Diese Präsentation wurde erfolgreich gemeldet.
Die SlideShare-Präsentation wird heruntergeladen. ×
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Anzeige
Wird geladen in …3
×

Hier ansehen

1 von 47 Anzeige

Weitere Verwandte Inhalte

Diashows für Sie (19)

Ähnlich wie Digital CAMPUS (20)

Anzeige

Aktuellste (20)

Digital CAMPUS

  1. 1. Ecosistema de Campus Digitales. Los campus serán digitales o no serán.
  2. 2. Vivimos tiempos de Smart Economy.
  3. 3. 1) Dos economías se enfrentan: la física y la digital. 2) La economía digital es deflacionaria. 3) El crecimiento de la economía física se agota.
  4. 4. 1) Dos economías se enfrentan: la física y la digital. .
  5. 5. 2) La economía digital es deflacionaria.
  6. 6. 2) La economía digital es deflacionaria.
  7. 7. 150veces/día
  8. 8. 3) El crecimiento de la economía física se agota.
  9. 9. ¿Y cómo creceremos los Mercados?
  10. 10. Con Conocimiento = Información + Análisis + Decisiones Negocio
  11. 11. El 60% de las marcas invertirá en Influencers.
  12. 12. Cloudera alcanza 100 MM USD.
  13. 13. Las Empresas de hoy, no seremos las de mañana.
  14. 14. bTenemos identidad digital, aun sin tener entidad.
  15. 15. NO HAY UNA INTELIGENCIA …. HAY AL MENOS 9 Howard Gardner- Inteligencias Múltiples 1912 Willian Stern Cociente Intelectual_
  16. 16. El conocimiento y el proceso cognitivo son abiertos.
  17. 17. En las Empresas tenemos un problema de Skills Supply.
  18. 18. Existen Clústeres que evidencian una brecha.
  19. 19. El contexto de tu país importa, te marca.
  20. 20. El sistema tradicional no nos basta, necesitamos otro.
  21. 21. No es lo mismo ser usuario que constructor. Los latinos están altamente involucrados con las redes sociales consumiendo casi 5 horas más al mes que el promedio global Evolución promedio de horas en redes sociales por visitante al mes 7,6 5,5 10, 0 5,8 Latinoamérica Global 5 de los mercados más activos en las redes sociales se encuentran en Latinoamérica Promedio de horas por visitante al mes Global América Latina Brasil Rusia Argentina Turquia Tailandia Reino Unido Perú Canada Chile Ecuado r 5, 8 10, 0 13, 810, 810, 2 8,9 8,8 8,5 8,3 7,8 7,2 6,9
  22. 22. Esta es nuestra paradoja digital, nuestra oportunidad. La economía ecuatoriana podría entrar en la senda del crecimiento mediante el fortalecimiento de las políticas educativas de las generaciones más jóvenes, pues posee una masa importante de JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados): 16% de ingenieros, al mismo nivel que Francia.
  23. 23. Latinoamérica cree en sus Agendas Digitales Nacionales.
  24. 24. 27
  25. 25. La red no es una opción, es el medio.
  26. 26. ¿Aquénosenfrentamos?
  27. 27. ¿Aquénosenfrentamos?
  28. 28. ¿Aquénosenfrentamos?
  29. 29. ¿Aquénosenfrentamos?
  30. 30. ¿Aquénosenfrentamos?
  31. 31. ¿Aquénosenfrentamos?
  32. 32. ¿Aquénosenfrentamos?
  33. 33. ¿Aquénosenfrentamos?
  34. 34. ¿Aquénosenfrentamos?
  35. 35. ¿Aquénosenfrentamos?
  36. 36. ¿Aquénosenfrentamos?
  37. 37. TelefónicaEducaciónDigital
  38. 38. TelefónicaEducaciónDigital
  39. 39. LearningAnalytics
  40. 40. No nos dejemos llevar por los modismos.
  41. 41. ¿Ysicadaalumnoesunservidor?
  42. 42. SeamosMentores,aprovéchenlo.
  43. 43. 1) Dos universidades se enfrentan: la física y la digital. 2) El conocimiento digital es deflacionario. 3) El crecimiento de la universidad física se agota.

Hinweis der Redaktion

  • Snapchat, el servicio de mensajería móvil instantánea, prevé captar 440 millones de euros a una valoración de 14.000 millones de euros. El doble de hace un año y a años luz de los 2.000 que le puso encima de la mesa en noviembre de 2013 Facebook. Algunos se reían de su negativa entonces. Poco más de tres años de vida le contemplan. Los analistas prevén que facture 175 millones en 2015 entre sus 17 millones de usuarios únicos mensuales, la mayoría de ellos adolescentes de escaso poder adquisitivo. Todo muy razonable, como ven.
    Uber, el taxi colaborativo, pensaba conseguir 1.600 millones de euros en una nueva ronda de financiación, a añadir a los 3.500 que ya ha obtenido en el pasado de distintos inversores. Pues bien, el interés es tal que ha tenido que ampliar el cupo en 900 kilos más sobre un valor compañía de 36.000 millones de euros. Hace nueve meses, eran 13.000. En 2015 cumplirá seis años. ¿Su estrategia? Copar mercados y generar hábito recurrente en la clientela para establecer barreras de entrada. Pero... ¡son taxis! De las non quoted solo el fabricante de móviles Xiaomi (ver 07:20 de ayer) , le supera en valoración.
    Pinterest, cinco años, 4.400 millones de euros era su precio en mayo de 2014, ahora busca 440 a 9.600. ¿Argumento? Pasaremos de los álbumes de fotos y compartir imágenes a ayudar a los usuarios a "descubrir cosas". Con ese pastizal en caja (¡para sólo 500 empleados!) ya pueden. Eso sí, al menos cuentan con 76 millones de usuarios únicos mensuales. ¡Viva el collage!
    Nunca antes había existido una burbuja similar entre no cotizadas. Ninguna de estas compañías justifican los múltiplos que se están pagando por ellas ni de lejos. Todo se confía a la escalabilidad del negocio y a una potencial monetización futura. Sin embargo, salvo en el caso de Uber donde hay un servicio tangible que cobrar, no será tan fácil. Ronda tras ronda hasta el bluf final. O no, ¿quién sabe? 
    Recuerden, a menos liquidez, más riesgo. Eso diferencia esta situación de la burbuja puntocom. Lo actual es... peor.
    El hombre es el animal...
    P.S. No dejen de consultar este interactivo del WSJ con las 73 compañías 'privadas' que ya han sido valoradas por encima de los 1.000 millones de dólares. Alucinarán. 
    Leer más:  Así le hemos contado la semana en 15 gráficos. Blogs de Los mercados en directo  http://blogs.elconfidencial.com/mercados/los-mercados-en-directo/2015-02-21/asi-le-hemos-contado-la-semana-en-15-graficos_715447/#lpu6FAh6M3pg7spB
    Freemium e o novo modelo de negócios da economia digital
    Publicado em 03/08/2009 às 10:04 por Carol Carvalho em Colunistas
    Por Ruy José Guerra Barretto de Queiroz
    Imagine uma voz influente na mídia especializada em tecnologia alardear que “negócios podem ser lucrativos dando a maior parte dos seus produtos gratuitamente”.  Trata-se de ninguém menos que o editor-chefe da revista Wired, Chris Anderson, através de seu mais recente livro “Free: The Future of a Radical Price” (“Gratuito: O Futuro de um Preço Radical”), lançado no início de Julho pela Hyperion, que examina o surgimento dos modelos de atribuição de preços que recomendam dar produtos e serviços a clientes gratuitamente.
    Autor de um recente best-seller também publicado pela Hyperion in 2006, “The Long Tail: Why the Future of Business Is Selling Less of More” (“A Cauda Longa: Por que o Futuro dos Negócios é Vender Menos de Mais”), Anderson, que é considerado por alguns um “utópico da tecnologia”, faz algumas declarações compatíveis com tal qualificação num clip disponibilizado no portal de vídeos da Wired, dentre elas: (i) “rupturas estão acontecendo em toda a indústria, queiramos ou não”; (ii) “a tecnologia é a força mais rompedora no mundo de hoje”; (iii) “novas tecnologias são as ferramentas que permitem que indivíduos mudem tudo  que está em torno deles”; (iv) “ferramentas poderosas fazem indivíduos poderosos;” (v) “indivíduos frequentemente tomam decisões que instituições não são capazes de tomar”. 
    Físico de formação, tendo trabalhado como pesquisador no Laboratório Nacional de Los Alamos, antes de se juntar à Wired em 2001, Anderson exerceu o jornalismo em The Economist, onde iniciou sua cobertura especial sobre a internet, bem como nas revistas Nature e Science.
    Entrevistando-o recentemente (21/07/09), Charlie Rose começa em tom cético indagando se hoje, aos olhos da comunidade do Vale do Silício, não seria loucura se falar num modelo de negócios que diga que é preciso dar gratuitamente e esperar por receitas provenientes da propaganda online. De fato, embora que desde 2004 investidores de capital de risco já tenham colocado cerca de US$5,1 bilhões em 828 empresas start-up’s de internet, a maioria delas com modelos de negócios baseados em receitas de propaganda, conforme a National Venture Capital Association, hoje a situação é bem mais difícil pois os anunciantes cortaram suas despesas com propaganda online, forçando as start-up’s de internet a buscar novas maneiras de ganhar dinheiro.
    Em sua resposta, Anderson afirma que “free” (em português, livre ou gratuito) é talvez a palavra de 4-letras em inglês começando com ‘f’ mais mal-entendida. A palavra teria mudado de significado: de “razors and blades” (“barbeadores e lâminas”, conceito relacionado à entrega de um item vendável por preço zero ou por um valor extremamente baixo de forma a gerar um mercado contínuo para um outro item, geralmente descartável, utilizado por King C. Gillette, inventor do barbeador de lâmina descartável) no século XX, para “information wants to be free” (“informação deseja ser livre”, slogan não-oficial do movimento de “free content”, do qual fazem parte os defensores do software livre e do domínio público digital) no século XXI.
    Além de um certo elemento fugidio (“free” em inglês pode significar “livre” ou “gratuito”), e o fato de que a primeira palavra do título do livro pode estar sugerindo que tudo deveria ser gratuito, existe a realidade daquilo que o livro de fato diz, que é, a fortiori, não que tudo deva ser gratuito ou que as receitas com propaganda vão dar conta de tudo, mas que a economia subjacente às coisas digitais permite que seu custo seja tão baixo que uma minúscula fração de sua audiência pode pagar por todos os outros. E o buscador da Google é um exemplo citado: é gratuito para a grande maioria, mas uma pequena fração (nesse caso os anunciantes) paga por todos os outros, de modo até certo ponto semelhante a mídias tradicionais como TV e rádio.
    Com a chamada economia da internet, surge um novo modelo de negócios chamado “freemium”: conforme a Wikipedia, trata-se de um modelo de negócios que funciona oferecendo-se serviços básicos gratuitamente, ao mesmo tempo que cobrando-se um prêmio (valor) por serviços especiais ou avançados. A palavra freemium seria um neologismo criado combinando-se os dois aspectos do modelo de negócios: free (gratuito) e premium (prêmio/valor).
    O modelo foi articulado pelo capitalista de aventura e blogueiro Fred Wilson em 23/03/06: “Dê seu serviço de graça, possivelmente apoiado em receitas de propaganda, mas talvez não, adquira um monte de consumidores de forma muito eficiente através do boca-a-boca, redes de referência, marketing de busca orgânica, etc., e depois ofereça serviços adicionais com preços de valor de prêmio, ou uma versão avançada de seu serviço à base de consumidores”. Após descrever o modelo de negócios, Wilson pediu sugestões para denominá-lo, e dentro de algumas horas surgiram mais de 30 nomes enviados pelos leitores do seu blog. Um dessas sugestões veio de Jarid Lukin da Alacra, uma das empresas do portfólio de Wilson.
    Um exemplo recente da utilização do freemium é o da Pandora, um portal de rádio online, que tentou montar um sistema de assinaturas pagas quando iniciou suas operações em 2005, mas não durou três semanas. Segundo declarou seu fundador, Tim Westergren, numa matéria do NY Times (“Ad Revenue on the Web? No Sure Bet”, por Claire Can Miller, 24/05/09), “ficou bem claro que não havia futuro naquilo e a única real opção era tornar-se gratuito.” Hoje a Pandora tem 10 milhões de ouvintes e anunciantes como a Hewlett-Packard e a Best Buy. Vendo que a receita de anúncios não era suficiente, Pandora começou oferecendo um serviço de assinaturas opcional.
    Por 3 dólares por mês os ouvintes não vêem nem escutam anúncios e ainda recebem um programa aplicativo para propiciar um serviço com recepção mais rápida. “Em última análise, esse é o debate: Qual é o nexo do que os usuários desejam e o que a economia pode permitir?” declarou Westergren. “Certos serviços ofereciam demais e não se sustentavam, e outros cobravam demais por funcionalidades pelas quais as pessoas não estavam dispostas a pagar. Tem que haver um terreno intermediário, e ainda estamos procurando por ele.” O fato é que o novo modelo de negócios da Pandora é o freemium, que, segundo a matéria, está se tornando o mais popular entre as start-up’s de internet.
    O freemium funciona como uma espécie de inversão do modelo tradicional baseado em amostra-grátis: ao invés de dar uma pequena amostra ao cliente, dê, grátis, 99% por cento do seu produto digitalmente. Trata-se de uma estratégia semelhante àquela envolvendo um produto chamado de “loss leader” (“líder de perdas”, produto, normalmente popular, vendido a um baixo preço, possivelmente a preço de custo, para estimular outras vendas rentáveis). Como o custo de reprodução dos produtos e serviços digitais tende a ser mínimo ou até mesmo nulo, o modelo se mostra perfeitamente adequado à economia da web.
    Parece haver consenso que não há  como viabilizar negócios somente com base em anúncios online, e aos poucos o freemium vai se apresentando como uma alternativa viável, até porque o pagamento vem do cliente e não do anunciante. Como lembra Anderson, no caso dos aplicativos desenvolvidos para o iPhone, a primeira geração se constituía de aplicativos gratuitos e aplicativos que custavam 9 dólares, e esperava-se obter algo com anúncios. Hoje em dia disponibiliza-se a versão gratuita e a versão paga, ponto final. A versão gratuita é uma amostra, e se o consumidor decide adquirir a versão paga é porque usou e gostou, e está disposto a se tornar fiel ao produto, etc. É como se a versão gratuita servisse como a melhor forma de propaganda do produto.
    De modo a contextualizar o freemium, Anderson lembra que a primeira onda da internet era “construa uma grande audiência, use o baixo custo marginal de internet para adquirir uma enorme audiência, e depois simplesmente sacuda anúncios em cima,” não muito diferente do modelo broadcast utilizado por TV e rádio. A segunda onda se caracterizou também pela obtenção de uma grande audiência e do uso de anúncios online, mas dessa vez utilizando um tipo mais eficaz de anúncio (i.e., baseado na busca, direcionado, etc.), e essa é a onda que tem na Google seu representante canônico. Por sua vez, a terceira onda traz a idéia de dar à sua (novamente) grande audiência uma amostra grátis e vender a 10% dela a versão paga.
    Exemplo típico é o mundo de vídeo-games tais como “Club Penguin” e “Second Life”: ao invés de se pagar pelo jogo vendido numa embalagem, pode-se jogar gratuitamente online, e ao se envolver com o jogo vem a demanda por compra de algo que surge no enredo do próprio jogo, tal como um presente para seu pingüim, uma diversão na segunda vida, etc. Com base em observações como essas Anderson declara que o freemium é o primeiro modelo de negócios digital verdadeiramente novo. Embora difícil, pois o empreendedor tem que pensar em pelo menos dois produtos, um gratuito e um pago, este seria o modelo que vai pegar para valer, pois envolve pagamento direto, mesmo que de uma pequena fração de sua clientela. Nada de intermediários, como os anunciantes.
    Em resposta às críticas de Malcolm Gladwell em sua resenha do livro no The New Yorker (“Priced to Sell. Is free the future?”, 06/07/09), de que toda essa “economia de abundância” que permeia o argumento de “Free” seria uma bolha, e que, mais cedo ou mais tarde, as contas do acesso a banda larga vão chegar a essas empresas que estariam utilizando algo como o freemium (aí incluídas YouTube, Facebook, etc.), e que estas acabariam quebrando, Anderson responde lembrando que a economia digital é a primeira economia deflacionária na história.
    Na economia dos átomos, da manufatura, tudo fica mais caro a cada ano. Ao contrário, na economia de bits tudo fica mais barato a cada ano que passa. Se em 1961 um único transistor custava dez dólares, em 1963 passou para cinco dólares, e cinco anos mais tarde já custava apenas um dólar. Hoje, a Intel vende dois bilhões de transistores por cerca de onze dólares, o que significa que o custo de um único transistor está em cerca de 0,000055 centavos de dólar, tudo isso graças à chamada Lei de Moore.  O fato é que os custos associados à economia da internet percorrem uma trajetória descendente em direção a zero num ritmo alucinante. Nunca na história da humanidade as entradas primárias para uma economia industrial caíram de preço tão rapidamente e por tanto tempo.
    A Chris o que é de Chris. Ainda que um tanto intrigante, o argumento de “Free” revela uma estratégia de negócios que pode muito bem ser essencial à sobrevivência de empresas na economia digital. Trata-se de uma estratégia que vai além de um truque de marketing ou um simples subsídio cruzado.
    PS: Ruy é professor associado do Centro de Informática da UFPE e escreve para o Blog sempre às segundas.
    Deixe seu comentário
    Deixe uma resposta
    O seu endereço de email não será publicado Campos obrigatórios são marcados *
    Nome *
    Email *
    Site
    Comentário
    Você pode usar estas tags e atributos de HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>

  • El otro día un amigo mío periodista –un gran periodista, por cierto– me llamó en una reunión “el señor Deflación”. Lo tomé como un cumplido, por venir de quién venía y porque supongo que se refería a lo mucho que he insistido en los últimos años en que el papel de los precios en la economía está pasando de ser generalmente alcista –como lo hemos vivido las últimas generaciones- a ser neutral o incluso desinflacionista. Y no es ni bueno ni malo. Simplemente “es”. Será malo o bueno en función de cómo se adapten los agentes económicos –inversores incluidos– al nuevo entorno. En pocos sitios es tan cierto lo de “adaptarse o morir” como en el mundo de los negocios.
    Hubiera preferido que mi amigo me hubiera llamado “señor Baja Inflación”, porque refleja mejor mi forma de ver el futuro en materia de precios y no tanto que se cumpla la predicción del artículo que escribí hace ahora casi cinco años sobre “La japonetización de la economía occidental”. Que se está cumpliendo, cierto, pero que entiendo debería ser algo temporal. Como digo, veo más un largo periodo de IPC moderado y ocasionalmente negativo que una auténtica “japonización”, aunque la capacidad de los políticos para estropear las cosas es infinita y no se puede descartar totalmente que se materialice el escenario “japonés” (como ocurrió en Japón, precisamente por la incompetencia de sus dirigentes).
    La opinión generalizada es que el IPC es bajo o negativo únicamente porque baja el precio del petróleo. Pero basta coger un gráfico a cinco años donde salga el IPC y la inflación subyacente para llegar a dos conclusiones: la primera que el IPC empezó a bajar años antes de que lo hiciera el precio del petróleo. Y la segunda: que también lleva años bajando la inflación subyacente, y esa NO incluye el precio de la energía. ¿Por qué baja entonces, si no le afectan las variaciones en el precio del petróleo?
    La digitalización de la economía tiene un efecto desinflacionista. Desde que se digitalizó, el precio de la música ha caído dramáticamente
    Otra explicación habitual –con más base empírica- es que la economía global está floja y eso hace que bajen los precios. Cierto: quitando EEUU  que tampoco está para echar cohetes-, la economía global crece mucho menos que antes. China, por ejemplo, llegó a crecer al 15% anual y ha crecido a dos dígitos desde hace décadas. Sin embargo, este año puede acabar con un crecimiento inferior al 7%; que no está mal, pero es la mitad de lo que nos tenía acostumbrados. Y eso afecta, por ejemplo, al precio de las materias primas. A la baja. Y ya sabemos cómo están Europa, Japón, Brasil o Rusia.
    Esta explicación de que la debilidad de los precios es consecuencia de la debilidad de la economía global es, en mi opinión, correcta. Pero incompleta. Porque no está teniendo en cuenta un fenómeno fundamental y menos coyuntural que un ciclo económico -que hoy es bajista y mañana alcista-. Se trata de la digitalización de la economía (espero que ahora me llamen "señor Digitalización", que suena más moderno que “señor Deflación”). Y que la digitalización de la economía tiene un efecto desinflacionista. Desde que se digitalizó, el precio de la música ha caído dramáticamente. Desde que los “drones digitales” quitan negocio a los dinosaurios bancarios tradicionales, cae el coste de mover dinero y de realizar pagos. Y de ahí en adelante. Para no extenderme en este último e importante extremo les recomiendo vivamente lean el artículo “Atención, nadie está seguro: llegan los 'drones' digitales”.
    Desde las comisiones de los brókers, que, cuando empecé a trabajar, se llamaban corretajes, eran altísimas y estaban reguladas, hasta la ropa, pasando por comprar una bicicleta. Todo aquello que puede hacerse por Internet es ahora, de entrada, más barato. Hasta la compra del “súper”. Cuando se hace on line en una empresa que no tiene que apechugar con el coste de tener centros de distribución en medio de las ciudades, sino naves industriales en medio de la nada.
    Una vez tuve la oportunidad de preguntarle nada más y nada menos que a Bill Gates hasta dónde llegaría el comercio digital (no estaba invitado al encuentro: alguien se puso enfermo y me dio la entrada). Fue hace un montón de años y he de decir que el señor Gates acertó en todo. Nos adelantó lo que hoy conocemos como comercio electrónico. Pero se quedó corto: me dijo que él no se veía comprando ropa por Internet. Que prefería tocarla y probársela (literalmente).
    Pues ya ven: aun así las puntocom de ropa han encontrado una fórmula para vender a los que normalmente queremos probar y tocar. De hecho, mis hijos ya compran más online que en comercios. Una fórmula que ya introdujo El Corte Inglés hace muchísimo tiempo: “si no queda satisfecho con su compra, le devolvemos el dinero”. ¡Claro! ¡Eureka! ¿Cómo te aseguras de que la gente no tenga miedo a comprar por Internet? Garantizando que si se equivocan recuperarán su dinero o al menos podrán cambiar sin problemas lo que han comprado. Todo son ventajas comprando por Internet –precio, comodidad- al menos para la gente ocupada o que, como yo, prefiere viajar, hacer deporte o ir al campo que ir de compras. La única desventaja es: ¿qué pasa si me equivoco? Pues ahí tienen, desde Amazon, que tiene un excelente servicio post venta, hasta un pequeño negocio de ropa: “si no está satisfecho ...”
    ¿Y qué pasará cuando se desarrolle la impresión en 4D? En fin, no quiero alargarme poniéndome en plan visionario. Prefiero centrarme en los mensajes que más nos interesan como economistas, directivos, empresarios o inversores: el primero es que la economía que viene –la que ya ha llegado– es digital. Se seguirán construyendo presas y casas, por supuesto, pero fíjense en esto que vi el otro día en Twitter:
    Leer más:  Twitter: La economía digital es desinflacionista. Blogs de Telón de Fondo  http://blogs.elconfidencial.com/mercados/telon-de-fondo/2015-04-11/el-mundo-digital-es-desinflacionista_757395/#lpu6Agu7w97Hj661
  • Cloudera, Inc. revealed this past February that it was the second Open Source company in history to crack $100 million in revenues. And according to Mike Olson, Cloudera’s chief strategy officer, the company is thrilled with it growth.
    “I’m very pleased and confident in our strategy and execution,” he said in an interview with theCUBE during EMC World 2015. “And, in addition, Big Data is genuinely transforming the industry and is creating an enormous opportunity for everyone — us, our tremendous partner, EMC, and the rest of the industry.”
    New workflows emerge
     
    As CSO, Olson has to keep a sharp eye on the IT trends, and needs, of enterprise. As Big Data has gotten bigger — and cheaper to store — new workflows are emerging, as well as tools that help businesses explore their data in new ways.
    “The ability to ingest, store, process [and] analyze absolutely any kind of data was transformative,” Olson said in an interview with theCUBE during EMC World 2015. “We never had a chance before to look at video, documents, audio, social media data and then — by the way — traditional transactions and user data in one place. An enterprise data hub, built on Apache Hadoop, absolutely lets you do that.”
    Beyond that, full-stack analytic solutions are now being built on the platform, which is “a perfectly natural maturation of the market,” according to Olson.
    The fate of traditional systems
     
    These changes allow for “real-time analytics running over data, doing fraud, machine learning [and] recognizing money laundering in financial transactions,” advances that can’t be overstated. But as disruptive and revolutionary as some of these changes are, they’re not likely to dismantle traditional systems overnight.
    “We don’t see large swaths of traditional systems getting powered down as a result of the emergence of this new enterprise data hub capability,” Olson said. “People are running data warehouses, document management systems to solve particular business problems, and they’re really good at it. Our customers are setting up this new platform in order to adjust the share data from many different sources, including those existing legacy systems. They’re doing new analytics and new processing at much larger scale and more cheaply, but they’re integrating with their existing systems.”
    The rapidly-changing landscape of data management
     
    Olson is proud to be investing in Cloudera’s partnership with EMC in the rapidly-changing landscape of data management. “We’ve had a fantastic relationship with EMC for quite some time … We’re super bullish long term on this relationship, and we see it expanding into other parts of the storage ecosystem.”
    Watch the full interview below, and be sure to check out more of SiliconANGLE and theCUBE’s coverage of EMC World 2015.
  • The shift in skill demand has exposed a problem in
    skill supply: more than a third of global companies
    reported difficulties filling open positions in 2014,
    owing to shortages of people with key skills.1 In
    another example, across the 24 countries included in
    the Programme for the International Assessment of
    Adult Competencies (PIAAC), an average of 16% of
    adults had a low proficiency in literacy and an
    average of 19% had a low proficiency in numeracy.2
    Only an average of 6% of adults demonstrated the
    highest level of proficiency in “problem-solving in
    technology-rich environments.”3
    To uncover the skills that meet the needs of a
    21st-century marketplace, we conducted a
    meta-analysis of research about 21st-century skills
    in primary and secondary education. We distilled the
    research into 16 skills in three broad categories:
    foundational literacies, competencies and character
    qualities4 (see Exhibit 2; see also Appendix 1 for
    definitions of each skill).
    • Foundational literacies represent how students
    apply core skills to everyday tasks. These skills
    serve as the base upon which students need to
    build more advanced and equally important
    competencies and character qualities. This
    category includes not only the globally assessed
    skills of literacy and numeracy, but also scientific
    literacy, ICT literacy,5 financial literacy and cultural
    and civic literacy. Acquisition of these skills has
    been the traditional focus of education around the
    world. Historically, being able to understand
    written texts and quantitative relationships was
    sufficient for entry into the workforce. Now, these
    skills represent just the starting point on the path
  • Competencies describe how students approach
    complex challenges. For example, critical thinking is
    the ability to identify, analyse and evaluate situations,
    ideas and information in order to formulate
    responses to problems. Creativity is the ability to
    imagine and devise innovative new ways of
    addressing problems, answering questions or
    expressing meaning through the application,
    synthesis or repurposing of knowledge.
    Communication and collaboration involve working in
    coordination with others to convey information or
    tackle problems. Competencies such as these are
    essential to the 21st-century workforce, where being
    able to critically evaluate and convey knowledge, as
    well as work well with a team, has become the
    norm.
    • Character qualities describe how students approach
    their changing environment. Amid rapidly changing
    markets, character qualities such as persistence and
    adaptability ensure greater resilience and success in
    the face of obstacles. Curiosity and initiative serve as
    starting points for discovering new concepts and
    ideas. Leadership and social and cultural awareness
    involve constructive interactions with others in
    socially, ethically and culturally appropriate ways.
    While all 16 of these skills are important, we have
    observed little consistency in their definition and
    measurement.
  • An in-depth analysis of performance indicators across
    91 countries has found stark differences for different
    skill types not only across income clusters, as defined
    by the World Bank, but also within the same income
    cluster and within countries. While the differences are
    most pronounced between developed and developing
    countries, we also found wide variations in
    performance among high-income countries. In
    addition, we found differences within countries in
    terms of performance on foundational literacies versus
    higher-order competencies and character qualities.
    Starting with differences between developed and
    developing countries, we found that higher-income
    countries in the OECD – which includes developed
    countries such as the United States, Germany, Japan
    and the United Kingdom – tend to perform much
    better on average across most skills than developing
    countries in the upper-middle-income group, which
    includes countries such as Brazil, Malaysia, South
    Africa and Turkey (see Exhibit 3; Appendix 4 includes
    the members of each income group). For instance,
    median performance for upper-middle-income
    countries in our sample on the 2012 literacy test by
    the Programme for International Student Assessment
    (PISA) was 416, while high-income OECD countries
    scored significantly higher at 499.
    While broad differences between high-income OECD
    countries and upper-middle-income countries can be
    discerned, it can be much more challenging to draw
    comparisons between these income clusters and
    lower-middle and low-income clusters. Virtually none of
    the lower-income countries take part in comparable
    tests such as PISA. A high-level analysis of regional
    tests, such as the Southern and Eastern Africa
    Consortium for Monitoring Educational Quality
    (SACMEQ), does allow a ranking comparison inclusive
    of some lower-income countries for literacy and
    numeracy (see Appendix 5 for a comparison of data
    across three tests we used in this report). The analysis
    confirms that higher-income countries do indeed
    perform better. However, notable exceptions exist, such
    as Vietnam, which ranks on par with Germany and
    ahead of France on literacy, and Tanzania, which ranks
    ahead of Brazil, Malaysia, Indonesia and South Africa
    on literacy in our sample. These exceptions show that
    income is only one of many factors affecting
    educational outcomes. As such, it is important to
    holistically evaluate unique country contexts when
    devising solutions to address skills gaps.
  • Underlying the skills gap are significant macro-level
    issues that impede learning. These factors include
    fundamental economic and social problems, such
    as poverty, conflict, poor health and gender
    discrimination. Progress in addressing the
    21st-century skills gap cannot be made without
    tackling these basic elements.
    In addition, we identified four key country-level
    educational areas in which many countries
    outperform or underperform (see Appendix 3 for the
    indicators used to measure them and the challenges
    in doing so):
    1. Policy enablers: Standards that govern K-12
    education
    2. Human capital: Teacher quality, training and
    expertise
    3. Financial resources: The importance of
    education in public budgets
    4. Technological infrastructure: Access to new
    digital tools and content via the internet
    Deficiencies in each of these areas
    disproportionately affect low-income countries.
    Exhibit 4 explores how five income groups rate on
    these educational factors. For example,
    lower-income countries rank in the bottom quartile
    of our sample (the median rank is in the 26th
    percentile) in terms of the number of students per
    trained teacher in primary school – a proxy measure
    of human capital – compared with high-income
    countries, which tend to have many more trained
    teachers (the median rank is in the 86th percentile).
    Similarly, wide disparities can be seen in the other
    indicators.
    The issues also manifest themselves in different
    ways: some educational systems face high teacher
    absenteeism, while others have too many teachers
    who have not mastered the content they are
    required to teach, for example. Each country and
    culture therefore requires unique solutions.
    Technology has a role to play in addressing some of
    these contextual factors. The Varkey Foundation,
    through its Making Ghanaian Girls Great (MGCubed)
    project, is an example of an organization working
    around the constraints of human capital with the
    help of technology.6 Since 2013, the project has
    established a network of 72 state schools in two
    regions of Ghana to improve access to education
    through satellite-based interactive distance learning.
    The project provides daily English and mathematics
    classes and aims to reach more than 3,000
    marginalized girls. The project is supported by the
    UK government’s Department for International
    Development, as part of its Girls’ Education
    Challenge.
    MGCubed equips each classroom with a satellite
    dish and technology hardware powered by solar
    energy to combat the challenges of poor electricity
    and internet infrastructure. Through a high-speed
    satellite broadband connection, the project
    connects each classroom to a professional TV
    studio based in the capital city of Accra, where
    master teachers deliver lessons across multiple
    classrooms to up to 1,000 students at a time. The
    interactive system enables master teachers to take
    questions in real time from students working with
    their own teachers, who facilitate the learning in
    local classrooms.
    The project helps address endemic problems with
    teacher quality and absenteeism, which can be as
    high as 35% in some regions of the country,
    according to the organization. Local teachers in
    each of the network schools also receive technology
    and teacher training to participate in the
    programme. Over time, the project aims to instill
    some of the teaching practices modeled by the
    project’s master teachers in local teachers.
    The MGCubed project’s results will be tightly
    monitored – the pilot is undergoing an independent
    randomized control trial to evaluate its outcomes
    and effectiveness – providing intelligence about the
    extent that distance-learning projects can transform
    the prospects for girls who participate, as well as
    whether it can be replicated across Africa.
  • Broad differences in performance based on income
    make intuitive sense. More surprising are the wide
    variations in skills performance within even
    high-income clusters. Exhibit 5 shows skills gaps
    when high-income OECD countries are compared to
    each other.
    As one high-profile example, the United States
    performs relatively well on most skills when compared
    with the entire world. But when compared with
    high-performing peers such as Japan, Finland or
    South Korea, the United States shows significant
    gaps in numeracy and scientific literacy. The United
    States ranked 36th out of 65 countries that took the
    2012 PISA mathematics test (with a score of 481) and
    28th out of 65 countries on the 2012 PISA science
    test (with a score of 497), for instance, compared with
    Japan’s 2012 ranking of 7th in mathematics (a 536
    score) and 4th in science (a 547 score).
    In addition to gaps found vertically between
    countries, horizontal gaps also exist within the same
    country. At an individual country level, a gap exists
    between foundational literacies and competencies
    and character qualities such as critical thinking,
    creativity and curiosity. For example, Poland
    performs well on a range of indicators representing
    foundational literacies, even while displaying gaps in
    critical thinking/problem-solving and curiosity.
    Similarly, Ireland stands out in terms of foundational
    skill indicators relative to other OECD countries, but
    shows gaps when compared to peers on critical
    thinking/problem-solving, creativity and curiosity.
    Some income clusters display strong performance
    across all skills. For example, Canada, Finland,
    South Korea and Japan are among the top
    performers within the high-income OECD group on
    all skills.
  • Numerous innovations in the education technology
    space are beginning to show potential in improving
    education and helping address skills gaps. To help
    lower the cost and improve the quality of education,
    education technology is being used to:
    • Find creative solutions to fundamental challenges
    in many countries, such as a lack of well-trained
    teachers and broadly accessible technology
    infrastructure
    • Make education available to a broader audience at
    a much lower cost or provide higher quality
    instruction at the same price
    • Enable easier scaling up of promising models
    within local markets and the transfer of best
    practices across markets in ways that can be
    sustained over the long term
    • Gain insight into how and what students learn in
    real time by taking advantage of the greater
    variety, volume and velocity of data
    • Increase teacher productivity, freeing up valuable
    time from tasks such as grading and testing,
    which can be used for differentiated teaching of
    competencies and character qualities
    In addition, education technology can be deployed
    to develop 21st-century skills such as
    communication, creativity, persistence and
    collaboration, as is explored in the representative
    examples below.
    Of course, technology is only one element in a
    portfolio of vital solutions that aim to close the
    21st-century skills gap. These include strategies
    such as better teacher preparation, new modes of
    learning and wraparound services for struggling
    families.
    But when educators add education technology to
    the mix of potential solutions, we find they are most
    effective if applied within an integrated instructional
    system known as the closed loop. As in engineering
    or manufacturing, the closed loop refers to a system
    that requires an integrated and connected set of
    steps to produce results. In the educational world,
    the closed-loop instructional system works similarly.
    At the classroom level of the closed loop, educators
    create learning objectives, develop curricula and
    instructional strategies, deliver instruction, embed
    ongoing assessments, provide appropriate
    interventions based on student needs and track
    outcomes and learning. All these efforts must be
    linked together as well as aligned with the goal of
    developing 21st-century skills (see Exhibit 6).
    To understand how technology can enhance
    learning as one tool in a portfolio, we surveyed th

×