2. LOS BENEFICIOS
DE EDUCAR A LOS HIJOS DESDE SU TIERNA
INFANCIA
Florence tenía 40 años y deseaba
ansiosamente ser madre. Cuando quedó
embarazada, un médico le advirtió que la
criatura podía nacer con un trastorno de
aprendizaje, pero ella no quiso abortar y,
finalmente, dio a luz un niño sano al que
llamó Stephen.
3. Poco después de su nacimiento, Florence
empezó a leerle y a hablarle en toda oportunidad.
Durante la infancia del niño jugaban juntos, salían
a pasear, decían por orden los números y
cantaban canciones. “Hasta cuando lo bañaba
jugábamos a algo”, recuerda Florence. Y valió la
pena.
A los 14 años, Stephen se graduó con honores de
la Universidad de Miami. Dos años después, a
los 16, terminó sus estudios de Derecho y, según
su biografía,
4. llegó a convertirse en el abogado más joven
de Estados Unidos. Su madre, la doctora
Florence Baccus-ex maestra y orientadora
vocacional retirada—, ha dedicado mucho
tiempo al estudio de la educación de los
niños de corta edad y está convencida de
que el futuro de su hijo cambió gracias a la
atención y el estímulo que le dio desde su
nacimiento.
5. La genética frente a la crianza
Los psicólogos infantiles han debatido mucho
últimamente sobre la función que desempeñan en el
desarrollo del niño “la genética” (lo que el niño ha
heredado) y “la crianza” (la educación que ha
recibido). La mayoría de los investigadores están
convencidos de que ambos factores están implicados.
6. Las experiencias de la primera
infancia pueden influir en el
desarrollo del cerebro
7. El doctor J. Fraser Mustard, autoridad en el campo
del desarrollo infantil, explica: “Lo que
actualmente sabemos por nuestras observaciones
es que las experiencias a las que se expone al
niño durante su primera infancia influyen en el
desarrollo de su cerebro”. La profesora Susan
Greenfield también dice: “Hemos descubierto que
los violinistas, por ejemplo, tienen más
desarrollada la parte del cerebro relacionada con
los dedos de la mano izquierda que las demás
personas”.
8. Qué clase de educación hay que dar
En vista de estos hallazgos, muchos padres no solo
hacen todo lo posible por enviar a sus hijos a la
guardería adecuada, sino que también invierten
mucho dinero en clases de música y de otras artes.
Hay quienes opinan que si un niño lo practica todo,
cuando sea mayor podrá hacerlo todo. Proliferan los
programas especializados de tutoría y los centros de
educación preescolar. Algunos padres están
dispuestos a hacer cuanto esté a su alcance para
que sus hijos aventajen a los demás.
10. ¿Beneficia mucho a los niños todo ese
empeño? Aunque puede parecer que les ofrece
una crianza repleta de oportunidades, en
muchos casos los priva de un modo
fundamental de aprender: el que viene con el
juego no planeado. Los educadores dicen que
el juego espontáneo estimula la creatividad y
potencia las facultades mentales y emocionales
del niño, así como su capacidad para
relacionarse con los demás.
11. Algunos especialistas en desarrollo infantil creen que el
juego organizado por los padres está creando un nuevo
tipo de niños problemáticos: niños estresados y
emocionalmente inestables a los que se les ha
programado todo momento de su vida, que no pueden
dormir y se quejan de diversas molestias. Un psicólogo
comenta que para cuando llegan a la adolescencia,
muchos de ellos no han aprendido a hacer frente a las
dificultades y se han convertido en jóvenes
“antisociales y rebeldes que sufren agotamiento
nervioso”.
12. Por eso muchos padres se encuentran en un
dilema: quieren ayudar a sus hijos a alcanzar su
pleno potencial, pero se dan cuenta de lo
insensato que es empujarlos con demasiada
fuerza y demasiado pronto durante la primera
infancia. ¿Hay alguna manera de encontrar un
equilibrio razonable? ¿Qué capacidad de
desarrollo tienen los niños pequeños, y cómo
puede fomentarse? ¿Qué pueden hacer los padres
para lograr que a sus hijos les vaya bien en la
vida?
13. La importancia
de criar bien al niño
LO QUE uno aprende o no aprende de
pequeño puede influir en sus aptitudes
futuras. Por tanto, ¿qué necesitan recibir
los niños de sus padres para convertirse en
adultos equilibrados y a quienes les vaya
bien en la vida? Veamos algunas opiniones
basadas en las investigaciones efectuadas
durante las últimas décadas.
14. La función de las sinapsis
Gracias a los adelantos en las técnicas de
diagnóstico por imagen, los científicos pueden
estudiar el desarrollo del cerebro con más detalle
que nunca. Tales estudios indican que la primera
infancia es una etapa decisiva en el desarrollo de
las funciones cerebrales necesarias para manejar
información, expresar sentimientos con normalidad
y dominar el lenguaje.
15. “Durante los primeros años de vida se van estableciendo
conexiones cerebrales a una velocidad extraordinariamente
rápida, y las continuas interacciones entre la información
genética y los estímulos del entorno van dando forma a la
estructura del cerebro”, informa la revista The Nation.
16. Los científicos creen que la mayoría de estas
conexiones, llamadas sinapsis, se producen
durante los primeros años de vida.
Es entonces cuando “se sientan las bases
para el futuro desarrollo de la red de
conexiones que determinará su inteligencia,
sentido de identidad, confianza y motivación
para aprender”, indica el doctor T. Berry
Brazelton, profesional en el campo del
desarrollo infantil.
17. El tamaño, la estructura y las funciones del
cerebro aumentan de un modo
espectacular durante la primera infancia.
Si en el ambiente que se cría el niño
abundan los estímulos y las experiencias
que propician el aprendizaje, las
conexiones sinápticas se multiplicarán,
creando una extensa red de circuitos
neuronales en el cerebro que permitirán a
la criatura pensar, aprender y razonar.
18. Parece que cuantos más estímulos recibe el
cerebro de un bebé, más neuronas se activan y
más conexiones se forman entre ellas. Es digno de
mención que eso no sucede solo con los
estímulos intelectuales, relacionados con hechos,
cifras o el lenguaje. La ciencia ha descubierto que
también se necesitan estímulos emocionales. Los
estudios indican que estas conexiones sinápticas
se les forman menos a los bebés que no se les
toma en brazos y acaricia, con quienes no se juega
o que no reciben estímulos emocionales.
19. Si a los bebés se les deja
solos, sin aportarles estímulos,
puede que no se desarrollen
tan bien como otros
20. La crianza y el potencial del niño
Con el tiempo, a medida que los niños se hacen mayores,
se produce una especie de poda. Al parecer, el organismo
descarta las conexiones sinápticas aparentemente
innecesarias, lo que podría tener un profundo efecto en el
potencial del niño. “Si el pequeño no recibe la clase de
estímulo adecuada a la edad adecuada —dice Max Cynader,
investigador especializado en el cerebro—, los circuitos
neuronales no se desarrollarán debidamente.” Según el
doctor J. Fraser Mustard, eso podría producir un cociente
intelectual menor, aptitudes verbales y matemáticas
mediocres, trastornos de salud en la edad adulta y hasta
problemas de conducta.
21. De modo que todo apunta a que las experiencias
de la primera infancia pueden influir mucho en la
vida adulta: determinan si la persona será
resistente o frágil, si aprenderá a pensar en
términos abstractos o no, y si llegará a tener
empatía o no. De ahí que la función de los padres
sea tan importante. “Uno de los aspectos más
decisivos de estas experiencias tempranas —
comenta un pediatra- es que la criatura cuente con
la figura de un padre o una madre que tenga
sensibilidad.”
22. Tal vez parezca algo muy sencillo: los hijos que reciben una
buena crianza y la debida atención salen adelante. Pero los
padres reconocen que no siempre es tan sencillo saber cómo
cuidar debidamente de los hijos. Ser un buen padre o una
buena madre suele requerir algo más que instinto.
Según cierto estudio, el 25% de los progenitores no sabían
que la educación que daban a sus hijos podía fomentar u
obstaculizar su inteligencia, confianza y deseos de aprender.
Por eso surgen las siguientes preguntas: ¿cuál es la mejor
manera de desarrollar el potencial de los hijos? Y ¿cómo se
les puede proporcionar el ambiente adecuado?
23. La función de los padres
“SI HACEN que su hijo se sienta amado y parte integrante de la
familia, y lo ayudan para que sea decidido y de mente inquisitiva,
contribuirán al desarrollo de su cerebro-dice Peter Gorski, de la
Facultad de Medicina de Harvard-.Nuestra función como padres
no es la de perfeccionar los circuitos del cerebro, sino la de
fomentar el desarrollo de seres humanos sanos, sensatos y de
buenos sentimientos.”
¡Qué gratificante es para los padres ver a sus hijos convertirse en
personas rectas y consideradas! Para lograrlo, es fundamental
que den el ejemplo, que se comuniquen con sus hijos, que sean
sus compañeros y maestros. Aunque todos los niños nacen con la
capacidad básica de comportarse moralmente, los padres deben
impartirles valores morales conforme vayan creciendo.
24. ¿Quiénes moldean a los niños?
Los investigadores discrepan tocante a quiénes influyen más en la
clase de personas que serán los hijos. Unos consideran que son
sus compañeros. Sin embargo, los doctores T. Berry Brazelton y
Stanley Greenspan, profesionales en el campo del desarrollo
infantil, creen que no debe subestimarse el papel de los padres en
criar con empatía al niño desde su tierna infancia.
Las experiencias posteriores de la vida y la influencia de los
compañeros solo complementan la crianza que los niños reciben a
temprana edad. Es importante que se les muestre compasión y
comprensión en el entorno familiar. También necesitan que se les
enseñe a dominar sus emociones de una forma madura. Los niños
que reciben ese tipo de ayuda suelen estar mejor preparados para
colaborar, ser compasivos y tratar a los demás con empatía.
25. Educar a los hijos desde la infancia cuesta mucho trabajo. Para hacerlo
bien —especialmente si se trata del primer hijo-, es aconsejable buscar
la guía de quienes tienen más experiencia, y luego seguir un proceder
definido. Se han escrito infinidad de libros sobre el desarrollo infantil, y,
con frecuencia, lo que dicen se asemeja a los confiables consejos que
contiene la Biblia. Muchos padres han logrado criar bien a sus hijos
gracias a que han aplicado los sensatos principios de la Palabra de
Dios. Veamos algunos de esos consejos.
No escatimen las muestras de amor
Los niños son como plantitas que se desarrollan bien cuando alguien
las cuida y les dedica atención. El agua y la luz solar las alimentan,
estimulan su crecimiento y les dan estabilidad. De manera similar, los
padres que colman a sus hijos de expresiones verbales y físicas de
amor fomentan su desarrollo mental y emocional y les proporcionan
estabilidad.
26. El afecto que los padres demuestran a sus hijos, las historias que les
leen al acostarlos y hasta los juegos en los que participan con ellos
son elementos cruciales en el desarrollo infantil. „Todo lo que el niño
hace —dice el doctor J. Fraser Mustard— se suma a su experiencia.
Si un niño aprende a gatear, la manera como usted lo estimule y
reaccione es importante.‟ El amor y la atención de ustedes, padres, son
un sólido fundamento para que el niño se desarrolle y se convierta en
un adulto maduro y responsable.
Sean sus compañeros y comuníquense
Pasar tiempo con los hijos crea un vínculo afectivo y, además, fomenta
la comunicación. Las Escrituras animan a que haya una estrecha
relación entre padres e hijos, no solo en el hogar, sino en cualquier
lugar y momento adecuados
27. Saquen tiempo
La enseñanza es parte integrante de la crianza
de niños equilibrados. Muchos padres dedican
tiempo todos los días a leer en voz alta a sus
hijos, lo que les da la oportunidad de
enseñarles lecciones sobre la conducta
apropiada así como de impartirles valores
éticos basados en lo que dice nuestro Creador.
28. Leer a los niños, puede
estimular la formación de conexiones sinápticas. Una de las claves es que quien
lea sea una persona atenta y bondadosa. Linda Siegel, profesora de Educación,
advierte en cuanto al contenido de la lectura: “Debería estar a un nivel que los
niños puedan disfrutar”. Procuren también que dicha actividad se efectúe
regularmente y a la misma hora todos los días. Así el niño esperará esos
momentos. La enseñanza incluye disciplina, y a los pequeños les beneficia la
disciplina amorosa. Recuerde, sin embargo, que la disciplina puede consistir en
corrección verbal, restricción de privilegios u otras formas de castigo. El doctor
Brazelton, citado antes, dice que la disciplina comprende “enseñar al niño a
dominar sus emociones y evitar los comportamientos incontrolados. Todo niño
busca con afán que se le establezcan límites. Después del amor, la disciplina es lo
más importante que se le puede dar a un hijo”.
¿Cómo puede usted, como padre o madre, determinar si la disciplina que
administra es eficaz? Por un lado, los niños necesitan comprender por qué se les
disciplina. Cuando los corrija, hágalo de manera que perciban que usted los ama
y se interesa por ellos.