2. abía una vez, en un lejano bosque una pequeña
colonia donde habitaban varias familias de abejas, sus
casitas Eran colmenas empapadas de miel. Entre ellas
había una colmena muy especial, allí vivía la reina abeja, llamada
Claudia, quien tuvo muchos pero muchos hijitos y eran muy felices,
todos trabajaban en unión para sacar miel.
El lugar donde vivían era un hermoso campo lleno de bellas
y diferentes flores, alrededor de un riachuelo, donde – en
los tiempos libres – se juntaban todas las familias para salir
a comer, jugar, compartir y disfrutar de ese lindo paisaje. Al
pasar el tiempo la reina Claudia vuelve a poner muchos
huevitos donde nacieron más y más abejitas.
Pero algo extraño sucedió. Falto un huevito por abrirse y la reina
Claudia estaba, muy triste y preocupada porque no había nacido la
abejita que faltaba. Todos los hermanos y vecinos pensaron lo peor,
creyeron que la abejita había muerto antes de nacer, pero no fue así.
3. Esa tarde el sol estaba muy pero muy
radiante y unos de sus rayos traspasó la
colmena e iluminó el huevito y en ese instante,
empezó a romper y a romper poco a poco hasta
que se abrió completamente.
Pero algo no andaba bien y para sorpresa de
todos los presentes, vieron que la abejita que
había nacido era diferente a las demás por su
color, en vez de ser amarilla con negra, pues
era roja con rayas negras. Y todos se miraban
y murmuraban entre si
- - ¡Oh, no puede ser!
- ¡Qué rara es!
- ¡Qué fea y horrible es!
- ¡Ella no es como nosotros!
- ¡No la queremos!
4. Gritaban todos. Desde ese día la rechazaron, ni
siquiera sus propios hermanos la aceptaban, únicamente
su madre la reina Claudia, que con su corazón tan
bondadoso le dio todo su amor y la aceptó tal y cual como era sin
importar lo que dijeran.
Al pasar el tiempo la abejita roja, fue creciendo y
obteniendo de su madre mucha ternura y valores
que le enseñarían a ser una abejita buena y de
bonitos sentimientos hacia los demás, pero
tristemente ella no recibía lo mismo ya que nadie
la quería , al contrario todos la humillaban, la
ofendían, la maltrataban y se burlaban de ella y la
abejita roja lloraba mucho y sufría tanto al sentirse ignorada y
despreciada por todos, hasta de sus propios hermanos que la hacían
sentirse poquita cosa por ser de un color diferente.
5. Al pasar los días sucede algo inesperado; Su madre
la reina Claudia se enferma de tanto sufrir y empieza a
debilitarse perdiendo las fuerzas para dirigir su panal,
entonces es allí donde los hijos y los
demás pobladores se aprovechan de
la enfermedad de la reina, para
correr de la colonia a la abejita roja.
Muy triste por dejar a su madre
enferma y con mucho miedo de
enfrentar las maldades del mundo, parte sin rumbo fijo, pasó día y
noche a la intemperie volando, hasta que llegó
cansada, hambrienta y sedienta a un lugar muy
acogedor, a un rio cuyas orillas estaban cubiertas de
muchas plantas y flores de todas clases.
La abejita roja se puso muy feliz al ver tanta belleza, entonces comenzó
a sorber el néctar de las flores, cuando de repente oye un extraño
6. ruido, y alzó su mirada
lentamente y ve un enorme y
elegante ave de ojos grandes y
mirada profunda que se acerca a ella, y de
repente la abejita roja del susto tan grande
se desmayó; al despertar se encontró
rodeada de aquel elegante ave junto a su
familia, quienes la auxiliaron y la llevaron a
su hogar, donde le dieron agua y alimento.
La familia de ojos grandes eran Búhos, ellos le preguntaron a la abejita
por su color y por qué estaba sola, entonces
ella les empezó a contar su triste historia.
La familia Búhos la invitaron a quedarse a
vivir con ellos y la abejita muy contenta
acepto, mucho tiempo después, una
terrible desgracia sucede en la
colonia de abejas. Unos parientes
de la familia Búhos que pasaban por
7. un lugar, sin imaginar que era la colonia de
las abejas vieron un enorme incendio que
destrozó gran parte de la colonia, las familias
de allí estaban en peligro.
Entonces la abejita roja al escuchar recordó a su madre
enferma y a sus hermanos y con gran valentía decidió ir a
salvarlos, con la ayuda de todos los
Búhos. Al llegar a la colonia, los
búhos guiados por la abejita roja,
empezaron a sacar a las familias de
abejas que estaban a punto de morir por el fuego y el humo que allí
había, mientras que la abejita roja entraba en su panal a buscar a su
madre y hermanos, éstos al verla lloraron de emoción y
arrepentimiento por tanto daño que le habían causado y le pidieron
perdón, la noble abejita roja los perdono de corazón a sus hermanos y
a todos los vecinos de la colonia.
8. Luego seguidamente, todos se mudaron al lugar
acogedor donde vivían los búhos, allí fueron muy felices
y la reina Claudia se sanó y volvió a dirigir su panal, y todos
aprendieron una gran lección, que sin importar las diferencias todos
somos iguales.