En este archivo se relata una breve historia sobre la llegada de los españoles a América y las fundaciones de las ciudades más antiguas del actual territorio Argentino.
Breve historia de la llegada de los españoles a América y fundaciones de las principales ciudades del territorio Argentino
1. Llegada de los Invasores para construir el “nuevo Imperio en Tierras Indias”
Acorde a sus “derechos”, los Españoles debían someter a todos aquellos que estuviesen habitando los
territorios que ellos habían “descubierto”.
Los españoles buscaban la explotación de las riquezas mineras tan abundantes de las nuevas tierras como
las de México, Perú y Bolivia. Además de querer civilizar a los indígenas mediante el trabajo, la enseñanza y
en especial la conversión al cristianismo. Desde que se “descubrió” el nuevo continente, los reyes decidieron
ocuparse intensamente de organizar el Gobierno del “Nuevo Mundo”. (*1)
Conquista de los territorios aborígenes...
Desde el año 1519 a 1567 sucedieron las conquistas españolas sobre los territorios americanos, empezando
con las invasiones exterminadoras de Hernán Cortés en la zona del actual México, donde vivían antes los
Aztecas; esta “valentía” de Cortés, inspiró a que en 1532, Francisco Pizarro y Diego de Almagro osasen en
tomar las tierras peruanas y años después comenzaran a bajar hasta llegar a Chile. (*1)
Ocupación de Argentina
Juan Díaz Solís:
En 1513, sucedió el “descubrimiento” del Océano Pacífico, lo cual demostró que América era un continente
que se hallaba previo a las tan deseadas Indias; esto repercutió de manera negativa en España creando una
desilución porque lo veían como un pedazo de tierra que obstaculizaba sus ambiciones, el interés volvió
cuando se dieron cuenta de la cantidad de metales preciosos que habían en nuestras tierras.
Al percatarse de esta existencia, los españoles recorrían cautelosamente las costas americanas, de modo que
en 1515, Juan Díaz de Solís arribó a lo que hoy conocemos como el Río de la Plata, más precisamente a la isla
Martín García, sin embargo, los indígenas dieron un sorpresivo ataque, en el cual todos los tripulantes que
habían bajado a explorar con Solís (incluido él) perecieron; al percatarse de cómo eran asesinados sus
compatriotas, los que habían quedado a bordo decidieron volver a España comandados por Francisco Torres.
Uno de los barcos que viajaba a España de regreso, pereció en un temporal y una docena de marinos
arribaron a las costas Argentinas, los cuales tuvieron una convivencia pacífica con los aborígenes de aquí. (*2)
Hernando de Magallanes:
En Enero de 1520, arriban a las costas Argentinas una expedición constituida por cinco naves, comandadas
por el caballero de origen Portugués, Hernando de Magallanes, quien junto a un grupo de sus hombres,
desembarca en las costas del Río de la Plata, hacen una rápida exploración y vuelven a retomar su rumbo
hacia el Sur.
La expedición llega a la Bahía de San Julián (Santa Cruz), donde decidieron detenerse viendo el invierno
2. que se avecinaba. Al llegar la primavera toman la decisión de reanudar la expedición y recorren toda nuestra
costa patagónica donde tienen los primeros contactos con los indígenas del lugar a quienes denominan
“patagones”, por el gran desarrollo de sus extremidades y por elevada altura. A fines de Octubre llegan al
lugar buscado, al que Magallanes denominó “Estrecho de Todos los Santos”, sin embargo hoy lo conocemos
con el nombre de su avistador, además de nombrar a “Tierra del Fuego” como tal, a causa de las numerosas
fogatas que los aborígenes hacían para combatir el frío. (*2)
Sebastián Gaboto: (O el Explorador del Litoral Argentino)
En 1527, Sebastián Gaboto llegó al Río de la Plata con sus tripulaciones, incluyendo unos naúfragos de las
expediciones de Solís y Magallanes. Se internó más adentro de las tierras l legando así al Río Carcarañá
(Rosario), en cuyo paraje, fundó el fuerte Sancti Spiritu, primer asentamiento europeo de nuestro país, eran
simples chozas de barro y madera, cuales servían de albergue y depósito para los expedicionarios. Tiempo
después, Gaboto mandaría a Francisco César a buscar la legendaria “Ciudad de los Césares” (Ciudad Inca de
magnificiencia por la cantidad de plata que se encontraría, así como la leyenda de El Dorado) en las sierras
Cordobesas, se encontró materiales de plata labrada pero nunca dicho lugar. (*2)
~ En 1530, Portugal busca apoderarse de las tierras tomadas por los españoles, mediante viajes
clandestinos. España se percata de dicha situación, y en 1534 comienza a mandar a sus “Adelantados”
(oficiales que se adelantaban a los ejércitos para tomar tierras antes que otros); esto dió sus frutos, ya que el
Rey español había mandado cuatro adelantados que invirtieron sus fortunas en campañas que impidieron
que Portugal se adueñara de Hispanoamérica. Entre ellos figuraban: Pedro de Mendoza, Juan de Ayolas,
Juan de Osorio, Domingo Martínez de Irala, Juan de Salazar, Diego de Abreu y Ulderico Schmidel (quien
más adelante se convirtió en el primer historiador del Río de la Plata). De los mencionados, debemos hacer
hincapié en Martínez de Irala, conocido como el primer caudillo Rioplatense (el lugar en realidad le
correspondía a Ayolas, pero tuvo un desafortunado cruce con los aborígenes de las selvas paraguayas), en
viaje hacia Buenos Aires en Agosto de 1537 fundó el Fuerte de Asunción en la confluencia del Paraguay con
Pilcomayo. Luego, Irala llegó a su destino pero allí existía una miseria que hizo que se volviera a Paraguay.
En 1541, más allá de los rumores de despoblamiento de la ciudad del Buen Aire, llegó Alvar Núñez Cabeza
de Vaca con la idea de que sea repoblada pero Irala no quiso respaldarlo, por la cual Núñez desistió de la
misión.
En 1573, Juan de Garay se ve obligado a huir al Río de la Plata para evitar su ejecución mandada por el
entonces gobernador del Fuerte de Asunción, Suárez de Toledo. En el camino, se cruza con Luis de Cabrera,
quien se hallaba en la misma situación que Garay, Cabrera había logrado fundar la ciudad de Córdoba el 6 de
Julio de ese mismo año. Tanto Garay y sus hombres como Cabrera y los suyos entran en una discusión por la
que dan cuenta que no pueden seguir para el mismo lado, poco antes de que se arme una lucha entre ambos
bandos, los de Cabrera se retiran y Garay sigue hasta la unión del Río Paraná con el San Javier (hoy Cayastá),
el 15 de Noviembre funda Santa Fe (en 1650 es trasladada hacia el Sur, donde se emplaza hoy en día). En
3. 1580, Garay se traslada a Buenos Aires con la misma idea que tenía Alvar Núñez Cabeza de Vaca, repoblar y
refundar la ciudad; lo consiguió con ayuda de españoles y criollos, el trazó los planos marcando como centro
lo que hoy es la Plaza de Mayo y marcó que en las manzanas principales debían estar el Fuerte, el Cabildo, a
la Iglesia y al Hospital, la Ciudad de Buenos Aires fue fundada por segunda vez pero oficialmente el 11 de
Junio de 1580 conocida como “De la Santísima Trinidad” pero terminó siendo más conocida por su primer
nombre (la primera fundación fue el 2 o 3 de Febrero de 1536 luego de que Pedro de Mendoza la bautizara el
Puerto de los Buenos Aires).(*2)
Luego de la primer fundación de Buenos Aires, los reyes Españoles comenzaron a mandar más caudillos
para seguir fundando y poblando las tierras para que otros países Europeos no se les adelanten (Ej: 1588 –
Fundación de Corrientes por Vera; 1543 – Fundación de Tucumán por Diego de Rojas; 1553 – Francisco de
Aguirre.). En las siguientes imágenes se muestran las ciudades fundadas en ese período:
6. BIBLIOGRAFÍA: Libro tomado de la Biblioteca, impreso el 14 de Enero de 1981 en los talleres gráficos de
Sebastián de Amorrortu e Hijos, S.A. En la provincia de Buenos Aires, (carecía de información de autor y
editorial).
(*1) Tomado de la Unidad 2.5 “El Imperio Hispano-Americano”
(*2) Tomado de la Unidad 2.7 “Ocupación de Argentina”
Observación Grupal: Más allá que desconozcamos el autor del libro, nos tocó lidiar con un autor bastante
fanatizado por la teoría que América fue descubierta y no que en ella ya existía gente, con otra cultura, con
otro tipo de vida, etc,. Un autor, el cual nos presentó a los españoles como los salvadores de la civilización,
más allá que sugiere que hubo exterminio de almas inocentes que no se prestaban a la idea de someterse a los
“conquistadores”. El punto de vista expresado en éste libro da cuenta de cómo el autor sostiene a nuestros
antepasados como una raza de salvajes en taparrabos, en vez de mirarlos como los indígenas, nativos, dueños
indiscutibles de estas tierras que querían proteger lo que a ellos les correspondía.