Coronavirus: ¿cómo gestionar la información para evitar una espiral de pánico?
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Gesundheit & Medizin
Los criterios de los equipos técnicos de la Administración chocan a menudo con los de los responsables políticos sobre la necesidad de ofrecer todos los detalles de las crisis a la población
Trabajadoras
Coronavirus: ¿cómo gestionar la información para evitar una espiral de pánico?
Coronavirus: ¿cómo gestionar la
información para evitar una espiral de
pánico?
Los criterios de los equipos técnicos de la Administración
chocan a menudo con los de los responsables políticos
sobre la necesidad de ofrecer todos los detalles de las
crisis a la población
Trabajadoras del aeropuerto de Bratislava (Eslovaquia) controlan la temperatura
corporal de los pasajeros. EP
DIEGO MOLPECERES
PUBLICADO 29.02.2020 - 05:15
Vivimos en una sociedad sometida a todo tipo de riesgos que traspasan
fronteras. Pero cuando irrumpe una amenaza desconocida como
el coronavirus, ¿qué se puede hacer para evitar una espiral de pánico
entre la población y los mercados?
Las mascarillas y los trajes de protección encarnan una amenaza invisible
que ya ha hecho cancelar grandes eventos en todo el mundo. El miedo a
las repercusiones del contagio se ha hecho notar ya en las bolsas. El Ibex
35 ha cerrado su peor semana desde mayo de 2010. Y la crisis sanitaria
sigue copando las portadas de los diarios e inunda las parrillas televisivas
hasta convertirse en un gran evento mediático.
La gestión de la información es clave y el papel de las Administraciones
públicas, fundamental para neutralizar su impacto tanto en la economía
como en la propia vida cotidiana de los ciudadanos.
España acumula experiencia en gestión de crisis sanitarias a lo largo de
las dos últimas décadas. Aunque la técnica se va depurando, hay cosas
que no cambian. "Nuestra actitud sigue siendo la de cualquier sociedad
latina. Tenemos tendencia a intentar minimizar los hechos y tener una
actitud negacionista ante este tipo de situaciones", dice Fran Rosillo,
director de Crisis y Risk Management de la agencia Mas Consulting, con
24 años de experiencia en este campo.
"Aunque en escenarios de crisis como este no existe una fórmula
magistral, sí hay una serie de ingredientes básicos que tienen mucho que
ver con el sentido común, la sensibilidad y la empatía", añade Rosa María
García, directora del Área de Salud de la agencia Estudio de
Comunicación. "Es importante informar con rapidez, de forma solvente
y con tranquilidad. Se debe actuar con transparencia, diciendo la verdad
de forma clara y sin especulaciones", señala.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias
(CCAES) del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, lleva días
compareciendo ante los medios de comunicación para informar sobre las
medidas adoptadas y el número de contagiados. Él fue quien en 2014 se
encargó de calmar las aguas en la crisis del ébola, tras la incertidumbre
sembrada por la entonces ministra de Sanidad, Ana Mato, tras el contagio
de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.
Ahora, el actual titular de la cartera de Sanidad, Salvador Illa, ha
permanecido en un segundo plano desde el comienzo. "El Gobierno ha
estado informando con buena regularidad y con buena frecuencia y fluidez
de información. La forma me parece la adecuada. Pero lo que no se ha
hecho bien es la gestión del pánico y las expectativas", opina
Rosillo. "¿Por qué no empezamos desde el principio a dar información que
permita a hacer comparativas para que la expectativa de pánico en la
población se reduzca?", se pregunta. "Eso es una clave de la
comunicación de crisis. Todo hay que ponerlo en un contexto. Y no se está
haciendo de forma correcta", añade.
El silencio no es una opción
¿Qué puede pasar a partir de ahora, a medida que vaya incrementándose
el número de contagios? "La estrategia informativa que desarrollen las
diferentes administraciones y la información que se haga llegar a la
sociedad tanto por parte de las autoridades, como de los especialistas y
los propios medios será clave para evitar alarmismos y trasladar un
mensaje de tranquilidad y confianza", añade García.
Aunque no parece sencillo, vistas las medidas de aislamiento que se
adoptan para tratar de contener la expansión del virus. Dar la callada por
respuesta no es una opción en pleno siglo XXI. El ciudadano que no
conozca la información por fuentes oficiales lo acabará conociendo por
otras vías. Aunque a veces dar información no es suficiente para reducir
la incertidumbre.
La tendencia de los políticos es pensar que dar mucha información implica alarmar.
Y muchas veces es al revés"
Fran Rosillo (Mas Consulting)
No hay que olvidar que en el ámbito de la Administración, el criterio de
los técnicos sanitarios choca a menudo con el de los cargos públicos.
"La tendencia de los políticos es pensar que dar mucha información implica
alarmar. Y muchas veces es al revés. El exceso de información hace que
el individuo llegue a conclusiones por sí mismo. La falta de información
genera rumores, especulaciones y no es positiva", apunta
Rosillo. "Cuando la opinión pública se satura de información, llega un
momento en que se cansa y supera toda la sensación de pánico, de
agobio, y va perdiendo interés en la cuestión. Hay un punto de saturación",
concluye.
De momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió elevar
este viernes de "alto" a "muy alto" el riesgo de expansión global
del coronavirus tras detectarse el primer caso en África.