1. GAMES
CIUDAD SERDÁN
SNIPER
GHOST WARRIOR
LO PEOR
TEXTURAS PIXELADAS CUANDO
NOS ACERCAMOS.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
BASTANTE MALA.
ONLINE CON POCA GENTE.
LO MEJOR
BUENA FACTURA VISUAL CON
PAISAJES ESPECTACULARES.
TÉCNICAS DE CAMUFLAJE BIEN
CONSEGUIDAS.
IMPORTANCIA DE ELEMENTOS
COMO EL VIENTO O LA
DISTANCIA A LA HORA DE
DISPARAR.
A
unque pasamos de él cuando
salió en Xbox 360 y PC, ahora
Sniper: Ghost Warrior sale en
PlayStation 3 y creemos que es
interesante decir un par de cosas sobre él, para despejar dudas. La primera
duda a despejar podría ser que no, que este Ghost
Warrior no tiene nada que ver, desgraciadamente,
con el fabuloso Sniper Elite de Rebellion.
Ghost Warrior no intenta ser un juego realista,
o al menos intenta equilibrar un poco la balanza:
al contrario que en otros juegos relativamente del
mismo estilo, aquí las ayudas para acertar en el
blanco no escasean. Aunque el viento y demás
factores afectan a la trayectoria de las balas,
un círculo rojo nos indica muy explícitamente
dónde va a acertar el tiro, con lo que el asunto
al final no es tan complicado como puede parecer. Además, tenemos una especie de poder de
concentración extrema que pone toda la acción a
cámara lenta para que nos cueste menos encajar
los disparos donde debemos.
Estas ayudas, curiosamente, son parte del
encanto del juego. Cuando un disparo es especialmente bueno, el juego se encarga de desplegar una cámara que sigue la bala y con la que se
consiguen algunos planos muy resultones y que,
aunque es un efecto que se repite cada dos por
tres, no cansa: tan resultón es. El juego, digámoslo ya, no es especialmente bueno, así que este
tipo de satisfacciones que nos regala cada equis
tiempo son realmente agradecidas; la verdadera
lástima es todo lo demás.
La campaña, un pastiche de misiones de todo
tipo (en las que nosotros siempre cumplimos el
mismo cometido y en las que nuestro papel no
varía casi nada) ambientadas en algún lugar de
América del Sur, tiene un diseño de niveles bastante desafortunado. Aunque algunas veces bonitos (cuando los gráficos, no muy agraciados,
no dan demasiado el cante), los escenarios se
encargan una y otra vez en dar caponazos a los
usuarios más exploradores cortándoles caminos
y limitando el área de acción: esto no es Operation: Flashpoint, aquí tenemos un camino bien
marcado por el que tenemos que ir y que apenas
nos permite variaciones en la táctica más allá
de ir por el medio o arrastrarnos por los laterales intentando que no nos vean, camuflándonos
con la vegetación.
Tampoco funciona del todo bien el asunto
del sigilo. En algunos momentos se nos anima a
actuar con el mayor sigilo posible, pero Sniper:
Ghost Warrior tiene dos terribles irregularidades
relacionadas con la IA: a veces los enemigos son
absolutamente letales, y otras sorprende lo poco
que les preocupa mantenerse con vida. Tampoco
es especialmente constante en su ritmo: nos lleva del sigilo más absoluto a los disparos desenfrenados sin preocuparse demasiado de hacerlo
con un sentido, y la mezcla no es especialmente
favorecedora teniendo en cuenta lo horrible que
es utilizar cualquier arma que no sea cualquier rifle de francotirador y, algunas veces, la pistola si-
lenciada. Cuando no se basa en el sigilo medio de
chichinabo, Sniper: Ghost Warrior juega en clara
desventaja respecto a otros que, sin ser clásicos
básicos del género, sí se las apañan bastante
mejor en la acción más directa.
Para cuando hayamos terminado la campaña
principal, apenas nos quedarán ganas de seguir
con el contenido exclusivo de esta versión de
PS3, un pequeño regalo para justificar la compra
de un juego que salió hace ya un año para Xbox
360 y PC, y qué decir del modo multijugador (que
ahora mismo, por cierto, no está disponible por
cuestiones evidentes). Y sin embargo, a pesar de
todo, Sniper: Ghost Warrior tiene encanto.
Tiene poco encanto, pero algo tiene. Las partes en las que se nos exige ir con sigilo parecen
de un juego de finales de los 90, el diseño de niveles es bastante amateur y en general un tufillo
de mediocridad que le separa automáticamente
de poder ser considerado un buen juego, pero la
sensación que logramos al principio (algo entre
diversión y curiosidad) se va repitiendo, alternada con la frustración y un poquito de vergüenza
ajena, en varias zonas del juego, y quizá como
compra desesperada de fin de semana aburrido,
si es que lo veis en algún sitio por menos de diez
euros, no puede estar tan mal. De cualquier otra
forma, un juego torpe que no consigue mantener ni un nivel ni un ritmo aceptables pero que
deja ver algunas cosas que nos hacen tener esperanzas en que la segunda parte, recientemente
anunciada, pueda ser sustancialmente mejor.
Fuente Review: Anaitgames