Las mujeres defensoras de derechos sociales y ambientales de América Latina se reunieron en Quito, Ecuador en septiembre de 2013 para compartir preocupaciones sobre la crisis energética mundial, el agotamiento de recursos naturales y el cambio climático. Denunciaron que el modelo extractivista vulnera sus derechos y afecta negativamente sus territorios, cuerpos y familias. También evidenciaron que tanto gobiernos de derecha como de izquierda violan derechos humanos y criminalizan la protesta social para beneficiar a unos pocos.
Declaración de Lima. Cumbre de los Pueblos frente al cambio climático
Pronunciamiento red final
1. PRONUNCIAMIENTO DE LA RED LATINOAMERICANA DE MUJERES
DEFENSORAS DE DERECHOS SOCIALES Y AMBIENTALES
Quito, septiembre 2013
Nosotras, mujeres de Guatemala, Honduras, El Salvador, México, Ecuador, Perú, Bolivia,
Colombia Chile, Uruguay y Argentina compartimos nuestras preocupaciones y propuestas
generadas en el V Encuentro de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de
Derechos Sociales y Ambientales.
Sentimos y sabemos que se viene una avalancha en la que está en juego la vida: La crisis
energética a nivel mundial, el agotamiento o pérdida de los recursos naturales y el cambio
climático.
Los impactos ambientales y sociales de este modelo extractivista sobre nuestros
territorios, nuestros cuerpos y nuestras familias nos afectan y vulneran nuestros derechos
individuales y colectivos. Es innegable que este modelo atenta contra la vida, la salud y el
bienestar mercantilizando a la naturaleza y priorizando el valor monetario a costa de la
generación y regeneración de la vida.
Evidenciamos que en toda la región tanto en gobiernos de Derecha, como los
autodenominados de Izquierda y Progresistas se vulnera la democracia, se violan derechos
humanos, se criminaliza la protesta social, se rompe el tejido social, se modifican los
marcos legales, se apropian y reconfiguran los territorios en beneficio de unos pocos.
Por los testimonios compartidos durante estos días del evento denunciamos que las
empresas extractivas en complicidad con los gobiernos, ejercen violencia contra la mujer,
abusos sexuales, trata de personas, sobre carga de trabajo no remunerado, impactos en la
salud de manera diferenciada que agrava aún más la desigualdad entre hombres y
mujeres.
Por tanto, rechazamos el extractivismo como destino común de todos los pueblos,
exigimos el derecho a decidir cómo vivir nuestro presente y futuro. Tenemos múltiples
ejemplos existentes de formas de vivir en equilibrio y armonía con la naturaleza que
garantiza la vida perdurable.
Nos reafirmamos en la construcción de modos de vida y de relacionarnos de forma
diferente al impuesto por el mal llamado desarrollo.