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NUEVO TESTAMENTO
EVANGELIO DE SAN MATEO
EVANGELIO DE SAN MARCOS
EVANGELIO DE SAN LUCAS
EVANGELIO DE SAN JUAN
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
APOCALÍPSIS
IR A NUEVO TESTAMENTOPara entrar: Pulsar sobre cada libro
VER INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO
EL
NUEVO
TESTAMENTO
DE LA BIBLIA LATINOAMERICANA
INFORMATIZADO PARA
WORDPERFECT 5.2 Y 6.0
(WINDOWS)
POR
FRANCISCO GONZÁLEZ BUENO
Año 1997
Introducción-1
INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO
EVANGELIO SEGUN SAN MATEO
¿Quién era Mateo, llamado también Leví? Leemos en el Evangelio que era cobrador de
impuestos y que Jesús hizo de él uno de sus apóstoles (Mt 9,9 y Mc 2,13). Pero hay
certeza de que el Evangelio que se presenta bajo su nombre fue redactado en su forma
actual hacia los años 80, es decir, después de su muerte. Tal vez su autor haya sido uno
de sus discípulos, tal vez se haya servido de un primer borrador escrito por Mateo: véase
la Introducción al Nuevo Testamento.
Con toda probabilidad este Evangelio fue escrito en una comunidad cristiana en la que
había cristianos de origen judío y griego, tal vez Antioquía (véase He 12, 19 y 13). Está
profundamente marcado por una situación conflictiva que enfrentaba entonces a judíos y
cristianos. La comunidad judía, terriblemente impactada por la guerra con los Romanos en
la que fue destruida su nación, se estaba reorganizando bajo la dirección de los fariseos,
quienes terminaron por decidir la exclusión de todos los judíos que creían en Jesús y que
eran miembros de la comunidad cristiana.
Este Evangelio trata de mostrar que los cristianos no deben preocuparse si por ahora los
rechaza su pueblo. Por el hecho de que la comunidad judía no reconoció a su Mesías,
perdió sus derechos a las promesas de Dios y Dios se hizo un nuevo pueblo, que es la
Iglesia. Mateo cita numerosos textos del Antiguo Testamento para probar que los cristianos
son los verdaderos herederos del pueblo de la Alianza.
En esta perspectiva, toda la historia de Jesús es presentada como un conflicto que termina
en una separación. La media vuelta corresponderá al fin del capítulo 13; en adelante Jesús
no predicará más a las muchedumbres sino sólo a sus discípulos.
Mateo ha destacado la figura de Jesús como predicador y Maestro de la Escritura. Se
interesa en forma especial por las palabras de Jesús, que son más numerosas en su
Evangelio que en los demás, y en cambio, cuenta sus gestos y sus milagros del modo más
esquemático posible.
No hay pues que extrañarse de que Mateo haya construido su Evangelio en torno a cinco
"discursos", en los que reunió palabras que Jesús pronunció en diferentes ocasiones. Estos
discursos son:
El Sermón de la montaña: 5, 6 y 7.
Las instrucciones a los misioneros: 10
Las Parábolas del Reino: 13
Las advertencias a la comunidad cristiana: 18
Cómo vivir a la espera del fin de los tiempos: 23, 24 y 25.
A manera de introducción, Mateo puso los dos primeros capítulos sobre la infancia de
Jesús. Son relatos de un carácter especial, en los que se preocupa muy poco de la
historicidad de los hechos, pues la intención es presentar a través de imágenes una
enseñanza teológica.
EVANGELIO SEGUN SAN MARCOS
Desde finales del siglo primero o comienzos del segundo después de Cristo, los textos
Introducción-2
afirman que el segundo Evangelio fue obra de Marcos, quien acompañó a Pedro a Roma,
donde se encontró además con Pablo, y donde puso por escrito fielmente la enseñanza de
Pedro.
Al igual que los evangelios de Mateo y Lucas, el de Marcos nació de las tradiciones orales
que se referían a Jesús de Nazaret, que poco a poco se fueron consignando por escrito.
Estos textos parciales circulaban de comunidad en comunidad, y eran completados por el
testimonio oral de los que habían acompañado a Jesús durante su vida terrena.
Marcos redactó su Evangelio para un tipo de comunidad bien determinado: se dirige a los
cristianos de origen pagano y quiere proclamar el misterio de Jesús, Hijo de Dios. Con este
fin relata las palabras y los hechos por los que se reveló a los hombres.
A diferencia de Mateo y de Lucas, que consideraron conveniente poner una especie de
prefacio a su Evangelio con los dos capítulos dedicados a la infancia de Jesús, y a
diferencia también de Juan, que puso en el encabezamiento de su Evangelio un prólogo
admirable, Marcos se atiene únicamente a la forma de catequesis primitiva. Los Hechos de
los Apóstoles nos dicen, en efecto, cuáles eran el comienzo y final de esa predicación de
la Iglesia de Jerusalén, cuando hablan de Pedro que busca un reemplazante para Judas:
*Busquemos entre los hombres que fueron discípulos y convivieron con nosotros desde el
bautismo de Juan hasta el día en que Jesús nos fue llevado; y que uno de ellos venga a
ser, junto con nosotros, testigo de su Resurrección+ (He 1,21-22).
EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS
Lucas, médico sirio, se convirtió a la fe cristiana cuando los primeros misioneros salieron
de las comunidades de Jerusalén y de Cesarea para llevar el Evangelio más allá de las
fronteras del país judío. Luego dejó su patria para acompañar al apóstol Pablo (Hechos
16,10).
Llegó a Roma, capital del mundo entonces conocido, donde permaneció durante dos años,
por lo menos, y se encontró con Pedro y Marcos, que predicaban entre los cristianos de
Roma.
Cuando escribió su Evangelio, hacia el año 70, tenía ante su vista varios escritos que
contenían hechos y milagros de Jesús, los mismos que usaron Marcos y Mateo; pero
también había recogido durante sus viajes otros relatos que provenían de los primeros
discípulos de
Jesús, y que guardaban las iglesias más antiguas de Jerusalén y de Cesarea. De ahí
provienen los dos primeros capítulos de su Evangelio, en que nos habla de la infancia de
Jesús, a partir de datos que le debió proporcionar su madre, María.
Lucas era de cultura griega y escribía para griegos. No reprodujo, como Marcos y Mateo,
detalles que se referían a leyes y costumbres judías, pues no habrían sido entendibles para
sus lectores.
Lucas veía en el Evangelio la fuerza que reconcilia a los hombres con Dios y a los hombres
entre sí. Por eso se preocupó de transmitirnos las parábolas de la misericordia y las
palabras que condenan el dinero, factor de división entre los hombres. Asimismo notó el
trato tan sencillo de Jesús con las mujeres, en un mundo que las mantenía totalmente
marginadas.
El evangelio de Lucas consta de tres partes:
- El ministerio de Jesús en Galilea: 3,1-9,56
- El viaje a Jerusalén: 9,57-18,17
- La llegada a Jerusalén y la Pasión: 18,18-23
Introducción-3
El último capítulo sobre las apariciones de Jesús resucitado era como una invitación a leer
el libro de los Hechos, que es la continuación del Evangelio de Lucas.
¿FUE REALMENTE SAN JUAN EL AUTOR DEL EVANGELIO
QUE LLEVA SU NOMBRE?
Esta es una pregunta muy difícil de responder. No faltan razones para dudar que Juan haya
sido el autor, pero se puede también reunir otro tanto de argumentos para defender que
tradicionalmente se lo haya atribuido a él.
Como lo vimos en la Introducción a los Evangelios, una razón inconfesable empuja a
algunos a buscar otros autores fuera de los apóstoles. El mensaje de Juan es tan claro que
nos quema. Decir que el hombre de Nazaret que lo marcó para siempre, que lo amó sin
duda de un modo más particular que a los demás apóstoles, era la Palabra eterna de Dios,
Dios nacido de Dios, es algo que nos deja aturdidos. Es por eso que más bien se preferiría
que eso hubiese sido dicho por otro, no un testigo directo, sino algún teólogo que habría
idealizado a Jesús más facilmente, porque de lejos no habría tenido toda la evidencia de
su presencia humana, de su manera de mirar y de comer, y el olor de su transpiración...
Pero debemos reconocer que las razones para dudar son poderosas, y la principal es ésta:
decenas de años separan a los primeros testimonios tan vívidos sobre los hechos y gestos
de Jesús, de los discursos construidos posteriormente a partir de aquéllos y que a veces
dan la impresión de que olvidan la tradición original. ¿Pudo haber hecho todo ese camino
uno de los primeros testigos de Jesús?
Quien dio la forma definitiva a los discursos, entre los años 70-80, sin duda cerca de Efeso,
lugar a donde según una antigua tradición se habría retirado y habría muerte Juan, es un
teólogo. Su interés por todo lo que se refiere al Templo inducirá a pensar que se trata de
un sacerdote. ¿Puede, pues, avenirse esto con la persona del pescador de Tiberíades, el
hijo de Zebedeo? ¿Es posible que una tal visión de Jesús, Hijo de Dios y Salvador del
universo, haya surgido en él y que la haya expresado después en su evangelio?
Este es el tipo de preguntas en las que cada uno decidirá a partir de su propia experiencia.
Uno puede haberse encontrado con creyentes que, sin haber estudiado la teología
universitaria, son teólogos en un sentido muy verdadero y profundo. Les ha bastado unos
encuentros privilegiados para que se despertase su carisma. Luego han entrado a formar
parte de ese muy reducido número de apóstoles que constantemente revisan en la oración
y en la reflexión común los hechos y los descubrimientos de su tarea de Iglesia, tratando
de comprender los caminos de Dios. ¿Necesitarán tal vez de libros o personas que les
ayuden a madurar su pensamiento? Dios, que les infunde la sabiduría, hará que les lleguen
las ayudas exteriores.
¿No pudo haber sido este el caso de Juan, tan ligado a Jesús, y después su apóstol
durante sesenta años? El no pasó como Pablo por las escuelas rabínicas, y por eso no
utiliza como éste argumentos sofisticados, pero que es teólogo, claro que lo es, y
conocedor de Dios.
HECHOS DE LOS APOSTOLES
Durante los tres años de la vida pública, Jesús puso las bases de su Iglesia: reunió a sus
primeros discípulos y los asoció a su misión. (Mc 3,13-16). Hizo de Pedro el responsable
de la *comunión+ (16,18) y el guardián de la Fe (Lc 22,31) en este nuevo pueblo de Dios.
Introducción-4
Hizo de los Doce y de los discípulos un pueblo de testigos (Jn 15,16) y les prometió el don
del Espíritu que debía hacerles descubrir la plenitud de la luz que había venido a traer a la
tierra (Jn 16,13).
Hoy el Señor está resucitado; un pueblo nuevo, un mundo nuevo ha nacido del costado
abierto de Jesús, como el niño nacido en la sangre y el agua que se escurren del vientre
de su madre (Jn 19,34). Iluminado por la palabra de Jesús, animado por su Espíritu, ese
pueblo se pone en camino para anunciar a todas las naciones las maravillas de Dios y para
reunir en la unidad a esos hijos dispersos (Jn 11,52).
En esta hazaña apostólica se van a destacar dos grandes figuras: Pedro y Pablo. Uno se
dedicará más a la evangelización de los Judíos, el otro será puesto aparte para anunciar
la buena nueva de la salvación a los paganos (Gal 2,7- 8).
El autor del tercer evangelio, Lucas, va a dar testimonio de ese nacimiento de la Iglesia
en un libro llamado Los Hechos de los Apóstoles o probablemente en su origen Hechos de
apóstoles. Si hubo para esta obra, como para los evangelios, relatos más antiguos que
Lucas utilizó para redactar su texto, la armonización de esos diversos documentos fue
hecha de manera tan notable que hoy es muy difícil distinguirlos. Algunos especialistas
piensan que al comienzo los Hechos de los Apóstoles formaban con el tercer evangelio un
único y mismo libro, que habría sido dividido después. Sin embargo, es seguro que desde
principios del segundo siglo, los Hechos de los Apóstoles aparecen como un texto
independiente. Con todo, este testimonio sobre el nacimiento de la Iglesia nos ha llegado
bajo dos formas diferentes: el texto *corriente+ representado por la mayoría de los
manuscritos antiguos de origen sirio y egipcio, y el texto llamado *occidental+ más largo
y más marcado por las querellas que oponían a los judíos y a los primeros cristianos.
El libro de los Hechos no se desarrolla, parece, según un plan riguroso. Se pueden, sin
embargo, distinguir algunas grandes divisiones de la obra, que hacen resaltar el proyecto
de Lucas. Sin referirse exclusivamente a Pedro y a Pablo, Lucas les ha asignado la mejor
parte. A pesar de numerosas excepciones, la figura de Pedro domina los doce primeros
capítulos y la de Pablo, la segunda parte de la obra.
En el plano geográfico se puede advertir que los Hechos de los Apóstoles nos conducen
desde Jerusalén, pasando por Judea y Samaría, hasta Roma, siguiendo en esto la misión
que Jesús les fijó a sus apóstoles el día de su ascensión (Hech 1,8). En los siete primeros
capítulos estamos en Jerusalén, luego en los capítulos ocho y siguiente vemos- siempre
dando lugar a las excepciones - a la Iglesia que se desarrolla en Judea, en Samaría y en
la llanura costera; y a partir del capítulo 13, nos trasladamos con Pablo a Asia Menor y a
Grecia para encontrarnos, en el capítulo 28, en Roma, en el palacio del emperador, es
decir, en el corazón mismo del mundo pagano. Allí se detiene bruscamente el libro de los
Hechos como si Lucas, cual si fuera un corredor encargado de acompañar la irradiación de
la buena nueva de Salvación desde Jerusalén a los confines de la tierra, hubiese alcanzado
su objetivo y cumplido así su contrato. Basta esto para recordarnos, si es necesario, que
ni los Hechos , como tampoco los Evangelios, se presentan como una biografía de Pedro
o de Pablo o como una historia detallada de la Iglesia primitiva,sino como un testimonio de
la obra del Espíritu Santo.
En efecto, el Espíritu Santo es el verdadero *Hechor+ del nacimiento de la Iglesia, por lo
cual, muchos comentaristas, desde los primeros siglos cristianos, no han vacilado en llamar
a este libro como *El Evangelio del Espíritu Santo+. Se podría retomar aquí, modificándola,
la palabra de Juan: *El Espíritu llevó a cabo muchos otros signos que no han sido
mencionados en este libro, pero, estos han sido puestos por escrito para que ustedes crean
que el Espíritu está actuando en la Iglesia de Jesucristo+.
Otros rasgos importantes aparecen además en este libro de los Hechos. Para empezar,
Introducción-5
la Iglesia está enraizada en la experiencia y en la tradición de la fe de Israel. Aquí se
manifiesta la misma convicción que ya encontramos en los Evangelios: *Jesús cumplió las
Escrituras+, es decir, que El llevó a su plenitud y transfiguró en su propia persona, todas las
realidades del Antiguo Testamento: la realeza de David, la predicación de los profetas,
el Templo, el maná, el cordero, etc. etc.
En Los Hechos de los Apóstoles, Lucas se dedica, a través de las diversas predicaciones
de Pedro, y de Pablo en particular, a señalar cómo el misterio de Cristo y de la Iglesia
fueron anunciados y preparados en el Antiguo Testamento, pero también e
inseparablemente, cómo este doble misterio da todo su sentido a la historia de Israel.
En esta perspectiva, Lucas destaca expresamente los paralelos entre Jesús y su Iglesia,
pero también entre el pueblo del Antiguo Testamento y la Iglesia; a manera de ejemplo
citemos los paralelos entre la muerte de Esteban y la de Jesús, la subida de Pablo a
Jerusalén y la de Jesús, o también la oposición entre la torre de Babel y Pentecostés.
Siempre en el mismo sentido, Jerusalén aparece a cada momento bajo la pluma de Lucas
(58 veces). Así como lo hace en su Evangelio, en donde la ciudad santa, a diferencia de
los otros evangelistas, es nombrada 30 veces, Lucas nos muestra a Jerusalén como el
lugar donde se cumplió la salvación y de donde debe partir el anuncio de la buena nueva
a todas las naciones.
CARTAS DE SAN PABLO
Las primitivas comunidades cristianas sintieron desde el primer momento la necesidad de
conservar todas las cartas que recibían de los apóstoles, pues veían en ellos a testigos de
la fe elegidos por Dios. Sin embargo era más difícil que en nuestros días reunir estos
documentos y preservar de la humedad un material tan frágil como los papiros.
No tardó en aparecer una primera colección de las siete primeras cartas, ordenadas según
su extensión: las cuatro "grandes" cartas a los Romanos, Corintios y Gálatas, y las "cartas
de la cautividad". Las otras se fueron añadiendo a ellas, ante todo las cartas a los
Tesalonicenses, que son de hecho las más antiguas; y después las que se ampararon bajo
el patronazgo de Pablo: las cartas a Timoteo y a Tito, escritas veinte o treinta años más
tarde, y la carta a los Hebreos, escrita probablemente en la época de Pablo, cuyo autor
es desconocido.
Una frase de la "segunda carta de Pedro", escrita no por él mismo, sino unos cincuenta
años después de su muerte, nos muestra que desde esta época las cartas de Pablo fueron
contadas entre las Escrituras inspiradas l(2 Pe 3,15-16).
Pablo se consideraba a sí mismo el "Apóstol de los gentiles", viendo en ello su vocación
personal junto a Pedro, a quien Dios había confiado la tarea de evangelizar el mundo judío,
no solamente en Palestina, sino también en todo el Imperio Romano, donde ellos se habían
establecido. Pablo había sido tan fundamental en el proyecto divino de la misión y de la
extensión de la Iglesia, que no terminó en modo algunos con su muerte. El espíritu de
Pablo, una de las grandes manifestaciones del espíritu de Jesús, sigue actuando entre
nosotros a través de sus cartas.
CARTA A LOS ROMANOS
EL EVANGELIO ANUNCIADO A LOS GRIEGOS
Jesús se había presentado como el Salvador, y ante todo quería salvar al pueblo judío. Les
Introducción-6
habló del Reino, y ellos comprendían que Dios iba a reinar entre ellos en la medida que
reinara en sus vidas. Él no ignoraba sus aspiraciones colectivas, pero las orientaba hacia
una misión más universal: para ellos era realmente una "Buena Nueva".
Pero después del fracaso de su misión en Israel, con la apertura de la misión a tierras
romanas, convenía que el Evangelio fuera asimismo una buena nueva para los griegos del
imperio romano que escuchaban la palabra de los apóstoles. Protegidos por sólidas
estructuras sociales que nadie discutía, ellos permanecían ajenos al deseo de liberación de
los judíos. El imperio romano, al absorberlos, había reducido prácticamente a nada el
orgullo y las ambiciones de naciones pequeñas y grandes, dejando un vacío donde las
preocupaciones religiosas iban a crecer. Estos hombres se interesaban por todo lo que
afectaba a la persona y buscaban entre una balumba de doctrinas y de religiones un medio
para escapar al destino. Había que hablarles por consiguiente de Cristo como de aquel que
resuelve nuestras contradicciones y nos da la vida.
En esta carta a los cristianos de Roma, capital del Imperio, Pablo quiere responder a las
preocupaciones de los griegos sin descuidar empero a los judíos, porque ellos eran muy
numerosos en la comunidad de Roma, como en todas las del imperio romano, y para ellos
que habían creído a Cristo, lo difícil era resituarse ante Dios después de que la gran masa
de su pueblo rechazara la fe cristiana. Hasta entonces ellos habían compartido las
esperanzas de su pueblo, pensando que todo Israel reconocería la venida del Dios
Salvador, y ahora no eran más que una minoría aparentemente al margen de la dilatada
historia bíblica.
LA CARTA A LOS ROMANOS
La carta a los Romanos es en gran parte una extensa exposición sobre la vocación
cristiana. Nos parecerá sin duda difícil, y en efecto lo es. Econtraremos en ella discusiones
y una utilización de los textos bíblicos que nos desconcertará con frecuencia, porque Pablo
argumenta como aprendiera a hacerlo en las escuelas de los rabinos de Jerusalén. Pero
conviene recordar que Pablo no parte de un sistema doctrinal, de una teología: parte
constantemente de su propia experiencia. El encuentro con Jesús resucitado, la conversión
dramática que le pone al servicio del Evangelio, y posteriormente la amplia experiencia de
su vida de apóstol y de los dones del Espíritu que actúa en él, la comunión constante con
Jesús, el Señor, son las bases de su visión de la fe.
Pablo va a hablar, pues, de salvación de Dios, olvidando casi el contexto explosivo de
Palestina, donde el nacionalismo judío ha de vérselas con los romanos y donde todas las
esperanzas religiosas están politizadas. La salvación de Dios es la salvación de la raza
humana como un todo, pero se juega en el corazón de las personas. Todo dependerá de
nuestra respuesta a la llamada de Dios. ¿Sabremos confiar en ella?
Pablo, marcado por su propia historia, presenta la llegada a la fe como una conversión más
o menos dramática. El hombre es esclavo del pecado (convendrá ver qué es lo que Pablo
entiende con esto); nosotros quisiéramos liberarnos de él, pero nos falta la clave para
comprendernos a nosotros mismo: hemos sido creados para compartir la vida de Dios, y
mientras no lo consigamos, experimentaremos una rebelión consciente o inconsciente
contra Dios. ¿Habrá que volverse hacia la religión? Con ello ganaríamos muy poco, dice
Pablo con una insistencia que sorprenderá a muchos; pues mientras creamos superarnos
por las prácticas religiosas, volveremos la espalda a la única fuerza que puede liberarnos:
el amor misericordioso de Dios. Pero dios nos tiende la mano y nos enseña a amar. Jesús
viene a nuestro encuentro y nosotros lo crucificamos, y es entonces cuando Dios nos
Introducción-7
muestra cómo nos ama y perdona. Él no espera otra respuesta que nuestro acto de fe, una
fe que nos libera de un solo golpe.
Esta salvación es la que anunciaba toda la Biblia, pero desconcierta a todos lo que, en la
religión judía, se habían quedado con las prácticas. Estas pertenecen a una época de la
historia humana a la que ha puesto fin la muerte de Jesús. Nuestro bautismo nos hace entrar
en un mundo misterioso, que no es otro que el Cristo resucitado: ahora ya estamos
"en Cristo" y vivimos de su Espíritu. El don del Espíritu abre una nueva era donde aquellos
que se han hecho hijos e hijas de Dios tendrán que inventarlo todo según las leyes del
amor.
Pablo insiste sobre el problema del pueblo judío: ¿qué pensar de toda la historia de Israel,
al que Dios promete un salvador, y que al fin no lo reconoce? Pablo dirá que no hay que
confundir dos cuestiones: el llamamiento del pueblo al que Dios confía un papel particular
en la historia, y el llamamiento de las personas que pertenecen a este pueblo. Para cada
uno la fe en Cristo será el resultado de un llamamiento gratuito de Dios.
Pablo envía esta carta el año 57 ó 58, probablemente desde Corinto. Hasta entonces se
había dirigido a comunidades que conocía y cuyas dificultades no ignoraba. Esta vez no;
al final de su exposición hablará de manera muy general de la vida cristiana, y sobre todo
de la manera de aceptarse unos a otros entre personas de orígenes muy diversos. En
Roma, como en cualquier otra parte, no fue tan sencillo reunir en una misma comunidad
a judíos y paganos convertidos. Pablo les recomienda lo que ni nosotros mismos logramos
practicar: que acepten sus diferencias.
LA CARTA A LOS ROMANOS EN LA IGLESIA
Es casi imposible hablar de la carta a los Romanos sin decir al menos unas palabras sobre
la importancia que ha tenido y sigue teniendo en las iglesias protestantes.
Se sabe que Lutero maduró la Reforma empezando por esta epístola. No se equivocaba
viendo en ella la condenación de una Iglesia instalada en el mundo, en la cual la fe se
había degradado a menuda en prácticas ajenas a la fe que salva. La cristiandad de la Edad
Media era un pueblo parecido al de Israel. Se era cristiano de nacimiento y tal se
permanecía; se era creyente, pero, como en cualquier otra cultura, pensaban salvarse
mediante los ritos religiosos y las prácticas de las buenas obras que nos merecen el cielo.
Era, pues, importante recordar que la fe es el alma de toda conversión, y que eta conversión
es la respuesta a una llamada gratuita de Dios. En esta carta no se trata de otra cosa que
de Cristo Salvador, y esto era suficiente para devaluar todo el sistema religioso imperante,
aplastado por sus tradiciones y devociones. Se habla de la fe, cuando apenas se oía
predicar otra coas que la moral, o más bien las categorías de la moral. Se habla de
la Palabra de Dios dirigida a todos los hombres, cuando se contentaban con confiar en los
hombres de la Iglesia. Era, pues, una crítica radical de la Iglesia que había acabado
mirándose a sí misma en lugar de volverse a Dios, y cuyo sistema político, doctrinal o
represivo ocultaba el horizonte.
Sin embargo hemos dicho que eta carta se basa en la experiencia de Pablo como judío y
como fariseo y después como apóstol llamado directamente por Cristo. A partir de aquí
hablará de pecado y de justificación , de llamamiento y de salvación mediante la fe. Por su
parte, Lutero y sus contemporáneos leían esta carta a partir de sus problemas; todo hay
que decirlo: de sus angustias.
Ellos eran los representantes de una cristiandad terminal, obsesionada por la perspectiva
del pecado y de la condenación eterna, víctima de una filosofía (el nominalismo) en la cual
Introducción-8
las cosas no son buenas ni males en sí, sino en cuanto Dios las declara tales. Por ello, todo
lo que Pablo dice sobre la predestinación del pueblo judío lo ven como un problema de
predestinación personal al cielo o al infierno. Pablo habla de Dios que nos justifica -una
palabra que entonces tenía un sentido muy poco preciso- para decir que Dios restablece
en nosotros un orden autentico; comprenden que, si nosotros creemos, Dios nos considerará
justos aunque nada cambie en nosotros. Las grandes perspectivas de una humanidad
angustiada por el pecado y la gracia, incapaz de liberarse a sí mismo, se van a reducir a un
problema personal: ¿soy yo realmente libre o soy un simple juguete de la gracia? Tomando
al pie de la letra el lenguaje imaginario de Pablo, se va a construir una doctrina del pecado
original en la cual todos expiamos, y por la eternidad, el pecado de un primer antepasado.
Muchas generaciones de protestantes y católicos van a verse marcados por estas
controversias. Por más que se hable de salvación sólo mediante la fe, o por la fe y las
obras, o por la fe, las obras y los sacramentos, el amor del Padre que salva y de Cristo
Salvador pasará a un segundo plano, obsesionados por la salvación: ¿cómo puedo escapar
de este rígido círculo donde Dios me encierra? El Dios justo, de sentencias inexorables, que
condena con tanta facilidad al infierno, traumatizará a Occidente y desencadenará la
rebelión del ateísmo militante.
No está mal saberlo en nuestros días. Cuando se ha tratado mucho tiempo a Pablo, y sobre
todo en la cata a los Romanos, se ve que para él el Padre de Jesús es realmente padre,
y que es amado apasionadamente. Se descubren en él mil detalles que revelan su
experiencia de una comunión continua y de una vida "en" el Dios Trino, una experiencia
muy próxima a la de san Juan.
Esto no nos impedirá encontrar en esta carta lo que ya Lutero, después de san Agustín,
descubriera: una exposición genial del misterio de humanidad salvada por Cristo. Tal vez
un cierto olvido de esta carta y de esta doctrina ha hecho que, con demasiada frecuencia,
los católicos se encerraran en sus prácticas y sacramentos, olvidando la misión.
PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS
Algunos hablan de los primeros cristianos como si hubieran sido modelos de todas las
virtudes. La primera carta a los Corintios nos mostrará que esos creyentes de los primeros
tiempos tenían igual que nosotros sus debilidades y que la fe no había suprimido el peso
de las realidades humanas.
Corinto, entre las ciudades del Mediterráneo, tenía su propia fisionomía. Ciudad situada en
una franja de tierra que separa dos golfos, se había aprovechado de su situación
privilegiada. Los dos puntos del este y del oeste se habían unido por una especie de
camino enlosado por el cual se tiraba de los navíos por medio de enormes carros
arrastrados por bueyes. Así los marinos se ahorraban de dar la vuelta a Grecia por el sur.
Pero había que pagar, lo que le significaba a la ciudad una importante entrada; además que
el transporte exigía una abundante mano de obra, lo que para la época significaba muchos
esclavos.
La ciudad poseía desde muy antiguo un santuario consagrado a Afrodita, la "diosa del
amor", según los griegos, en cuyo derredor se desarrollaba -y para eso había plata- una
prostitución que de sagrada no tenía más que el nombre. En tiempos de Pablo, las
prostitutas se contaban por millares.
Por último, muy cerca de Corinto, se celebraban cada dos años competencias deportivas,
parecidas a los juegos olímpicos actuales. Estas atraían grandes multitudes.
Se advertirán en estas dos cartas de Pablo alusiones muy claras a estos diferentes
Introducción-9
aspectos de Corinto: el dinero, la esclavitud, la prostitución y los juegos del estadio.
En Corinto, judíos y paganos convertidos por Pablo formaban una Iglesia dinámica aunque
poco ordenada. Después del entusiasmo de los primeros años, muchos de entre ellos se
habían dejado llevar por sus vicios y por sus costumbres paganas, y los responsables de
la comunidad se sentían impotentes para hacer frente a esas dificultades como también a
divisiones internas o dudas respecto a la fe. Hicieron pues un llamado a Pablo. Retenido en
Efeso por su trabajo apostólico, les envió en respuesta esta carta.
Llama la atención tanto la autoridad con que el apóstol se dirige a la Iglesia en nombre de
Cristo, como su manera de enseñar, pues antes de responder directamente a una cuestión,
comienza siempre por reafirmar las bases de la fe. Las dudas de los Corintios, sumidos en
un mundo pagano, se referían a temas que son aún de actualidad o que se discuten entre
nosotros:
- el celibato y el matrimonio;
- los problemas de coexistencia con los no creyentes;
- el orden de las reuniones de la Iglesia, tanto para la celebración de la eucaristía como
para el ejercicio de los "dones espirituales";
-la resurrección de los muertos.
SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS
Al final de su primera carta a los Corintios, Pablo expresaba el deseo de volver a visitarlos
muy pronto, pero, como no lo pudo hacer, lo tomaron muy a mal.
Por otra parte, algunos predicadores "judaizantes", es decir, judíos mal convertidos a Cristo,
trataban de destruir entre los corintios la autoridad de Pablo. Este, que conocía muy bien
a unos y a otros, les envió un mensajero, pero fue ofendido gravemente, y algunos
miembros de la comunidad se rebelaron abiertamente contra el apóstol.
Pablo respondió con una carta "escrita en medio de lágrimas" (2,4), en la que exigía la
sumisión de la comunidad. El más capaz de los ayudantes de Pablo, Tito, fue el encargado
de llevar esa carta, y su misión tuvo éxito. A su vuelta, Pablo, ya un poco más tranquilo,
envió esta "segunda" (que de hecho es la tercera o cuarta) carta a los corintios.
¿Qué dice esta carta? Lo que Pablo siente en sus dificultades con los corintios y su
sufrimiento ante la falta de comprensión de ellos. Esto es a la vez poco y mucho. Pues
Pablo era incapaz de hablar de si mismo sin hablar de Cristo. Ese hombre inquieto, que
aspiraba a ser comprendido y amado, estaba de tal manera compenetrado del amor de
Cristo que no podía expresar ni siquiera una sospecha o un reproche sin llegar a los
discursos más profundos de la fe. Al tratar de justificarse, escribió las más bellas páginas
sobre la evangelización y sobre lo que significa ser apóstol de Cristo.
Veremos que el texto actual de esta carta contiene fragmentos de otras cartas o recados
que había enviado Pablo a la Iglesia de Corinto. En particular, 6,14-18, que probablemente
fue escrito antes de nuestra Primera Carta a los Corintios; el capítulo 9 (véase comentario
a 9,1); los capítulos 10-13, que debieron contener buena parte de la "carta escrita en medio
de lágrimas" (véase el párrafo precedente).
CARTA A LOS GALATAS
¿Quiénes eran los Gálatas? Este apelativo tan poco preciso designa a lo mejor a las
comunidades de Pisidia evangelizadas por Pablo en su primera misión (H 13,22; 14,25;
Introducción-10
16,1-3); tal vez podría tratarse de otras comunidades que Pablo habría fundado más al
norte en la antigua Galacia durante su segunda misión (H 16,6; 18,23).
Pablo escribe porque la comunidad está en peligro. Cosa extraña, no hace alusión ni a
escándalos, ni a un relajamiento, ni a conflictos de autoridad como fue el caso de Corinto.
Había seguramente tensiones y dudas, ya que algunos se propasaban y querían volver a
valorizar las prácticas judías. Sin embargo, según parece, ni los promotores de esa vuelta
a la Ley, ni los que se les oponían, podrían haber esperado una tal advertencia de Pablo.
Pero él ha visto más lejos que ellos: los fieles vuelven a pedir prácticas religiosas porque
no han comprendido o porque han olvidado que ser cristiano no es en primer lugar practicar
una religión sino más bien vivir una fe.
El descubrimiento del Evangelio había sido para los Gálatas un baño de libertad. Los que
eran judíos habían así escapado a la tiranía de las prácticas que marcaban toda la
existencia. Los que eran griegos (y paganos) se habían liberado de una visión fatalista del
mundo y de los prejuicios de su sociedad; ahí también la liberación se había hecho en la
forma más radical. Mas, ¿eran capaces de seguir a Pablo cuando les participaba su propia
experiencia? ¿Habían descubierto que Cristo es lo suficientemente grande como para llenar
nuestra existencia y que el Espíritu nos dirige mucho mejor que las obligaciones religiosas?
Durante un tiempo, los Gálatas habían vivido lo mismo que vivía Pablo, pero era difícil que
la comunidad se mantuviera en una línea tan nueva. Transcurrido el momento del primer
entusiasmo, la gran mayoría de estos nuevos cristianos sintió la necesidad de reglas y de
prácticas. Tenían fe en Cristo, pero era demasiado pedirles que fueran todos "espirituales".
Ahora bien, había allí gente que ofrecía una respuesta. Eran a lo mejor cristianos de origen
judío que sabían lo bueno que es tener una ley. Aspiraban, por supuesto, a tomar la
dirección de la comunidad, pero el capítulo 6 de esta carta nos da a entender que no eran
totalmente desinteresados, ya que la vuelta a las prácticas judías les abría todas las puertas
de la comunidad judía. Existía una solidaridad muy fuerte entre los judíos, en un mundo que
les era habitualmente hostil, y juntarse con ellos procuraba una seguridad real. Algunos
preferían esta seguridad a la aventura de la fe y los riesgos que las comunidades cristianas
enfrentaban en aquel tiempo.
La respuesta de Pablo es severa, y tal vez nos parecerá muy parcial y negativa con
respecto a las prácticas religiosas, - pero es palabra de Dios. Dar demasiado crédito a las
reglas y prácticas de una religión es encerrarse en un sistema, en un orden en el cual se
espera, aún sin decirlo, la recompensa por las buenas acciones. La fe, por el contrario,
significa entregarse a Dios y a su misterio tan temible como la cruz que es su símbolo.
Esto es bastante para comprender que esta carta a los Gálatas tiene actualidad hoy en día,
en que tantas personas andan en busca de certidumbres. Por otra parte, en la medida en
que la Iglesia deba atender a muchos fieles que sólo tienen una limitada experiencia de la
vida en el Espíritu, tiene siempre alguna obligación de ponerse a su nivel con ritos,
preceptos y autoridades. Debe pues, al mismo tiempo, mantener clara o recuperar la
conciencia de su identidad y redescubrir la vida por la fe.
CARTA A LOS EFESIOS
¿Hay que hablar aquí de una "carta" de Pablo? Ya la carta a los Romanos estaba en su
mayor parte consagrada a una exposición sobre la fe y la salvación. Pero aquí todo es
enseñanza; no hay noticias ni mensajes personales para una comunidad precisa, sino una
larga exposición sobre la salvación del mundo. Estaba, sin duda, destinada a las Iglesias
de la región de Efeso.
Introducción-11
¿Por qué el mundo? ¿A dónde va la humanidad? Es la misma pregunta que se nos
presenta diariamente, por cuanto estos últimos años han visto una interdependencia
creciente de los más diversos pueblos. Aun los que quieren dominar sólo pueden hacerlo
presentándose como los portavoces del conjunto. ¿A dónde va la humanidad? ¿Cuál es su
salvación? Y Pablo nos responde desde su prisión de Roma.
Como lo recuerdan los Hechos (28,16 y 30), Pablo estaba prisionero en Roma por los años
60. En esa capital del único mundo que conocían entonces los occidentales, tuvo todo el
tiempo para evaluar las doctrinas que circulaban por el Imperio Romano. Venían del Medio
Oriente donde preocupaban muy especialmente a los cristianos de la región de Efeso. Esas
nuevas religiones pretendían abrir a todos un camino de salvación, rivalizando así con la
fe en Cristo, único salvador de una humanidad única.
Parece que esta carta a los Efesios fue escrita después de la a los Colosenses. Pablo
retoma aquí, desarrollándolo, el plan de Dios que dice haber comprendido en una
revelación. El mundo ha sido creado para los hombres, para que de ellos emerja el Hombre
Nuevo, una única familia en Cristo. Todos se reunirán, cada uno en su lugar, alrededor de
una persona capaz de acogerlos a todos y a cada uno en su propia plenitud.
Algunos piensan que la carta a los Efesios no es de Pablo, pues ¿cómo podía hablar de
manera impersonal a una comunidad en la que había trabajado por más de dos años, más
o menos desde el 55 al 57 ? Pero, como ya lo dijimos, la carta debió haber sido dirigida no
sólo a los cristianos de la ciudad de Efeso sino además a las comunidades del valle del
Lycus: Hierápolis, Laodicea (Col 4,13 y 16) y Colosas, que habían sido evangelizadas por
compañeros de Pablo, en particular Epafras (Col 1,7).
Otros piensan que las cuestiones aquí propuestas son propias de un tiempo posterior a
Pablo; igual como las cartas a Tito y a Timoteo, ésta sólo sería de él en un sentido muy
amplio. Pero, cuando se sabe el muy bajo nivel de la literatura cristiana inmediatamente
después de la muerte de los apóstoles, es difícil pensar que una carta con tal seguridad
teológica y una tal riqueza doctrinal haya podido madurar en otro que no fuera Pablo. Pero
parece evidente que la redacción de la carta debe mucho al que la escribió, ya sea Tíquico
(Ef 6,21) o Timoteo (Col 1,1), o tal vez otro.
CARTA A LOS FILIPENSES
Aquí tenemos de nuevo una verdadera carta de Pablo, personal, llena de atenciones y de
delicadeza, que envió desde la prisión a la comunidad que siempre se había preocupado
más por él. Más de una vez Pablo había contado con su ayuda material, mostrando así la
confianza que tenía en ellos. Habitualmente, para evitar cualquier suspicacia de interés
personal, prefería ganarse la vida dedicándose totalmente a su misión. En esta carta
encontraremos esa célebre página: Tengan unos con otros las mismas disposiciones de
Cristo.
Acabamos de decir que es una verdadera carta de Pablo. En realidad no está todo bien
hilado; pareciera que se hubieran recompuesto varios fragmentos de cartas de Pablo. Esto
lo haremos notar en 2,19; 3,1; 4,1. Bien podría tratarse de dos cartas, una en que Pablo
quería dar sus noticias y agradecer, y otra que era una advertencia al estilo de la carta a
los Gálatas.
Cuando se reunieron las cartas de Pablo, se agruparon primero, por orden de extensión,
las cuatro más importantes: a los Romanos, a los Corintios y a los Gálatas. Luego se
pusieron las que llamamos las "cartas de la cautividad". Allí se encuentra la carta a los
Filipenses, entre las cartas a los Efesios y Colosenses, como si las tres hubiesen sido
Introducción-12
enviadas desde la misma prisión. Hay lugar para pensar, sin embargo, que la carta a los
Filipenses no fue escrita cuando Pablo estaba en Roma, hacia el año 60, sino varios años
antes, el 56. Entonces tal vez estaba prisionero en Efeso.
CARTA A LOS COLOSENSES
Cerca del año 62, Pablo, preso en la cárcel de Roma, escribió a los cristianos de Colosas,
que, sin darse cuenta, estaban menospreciando a Cristo.
Ya no se sentían seguros con sólo creer en Cristo, sino que querían restablecer prácticas
religiosas del Antiguo Testamento. O bien trataban de incluir a Cristo en un conjunto de
personajes celestiales, los "angeles" que tendrían en sus manos la llave de nuestro destino.
Algo les faltaba al conjunto de sus contemporáneos. Integrados en un Imperio romano que
había impuesto su paz a todo el mundo occidental, pero que ahogaba la vida propia de los
diversos pueblos, se refugiaban en lo "espiritual". Doctrinas secretas ofrecían conducir a sus
"perfectos" a un estado superior.
Ese era el momento en que se elaboraban teorías llamadas "gnosis" (es decir: conocimiento)
sobre el origen y el destino del hombre y del mundo. Todo había salido de una especie de
sopa cósmica que había hervido largo tiempo, apareciendo grandes familias celestiales de
ángeles, o "eones", masculinos y femeninos, que se devoraban, se acoplaban y finalmente
aprisionaban chispas de espíritu en cuerpos materiales. Así empezaban a existir seres
humanos destinados a revestirse de existencias sucesivas hasta que su espíritu pudiera
retornar al reino de la luz.
Dejándose llevar por semejantes discursos, los Colosenses tomaban el camino de ciertos
creyentes actuales que ponen su confianza en el espiritismo o en la astrología. Ya no
consideran a Cristo como el único salvador, pues se fían de otros o de prácticas que no son
de la Iglesia.
Esta crisis en la Iglesia del primer siglo nos mereció la presente carta de Pablo, en la que
establece la supremacía absoluta de Cristo. Igual que otras cartas de Pablo, ésta menciona
a Timoteo a su lado (1,1). Pablo lo había escogido como su ayudante, y lo consideraba
como "su verdadero hijo en Cristo". A lo mejor Timoteo tuvo bastante que ver con la
redacción de esta carta, lo que explicaría a la vez las diferencias de estilo con las cartas
más auténticas de Pablo, mientras que el contenido excepcionalmente rico es siempre fiel
a la inspiración del apóstol. Véase al respecto lo que se dijo en la carta a los Efesios que
retoma, desarrollándolos, los temas de la carta a los Colosenses. Por eso, en algunos
pasajes de Colosenses, no haremos más que recordar el comentario a los Efesios.
PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES
El año 50, Pablo llegó a Tesalónica, ciudad importante y capital de la Macedonia (véase H
17,1). Después de haber sido rechazado por los judíos, Pablo se dirigió a los paganos y
llegó a formar una comunidad en esa ciudad. Pero sólo tres meses después, una revuelta
provocada por los judíos lo obligó a irse.
¿Qué iría a pasar con esos nuevos cristianos, que no habían recibido de Pablo más que
las bases de la vida cristiana? Preocupado, Pablo le pide a Timoteo que vaya a afirmar a
esta Iglesia. Timoteo regresa optimista y Pablo ya tranquilo les envía esta carta a
comienzos del año 51.
Es el texto más antiguo de todo el Nuevo Testamento.
Introducción-13
SEGUNDA CARTA A LOS TESALONICENSES
La lectura de la primera carta a los Tesalonicenses nos mostró la importancia que tenía en
la predicación de Pablo la espera de la venida de Cristo.
La espera del Día de Cristo era para ellos un estímulo, pero también podía llevar a una
nerviosidad malsana. La Iglesia de Tesalónica parece que estuvo afectada por una
enfermedad muy frecuente en los grupos minoritarios y perseguidos, la espera de un fin del
mundo que resolviera todos los problemas, pero que, en lo presente, no hace más que
perturbar la vida cristiana. En esta carta escrita algunos meses después de la primera,
Pablo trata de tranquilizar a la comunidad.
CARTAS PASTORALES A TIMOTEO Y TITO
Los cambios culturales que se producen en todos los dominios de la existencia afectan
también a la Iglesia. Entre las creencias y las prácticas que se nos enseñan, no todo viene
de Cristo y por tanto muchas cosas pueden cambiar. Pero también existe el peligro de
desnaturalizar la fe autentica. ¿Dónde estará pues la regla de la fe, a la que deban
someterse todas nuestras opiniones?
Este problema se le presentó ya a la Iglesia cuando, entre los años 64-67, Pedro y Pablo
murieron mártires en Roma. La Iglesia, sobre todo en Occidente, ya no tenía a esos
testigos de Cristo cuya autoridad era indiscutida. El mensaje cristiano era muy difícil de
aceptar, tanto para los griegos como para los judíos, y los mismos auditores de buena
voluntad lo entendían -como lo hacemos hoy en día- según su propia manera de pensar,
deformándolo inconscientemente, cada cual de acuerdo con sus propias certezas.
Así que llegó un momento en que cualquiera podía discutir, algunos se tomaban la libertad
de enseñar su propia doctrina, convencidos de que decían las cosas mucho mejor que los
apóstoles. ¡Cuán fácilmente se reemplaza la imitación de Cristo por teorías y discursos
sobre la fe!
Los sucesores de los apóstoles tuvieron pues que defender "la doctrina" -esta palabra
volverá más de una vez- que habían recibido de ellos. Al mismo tiempo debían velar por
la elección y la formación de los ministros de la Iglesia. Tales son las preocupaciones que
hallamos en estas cartas a Timoteo y a Tito.
Estas tres cartas, cuyo origen es el mismo, se presentan como cartas de Pablo. Sin
embargo, tanto su forma como su contenido demuestran que no son de él; debieron ser
escritas bajo la presión de las circunstancias que acabamos de mencionar, hacia el año
90-100. Se quiso poner estas enseñanzas de la Iglesia bajo la autoridad de Pablo, dándoles
apariencia de cartas dirigidas a sus ayudantes Timoteo y Tito, los cuales son presentados
como los modelos a los que deberán imitar los responsables de la Iglesia. Algunos párrafos,
más personales, deben de haber sido escritos por el mismo Pablo.
Estas tres cartas a Timoteo y a Tito se llaman "pastorales" porque se dirigen a los "pastores
de almas". Por lo que toca a Timoteo, véase como Pablo lo encontró en Hech 16,1. Véase
también 1 Cor 16,10; Fil 2,19
SEGUNDA CARTA A TIMOTEO
Lo que dijimos en la Introducción a la Primera Carta a Timoteo vale también para esta
Introducción-14
segunda carta. Se presenta como si hubiera sido escrita por Pablo desde su prisión de
Roma, poco antes de su muerte. De hecho, no hay razón para dudar de la autenticidad de
algunos detalles que Pablo da respecto a su situación a la espera de su sentencia. Pero,
para lo demás, tanto Pablo como Timoteo no son más que una pantalla; los consejos y
advertencias de Pablo son en realidad los que el autor de la carta quería dar a los ministros
de la Iglesia algunas décadas después de la muerte del apóstol.
CARTA A TITO
Igual que Timoteo, Tito era uno de los ayudantes de Pablo. Estaba oficialmente encargado
del servicio del Evangelio y visitaba las Iglesias en nombre del apóstol.
El comentario será breve porque esta carta tiene el mismo origen que las dos cartas a
Timoteo y no les añade gran cosa.
CARTA A LOS HEBREOS
En tiempos de los apóstoles se calificaba de Hebreos a los judíos que vivían en Palestina,
a diferencia de esa mayoría de su pueblo que había emigrado a diversos países, por todo
el Imperio Romano. Esta carta está dirigida a las comunidades cristianas de Palestina que
se habían formado con judíos de raza después de Pentecostés.
Como discípulos de Cristo habían sido perseguidos y a algunos les habían sido confiscados
sus bienes. Ya no tenían nada en el mundo y debían darse ánimo unos a otros con la
convicción de que, al fin de su exilio, encontrarían la verdadera patria a donde Jesús se
había ido después de sus sufrimientos. Volvían así a encontrarse en la situación de sus
antepasados hebreos que habían vivido en el desierto, aguardando y buscando una tierra
prometida.
No será difícil ver que esta carta se dirige a hombres familiarizados con el Antiguo
Testamento; a lo mejor se trataba de sacerdotes judíos que habían reconocido a Jesús
como el Cristo y que pasaban entonces por una crisis.
Hasta ese momento, como eran sacerdotes, el Templo había sido toda su vida; allí ofrecían
sacrificios y recibían en paga una parte de los animales ofrecidos. Pero ahora, no
solamente habían sido excluidos y expulsados del Templo por los judíos sino que de
cualquier modo Cristo los había reemplazado.
Creer en él era reconocerlo como el nuevo Templo, del que el edificio sagrado de Jerusalén
no era más que la figura. El, laico, había organizado su Iglesia sin tomar en cuenta el
sacerdocio de los "hijos de Aarón", los sacerdotes judíos, pues él y sólo él es el sacerdote,
el que pone a los hombres en contacto con el Dios santísimo.
De ese modo Cristo les había quitado tanto su trabajo como su razón de ser. Por eso, a
veces, esos hombres que habían conocido a Jesús en su existencia humana, se habrán
puesto a dudar: ¿acaso todo ha cambiado a causa de él?
Para confirmar su fe, esta carta les muestra que la religión judía, con sus ceremonias
grandiosas en el Templo de Jerusalén, no era más que la imagen de algo más grande. El
perdón de los pecados y la religión en espíritu, aspiración de todo el Antiguo Testamento,
debían ser la obra del sacerdote auténtico de toda la humanidad, Jesús, el Hijo de Dios.
Ya no hay otro sacrificio fuera del suyo, sacrificio que comienza en la cruz y se termina en
Introducción-15
la gloria.
¿No hay también muchos Hebreos, a personas desarraigadas en el mundo de hoy? Los
enfermos que no tienen esperanza, los cristianos perseguidos, los que no aceptan la
injusticia ni la mediocridad de la sociedad. Aunque muchos de ellos no comprendan todos
los argumentos o las citas bíblicas que llenan estas páginas, esta carta los animará en su
fe.
Por otro lado, la palabra sacerdote ha tomado una tal importancia en la Iglesia que no está
de más examinar aquí el texto bíblico que ha profundizado más el sentido del sacerdocio
y su reorientación por el hecho mismo del sacrificio de Cristo.
Esta carta fue escrita desde Roma, tal vez hacia el año 66, cuando se anunciaba la guerra
en la que iba a ser destruida Jerusalén. Eran también los últimos meses de la vida de Pablo;
él estaba prisionero en Roma por segunda vez. Esta carta no es extraña al pensamiento de
Pablo, pero él no la escribió. Es muy posible que su autor haya sido Apolo, mencionado en
Hechos 18,24-28, "hombre muy versado en las Escrituras y que demostraba por las
Escrituras que Jesús es el Mesías".
CARTA DE SANTIAGO
¿Quién es este Santiago? Sin duda el "hermano del Señor" mencionado en el Evangelio
cuando se habla de su madre (Mc 15,40 y 16,1). Y sin embargo, algunos años después de
Pentecostés, aparece siendo el jefe, diríamos el obispo, de la comunidad de Jerusalén (He
21,18). Cuando el evangelio comenzó a propagarse, parece que fue considerado como el
responsable de todas las comunidades cristianas con mayoría judía establecidas en
Palestina. De todos los apóstoles era el más apegado a las tradiciones judías (a la inversa
de Pablo).
Tal vez esta carta fue dirigida a los cristianos de origen judío de su inmensa diócesis y en
ella escuchamos el eco de sus predicaciones dominicales. Les enseña cosas sencillas y
prácticas, inspiradas en la sabiduría del Antiguo Testamento: la religión auténtica se
reconoce en la manera de vivir y en cómo tratamos a los que nos rodean. Pero también
parece que esta carta fue redactada, en la forma en que la recibimos, posteriormente a las
cartas de Pablo (ver 2,14-25).
Los cristianos de origen judíos son llamados aquí las "doce tribus dispersas" en todas las
naciones; se usaba entonces el término "la diáspora", esto es "la dispersión", para designar
a los judíos que vivían fuera de su patria.
PRIMERA CARTA DE PEDRO
No sabemos casi nada de la actividad del apóstol Pedro desde el Concilio de Jerusalén, por
el año 49 (ver Hechos 15), hasta el momento en que escribió esta carta, hacia el año 64.
Es casi seguro que se dirigió a Roma. Estando encargado de toda la Iglesia, debía ir al
centro del mundo romano, como Pablo, aunque con motivos diferentes.
Una tradición muy antigua asegura que fue matado en la persecución de Nerón, el año 66,
y que fue sepultado en los terrenos de la loma Vaticana. Investigaciones llevadas a cabo
en estos últimos años permitieron descubrir una tumba con huesos, señalada por varias
inscripciones, que casi con seguridad son los del apóstol, primera piedra de la Iglesia.
Por tanto, fue poco antes de su muerte cuando, desde Roma, escribió esta carta. No tenía
el genio ni el talento literario de Pablo. Quiso, sin embargo, dirigirse a los cristianos de la
Introducción-16
provincia de Asia, donde empezaban las primeras persecuciones. A diferencia de Pablo, no
se preocupa aquí por aclarar y defender la fe. Solamente quiere dar ánimo a creyentes que
sufren, presentándoles el ejemplo de Cristo y recordando las consecuencias del bautismo.
En esta carta de Pedro, todo lo que va de 1,3 a 3,7 se inspira en la ceremonia del bautismo
en la primitiva Iglesia: himnos, homilía sobre el rito y sobre la vida cristiana. Para Pedro era
una manera excelente de recordar a sus lectores su condición de cristianos.
Al final de la carta se nos dice que Pedro encargó su redacción a Silvano, que había sido
discípulo de Pablo. De ahí puede provenir que en varios lugares se encuentren ideas y
expresiones muy propias de Pablo.
SEGUNDA CARTA DE PEDRO
Este es el libro más tardío de toda la Biblia. A pesar de que, en más de un lugar, el autor
quiere convencernos de que ésta es una segunda carta de Pedro, no hay duda de que fue
escrita alrededor del año 100. Los tres capítulos contemplan tres inquietudes de la Iglesia
en ese momento:
- mantener la fe tal como la enseñaron los testigos de Jesús;
- luchar contra "maestros" que desvirtuaban la fe, al mismo tiempo que llevaban a la
inmoralidad;
- explicar por qué Cristo no había vuelto todavía.
PRIMERA CARTA DE JUAN
Esta primera carta de Juan, inseparable de su evangelio, nos recuerda que el camino
cristiano no es sino una divinización, la nuestra. En toda época el ideal cristiano ha parecido
muy pálido o muy estrecho a mucha gente. Sin criticar directamente los valores del
cristianismo y sus beneficios a la humanidad, les ha parecido que limita al hombre.
Pensemos en todos aquellos que, como Marx, han sostenido que la verdadera liberación
humana pasa por la lucha contra la fe. Pensemos en los que hoy en día se confían a la
ciencia para prolongar sus posibilidades de vida. Pensemos, por último, en todos los que
rechazan el activismo occidental y buscan en las sabidurías orientales un acceso al
Absoluto, lo que ni siquiera han visto en la fe cristiana.
Pero incluso entre los cristianos, esa religión sentimental basada en un entusiasmo por
Jesús, el Maestro bueno que enseña el amor universal, oculta a menudo una ignorancia de
los ideales de la fe. Porque en Jesús nosotros queremos alcanzar a Dios mismo: estamos
en busca de la Verdad y queremos perdernos en esa Verdad de donde salimos.
En esta primera carta, Juan afirma: Si tienen al Hijo de Dios, tienen toda la Verdad, están
en el camino del auténtico Amor y están en comunión con Dios mismo. Pero quizás nos
engañamos a nosotros mismos cuando pretendemos estar en Cristo. Y por eso Juan
precisa los criterios, las condiciones que nos permiten verificar si realmente andamos en
la luz y vivimos en el amor.
De este modo la primera carta de Juan completa su Evangelio, en el que había demostrado
que al creer o no en Cristo tomamos la decisión más importante de la vida humana.
En esta carta se pueden reconocer tres partes:
- andar en la luz: 1,5-2,29
- vivir como hijos de Dios: 3,1-4,6
- Dios-Amor es fuente del amor, 4,7-21, y fuente de la fe, 5.
Introducción-17
SEGUNDA CARTA DE JUAN
"Dama elegida", "Señora". Así saluda Juan a la comunidad de no sabemos qué ciudad.
Elegida y santa es al Iglesia, como son elegidos de Dios y santos los que la integran.
Juan los invita a una actitud muy firme y tajante frente a los que no aceptan la fe de los
apóstoles. Al mismo tiempo recuerda la ley fundamental del cristiano: el amor.
Permanecer celosamente fieles a la verdad es amar a Cristo, que nos confió esta verdad,
es servir a los hombres, que necesitan toda la verdad y no solamente la que más se
aprecia en un momento determinado.
TERCERA CARTA DE JUAN
Para los cristianos que lo conocían, el apóstol Juan no era "san Juan", sino un hombre.
Para cierto Diotrefes, al que había responsable de no sabemos qué comunidad, Juan era
un anciano molesto. Y Diotrefes, para mejor dominar en su Iglesia, cortaba las relaciones.
Al contrario, Juan habla en sus tres cartas, como en el Evangelio, de la "comunión" que ha
de existir entre todos los cristianos. Toda la Iglesia y todo grupo debe permanecer abierto
a los demás, manteniendo constantes relaciones con ellos. Pablo también recalca este
deber: recibir en su propia casa a los cristianos que vienen de otros lugares para estrechar
los lazos de la fe común.
CARTA DE JUDAS
Quizás el Espíritu Santo quiso dejarnos la carta de Judas con el fin de que tuviéramos más
admiración por los Evangelios y otros escritos de los apóstoles. Hay que conocer la
literatura de aquel tiempo para saber lo enredados y cuán fabulosos eran los libros
religiosos, tanto de los judíos como de los paganos. En su comparación, los evangelios y
Pablo parecen ser del presente siglo.
Esta carta, que se presenta como escrita por el apóstol Judas Tadeo, debe haber sido
redactada en los últimos años del primer siglo. Denuncia a los falsos maestros, semejantes
a los que se mencionan en las cartas a Timoteo y a Tito. Sin embargo, las comparaciones
y ejemplos que usa provienen de los libros judíos de ese tiempo.
La Iglesia no había definido todavía cuáles eran los libros inspirados por Dios, y los
cristianos usaban, además del Antiguo Testamento, la literatura religiosa de los judíos (por
ejemplo, el libro de Henoc, el Testamento de los Doce Patriarcas, la Asunción de Moisés).
De ahí las leyendas sobre los tiempos antiguos que encontramos en esta carta. Con este
ropaje, que nos parece algo anticuado, hay un llamado vehemente a mantener íntegra la
fe de los apóstoles, lo que en aquel momento preocupaba bastante a la Iglesia. Por eso,
algunos años más tarde, el autor de la 2 Pedro se inspiró, con más o menos habilidad, en
una parte de la presente carta.
APOCALIPSIS
Juan el Evangelista, hermano de Santiago el mártir - Jesús los llamaba *los muchachos del
S.Mateo-18
trueno+ - fue deportado a la isla de Patmos por motivo de su fe. Desde ese lugar nos envió
este Apocalipsis de Jesucristo. Cielos abiertos, ángeles y catástrofes, corrupción de los
satisfechos y sangre de los mártires: el juicio de Dios atraviesa toda nuestra historia. La
gloria de Dios está junto a nosotros, al otro lado de la cortina, y todo desemboca en la
ciudad celestial.
¿Por qué ahora el Apocalipsis tiene reputación de ser un libro misterioso y difícil de
entender, y para muchos Apocalipsis tiene sentido de terrorífico? ¿Acaso será porque
algunos buscan ahí mensajes secretos que podrían referirse a nuestro tiempo?
Si no queremos entender al revés las imágenes y el estilo del Apocalipsis de Juan,
debemos en primer lugar saber que los "apocalipsis" eran una forma de literatura muy de
moda en la época de Jesús. Así era como existían un Apocalipsis de Isaías, uno de Moisés
y muchos otros. Era un arte de escribir con imágenes grandiosas, visiones y ángeles sobre
acontecimientos contemporáneos. El autor del libro lo atribuía a un ilustre profeta del
pasado, pero no hacía más que narrar acontecimientos ya conocidos, tratando de sacar de
allí conclusiones y de mostrar a dónde quería Dios llegar.
Al escribir este "Apocalipsis de Jesucristo", Juan expresó lo que el Señor le había
enseñado de muchas maneras, por medio de sus dones de profeta, pero utilizó también las
fórmulas habituales de ese tipo de literatura. Cuando habla de acontecimientos
contemporáneos, los sitúa en sus visiones e imágenes fantásticas. Y lo mismo ocurre
cuando nos quiere dar a entender lo que será la historia. No pretende narrar acontecimientos
del futuro (el Señor no le dio un resumen de ello) sino decirnos cuál será la trama y cuáles
serán los verdaderos actores.
Comprenderemos mejor este Apocalipsis si interpretamos esas visiones, esas cifras y esos
símbolos de acuerdo a las reglas de la literatura apocalíptica. Veremos entonces que "el
Apocalipsis de Jesucristo" no es ni difícil ni terrorífico sino lleno de alegría y de esperanza.
Cristo resucitado es el centro de la historia; el mundo es el escenario de la lucha entre la
Iglesia, encabezada por Cristo, y las fuerzas del demonio; los cristianos son llamados a dar
valientemente su testimonio.
Se pueden reconocer en el Apocalipsis siete series de siete elementos cada una,
distribuidas en cuatro grandes partes:
- Los siete mensajes a las iglesias, cap. 1-3.
- Balance del Antiguo Testamento, cap. 4-9.
- La Iglesia se enfrenta con el imperio romano, cap. 11,19-19,6.
- Los últimos tiempos y la Jerusalén celestial, cap. 20-22.
S.Mateo-19
EVANGELIO SEGUN SAN MATEO
CAPÍTULO 1
LOS ANTEPASADOS DE JESÚS
[1].Libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abrahán.
[2].Abrahán fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus
hermanos.
[3].De la unión de Judá y de Tamar nacieron Farés y Zera. Farés fue padre de Esrón y
Esrón de Aram. [4].Aram fue padre de Aminadab, éste de Naasón y Naasón de Salmón.
[5].Salmón fue padre de Booz y Rahab su madre. Booz fue padre de Obed y Rut su
madre. Obed fue padre de Jesé.
[6].Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre la que había
sido la esposa de Urías.
[7].Salomón fue padre de Roboam, que fue padre de Abías. Luego vienen los reyes Asá,
[8].Josafat, Joram, Ocías, [9].Joatán, Ajaz, Ezequías, [10].Manasés, Amón y Josías.
[11].Josías fue padre de Jeconías y de sus hermanos, en tiempos de la deportación a
Babilonia.
[12].Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y éste de
Zorobabel.
[13].Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliacim y Eliacim de Azor. [14].Azor fue padre
de Sadoc, Sadoc de Aquim y éste de Eliud. [15].Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de
Matán y éste de Jacob.
[16].Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
[17].De modo que fueron catorce las generaciones desde Abrahán a David; otras catorce
desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta
el nacimiento de Cristo.
JESÚS NACE DE UNA MADRE VIRGEN
(Lc 1,27)
[18].Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José;
pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo.
[19].Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar
discretamente para no difamarla.
[20].Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
*José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa;
si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, [21].tú eres el que pondrás el nombre
al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados+.
[22].Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del
profeta: [23].La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa: Dios-con-nosotros.
[24].Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó
consigo a su esposa. [25].Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que
puso por nombre Jesús.
S.Mateo-20
CAPÍTULO 2
DEL ORIENTE VIENEN UNOS MAGOS
[1].Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que
venían de Oriente llegaron a Jerusalén [2].preguntando: *¿Dónde está el rey de los judíos
recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.+
[3].Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. [4].Reunió de
inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo
precisar dónde tenía que nacer el Mesías. [5].Ellos le contestaron: *En Belén de Judá, pues
así lo escribió el profeta: [6].Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más
pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi
pueblo, Israel.
[7].Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se
les había aparecido la estrella. [8].Después los envió a Belén y les dijo: *Vayan y averigüen
bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo
también iré a rendirle homenaje.+
[9].Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la
estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el
lugar donde estaba el niño. [10].¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la
estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le
adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
[12].Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron
a su país por otro camino.
LA HUIDA A EGIPTO
[13].Después de marchar los Magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José
y le dijo: *Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo
te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo.+
[14].José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre, y partió hacia
Egipto, [15].permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había
anunciado el Señor por boca del profeta: Llamé de Egipto a mi hijo.
[16].Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta que los Magos lo habían
engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños
menores de dos años que había en Belén y sus alrededores.
[17].Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Jeremías: [18].En Ramá se oyeron
gritos, grandes sollozos y lamentos: es Raquel que llora a sus hijos: éstos ya no están, y
no quiere que la consuelen.
JOSÉ Y MARÍA VUELVEN A NAZARET
[19].Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José
en Egipto y le dijo: [20].*Levántate, toma contigo al niño y a su madre y regresa a la tierra
de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño.+
S.Mateo-21
[21].José se levantó, tomó al niño y a su madre, y volvieron a la tierra de Israel. [22].Pero
al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo
de ir allá. Conforme a un aviso que recibió en sueños, se dirigió a la provincia de Galilea
[23].y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret. Así había de cumplirse lo que dijeron los
profetas: Lo llamarán ''Nazoreo''.
CAPÍTULO 3
JUAN BAUTISTA ANUNCIA LA VENIDA DE JESÚS
(Mc 1,1; Lc 3,1; Jn 1,19)
[1].Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de
Judea; [2].éste era su mensaje: *Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos
está cerca.+
[3].Es a Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el
desierto: Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos. [4].Además de la piel
que llevaba colgada de la cintura, Juan no tenía más que un manto hecho de pelo de
camello. Su comida eran langostas y miel silvestre. [5].Venían a verlo de Jerusalén, de toda
la Judea y de la región del Jordán. [6].Y junto con confesar sus pecados, se hacían bautizar
por Juan en el río Jordán.
[7].Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba,
y les dijo: *Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les
viene encima? [8].Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve
decir: "Abrahán es nuestro padre". [9].Yo les aseguro que Dios es capaz de sacar hijos de
Abrahán aún de estas piedras. [10].El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo
árbol que no da buen fruto, será cortado y arrojado al fuego.
[11].Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene
uno con mucho más poder que yo, - yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias - él los
bautizará en el Espíritu Santo y el fuego. [12].Ya tiene la pala en sus manos para separar
el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en
el fuego que no se apaga.+
JESÚS RECIBE EL BAUTISMO DE JUAN
(Mc 1,9; Lc 3,21; Jn 1,29)
[13].Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste
lo bautizara. [14].Juan quiso disuadirlo y le dijo: *¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita
ser bautizado por ti.+
[15].Jesús le respondió: *Deja que hagamos así por ahora. De este modo respetaremos
el debido orden.+ Entonces Juan aceptó.
[16].Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio
al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. [17].Al mismo
tiempo se oyó una voz del cielo que decía: *Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido.+
S.Mateo-22
CAPÍTULO 4
JESÚS ES TENTADO EN EL DESIERTO
(Lc 4,1; Mc 1,12)
[1].El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo, [2].y
después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre.
[3].Entonces se le acercó el tentador y le dijo: *Si eres Hijo de Dios, ordena que estas
piedras se conviertan en pan.+ [4].Pero Jesús le respondió: *Dice la Escritura: El hombre
no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.+
[5].Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla
del Templo. [6].Y le dijo: *Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice:
Dios dará ordenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus pies no tropiecen
en piedra alguna.+ [7].Jesús replicó: *Dice también la Escritura: No tentarás al Señor tu
Dios.+
[8].A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del
mundo con todas sus grandezas y maravillas. [9].Y le dijo: *Te daré todo esto si te
arrodillas y me adoras.+ [10].Jesús le dijo: *Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura:
Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás.+
[11].Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a servirle.
(Mc 1,14; Lc 4,14)
[12].Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. [13].No se
quedó en Nazaret, sino que fue a vivir a Cafarnaún, a orillas del lago, en la frontera entre
Zabulón y Neftalí.
[14].Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: [15].Tierra de Zabulón y tierra de
Neftalí, en el camino hacia el mar, a la otra orilla del Jordán, Galilea, tierra de paganos,
escuchen:
[16].La gente que vivía en la oscuridad ha visto una luz muy grande; una luz ha brillado
para los que viven en lugares de sombras de muerte.
[17].Desde entonces Jesús empezó a proclamar este mensaje: *Renuncien a su mal
camino, porque el Reino de los Cielos está ahora cerca.+
[18].Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a dos hermanos: uno era
Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al mar.
[19].Jesús los llamó: *Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.+ [20].Al instante
dejaron las redes y lo siguieron.
[21].Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano
Juan; estaban con su padre en la barca arreglando las redes. Jesús los llamó, [22].y en
seguida ellos dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
[23].Jesús empezó a recorrer toda la Galilea; enseñaba en las sinagogas de los judíos,
proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba en el pueblo todas las dolencias y
enfermedades.
[24].Su fama se extendió por toda Siria. La gente le traía todos sus enfermos y cuantos
estaban aquejados por algún mal: endemoniados, lunáticos y paralíticos, y él los sanaba
a todos. [25].Empezaron a seguir a Jesús muchedumbres: gente de Galilea, Decápolis,
Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán.
S.Mateo-23
CAPÍTULO 5
LAS BIENAVENTURANZAS (LC 6)
[1].Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se
reunieron a su alrededor. [2].Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo:
[3].*Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
[4].Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
[5].Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
[6].Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
[7].Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.
[8].Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios.
[9].Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.
[10].Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de
los Cielos.
[11].Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda
clase de calumnias. [12].Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la
recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas
que vivieron antes de ustedes.
SAL Y LUZ (MC 4,21; LC 14,34; 8,16; 11,33)
[13].Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada
de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
[14].Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre
un monte? [15].Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien
sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. [16].Hagan, pues, que
brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre
de ustedes que está en los Cielos.
UNA LEY MÁS PERFECTA
[17].No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer,
sino para llevar a la forma perfecta. [18].En verdad les digo: mientras dure el cielo y la
tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
[19].Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a
hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los
cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.
[20].Yo se lo digo: si no hay en ustedes algo mucho más perfecto que lo de los Fariseos,
o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos.
[21].Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: *No matarás; el homicida
tendrá que enfrentarse a un juicio.+ [22].Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano,
S.Mateo-24
es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el
Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del
infierno. [23].Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que
tu hermano tiene algo contra ti, [24].deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a
hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.
[25].Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al
juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias que te encerrarán en
la cárcel? [26].En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último
centavo.
[27].Ustedes han oído que se dijo: *No cometerás adulterio.+ [28].Pero yo les digo: Quien
mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
[29].Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tíralo lejos; porque más
te conviene perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
[30].Y si tu mano derecha te lleva al pecado, córtala y aléjala de ti; porque es mejor que
pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
[31].También se dijo: *El que se divorcie de su mujer, debe darle un certificado de
divorcio.+ [32].Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, a no ser por motivo
de infidelidad, es como mandarla a cometer adulterio: el hombre que se case con la mujer
divorciada, cometerá adulterio.
NO JURAR
[33].Ustedes han oído lo que se dijo a sus antepasados: *No jurarás en falso, y cumplirás
lo que has jurado al Señor.+ [34].Pero yo les digo: ¡No juren! No juren por el cielo, porque
es el trono de Dios; [35].ni por la tierra, que es la tarima de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la ciudad del Gran Rey. [36].Tampoco jures por tu propia cabeza, pues no
puedes hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos. [37].Digan sí cuando es sí, y no
cuando es no; cualquier otra cosa que se le añada, viene del demonio.
AMAR A LOS ENEMIGOS (LC 6,29)
[38].Ustedes han oído que se dijo: *Ojo por ojo y diente por diente.+ [39].Pero yo les digo:
No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele
también la otra. [40].Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto.
[41].Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. [42].Da al que te
pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda.
[43].Ustedes han oído que se dijo: *Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu
enemigo.+ [44].Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores,
[45].para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su
sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
[46].Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los
cobradores de impuestos lo hacen. [47].Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de
especial? También los paganos se comportan así. [48].Por su parte, sean ustedes perfectos
como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.
CAPÍTULO 6
S.Mateo-25
HACER EL BIEN SÓLO POR DIOS
[1].Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las
aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que
está en el cielo. [2].Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas;
no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres
los alaben. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.
[3].Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que
hace la derecha: [4].tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te
premiará.
[5].Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en
las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se lo digo:
ellos han recibido ya su premio. [6].Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta
y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te
premiará.
[7].Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos
creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. [8].No hagan como ellos, pues
antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.
EL PADRENUESTRO (LC 11,1; MC 11,25)
[9].Ustedes, pues, recen así:
Padre nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
[10].venga tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el Cielo.
[11].Danos hoy el pan que nos corresponde;
[12].y perdona nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores;
[13].y no nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del Maligno.
[14].Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les
perdonará a ustedes. [15].Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les
perdonará a ustedes.
[16].Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los que dan espectáculo
y aparentan palidez, para que todos noten sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya
su premio. [17].Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. [18].No son
los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las cosas secretas, y tu Padre
que ve en lo secreto, te premiará.
(Lc 11,34; 12,33)
[19].No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen
S.Mateo-26
estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban. [20].Junten tesoros y reservas en
el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones para
romper el muro y robar.
[21].Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
[22].Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz;
pero si tus ojos están malos, todo tu cuerpo estará en obscuridad. [23].Y si la luz que hay
en ti ha llegado a ser obscuridad, ¡cómo será de tenebrosa tu parte más obscura!
PONER LA CONFIANZA EN DIOS Y NO EN EL DINERO(LC 12,22; 16,13)
[24].Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o
bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a
Dios y al Dinero.
[25].Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos,
ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y
más valioso el cuerpo que la ropa? [26].Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni
cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre
de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?
[27].¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? [28].Y
¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no
trabajan ni tejen. [29].Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir
como una de ellas. [30].Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se
echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen!
[31].No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o
¿tendremos ropas para vestirnos? [32].Los que no conocen a Dios se afanan por esas
cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. [33].Por
lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas
cosas. [34].No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí
mismo. A cada día le bastan sus problemas.
CAPÍTULO 7
HIJOS DEL REINO (LC 6,37; 11,9; 6,31; 13,23)
[1].No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. [2].Porque de la misma manera
que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma medida que ustedes usen para los
demás, será usada para ustedes. [3].¿Qué pasa? Ves la pelusa en el ojo de tu hermano,
¿y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo? [4].¿Y dices a tu hermano: Déjame
sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tú un tronco en el tuyo? [5].Hipócrita, saca primero el
tronco que tienes en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano.
[6].No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían
pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos.
[7].Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. [8].Porque el
que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. [9].¿Acaso
alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? [10].¿O le daría una
culebra cuando le pide un pescado? [11].Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas
S.Mateo-27
buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo,
dará cosas buenas a los que se las pidan!
[12].Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley
y los Profetas.
[13].Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que
conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. [14].Pero ¡qué angosta es la puerta
y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo
encuentran.
EL ÁRBOL SE CONOCE POR LOS FRUTOS (LC 6,43)
[15].Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero
por dentro son lobos feroces. [16].Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían
ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos?
[17].Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo
produce frutos malos. [18].Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un
árbol malo puede producir frutos buenos. [19].Todo árbol que no da buenos frutos se corta
y se echa al fuego. [20].Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras.
LA CASA EDIFICADA SOBRE LA ROCA (LC 6,47; 13,26; MC 1,22)
[21].No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más
bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. [22].Aquel día muchos me dirán:
¡Señor, Señor! Hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios
y realizado muchos milagros. [23].Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí.
¡Aléjense de mí, ustedes que hacen el mal!
[24].Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen
al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. [25].Cayó la lluvia, se
desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa
no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca. [26].Pero dirán del que oye estas
palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa
sobre arena. [27].Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron
contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.+
[28].Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba,
[29].porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley.
CAPÍTULO 8
CURACIÓN DE UN LEPROSO (MC 1,40; LC 5,12)
[1].Jesús, pues, bajó del monte, y empezaron a seguirlo muchedumbres.
[2].Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: *Señor, si tú quieres, puedes
limpiarme.+ [3].Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: *Quiero; queda limpio.+ Al
momento quedó limpio de la lepra. [4].Jesús le dijo: *Mira, no se lo digas a nadie; pero ve
a mostrarte al sacerdote y ofrece la ofrenda ordenada por la Ley de Moisés, pues tú tienes
S.Mateo-28
que hacerles una declaración.+
LA FE DEL CENTURIÓN (LC 7,1; JN 4,46)
[5].Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole:
[6].*Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente.+
[7].Jesús le dijo: *Yo iré a sanarlo.+ [8].El capitán contestó: *Señor, ¿quién soy yo para que
entres en mi casa? Di no más una palabra y mi sirviente sanará. [9].Pues yo, que no soy
más que un capitán, tengo soldados a mis órdenes, y cuando le digo a uno: Vete, él se va;
y si le digo a otro: Ven, él viene; y si ordeno a mi sirviente: Haz tal cosa, él la hace.+
[10].Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: *Les aseguro que
no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe. [11].Yo se lo digo: vendrán muchos del
oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino
de los Cielos, [12].mientras que los que debían entrar al reino serán echados a las tinieblas
de afuera: allí será el llorar y rechinar de dientes.+
[13].Luego Jesús dijo al capitán: *Vete a casa, hágase todo como has creído.+ Y en ese
mismo momento el muchacho quedó sanó.
[14].Jesús fue a casa de Pedro; allí encontró a la suegra de éste en cama, con fiebre.
[15].Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle.
[16].Al atardecer le llevaron muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malos con
una sola palabra, y sanó también a todos los enfermos. [17].Así se cumplió lo que había
anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras
enfermedades.
(Lc 9,57)
[18].Jesús, al verse rodeado por la multitud, dio orden de cruzar a la otra orilla.
[19].Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: *Maestro, te seguiré adondequiera
que vayas.+ [20].Jesús le contestó: *Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero
el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.+ [21].Otro de sus discípulos
le dijo: *Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre.+ [22].Jesús le
contestó: *Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.+
JESÚS CALMA LA TEMPESTAD (MC 4,35 LC 8,22)
[23].Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. [24].Se levantó una tormenta muy
violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero él dormía. [25].Los discípulos se
acercaron y lo despertaron diciendo: *¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!+ [26].Pero
él les dijo: *¡Qué miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen!+ Entonces se levantó, dio
una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma.
[27].Grande fue el asombro; aquellos hombres decían: *¿Quién es éste, que hasta los
vientos y el mar le obedecen?+
LOS ENDEMONIADOS DE GADARA (MC 5,1; LC 8,26)
[28].Al llegar a la otra orilla, a la tierra de Gadara, dos endemoniados salieron de entre los
S.Mateo-29
sepulcros y vinieron a su encuentro. Eran hombres tan salvajes que nadie se atrevía a
pasar por aquel camino. [29].Y se pusieron a gritar: *¡No te metas con nosotros, Hijo de
Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?+
[30].A cierta distancia de allí había una gran piara de cerdos comiendo. [31].Los demonios
suplicaron a Jesús: *Si nos expulsas, envíanos a esa piara de cerdos.+ Jesús les dijo:
*Vayan+. [32].Salieron y entraron en los cerdos. Al momento toda la piara se lanzó hacia
el lago por la pendiente, y allí se ahogaron.
[33].Los cuidadores huyeron, fueron a la ciudad y contaron todo lo sucedido, y lo que había
pasado con los endemoniados. [34].Entonces todos los habitantes salieron al encuentro de
Jesús y, no bien lo vieron, le rogaron que se alejase de sus tierras.
CAPÍTULO 9
JESÚS SANA AL PARALÍTICO Y PERDONA SUS PECADOS (MC 2,1; LC 5,17)
[1].Jesús volvió a la barca, cruzó de nuevo el lago y vino a su ciudad. [2].Allí le llevaron
a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico:
*¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!+
[3].Algunos maestros de la Ley pensaron: *¡Qué manera de burlarse de Dios!+ [4].Pero
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: *¿Por qué piensan mal? [5].¿Qué es más
fácil decir: "Quedan perdonados tus pecados", o: "Levántate y anda"? [6].Sepan, pues, que
el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.+ Entonces dijo al
paralítico: *Levántate, toma tu camilla y vete a casa.+ [7].Y el paralítico se levantó y se fue
a su casa.
[8].La gente, al ver esto, quedó muy impresionada, y alabó a Dios por haber dado tal poder
a los hombres.
JESÚS LLAMA AL APÓSTOL MATEO (MC 2,13; LC 5,27)
[9].Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de
impuestos, y le dijo: *Sígueme.+ Mateo se levantó y lo siguió. [10].Como Jesús estaba
comiendo en casa de Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gente
pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos. [11].Los fariseos, al ver
esto, decían a los discípulos: *¿Cómo es que su Maestro come con cobradores de
impuestos y pecadores?+
[12].Jesús los oyó y dijo: *No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos.
[13].Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más
que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.+
[14].Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: *Nosotros y los
fariseos ayunamos en muchas ocasiones, ¿por qué tus discípulos no ayunan?+
[15].Jesús les contestó: *¿Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo,
mientras el novio está con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado;
entonces ayunarán.
[16].Nadie remienda un vestido viejo con un pedazo de tela nueva, porque el pedazo nuevo
tiraría del vestido y la rotura se haría mayor. [17].Y nadie echa vino nuevo en recipientes
de cuero viejos, porque si lo hacen, se reventarán los cueros, el vino se desparramará y
S.Mateo-30
los recipientes se estropearán. El vino nuevo se echa en cueros nuevos, y así se conservan
bien el vino y los recipientes.+
JESÚS RESUCITA A UNA NIÑA Y CURA A UNA MUJER ENFERMA
(MC 5,21; LC 8,40)
[18].Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo:
*Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.+ [19].Jesús se levantó
y lo siguió junto con sus discípulos.
[20].Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias,
se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. [21].Pues ella pensaba: *Con sólo tocar
su manto, me salvaré.+ [22].Jesús se dio vuelta y, al verla, le dijo: *Animo, hija; tu fe te ha
salvado.+ Y desde aquel momento, la mujer quedó sana.
[23].Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente.
[24].Entonces les dijo: *Váyanse, la niña no ha muerto sino que está dormida.+ Ellos se
burlaban de él. [25].Después que echaron a toda la gente, Jesús entró, tomó a la niña por
la mano, y la niña se levantó. [26].El hecho se divulgó por toda aquella región.
OTRAS CURACIONES
[27].Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: *¡Hijo de David, ten
compasión de nosotros!+ [28].Cuando Jesús estuvo en casa, los ciegos se le acercaron,
y Jesús les preguntó: *¿Creen que puedo hacer esto?+ Contestaron: *Sí, Señor.+
[29].Entonces Jesús les tocó los ojos, diciendo: *Hágase así, tal como han creído+. Y sus
ojos vieron. [30].Después les ordenó severamente: *Cuiden de que nadie lo sepa.+
[31].Pero ellos, en cuanto se fueron, lo publicaron por toda la región.
[32].Apenas se fueron los ciegos, le trajeron a uno que tenía un demonio y no podía
hablar. [33].Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. La gente quedó maravillada
y todos decían: *Jamás se ha visto cosa igual en Israel.+ [34].En cambio, los fariseos
comentaban: *Este echa a los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios.+
[35].Jesús recorría todas las ciudades y pueblos; enseñaba en sus sinagogas, proclamaba
la Buena Nueva del Reino y curaba todas las dolencias y enfermedades. [36].Al contemplar
aquel gran gentío, Jesús sintió compasión, porque estaban decaídos y desanimados, como
ovejas sin pastor. [37].Y dijo a sus discípulos: *La cosecha es abundante, pero los
trabajadores son pocos. [38].Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe trabajadores
a recoger su cosecha.+
CAPÍTULO 10
LOS DOCE APÓSTOLES (MC 3,13; LC 6,12)
[1].Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio poder sobre los malos espíritus para
expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.
[2].Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su
S.Mateo-31
hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; [3].Felipe y Bartolomé;
Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo; [4].Simón,
el cananeo y Judas Iscariote, el que lo traicionaría.
JESÚS ENVÍA A LOS PRIMEROS MISIONEROS (LC 9,1; 10,1; MC 6,8)
[5].A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones siguientes: *No vayan
a tierras de paganos, ni entren en pueblos de samaritanos. [6].Diríjanse más bien a las
ovejas perdidas del pueblo de Israel.
[7].A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca! [8].Sanen
enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron
sin pagar, denlo sin cobrar. [9].No lleven oro, plata o monedas en el cinturón. [10].Nada de
provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el
que trabaja se merece el alimento.
[11].En todo pueblo o aldea en que entren, busquen alguna persona que valga, y quédense
en su casa hasta que se vayan.
[12].Al entrar en la casa, deséenle la paz. [13].Si esta familia la merece, recibirá vuestra
paz; y si no la merece, la bendición volverá a ustedes. [14].Y si en algún lugar no los
reciben ni escuchan sus palabras, salgan de esa familia o de esa ciudad, sacudiendo el
polvo de los pies. [15].Yo les aseguro que esa ciudad, en el día del juicio, será tratada con
mayor rigor que Sodoma y Gomorra.
[16].Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la
serpiente, pero sencillos como la paloma.
LOS TESTIGOS DE JESÚS SERÁN PERSEGUIDOS
(LC 12,11; MC 13,19; 4,22; 8,38)
[17].¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán
en sus sinagogas. [18].Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa
mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos.
[19].Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de
hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. [20].Pues no
serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes.
[21].Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los
hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán. [22].Ustedes serán odiados por todos
por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará.
[23].Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán
de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre.
[24].El discípulo no está por encima de su maestro, ni el sirviente por encima de su patrón.
[25].Ya es mucho si el discípulo llega a ser como su maestro y el sirviente como su patrón.
Si al dueño de casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la familia!
[26].Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada
secreto que no llegue a saberse. [27].Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes
a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas.
[28].No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien
al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. [29].¿Acaso un par de pajaritos no se
venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro
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Introducción al Nuevo Testamento: Los Evangelios y Hechos

  • 1. NUEVO TESTAMENTO EVANGELIO DE SAN MATEO EVANGELIO DE SAN MARCOS EVANGELIO DE SAN LUCAS EVANGELIO DE SAN JUAN HECHOS DE LOS APÓSTOLES APOCALÍPSIS IR A NUEVO TESTAMENTOPara entrar: Pulsar sobre cada libro VER INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO
  • 2. EL NUEVO TESTAMENTO DE LA BIBLIA LATINOAMERICANA INFORMATIZADO PARA WORDPERFECT 5.2 Y 6.0 (WINDOWS) POR FRANCISCO GONZÁLEZ BUENO Año 1997
  • 3. Introducción-1 INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO EVANGELIO SEGUN SAN MATEO ¿Quién era Mateo, llamado también Leví? Leemos en el Evangelio que era cobrador de impuestos y que Jesús hizo de él uno de sus apóstoles (Mt 9,9 y Mc 2,13). Pero hay certeza de que el Evangelio que se presenta bajo su nombre fue redactado en su forma actual hacia los años 80, es decir, después de su muerte. Tal vez su autor haya sido uno de sus discípulos, tal vez se haya servido de un primer borrador escrito por Mateo: véase la Introducción al Nuevo Testamento. Con toda probabilidad este Evangelio fue escrito en una comunidad cristiana en la que había cristianos de origen judío y griego, tal vez Antioquía (véase He 12, 19 y 13). Está profundamente marcado por una situación conflictiva que enfrentaba entonces a judíos y cristianos. La comunidad judía, terriblemente impactada por la guerra con los Romanos en la que fue destruida su nación, se estaba reorganizando bajo la dirección de los fariseos, quienes terminaron por decidir la exclusión de todos los judíos que creían en Jesús y que eran miembros de la comunidad cristiana. Este Evangelio trata de mostrar que los cristianos no deben preocuparse si por ahora los rechaza su pueblo. Por el hecho de que la comunidad judía no reconoció a su Mesías, perdió sus derechos a las promesas de Dios y Dios se hizo un nuevo pueblo, que es la Iglesia. Mateo cita numerosos textos del Antiguo Testamento para probar que los cristianos son los verdaderos herederos del pueblo de la Alianza. En esta perspectiva, toda la historia de Jesús es presentada como un conflicto que termina en una separación. La media vuelta corresponderá al fin del capítulo 13; en adelante Jesús no predicará más a las muchedumbres sino sólo a sus discípulos. Mateo ha destacado la figura de Jesús como predicador y Maestro de la Escritura. Se interesa en forma especial por las palabras de Jesús, que son más numerosas en su Evangelio que en los demás, y en cambio, cuenta sus gestos y sus milagros del modo más esquemático posible. No hay pues que extrañarse de que Mateo haya construido su Evangelio en torno a cinco "discursos", en los que reunió palabras que Jesús pronunció en diferentes ocasiones. Estos discursos son: El Sermón de la montaña: 5, 6 y 7. Las instrucciones a los misioneros: 10 Las Parábolas del Reino: 13 Las advertencias a la comunidad cristiana: 18 Cómo vivir a la espera del fin de los tiempos: 23, 24 y 25. A manera de introducción, Mateo puso los dos primeros capítulos sobre la infancia de Jesús. Son relatos de un carácter especial, en los que se preocupa muy poco de la historicidad de los hechos, pues la intención es presentar a través de imágenes una enseñanza teológica. EVANGELIO SEGUN SAN MARCOS Desde finales del siglo primero o comienzos del segundo después de Cristo, los textos
  • 4. Introducción-2 afirman que el segundo Evangelio fue obra de Marcos, quien acompañó a Pedro a Roma, donde se encontró además con Pablo, y donde puso por escrito fielmente la enseñanza de Pedro. Al igual que los evangelios de Mateo y Lucas, el de Marcos nació de las tradiciones orales que se referían a Jesús de Nazaret, que poco a poco se fueron consignando por escrito. Estos textos parciales circulaban de comunidad en comunidad, y eran completados por el testimonio oral de los que habían acompañado a Jesús durante su vida terrena. Marcos redactó su Evangelio para un tipo de comunidad bien determinado: se dirige a los cristianos de origen pagano y quiere proclamar el misterio de Jesús, Hijo de Dios. Con este fin relata las palabras y los hechos por los que se reveló a los hombres. A diferencia de Mateo y de Lucas, que consideraron conveniente poner una especie de prefacio a su Evangelio con los dos capítulos dedicados a la infancia de Jesús, y a diferencia también de Juan, que puso en el encabezamiento de su Evangelio un prólogo admirable, Marcos se atiene únicamente a la forma de catequesis primitiva. Los Hechos de los Apóstoles nos dicen, en efecto, cuáles eran el comienzo y final de esa predicación de la Iglesia de Jerusalén, cuando hablan de Pedro que busca un reemplazante para Judas: *Busquemos entre los hombres que fueron discípulos y convivieron con nosotros desde el bautismo de Juan hasta el día en que Jesús nos fue llevado; y que uno de ellos venga a ser, junto con nosotros, testigo de su Resurrección+ (He 1,21-22). EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS Lucas, médico sirio, se convirtió a la fe cristiana cuando los primeros misioneros salieron de las comunidades de Jerusalén y de Cesarea para llevar el Evangelio más allá de las fronteras del país judío. Luego dejó su patria para acompañar al apóstol Pablo (Hechos 16,10). Llegó a Roma, capital del mundo entonces conocido, donde permaneció durante dos años, por lo menos, y se encontró con Pedro y Marcos, que predicaban entre los cristianos de Roma. Cuando escribió su Evangelio, hacia el año 70, tenía ante su vista varios escritos que contenían hechos y milagros de Jesús, los mismos que usaron Marcos y Mateo; pero también había recogido durante sus viajes otros relatos que provenían de los primeros discípulos de Jesús, y que guardaban las iglesias más antiguas de Jerusalén y de Cesarea. De ahí provienen los dos primeros capítulos de su Evangelio, en que nos habla de la infancia de Jesús, a partir de datos que le debió proporcionar su madre, María. Lucas era de cultura griega y escribía para griegos. No reprodujo, como Marcos y Mateo, detalles que se referían a leyes y costumbres judías, pues no habrían sido entendibles para sus lectores. Lucas veía en el Evangelio la fuerza que reconcilia a los hombres con Dios y a los hombres entre sí. Por eso se preocupó de transmitirnos las parábolas de la misericordia y las palabras que condenan el dinero, factor de división entre los hombres. Asimismo notó el trato tan sencillo de Jesús con las mujeres, en un mundo que las mantenía totalmente marginadas. El evangelio de Lucas consta de tres partes: - El ministerio de Jesús en Galilea: 3,1-9,56 - El viaje a Jerusalén: 9,57-18,17 - La llegada a Jerusalén y la Pasión: 18,18-23
  • 5. Introducción-3 El último capítulo sobre las apariciones de Jesús resucitado era como una invitación a leer el libro de los Hechos, que es la continuación del Evangelio de Lucas. ¿FUE REALMENTE SAN JUAN EL AUTOR DEL EVANGELIO QUE LLEVA SU NOMBRE? Esta es una pregunta muy difícil de responder. No faltan razones para dudar que Juan haya sido el autor, pero se puede también reunir otro tanto de argumentos para defender que tradicionalmente se lo haya atribuido a él. Como lo vimos en la Introducción a los Evangelios, una razón inconfesable empuja a algunos a buscar otros autores fuera de los apóstoles. El mensaje de Juan es tan claro que nos quema. Decir que el hombre de Nazaret que lo marcó para siempre, que lo amó sin duda de un modo más particular que a los demás apóstoles, era la Palabra eterna de Dios, Dios nacido de Dios, es algo que nos deja aturdidos. Es por eso que más bien se preferiría que eso hubiese sido dicho por otro, no un testigo directo, sino algún teólogo que habría idealizado a Jesús más facilmente, porque de lejos no habría tenido toda la evidencia de su presencia humana, de su manera de mirar y de comer, y el olor de su transpiración... Pero debemos reconocer que las razones para dudar son poderosas, y la principal es ésta: decenas de años separan a los primeros testimonios tan vívidos sobre los hechos y gestos de Jesús, de los discursos construidos posteriormente a partir de aquéllos y que a veces dan la impresión de que olvidan la tradición original. ¿Pudo haber hecho todo ese camino uno de los primeros testigos de Jesús? Quien dio la forma definitiva a los discursos, entre los años 70-80, sin duda cerca de Efeso, lugar a donde según una antigua tradición se habría retirado y habría muerte Juan, es un teólogo. Su interés por todo lo que se refiere al Templo inducirá a pensar que se trata de un sacerdote. ¿Puede, pues, avenirse esto con la persona del pescador de Tiberíades, el hijo de Zebedeo? ¿Es posible que una tal visión de Jesús, Hijo de Dios y Salvador del universo, haya surgido en él y que la haya expresado después en su evangelio? Este es el tipo de preguntas en las que cada uno decidirá a partir de su propia experiencia. Uno puede haberse encontrado con creyentes que, sin haber estudiado la teología universitaria, son teólogos en un sentido muy verdadero y profundo. Les ha bastado unos encuentros privilegiados para que se despertase su carisma. Luego han entrado a formar parte de ese muy reducido número de apóstoles que constantemente revisan en la oración y en la reflexión común los hechos y los descubrimientos de su tarea de Iglesia, tratando de comprender los caminos de Dios. ¿Necesitarán tal vez de libros o personas que les ayuden a madurar su pensamiento? Dios, que les infunde la sabiduría, hará que les lleguen las ayudas exteriores. ¿No pudo haber sido este el caso de Juan, tan ligado a Jesús, y después su apóstol durante sesenta años? El no pasó como Pablo por las escuelas rabínicas, y por eso no utiliza como éste argumentos sofisticados, pero que es teólogo, claro que lo es, y conocedor de Dios. HECHOS DE LOS APOSTOLES Durante los tres años de la vida pública, Jesús puso las bases de su Iglesia: reunió a sus primeros discípulos y los asoció a su misión. (Mc 3,13-16). Hizo de Pedro el responsable de la *comunión+ (16,18) y el guardián de la Fe (Lc 22,31) en este nuevo pueblo de Dios.
  • 6. Introducción-4 Hizo de los Doce y de los discípulos un pueblo de testigos (Jn 15,16) y les prometió el don del Espíritu que debía hacerles descubrir la plenitud de la luz que había venido a traer a la tierra (Jn 16,13). Hoy el Señor está resucitado; un pueblo nuevo, un mundo nuevo ha nacido del costado abierto de Jesús, como el niño nacido en la sangre y el agua que se escurren del vientre de su madre (Jn 19,34). Iluminado por la palabra de Jesús, animado por su Espíritu, ese pueblo se pone en camino para anunciar a todas las naciones las maravillas de Dios y para reunir en la unidad a esos hijos dispersos (Jn 11,52). En esta hazaña apostólica se van a destacar dos grandes figuras: Pedro y Pablo. Uno se dedicará más a la evangelización de los Judíos, el otro será puesto aparte para anunciar la buena nueva de la salvación a los paganos (Gal 2,7- 8). El autor del tercer evangelio, Lucas, va a dar testimonio de ese nacimiento de la Iglesia en un libro llamado Los Hechos de los Apóstoles o probablemente en su origen Hechos de apóstoles. Si hubo para esta obra, como para los evangelios, relatos más antiguos que Lucas utilizó para redactar su texto, la armonización de esos diversos documentos fue hecha de manera tan notable que hoy es muy difícil distinguirlos. Algunos especialistas piensan que al comienzo los Hechos de los Apóstoles formaban con el tercer evangelio un único y mismo libro, que habría sido dividido después. Sin embargo, es seguro que desde principios del segundo siglo, los Hechos de los Apóstoles aparecen como un texto independiente. Con todo, este testimonio sobre el nacimiento de la Iglesia nos ha llegado bajo dos formas diferentes: el texto *corriente+ representado por la mayoría de los manuscritos antiguos de origen sirio y egipcio, y el texto llamado *occidental+ más largo y más marcado por las querellas que oponían a los judíos y a los primeros cristianos. El libro de los Hechos no se desarrolla, parece, según un plan riguroso. Se pueden, sin embargo, distinguir algunas grandes divisiones de la obra, que hacen resaltar el proyecto de Lucas. Sin referirse exclusivamente a Pedro y a Pablo, Lucas les ha asignado la mejor parte. A pesar de numerosas excepciones, la figura de Pedro domina los doce primeros capítulos y la de Pablo, la segunda parte de la obra. En el plano geográfico se puede advertir que los Hechos de los Apóstoles nos conducen desde Jerusalén, pasando por Judea y Samaría, hasta Roma, siguiendo en esto la misión que Jesús les fijó a sus apóstoles el día de su ascensión (Hech 1,8). En los siete primeros capítulos estamos en Jerusalén, luego en los capítulos ocho y siguiente vemos- siempre dando lugar a las excepciones - a la Iglesia que se desarrolla en Judea, en Samaría y en la llanura costera; y a partir del capítulo 13, nos trasladamos con Pablo a Asia Menor y a Grecia para encontrarnos, en el capítulo 28, en Roma, en el palacio del emperador, es decir, en el corazón mismo del mundo pagano. Allí se detiene bruscamente el libro de los Hechos como si Lucas, cual si fuera un corredor encargado de acompañar la irradiación de la buena nueva de Salvación desde Jerusalén a los confines de la tierra, hubiese alcanzado su objetivo y cumplido así su contrato. Basta esto para recordarnos, si es necesario, que ni los Hechos , como tampoco los Evangelios, se presentan como una biografía de Pedro o de Pablo o como una historia detallada de la Iglesia primitiva,sino como un testimonio de la obra del Espíritu Santo. En efecto, el Espíritu Santo es el verdadero *Hechor+ del nacimiento de la Iglesia, por lo cual, muchos comentaristas, desde los primeros siglos cristianos, no han vacilado en llamar a este libro como *El Evangelio del Espíritu Santo+. Se podría retomar aquí, modificándola, la palabra de Juan: *El Espíritu llevó a cabo muchos otros signos que no han sido mencionados en este libro, pero, estos han sido puestos por escrito para que ustedes crean que el Espíritu está actuando en la Iglesia de Jesucristo+. Otros rasgos importantes aparecen además en este libro de los Hechos. Para empezar,
  • 7. Introducción-5 la Iglesia está enraizada en la experiencia y en la tradición de la fe de Israel. Aquí se manifiesta la misma convicción que ya encontramos en los Evangelios: *Jesús cumplió las Escrituras+, es decir, que El llevó a su plenitud y transfiguró en su propia persona, todas las realidades del Antiguo Testamento: la realeza de David, la predicación de los profetas, el Templo, el maná, el cordero, etc. etc. En Los Hechos de los Apóstoles, Lucas se dedica, a través de las diversas predicaciones de Pedro, y de Pablo en particular, a señalar cómo el misterio de Cristo y de la Iglesia fueron anunciados y preparados en el Antiguo Testamento, pero también e inseparablemente, cómo este doble misterio da todo su sentido a la historia de Israel. En esta perspectiva, Lucas destaca expresamente los paralelos entre Jesús y su Iglesia, pero también entre el pueblo del Antiguo Testamento y la Iglesia; a manera de ejemplo citemos los paralelos entre la muerte de Esteban y la de Jesús, la subida de Pablo a Jerusalén y la de Jesús, o también la oposición entre la torre de Babel y Pentecostés. Siempre en el mismo sentido, Jerusalén aparece a cada momento bajo la pluma de Lucas (58 veces). Así como lo hace en su Evangelio, en donde la ciudad santa, a diferencia de los otros evangelistas, es nombrada 30 veces, Lucas nos muestra a Jerusalén como el lugar donde se cumplió la salvación y de donde debe partir el anuncio de la buena nueva a todas las naciones. CARTAS DE SAN PABLO Las primitivas comunidades cristianas sintieron desde el primer momento la necesidad de conservar todas las cartas que recibían de los apóstoles, pues veían en ellos a testigos de la fe elegidos por Dios. Sin embargo era más difícil que en nuestros días reunir estos documentos y preservar de la humedad un material tan frágil como los papiros. No tardó en aparecer una primera colección de las siete primeras cartas, ordenadas según su extensión: las cuatro "grandes" cartas a los Romanos, Corintios y Gálatas, y las "cartas de la cautividad". Las otras se fueron añadiendo a ellas, ante todo las cartas a los Tesalonicenses, que son de hecho las más antiguas; y después las que se ampararon bajo el patronazgo de Pablo: las cartas a Timoteo y a Tito, escritas veinte o treinta años más tarde, y la carta a los Hebreos, escrita probablemente en la época de Pablo, cuyo autor es desconocido. Una frase de la "segunda carta de Pedro", escrita no por él mismo, sino unos cincuenta años después de su muerte, nos muestra que desde esta época las cartas de Pablo fueron contadas entre las Escrituras inspiradas l(2 Pe 3,15-16). Pablo se consideraba a sí mismo el "Apóstol de los gentiles", viendo en ello su vocación personal junto a Pedro, a quien Dios había confiado la tarea de evangelizar el mundo judío, no solamente en Palestina, sino también en todo el Imperio Romano, donde ellos se habían establecido. Pablo había sido tan fundamental en el proyecto divino de la misión y de la extensión de la Iglesia, que no terminó en modo algunos con su muerte. El espíritu de Pablo, una de las grandes manifestaciones del espíritu de Jesús, sigue actuando entre nosotros a través de sus cartas. CARTA A LOS ROMANOS EL EVANGELIO ANUNCIADO A LOS GRIEGOS Jesús se había presentado como el Salvador, y ante todo quería salvar al pueblo judío. Les
  • 8. Introducción-6 habló del Reino, y ellos comprendían que Dios iba a reinar entre ellos en la medida que reinara en sus vidas. Él no ignoraba sus aspiraciones colectivas, pero las orientaba hacia una misión más universal: para ellos era realmente una "Buena Nueva". Pero después del fracaso de su misión en Israel, con la apertura de la misión a tierras romanas, convenía que el Evangelio fuera asimismo una buena nueva para los griegos del imperio romano que escuchaban la palabra de los apóstoles. Protegidos por sólidas estructuras sociales que nadie discutía, ellos permanecían ajenos al deseo de liberación de los judíos. El imperio romano, al absorberlos, había reducido prácticamente a nada el orgullo y las ambiciones de naciones pequeñas y grandes, dejando un vacío donde las preocupaciones religiosas iban a crecer. Estos hombres se interesaban por todo lo que afectaba a la persona y buscaban entre una balumba de doctrinas y de religiones un medio para escapar al destino. Había que hablarles por consiguiente de Cristo como de aquel que resuelve nuestras contradicciones y nos da la vida. En esta carta a los cristianos de Roma, capital del Imperio, Pablo quiere responder a las preocupaciones de los griegos sin descuidar empero a los judíos, porque ellos eran muy numerosos en la comunidad de Roma, como en todas las del imperio romano, y para ellos que habían creído a Cristo, lo difícil era resituarse ante Dios después de que la gran masa de su pueblo rechazara la fe cristiana. Hasta entonces ellos habían compartido las esperanzas de su pueblo, pensando que todo Israel reconocería la venida del Dios Salvador, y ahora no eran más que una minoría aparentemente al margen de la dilatada historia bíblica. LA CARTA A LOS ROMANOS La carta a los Romanos es en gran parte una extensa exposición sobre la vocación cristiana. Nos parecerá sin duda difícil, y en efecto lo es. Econtraremos en ella discusiones y una utilización de los textos bíblicos que nos desconcertará con frecuencia, porque Pablo argumenta como aprendiera a hacerlo en las escuelas de los rabinos de Jerusalén. Pero conviene recordar que Pablo no parte de un sistema doctrinal, de una teología: parte constantemente de su propia experiencia. El encuentro con Jesús resucitado, la conversión dramática que le pone al servicio del Evangelio, y posteriormente la amplia experiencia de su vida de apóstol y de los dones del Espíritu que actúa en él, la comunión constante con Jesús, el Señor, son las bases de su visión de la fe. Pablo va a hablar, pues, de salvación de Dios, olvidando casi el contexto explosivo de Palestina, donde el nacionalismo judío ha de vérselas con los romanos y donde todas las esperanzas religiosas están politizadas. La salvación de Dios es la salvación de la raza humana como un todo, pero se juega en el corazón de las personas. Todo dependerá de nuestra respuesta a la llamada de Dios. ¿Sabremos confiar en ella? Pablo, marcado por su propia historia, presenta la llegada a la fe como una conversión más o menos dramática. El hombre es esclavo del pecado (convendrá ver qué es lo que Pablo entiende con esto); nosotros quisiéramos liberarnos de él, pero nos falta la clave para comprendernos a nosotros mismo: hemos sido creados para compartir la vida de Dios, y mientras no lo consigamos, experimentaremos una rebelión consciente o inconsciente contra Dios. ¿Habrá que volverse hacia la religión? Con ello ganaríamos muy poco, dice Pablo con una insistencia que sorprenderá a muchos; pues mientras creamos superarnos por las prácticas religiosas, volveremos la espalda a la única fuerza que puede liberarnos: el amor misericordioso de Dios. Pero dios nos tiende la mano y nos enseña a amar. Jesús viene a nuestro encuentro y nosotros lo crucificamos, y es entonces cuando Dios nos
  • 9. Introducción-7 muestra cómo nos ama y perdona. Él no espera otra respuesta que nuestro acto de fe, una fe que nos libera de un solo golpe. Esta salvación es la que anunciaba toda la Biblia, pero desconcierta a todos lo que, en la religión judía, se habían quedado con las prácticas. Estas pertenecen a una época de la historia humana a la que ha puesto fin la muerte de Jesús. Nuestro bautismo nos hace entrar en un mundo misterioso, que no es otro que el Cristo resucitado: ahora ya estamos "en Cristo" y vivimos de su Espíritu. El don del Espíritu abre una nueva era donde aquellos que se han hecho hijos e hijas de Dios tendrán que inventarlo todo según las leyes del amor. Pablo insiste sobre el problema del pueblo judío: ¿qué pensar de toda la historia de Israel, al que Dios promete un salvador, y que al fin no lo reconoce? Pablo dirá que no hay que confundir dos cuestiones: el llamamiento del pueblo al que Dios confía un papel particular en la historia, y el llamamiento de las personas que pertenecen a este pueblo. Para cada uno la fe en Cristo será el resultado de un llamamiento gratuito de Dios. Pablo envía esta carta el año 57 ó 58, probablemente desde Corinto. Hasta entonces se había dirigido a comunidades que conocía y cuyas dificultades no ignoraba. Esta vez no; al final de su exposición hablará de manera muy general de la vida cristiana, y sobre todo de la manera de aceptarse unos a otros entre personas de orígenes muy diversos. En Roma, como en cualquier otra parte, no fue tan sencillo reunir en una misma comunidad a judíos y paganos convertidos. Pablo les recomienda lo que ni nosotros mismos logramos practicar: que acepten sus diferencias. LA CARTA A LOS ROMANOS EN LA IGLESIA Es casi imposible hablar de la carta a los Romanos sin decir al menos unas palabras sobre la importancia que ha tenido y sigue teniendo en las iglesias protestantes. Se sabe que Lutero maduró la Reforma empezando por esta epístola. No se equivocaba viendo en ella la condenación de una Iglesia instalada en el mundo, en la cual la fe se había degradado a menuda en prácticas ajenas a la fe que salva. La cristiandad de la Edad Media era un pueblo parecido al de Israel. Se era cristiano de nacimiento y tal se permanecía; se era creyente, pero, como en cualquier otra cultura, pensaban salvarse mediante los ritos religiosos y las prácticas de las buenas obras que nos merecen el cielo. Era, pues, importante recordar que la fe es el alma de toda conversión, y que eta conversión es la respuesta a una llamada gratuita de Dios. En esta carta no se trata de otra cosa que de Cristo Salvador, y esto era suficiente para devaluar todo el sistema religioso imperante, aplastado por sus tradiciones y devociones. Se habla de la fe, cuando apenas se oía predicar otra coas que la moral, o más bien las categorías de la moral. Se habla de la Palabra de Dios dirigida a todos los hombres, cuando se contentaban con confiar en los hombres de la Iglesia. Era, pues, una crítica radical de la Iglesia que había acabado mirándose a sí misma en lugar de volverse a Dios, y cuyo sistema político, doctrinal o represivo ocultaba el horizonte. Sin embargo hemos dicho que eta carta se basa en la experiencia de Pablo como judío y como fariseo y después como apóstol llamado directamente por Cristo. A partir de aquí hablará de pecado y de justificación , de llamamiento y de salvación mediante la fe. Por su parte, Lutero y sus contemporáneos leían esta carta a partir de sus problemas; todo hay que decirlo: de sus angustias. Ellos eran los representantes de una cristiandad terminal, obsesionada por la perspectiva del pecado y de la condenación eterna, víctima de una filosofía (el nominalismo) en la cual
  • 10. Introducción-8 las cosas no son buenas ni males en sí, sino en cuanto Dios las declara tales. Por ello, todo lo que Pablo dice sobre la predestinación del pueblo judío lo ven como un problema de predestinación personal al cielo o al infierno. Pablo habla de Dios que nos justifica -una palabra que entonces tenía un sentido muy poco preciso- para decir que Dios restablece en nosotros un orden autentico; comprenden que, si nosotros creemos, Dios nos considerará justos aunque nada cambie en nosotros. Las grandes perspectivas de una humanidad angustiada por el pecado y la gracia, incapaz de liberarse a sí mismo, se van a reducir a un problema personal: ¿soy yo realmente libre o soy un simple juguete de la gracia? Tomando al pie de la letra el lenguaje imaginario de Pablo, se va a construir una doctrina del pecado original en la cual todos expiamos, y por la eternidad, el pecado de un primer antepasado. Muchas generaciones de protestantes y católicos van a verse marcados por estas controversias. Por más que se hable de salvación sólo mediante la fe, o por la fe y las obras, o por la fe, las obras y los sacramentos, el amor del Padre que salva y de Cristo Salvador pasará a un segundo plano, obsesionados por la salvación: ¿cómo puedo escapar de este rígido círculo donde Dios me encierra? El Dios justo, de sentencias inexorables, que condena con tanta facilidad al infierno, traumatizará a Occidente y desencadenará la rebelión del ateísmo militante. No está mal saberlo en nuestros días. Cuando se ha tratado mucho tiempo a Pablo, y sobre todo en la cata a los Romanos, se ve que para él el Padre de Jesús es realmente padre, y que es amado apasionadamente. Se descubren en él mil detalles que revelan su experiencia de una comunión continua y de una vida "en" el Dios Trino, una experiencia muy próxima a la de san Juan. Esto no nos impedirá encontrar en esta carta lo que ya Lutero, después de san Agustín, descubriera: una exposición genial del misterio de humanidad salvada por Cristo. Tal vez un cierto olvido de esta carta y de esta doctrina ha hecho que, con demasiada frecuencia, los católicos se encerraran en sus prácticas y sacramentos, olvidando la misión. PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS Algunos hablan de los primeros cristianos como si hubieran sido modelos de todas las virtudes. La primera carta a los Corintios nos mostrará que esos creyentes de los primeros tiempos tenían igual que nosotros sus debilidades y que la fe no había suprimido el peso de las realidades humanas. Corinto, entre las ciudades del Mediterráneo, tenía su propia fisionomía. Ciudad situada en una franja de tierra que separa dos golfos, se había aprovechado de su situación privilegiada. Los dos puntos del este y del oeste se habían unido por una especie de camino enlosado por el cual se tiraba de los navíos por medio de enormes carros arrastrados por bueyes. Así los marinos se ahorraban de dar la vuelta a Grecia por el sur. Pero había que pagar, lo que le significaba a la ciudad una importante entrada; además que el transporte exigía una abundante mano de obra, lo que para la época significaba muchos esclavos. La ciudad poseía desde muy antiguo un santuario consagrado a Afrodita, la "diosa del amor", según los griegos, en cuyo derredor se desarrollaba -y para eso había plata- una prostitución que de sagrada no tenía más que el nombre. En tiempos de Pablo, las prostitutas se contaban por millares. Por último, muy cerca de Corinto, se celebraban cada dos años competencias deportivas, parecidas a los juegos olímpicos actuales. Estas atraían grandes multitudes. Se advertirán en estas dos cartas de Pablo alusiones muy claras a estos diferentes
  • 11. Introducción-9 aspectos de Corinto: el dinero, la esclavitud, la prostitución y los juegos del estadio. En Corinto, judíos y paganos convertidos por Pablo formaban una Iglesia dinámica aunque poco ordenada. Después del entusiasmo de los primeros años, muchos de entre ellos se habían dejado llevar por sus vicios y por sus costumbres paganas, y los responsables de la comunidad se sentían impotentes para hacer frente a esas dificultades como también a divisiones internas o dudas respecto a la fe. Hicieron pues un llamado a Pablo. Retenido en Efeso por su trabajo apostólico, les envió en respuesta esta carta. Llama la atención tanto la autoridad con que el apóstol se dirige a la Iglesia en nombre de Cristo, como su manera de enseñar, pues antes de responder directamente a una cuestión, comienza siempre por reafirmar las bases de la fe. Las dudas de los Corintios, sumidos en un mundo pagano, se referían a temas que son aún de actualidad o que se discuten entre nosotros: - el celibato y el matrimonio; - los problemas de coexistencia con los no creyentes; - el orden de las reuniones de la Iglesia, tanto para la celebración de la eucaristía como para el ejercicio de los "dones espirituales"; -la resurrección de los muertos. SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS Al final de su primera carta a los Corintios, Pablo expresaba el deseo de volver a visitarlos muy pronto, pero, como no lo pudo hacer, lo tomaron muy a mal. Por otra parte, algunos predicadores "judaizantes", es decir, judíos mal convertidos a Cristo, trataban de destruir entre los corintios la autoridad de Pablo. Este, que conocía muy bien a unos y a otros, les envió un mensajero, pero fue ofendido gravemente, y algunos miembros de la comunidad se rebelaron abiertamente contra el apóstol. Pablo respondió con una carta "escrita en medio de lágrimas" (2,4), en la que exigía la sumisión de la comunidad. El más capaz de los ayudantes de Pablo, Tito, fue el encargado de llevar esa carta, y su misión tuvo éxito. A su vuelta, Pablo, ya un poco más tranquilo, envió esta "segunda" (que de hecho es la tercera o cuarta) carta a los corintios. ¿Qué dice esta carta? Lo que Pablo siente en sus dificultades con los corintios y su sufrimiento ante la falta de comprensión de ellos. Esto es a la vez poco y mucho. Pues Pablo era incapaz de hablar de si mismo sin hablar de Cristo. Ese hombre inquieto, que aspiraba a ser comprendido y amado, estaba de tal manera compenetrado del amor de Cristo que no podía expresar ni siquiera una sospecha o un reproche sin llegar a los discursos más profundos de la fe. Al tratar de justificarse, escribió las más bellas páginas sobre la evangelización y sobre lo que significa ser apóstol de Cristo. Veremos que el texto actual de esta carta contiene fragmentos de otras cartas o recados que había enviado Pablo a la Iglesia de Corinto. En particular, 6,14-18, que probablemente fue escrito antes de nuestra Primera Carta a los Corintios; el capítulo 9 (véase comentario a 9,1); los capítulos 10-13, que debieron contener buena parte de la "carta escrita en medio de lágrimas" (véase el párrafo precedente). CARTA A LOS GALATAS ¿Quiénes eran los Gálatas? Este apelativo tan poco preciso designa a lo mejor a las comunidades de Pisidia evangelizadas por Pablo en su primera misión (H 13,22; 14,25;
  • 12. Introducción-10 16,1-3); tal vez podría tratarse de otras comunidades que Pablo habría fundado más al norte en la antigua Galacia durante su segunda misión (H 16,6; 18,23). Pablo escribe porque la comunidad está en peligro. Cosa extraña, no hace alusión ni a escándalos, ni a un relajamiento, ni a conflictos de autoridad como fue el caso de Corinto. Había seguramente tensiones y dudas, ya que algunos se propasaban y querían volver a valorizar las prácticas judías. Sin embargo, según parece, ni los promotores de esa vuelta a la Ley, ni los que se les oponían, podrían haber esperado una tal advertencia de Pablo. Pero él ha visto más lejos que ellos: los fieles vuelven a pedir prácticas religiosas porque no han comprendido o porque han olvidado que ser cristiano no es en primer lugar practicar una religión sino más bien vivir una fe. El descubrimiento del Evangelio había sido para los Gálatas un baño de libertad. Los que eran judíos habían así escapado a la tiranía de las prácticas que marcaban toda la existencia. Los que eran griegos (y paganos) se habían liberado de una visión fatalista del mundo y de los prejuicios de su sociedad; ahí también la liberación se había hecho en la forma más radical. Mas, ¿eran capaces de seguir a Pablo cuando les participaba su propia experiencia? ¿Habían descubierto que Cristo es lo suficientemente grande como para llenar nuestra existencia y que el Espíritu nos dirige mucho mejor que las obligaciones religiosas? Durante un tiempo, los Gálatas habían vivido lo mismo que vivía Pablo, pero era difícil que la comunidad se mantuviera en una línea tan nueva. Transcurrido el momento del primer entusiasmo, la gran mayoría de estos nuevos cristianos sintió la necesidad de reglas y de prácticas. Tenían fe en Cristo, pero era demasiado pedirles que fueran todos "espirituales". Ahora bien, había allí gente que ofrecía una respuesta. Eran a lo mejor cristianos de origen judío que sabían lo bueno que es tener una ley. Aspiraban, por supuesto, a tomar la dirección de la comunidad, pero el capítulo 6 de esta carta nos da a entender que no eran totalmente desinteresados, ya que la vuelta a las prácticas judías les abría todas las puertas de la comunidad judía. Existía una solidaridad muy fuerte entre los judíos, en un mundo que les era habitualmente hostil, y juntarse con ellos procuraba una seguridad real. Algunos preferían esta seguridad a la aventura de la fe y los riesgos que las comunidades cristianas enfrentaban en aquel tiempo. La respuesta de Pablo es severa, y tal vez nos parecerá muy parcial y negativa con respecto a las prácticas religiosas, - pero es palabra de Dios. Dar demasiado crédito a las reglas y prácticas de una religión es encerrarse en un sistema, en un orden en el cual se espera, aún sin decirlo, la recompensa por las buenas acciones. La fe, por el contrario, significa entregarse a Dios y a su misterio tan temible como la cruz que es su símbolo. Esto es bastante para comprender que esta carta a los Gálatas tiene actualidad hoy en día, en que tantas personas andan en busca de certidumbres. Por otra parte, en la medida en que la Iglesia deba atender a muchos fieles que sólo tienen una limitada experiencia de la vida en el Espíritu, tiene siempre alguna obligación de ponerse a su nivel con ritos, preceptos y autoridades. Debe pues, al mismo tiempo, mantener clara o recuperar la conciencia de su identidad y redescubrir la vida por la fe. CARTA A LOS EFESIOS ¿Hay que hablar aquí de una "carta" de Pablo? Ya la carta a los Romanos estaba en su mayor parte consagrada a una exposición sobre la fe y la salvación. Pero aquí todo es enseñanza; no hay noticias ni mensajes personales para una comunidad precisa, sino una larga exposición sobre la salvación del mundo. Estaba, sin duda, destinada a las Iglesias de la región de Efeso.
  • 13. Introducción-11 ¿Por qué el mundo? ¿A dónde va la humanidad? Es la misma pregunta que se nos presenta diariamente, por cuanto estos últimos años han visto una interdependencia creciente de los más diversos pueblos. Aun los que quieren dominar sólo pueden hacerlo presentándose como los portavoces del conjunto. ¿A dónde va la humanidad? ¿Cuál es su salvación? Y Pablo nos responde desde su prisión de Roma. Como lo recuerdan los Hechos (28,16 y 30), Pablo estaba prisionero en Roma por los años 60. En esa capital del único mundo que conocían entonces los occidentales, tuvo todo el tiempo para evaluar las doctrinas que circulaban por el Imperio Romano. Venían del Medio Oriente donde preocupaban muy especialmente a los cristianos de la región de Efeso. Esas nuevas religiones pretendían abrir a todos un camino de salvación, rivalizando así con la fe en Cristo, único salvador de una humanidad única. Parece que esta carta a los Efesios fue escrita después de la a los Colosenses. Pablo retoma aquí, desarrollándolo, el plan de Dios que dice haber comprendido en una revelación. El mundo ha sido creado para los hombres, para que de ellos emerja el Hombre Nuevo, una única familia en Cristo. Todos se reunirán, cada uno en su lugar, alrededor de una persona capaz de acogerlos a todos y a cada uno en su propia plenitud. Algunos piensan que la carta a los Efesios no es de Pablo, pues ¿cómo podía hablar de manera impersonal a una comunidad en la que había trabajado por más de dos años, más o menos desde el 55 al 57 ? Pero, como ya lo dijimos, la carta debió haber sido dirigida no sólo a los cristianos de la ciudad de Efeso sino además a las comunidades del valle del Lycus: Hierápolis, Laodicea (Col 4,13 y 16) y Colosas, que habían sido evangelizadas por compañeros de Pablo, en particular Epafras (Col 1,7). Otros piensan que las cuestiones aquí propuestas son propias de un tiempo posterior a Pablo; igual como las cartas a Tito y a Timoteo, ésta sólo sería de él en un sentido muy amplio. Pero, cuando se sabe el muy bajo nivel de la literatura cristiana inmediatamente después de la muerte de los apóstoles, es difícil pensar que una carta con tal seguridad teológica y una tal riqueza doctrinal haya podido madurar en otro que no fuera Pablo. Pero parece evidente que la redacción de la carta debe mucho al que la escribió, ya sea Tíquico (Ef 6,21) o Timoteo (Col 1,1), o tal vez otro. CARTA A LOS FILIPENSES Aquí tenemos de nuevo una verdadera carta de Pablo, personal, llena de atenciones y de delicadeza, que envió desde la prisión a la comunidad que siempre se había preocupado más por él. Más de una vez Pablo había contado con su ayuda material, mostrando así la confianza que tenía en ellos. Habitualmente, para evitar cualquier suspicacia de interés personal, prefería ganarse la vida dedicándose totalmente a su misión. En esta carta encontraremos esa célebre página: Tengan unos con otros las mismas disposiciones de Cristo. Acabamos de decir que es una verdadera carta de Pablo. En realidad no está todo bien hilado; pareciera que se hubieran recompuesto varios fragmentos de cartas de Pablo. Esto lo haremos notar en 2,19; 3,1; 4,1. Bien podría tratarse de dos cartas, una en que Pablo quería dar sus noticias y agradecer, y otra que era una advertencia al estilo de la carta a los Gálatas. Cuando se reunieron las cartas de Pablo, se agruparon primero, por orden de extensión, las cuatro más importantes: a los Romanos, a los Corintios y a los Gálatas. Luego se pusieron las que llamamos las "cartas de la cautividad". Allí se encuentra la carta a los Filipenses, entre las cartas a los Efesios y Colosenses, como si las tres hubiesen sido
  • 14. Introducción-12 enviadas desde la misma prisión. Hay lugar para pensar, sin embargo, que la carta a los Filipenses no fue escrita cuando Pablo estaba en Roma, hacia el año 60, sino varios años antes, el 56. Entonces tal vez estaba prisionero en Efeso. CARTA A LOS COLOSENSES Cerca del año 62, Pablo, preso en la cárcel de Roma, escribió a los cristianos de Colosas, que, sin darse cuenta, estaban menospreciando a Cristo. Ya no se sentían seguros con sólo creer en Cristo, sino que querían restablecer prácticas religiosas del Antiguo Testamento. O bien trataban de incluir a Cristo en un conjunto de personajes celestiales, los "angeles" que tendrían en sus manos la llave de nuestro destino. Algo les faltaba al conjunto de sus contemporáneos. Integrados en un Imperio romano que había impuesto su paz a todo el mundo occidental, pero que ahogaba la vida propia de los diversos pueblos, se refugiaban en lo "espiritual". Doctrinas secretas ofrecían conducir a sus "perfectos" a un estado superior. Ese era el momento en que se elaboraban teorías llamadas "gnosis" (es decir: conocimiento) sobre el origen y el destino del hombre y del mundo. Todo había salido de una especie de sopa cósmica que había hervido largo tiempo, apareciendo grandes familias celestiales de ángeles, o "eones", masculinos y femeninos, que se devoraban, se acoplaban y finalmente aprisionaban chispas de espíritu en cuerpos materiales. Así empezaban a existir seres humanos destinados a revestirse de existencias sucesivas hasta que su espíritu pudiera retornar al reino de la luz. Dejándose llevar por semejantes discursos, los Colosenses tomaban el camino de ciertos creyentes actuales que ponen su confianza en el espiritismo o en la astrología. Ya no consideran a Cristo como el único salvador, pues se fían de otros o de prácticas que no son de la Iglesia. Esta crisis en la Iglesia del primer siglo nos mereció la presente carta de Pablo, en la que establece la supremacía absoluta de Cristo. Igual que otras cartas de Pablo, ésta menciona a Timoteo a su lado (1,1). Pablo lo había escogido como su ayudante, y lo consideraba como "su verdadero hijo en Cristo". A lo mejor Timoteo tuvo bastante que ver con la redacción de esta carta, lo que explicaría a la vez las diferencias de estilo con las cartas más auténticas de Pablo, mientras que el contenido excepcionalmente rico es siempre fiel a la inspiración del apóstol. Véase al respecto lo que se dijo en la carta a los Efesios que retoma, desarrollándolos, los temas de la carta a los Colosenses. Por eso, en algunos pasajes de Colosenses, no haremos más que recordar el comentario a los Efesios. PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES El año 50, Pablo llegó a Tesalónica, ciudad importante y capital de la Macedonia (véase H 17,1). Después de haber sido rechazado por los judíos, Pablo se dirigió a los paganos y llegó a formar una comunidad en esa ciudad. Pero sólo tres meses después, una revuelta provocada por los judíos lo obligó a irse. ¿Qué iría a pasar con esos nuevos cristianos, que no habían recibido de Pablo más que las bases de la vida cristiana? Preocupado, Pablo le pide a Timoteo que vaya a afirmar a esta Iglesia. Timoteo regresa optimista y Pablo ya tranquilo les envía esta carta a comienzos del año 51. Es el texto más antiguo de todo el Nuevo Testamento.
  • 15. Introducción-13 SEGUNDA CARTA A LOS TESALONICENSES La lectura de la primera carta a los Tesalonicenses nos mostró la importancia que tenía en la predicación de Pablo la espera de la venida de Cristo. La espera del Día de Cristo era para ellos un estímulo, pero también podía llevar a una nerviosidad malsana. La Iglesia de Tesalónica parece que estuvo afectada por una enfermedad muy frecuente en los grupos minoritarios y perseguidos, la espera de un fin del mundo que resolviera todos los problemas, pero que, en lo presente, no hace más que perturbar la vida cristiana. En esta carta escrita algunos meses después de la primera, Pablo trata de tranquilizar a la comunidad. CARTAS PASTORALES A TIMOTEO Y TITO Los cambios culturales que se producen en todos los dominios de la existencia afectan también a la Iglesia. Entre las creencias y las prácticas que se nos enseñan, no todo viene de Cristo y por tanto muchas cosas pueden cambiar. Pero también existe el peligro de desnaturalizar la fe autentica. ¿Dónde estará pues la regla de la fe, a la que deban someterse todas nuestras opiniones? Este problema se le presentó ya a la Iglesia cuando, entre los años 64-67, Pedro y Pablo murieron mártires en Roma. La Iglesia, sobre todo en Occidente, ya no tenía a esos testigos de Cristo cuya autoridad era indiscutida. El mensaje cristiano era muy difícil de aceptar, tanto para los griegos como para los judíos, y los mismos auditores de buena voluntad lo entendían -como lo hacemos hoy en día- según su propia manera de pensar, deformándolo inconscientemente, cada cual de acuerdo con sus propias certezas. Así que llegó un momento en que cualquiera podía discutir, algunos se tomaban la libertad de enseñar su propia doctrina, convencidos de que decían las cosas mucho mejor que los apóstoles. ¡Cuán fácilmente se reemplaza la imitación de Cristo por teorías y discursos sobre la fe! Los sucesores de los apóstoles tuvieron pues que defender "la doctrina" -esta palabra volverá más de una vez- que habían recibido de ellos. Al mismo tiempo debían velar por la elección y la formación de los ministros de la Iglesia. Tales son las preocupaciones que hallamos en estas cartas a Timoteo y a Tito. Estas tres cartas, cuyo origen es el mismo, se presentan como cartas de Pablo. Sin embargo, tanto su forma como su contenido demuestran que no son de él; debieron ser escritas bajo la presión de las circunstancias que acabamos de mencionar, hacia el año 90-100. Se quiso poner estas enseñanzas de la Iglesia bajo la autoridad de Pablo, dándoles apariencia de cartas dirigidas a sus ayudantes Timoteo y Tito, los cuales son presentados como los modelos a los que deberán imitar los responsables de la Iglesia. Algunos párrafos, más personales, deben de haber sido escritos por el mismo Pablo. Estas tres cartas a Timoteo y a Tito se llaman "pastorales" porque se dirigen a los "pastores de almas". Por lo que toca a Timoteo, véase como Pablo lo encontró en Hech 16,1. Véase también 1 Cor 16,10; Fil 2,19 SEGUNDA CARTA A TIMOTEO Lo que dijimos en la Introducción a la Primera Carta a Timoteo vale también para esta
  • 16. Introducción-14 segunda carta. Se presenta como si hubiera sido escrita por Pablo desde su prisión de Roma, poco antes de su muerte. De hecho, no hay razón para dudar de la autenticidad de algunos detalles que Pablo da respecto a su situación a la espera de su sentencia. Pero, para lo demás, tanto Pablo como Timoteo no son más que una pantalla; los consejos y advertencias de Pablo son en realidad los que el autor de la carta quería dar a los ministros de la Iglesia algunas décadas después de la muerte del apóstol. CARTA A TITO Igual que Timoteo, Tito era uno de los ayudantes de Pablo. Estaba oficialmente encargado del servicio del Evangelio y visitaba las Iglesias en nombre del apóstol. El comentario será breve porque esta carta tiene el mismo origen que las dos cartas a Timoteo y no les añade gran cosa. CARTA A LOS HEBREOS En tiempos de los apóstoles se calificaba de Hebreos a los judíos que vivían en Palestina, a diferencia de esa mayoría de su pueblo que había emigrado a diversos países, por todo el Imperio Romano. Esta carta está dirigida a las comunidades cristianas de Palestina que se habían formado con judíos de raza después de Pentecostés. Como discípulos de Cristo habían sido perseguidos y a algunos les habían sido confiscados sus bienes. Ya no tenían nada en el mundo y debían darse ánimo unos a otros con la convicción de que, al fin de su exilio, encontrarían la verdadera patria a donde Jesús se había ido después de sus sufrimientos. Volvían así a encontrarse en la situación de sus antepasados hebreos que habían vivido en el desierto, aguardando y buscando una tierra prometida. No será difícil ver que esta carta se dirige a hombres familiarizados con el Antiguo Testamento; a lo mejor se trataba de sacerdotes judíos que habían reconocido a Jesús como el Cristo y que pasaban entonces por una crisis. Hasta ese momento, como eran sacerdotes, el Templo había sido toda su vida; allí ofrecían sacrificios y recibían en paga una parte de los animales ofrecidos. Pero ahora, no solamente habían sido excluidos y expulsados del Templo por los judíos sino que de cualquier modo Cristo los había reemplazado. Creer en él era reconocerlo como el nuevo Templo, del que el edificio sagrado de Jerusalén no era más que la figura. El, laico, había organizado su Iglesia sin tomar en cuenta el sacerdocio de los "hijos de Aarón", los sacerdotes judíos, pues él y sólo él es el sacerdote, el que pone a los hombres en contacto con el Dios santísimo. De ese modo Cristo les había quitado tanto su trabajo como su razón de ser. Por eso, a veces, esos hombres que habían conocido a Jesús en su existencia humana, se habrán puesto a dudar: ¿acaso todo ha cambiado a causa de él? Para confirmar su fe, esta carta les muestra que la religión judía, con sus ceremonias grandiosas en el Templo de Jerusalén, no era más que la imagen de algo más grande. El perdón de los pecados y la religión en espíritu, aspiración de todo el Antiguo Testamento, debían ser la obra del sacerdote auténtico de toda la humanidad, Jesús, el Hijo de Dios. Ya no hay otro sacrificio fuera del suyo, sacrificio que comienza en la cruz y se termina en
  • 17. Introducción-15 la gloria. ¿No hay también muchos Hebreos, a personas desarraigadas en el mundo de hoy? Los enfermos que no tienen esperanza, los cristianos perseguidos, los que no aceptan la injusticia ni la mediocridad de la sociedad. Aunque muchos de ellos no comprendan todos los argumentos o las citas bíblicas que llenan estas páginas, esta carta los animará en su fe. Por otro lado, la palabra sacerdote ha tomado una tal importancia en la Iglesia que no está de más examinar aquí el texto bíblico que ha profundizado más el sentido del sacerdocio y su reorientación por el hecho mismo del sacrificio de Cristo. Esta carta fue escrita desde Roma, tal vez hacia el año 66, cuando se anunciaba la guerra en la que iba a ser destruida Jerusalén. Eran también los últimos meses de la vida de Pablo; él estaba prisionero en Roma por segunda vez. Esta carta no es extraña al pensamiento de Pablo, pero él no la escribió. Es muy posible que su autor haya sido Apolo, mencionado en Hechos 18,24-28, "hombre muy versado en las Escrituras y que demostraba por las Escrituras que Jesús es el Mesías". CARTA DE SANTIAGO ¿Quién es este Santiago? Sin duda el "hermano del Señor" mencionado en el Evangelio cuando se habla de su madre (Mc 15,40 y 16,1). Y sin embargo, algunos años después de Pentecostés, aparece siendo el jefe, diríamos el obispo, de la comunidad de Jerusalén (He 21,18). Cuando el evangelio comenzó a propagarse, parece que fue considerado como el responsable de todas las comunidades cristianas con mayoría judía establecidas en Palestina. De todos los apóstoles era el más apegado a las tradiciones judías (a la inversa de Pablo). Tal vez esta carta fue dirigida a los cristianos de origen judío de su inmensa diócesis y en ella escuchamos el eco de sus predicaciones dominicales. Les enseña cosas sencillas y prácticas, inspiradas en la sabiduría del Antiguo Testamento: la religión auténtica se reconoce en la manera de vivir y en cómo tratamos a los que nos rodean. Pero también parece que esta carta fue redactada, en la forma en que la recibimos, posteriormente a las cartas de Pablo (ver 2,14-25). Los cristianos de origen judíos son llamados aquí las "doce tribus dispersas" en todas las naciones; se usaba entonces el término "la diáspora", esto es "la dispersión", para designar a los judíos que vivían fuera de su patria. PRIMERA CARTA DE PEDRO No sabemos casi nada de la actividad del apóstol Pedro desde el Concilio de Jerusalén, por el año 49 (ver Hechos 15), hasta el momento en que escribió esta carta, hacia el año 64. Es casi seguro que se dirigió a Roma. Estando encargado de toda la Iglesia, debía ir al centro del mundo romano, como Pablo, aunque con motivos diferentes. Una tradición muy antigua asegura que fue matado en la persecución de Nerón, el año 66, y que fue sepultado en los terrenos de la loma Vaticana. Investigaciones llevadas a cabo en estos últimos años permitieron descubrir una tumba con huesos, señalada por varias inscripciones, que casi con seguridad son los del apóstol, primera piedra de la Iglesia. Por tanto, fue poco antes de su muerte cuando, desde Roma, escribió esta carta. No tenía el genio ni el talento literario de Pablo. Quiso, sin embargo, dirigirse a los cristianos de la
  • 18. Introducción-16 provincia de Asia, donde empezaban las primeras persecuciones. A diferencia de Pablo, no se preocupa aquí por aclarar y defender la fe. Solamente quiere dar ánimo a creyentes que sufren, presentándoles el ejemplo de Cristo y recordando las consecuencias del bautismo. En esta carta de Pedro, todo lo que va de 1,3 a 3,7 se inspira en la ceremonia del bautismo en la primitiva Iglesia: himnos, homilía sobre el rito y sobre la vida cristiana. Para Pedro era una manera excelente de recordar a sus lectores su condición de cristianos. Al final de la carta se nos dice que Pedro encargó su redacción a Silvano, que había sido discípulo de Pablo. De ahí puede provenir que en varios lugares se encuentren ideas y expresiones muy propias de Pablo. SEGUNDA CARTA DE PEDRO Este es el libro más tardío de toda la Biblia. A pesar de que, en más de un lugar, el autor quiere convencernos de que ésta es una segunda carta de Pedro, no hay duda de que fue escrita alrededor del año 100. Los tres capítulos contemplan tres inquietudes de la Iglesia en ese momento: - mantener la fe tal como la enseñaron los testigos de Jesús; - luchar contra "maestros" que desvirtuaban la fe, al mismo tiempo que llevaban a la inmoralidad; - explicar por qué Cristo no había vuelto todavía. PRIMERA CARTA DE JUAN Esta primera carta de Juan, inseparable de su evangelio, nos recuerda que el camino cristiano no es sino una divinización, la nuestra. En toda época el ideal cristiano ha parecido muy pálido o muy estrecho a mucha gente. Sin criticar directamente los valores del cristianismo y sus beneficios a la humanidad, les ha parecido que limita al hombre. Pensemos en todos aquellos que, como Marx, han sostenido que la verdadera liberación humana pasa por la lucha contra la fe. Pensemos en los que hoy en día se confían a la ciencia para prolongar sus posibilidades de vida. Pensemos, por último, en todos los que rechazan el activismo occidental y buscan en las sabidurías orientales un acceso al Absoluto, lo que ni siquiera han visto en la fe cristiana. Pero incluso entre los cristianos, esa religión sentimental basada en un entusiasmo por Jesús, el Maestro bueno que enseña el amor universal, oculta a menudo una ignorancia de los ideales de la fe. Porque en Jesús nosotros queremos alcanzar a Dios mismo: estamos en busca de la Verdad y queremos perdernos en esa Verdad de donde salimos. En esta primera carta, Juan afirma: Si tienen al Hijo de Dios, tienen toda la Verdad, están en el camino del auténtico Amor y están en comunión con Dios mismo. Pero quizás nos engañamos a nosotros mismos cuando pretendemos estar en Cristo. Y por eso Juan precisa los criterios, las condiciones que nos permiten verificar si realmente andamos en la luz y vivimos en el amor. De este modo la primera carta de Juan completa su Evangelio, en el que había demostrado que al creer o no en Cristo tomamos la decisión más importante de la vida humana. En esta carta se pueden reconocer tres partes: - andar en la luz: 1,5-2,29 - vivir como hijos de Dios: 3,1-4,6 - Dios-Amor es fuente del amor, 4,7-21, y fuente de la fe, 5.
  • 19. Introducción-17 SEGUNDA CARTA DE JUAN "Dama elegida", "Señora". Así saluda Juan a la comunidad de no sabemos qué ciudad. Elegida y santa es al Iglesia, como son elegidos de Dios y santos los que la integran. Juan los invita a una actitud muy firme y tajante frente a los que no aceptan la fe de los apóstoles. Al mismo tiempo recuerda la ley fundamental del cristiano: el amor. Permanecer celosamente fieles a la verdad es amar a Cristo, que nos confió esta verdad, es servir a los hombres, que necesitan toda la verdad y no solamente la que más se aprecia en un momento determinado. TERCERA CARTA DE JUAN Para los cristianos que lo conocían, el apóstol Juan no era "san Juan", sino un hombre. Para cierto Diotrefes, al que había responsable de no sabemos qué comunidad, Juan era un anciano molesto. Y Diotrefes, para mejor dominar en su Iglesia, cortaba las relaciones. Al contrario, Juan habla en sus tres cartas, como en el Evangelio, de la "comunión" que ha de existir entre todos los cristianos. Toda la Iglesia y todo grupo debe permanecer abierto a los demás, manteniendo constantes relaciones con ellos. Pablo también recalca este deber: recibir en su propia casa a los cristianos que vienen de otros lugares para estrechar los lazos de la fe común. CARTA DE JUDAS Quizás el Espíritu Santo quiso dejarnos la carta de Judas con el fin de que tuviéramos más admiración por los Evangelios y otros escritos de los apóstoles. Hay que conocer la literatura de aquel tiempo para saber lo enredados y cuán fabulosos eran los libros religiosos, tanto de los judíos como de los paganos. En su comparación, los evangelios y Pablo parecen ser del presente siglo. Esta carta, que se presenta como escrita por el apóstol Judas Tadeo, debe haber sido redactada en los últimos años del primer siglo. Denuncia a los falsos maestros, semejantes a los que se mencionan en las cartas a Timoteo y a Tito. Sin embargo, las comparaciones y ejemplos que usa provienen de los libros judíos de ese tiempo. La Iglesia no había definido todavía cuáles eran los libros inspirados por Dios, y los cristianos usaban, además del Antiguo Testamento, la literatura religiosa de los judíos (por ejemplo, el libro de Henoc, el Testamento de los Doce Patriarcas, la Asunción de Moisés). De ahí las leyendas sobre los tiempos antiguos que encontramos en esta carta. Con este ropaje, que nos parece algo anticuado, hay un llamado vehemente a mantener íntegra la fe de los apóstoles, lo que en aquel momento preocupaba bastante a la Iglesia. Por eso, algunos años más tarde, el autor de la 2 Pedro se inspiró, con más o menos habilidad, en una parte de la presente carta. APOCALIPSIS Juan el Evangelista, hermano de Santiago el mártir - Jesús los llamaba *los muchachos del
  • 20. S.Mateo-18 trueno+ - fue deportado a la isla de Patmos por motivo de su fe. Desde ese lugar nos envió este Apocalipsis de Jesucristo. Cielos abiertos, ángeles y catástrofes, corrupción de los satisfechos y sangre de los mártires: el juicio de Dios atraviesa toda nuestra historia. La gloria de Dios está junto a nosotros, al otro lado de la cortina, y todo desemboca en la ciudad celestial. ¿Por qué ahora el Apocalipsis tiene reputación de ser un libro misterioso y difícil de entender, y para muchos Apocalipsis tiene sentido de terrorífico? ¿Acaso será porque algunos buscan ahí mensajes secretos que podrían referirse a nuestro tiempo? Si no queremos entender al revés las imágenes y el estilo del Apocalipsis de Juan, debemos en primer lugar saber que los "apocalipsis" eran una forma de literatura muy de moda en la época de Jesús. Así era como existían un Apocalipsis de Isaías, uno de Moisés y muchos otros. Era un arte de escribir con imágenes grandiosas, visiones y ángeles sobre acontecimientos contemporáneos. El autor del libro lo atribuía a un ilustre profeta del pasado, pero no hacía más que narrar acontecimientos ya conocidos, tratando de sacar de allí conclusiones y de mostrar a dónde quería Dios llegar. Al escribir este "Apocalipsis de Jesucristo", Juan expresó lo que el Señor le había enseñado de muchas maneras, por medio de sus dones de profeta, pero utilizó también las fórmulas habituales de ese tipo de literatura. Cuando habla de acontecimientos contemporáneos, los sitúa en sus visiones e imágenes fantásticas. Y lo mismo ocurre cuando nos quiere dar a entender lo que será la historia. No pretende narrar acontecimientos del futuro (el Señor no le dio un resumen de ello) sino decirnos cuál será la trama y cuáles serán los verdaderos actores. Comprenderemos mejor este Apocalipsis si interpretamos esas visiones, esas cifras y esos símbolos de acuerdo a las reglas de la literatura apocalíptica. Veremos entonces que "el Apocalipsis de Jesucristo" no es ni difícil ni terrorífico sino lleno de alegría y de esperanza. Cristo resucitado es el centro de la historia; el mundo es el escenario de la lucha entre la Iglesia, encabezada por Cristo, y las fuerzas del demonio; los cristianos son llamados a dar valientemente su testimonio. Se pueden reconocer en el Apocalipsis siete series de siete elementos cada una, distribuidas en cuatro grandes partes: - Los siete mensajes a las iglesias, cap. 1-3. - Balance del Antiguo Testamento, cap. 4-9. - La Iglesia se enfrenta con el imperio romano, cap. 11,19-19,6. - Los últimos tiempos y la Jerusalén celestial, cap. 20-22.
  • 21. S.Mateo-19 EVANGELIO SEGUN SAN MATEO CAPÍTULO 1 LOS ANTEPASADOS DE JESÚS [1].Libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abrahán. [2].Abrahán fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus hermanos. [3].De la unión de Judá y de Tamar nacieron Farés y Zera. Farés fue padre de Esrón y Esrón de Aram. [4].Aram fue padre de Aminadab, éste de Naasón y Naasón de Salmón. [5].Salmón fue padre de Booz y Rahab su madre. Booz fue padre de Obed y Rut su madre. Obed fue padre de Jesé. [6].Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre la que había sido la esposa de Urías. [7].Salomón fue padre de Roboam, que fue padre de Abías. Luego vienen los reyes Asá, [8].Josafat, Joram, Ocías, [9].Joatán, Ajaz, Ezequías, [10].Manasés, Amón y Josías. [11].Josías fue padre de Jeconías y de sus hermanos, en tiempos de la deportación a Babilonia. [12].Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y éste de Zorobabel. [13].Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliacim y Eliacim de Azor. [14].Azor fue padre de Sadoc, Sadoc de Aquim y éste de Eliud. [15].Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de Matán y éste de Jacob. [16].Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. [17].De modo que fueron catorce las generaciones desde Abrahán a David; otras catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta el nacimiento de Cristo. JESÚS NACE DE UNA MADRE VIRGEN (Lc 1,27) [18].Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. [19].Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. [20].Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: *José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, [21].tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados+. [22].Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: [23].La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros. [24].Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa. [25].Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.
  • 22. S.Mateo-20 CAPÍTULO 2 DEL ORIENTE VIENEN UNOS MAGOS [1].Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén [2].preguntando: *¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.+ [3].Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. [4].Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. [5].Ellos le contestaron: *En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: [6].Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel. [7].Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. [8].Después los envió a Belén y les dijo: *Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.+ [9].Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. [10].¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. [12].Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino. LA HUIDA A EGIPTO [13].Después de marchar los Magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: *Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo.+ [14].José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, [15].permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por boca del profeta: Llamé de Egipto a mi hijo. [16].Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta que los Magos lo habían engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores. [17].Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Jeremías: [18].En Ramá se oyeron gritos, grandes sollozos y lamentos: es Raquel que llora a sus hijos: éstos ya no están, y no quiere que la consuelen. JOSÉ Y MARÍA VUELVEN A NAZARET [19].Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: [20].*Levántate, toma contigo al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño.+
  • 23. S.Mateo-21 [21].José se levantó, tomó al niño y a su madre, y volvieron a la tierra de Israel. [22].Pero al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Conforme a un aviso que recibió en sueños, se dirigió a la provincia de Galilea [23].y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret. Así había de cumplirse lo que dijeron los profetas: Lo llamarán ''Nazoreo''. CAPÍTULO 3 JUAN BAUTISTA ANUNCIA LA VENIDA DE JESÚS (Mc 1,1; Lc 3,1; Jn 1,19) [1].Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea; [2].éste era su mensaje: *Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca.+ [3].Es a Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos. [4].Además de la piel que llevaba colgada de la cintura, Juan no tenía más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre. [5].Venían a verlo de Jerusalén, de toda la Judea y de la región del Jordán. [6].Y junto con confesar sus pecados, se hacían bautizar por Juan en el río Jordán. [7].Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba, y les dijo: *Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les viene encima? [8].Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: "Abrahán es nuestro padre". [9].Yo les aseguro que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán aún de estas piedras. [10].El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y arrojado al fuego. [11].Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo, - yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias - él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego. [12].Ya tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se apaga.+ JESÚS RECIBE EL BAUTISMO DE JUAN (Mc 1,9; Lc 3,21; Jn 1,29) [13].Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara. [14].Juan quiso disuadirlo y le dijo: *¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.+ [15].Jesús le respondió: *Deja que hagamos así por ahora. De este modo respetaremos el debido orden.+ Entonces Juan aceptó. [16].Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. [17].Al mismo tiempo se oyó una voz del cielo que decía: *Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido.+
  • 24. S.Mateo-22 CAPÍTULO 4 JESÚS ES TENTADO EN EL DESIERTO (Lc 4,1; Mc 1,12) [1].El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo, [2].y después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. [3].Entonces se le acercó el tentador y le dijo: *Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.+ [4].Pero Jesús le respondió: *Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.+ [5].Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo. [6].Y le dijo: *Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios dará ordenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus pies no tropiecen en piedra alguna.+ [7].Jesús replicó: *Dice también la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.+ [8].A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. [9].Y le dijo: *Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras.+ [10].Jesús le dijo: *Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás.+ [11].Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a servirle. (Mc 1,14; Lc 4,14) [12].Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. [13].No se quedó en Nazaret, sino que fue a vivir a Cafarnaún, a orillas del lago, en la frontera entre Zabulón y Neftalí. [14].Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: [15].Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, en el camino hacia el mar, a la otra orilla del Jordán, Galilea, tierra de paganos, escuchen: [16].La gente que vivía en la oscuridad ha visto una luz muy grande; una luz ha brillado para los que viven en lugares de sombras de muerte. [17].Desde entonces Jesús empezó a proclamar este mensaje: *Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está ahora cerca.+ [18].Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al mar. [19].Jesús los llamó: *Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.+ [20].Al instante dejaron las redes y lo siguieron. [21].Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan; estaban con su padre en la barca arreglando las redes. Jesús los llamó, [22].y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. [23].Jesús empezó a recorrer toda la Galilea; enseñaba en las sinagogas de los judíos, proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba en el pueblo todas las dolencias y enfermedades. [24].Su fama se extendió por toda Siria. La gente le traía todos sus enfermos y cuantos estaban aquejados por algún mal: endemoniados, lunáticos y paralíticos, y él los sanaba a todos. [25].Empezaron a seguir a Jesús muchedumbres: gente de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán.
  • 25. S.Mateo-23 CAPÍTULO 5 LAS BIENAVENTURANZAS (LC 6) [1].Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su alrededor. [2].Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo: [3].*Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos. [4].Felices los que lloran, porque recibirán consuelo. [5].Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. [6].Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. [7].Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia. [8].Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios. [9].Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios. [10].Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos. [11].Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. [12].Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes. SAL Y LUZ (MC 4,21; LC 14,34; 8,16; 11,33) [13].Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente. [14].Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? [15].Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. [16].Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos. UNA LEY MÁS PERFECTA [17].No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta. [18].En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice. [19].Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos. [20].Yo se lo digo: si no hay en ustedes algo mucho más perfecto que lo de los Fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos. [21].Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: *No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio.+ [22].Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano,
  • 26. S.Mateo-24 es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del infierno. [23].Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, [24].deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda. [25].Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias que te encerrarán en la cárcel? [26].En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo. [27].Ustedes han oído que se dijo: *No cometerás adulterio.+ [28].Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón. [29].Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tíralo lejos; porque más te conviene perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. [30].Y si tu mano derecha te lleva al pecado, córtala y aléjala de ti; porque es mejor que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. [31].También se dijo: *El que se divorcie de su mujer, debe darle un certificado de divorcio.+ [32].Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, a no ser por motivo de infidelidad, es como mandarla a cometer adulterio: el hombre que se case con la mujer divorciada, cometerá adulterio. NO JURAR [33].Ustedes han oído lo que se dijo a sus antepasados: *No jurarás en falso, y cumplirás lo que has jurado al Señor.+ [34].Pero yo les digo: ¡No juren! No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; [35].ni por la tierra, que es la tarima de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran Rey. [36].Tampoco jures por tu propia cabeza, pues no puedes hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos. [37].Digan sí cuando es sí, y no cuando es no; cualquier otra cosa que se le añada, viene del demonio. AMAR A LOS ENEMIGOS (LC 6,29) [38].Ustedes han oído que se dijo: *Ojo por ojo y diente por diente.+ [39].Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. [40].Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto. [41].Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. [42].Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda. [43].Ustedes han oído que se dijo: *Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo.+ [44].Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, [45].para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. [46].Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. [47].Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. [48].Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo. CAPÍTULO 6
  • 27. S.Mateo-25 HACER EL BIEN SÓLO POR DIOS [1].Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo. [2].Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. [3].Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha: [4].tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. [5].Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. [6].Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. [7].Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. [8].No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. EL PADRENUESTRO (LC 11,1; MC 11,25) [9].Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, [10].venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. [11].Danos hoy el pan que nos corresponde; [12].y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; [13].y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno. [14].Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes. [15].Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes. [16].Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. [17].Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. [18].No son los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las cosas secretas, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará. (Lc 11,34; 12,33) [19].No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen
  • 28. S.Mateo-26 estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban. [20].Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones para romper el muro y robar. [21].Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. [22].Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos están malos, todo tu cuerpo estará en obscuridad. [23].Y si la luz que hay en ti ha llegado a ser obscuridad, ¡cómo será de tenebrosa tu parte más obscura! PONER LA CONFIANZA EN DIOS Y NO EN EL DINERO(LC 12,22; 16,13) [24].Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. [25].Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? [26].Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? [27].¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? [28].Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. [29].Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas. [30].Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! [31].No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para vestirnos? [32].Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. [33].Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas. [34].No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas. CAPÍTULO 7 HIJOS DEL REINO (LC 6,37; 11,9; 6,31; 13,23) [1].No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. [2].Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes. [3].¿Qué pasa? Ves la pelusa en el ojo de tu hermano, ¿y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo? [4].¿Y dices a tu hermano: Déjame sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tú un tronco en el tuyo? [5].Hipócrita, saca primero el tronco que tienes en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano. [6].No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos. [7].Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. [8].Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. [9].¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? [10].¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? [11].Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas
  • 29. S.Mateo-27 buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan! [12].Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas. [13].Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. [14].Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran. EL ÁRBOL SE CONOCE POR LOS FRUTOS (LC 6,43) [15].Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. [16].Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos? [17].Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. [18].Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. [19].Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. [20].Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras. LA CASA EDIFICADA SOBRE LA ROCA (LC 6,47; 13,26; MC 1,22) [21].No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. [22].Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor! Hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros. [23].Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí, ustedes que hacen el mal! [24].Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. [25].Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca. [26].Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. [27].Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.+ [28].Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, [29].porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley. CAPÍTULO 8 CURACIÓN DE UN LEPROSO (MC 1,40; LC 5,12) [1].Jesús, pues, bajó del monte, y empezaron a seguirlo muchedumbres. [2].Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: *Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.+ [3].Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: *Quiero; queda limpio.+ Al momento quedó limpio de la lepra. [4].Jesús le dijo: *Mira, no se lo digas a nadie; pero ve a mostrarte al sacerdote y ofrece la ofrenda ordenada por la Ley de Moisés, pues tú tienes
  • 30. S.Mateo-28 que hacerles una declaración.+ LA FE DEL CENTURIÓN (LC 7,1; JN 4,46) [5].Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole: [6].*Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente.+ [7].Jesús le dijo: *Yo iré a sanarlo.+ [8].El capitán contestó: *Señor, ¿quién soy yo para que entres en mi casa? Di no más una palabra y mi sirviente sanará. [9].Pues yo, que no soy más que un capitán, tengo soldados a mis órdenes, y cuando le digo a uno: Vete, él se va; y si le digo a otro: Ven, él viene; y si ordeno a mi sirviente: Haz tal cosa, él la hace.+ [10].Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: *Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe. [11].Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, [12].mientras que los que debían entrar al reino serán echados a las tinieblas de afuera: allí será el llorar y rechinar de dientes.+ [13].Luego Jesús dijo al capitán: *Vete a casa, hágase todo como has creído.+ Y en ese mismo momento el muchacho quedó sanó. [14].Jesús fue a casa de Pedro; allí encontró a la suegra de éste en cama, con fiebre. [15].Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle. [16].Al atardecer le llevaron muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malos con una sola palabra, y sanó también a todos los enfermos. [17].Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades. (Lc 9,57) [18].Jesús, al verse rodeado por la multitud, dio orden de cruzar a la otra orilla. [19].Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: *Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.+ [20].Jesús le contestó: *Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.+ [21].Otro de sus discípulos le dijo: *Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre.+ [22].Jesús le contestó: *Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.+ JESÚS CALMA LA TEMPESTAD (MC 4,35 LC 8,22) [23].Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. [24].Se levantó una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero él dormía. [25].Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: *¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!+ [26].Pero él les dijo: *¡Qué miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen!+ Entonces se levantó, dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma. [27].Grande fue el asombro; aquellos hombres decían: *¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?+ LOS ENDEMONIADOS DE GADARA (MC 5,1; LC 8,26) [28].Al llegar a la otra orilla, a la tierra de Gadara, dos endemoniados salieron de entre los
  • 31. S.Mateo-29 sepulcros y vinieron a su encuentro. Eran hombres tan salvajes que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. [29].Y se pusieron a gritar: *¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?+ [30].A cierta distancia de allí había una gran piara de cerdos comiendo. [31].Los demonios suplicaron a Jesús: *Si nos expulsas, envíanos a esa piara de cerdos.+ Jesús les dijo: *Vayan+. [32].Salieron y entraron en los cerdos. Al momento toda la piara se lanzó hacia el lago por la pendiente, y allí se ahogaron. [33].Los cuidadores huyeron, fueron a la ciudad y contaron todo lo sucedido, y lo que había pasado con los endemoniados. [34].Entonces todos los habitantes salieron al encuentro de Jesús y, no bien lo vieron, le rogaron que se alejase de sus tierras. CAPÍTULO 9 JESÚS SANA AL PARALÍTICO Y PERDONA SUS PECADOS (MC 2,1; LC 5,17) [1].Jesús volvió a la barca, cruzó de nuevo el lago y vino a su ciudad. [2].Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: *¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!+ [3].Algunos maestros de la Ley pensaron: *¡Qué manera de burlarse de Dios!+ [4].Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: *¿Por qué piensan mal? [5].¿Qué es más fácil decir: "Quedan perdonados tus pecados", o: "Levántate y anda"? [6].Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.+ Entonces dijo al paralítico: *Levántate, toma tu camilla y vete a casa.+ [7].Y el paralítico se levantó y se fue a su casa. [8].La gente, al ver esto, quedó muy impresionada, y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres. JESÚS LLAMA AL APÓSTOL MATEO (MC 2,13; LC 5,27) [9].Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de impuestos, y le dijo: *Sígueme.+ Mateo se levantó y lo siguió. [10].Como Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gente pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos. [11].Los fariseos, al ver esto, decían a los discípulos: *¿Cómo es que su Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?+ [12].Jesús los oyó y dijo: *No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. [13].Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.+ [14].Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: *Nosotros y los fariseos ayunamos en muchas ocasiones, ¿por qué tus discípulos no ayunan?+ [15].Jesús les contestó: *¿Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo, mientras el novio está con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán. [16].Nadie remienda un vestido viejo con un pedazo de tela nueva, porque el pedazo nuevo tiraría del vestido y la rotura se haría mayor. [17].Y nadie echa vino nuevo en recipientes de cuero viejos, porque si lo hacen, se reventarán los cueros, el vino se desparramará y
  • 32. S.Mateo-30 los recipientes se estropearán. El vino nuevo se echa en cueros nuevos, y así se conservan bien el vino y los recipientes.+ JESÚS RESUCITA A UNA NIÑA Y CURA A UNA MUJER ENFERMA (MC 5,21; LC 8,40) [18].Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo: *Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.+ [19].Jesús se levantó y lo siguió junto con sus discípulos. [20].Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias, se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. [21].Pues ella pensaba: *Con sólo tocar su manto, me salvaré.+ [22].Jesús se dio vuelta y, al verla, le dijo: *Animo, hija; tu fe te ha salvado.+ Y desde aquel momento, la mujer quedó sana. [23].Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente. [24].Entonces les dijo: *Váyanse, la niña no ha muerto sino que está dormida.+ Ellos se burlaban de él. [25].Después que echaron a toda la gente, Jesús entró, tomó a la niña por la mano, y la niña se levantó. [26].El hecho se divulgó por toda aquella región. OTRAS CURACIONES [27].Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: *¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!+ [28].Cuando Jesús estuvo en casa, los ciegos se le acercaron, y Jesús les preguntó: *¿Creen que puedo hacer esto?+ Contestaron: *Sí, Señor.+ [29].Entonces Jesús les tocó los ojos, diciendo: *Hágase así, tal como han creído+. Y sus ojos vieron. [30].Después les ordenó severamente: *Cuiden de que nadie lo sepa.+ [31].Pero ellos, en cuanto se fueron, lo publicaron por toda la región. [32].Apenas se fueron los ciegos, le trajeron a uno que tenía un demonio y no podía hablar. [33].Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. La gente quedó maravillada y todos decían: *Jamás se ha visto cosa igual en Israel.+ [34].En cambio, los fariseos comentaban: *Este echa a los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios.+ [35].Jesús recorría todas las ciudades y pueblos; enseñaba en sus sinagogas, proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba todas las dolencias y enfermedades. [36].Al contemplar aquel gran gentío, Jesús sintió compasión, porque estaban decaídos y desanimados, como ovejas sin pastor. [37].Y dijo a sus discípulos: *La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. [38].Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recoger su cosecha.+ CAPÍTULO 10 LOS DOCE APÓSTOLES (MC 3,13; LC 6,12) [1].Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio poder sobre los malos espíritus para expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. [2].Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su
  • 33. S.Mateo-31 hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; [3].Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo; [4].Simón, el cananeo y Judas Iscariote, el que lo traicionaría. JESÚS ENVÍA A LOS PRIMEROS MISIONEROS (LC 9,1; 10,1; MC 6,8) [5].A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones siguientes: *No vayan a tierras de paganos, ni entren en pueblos de samaritanos. [6].Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. [7].A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca! [8].Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar. [9].No lleven oro, plata o monedas en el cinturón. [10].Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento. [11].En todo pueblo o aldea en que entren, busquen alguna persona que valga, y quédense en su casa hasta que se vayan. [12].Al entrar en la casa, deséenle la paz. [13].Si esta familia la merece, recibirá vuestra paz; y si no la merece, la bendición volverá a ustedes. [14].Y si en algún lugar no los reciben ni escuchan sus palabras, salgan de esa familia o de esa ciudad, sacudiendo el polvo de los pies. [15].Yo les aseguro que esa ciudad, en el día del juicio, será tratada con mayor rigor que Sodoma y Gomorra. [16].Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma. LOS TESTIGOS DE JESÚS SERÁN PERSEGUIDOS (LC 12,11; MC 13,19; 4,22; 8,38) [17].¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas. [18].Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos. [19].Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. [20].Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes. [21].Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán. [22].Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará. [23].Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre. [24].El discípulo no está por encima de su maestro, ni el sirviente por encima de su patrón. [25].Ya es mucho si el discípulo llega a ser como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al dueño de casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la familia! [26].Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. [27].Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas. [28].No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. [29].¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro