PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES PARA UN NUEVO TRATO ENTRE EL ESTADO, LOS PUEBLOS...
Expresion cultural
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4. En este trabajo se procura demostrar cómo se ha ido construyendo la
identidad latinoamericana a través de la historia y, a la vez, ofrecer
una reflexión crítica sobre diversas teorías y versiones que acentúan
una concepción esencialista y buscan establecer o recuperar una matriz
cultural que se piensa constituida de una vez para siempre. Ante
dichas concepciones, el autor sostiene que, por el contrario, el proceso
de construcción de la identidad cultural debe entenderse como uno
que no se detiene ni puede detenerse en alguna etapa supuestamente
privile- giada. Es más, debe entendérselo como un "proceso discursivo
que permite una variedad de versiones". E n 1992 conmemoramos los
cinco siglos del descubrimiento y colo-nización de América por
España y esa ocasión ha servido como catalizadorpara nuevos debates
y estudios acerca de la identidad latinoamericana.
5. En algunos de estos estudios se nota una cierta tendencia ingenua a
creer que parte de los problemas actuales de América Latina podrían
resolver-se con una vuelta a los valores y prácticas de esas
comunidades indígenas o alos valores religiosos desarrollados en el
mestizaje. Las tentaciones esencialistas y simplificadoras acechan en
estos trabajos. Se expande la idea que existe una esencia o matriz
cultural sepultada y olvidada que hay que recuperar. Las tentaciones
esencialistas han tomado históricamente dos formas.Por un lado
algunas posiciones rechazan el carácter híbrido de nuestra culturay
buscan en algunos de sus componentes, sea el español, el indígena o
elracionalista, la clave de nuestro ser verdadero o la clave para su
reconstruc-ción. Por otro lado hay posiciones que, aun aceptando una
matriz culturalhíbrida,
6. Parte de este mismo proceso histórico de autoconstitución son las
controversias teóricas acerca de la identidad latinoamericana, que
también serán analizadas para mostrar que no sólo existen diversas
versiones acerca delos componentes esenciales de nuestra identidad,
sino que también existen diversas conceptualizaciones de la noción
misma de identidad cultural. El proceso selectivo de constitución y
reconstitución de la identidad, la creación de versiones nuevas que
resaltan aspectos olvidados o dan cuenta de otros intereses
subordinados no se detiene nunca y no puede fijarse de una vez para
siempre con contornos definitivos. Sin embargo, creo que es también
posible proponer la idea de que existe una cierta secuencia histórica en
la construcción de la identidad cultural latinoamericana y que es
posible distinguir algunas etapas en las cuales ciertas configuraciones
culturales y versiones acerca de ellas han adquirido preponde-rancia.
7. Parte de este mismo proceso histórico de autoconstitución son
lascontroversias teóricas acerca de la identidad latinoamericana, que
tambiénserán analizadas para mostrar que no sólo existen diversas
versiones acerca delos componentes esenciales de nuestra identidad,
sino que también existendiversas conceptualizaciones de la noción
misma de identidad cultural. Elproceso selectivo de constitución y
reconstitución de la identidad, la creaciónde versiones nuevas que
resaltan aspectos olvidados o dan cuenta de otrosintereses
subordinados no se detiene nunca y no puede fijarse de una vez
parasiempre con contornos definitivos. Sin embargo, creo que es
también posible proponer la idea de queexiste una cierta secuencia
histórica en la construcción de la identidad culturallatinoamericana y
que es posible distinguir algunas etapas en las cuales
ciertasconfiguraciones culturales y versiones acerca de ellas han
adquirido preponde-rancia.
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12. Es un neologismo (edad medio-moderna del cual se manifiesta una
expresión de arte aborigen del siglo XVII-XIX) de origen
angloamericano que está en directa relación con el uso del termino
Latino en los Estados Unidos, y que hace creer que se trata de un solo
género musical que engloba a todos los países al sur de los Estados
Unidos y que incluiría a la vez tanto músicas indígenas, músicas
criollas, músicas afroamericanas, así como música moderna y pop rock
interpretada por cantantes originarios de estos países, pero también,
aunque vagamente, el concepto de música latina también se hace
extensivo a la música de España y ocasionalmente a la de Italia. Si se
emplea en términos estrictos, abarcará a la música de los países latinos
de Europa, y en una interpretación forzada a la de los países de África
y Asia ex-colonias de España, Portugal y Francia
Para algunos, la expresión “música latina” designa por igual a las
músicas andinas (que son en su mayoría de origen indígena y a los
géneros caribeños que estrictamente hablando no son latinos sino que
tiene un gran componente africano, tal como la música jamaiquina, la
música de Trinidad (Calypso/soca), y la música creole de Haití,
Guadalupe o de la Martinica.
13. En su forma más generalizada, la música latina se corresponde a los
bailes y músicas populares originarios de América latina o que
simplemente son interpretadas en español.
Aceptando la definición popular, se puede decir que existen diversos
estilos de música latina en el continente americano, en los cuales
predomina en diferente grado elementos musicales europeos,
africanos o indígenas. En el pasado, varios autores habían sugerido
posiciones extremas, como que la música latina está privada de la
influencia africana, o por el contrario, que es puramente africana y
carece de elementos indígenas y europeos. Hoy en día, está
generalmente aceptado que los ritmos latinos son sincréticos.
Específicamente, las formas españolas de composición de canciones,
los ritmos africanos y la armonía europea son partes importantes de la
música tropical latina, así como de los géneros más modernos como el
rock, el heavy metal, el punk, el hip hop, el jazz, el reggae y el R&B.
14. Muy poco se sabe con certeza sobre la música en el continente
americano precolombino. Las antiguas civilizaciones mesoamericanas
de los Mayas y los Aztecas tocaban instrumentos entre los cuales se
incluyen el tlapitzalli (flauta), el teponatzli (tambor de madera), una
especie de trompeta hecha de caracola, varios tipos de sonajas y
escofinas y el huehuetl (timbal). Los primeros escritos de los
colonizadores españoles indicaban que la música azteca era
enteramente religiosa, y era ejecutada por músicos profesionales;
algunos instrumentos eran considerados sagrados, y los errores en la
ejecución de éstos era castigada por ser posiblemente una ofensa a los
dioses. Algunas representaciones pictóricas indican que la ejecución
en conjuntos era bastante corriente. Instrumentos similares se
encuentran entre los Incas, quienes tenían como instrumentos una
amplia variedad de ocarinas y zampoñas. También el kültrún
mapuche es un instrumento precolombino; con el cual se toca el
loncomeo (ritmo originalmente tehuelche adoptado por los mapuches-
tehuelches); este ritmo es un ritmo folklórico de Argentina, sobre todo
de la Patagonia argentina.
15. La llegada de los españoles y su música marca el inicio de la música
latinoamericana. En las épocas inmediatamente anteriores había
existido en España y Portugal una coexistencia de diversos grupos
étnicos, incluyendo árabes, moros del Norte de África, gitanos, judíos
y cristianos, cada cual con sus propias manifestaciones musicales, que
contribuyeron a la evolución primigenia de la música latina. Muchos
instrumentos musicales de los moros fueron adoptados en España, por
ejemplo, y el estilo de canto nasal norafricano y su frecuente uso de la
improvisación también fueron recogidos por los ibéricos. De la Europa
Continental, España adoptó la tradición francesa de los trovadores, la
cual en el siglo XVI fue parte importante de la cultura española. De
esta herencia se mantuvo el formato de composición lírica de la
décima, la cual se mantiene como parte fundamental de la música
latinoamericana, estando presente en los corridos, boleros, y
vallenatos.
Algunos pueblos modernos de América Latina son esencialmente
africanos, como los garifuna de América Central, y su música refleja su
aislamiento de la influencia europea. Sin embargo, en general, los
esclavos africanos llegaron al continente americano modificando sus
tradiciones musicales, adaptando los estilos rítmicos africanos a las
canciones europeas o viceversa..
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20. México (actualmente Ciudad de México) y Lima, las capitales de los
virreinatos de Nueva España y Perú, respectivamente, se convirtieron
en los centros de toda la actividad intelectual del siglo XVII, y la vida
en ellas, una espléndida réplica de la de España, se impregnó de
erudición, ceremonia y artificialidad. Los criollos superaron a menudo
a los españoles en cuanto a la asimilación del estilo barroco
predominante en Europa. Esta aceptación quedó de manifiesto, en el
terreno de la literatura, por la popularidad de las obras del dramaturgo
español Pedro Calderón de la Barca y las del poeta, también español,
Luis de Góngora, así como en la producción literaria local. El más
destacado de los poetas del siglo XVII en Latinoamérica fue la monja
mexicana Juana Inés de la Cruz, que escribió obras de teatro en verso,
de carácter tanto religioso —por ejemplo, El divino narciso (1688)—
como profano. Escribió asimismo poemas en defensa de las mujeres y
obras autobiográficas en prosa acerca de sus variados intereses. La
mezcla de sátira y realidad que dominaba la literatura española llegó
también al Nuevo Mundo, y allí aparecieron, entre otras obras, la
colección satírica Diente del Parnaso, del poeta peruano Juan del Valle
Caviedes, y la novela Infortunios de Alonso Ramírez (1690), del
humanista y poeta mexicano Carlos Sigüenza y Góngora.
21. El periodo de la lucha por la independencia ocasionó un denso flujo
de escritos patrióticos, especialmente en el terreno de la poesía. La
narrativa, censurada hasta el momento por la corona de España,
comenzó a cultivarse y, en 1816, apareció la primera novela escrita en
Latinoamérica —Periquillo sarniento, del escritor y periodista
mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi. En ella, las aventuras de
su protagonista enmarcan numerosas vistas panorámicas de la vida
colonial, que contienen veladas críticas a la sociedad. La literatura y la
política estuvieron íntimamente relacionadas durante este periodo en
que los escritores asumieron actitudes similares a las de los tribunos
republicanos de la antigua Roma. Desde sus inicios dan claras
muestras de su preocupación por destacar los aspectos costumbristas
de la realidad así como de su interés por los problemas de la crítica
social y moral. El poeta y cabecilla político ecuatoriano José Joaquín
Olmedo alabó al líder revolucionario Simón Bolívar en su poema
`Victoria de Junín' (1825), mientras que el poeta, crítico y erudito
venezolano Andrés Bello ensalzó la agricultura tropical en su poema
Silva (1826), similar a la poesía bucólica del poeta clásico romano
Virgilio.
22. Durante el periodo de consolidación que siguió al anterior, las nuevas
repúblicas tendieron a dirigir su mirada hacia Francia aún más que
hacia España, aunque con nuevos intereses regionalistas. Las formas
neoclásicas del siglo XVIII dejaron paso al romanticismo, que dominó
el panorama cultural de Latinoamérica durante casi medio siglo a
partir de sus inicios en la década de 1830. Argentina entró en contacto
con el romanticismo franco-europeo de la mano de Esteban Echeverría
y, junto con México, se convirtió en el principal difusor del nuevo
movimiento. Al mismo tiempo, la tradición realista hispana halló
continuación a través de las obras llamadas costumbristas (que
contenían retratos de las costumbres locales).
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27. Cuando los españoles llegan a América construyen monumentos que
corresponden a varios estilos como el plateresco, con su variante
Churrigueresco, el Múdejar y el Renacentista que era el movimiento
dominante en Europa en el siglo XVI, además de observarse elementos
góticos. El Barroco toma formas bastante complejas y recargadas en
países como México y Perú, lo que hace que comience a denominársele
como "Ultrabarroco", es decir, un barroco exagerado. El esplendor del
ultrabarroco se observa entre los siglos XVII y XVIII, con la presencia
de obras sumamente bellas como palacios, conventos, capillas,
acueductos, fuentes, casas y sobre todo, templos.
28. La escultura de este período es principalmente religiosa, con un fin
ornamental dentro de las iglesias, Los temas más representados son
santos, vírgenes y Cristos. Se sigue el mismo estilo desarrollado por
los artistas peninsulares. Los artistas españoles más imitados son
Martínez Montañés y Gregorio Fernández.
Los países en donde se desarrolla mejor esta técnica son México, Quito
y Guatemala. En México la escultura se encuentra subordinada a la
arquitectura y es poco original, pero se pueden rescatar algunas
muestras importantes. En Quito podemos encontrar el centro de los
mejores escultores del continente, donde podemos encontrar las
escuela fundada por Jodoco Ricke. De ella salen importantes
escultores como el Padre Carlos y su discípulo Diego de Olmos,
conocido como Pampite, Sor María de San José y sobre todo Bernardo
Legarda y Manuel Chili que hizo famoso el nombre de Caspicara. La
talla realizada en Quito se caracteriza por la emoción religiosa, la gran
policromía y rica ornamentación. En el siglo XVIII adquiere gran
originalidad en el estilo dominante, que es el Barroco, como mayor
dinamismo y gran diversidad de temas, tocando a veces el mitológico
y el popular.
29. A mediados del siglo XVII, llega la influencia de Zurbarán a México, a
través de discípulos como Sebastián de Arteaga y José Suárez. Ya para
finales de siglo, se toman como modelos a Murillo y Valdés Leal. El
pintor más destacado va a ser Cristóbal de Villalpando, el cual realizó
muchos trabajos para las catedrales de Puebla, México y Guadalajara.
De la Escuela de Quito es importante nombrar al Padre Pedro Bedón,
Miguel de Santiago, el cual presenta gran influencia de Zurbarán, y su
discípulo Nicolás Javier de Goribar. También son importantes Isabel
de Santiago y Diego Quispe Tito, quién pudo combinar estilos tan
contradictorios como el de Rubens y el de Zubarán.
Es importante nombrar también a Miguel de Santiago, el cual fue un
pintor muy prolífico que desarrolló el claroscuro y trabajó en
conventos como el de San Agustín y para la iglesia de Guápulo como
ilustrador de la vida de los santos. Otros pintores que desarrollan
temas populares en lugar de religiosos son Hernando de la Cruz y
Manuel de Samaniego.
Por otra parte, en Nueva Granada encontramos a Gregorio Vászquez
de Arce y Ceballos, el cual pertenece a la escuela tenebrista, autor del
Juicio Final de la Iglesia de San Francisco de Bogotá.