2. Los Incas tuvieron un estado
teocrático que permitió al soberano
ejercer su poder ilimitadamente
(totalitario y absolutista). Así para el
régimen incaico le fue fácil
subordinar a una enorme masa
poblacional y usarla para sus propios
fines imperiales.
3. Pero el estado no abandonó las
necesidades del pueblo incaico, por el
contrario logró brindar a esta masa
un elevado nivel de bienestar
(alimentación, vestido, vivienda,
sosiego), aunque a cambio de una
subordinación y obediencia sin
condiciones.