El documento argumenta que debemos intervenir en el desarrollo tecnológico para asegurar que las tecnologías sean honestas y beneficien a todos. Propone que los desarrolladores estén vinculados a los usuarios y que podamos decidir sobre los cambios tecnológicos antes de que ocurran. También sugiere modelos como las "Tecnologías Entrañables" que apliquen criterios éticos desde el diseño para que las tecnologías sean menos extrañas y más honestas.
Resumen “Dar sentido a la técnica ¿Pueden ser honestas las tecnologías?”
1. Resumen “Dar sentido a la técnica ¿Pueden ser
honestas las tecnologías?”
Dar sentido a la técnica implica intervenir en el rumbo del desarrollo
tecnológico. La pregunta es quiénes deben intervenir y por qué.
Las tecnologías pueden ser críticas por lo que hacen, pero también por su
escala. Por lo tanto son elementos que cambian comportamientos,
relaciones y nuestra forma de vida.
No es cierto que las tecnologías que tenemos sean las mejores que podemos
tener, especialmente porque no hemos podido emitir ningún juicio sobre
ellas y sobre sus efectos antes de que estos ocurran.
Debemos pensar alguna forma alternativa de desarrollo tecnológico que
vincule a quienes las desarrollan con quienes las utilizamos.
Debemos poder decidir qué cambios son deseables antes de que ocurran.
Debemos eliminar las barreras técnica, cultural y representacional que hacen
de las tecnologías algo extraño, pero con las que paradójicamente,
convivimos a diario.
Dar sentido a la técnica propone un modo para que esto sea posible, al
menos con las tecnologías que diseñaremos en el futuro.
Desde criterios como los enumerados por el modelo de las Tecnologías
Entrañables, que pueden aplicarse desde las etapas de diseño, hasta su
argumentación ética basada en la relación entre los distintos agentes
intencionales que son mediados por las tecnologías a través de algo tan
primitivo como la honestidad.
2. Tanto Dar sentido a la técnica como Tecnologías Entrañables dan cuenta de
la necesidad de esta discusión y de otras como el abordaje de los bienes
comunes o procomún, y cómo decidir entre alternativas tecnológicas para
que sean menos extrañas y más honestas. En resumen, mejor legitimadas.