El documento describe los mil tormentos y sufrimientos físicos que Jesús soportó antes de ser crucificado, incluyendo golpes con correas, puños, palos, cadenas e hierros que le dejaron llagas de pies a cabeza. A pesar del intenso dolor, Jesús perdonó desde la cruz, soportando todo por amor a la humanidad con gran paciencia, y pidiendo a los demás que se amen los unos a los otros con la misma paciencia.