Este documento compara la vida a un viaje en tren, donde nacemos y nos subimos al tren de la vida con nuestros padres. Lamentablemente, nuestros padres se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos. Con el tiempo, conoceremos a otras personas importantes como hermanos, amigos y amores que se subirán al tren. El viaje estará lleno de altibajos como alegrías, tristezas, ayudas y despedidas. Al final, nadie sabe en qué estación bajará y el gran mister
1. EL TREN DE LA VIDA
Hace algún tiempo atrás, leí un libro
que comparaba la vida con un viaje en tren.
Una lectura extremadamente interesante,
cuando es bien interpretada.
2. La vida no es más que un viaje por tren:
repleto de embarques y desembarques, salpicado
de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques,
y profundas tristezas en otros.
3. Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos
con algunas personas que, creemos, estarán siempre con
nosotros en este viaje: nuestros padres.
4. Lamentablemente,
la verdad es otra.
Ellos se bajarán en
alguna estación
dejándonos huérfanos
de su cariño, amistad
y compañía
irreemplazables.
5. No obstante, esto
no impide que se suban
otras personas que
serán muy especiales para
nosotros.
7. De las personas
que toman este tren,
habrá también
quienes lo hagan
como un simple paseo
8. Otras que en el viaje
encontrarán
solamente tristezas.
Y habrá otras que,
circulando por el tren,
estarán siempre
prestas a ayudar
a quien lo necesite.
9. Muchas dejan, al bajar,
una añoranza
permanente…
Otras pasan
tan desapercibidas
que ni siquiera
nos damos cuenta
de que desocuparon
el asiento.
10. Es curioso constatar que
algunos pasajeros que nos
son más queridos están en
vagones distintos al nuestro.
Por lo tanto, se nos obliga a
hacer el trayecto separados de
ellos.
Eso no nos impide que durante
el viaje sorteemos las
dificultades de atravesar varios
vagones hasta llegar al
de ellos...
12. No importa; el viaje se hace de este modo:
lleno de desafíos, sueños, fantasías,
esperas y despedidas,...
pero jamás regresos.
Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.
14. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto
ellos podrían tener problemas, y será importante que les
ayudemos…
15. Ya que nosotros también
tendremos problemas y
necesitaremos de alguien que
nos ayude.
16. El gran misterio, al fin,
es que no sabremos
jamás en qué estación
bajaremos.
Mucho menos
dónde bajarán
nuestros compañeros,
ni siquiera
el que está sentado
a nuestro lado.
17. Me quedo pensando
si cuando baje del tren,
sentiré nostalgia.
Creo que sí.
Separarme
de algunos amigos
de los que hice durante el viaje
será doloroso.
Dejar que mis hijos sigan solos,
será muy triste.
Pero me aferro a la esperanza
de que, en algún momento,
llegaré a la estación principal
y tendré la gran emoción
de verlos llegar con un bagaje
que no tenían cuando embarcaron.
18. Lo que me hará feliz
será pensar
que colaboré
para que ese bagaje
aumentara en diversidad y
en valor.
19. Hagamos que nuestro
viaje en este tren
sea tranquilo y
que haya valido la
pena.
Hagamos lo necesario
para que, cuando
desembarquemos,
nuestro asiento vacío
traiga gratos recuerdos
a quienes sigan en el
viaje.
20. A ti, que eres parte de mi tren, te
deseo...
¡¡¡Feliz viaje!!!