Existen nueve criterios que caracterizan la personalidad esquizotípica, de los cuales se deberán cumplir al menos cinco para que pueda ser diagnosticado el trastorno. Las personas con este trastorno pueden tener creencias y comportamientos extraños pero no están desconectadas de la realidad y generalmente no tienen alucinaciones. Afecta aproximadamente al 3% de la población y suele ser estable a lo largo de la vida, aunque en algunos casos puede progresar a esquizofrenia.
2. Un patrón general de
déficit sociales e
interpersonales
asociados a malestar
agudo y una capacidad
reducida para las
relaciones personales,
así como distorsiones
cognoscitivas o
perceptivas y
excentricidades del
comportamiento, que
comienzan al principio
de la edad adulta y se
dan en diversos
contextos
3. 1. ideas de referencia (excluidas las ideas delirantes de
referencia)
2. creencias raras o pensamiento mágico que influye en el
comportamiento y no es consistente con las normas
subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia,
telepatía o "sexto sentido"; en niños y adolescentes, fantasías o
preocupaciones extrañas)
3. experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones
corporales
4. pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial,
metafórico, sobre elaborado o estereotipado)
5. suspicacia o ideación paranoide
6. afectividad inapropiada o restringida
4. Diversos estudios han demostrado que algunas
dimensiones de la personalidad tienen un marcado
componente hereditario.
Otros autores aseguran que existe un defecto neural
genético en los Esquizotípico.
Donnoli cree la constitución de una personalidad
esquizotípico y la vulnerabilidad para la exacerbación
patológica de sus rasgos, podría resultar como
producto de un defecto original en el desarrollo
individual, pre y/o postnatal.
5. La base del trastorno esquizotípico se encuentra un
defecto cognitivo básico. Para ellos las personas con
trastorno esquizotípico:
1. Presentan desórdenes en el ingreso y elaboración de
la información: Tienen tendencia a experiencias
perceptuales inusuales, ilusiones corporales, etc.
2. Tienen un proceso latente de desorganización
conceptual y de conducta: Inclinación hacia los
pensamientos vagos, circunstanciales, metafóricos y
estereotipados; tendencia a la conducta extraña,
excéntrica o peculiar.
6. El hecho de que este trastorno tenga que ver con la
personalidad, significa que los determinantes de las
características de ésta, están relacionados (Sue y otros,
1994). Siguiendo nuestro sentido común, podríamos decir
que la socialización y educación familiar, el aprendizaje y
modelado, el desarrollo de las cogniciones y
la cultura contribuyen todos a la personalidad, por lo que
unas anomalías en ellos podría estar asociado con
trastornos en aquella.
Sin embargo, los estudios prospectivos no han podido
demostrar que las experiencias infantiles sean
determinantes, en particular aquellas que se consideran
cruciales, como la falta de lactancia, el control de
esfínteres, etc. Pero sí parece existir una relación, de tipo
inespecífico, entre la presencia de los trastornos
7. A. Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a
malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales,
así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del
comportamiento, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en
diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos:
1. Ideas de referencia excluidas las ideas delirantes de referencia 2.
Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y
no es consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en
la clarividencia, telepatía o "sexto sentido"; en niños y adolescentes,
fantasías o preocupaciones extrañas). 3. Experiencias perceptivas
inhabituales, incluidas las ilusiones corporales. 4. Pensamiento y lenguajes
raros (p. Ej., vago, circunstancial, metafórico, sobre elaborado o
estereotipado. 5. Suspicacia o ideación paranoide. 6. Efectividad
inapropiada o restringida. 7. Comportamiento o apariencia rara, excéntrica
o peculiar. 8. Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los
familiares de primer grado. 9. Ansiedad social excesiva que no disminuye
con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides
más que con juicios negativos sobre uno mismo.
B. No debe ocurrir durante el curso de la esquizofrenia, de un desorden del
humor con características psicopáticas, de otro desorden psicopático, o de
un desorden del desarrollo penetrante.
8. Existen nueve criterios que caracterizan la personalidad
esquizotípica, de los cuales se deberán cumplir al menos
cinco para que pueda ser diagnosticado el trastorno. Son los
siguientes:
• Ideas de referencia, excluidas las ideas delirantes de
referencia (ideas de referencia son por ejemplo
interpretaciones incorrectas de incidentes casuales como si
fueran especialmente relevantes para el sujeto)
• Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el
comportamiento y no es consistente con las normas de la
cultura a la que pertenece el sujeto (por ejemplo,
superstición, telepatía, fantasías extrañas, etc.)
• Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las
ilusiones corporales (pueden sentir que tienen poderes
mágicos especiales sobre los demás, etc.)
• Pensamiento y lenguaje raros (por ejemplo vago,
metafórico, estereotipado; respuestas demasiado concretas
o demasiado abstractas, etc.)
9. • Suspicacia o ideación paranoide (por ejemplo, pensar
que sus compañeros de trabajo están intentando desprestigiarle
ante su jefe)
• Afectividad inapropiada o restringida (no suelen ser
capaces de exponer todo el abanico de afectos, lo cual les
supone una gran dificultad a la hora de relacionarse con los
demás)
• Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar
(forma tosca de vestir, falta de atención a las convenciones
sociales habituales, etc.)
• Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los
familiares de primer grado (los esquizotípicos no suelen
encontrarse cómodos relacionándose con otras personas)
• Ansiedad social excesiva que no disminuye con la
familiarización y que tiende a asociarse con los temores
paranoides más que con los juicios negativos sobre uno mismo
(suelen sentirse ansiosos en situaciones sociales, especialmente
en las que implican a gente desconocida)
10. Causas, incidencia y factores de
riesgo
La causa exacta se desconoce. Se cree que los genes están
involucrados, debido a que esta afección es más común en
familiares de esquizofrénicos.
El trastorno esquizotípico de la personalidad no se debe confundir
con la esquizofrenia. Las personas con este trastorno de la
personalidad pueden tener creencias y comportamientos extraños,
pero no están desconectados de la realidad y generalmente no
tienen alucinaciones.
Las alucinaciones, los delirios (creencias fijas y falsas) y la pérdida de
contacto con la realidad son características distintivas de la
psicosis. Las personas con el trastorno esquizotípico de la
personalidad generalmente no tienen síntomas psicóticos.
Entre el 30 y el 50% de las personas con trastorno esquizotípico de la
personalidad también padece un trastorno depresivo mayor. Un
segundo trastorno de la personalidad, como un trastorno de
personalidad paranoica, también es común con esta afección.
11. Prevalencia
En cuanto a la prevalencia, el trastorno esquizotípico se observa
aproximadamente en el 3% de la población general, siendo un
poco más frecuente en varones que en mujeres. En cuanto al curso
que sigue el trastorno, podemos decir que es relativamente estable
a lo largo de la vida del sujeto, y sólo un pequeño número de sujetos
desarrolla una esquizofrenia u otro trastorno psicótico. Por último, en
cuanto al patrón familiar, se ha demostrado que el trastorno
esquizotípico se da más en individuos con familiares de primer
grado afectados de esquizofrenia que en individuos con familiares
sanos; además, también se ha observado que los esquizotípicos
tienen más probabilidad de tener hijos con esquizofrenia que las
personas sanas.
12. Aspectos Clinicos
Esta patología ya comienza con una controversia en su
ubicación nosológica, ya que en las dos grandes clasificaciones
de trastornos mentales y de la personalidad está considerada de
manera bien diferente, figurando en la primera como un
“trastorno de la personalidad” y en la segunda en el capítulo
dedicado a “Esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastornos de
ideas delirantes”, es decir, como un trastorno psicótico. Pienso
que los dos sistemas de clasificación tienen su parte de razón, y
es cierto que el trastorno esquizotípico es un trastorno de la
personalidad pero también guarda muchas similitudes con la
esquizofrenia o, al menos, con sus fases no activas (prodrómica y
residual). Seguramente, la intención de la CIE-10 fue la de
subrayar esta peculiaridad, pero en todo caso yo me quedo con
la ubicación propuesta por el DSM-IV ya que, desde mi punto de
vista, el trastorno esquizotípico cumple sobradamente con los
criterios de un trastorno de la personalidad.