El documento es una declaración de los Obispos de Paraguay sobre los hechos ocurridos el 18 y 19 de agosto que sorprendieron a la población. Los Obispos exhortan a unir esfuerzos para garantizar el estado de derecho y mantener la serenidad, y apoyan medidas que afiancen la institucionalidad y aseguren el derecho y la armonía ciudadana. Ruegan a Dios y María para lograr los mejores resultados en busca de un futuro mejor.
1. Declaración de los
Obispos del Paraguay
Los hechos ocurridos en los días 18 y 19 de agosto sorprendieron a la
población en general, con la consecuente reacción de los partidos
políticos, del Parlamento Nacional y de la ciudadanía.
Estos hechos nos urgen a exhortar vehementemente a aunar todos los
esfuerzos que garanticen el estado de derecho, el tratamiento del caso
por los conductos constitucionales y jurídicos y a mantener la
serenidad de espíritu tan importante para este pueblo que necesita de
paz, seguridad y esperanza de futuro.
Los Obispos del Paraguay apoyamos los esfuerzos que se realicen a
fin de afianzar la institucionalidad de la República, de asegurar la
vigencia del derecho y mantener la armonía en la convivencia
ciudadana. Que todas las instituciones nacionales y en particular los
poderes del Estado establezcan las condiciones indispensables para
pensar y trabajar por el bienestar de nuestro pueblo.
Rogamos a Dios y a María Santísima para que con su bendición e
intercesión lleguemos a los mejores resultados en la búsqueda de un futuro mejor.
A todos bendecimos con afecto.
Asunción, 20 de agosto de 1998.