2. ESCENARIO MUNDIAL
Visualizando el aumento de la incertidumbre económica
mundial
por Nicholas Bloom, Hites Ahir, y Davide Furceri
Septiembre 29, 2022
Durante los últimos seis años, las empresas han tenido que hacer frente a cinco «choques de incertidumbre»
importantes: primero fue el Brexit en 2016, seguido de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos,
las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, la pandemia de Covid-19 y, en 2022, la guerra de
Ucrania.
Estos choques reflejan una nueva normalidad de mayores turbulencias globales, impulsadas por la
fragmentación política nacional e internacional. Y estas son sutilmente diferentes de las crisis económicas en
las que los ejecutivos pueden estar más acostumbrados a pensar.
Un choque de incertidumbre puede coincidir con un choque económico típico, como en el caso de la invasión
rusa de Ucrania, que interrumpió el suministro de energía y alimentos y, por lo tanto, subió sus precios. Pero
no tiene por qué hacerlo: las elecciones estadounidenses crearon una incertidumbre significativa para las
empresas, incluso antes de que tuvieran un efecto directo en la economía real.
La investigación de HBR sugiere que estos choques de incertidumbre tienen consecuencias reales para las
empresas y que cada vez son más comunes. Las empresas deberían interiorizar esto y adaptarse a la nueva
realidad de tres formas: siguiendo de cerca los acontecimientos globales, pagando por la flexibilidad y
considerando planes de contingencia.
3. ESCENARIO MUNDIAL
Medir la incertidumbre
La incertidumbre, por su propia
naturaleza, es difícil de definir. HBR ha
desarrollado una metodología propia
que le ha permitido revisar los últimos
25 años y es así es como se ve la
medida aplicada durante las últimas
tres décadas.
Desde la crisis financiera mundial de
2008 y la posterior crisis de la deuda
europea, la incertidumbre económica y
política ha ido en aumento. Subió en
2016 y alcanzó máximos históricos en
2020 con la aparición de la pandemia
de Covid-19. Cayó en 2021, cuando la
Covid-19 comenzó a convertirse en
endémica en muchas partes del mundo,
pero ha vuelto a repuntar desde la
invasión rusa de Ucrania.
4. ESCENARIO MUNDIAL
Responder a la incertidumbre
En opinión de HBR es que estas crisis globales llegaron para quedarse. Si bien cada acontecimiento es
diferente, el tema común es una mayor fragmentación geoeconómica y una política más polarizada en los
EE.UU. y Europa. Estas tendencias están impulsando el aumento de la incertidumbre mundial y no van a
desaparecer.
Para hacer frente a esto, recomiendan a las organizaciones que tomen tres medidas:
En primer lugar, es más valioso que nunca prestar atención a la economía y la política globales. En tiempos
de calma, tiene sentido que las empresas se centren en los mercados, siguiendo el viejo dicho de que «el
negocio de los negocios son los negocios». Pero en tiempos turbulentos tiene sentido seguir los
acontecimientos actuales para evitar que las perturbaciones globales lo cojan por sorpresa. De hecho, para las
empresas más grandes puede ser útil tratar de dirigir el proceso político a través de la participación y el
cabildeo. Invierta en las personas y las herramientas para seguir más de cerca la geopolítica, con especial
atención a los temas y las regiones que más afectan a su empresa.
En segundo lugar, una mayor incertidumbre hace que la flexibilidad sea más valiosa. Por lo tanto, esté
dispuesto a gastar más para mantener sus opciones abiertas. Esto implica cualquier cosa, desde firmar
contratos de arrendamiento más cortos, arrendar en lugar de comprar una propiedad, contratar contratistas en
lugar de personal permanente y alquilar equipos en lugar de comprar equipos. Pague más para evitar
compromisos a largo plazo, ya que esto dificulta la agilidad ante las grandes perturbaciones.
5. ESCENARIO MUNDIAL
Responder a la incertidumbre
(viene)
Por último, utilice la planificación de contingencias. Cuando se producen grandes conmociones, como la
guerra de Ucrania, tomar decisiones rápidas tiene un enorme valor. Las empresas que tienen planes de
contingencia pueden actuar más rápido y reducir el riesgo de errores. No tiene que predecir perfectamente los
detalles de la próxima crisis para hacerlo: las empresas pueden modelar escenarios más genéricos, como una
fuerte caída de la demanda de los consumidores, el fracaso de un proveedor clave o un aumento del costo de
hacer negocios en un país específico. Hacer planes de contingencia es como pagar un seguro: espera no
tener que usarlos nunca, pero si lo hace, pueden tener un valor incalculable. Con una mayor volatilidad
mundial, es probable que esto suceda más que nunca, así que el valor de los planes de contingencia nunca ha
sido tan alto.