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Boletin de valores infants y juniors bimestre i 2012 2013
1. PRIMER BIMESTRE 2012-2013.
Colegio Salvadoreño Inglés
Buscando la excelencia
Revista de valores #1 Infants y Junior
¡El valor de una sonrisa!
¿Qué será lo primero que cap- Podríamos afirmar que la timismo, autenticidad e inclu-
tamos de una persona cuando sonrisa es una expresión hu- so tolerancia. Estos valores se-
la acabamos de conocer? Al- mana de sorprendente rique- rán los que rijan un ambiente
guien dirá "su mirada", otro di- za por ser creado de dentro de armonía y respeto.
rá "su modo de vestir", alguien a fuera, con espontaneidad
más añadirá: “ su sonrisa". La expresiva. Si se sonríe uno
respuesta quizás, que mejor forzadamente, el resultado
define todo lo anterior sería es una mueca, que es un
"su expresión". gesto carente de expresivi-
dad.
El rostro es la parte más espiri-
tual del cuerpo humano, el lu- La sonrisa manifiesta una
gar donde se refleja con más actitud personal de plenitud.
claridad el interior de la perso-
na y sus sentimientos. Siempre es positivo comen-
zar los ciclos de la vida con
una sonrisa que exprese op-
Contenido:
Cuadro de ejes transversales y valores Trabajemos por nuestra felicidad. Pag.2
Educación Moral y Cívica: Educación en Derechos ¡Seamos niños de nuevo! Pag.3
Humanos: Tolerancia y búsqueda
Moral Identidad Cultural
Optimismo común de la paz. Pag.4
Conocimiento Trabajo
Autenticidad Sitios de enlace y contactos. Pag.5
Disciplina
Tolerancia
Excelencia
Civismo
2. TRABAJEMOS POR NUESTRA FELICIDAD
Una maestra de kínder estaba observando a los niños de su clase de una persona de sobreponerse
mientras dibujaban. Mientras, se paseaba por el salón para ver los con optimismo a un período de
trabajos de cada niño. Cuando llegó a donde una niñita que trabajaba dolor emocional intenso, lleván-
diligentemente, le preguntó qué estaba dibujando. La niña replicó: dolo esta actitud a salir fortale-
'“Estoy dibujando a Dios”. La maestra se detuvo y dijo: “Pero nadie cido y alcanzando de esta for-
sabe cómo es Dios” Sin pestañear, y sin levantar la vista de su dibujo, ma estado de excelencia per-
la niña contestó: “Lo sabrán dentro de un minuto”. sonal.
“¿Eres feliz?” probablemente si se hiciera esta pregunta a un grupo Esta postura, rescata la capaci-
de niños y niñas la respuesta fuera un “Síííí” unánime y rotundo. A dad maravillosa del ser humano
diferencia de ellos, si esta pregunta se nos hiciera a alguno de noso- de influir en su realidad. Hace
tros adultos, la respuesta inicial sería un silencio reflexivo en el que énfasis en devolverle la respon-
evaluamos cada área de nuestra vida, para luego emitir la respuesta. sabilidad de proveerse estabili-
dad, paz y felicidad. Los tres
Una característica de los niños/as digna de ser imitada es que viven elementos anteriores son fruto
el día a día, disfrutando el presente y haciéndolo con intensidad. Los del valor del optimismo. Si bien
adultos comúnmente creemos que la felicidad son momentos, instan- nadie está exento de obstáculos
tes de dicha, que la vida son cosas que nos pasan y que cuando nos a superar en el camino, es grati-
enfrentamos a situaciones difíciles hay que soportarlas hasta que ficante y hasta reconfortante
acaben y lleguen otros lapsos de felicidad fugaz. Tomar esta postura reconocer que en nuestras ma-
es normal y hasta funcional, ya que es la forma de adaptarnos a las nos está la capacidad de emo-
adversidades normales de la vida. Sin embargo, apoyarnos demasia- cionarnos por la vida.
do en este pensamiento como recurso de supervivencia puede ser ¡Dejemos de padecer la vida y
poco saludable para nuestra vida emocional. comencemos a vivirla!
Cada persona tiene un rol activo en su propia felicidad. Esta actitud
rige el valor del optimismo. Ser feliz es responsabilidad de cada “Soy optimista, no parece
quien y si somos capaces de poner perspectiva a nuestras vivencias útil ser otra cosa”
lo podremos lograr. Es decir, si tratamos de encontrar lo positivo Winston Churchill, político
dentro de lo negativo y descubrir para qué me sirve esto que estoy británico.
viviendo, entonces el sentido de la experiencia cambia rotundamen-
te. Tal vez en el momento no lo podamos encontrar, pero todas las
experiencias forman parte positiva en nuestro proceso de crecimien-
to, independiente de la edad en la que nos encontremos, y es nues-
tro trabajo descubrir cuáles son.
Dentro de la psicología, existe un término que busca definir de una
manera saludable el postura antes planteada anteriormente. La resi-
liencia es un término psicológico aplicable a aquellas personas que
a pesar de vivir en situaciones de riesgo, se desarrollan psicológica-
mente sanos y exitosos. Así pues, la resiliencia define la capacidad
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3. ¡VOLVAMOS A SER COMO NIÑOS!
Es común escuchar en platica entre adultos afirmaciones nostálgicas como: “¡La mejor época de la vida es
cuando se es niño!”, “como me gustaría volver a ser niño”, etc. Son frases que suelen ir acompañadas de
un suspiro al recordar los gratos momentos que vivimos en nuestra niñez. Sin duda, esa una etapa maravi-
llosa cuando se vive dentro de condiciones y circunstancias adecuadas y armónicas.
Es también una etapa que vamos dejando atrás a medida que experimentamos cambios, tanto físicos como
psicológicos y sociales; de esta manera nos vamos transformando en adultos y alcanzamos la tan anhelada
“madurez”.
Pero resulta enriquecedor detenerse a hacer una reflexión sobre una de las características que definen la
etapa de la infancia en nuestras vidas: la autenticidad. En el adulto, el valor de la autenticidad se refleja
cuando una persona posee características y convicciones muy propias que le guían en su vida. Hoy en día,
es un reto ser auténtico en un mundo que no vende la singularidad, sino copias y modelos para imitar,
orientando a nuestra niñez a seguir modelos inadecuados de vida en lo moral, en lo intelectual, en lo espi-
ritual, en lo social y familiar.
Sin embargo, la autenticidad en el niño o niña es vivir en la magia, y en
la ilusión constante. En la niñez, nos brindamos la oportunidad de vivir
la vida con valores que se muestran en la forma de comportarse. Valo-
res como la inocencia, la risa, el optimismo, la imaginación, la auten-
ticidad y la Fe, una Fe esperanzadora y sin límites.
Si la niñez es un cúmulo de recuerdos que nos hace sentir nostalgia,
entonces cabe preguntarse: ¿en qué momento dejamos de ser niños? De
cierta manera, sufrimos una transformación donde intercambiamos la
libertad y la autenticidad por compromisos y responsabilidades. Este
cambio forma parte de la “ley de la vida”. Sin embargo, es posible que
podamos hacer una combinación muy interesante: responsabilidad, ale-
gría y optimismo. Estas actitudes pueden impactar no sólo la vida de
un adulto, sino modelar un estilo de vida saludable para la niñez, ya
que permiten enfrentar la cotidianidad de la vida de forma auténtica.
Cuando se promueve este valor en la vida del niño y la niña, se desarrolla en ellos mayor consciencia de sí
mismo, de sus necesidades, fortalezas y debilidades. También apreciará y respetará en si mismo y en
otros la singularidad y particularidad de lo que piensa, siente, y hace. Tendrá mejor comprensión del en-
gaño, la deshonestidad, así como las consecuencias que acompañan estas conductas en diversas situacio-
nes cotidianas.
En pocas palabras, la autenticidad es una virtud que niños y niñas poseen y exponen al margen de prejui-
cios adquiridos. Al transformarnos en adultos, vamos perdiendo este sello particular y único. No podemos
negar la gran capacidad de los niños de ser honestos, vivir en libertad. Debiéramos animarnos a retomar al
niño o la niña que hemos sido, de esta forma, por medio del ejemplo para los niños y niñas, seremos guías
constantes en el valor den la autenticidad.
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4. La tolerancia y la búsqueda común de la paz
Cuando hablamos de un escenario completamente infantil como lo es el
ámbito escolar, la aceptación y el rechazo se alternan con frecuencia.
Los niños y niñas deciden con quién jugar cada día, y van probando rela-
ciones de poder, de conveniencia y finalmente de amistad, buscando
conexiones variadas. Hay niños que les gusta el deporte, y otros que les
gusta leer. Hay niñas que tienen muchos amigos, y otras que se apegan
sólo a una compañera.
Ellos están en formación, por tano, puede desarrollarse en ellos la habi-
lidad de adaptarse y perdonar. Esta actitud es conocida como toleran-
cia. Es un valor que enseña que aunque todos tengamos cosas en común,
también tenemos características diferentes, y somos dignos de respeto.
¿Cómo fomentar la tolerancia en la niñez?
Para estimular este valor en los niños y las niñas, se podrán tomar en cuenta las siguientes sugerencias:
Hable a su hijo/a sobre la diversidad: deje claro que las diferencias son oportunidades para apren-
der de los demás.
Enseñe a su hijo/a sobre el respeto a las diferencias económicas, físicas, raciales y de sexo: el es-
fuerzo de una persona se valora, y las diferencias antes mencionadas no da el derecho de menos-
preciar a nadie. A todos se les debe tratar con educación.
Invite a su hijo/a a ser empático: en lo cotidiano de la vida escolar y familiar, hay muchas oportu-
nidades para enseñar tener paciencia con los demás y no descalificarlos por tener diferentes habili-
dades o puntos de vista.
Refuerce a su hijo/a su propia identidad: ellos deben saber perfectamente de dónde viene su fami-
lia, qué religión practican, de dónde viene sus raíces culturales etc. Esto ayudará a desarrollarle un
sentido de pertenencia fuerte, por tanto sabrá que es parte importante de un grupo diverso pero
unido: su familia.
Para la niñez, la tolerancia es una herramienta de gran importancia que les llevará a desarrollar desde
temprana edad su inteligencia emocional. Algunas de las habilidades con las que contarán será:
Entenderá que lo que les pasa a ellos, también les pasa a otros niños y niñas; adquirirá sensación de
unión, sentido de complicidad. Pertenencia.
Aprenderá que un hecho determinado provoca distintos sentimientos según la diversidad de sus com-
pañeros de salón. Respeto.
Nuestros actos y nuestras expresiones pueden provocar emociones agradables o desagradables en los
demás según sus cargas emocionales. Empatía.
5. ¿Sabías qué…? Se puede aprender jugando!
Estudios recientes han demostrado que cuando un niño/a refleja características de tolerancia y
aceptación hacia otros pares, desarrolla también un sentido de competencia más alto. Esto sugiere
que a la vez, aumenta su capacidad de creer en él mismo, su capacidad para adaptarse a nuevos
entornos y por ende crear amistades diversas que enriquezcan su mundo.
Para los niños, jugar es una forma natural de aprendizaje y exploración, por tanto, este valor pue-
de ser también estimulado por medio del juego.
Por ejemplo: inicie contando una breve historia que refleje la
tolerancia (ver sitio de enlace para ejemplo). Luego comente
con palabras sencillas que tolerar es respetar el criterio de
los demás. Finalice preguntando al niño sobre las diferentes
características que tenían los personajes de la historia, y
ayudándole a hacer una breve reflexión para conocer su opi-
nión.
Esto le ayudará a usted, padre de familia, a conocer la capa-
cidad de adaptación que tiene su hijo/a.
Programa de Valores, elaborado por:
Lic. Evelyn Anaya
Sitios de Enlace:
www.ecosvisiones.cl/información/amo
Revisión técnica:
rfamilia
Lic. Concepción Paz de Arias,
Dr. José Mario Arias,
www.es.catholic.net/familiayvida/154
Equipo Técnico. /203/articulo.php?id=5226
Contenido de Boletín de Valores para www.guiadelnino.com/educacion/jueg
Infant y Junior: os-para-aprender-valores/juegos-para-
aprender-la-tolerancia
Lic. Onix Landaverde
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