2. Si te fijas, la cotidianidad de los chilenos, el día a día,
en el siglo XIX no era tan diferente de la de hoy.
Leyendo sobre los oficios de antaño, o sea de
tiempos atrás, podrás adivinar cómo vivían los
abuelos de tus abuelos. No había electricidad, por
eso existían las personas que vendían velas, y como
no había cañerías para el agua, algunas personas la
traían desde los ríos hasta las casas, y así satisfacían
las amplia gamma de necesidades que existían en la
época.
3. Si llevamos esto a la actualidad podemos diferenciar
lo mismo, encontramos necesidades y para ellas
oficios que nos permitan desenvolvernos mejor y
obtener una vida mas simplificada.
Pon mucha atención a las fotos e información, luego
de conocer los oficios responderemos algunas
preguntas.
4.
5. El aguatero, como su nombre lo indica, vendía
agua. Era un personaje muy importante para los
barrios porque en esa época no había cañerías
que transportaran el vital elemento a las casas,
por lo que las personas dependían
exclusivamente de este señor para asearse y
beber. Con la llegada del servicio de agua
potable en 1900, el oficio de aguatero empezó a
caer en desuso y desapareció…
6. … Los aguateros andaban encima de una mula con
dos pequeños barriles, uno a cada lado del animal
sobre una armazón de madera. Vestían un sombrero
cónico y un delantal de cuero. Llevaban una vara con
un garfio en la punta, haciendo sonar un cencerro
para anunciar su presencia. Cuando alguien se
acercaba a comprar, el aguatero soltaba una de las
dos tinajas y sostenía la otra con la vara para evitar
que se cayera por la falta de contrapeso.
7.
8. El heladero vendía helado, pero no el helado que
crees tú. Se trataba más bien de hielo picado con
azúcar y jugo de frutas. Lo transportaba en un balde
acondicionado para que no se derritiera y los iba
sirviendo con una gran cuchara. Gritaba cada uno
con un particular sonido, a todo lo que podía.
9.
10. Este simpático señor paseaba por las calles
vendiendo dulces y pasteles en un canasto de
mimbre, el cual era uno de los materiales mas
destacados y aprovechados de la época colonial.
11.
12. Eran policías civiles que cuidaban las calles
durante la noche, un servicio de seguridad
compuesto por los vecinos, que se organizaban
para detener a los delincuentes. También se les
llamaba celadores, y llevaban un sable.
13.
14. Eran panaderos ambulantes, contratados por las
panaderías para vender el pan en la calle. Lo
trasladaban en recipientes de cuero tapados y
envueltos en un paño blanco.
15.
16. '¡Bacinicas de hojalata muy baratas!', gritaba el
hojalatero al anochecer, y con eso ya sabes lo
que vendía. Pero además arreglaba utensilios de
metal, ollas y tiestos a domicilio.
17.
18. Al atardecer aparecían los veleros en las calles
con una vara al hombro de la que colgaban velas.
Iban gritando: '¡velas de sebo!'. Como no había
luz eléctrica las velas eran la única forma de
alumbrarse en la noche.
19.
20. Andaban a pie con las gallinas vivas y cacareando
al hombro. Las autoridades los obligaron a llevar
a las aves en canastos o cajones, y mas tarde se
les exigió vender sólo en los mercados.
21.
22. Otro personaje importante era el vendedor de pasto, que
sentado sobre su carga…No existía aún la costumbre de
secar el heno y de venderlo aprensado, por lo cual se
vendía el pasto verde y recién cortado. Este era un buen
oficio, pues los caballos abundaban en la ciudad
23.
24. Estos eran carniceros ambulantes, también
llamados 'muleros de la carne', que llevaban
pedazos de carne sobre alforjas a los costados
de la mula. Caminaban detrás del animal con un
gran cuchillo para trozar, gritando: 'carne de vaca'
o 'carne de cordero' según el caso. Según
testimonios de la época, los pedazos de carne
tenían un aspecto sucio, y eran seguidos por un
enjambre de moscas. Puaj, qué asco.
25.
26. Los suplementeros eran los vendedores de
diarios, muchas veces niños que pregonaban a voz
en cuello las últimas informaciones. Tal como
sucede en nuestros días, la demanda por diarios y
revistas aumentaba ostensiblemente en épocas
electorales, durante las campañas parlamentarias
y presidenciales.
27.
28. Dado que las primeras luminarias publicas eran a
gas, por lo que no eran encendidas
automáticamente habían funcionarios dedicados a
encenderlas, anunciando a su vez la hora, este era
el Sereno que en los albores de nuestra patria
libre con nuestra bandera tricolor flameando,
soberana en los salones de O’higgins con luces y
aristocracia se escuchaba la voz y el pasar del
sereno, que con su eterna letanía, encendía uno a
uno los faroles, vigilantes de las calles , luz de
tranquilidad en las noches seguridad hasta el
canto del gallo al amanecer.
29.
30. Vendía pedazos o sandías enteras en la plaza
o en las ferias. Era muy solicitado por la gente,
sobretodo en los días calurosos en que un
sabroso trozo de esta fruta era muy apetecido.
31.
32. A veces el organillero aparecía acompañado
por un socio: el hombre orquesta o
chinchinero. ¡Esto sí que era un espectáculo!.
Por que no sólo se dedicaba a tocar el bombo
y los platillos, sino que bailaba y hacía
verdaderas proezas con su "orquesta" a
cuestas, saltando incansablemente sobre la
improvisada pista. Cuando terminaba su
espectáculo pasaba con un sombrero
pidiendo una colaboración.