se vengó el invierno con cicatrices.
¿Qué no son serios mis poemas?
¿Qué no son serios mis poemas?
¿Que no se comportan con decoro?
¿Que no concuerdan con el poeta?
Fijate que yo vivo como escribo,
Aquí no hay fuegos de artificio,
Tan real como lo es la fantasía,
Tan letal como es mi poesía,
No la toques si no quieres quemarte,
No la leas si no te dejas amarte,
16
Yo sé que va vestida de melancolía,
pero desnuda es toda alegría.
P.D. Había una mujer que vestida era toda melancolía, desnuda, toda alegría.
¿Qué no es sincera mi poesía?
¿Que no son buenos mis poemas?
Pruébalos acostados en la almohada,
Sin más antifaces ni tanto arte,
Todos mis versos pretenden besarte.
Algunos de los horrores cardinales.
Entre almohadas y sin cuentos,
Entre labios y voces y sin besos,
Entre versos y poemas y sin poesía,
Entre norte sin caminos al sur.
Algunos de los horrores cardinales.
¿Hice bien?
¿Hice bien?
Dejé un verso bajo tu almohada,
Soñé mis sueños entre las hadas,
Me encontré en la boca perdida,
En unos versos buscando poesía,
Yo cure mis penas con fantasía,
Y las hice reales por cortesía,
Mis poemas saben que te quería.
Para no ser el que olvida, escribía,
Para desnudarme en ideas, escribía.
Por escuchar mi voz de la inconsciencia.
Cuando 40 Junios arañen tu frente,
y sepas distinguir a las zorras y los gatos.
Me escapé de un circo de marionetas,
Por escuchar mi voz de la inconsciencia.
A los 40 vino el hada a convertirme,
en un niño bueno de verdad.
Se aleccionó solo con lo que le decían los vientos del sur.
Se aleccionó solo con lo que le decían los vientos del sur,
Y se dejó llevar únicamente por la gente corriente.
Desde la luna.
Grita más alto,
no podemos escucharte,
desde la luna.
Por más tacos que uses,
no podremos escucharte venir
desde la luna.
No escribas más poemas de amor,
No nos llegaran en la luna.
17
Mejor bajémonos de la luna.
Yo me maquillaba la boca con poesía.
Yo me maquillaba la boca con poesía,
Con tal que el monstruo más atroz,
Me rascara la espalda.
Yo me maquillaba la boca con poesía,
Con tal que mi verso canalla,
Fuera a morar bajo tu falda.
Yo me maquillaba la boca con poesía,
Para derribar el muro,
Con cuentos y hadas.
Yo me maquillaba la boca con poesía,
Y vivir todos mis sueños,
Con vos entre almohadas.
Yo me maquillaba la boca con poesía II.
Yo me maquillaba la boca con gallardía,
Con tal que el monstruo más atroz,
Me rascara la espalda.
Yo me maquillaba la boca con altanería,
Con tal que mi verso canalla,
Fuera a morar bajo tu falda.
Yo me maquillaba la boca con fantasía,
Para derribar el muro,
Con cuentos y hadas.
Yo me maquillaba la boca con cortesía,
Y vivir todos mis sueños,
Con vos entre almohadas.
Yo me maquillaba la boca con poesía,
Con tal que todos mis poemas,
Te hicieran de escudo y trinchera.
Yo me maquillaba la boca con hechicería,
Para en palabras derrotar al invierno,
Defender y detener la primavera.
Yo me maquillaba la boca con poesía III.
Yo me maquillaba la boca con gallardía,
Con tal que el monstruo más atroz,
Me rascara la espalda.
Yo me maquillaba la boca con altanería,
Con tal que mi verso canalla,
Fuera a morar bajo tu falda.
Yo me maquillaba la boca con fantasía,
Para derribar el muro,
Con cuentos y hadas.
Yo me maquillaba la boca con cortesía,
Y vivir todos mis sueños,
Con vos entre almohadas.
Yo me maquillaba la boca con poesía,
Con tal que todos mis poemas,
Te hicieran de escudo y trinchera.
18
Yo me maquillaba la boca con hechicería,
Para en palabras derrotar al invierno,
Defender y detener la primavera.
Yo me maquillaba la boca con sabiduría,
Para dormirme con cuentos de noche,
Para esquivar las fábulas del día.
Yo me maquillaba la boca con melancolía,
Recordaba los viajes en tu coche,
Y pasarlo todo con alegría.
Todavía quedan bocas.
Todavía quedan bocas,
que se divierten,
que besen a las vecinas,
que te esperan en la esquina.
Todavía quedan bocas,
que no mienten,
que no van a la oficina,
que todo lo adivinan.
Todavía quedan bocas,
que se sublevan,
que gritan a los cuatro vientos,
que bajan a los infiernos.
Todavía quedan bocas,
que te llevan,
que calientan los inviernos,
con un cuento.
Todavía quedan bocas,
por corromper,
que dicen como sienten,
que no se las lleva la corriente.
Todavía quedan bocas,
que no se pierden,
que suenan diferente,
están ahí entre la gente.
Todavía quedan bocas,
dispuestas a naufragar,
que andan sin rumbo,
y encallan en mi islote,
y en piyamas.
Todavía quedan bocas,
dedicadas a alunizar,
que andan a los tumbos,
con un verso en el escote,
y se acuestan en mi cama.
Un mar es un poema.
Un mar es un poema,
donde van de viaje,
mis mensajes en botellas.
Un mar es un territorio,
donde habitan las sirenas,
con sus cantos y abalorios.
19
Un mar sin capitán ni uniforme,
donde naufragan soñadores,
y encallan en islotes sin nombre.
Un mar es un oasis
donde bucean princesas,
buscando cofres de tesoros,
llenos de sueños y promesas.
Un mar es un laberinto,
donde se manejan por instinto,
los pocos sabios que se esconden.
Un mar tan profundo y tan insondable,
con misterios e inalcanzable,
con monstruos y mil especies,
revoltoso a veces pero,
en días calmos era diáfano,
y ella era como las olas,
que te invita a refrescarte.
Aquí tengo listo tu poema.
Aquí tengo listo tu poema,
me lo pidieron tus ojos,
me lo exigió tu pelo al viento.
Fue tu voz desgarrada,
y tu mueca desvergonzada.
¿Quién dice que olvidé? Si siempre estoy escribiendo.
¿Quién dice que olvidé?
Si siempre estoy escribiendo.
¿Quién dice que me fui?
Si siempre estoy escribiendo.
¿Quién dice que no amé?
Si siempre estoy escribiendo.
¿Quién dice que desistí?
Si siempre estoy escribiendo.
Pidiéndote los bises.
Es que es tan lindo todo lo que cantas,
es que con un par de versos nos encantas,
Es que es tan bello todo lo que dices,
Es que nos tienes pidiéndote los bises.
Es que parece tan real todo lo que cuentas,
Que en tu sueño dormimos sin darnos cuenta.
Nos haces las noches más estrelladas,
No dejas embelesados hablando pavadas.
Noche más brillante.
Tú pretendes que te escriba una noche más brillante.
Acostumbrada a beber del elixir de mis poemas.
Pues procura que mi tintero siga ardiendo,
Que la luna se me cuele por las venas,
Que tu susurro nos derribe entre almohadas,
No vaya a ser que luego de tanto amarme,
debas hacer un curso acelerado para olvidarme.
20
Yo no defino los finales por penales.
Yo no defino los finales por penales.
¿Y dices que mi rima te lastima?
A mí me importa todo,
¿No me ves parado acá, en el medio del lodo?
Llegó una carta de tu frente.
Llegó una carta de tu frente,
En un grito manuscrito,
a tentarme el corazón.
Llegó un viento de tu este,
en un susurro huracanado,
a apurarme esta canción.
Llevo la risa de estandarte,
de paso por el mundo,
que derriba las barricadas.
Llevo un verso maltrecho
para que se cuele en las venas,
y en todas las carcajadas.
Le escribí este poema.
Yo que todo lo que tengo,
es palabras,
le escribí este poema.
Yo que todo lo que quiero,
es que me deje la ventana
de su habitación abierta,
le escribí este poema.
Yo que todo lo que tengo,
es ganas de tenerla
mirando lo que escribo,
Le escribí este poema.
Yo que todo lo que quiero,
es abrigarla con un verso,
y que sueñe con mis cuentos,
Le escribí este poema.
Al contado y en besos.
No me llevo para nada bien,
con las leyes de extranjería.
No podía salir para nada a cien,
Si no alimentabas mi poesía.
Y ahora que somos nacionales,
Solo diré que si de forma afirmativa,
si es para negar todo lo que dices.
Me ha quedado del pasado y de botín,
Solo un recuerdo y un par de versos,
Ahora que tu boca ya no es un festín,
Y me pagan al contado y en besos.
21
Llegó con dos versos bajo la manga.
Llegó con dos versos bajo la manga,
Se los cambiaron a uno por beso,
y le pareció una ganga.
Con un verso derribo la muralla,
y el otro lo dejo bajo tu falda.
Uno para que vaya donde tu vayas,
Y el otro como arañazo en tu espalda.
Uno anda por todos los caminos,
Y el otro te besa toda la boca.
Uno finge que le importa un comino,
Y el otro pretende volverte loca.
Uno miente el otro engaña.
Uno miente el otro engaña,
Uno el verso que te araña,
Otro el bálsamo contra lo que daña,
Uno Don Quijote el otro sancho panza,
Uno el escudo el otro la lanza,
Uno el verso el otro el beso,
Uno te come el seso,
el otro derroche y excesos.
Los gemelos claroscuros,
dos niños con pinta de tipos duros.
Brillan ahí donde todo oscurece,
Uno es la cuna que se mece,
Y el otro pradera que reverdece.
Los mellizos Ian y Justin,
Un cuento sin Principio ni fin.
Protectores de las fantasías del poeta,
Con preguntas inocentes y juguetes.
Mi verso va tripulado por el Capitán Vulgaridad.
Mi verso es una princesa desencantada,
Un cross de derecha contra la nada,
Un niño que le quitaron su juguete,
Un barco a la deriva y un grumete,
Tripulado por el Capitán Vulgaridad,
La fantasía que le agrada a la realidad.
Yo los saco de mis poesías,
con amabilidad y cortesía,
Pero vuelven como polizones,
Con disparatadas razones,
Y cambiándome el tema,
A morar en mis poemas.
Y se meten unos ojos,
Y se cuela una ráfaga de aliento,
Y taconean unos zapatos rojos,
Y no termina jamás el cuento.
22
¿Porque es que me gusta tanto?
A mí me gusta un verso bien pintado,
Un verso bien junto a mi costado,
La rima que trae ideas pensamientos,
sentimientos, objeto, personas, lugares.
sensaciones, situaciones, oraciones.
Arreglo el mundo, comulgo con mi mismo,
derroto a los demonios, puedo mirar de frente,
reírme bien, y mofarme de los idiotas.
Los versos que escribí no te han llegado aún,
La boca que me llama no ha sido besada aún.
Como ciertas cosas.
Y entró como entran las más bellas cosas,
a morar entre las líneas de mis versos,
Y se colgó como se cuelgan ciertas cosas,
en el salón de la fama de mis recuerdos.
Y vino como vienen los martes y los jueves,
Y llegó como llega la impúdica primavera,
A desnudarme en el medio de la acera.
Y me olvidó como se olvidan las rosas,
Entre cuartos y cuentos de invierno.
Y se perdió embriagado por la multitud
Como un mensaje que se va, en una botella.
Y regresé como regresa el poeta,
Luego de alunizar en otros planetas.
A escribir hasta por los rincones,
Y lleguen a tus oídos como canciones.
Pierde su sombrero.
Como las rosas esperan la primavera,
Como quien pide un trago en mamadera
Como las musas ven volver al poeta.
Como quien salta de planeta.
Como un amante que tacha los febreros.
Como un loco que pierde su sombrero,
Libera tus versos.
Libera tus versos,
espárcelos por los rincones,
incendia las calles,
que ardan los juzgados,
me dijo una musa,
Y como yo soy
un niño bueno,
y además aplicado,
acá los tenes.
Descarado y de muy mal gusto.
23
Descarado y de muy mal gusto,
Es decir que Yo corro a las musas con mis poemas,
O le cuento mis historias a mi máquina de escribir,
Por las noches cuando vuelvo a mi casa.
Eso va a pensar tu mama,
O va a decir el biógrafo insolente,
Que jamás en su puta vida escribió un poema.
Las señales.
A veces hacemos caso a las señales,
A veces respetamos las instituciones,
A veces alimentamos la fantasía,
A veces me olvido hasta lo que decía,
Para el resto de las veces, a veces, están los poemas.
Voy a contarles un secreto.
Voy a contarles un secreto,
cuadro escribo soy un dios,
y finjo que sacudo el mundo,
y ordeno estrellas en el firmamento,
Y me pongo serio y no miento,
Y te siento tan cerca mío
como observando lo que escribo.
Yo que soy un caos, un bufón,
cuando estoy lejos de la pluma,
los tinteros y los papeles,
Al sentarme y atiborrarlos
con versos y susurros,
soluciono todo en un momento,
lo veo todo en un segundo.
Detenté poeta.
No cuentes el cuento,
no escribas el poema,
que harás llorar a las princesas,
se enfadarán las hadas,
se piadoso con las musas.
Tranquilo, es solo poesía,
no tengo tanto poder,
contestó el poeta.
Un poema con todas las leras.
Un poema sin más,
sin lujos ni detalles,
sin versos rimbombantes,
sin bombos ni platillos,
no fuegos de artificio.
Un poema vehemente.
Un poema que muerde lleno de dientes,
y que me importa nada lo que diga la gente,
un poema que no lo piensa dos veces,
24
un poema que se va de boca,
un poema que tira porque le toca,
Un poema con todas las letras.
Ahora que beso todas las bocas.
Y no sé de dónde saque la pluma de poeta,
que antes que la realidad nos dé una bofetada,
Escribo un par de versos y un cuento,
que nos meta en la cama
entre hadas y almohadas
Y antes que digan
que nos arropamos con fantasía,
Nos desnudamos con la verdad
de la poesía.
Y al terminar por la noche el día,
me divierto haciendo garabatos.
Mis labios no se venden tan barato,
Y no saben callar ni por un rato,
Quien los probó lo sabe,
Ante los cuerdos me pongo el sombrero,
Ahora que beso todas las bocas,
Antes que caduquen un 14 de febrero.
¿Y qué más da si soy un musariego?
Y me haga llamar el seductor de las musas,
Un hada me hizo poeta hasta las doce,
Y me deja escribir todas las mañanas,
Luego me convierto en quinielero,
Y me juego todo de cuerpo entero,
Por las noches soy lo que la luna quiera.
Otro poema cursi.
Habitan en mi un poeta y un poema que arde,
y que escribe para que no se haga tarde.
Un quinielero que se la juega a doble o nada,
Y con el 22 se ganó una luna de almohada.
Hay en mí un monstruo de mil cabezas,
que se devora a todas las bellezas.
Hay en mí rayos y tormentas,
a veces llovió más de lo que cuentas.
Hay en mí un loco que te hace el verso,
con tal de tranquilizarte en un beso.
Hay en mí una musa que dice disparates,
tasados al por mayor y en quilates,
Escribo de 8 a 12 y de 21 hasta el levante.
Escribo de 8 a 12 y de 21 hasta el levante,
Soy jugador de 13 a 21 trashumante,
Y en todo el día soy un delirante,
siguiendo los pasos del caballero andante,
Por las noches la luna me hizo amante,
Quien más quisiera ser el mismo de antes,
25
No se puede volver atrás me dijo un caminante,
Lo importante es hacer bien el verso de ahora en adelante.
Como un exhibicionista,
me senté a escribir en un bar,
para atraer a los mirones,
y enseñe mis partes más íntimas.
Ven a besarme un rato,
antes de que termine
dibujando garabatos.
Este poema es una belleza,
De los pies a la cabeza.
26

Weitere ähnliche Inhalte

Was ist angesagt?

Generos literarios
Generos literariosGeneros literarios
Generos literariosHaiizea
 
La tinta de mi tintero
La tinta de mi tinteroLa tinta de mi tintero
La tinta de mi tinteroGastón Matute
 
Figuras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoron
Figuras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoronFiguras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoron
Figuras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoronNora Guevara García
 
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmoFiguras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmoNora Guevara García
 
Las Bondades Del Abismo.
Las Bondades Del Abismo.Las Bondades Del Abismo.
Las Bondades Del Abismo.Elbio
 
La intermitencia de las ciudades
La intermitencia de las ciudadesLa intermitencia de las ciudades
La intermitencia de las ciudadesGastón Matute
 
Rsa Homenaje A Olga San Isidro Seoane
Rsa   Homenaje A Olga San Isidro SeoaneRsa   Homenaje A Olga San Isidro Seoane
Rsa Homenaje A Olga San Isidro SeoaneSaborArtistico
 
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETAA CUALQUIER COSA LLAMAN POETA
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETAGastón Matute
 
Al calor de los inviernos
Al calor de los inviernosAl calor de los inviernos
Al calor de los inviernosGastón Matute
 
Clase 5 Julio Cortázar
Clase  5    Julio CortázarClase  5    Julio Cortázar
Clase 5 Julio CortázarAnaChiarelli
 
Esperas para el recuerdo de manuel verdier
Esperas para el recuerdo de manuel verdierEsperas para el recuerdo de manuel verdier
Esperas para el recuerdo de manuel verdierJosé Luis Lobo Moriche
 
NO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMA
NO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMANO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMA
NO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMAGastón Matute
 

Was ist angesagt? (20)

Generos literarios
Generos literariosGeneros literarios
Generos literarios
 
La tinta de mi tintero
La tinta de mi tinteroLa tinta de mi tintero
La tinta de mi tintero
 
Figuras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoron
Figuras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoronFiguras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoron
Figuras literarias: ironía, sinécdoque, perífrasis, eufeminsmo, oxímoron
 
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmoFiguras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
 
Las Bondades Del Abismo.
Las Bondades Del Abismo.Las Bondades Del Abismo.
Las Bondades Del Abismo.
 
La intermitencia de las ciudades
La intermitencia de las ciudadesLa intermitencia de las ciudades
La intermitencia de las ciudades
 
La circunstancia adecuada
La circunstancia adecuadaLa circunstancia adecuada
La circunstancia adecuada
 
Rsa Homenaje A Olga San Isidro Seoane
Rsa   Homenaje A Olga San Isidro SeoaneRsa   Homenaje A Olga San Isidro Seoane
Rsa Homenaje A Olga San Isidro Seoane
 
EL AMOR ES PURO CUENTO
EL AMOR ES PURO CUENTOEL AMOR ES PURO CUENTO
EL AMOR ES PURO CUENTO
 
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETAA CUALQUIER COSA LLAMAN POETA
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA
 
PERLAS DORADAS
PERLAS DORADASPERLAS DORADAS
PERLAS DORADAS
 
Al calor de los inviernos
Al calor de los inviernosAl calor de los inviernos
Al calor de los inviernos
 
Clase 5 Julio Cortázar
Clase  5    Julio CortázarClase  5    Julio Cortázar
Clase 5 Julio Cortázar
 
El fin de la eternidad (andrea) (5)
El fin de la eternidad (andrea) (5)El fin de la eternidad (andrea) (5)
El fin de la eternidad (andrea) (5)
 
Esperas para el recuerdo de manuel verdier
Esperas para el recuerdo de manuel verdierEsperas para el recuerdo de manuel verdier
Esperas para el recuerdo de manuel verdier
 
NO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMA
NO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMANO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMA
NO BESÉ NI ABRACÉ NINGUNA NORMA
 
Cuento del castillo de Cortegana
Cuento del castillo de CorteganaCuento del castillo de Cortegana
Cuento del castillo de Cortegana
 
SONETOS AMULETOS
SONETOS AMULETOSSONETOS AMULETOS
SONETOS AMULETOS
 
Prólogo
PrólogoPrólogo
Prólogo
 
Arochones
ArochonesArochones
Arochones
 

Ähnlich wie Pero lo sabe

CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS
CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS
CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS ryuridia
 
FLOR DE PASIÓN (1883) Matilde Serao
FLOR DE PASIÓN (1883) Matilde SeraoFLOR DE PASIÓN (1883) Matilde Serao
FLOR DE PASIÓN (1883) Matilde SeraoJulioPollinoTamayo
 
Celso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninos
Celso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninosCelso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninos
Celso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninosLuz Aguilar
 
Tu presencia de_hecatombe
Tu presencia de_hecatombeTu presencia de_hecatombe
Tu presencia de_hecatombeOmar Guerrero
 
El bizarro mundo real. antología
El bizarro mundo real.  antologíaEl bizarro mundo real.  antología
El bizarro mundo real. antologíaBizarro Mundo Real
 
Lengua géneros literarios
Lengua géneros literariosLengua géneros literarios
Lengua géneros literariosSara Bartolome
 
PresentacióN Cuentos Del Destino
PresentacióN Cuentos Del DestinoPresentacióN Cuentos Del Destino
PresentacióN Cuentos Del Destinojimenafp
 
CINCO SOMBRAS (1946) Eulalia Galvarriato
CINCO SOMBRAS (1946) Eulalia GalvarriatoCINCO SOMBRAS (1946) Eulalia Galvarriato
CINCO SOMBRAS (1946) Eulalia GalvarriatoJulioPollinoTamayo
 
Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...
Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...
Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...Gastón Matute
 

Ähnlich wie Pero lo sabe (20)

Antología Poética Enrique García-Máiquez
Antología Poética Enrique García-MáiquezAntología Poética Enrique García-Máiquez
Antología Poética Enrique García-Máiquez
 
Cortázar
CortázarCortázar
Cortázar
 
Cortázar
CortázarCortázar
Cortázar
 
CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS
CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS
CLASIFICACIÓN TEXTOS RECREATIVOS
 
Cortázar
CortázarCortázar
Cortázar
 
FLOR DE PASIÓN (1883) Matilde Serao
FLOR DE PASIÓN (1883) Matilde SeraoFLOR DE PASIÓN (1883) Matilde Serao
FLOR DE PASIÓN (1883) Matilde Serao
 
En la estación - Verano, 2014
En la estación - Verano, 2014En la estación - Verano, 2014
En la estación - Verano, 2014
 
Celso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninos
Celso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninosCelso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninos
Celso roman sobre_el_arte_de_escribir_para_ninos
 
3 c
3 c3 c
3 c
 
Tu presencia de_hecatombe
Tu presencia de_hecatombeTu presencia de_hecatombe
Tu presencia de_hecatombe
 
El bizarro mundo real. antología
El bizarro mundo real.  antologíaEl bizarro mundo real.  antología
El bizarro mundo real. antología
 
Lengua géneros literarios
Lengua géneros literariosLengua géneros literarios
Lengua géneros literarios
 
Emancipate
EmancipateEmancipate
Emancipate
 
Emancipate
EmancipateEmancipate
Emancipate
 
PresentacióN Cuentos Del Destino
PresentacióN Cuentos Del DestinoPresentacióN Cuentos Del Destino
PresentacióN Cuentos Del Destino
 
Un lugar de cuentos y relatos
Un lugar de cuentos y relatosUn lugar de cuentos y relatos
Un lugar de cuentos y relatos
 
CINCO SOMBRAS (1946) Eulalia Galvarriato
CINCO SOMBRAS (1946) Eulalia GalvarriatoCINCO SOMBRAS (1946) Eulalia Galvarriato
CINCO SOMBRAS (1946) Eulalia Galvarriato
 
Parejas de la literatura en español
Parejas de la literatura en españolParejas de la literatura en español
Parejas de la literatura en español
 
Parejas de la literatura en español
Parejas de la literatura en españolParejas de la literatura en español
Parejas de la literatura en español
 
Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...
Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...
Forastero, extranjero, inadaptado, rebelde, problemático, fuera de tiempo, ll...
 

Mehr von Gastón Matute

A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONES
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONESA CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONES
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONESGastón Matute
 
COMO SI FUERAN CANCIONES
COMO SI FUERAN CANCIONESCOMO SI FUERAN CANCIONES
COMO SI FUERAN CANCIONESGastón Matute
 
Por no perder el encanto
Por no perder el encantoPor no perder el encanto
Por no perder el encantoGastón Matute
 
POR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERA
POR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERAPOR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERA
POR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERAGastón Matute
 
UN DOMINGO POR LA TARDE
UN DOMINGO POR LA TARDEUN DOMINGO POR LA TARDE
UN DOMINGO POR LA TARDEGastón Matute
 
COMO UN REY DE LOS POETAS CORONADO
COMO UN REY DE LOS POETAS CORONADOCOMO UN REY DE LOS POETAS CORONADO
COMO UN REY DE LOS POETAS CORONADOGastón Matute
 
CON EL VENDAVAL DE LA POESIA
CON EL VENDAVAL DE LA POESIACON EL VENDAVAL DE LA POESIA
CON EL VENDAVAL DE LA POESIAGastón Matute
 
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETOUN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETOGastón Matute
 
Las aventuras del capitán vulgaridad.
Las aventuras del capitán vulgaridad.Las aventuras del capitán vulgaridad.
Las aventuras del capitán vulgaridad.Gastón Matute
 

Mehr von Gastón Matute (20)

A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONES
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONESA CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONES
A CUALQUIER COSA LLAMAN POETA GASTON MATUTE EL 7EPTIMO CIELO EDICIONES
 
SERÁ DEL VIENTO
SERÁ DEL VIENTOSERÁ DEL VIENTO
SERÁ DEL VIENTO
 
GASTON MATUTE
GASTON MATUTEGASTON MATUTE
GASTON MATUTE
 
PALABRA DE POETA
PALABRA DE POETAPALABRA DE POETA
PALABRA DE POETA
 
De aca a la luna
De aca a la lunaDe aca a la luna
De aca a la luna
 
COMO SI FUERAN CANCIONES
COMO SI FUERAN CANCIONESCOMO SI FUERAN CANCIONES
COMO SI FUERAN CANCIONES
 
Por no perder el encanto
Por no perder el encantoPor no perder el encanto
Por no perder el encanto
 
POR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERA
POR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERAPOR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERA
POR ACÁ PASÓ LA PRIMAVERA
 
INÉDITOS
INÉDITOSINÉDITOS
INÉDITOS
 
RETRATOS
RETRATOSRETRATOS
RETRATOS
 
A LA VIEJA USANZA
A LA VIEJA USANZAA LA VIEJA USANZA
A LA VIEJA USANZA
 
COMO ANIMALES
COMO ANIMALESCOMO ANIMALES
COMO ANIMALES
 
UN DOMINGO POR LA TARDE
UN DOMINGO POR LA TARDEUN DOMINGO POR LA TARDE
UN DOMINGO POR LA TARDE
 
TRACCION A BESOS
TRACCION A BESOSTRACCION A BESOS
TRACCION A BESOS
 
COMO UN REY DE LOS POETAS CORONADO
COMO UN REY DE LOS POETAS CORONADOCOMO UN REY DE LOS POETAS CORONADO
COMO UN REY DE LOS POETAS CORONADO
 
CON EL VENDAVAL DE LA POESIA
CON EL VENDAVAL DE LA POESIACON EL VENDAVAL DE LA POESIA
CON EL VENDAVAL DE LA POESIA
 
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETOUN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO
 
El séptimo cielo.
El séptimo cielo.El séptimo cielo.
El séptimo cielo.
 
Trajes a medida
Trajes a medidaTrajes a medida
Trajes a medida
 
Las aventuras del capitán vulgaridad.
Las aventuras del capitán vulgaridad.Las aventuras del capitán vulgaridad.
Las aventuras del capitán vulgaridad.
 

Pero lo sabe

  • 1. G A S T O N M AT U T E P E R O L O S A B E Para todos los sabios que me han enseñado. Índice. Introducción. Una historia sencilla. Página 1. Capítulo 1. Alunizaje perfecto. Página 1. Capítulo 2. Un 31 de Diciembre en Mar del plata. Página 2. Capítulo 3. Un 31 de diciembre por la noche. Página 2. Capítulo 4. 1 de Enero. Lo real y lo fantástico. Página 3. Capítulo 5. 2 de Enero preparando para el viaje. Página 3. Capítulo 6. 2 de Enero por la tarde de viaje. Página 4. Capítulo 7. La posada del Ángel. Página 4. Capítulo 8. 3 de Enero. El sabio y el poeta se encuentran. Página 5. Capítulo 9. Se vuelven a encontrar el sabio y el poeta. Página 6. Capítulo 10. 4 de Enero. Tercer y último día del sabio y el poeta. Página 7. Capítulo 11. Mis versos nocturnos. Página 10. Introducción. Una historia sencilla. Esto es una historia sencilla, vulgar, una más del montón si lo prefieres. Puedo resumírtela en dos renglones. Sin bombos ni platillos ni fuegos de artificio. Si esto te satisface, puedes quedarte con esta descripción introductoria que viene a continuación y obviar el resto de la novela. Es como al ver una mujer, puedes pasar de ella sin más, puedes pararte a mirarla un minuto y con eso te bastará para saber lo necesario, o puedes al verla intuir e imaginarte toda una historia. Pero solo la conocerás si la vives, si transitas con ella. Lo mismo pasará con mi novela: podrás pasar por ella, leer el título y dejarla sin más, podrás leer esta introducción y con esto te bastará. Podrás en el último de los casos imaginarte toda la historia, o al contrario, podrás regocijarte con ella si la lees. En fin, quizás pasará como con las mujeres que pones todas las expectativas, piensas que será un novelón, y luego te llevas un total desencanto. Acá viene, en resumen. Un poeta que desorientado por varios avatares que le sucedieron, decide alejarse, retirarse un poco de la ciudad. Ir a las colinas. Se encuentra con un sabio. Intercambia pareceres, y vuelve renovado. ¿Y porque del título? Pero lo sabe. Hurgaba en mis poemas y me topé con unos versos que había escrito, tan significativos, tan verdaderos, que vienen a resumirlo todo. Que por más que indaguemos, preguntemos, en el fondo, la mayoría de las veces, lo sabemos. Aunque lo ignoremos aparentemente, o nos mintamos, o no nos demos cuenta, lo sabemos. O si quieres lector impertinente que te estarás pensando ¿Pero este qué dice? En el último de los casos así es como lo pienso, así es como me gusta imaginarlo. Aunque no tenga ni idea de lo que hablo. Pero lo sabe. Uno no sabe bien lo que es, ni describirlo, ni nombrarlo, pero lo intuye, lo presiente, sin pensarlo, pero lo sabe. Capítulo 1. Alunizaje perfecto. Lo nuestro fue un alunizaje perfecto. 1
  • 2. Lo nuestro fue un alunizaje perfecto. Luego de visitar aquel planeta, de los alienígenas de tres ojos qué por todos lados te miran, ante el baile de disfraces se admiran. En una nave tripulada por un poeta, que abre con versos los cerrojos. Y escapar de las cavernas, de los monstruos de mil cabezas, que devoran toda la belleza, Con la serenata sin fin eterna. Un desafecto por los aspectos circunspectos, Lo nuestro fue un alunizaje perfecto. Sin más proyecto, que trayectos desperfectos, Lo nuestro fue un alunizaje perfecto. Un idiolecto, incorrecto e imperfecto, Lo nuestro fue un alunizaje perfecto. Nosotros afectados por la risa del intelecto, Lo nuestro fue un alunizaje perfecto. Leí el poema que acababa de escribir, corregí unas comas, volví a leerlo, se me ocurrieron esos dos versos finales de la risa del intelecto, en sentido de que el humor es inteligencia, pero luego pensó que quizás ese verso tenía un par de significados más, pudiera ser que la inteligencia se estuviera riendo de ellos o de él, o lisa y llanamente que Yo se reía del intelecto, de los intelectuales y de todo lo llamado inteligencia: la ciencia, las matemáticas, ser instruido. Para mí la inteligencia pasaba por otro lado, por saber vivir. No está mal querer tener conocimientos pensó pero antes debemos saber vivir, sentir, dejarse llevar y luego razonar y analizar. Un saber más intuitivo visceral que analítico. Pensé en el tono del poema, en el mensaje. Me sonaba a escudo contra los mandatos, las miradas inquisidoras, los aspectos circunspectos, que según la Real Academia Española era: seriedad, decoro y gravedad en acciones y palabras. Justo a mí que me mofaba de todo eso, de la seriedad y la solemnidad, que me parecía no eran más que pedantería, vanidad y no quería saber de nada que no estuviera a favor de la risa. Ser una persona respetable para él era estar a favor de la risa. ¿Qué era la seriedad? ¿Llevar corbata, caminar altivo y hablar con vos grave? Los buenos comportamientos pasaban por otro lado. Por eso se le ocurrió alunizar, escapar de los mandatos, de la seriedad. En realidad hay un tiempo para cada cosa, ya habría seriedad en su momento. Me propuse alunizar, irme lejos, no sabía dónde, pero necesitaba escapar, estar un tiempo solo, solucionar mis extravíos, mis desengaños y desilusiones, mis heridas, relajarme un poco, para poder volver con el aire repuesto. Y pensé en retirarme a un lugar de aire puro, lejos de tanta polución, contaminado de ideas y mentiras. Capítulo 2. Un 31 de Diciembre en Mar del plata. Me fui a la habitación, tiré un bolso en la cama y empecé a poner la ropa que necesitaría para, supuse, un viaje de dos semanas, y pensé donde ir, no lo sabía. Algún lugar tranquilo, en parte desolado, con poco y nada que distraigan mis pensamientos. Comenzó a llover, tronar, parecía que el cielo se caía. Era 31 de Diciembre, por la noche debía reunirme en familia para festejar el fin de año y desear todo lo que se desea para empezar el año nuevo. Y se me vino de repente, una idea, fui al living me senté en la máquina y escribí. Un 31 de Diciembre en Mar del plata Cuentan por ahí que Hermes, el mensajero de los dioses, le robó el rayo al dios Zeus. Este enojado no hace más que hacer tronar el cielo. La lluvia es el resumen de todos los ojos que lloraron en el año. Esa sería la explicación de porqué truena, relampaguea y llueve en Mar del plata un 31 de Diciembre. Yo supongo que Hermes querría conservar la chispa sagrada, el 2
  • 3. encanto, el fuego interior que alimenta el alma y que embelesa. También cada vez que llueve que es ella la que llora. Deja de llorar niña, que me he cruzado con Hermes y me dado la llama y además, hay poesía para rato, todavía. Capítulo 3. Un 31 de diciembre por la noche. Legué a casa de mis padres para eso de las 9 de la noche. Reunido entre padres, abuelos, hermanos, sobrinos, cuñadas y demás familiares, brindamos y como todos supongo, agradecimos por un año más y recordamos a los que ya no están. Ya eran alrededor de la 1 cuando me senté frente al televisor saque el celular y escribí en mi página web. Y mi carruaje sigue sin convertirse en calabaza. A las 12:01 de este año nuevo Humpty Dumpty es un huevo, Que sigue mandando al idioma, y pone donde quiere una coma, Hace que las palabras signifiquen lo que él quiera, Y hace que se versifiquen a su manera. A las 12:01 de este año que empieza, nada se dio vuelta de los pies a la cabeza. Y un verso para no ver mi alma partirse me abraza. Y una mujer para ver a mis dedos divertirse, se disfraza, Y mi carruaje sigue sin convertirse en calabaza. Lo leí. En verdad que necesitaba irme un rato por ahí pensé. Capítulo 4. 1 de Enero. Lo real y lo fantástico. Desperté en casa. Había pasado un año, por un momento no sabía dónde estaba, en mi sueño un monstruo de mil cabezas me devoraba. ¿Era real? Empecé a divagar: Uno está entre la vida real y cotidiana y la vida fantástica. Sabiendo que la fantasía ilustra la realidad y la realidad alimenta la fantasía. Entre estos dos ejemplos de mundos de realidad y fantasía nada puede pasarnos. Pensé en dos libros ilustrativos: La Colmena, crónicas de lo cotidiano, a veces tan irrisorio y fantástico, y Alicia en el país de las maravillas, de lo fantástico, a veces tan serio y real. La realidad era pura fantasía. No sé si es ahora a los cuarenta, a cuanto tan solo diez años tenía, La realidad era pura fantasía, Era tan solo vivir como se vive la poesía, La noche era más oscura todavía, Teníamos unos sueños fabulosos todavía Las cosas eran enormes cuando las veías. Sera que a los cuarenta sigo viendo las cosas, como cuando tan solo diez años tenía. Capítulo 5. 2 de Enero preparando para el viaje. 3
  • 4. Lo bueno de ser poeta es que no necesitas de mucho para andar por ahí. No tienes Que llevar mucho equipaje; todo está en tu cabeza. Bueno salvo la abultada biblioteca. Pero esta vez no necesitaba biblioteca, no quería aturdirme con nada, no saber ni pensar, menos sentir, nada. Me fui a la terminal de micros, a pedir un pasaje quien sabe a dónde, quizás mirando los carteles, se me ocurriría algo, o también le preguntaría al empleado. Quizás pudiera orientarme con el lugar. Y no podrás creer la cara que me puso, cuando le dije al de la caja: -Un pasaje de ida, por favor, a cualquier planeta. -Discúlpeme, ¿No es usted Gastón Matute, el poeta? me preguntó -La mayoría de las veces, entre tantas otras cosas- respondí. -Pues lleve un pasaje de vuelta, invita la casa, siempre debe regresar a la tierra, lo necesitan- argumento el cajero. -Muy amable. Como siempre, también, Yo necesito regresar- le dije. -Acá tiene su pasaje, ¿supongo que necesita alunizar? dijo el cajero. -Salir un rato, dejarlo todo, irme de los otros, salir de mí- puntualicé. -Llevará biromes y papeles- indagó el cajero. -No se puede hacer otra cosa- finalicé. Capítulo 6. 2 de Enero por la tarde de viaje. Saque pasaje. Sierras de la ventana. No se me pareció bien. Ventanas. Un lugar donde perder la mirada. Me siento y miro a mi acompañante, un hombre de unos 75 años aproximadamente, arrugado por la vida, que se ha desgastado, vivido, sus ojos transmitían sufrimiento y paz al mismo tiempo. -¿Va a Sierras seguido?- me preguntó. -Es la primera vez- le dije. -¿Y sabe dónde se va a quedar? Preguntó. -No, solo saque pasaje. Veré cuando llegue. -Busque la posada del Ángel, es hermoso, ahí trabaja Josefina, salúdela por mí. -Iré. A propósito: ¿Cómo se llama usted? -Juan, vivo en el pueblo continuo junto a las sierras. Seré curioso, que lo trae por las sierras. -Necesito despejarme, serenidad, estar solo por un par de semanas. -¿Confundido he? No sirve de nada. Yo lo estuve un tiempo, y acá me ve a mis 75 años, no sirve de mucho, haga lo que tenga que hacer siempre, camine. Quizás le venga bien preguntar por Jonas, un lugareño de la zona. Lo llaman el viejo sabio de la ventana. -Lo haré Juan. Lo miré, pensé en sus palabras. Parecía que por esa zona eran todos sabios. Pusieron un tema de Sabina en la radio. Me perdí en la melodía y la letra. Llegamos. Me despedí de Juan. -Gracias por el consejo, buscaré a Jonas. Adiós- le dije. -No me agradezca a mí, agradézcale a Jonas si lo encuentra, y mándele saludos, suerte. Capítulo 7. La posada del Ángel. La posada del Ángel quedaba a dos cuadras de la terminal de la sierra, me fue fácil encontrarla, caminando por la calle principal a mano derecha. Un paraíso, en medio de las colinas. La recepcionista de la posada se llamaba Josefina. Era la que me había indicado Juan. Le di sus saludos. -A Juan- me dijo- simpático. -Si un tipo simpático y con pinta de que ha vivido. Una especie de sabio. -Acá no se sorprenda, pero todos son medio sabios, y el que no lo es los imita, para ponerse a la altura, por hacer algo o porque no tienen otra cosa que hacer. 4
  • 5. La miré, aparentaba inteligencia. Me hizo recordar: -Juan me dijo que por acá había un sabio, que ustedes lo llamaban el sabio de la ventana. -A Jonas, ese viejo loco, que no le oiga que lo llama el sabio de la ventana, a él no le gusta nada. -¿Y sabe cómo lo puedo encontrar? -Si salga de la posada y como a 15 cuadras a su derecha, bajando por el despeñadero, ahí vive Jonas, al pie de la colina. Es muy hospitalario, como todos por acá dígale que le mango saludos. -Se los daré. Me fui a la habitación, me toco la 22. Ya lo jugaría cuando volviera al trabajo. Desarmé la valija. Me tire en la cama. Y me dormí. Había sido un día agotador. Por el camino, por todo lo que había pensado. Capítulo 8. 3 de Enero. El sabio y el poeta se encuentran. Ni bien me levanté salude a María y desayune, camine por el pequeño pueblo. No tarde mucho en recorrerlo. Que iba a hacer. Lo pensé. Me dirigí a lo de Jonas. Llegué. Era una casa muy sencilla. Bien pegada a la colina. Aplaudí, primero salió un perro, luego un anciano, tendría unos 75 años como Juan. -Si se haya perdido, este es un buen sitio para encontrarse- dijo Juan a modo de saludo. Me hizo gracia y le dije: -Usted debe ser Jonas, Josefina me indicó como llegar, Juan me habló de usted. Le explique brevemente sin mucho preámbulos porque estaba por acá y el porqué de mi visita. Jonas me preguntó de repente: ¿Y qué hace un poeta? -Supongo que dice cosas, escribe- le di miles de razones. -¿Y qué más, nada más?- siguió preguntando. Pensé que debía pasar de las palabras a los hechos. Mostrárselo todo con ejemplos. Para mi suerte era un lugar desolado, pero con wifi, saque mi teléfono, entre en mi blog y le leí cientos de poemas. -Pues acá no verbalizamos, todo es fluir, sentir, meditar. Dijo el sabio. Que primero no iba a decir nada, pero como le había caído simpático y por cortesía, me dio un consejo. Pues .siguió el sabio- por lo que me cuentas un poeta es como un guerrero inmerso en una batalla, esquivando golpes y luchando sin saber muy bien en lo que está inmerso y de donde vienen los golpes, pero batalla. Acá bien somos como el que se aparta de la contienda y ya lejos de la situación desde lo alto de una colina puede divisar bien lo que está pasando. Solo una vez que te alejas y ves desde la cima, puedes mirar todo bien, todo el asunto. Aunque batallar sea en su momento lo más sensato. -Bueno de eso se trata en parte y además la profesión del poeta es tan necesaria como la del almacenero o el maestro. El almacenero te dará de comer, el maestro te dirá cómo comportarte pero el poeta te recordará de tus sueños y deseos, tan esenciales para la vida, como todo lo demás. Jonas el sabio lo miro, y no dijo nada. -Se me va a quedar mirando así nomás, no se más que decirle- le dije. -No es necesario que dijeras tanto, ven pasa tomemos algo- le dijo Jonas el sabio. Me preparó un té, como no sabía que decirle, y vi que me miraba, le dije: -La comunicación es 7% verbal, 38% es el tono del mensaje y un 55% corporal. Considerando que al leerme no está mi persona, ten en cuenta que yo pongo todo mi cuerpo cuando escribo. -Lo que sucede es que no puedo estar yo cuando me leen. Se me ocurrió algo para escribir luego: Otra pena es que al leerme no este yo para susurrarte mi tono y mi postura de poeta mal habladito. -Hacen los que no saben y deshacen los que saben- me dijo. -¿Cómo? Le pregunté sorprendido. -Vos no me decías hace un rato haya afuera que estabas confundido. Pues no lo pienses demasiado, hazlo, siempre con principios, claro está. Me hizo acordar a las palabras que me dijo el día anterior Juan en el micro. Quizás por ahí todos pensaran parecido. 5
  • 6. -Cuenta una vieja fábula- siguió diciéndome- que el ciempiés venia caminando y el zorro al verlo venir, con toda malicia le preguntó: Pero que soltura llevas, y cuanta coordinación al caminar y mover tantas patas. ¿Cómo lo haces? El ciempiés pensó un minuto trato de dar una explicación y no pudo, lo que tampoco pudo es volver a caminar. ¿Lo comprendes? -Creo que si- respondí. Hablamos un rato largo. Me contó su historia, algunas anécdotas. Me invito almorzar. Dijo que por la tarde dormía la siesta como todos en el pueblo. Lo salude. Me dijo que si quería podía volver mañana. Volví a la posada. Cené y ya en la habitación me puse a escribir. En parte pensando en lo que había hablado con Jonas, y otras en lo que se me ocurría en el momento. Me dormí al rato. Capítulo 9. Se vuelven a encontrar el sabio y el poeta. -¿Y nunca se ha enamorado Jonas? le pregunté. Si una vez. Ella era sorprendente. Era de una belleza extraña. La recuerdo a ella por su forma de ser y por sus cosas. En su colección existían libros, anotadores, lapiceras, artículos escolares, muñecos, jabones. También almohadas, libros. Tenía sus tormentas y sus mareas. Un día se la llevo una de sus tormentas nunca más la vi, ni volví a saber de ella. -¿Y la extraña, la recuerda? le pregunté enmudecido. -A veces- me dijo- Y bueno contame un poco más, quiero aprender de lo que escribes. Parece que quería cambiar de tema, o le aburría pensar en eso. -Bueno, primero en toda historia si no hay un personaje o varios no es historia. Si ese personaje esta, supongamos, borracho o delira de amor, o genera algún conflicto mejor aún. Sino para nada sirven las historias. Algo así es lo que hago. Personajes que generen cosas. ¿Y para que escribís?- Le preguntó el sabio a modo de llevarlo a donde él quería. - Para recrear a los Quijotes, Los Principítos, Las Alicias- le contesté. ¿Conoce esas historias? -Las he oído- contestó. -¿Y qué le parecen? le pregunté . Pues puede ser que bien te convenga buscarlos en la vida- me dijo. ¿Y debes tener por lo que veo tus reglas para escribir? -No muchas, las pocas que tengo son muy sencillas: Reglas para escribir correctamente: Respeta las comas, los puntos, los acentos. Paréntesis, guiones, comillas. En última instancia escribe a lo loco y de corrido. Pero por lo que más quieras: Detesta con impavidez los puntos suspensivos. -¿Y te sirven? -No les hago caso- le contesté. Y nos reímos. -¿Y cuánto tardas en escribir un poema?- Preguntó el sabio. Ya le estaba cayendo bien el poeta. - Puede ser un día, dos, por lo general son espontáneos, en un segundo. Según el auxilio de las musas-. Contestó el poeta. -¿Y qué más hace un poeta?- preguntó el sabio que ya se estaba divirtiendo. - Bueno- contesté- en parte lanza, a veces, desde una isla desierta, mensajes en botellas al mundo. - ¿Al mundo?- Se interrogó el sabio. En todo caso tiraras botellas para que lo recoja solo una única persona- Finalizó el sabio. Pensé un poco en lo que hablamos y le dije: -A mí siempre me conmovió el delirante que hace funcionar las cosas- le dije. - Es la única manera. Por lo general las bocas más atractivas son las delirantes- Contestó el sabio. 6
  • 7. Ya era tarde, me despedí. Me dijo que podía volver mañana. Que se entretenía conmigo. Volví al hotel. Cené y otra vez escribí un poco más. Me dormí enseguida como la noche anterior. Capítulo 10. 4 de Enero. Tercer y último día del sabio y el poeta. Tenía una boca delirante, adictiva, embriagadora, que todo lo calmaba en un susurro. Detrás de la puerta parecía oírse voces, risas, música de fiesta. Al abrirla solo encontré una habitación vacía, en penumbras, desolada. Terminé de leerle lo que había escrito la noche anterior y le dije: -Mis poemas son a veces caóticos, melancólicos, sentimentales- le dijo el poeta al sabio. -Vos disfrutas siendo caótico, melancólico y sentimental- le dijo el sabio al poeta. -¿Quién te hace sudar tinta? ¿Quién te hace golpear el teclado con desenfreno y desenfado a cuatro manos? ¿Quiénes te educaron para la poesía? ¿En las líneas de que poemas te pierdes?- Preguntó me pregunto el sabio, que ya parecía un poeta. -Quien sabe, quizás solo mis versos lo sepan- Contestó el poeta, que ya parecía un sabio. - A mí me hubiera gustado en vez de poeta, ser sabio. - A veces Yo no sé si quiero ser un sabio- dijo el sabio. -A veces- le dije- cierro un libro entro en la vida y paso de lo fantástico a lo ordinario. -Yo creo que te estás haciendo el tonto- le dijo el sabio-. Vos bien sabes que no hay nada más fantástico que la realidad, y hasta lo ordinario. Y si lo ves ordinario vos bien sabes cómo hacerlo fantástico. Nos quedamos callados. Estábamos contemplando la colina. Yo hablaba de tanto en tanto y el sabio solo asentía con un Aja, como afirmando o dando a entender que escuchaba. De pronto el sabio me preguntó: -¿Y hay alguna diferencian entre tu poesía y tus novelas? -Si -le contesté-, la poesía habla por lo general del otro y la novela sobre mí. Es como que la poesía es más visceral, contestataria, producto del deseo, de lo que me dicte el momento, si habla de mi es de forma visceral. La prosa o las novelas, son más indagatorias, contemplativas. La poesía se asemeja más a un grito, un quejido, un suspiro. La novela es dialogo, pensamiento. Puede haber un poco prestado de la poesía a la prosa y la prosa a la poesía, pero por lo menos así me parece que funciona la mía. -Aja- contestó el sabio y siguió contemplando la colina. -Si vas a decir algo porque no decirlo con un poco de poesía, si vas a contar algo porque no contarlo un poco novelesco, sin faltar nunca a la verdad, claro está- pensó el poeta y también se puso a contemplar la colina. -¿Y qué hay de las musas? me preguntó. -Te lo voy a contar con un pequeño cuentito que escribí la otra vez- le dije-. Se llama el poeta y el aprendiz de poeta: -Será mejor que te busques una musa- le dijo el poeta al aprendiz. -¿Pero siempre necesitamos una musa, no podemos idearlo nosotros solos, imaginarlo?- dijo en tono caprichoso el aprendiz de poeta. -No- dijo determinante el maestro poeta- siempre hay una musa. -Pero yo ya se escribir por mí mismo, no necesito a nadie- siguió importunando el joven. -Bueno entonces aunque sea de adorno, pero búscate una musa- sentenció el maestro. -¿Y qué deber tener un poeta para ser poeta? preguntó el sabio. -Pensé que eso debería saberlo Usted que es un sabio- le contestó el poeta. -Es de sabios no saber muchas cosas, ser maestro de nada, aprendiz de todo, sorprenderse cada 7
  • 8. día, por eso te preguntaba, además, es de sabios escuchar la respuesta de que se necesita para ser poeta, de un poeta. El poeta se sorprendió de lo que acababa de escuchar, le gusto, se sentía cómodo con el sabio, y empecé a decir: -Bueno supongo que un poeta, como bien dice Usted, tiene ante todo un millón de preguntas y ninguna respuesta, tiene también demonios, y musas, y hadas, fantasías, almohadas y ganas, deseos y bueno, yo sigo creyendo que usted lo sabe mejor que yo, y también buena letra ¿No? Hay que tener todo lo anterior y acompañarlo con buena letra, eso es un poeta, me parece. -No sabes nada- le dijo el sabio, y rieron juntos. -¿Y supongo que un sabio ha viajado y visto mucho?- pregunto el poeta. El sabio pensó un segundo, como nos nostalgia, y contestó: -No, nunca salí de acá, a mí siempre me gustó este lugar, ¿Para qué voy a salir a otro lado?, siempre anduve por acá. El poeta se sorprendió a la vez que se conmovió, lloró para sus adentros. Se le vinieron tantas cosas de repente. Y pensó que el tampoco necesito nunca salir mucho fuera de su lugar, que las musas vienen de todo el mundo a visitarlo y que no necesita ver demasiado, que su vida estaba aquí. Que uno es del lugar de los recuerdos, del que le gusto siempre, del que se siente cómodo, del lugar más conocido, el que él conoce. -¿Y para qué sirve la poesía? preguntó el sabio fingiendo inocencia. El poeta que noto por donde iba el sabio, primero le dijo: -¿Qué raro que le guste fingir a un sabio, mostrando desconocer ciertos temas? -Tranquilo- le dijo el sabio- que si fingimos indiferencia es para excitar al otro a hablar o alentarlo para escuchar lo que tiene para decir, para sacar muchas veces lo mejor del otro. -Bueno, para hacer soñar a las musas con mis almohadas, para que otra cosa va a servir la poesía, dijo el poeta- que evidentemente se había enojado, y sin razón, con el sabio. -Nunca había escuchado nada parecido- dijo el sabio. -La poesía es como esto- le dije: El amor apresurado es como comerse un chocolate. El amor apresurado es como entrar en un supermercado, desnudar el chocolate desgarrando el papel, hacerle el amor a mordiscones, entre las góndolas y a la vista de todos. Ir a la caja, decirle a la cajera, me he comido un chocolate, dejar lo que se debe, salir a la calle caminar tranquilo y sin haberse limpiado la boca siquiera. Se rió. -¿Y qué estilo y tono son tus poemas? preguntó el sabio, que para ser un sabio y vivir a la orilla de la colina, sabía lo que era el tono de un poema. -Mis poemas son efusivos, y buscan lo mismo de todo lo demás. A mí me encanta la gente efusiva, esa que va por ahí, demostrando lo que siente. En algunos casos también me gusta esa gente que la vez que no se mueve, pero está en una actitud como que quiere saltar, gritar, que se le escapa el alma por la mirada, que no se atreve, pero dentro de él tiene todas las ganas y el anhelo de saltar. La demás, la recatada, no sirve para nada. El sabio se quedó duro y dijo: -Impresionante- volvió a callar y volvió a decir- impresionante. -¿Y qué es lo que ha visto un poeta? volvió a preguntar el sabio. -Bueno he visto muchas cosas- respondió el poeta- Caballeros y Princesas en su tiempo. Pero he visto realmente Caballeros y Princesas dos o tres, de los que se pueden llamar así, el resto los he visto vulgares, ordinarios, mentirosos, farsantes, todos si en su impecable armadura de 8
  • 9. Caballero o disfraz de Princesa. Pero Caballeros solo un par, uno a pie, el otro manchego si te gusta escucharlo así. -¿No es mejor, vos que lo escribís todo, las cosas no escritas que se dicen al oído?- soltó el sabio. -A pero mirá que elocuentes y graciosos resultaron ser los sabios, no me jodas- dijo el poeta. Y rieron juntos. -¿Y qué te trajo por acá, a estas colinas desiertas?- le preguntó el sabio al poeta. A modo de juego. -Mirá, estaba medio desorientado, no sabía qué hacer, necesitaba alejarme un poco de las cosas, dudaba de otras, de ser poeta. -Bueno, si vas a decir algo no está mal decirlas con un poco de estilo ¿No? Además también podes ser tantas otras cosas de vez en cuando, cuando te canses de ser poeta, o todas al mismo tiempo, que se Yo. Lo mejor es que ni lo pienses, te lo tomes con calma y camines todo lo que puedas caminar. Una vez escuche una canción que decía: Dont think twice, is all right, no lo pienses dos veces, está bien ¿No es así lo que dice? -dijo el sabio fingiendo desconocer el autor de la letra-. Deja que cada cosa tome su curso y su camino. -Bueno por ahora no preocupa tanto, ahora que me leen 2 o 3 personas, el día que me lean más de 20 lo dejo todo. -Ese día- finalizó el sabio- no podrás dejar la pluma ni aunque quisieras. ¿Y en qué momentos te sientes tranquilo? -Cuando soy El Capitán Vulgaridad, cuando saco al poeta, al juglar, y solo dejo al jugador en mi cabeza. -Anda ya déjate de niñerías- dijo el sabio enojado. Nunca había visto un sabio enojado. Para que no se enoje le dije: -Bueno mirá ya lo decidí, de mañana soy poeta y de tarde quinielero, de noche lo que la luna quiera. -Sos muy ocurrente, tenes unas resoluciones mágicas- se rió. -¿Y un poeta debe amar las palabras?- dijo el sabio. -¿Que pregunta es esa viniendo de un sabio?- dijo el poeta- Las palabras no son nada, no valen nada, están ahí, todas anotadas en el diccionario, bien explicadas. Las palabras no valen nada, lo que si pueden valer algo es como se las usa, como se las dice, quien las dice. ¿Vale algo decir que si, negando con la cara? ¿Vale algo decir la verdad con tono afectado? En fin, si no van acompañadas de actitud o tono, no valen nada. -Sigues sin saber ni entender nada, sigues diciendo pavadas, con cara de que lo sabes todo- volvió a decir el sabio. Y se rieron. Se hizo tarde. Estaba satisfecho, eufórico, agradecido por haberme cruzado con Jonas. Decidí que había sido suficiente. Que ya había arreglado todo lo que tenía que arreglar, y le dije: Jonas, no tengo más que agradecerte, por todo lo que me has escuchado, las charlas, la hospitalidad. Acabo de decidir que mañana me vuelvo a Mar del plata, a seguir con mi vida cotidiana. Gracias de verdad. Quería contener las lágrimas. Volveré lo prometo. -¿Y qué vas a hacer cuando vuelvas a tus tierras? preguntó el sabio. -Escribir todo lo que hablamos, para no olvidarlo nunca, para decirle al mundo que existes, que hice un amigo. Para eso se escribe al fin. Nunca vi llorar a un sabio. Al irme le deje lo que había escrito. Espero lo lea. 9
  • 10. Como una novela, como la vida, como las personas. Uno puede pasar sin ellas, mirar a las personas y seguir, mirar el título de una novela y seguir. Otras veces lees la contratapa o averiguas algo de ellas y eso basta. Otras te imaginas todo el contenido sin haberlos leído o vivido, y otras las lees o las vives sin más. Puede que sean como las expectativas que habíamos puesto, o puede que al terminarlas nos sumamos en el más mísero desencanto. En último caso el mundo es una biblioteca enorme. Y buenos y malos los libros están ahí, puedes tomar y dejar el que quieras, la gran mayoría de las veces, claro está. Aunque sean unos pocos libros los que amamos. Capítulo 10. Mis versos nocturnos. Como barco en busca de un buen puerto. Un capítulo me está comiendo la cabeza, Un verso se desangra por encontrar la belleza, Una historia acecha a la vuelta de la esquina, Enloquecido por saber cómo todo esto termina. Me atrapa como un libro que fue recién abierto, Me lleva a la deriva por los siete mares, como barco en busca de un buen puerto. Como naufragar en un beso. Como naufragar en un beso, como el laberinto de una boca, como el otro lado de un verso, como el poema que te trastoca. Como tensar la flecha de cupido, como cuando se burla el olvido, como invertir en miles de fantasías, como tener de pasaporte a la poesía. Como el camino sin tantos atajos, como cerrar los ojos y poder ver, como cuentos susurrados por lo bajo, como cuando no tienes que leer. Mis poemas lo intuyen todo. Yo puedo conocer dos o tres cosas, Distinguir un cuento de una rosa. Pero mis poemas lo intuyen todo, Saben de verdad todos mis modos. Yo puedo quedarme callado, y meditar los asuntos, Pero sucede que escribo el verso hurga en la herida, revisa todos mis costados, se queda conmigo a oscuras, y en palabras habla por mí. Y escribí un poema por si acaso. Escribí de corrido todo el año, Escribí en un lenguaje extraño, 10
  • 11. Escribí para quedar a oscuras, Escribí al regazo de tu cintura. Escribí fuera del sistema, Escribí para cambiar el tema, Escribí la noche en vela, Escribí y pude terminar la novela. Escribí a cuatro manos, Escribí en tiempos diluvianos, Escribí y llegué al treinta y uno, Escribí para dar con algunos. Escribí sin tantos cuentos, Escribí y el primero me reinvento, Escribí en versos contra el ocaso, Y escribí un poema por si acaso. De una pieza de los pies a la cabeza. Sigue todo en su lugar, el verso bajo la manga, el poema bajo la almohada, mi mano bajo tu falda, como ante la llama que embelesa, de una pieza de los pies a la cabeza, ¿Ya no arremetemos contra gigantes? ¿Se ha acabado la fantasía? ¿No escriben los poetas más poesía? ¿Ya no arremetemos contra gigantes? ¿Ya no saltamos la hoguera en la noche de San Juan? ¡Con fantasía se describe sin vanidad, en una alegoría como es la realidad! ¡Hace más fascinante y fantástica, la realidad! Como cuando unos ojos te hacen volver. Como cuando no hay en quien creer, como cuando ya casi nada ya te toca, como cuando unos ojos te hacen volver, como cuando una espalda te provoca. Como el brillo cegador de las medallas, como desaparece un mundo si callas, como devoto del templo de la risa, como terminar un verso con prisa. Test ¿Qué es lo que te hace naufragar? ¿Qué es lo que se hace cegar, indagar, llegar y vagar, callar? ¿Qué es lo que te hace volver? ¿Qué es lo que te hace querer? ¿Qué mundos quieres habitar? ¿Qué es lo que te hace quedar? Segundo Test ¿Qué sueñas si vas a oscuras? ¿Qué te asusta por las noches? 11
  • 12. ¿Qué te fascina por la mañana? ¿En qué puertas vas a encallar? ¿En qué lunas vas a alunizar? ¿Qué poema te hace delirar? ¿Qué puertas no has de volver a tocar? Que puertas no has de volver a tocar, Que atajos no has de volver a tomar, Que bocas no has de volver a besar, Que planetas no has de volver a visitar, Que cielos no has de volver a volar, Que monstruos no has de volver a soñar, Que poema no has de volver a recitar, Que cuento no has de volver a recrear, Que duda no has de volver a dudar, Que miedo no has de volver a alimentar, Que palabra no has de volver a utilizar, Que lunas no has de volver a pisar. ¿Qué puertas no has de volver a tocar? Contestado. ¿Qué puertas no has de volver a tocar? Las que abran a deshora y en corbata, nunca llames de día, ni las giratorias, solo las que abran de noche y en piyamas. ¿Qué atajos no has de volver a tomar? Los que te hacen perder el camino. ¿Qué bocas no has de volver besar? Las que te quieren volver al pasado. ¿Qué planetas no has de volver a visitar? Los que ya los han colonizado. ¿Qué cielos no has de volver a volar? Los tormentosos desestrellados. ¿Qué monstruos no has de volver a soñar? Los de mil cabezas que te aconsejan. ¿Qué poema no has de volver a recitar? Los que no incendien corazones. ¿Qué cuento no has de volver a recrear? Los que no te hagan ver la realidad. ¿Qué duda no has de volver a dudar? Las que vienen de tus entrañas, de la voz de la hoguera de las cavernas ¿Qué miedo no has de volver a alimentar? La del hombre de la bolsa y el coco. ¿Qué palabra no has de volver a utilizar? Las que no estén de tu lado ni a tu medida. ¿Qué lunas no has de volver a pisar? Las que no giran en tu órbita. La ciudad es un monstruo de mil cabezas. La ciudad es un monstruo de mil cabezas, que te acecha con el consejo y las certezas. El vendedor de sueños canta su canción, extraviado entre el humo y la polución. La multitud va en un carnaval indiferente, pisando al forastero y sin mirar de frente. Romeo es un trotamundos que errante camina, y Julieta rueda por los balcones de cualquier esquina. Buscándote como quien busca la niñez perdida, 12
  • 13. va como un verso a morar en tu alma letraherida. El poeta dejo de ser aquel de las hadas y cuentos, ya no construye castillos en el aire con arena, ahora va de traje de gala y cortó su melena, ahora habita firmes rascacielos de cemento. Déjame que me vuelva a la suave pradera, cansado del dolor que causan las aceras. Yo siempre quise ser. Yo siempre quise escribir, el verso con la pluma, que te hace cosquillas y te desnuda. Yo siempre miré de las cosas el otro lado, la cara oculta de la luna. Yo siempre quise ser el capricho de las musas, y el niño mimado por la poesía. Como cada vez que te escribo, estos versos me dicen que te deseo, como cada vez que te veo. Hay una luna que me invita a alunizar, Hay unas palabras acercándome a tu boca, Una sirena nos lleva por el rio del encanto, Un sueño nos dice que seguimos despiertos, Estoy como el sombrerero loco ante los cuerdos. Como cada vez que te escribo, Estos versos me dicen que te deseo. Como cada vez que te veo. Termina mi cuento y apaga la luz. Mira sobre mi hombro todo lo que escribo. Termina mi cuento y apaga la luz. Escribo todo lo que digo a doble o nada. Escribo todo lo que digo a doble o nada, para sobornar los sueños de tu almohada, Convenzo con delirios a musas y hadas, para encontrarme con tu boca alucinada. Espero que vuelvas rauda por la primavera, para trepar por tus piernas como enredadera. Es un relámpago Un poema, Es un relámpago, una hoguera cambia de dirección, ciega la mirada, incendia tus entrañas, 13
  • 14. Surge de las entrelineas de lo que leo, Anda por ahí, a la vuelta de la esquina, te lleva de regreso a tu casa, te pone de pie, Un huracán en la cara. Un poeta Un poeta, sin horarios de oficina, ni ley, ni rutina. Un poeta, sin saber nada, tan solo palabra. Un poeta, sin lemas, todo un poema. Un poeta, sin modas, a por todas. Un poeta, vehemente, solo entre la gente. Un poeta, créelo, léelo. ¿Quién te calentará el corazón? Hay un incendio haya afuera, Se prende en llamas la ciudad, ¿Quién te calentará el corazón? Hay fieras por ahí acechándote, rasantes zarpazos por la noche, ¿Quién te arañará la piel? Se te ve venir con tus sueños rotos, sonámbula y en zapatos rojos ¡Sabes quién te tenderá una almohada! Y no tuve más condena, que arder en tus labios como hoguera. Me libre de las cadenas, De los brazos como enredadera, Y no tuve más condena, que arder en tus labios como hoguera. Me oculté de los ojos que se te pegan como abrojos. Prepárate a entrar en el infierno. Prepárate a entrar en el infierno, de corso entre pobres diablos, ¿Ya sabes de lo que te hablo? 14
  • 15. Aprenderás a quedarte duro, a hablar en un tono claroscuro, a preferir habitar en extramuros. Dejaras ver las cosas de costado, y parado de un pie a cada lado. Sabrás alimentar la hoguera, entrar al túnel en un vagón de primera. Será en un baile de disfraces, Repartiremos los antifaces. Prepárate a entrar en el infierno, querrán aturdirte un coro de miradas. Prepárate a entrar en el infierno, Derramar tinta sobre las llamas, que arda todo en palabras, Y terminar el cuento en la cama. Prepárate a entrar en el infierno, callar la boca de Lucifer con un beso, rescatar a los pocos sabios que agonizan con un verso, derribar los muros en un poema, volver al ruedo, pasar el invierno. Prepárate a entrar en el infierno, saluda con reverencia a los vecinos, y convence de volver al poeta vencido. Escribe un poema más. Escribe un poema más, como solías hacer ayer, destrózanos el corazón, Recuérdanos que la razón, Es defender la fantasía, a lomos de la poesía. Ayúdanos a andar del revés, a creer todo lo que ves, en la pluma y el papel. ¿Te acuerdas lo que nos contabas y nos encantabas? ¿Te acuerdas lo que nos contabas y nos encantabas? ¿La chispa sagrada con la que nos iluminabas? ¿El hechizo mágico con el que nos embelesabas? ¿El fuego interior con el que nos calentabas? Vos que tenías la extraña amabilidad de hacer una llamada a los ojos. Vos, vuelve a contar el cuento que soñabas, que te necesitamos como el sueño a la almohada, te extrañamos como las fábulas a las hadas. Vuelve a encantar con el encanto que encanta con tu canto. Que si te callas enmudecerá de pena la poesía, Y harás rabiar y enojar a las palabras. Agarra nuestro corazón y escríbenos un poema. A veces es como un piyama a rayas. 15
  • 16. A veces es como un piyamas a rayas, puedes dormir entre las líneas de mi poema. Si al leerlo oyes como voces que te descolocan, Es que llevo el corazón atragantado en la boca. Puede que sea como un monstruo de mil cabezas, que devorarán lo que creías como certezas. Otras una llamada a las hogueras de tus ojos, que solo buscan tu atenta y cálida mirada. Todos ellos quieren agónicos y con prisa, ninguna otra cosa que dar con tu sonrisa. Si aún no probamos nuestros labios. Ni que saben por más sabios, si aún no probamos nuestros labios, Si que sabes lo que dices, si aún no me tocas las narices. Si ves venir al sonador. Si ves venir al sonador, ¿Te tiras con él en la almohada? Si se te cruza una princesa, ¿Le escribes un cuento de hadas? Si yo fuera tan mengano y vos tan fulana, Si vos alunizaras en la base de mi vereda, Si vos treparas por las ramas de mi poema, Si yo fuera tan mengano y vos tan fulana, Si yo por la noche te sueño entre almohadas Si despierto con tus susurros por las mañanas. Casi me destrozan el corazón, en el ojo del último huracán. Casi me destrozan el corazón, en el ojo del último huracán Tan duro como un cachetazo, fue el último portazo. Este había una vez, que busca finales felices. Por querer retener la primavera se vengó el invierno con cicatrices. ¿Qué no son serios mis poemas? ¿Qué no son serios mis poemas? ¿Que no se comportan con decoro? ¿Que no concuerdan con el poeta? Fijate que yo vivo como escribo, Aquí no hay fuegos de artificio, Tan real como lo es la fantasía, Tan letal como es mi poesía, No la toques si no quieres quemarte, No la leas si no te dejas amarte, 16
  • 17. Yo sé que va vestida de melancolía, pero desnuda es toda alegría. P.D. Había una mujer que vestida era toda melancolía, desnuda, toda alegría. ¿Qué no es sincera mi poesía? ¿Que no son buenos mis poemas? Pruébalos acostados en la almohada, Sin más antifaces ni tanto arte, Todos mis versos pretenden besarte. Algunos de los horrores cardinales. Entre almohadas y sin cuentos, Entre labios y voces y sin besos, Entre versos y poemas y sin poesía, Entre norte sin caminos al sur. Algunos de los horrores cardinales. ¿Hice bien? ¿Hice bien? Dejé un verso bajo tu almohada, Soñé mis sueños entre las hadas, Me encontré en la boca perdida, En unos versos buscando poesía, Yo cure mis penas con fantasía, Y las hice reales por cortesía, Mis poemas saben que te quería. Para no ser el que olvida, escribía, Para desnudarme en ideas, escribía. Por escuchar mi voz de la inconsciencia. Cuando 40 Junios arañen tu frente, y sepas distinguir a las zorras y los gatos. Me escapé de un circo de marionetas, Por escuchar mi voz de la inconsciencia. A los 40 vino el hada a convertirme, en un niño bueno de verdad. Se aleccionó solo con lo que le decían los vientos del sur. Se aleccionó solo con lo que le decían los vientos del sur, Y se dejó llevar únicamente por la gente corriente. Desde la luna. Grita más alto, no podemos escucharte, desde la luna. Por más tacos que uses, no podremos escucharte venir desde la luna. No escribas más poemas de amor, No nos llegaran en la luna. 17
  • 18. Mejor bajémonos de la luna. Yo me maquillaba la boca con poesía. Yo me maquillaba la boca con poesía, Con tal que el monstruo más atroz, Me rascara la espalda. Yo me maquillaba la boca con poesía, Con tal que mi verso canalla, Fuera a morar bajo tu falda. Yo me maquillaba la boca con poesía, Para derribar el muro, Con cuentos y hadas. Yo me maquillaba la boca con poesía, Y vivir todos mis sueños, Con vos entre almohadas. Yo me maquillaba la boca con poesía II. Yo me maquillaba la boca con gallardía, Con tal que el monstruo más atroz, Me rascara la espalda. Yo me maquillaba la boca con altanería, Con tal que mi verso canalla, Fuera a morar bajo tu falda. Yo me maquillaba la boca con fantasía, Para derribar el muro, Con cuentos y hadas. Yo me maquillaba la boca con cortesía, Y vivir todos mis sueños, Con vos entre almohadas. Yo me maquillaba la boca con poesía, Con tal que todos mis poemas, Te hicieran de escudo y trinchera. Yo me maquillaba la boca con hechicería, Para en palabras derrotar al invierno, Defender y detener la primavera. Yo me maquillaba la boca con poesía III. Yo me maquillaba la boca con gallardía, Con tal que el monstruo más atroz, Me rascara la espalda. Yo me maquillaba la boca con altanería, Con tal que mi verso canalla, Fuera a morar bajo tu falda. Yo me maquillaba la boca con fantasía, Para derribar el muro, Con cuentos y hadas. Yo me maquillaba la boca con cortesía, Y vivir todos mis sueños, Con vos entre almohadas. Yo me maquillaba la boca con poesía, Con tal que todos mis poemas, Te hicieran de escudo y trinchera. 18
  • 19. Yo me maquillaba la boca con hechicería, Para en palabras derrotar al invierno, Defender y detener la primavera. Yo me maquillaba la boca con sabiduría, Para dormirme con cuentos de noche, Para esquivar las fábulas del día. Yo me maquillaba la boca con melancolía, Recordaba los viajes en tu coche, Y pasarlo todo con alegría. Todavía quedan bocas. Todavía quedan bocas, que se divierten, que besen a las vecinas, que te esperan en la esquina. Todavía quedan bocas, que no mienten, que no van a la oficina, que todo lo adivinan. Todavía quedan bocas, que se sublevan, que gritan a los cuatro vientos, que bajan a los infiernos. Todavía quedan bocas, que te llevan, que calientan los inviernos, con un cuento. Todavía quedan bocas, por corromper, que dicen como sienten, que no se las lleva la corriente. Todavía quedan bocas, que no se pierden, que suenan diferente, están ahí entre la gente. Todavía quedan bocas, dispuestas a naufragar, que andan sin rumbo, y encallan en mi islote, y en piyamas. Todavía quedan bocas, dedicadas a alunizar, que andan a los tumbos, con un verso en el escote, y se acuestan en mi cama. Un mar es un poema. Un mar es un poema, donde van de viaje, mis mensajes en botellas. Un mar es un territorio, donde habitan las sirenas, con sus cantos y abalorios. 19
  • 20. Un mar sin capitán ni uniforme, donde naufragan soñadores, y encallan en islotes sin nombre. Un mar es un oasis donde bucean princesas, buscando cofres de tesoros, llenos de sueños y promesas. Un mar es un laberinto, donde se manejan por instinto, los pocos sabios que se esconden. Un mar tan profundo y tan insondable, con misterios e inalcanzable, con monstruos y mil especies, revoltoso a veces pero, en días calmos era diáfano, y ella era como las olas, que te invita a refrescarte. Aquí tengo listo tu poema. Aquí tengo listo tu poema, me lo pidieron tus ojos, me lo exigió tu pelo al viento. Fue tu voz desgarrada, y tu mueca desvergonzada. ¿Quién dice que olvidé? Si siempre estoy escribiendo. ¿Quién dice que olvidé? Si siempre estoy escribiendo. ¿Quién dice que me fui? Si siempre estoy escribiendo. ¿Quién dice que no amé? Si siempre estoy escribiendo. ¿Quién dice que desistí? Si siempre estoy escribiendo. Pidiéndote los bises. Es que es tan lindo todo lo que cantas, es que con un par de versos nos encantas, Es que es tan bello todo lo que dices, Es que nos tienes pidiéndote los bises. Es que parece tan real todo lo que cuentas, Que en tu sueño dormimos sin darnos cuenta. Nos haces las noches más estrelladas, No dejas embelesados hablando pavadas. Noche más brillante. Tú pretendes que te escriba una noche más brillante. Acostumbrada a beber del elixir de mis poemas. Pues procura que mi tintero siga ardiendo, Que la luna se me cuele por las venas, Que tu susurro nos derribe entre almohadas, No vaya a ser que luego de tanto amarme, debas hacer un curso acelerado para olvidarme. 20
  • 21. Yo no defino los finales por penales. Yo no defino los finales por penales. ¿Y dices que mi rima te lastima? A mí me importa todo, ¿No me ves parado acá, en el medio del lodo? Llegó una carta de tu frente. Llegó una carta de tu frente, En un grito manuscrito, a tentarme el corazón. Llegó un viento de tu este, en un susurro huracanado, a apurarme esta canción. Llevo la risa de estandarte, de paso por el mundo, que derriba las barricadas. Llevo un verso maltrecho para que se cuele en las venas, y en todas las carcajadas. Le escribí este poema. Yo que todo lo que tengo, es palabras, le escribí este poema. Yo que todo lo que quiero, es que me deje la ventana de su habitación abierta, le escribí este poema. Yo que todo lo que tengo, es ganas de tenerla mirando lo que escribo, Le escribí este poema. Yo que todo lo que quiero, es abrigarla con un verso, y que sueñe con mis cuentos, Le escribí este poema. Al contado y en besos. No me llevo para nada bien, con las leyes de extranjería. No podía salir para nada a cien, Si no alimentabas mi poesía. Y ahora que somos nacionales, Solo diré que si de forma afirmativa, si es para negar todo lo que dices. Me ha quedado del pasado y de botín, Solo un recuerdo y un par de versos, Ahora que tu boca ya no es un festín, Y me pagan al contado y en besos. 21
  • 22. Llegó con dos versos bajo la manga. Llegó con dos versos bajo la manga, Se los cambiaron a uno por beso, y le pareció una ganga. Con un verso derribo la muralla, y el otro lo dejo bajo tu falda. Uno para que vaya donde tu vayas, Y el otro como arañazo en tu espalda. Uno anda por todos los caminos, Y el otro te besa toda la boca. Uno finge que le importa un comino, Y el otro pretende volverte loca. Uno miente el otro engaña. Uno miente el otro engaña, Uno el verso que te araña, Otro el bálsamo contra lo que daña, Uno Don Quijote el otro sancho panza, Uno el escudo el otro la lanza, Uno el verso el otro el beso, Uno te come el seso, el otro derroche y excesos. Los gemelos claroscuros, dos niños con pinta de tipos duros. Brillan ahí donde todo oscurece, Uno es la cuna que se mece, Y el otro pradera que reverdece. Los mellizos Ian y Justin, Un cuento sin Principio ni fin. Protectores de las fantasías del poeta, Con preguntas inocentes y juguetes. Mi verso va tripulado por el Capitán Vulgaridad. Mi verso es una princesa desencantada, Un cross de derecha contra la nada, Un niño que le quitaron su juguete, Un barco a la deriva y un grumete, Tripulado por el Capitán Vulgaridad, La fantasía que le agrada a la realidad. Yo los saco de mis poesías, con amabilidad y cortesía, Pero vuelven como polizones, Con disparatadas razones, Y cambiándome el tema, A morar en mis poemas. Y se meten unos ojos, Y se cuela una ráfaga de aliento, Y taconean unos zapatos rojos, Y no termina jamás el cuento. 22
  • 23. ¿Porque es que me gusta tanto? A mí me gusta un verso bien pintado, Un verso bien junto a mi costado, La rima que trae ideas pensamientos, sentimientos, objeto, personas, lugares. sensaciones, situaciones, oraciones. Arreglo el mundo, comulgo con mi mismo, derroto a los demonios, puedo mirar de frente, reírme bien, y mofarme de los idiotas. Los versos que escribí no te han llegado aún, La boca que me llama no ha sido besada aún. Como ciertas cosas. Y entró como entran las más bellas cosas, a morar entre las líneas de mis versos, Y se colgó como se cuelgan ciertas cosas, en el salón de la fama de mis recuerdos. Y vino como vienen los martes y los jueves, Y llegó como llega la impúdica primavera, A desnudarme en el medio de la acera. Y me olvidó como se olvidan las rosas, Entre cuartos y cuentos de invierno. Y se perdió embriagado por la multitud Como un mensaje que se va, en una botella. Y regresé como regresa el poeta, Luego de alunizar en otros planetas. A escribir hasta por los rincones, Y lleguen a tus oídos como canciones. Pierde su sombrero. Como las rosas esperan la primavera, Como quien pide un trago en mamadera Como las musas ven volver al poeta. Como quien salta de planeta. Como un amante que tacha los febreros. Como un loco que pierde su sombrero, Libera tus versos. Libera tus versos, espárcelos por los rincones, incendia las calles, que ardan los juzgados, me dijo una musa, Y como yo soy un niño bueno, y además aplicado, acá los tenes. Descarado y de muy mal gusto. 23
  • 24. Descarado y de muy mal gusto, Es decir que Yo corro a las musas con mis poemas, O le cuento mis historias a mi máquina de escribir, Por las noches cuando vuelvo a mi casa. Eso va a pensar tu mama, O va a decir el biógrafo insolente, Que jamás en su puta vida escribió un poema. Las señales. A veces hacemos caso a las señales, A veces respetamos las instituciones, A veces alimentamos la fantasía, A veces me olvido hasta lo que decía, Para el resto de las veces, a veces, están los poemas. Voy a contarles un secreto. Voy a contarles un secreto, cuadro escribo soy un dios, y finjo que sacudo el mundo, y ordeno estrellas en el firmamento, Y me pongo serio y no miento, Y te siento tan cerca mío como observando lo que escribo. Yo que soy un caos, un bufón, cuando estoy lejos de la pluma, los tinteros y los papeles, Al sentarme y atiborrarlos con versos y susurros, soluciono todo en un momento, lo veo todo en un segundo. Detenté poeta. No cuentes el cuento, no escribas el poema, que harás llorar a las princesas, se enfadarán las hadas, se piadoso con las musas. Tranquilo, es solo poesía, no tengo tanto poder, contestó el poeta. Un poema con todas las leras. Un poema sin más, sin lujos ni detalles, sin versos rimbombantes, sin bombos ni platillos, no fuegos de artificio. Un poema vehemente. Un poema que muerde lleno de dientes, y que me importa nada lo que diga la gente, un poema que no lo piensa dos veces, 24
  • 25. un poema que se va de boca, un poema que tira porque le toca, Un poema con todas las letras. Ahora que beso todas las bocas. Y no sé de dónde saque la pluma de poeta, que antes que la realidad nos dé una bofetada, Escribo un par de versos y un cuento, que nos meta en la cama entre hadas y almohadas Y antes que digan que nos arropamos con fantasía, Nos desnudamos con la verdad de la poesía. Y al terminar por la noche el día, me divierto haciendo garabatos. Mis labios no se venden tan barato, Y no saben callar ni por un rato, Quien los probó lo sabe, Ante los cuerdos me pongo el sombrero, Ahora que beso todas las bocas, Antes que caduquen un 14 de febrero. ¿Y qué más da si soy un musariego? Y me haga llamar el seductor de las musas, Un hada me hizo poeta hasta las doce, Y me deja escribir todas las mañanas, Luego me convierto en quinielero, Y me juego todo de cuerpo entero, Por las noches soy lo que la luna quiera. Otro poema cursi. Habitan en mi un poeta y un poema que arde, y que escribe para que no se haga tarde. Un quinielero que se la juega a doble o nada, Y con el 22 se ganó una luna de almohada. Hay en mí un monstruo de mil cabezas, que se devora a todas las bellezas. Hay en mí rayos y tormentas, a veces llovió más de lo que cuentas. Hay en mí un loco que te hace el verso, con tal de tranquilizarte en un beso. Hay en mí una musa que dice disparates, tasados al por mayor y en quilates, Escribo de 8 a 12 y de 21 hasta el levante. Escribo de 8 a 12 y de 21 hasta el levante, Soy jugador de 13 a 21 trashumante, Y en todo el día soy un delirante, siguiendo los pasos del caballero andante, Por las noches la luna me hizo amante, Quien más quisiera ser el mismo de antes, 25
  • 26. No se puede volver atrás me dijo un caminante, Lo importante es hacer bien el verso de ahora en adelante. Como un exhibicionista, me senté a escribir en un bar, para atraer a los mirones, y enseñe mis partes más íntimas. Ven a besarme un rato, antes de que termine dibujando garabatos. Este poema es una belleza, De los pies a la cabeza. 26