2. El Barroco español se produce en medio
de los llamados Siglos de Oro de la
literatura española. España estuvo
gobernada en ese lapso por tres
monarcas: Felipe ll, Felipe lll y Felipe
lV, gobernando este último hasta 1665.
Felipe II, hijo y sucesor de Carlos V del
Sacro Imperio Romano y I de España, por
abdicación de este, tomó posesión del
trono español en 1556.
4. Las características fundamentales de
la literatura barroca española son la
progresiva complejidad en los
recursos formales y una temática
centrada en la preocupación por el
paso del tiempo y la pérdida de
confianza en los ideales
neoplatónicos del renacimiento.
Asimismo, es de destacar una
variedad y diversidad en los asuntos
5. Pesimismo: El renacimiento no consiguió su propósito de
imponer la armonía y la perfección en el mundo, tal y como
pretendían los humanista, ni había hecho más feliz al
hombre; las guerras y las desigualdades sociales seguían
estando presentes; el dolor y las calamidades eran comunes
en toda Europa.
Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y,
en el caso de España, el poder político estaba
desvaneciéndose, el desengaño continúa y surge en la
literatura, que en muchos casos recuerda a la de dos siglos
antes, con la danza de la muerte o las coplas de la muerte de
su padre de Manrique
Preocupación por el paso del tiempo
Pérdida de confianza en los ideales renacentistas
6. Evadiéndose: Tratan de desentenderse de la realidad, y lo hacen
cantando hazañas o viejas glorias del pasado, o bien presentan un
mundo ideal en que los problemas se resuelven debidamente y triunfa el
orden. Este es el caso del teatro de Lope de Vega y sus seguidores.
Satirizando la realidad: Otro grupo de escritores opta por burlarse de la
realidad, como Quevedo, Góngora en algunas ocasiones y la novela
picaresca.
Con estoicismo: Exponen su queja sobre la vanidad del mundo, la
fugacidad de la belleza y de la vida, la fama transitoria. El máximo
exponente de esta actitud fue Calderón de la Barca en los autos
sacramentales.
Moralizando: Critican los defectos o vicios proponiendo modelos de
conducta acordes con la ideología política y religiosa de su época. Sus
principales exponentes son la prosa narrativa y doctrinal de Gracián y
Saavedra Fajardo.