1. La Cuaresma es un tiempo para intensificar la vida espiritual a través de la oración, el ayuno y la limosna, basados en la Palabra de Dios.
2. Vivir la espiritualidad implica un mayor conocimiento y experiencia del mensaje de Jesús a través de la oración y acciones concretas.
3. La cruz de Cristo nos lleva a la libertad al redimirnos del pecado, y la entrega y el amor experimentados en ella nos invitan a ser signos del amor de Dios para los demás.
Procedimientos para la planificación en los Centros Educativos tipo V ( multi...
40 días para formar a Jesús
1.
2. "La Cuaresma es un tiempo propicio para
intensificar la vida del espíritu a través de los
medios santos que la Iglesia nos ofrece: el
ayuno, la oración y la limosna. En la base de
todo está la Palabra de Dios, que en este
tiempo se nos invita a escuchar y a meditar
con mayor frecuencia".
Papa Francisco
Considerar la espiritualidad como un proceso de
crecimiento en la fe y en el amor del Señor,
implica una vivencia cada vez mayor del mensaje
de Jesús, reflejada en una experiencia profunda
de oración y acciones concretas que contribuyan
a la construcción del Reino de Dios. Esta misma
consideración ha de llevarnos a asumir que el
camino de crecimiento se abre paso al asumir la
cruz del Señor y a descubrir en ella el espíritu de
entrega que busca redimir al ser humano de su
condición de pecado y llevarle a vivir la libertad.
En la perspectiva de san Juan Eudes, la cruz, la
entrega y el amor son tres palabras que no
pueden desligarse, pues a través de ellas se
experimenta la presencia de Dios en nuestra
vida, que nos salva e invita a encarnarlas.
Evidentemente, si descubrimos que en el
acontecimiento de la pasión, muerte y
resurrección de Jesús se hace visible el amor
personal de Dios, nuestra vida ha de orientarse
para ser signo de ese mismo amor a quienes nos
rodean. Al ser, para otros, instrumentos de una
salvación integral, continuamos y completamos
la vida y la muerte de Jesús.
¡Vivamos la cuaresma, para que viva y reine
el Resucitado!
Cuaresma es sensibilizar el corazón para
experimentar la salvación de Dios, y formarse
en tal experiencia con el propósito de ayudar a
que otros la vivan. Es disponer la vida en
adoración, y descubrir en esta actitud la
docilidad al Espíritu Santo, que aún en el
sufrimiento y la aflicción nos lleva a vislumbrar
un proyecto de amor que abre los caminos de
Dios en nosotros. Cuaresma es formar al Jesús
orante y evangelizador, que nos llama a
permanecer "vigilantes" y a vivir con alegría y
autenticidad la palabra que ha sembrado en
nosotros.
La iglesia nos invita al ayuno, a la oración y a la
penitencia. Un ayuno que nos lleve a la renuncia
del mundo y de nosotros mismos, una oración
que se haga vida en todo lo que hacemos y una
penitencia, que no debe ser asumida como
carga, sino como llamada al amor.
Junto al padre Eudes, vivamos estos cuarenta
días de transformación espiritual, y permitamos
a Dios que sensibilice y forme nuestro corazón
para Él.
3. El Bautismo: Gracia y santidad de Dios en
nosotros
La Escritura llama al bautismo regeneración y
renacimiento: es el baño bautismal de regeneración
(Tt 3, 5). El que no nazca de agua y de Espíritu no
puede entrar en el reino de Dios (Jn 3, 5). Esta
generación y nacimiento tiene como prototipo y
ejemplar la generación eterna del Hijo de Dios en el
seno de su Padre y su generación y nacimiento tem-
poral en las entrañas virginales de su madre.
Pues así como en su generación eterna el Padre
comunica a su Hijo su ser, su vida y todas sus
divinas perfecciones, así, en nuestro bautismo, este
mismo Padre nos da, por su Hijo y en su Hijo, un ser
y una vida santos y divinos.
“Desde el miércoles de Ceniza hasta el
primer domingo, honramos el Bautismo de
Jesús en el Jordán y la manifestación que
de él hace la voz del Padre: “Este es mi
Hijo amadísimo en quien tengo mis
complacencias” (Mt 3, 17) y del Espíritu
Santo que baja sobre él en forma de
paloma, junto con el testimonio que sobre
él da Juan el Bautista”.
(O.C. I, 317)
1. Recuerda
2. Leamos a Juan Eudes
Además, como el Espíritu Santo fue enviado para
formar al Hijo de Dios en las entrañas de la santa
Virgen, así es también enviado para formarlo y
hacerlo nacer por el bautismo en nuestro ser y
para incorporarnos y unirnos con él, haciéndonos
nacer y vivir en él: Hay que nacer de agua y de
Espíritu.
Como bautizados, debemos mostrar la verdad de
estas palabras: Habéis muerto y vuestra vida está
oculta con Cristo en Dios (Col 3, 3). Debernos morir
a todo lo que no es Dios, para vivir sólo en Dios
con Jesucristo, como hombres que hemos
resucitado de la muerte a la vida (Rm 6, 13), como
resucitados que llevamos sobre la tierra una vida
celestial y santa, adornada de todas las virtudes,
en ejercicio continuo de amor, de adoración y de
alabanza a Dios y de caridad hacia el prójimo.
San Juan Eudes
(O. C. II, 182 - 184)
4. El Bautismo: Gracia y santidad de Dios en
nosotros
El Bautismo de Jesús y la manifestación
del Padre:
“Tú eres mi elegido” (Mt 3, 17).
Unidad de Espiritualidad Eudista.
Link: https://youtu.be/RnhRSX4Kn6s
3. Tip para la semana
Por la gracia del Espíritu Santo adquirimos la capacidad de adherirnos a Jesús, ¿De
qué manera trabajaré en este tiempo de cuaresma para renunciar a todo lo que no
pertenece a Jesús, y vivir de su vida, de su amor y de su Espíritu?
En el Bautismo, afirma san Juan Eudes, Dios Padre nos comunica la vida de su Hijo,
¿Cómo estoy perfilando mi espiritualidad, para que el Corazón de Cristo dado por el
Padre, sea el que mueva mis acciones y construya mis relaciones?
Oración final P. 20
4. Jaculatoria para la
semana
San Juan Eudes recomienda realizar
oraciones repetitivas, así nuestro corazón
permanecerá en Jesús.
Hagamos vida esta oración:
¡Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo!
5. Preguntas y respuestas para
formar a Jesús
5. "La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir
la puerta a cualquier necesitado y reconocer
en él o en ella el rostro de Cristo".
Papa Francisco
Hay diversas maneras de comprender y vivir la
experiencia de oración, si bien puede asumirse
como un ejercicio cotidiano y que ocupa cierta
importancia en la vida del cristiano, es
fundamental descubrir en ella tres aspectos que
nos ayudarán en este caminar cuaresmal: 1. La
oración como llamado, 2. La oración como
lenguaje del amor, 3. la oración como
continuación de la vida y la misión de Jesús.
Vivir la espiritualidad como un camino de
crecimiento implica reconocer, aceptar y vivir
que la propuesta de Jesús no es una carga, sino
que es la base de la libertad que en Él
descubrimos, es decir, la capacidad de amar y
reconocernos amados. La invitación del Señor es
clara y contundente, cuando exhorta a
permanecer en oración: "Velen y oren, para que
puedan afrontar la prueba; pues el espíritu está
bien dispuesto, pero la carne es debil" (Mt 26, 41).
El cristiano que asume la oración con el
propósito de cuidar y acrecentar su relación con
el Señor, está dispuesto a la renuncia y a la
entrega, aspectos en los que san Juan Eudes es
enfático.
La oración: Vivir en el Corazón de Dios, un
tesoro para amar
En la perspectiva del padre Eudes es muy
diciente una experiencia de oración que tiende
al amor y a la entrega: "Me entrego a ti, amor
irresistible, y me abandono enteramente a tu
poder, ven, ven a mí y destruye cuanto te
desagrada; establece plenamente
tu celestial dominio". Si aceptamos la oración
como un llamado, nuestro corazón se dispondrá
cada vez a la entrega y al amor.
Dios enamora el corazón humano, cuando se
descubren mutuamente en la oración. Este
enamoramiento ha de transformar el lenguaje
con el cual nos dirigimos a Dios. Ya no
prevalecerán las peticiones y las súplicas, sino
los actos de amor y de alabanza, como en el
padre Eudes: ¡Dios de mi amor! Tú eres todo
amable, todo amante, todo amor y todo amor
por mí. Que también yo sea todo amor por ti.
Que el cielo se convierta en una pura llama de
amor por ti".
Finalmente, un corazón entregado y enamorado
de Dios, quiere continuar la oración de Jesús, en
la tierra, es decir orientando sus pensamientos y
actos para dar gloria a Dios.
6. San Pablo nos enseña que para realizar
santamente nuestras acciones debemos
hacerlas en nombre de Jesucristo. Y Cristo nos
asegura que el Padre nos concederá cuanto le
pidamos en su nombre (...).
Pero, ¿qué significa orar en nombre de
Jesucristo? (...). Es continuar la oración de
Jesucristo en la tierra. Porque como miembros
suyos que formamos su cuerpo, según enseña
san Pablo, hacemos sus veces en la tierra y lo
representamos; y, por lo mismo, debemos
hacerlo todo en su nombre, en su espíritu, con
sus disposiciones e intenciones, como Él mismo
actuó cuando estaba en el mundo y como
actuaría si estuviera en lugar nuestro (...).
“En la primera semana de cuaresma
honramos la vida solitaria de Jesús en el
desierto”.
(O.C. I, 317)
San Juan Eudes
1. Recuerda
2. Leamos a Juan Eudes
Por ello, cuando te dispongas a hacer oración,
acuérdate de que vas a continuar la oración de
Jesucristo, orando como oraría Él, si estuviera
en lugar tuyo; es decir, con las disposiciones
con que ha orado y sigue orando en el cielo y
en nuestros altares, donde se halla en
constante ejercicio de oración a su Padre. Para
este fin, únete al amor, a la humildad, a la
pureza y a la santidad y demás disposiciones
con las que Él ora.
La oración es la felicidad perfecta y el
verdadero paraíso en la tierra. Gracias a ella, el
cristiano se une a su Dios, su centro, su fin y
soberano bien. En la oración, el cristiano posee
a Dios y Dios se apodera de él. Por la oración, le
damos nuestros homenajes, adoraciones y
afectos y recibimos sus luces, sus bendiciones
y las innumerables pruebas de su amor infinito.
San Juan Eudes (O.C. I, 200-201. 192)
La oración: Vivir en el Corazón de Dios, un
tesoro para amar
7. La oración: Vivir en el Corazón de Dios, un
tesoro para amar
La vida solitaria de Jesús en el desierto.
Unidad de Espiritualidad Eudista.
Link: https://youtu.be/njckR-pIrQE
3. Tip para la semana
Para san Juan Eudes la oración ha de ser la primera y más importante ocupación
de un cristiano, con el objetivo de llegar a vivir la misma oración de Jesús. ¿Cómo
estoy viviendo la oración, para que ésta tenga las mismas intenciones y
sentimientos de Cristo, y pueda concretarse con acciones y frutos concretos?
San Juan Eudes afirma que en la oración el cristiano posee a Dios, ¿Permito que mi
oración se fortalezca cada vez más a través de la lectura de la Palabra y de la
participación en los sacramentos? ¿Hago de mi oración un ejercicio cotidiano que
me permita reflejar en mis actos y pensamientos la vida de Jesús?
Oración final P. 20
4. Jaculatoria para la
semana
San Juan Eudes recomienda realizar
oraciones repetitivas, así nuestro corazón
permanecerá en Jesús.
Hagamos vida esta oración:
¡Jesús, manso y humilde de corazón, ten
misericordia de nosotros!
5. Preguntas y respuestas para
formar a Jesús
8. "La Cuaresma es el tiempo propicio para
renovarse en el encuentro con Cristo vivo en
su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo.
El Señor –que en los cuarenta días que pasó
en el desierto venció los engaños del
Tentador- nos muestra el camino a seguir".
Papa Francisco
La Misión: Dios habla en nuestros actos y
palabras
En adelante Jesús será mi mundo, mi gloria, mi tesoro, mis delicias y mi
todo. No quiero ver nada sino a Jesús. Ciérrense a lo demás, ojos míos,
porque solo Él merece tus miradas. No me importa agradar sino a Jesús y
no quiero corazón ni afecto sino para Él. Quiero alegrarme en su amor y en
el cumplimiento de su voluntad; no quiero sentir tristeza sino de lo que a
Él le ofende y de lo que se opone a su divino amor.
Ejercicio de amor para
la semana
9. Predicar es hacer hablar a Dios.
Predicar es hacer hablar a Dios, el cual,
después de dirigirse a los hombres por los
profetas en el Antiguo Testamento, y por su
Hijo en la nueva ley, quiere hablarnos también
ahora por los miembros de su Hijo, para darnos
a conocer su voluntad e incitarnos a cumplirla.
Predicar es distribuir a los hijos de Dios el pan
de la vida eterna, para mantener, fortalecer y
perfeccionar en ellos la vida divina que
recibieron del Padre celestial por el nuevo
nacimiento del bautismo. Tú tienes palabras de
vida eterna (Juan 6, 69).
“En la segunda semana, honra su vida
pública y de trato con los hombres, desde
la edad de treinta años hasta su muerte”
(O.C. I, 317)
1. Recuerda
2. Leamos a Juan Eudes
El origen de la predicación apostólica se halla en
el seno de Dios, de donde salió el Verbo, la
Palabra eterna y el primero de todos los
predicadores, Jesucristo, nuestro Señor. De esa
fuente trajo todas las verdades que vino a
predicar a la tierra.
El fin y objeto de esta función celestial es dar
nacimiento y, formar a Jesucristo en los corazones
de los hombres, es hacerlo vivir y reinar en ellos;
es disipar de los espíritus las tinieblas infernales e
irradiar en ellos las luces celestiales; es combatir y
aplastar el pecado en las almas y abrir en ellas la
puerta a la gracia divina; es echar por tierra la
tiranía de Satanás en el mundo y establecer el
reino de Dios; es reconciliar a los hombres con
Dios y hacerlos sus hijos.
Hay que adorar a Nuestro Señor Jesucristo en las
santas disposiciones con que predicaba cuando
estaba en la tierra; renunciar fuertemente a si
mismo; darse a Él de todo corazón, suplicándole
que nos anonade y se establezca Él en nosotros,
para que sea Él quien predique por nuestra boca,
ya que le pertenece a Él solo anunciar la palabra
de su Padre; aceptar por su amor las confusiones
y mortificaciones que nos pudieran sobrevenir; es
también dar nuestra memoria al Padre, nuestro
entendimiento al Hijo y nuestra voluntad al
Espíritu Santo.
San Juan Eudes (O.C. IV, 12-16. 21)
La Misión: Dios habla en nuestros actos y
palabras
10. Tips de amor: La vida pública de Jesús:
desde sus treinta años hasta su muerte.
Unidad de Espiritualidad Eudista.
Link: https://youtu.be/XNa8N9zVwrs
3. Tip para la semana
San Juan Eudes afirma que la predicación no ha de tener otro propósito que hacer
vivir y reinar a Jesús en el Corazón humano. ¿De qué manera en mi vida cristiana
he respondido el llamado a Evangelizar y a ser Jesús para los demás?
¿Cómo construyo mis relaciones con otras personas para formar a Jesús en medio
de ellas?
Oración final P. 20
4. Jaculatoria para la
semana
San Juan Eudes recomienda realizar
oraciones repetitivas, así nuestro corazón
permanecerá en Jesús.
Hagamos vida esta oración:
¡Yo te amo, amantísimo Jesús!, ¡Te amo,
bondad infinita, te amo con todo mi
corazón y más y más te quiero amar!
5. Preguntas y respuestas para
formar a Jesús
La Misión: Dios habla en nuestros actos y
palabras
11. “Oremos unos por otros para que, participando
de la victoria de Cristo, sepamos abrir
nuestras puertas a los débiles y a los pobres.
Entonces viviremos y daremos un testimonio
pleno de la alegría de la Pascua”.
Papa Francisco
Formar a Jesús: Un proceso de renuncia y
adhesión
Sé tú, divino amor, la vida de mi vida, el alma de mi alma y el
corazón de mi corazón. Que ya no viva sino en ti y de ti. Que no subsista
sino por ti. Que ya no tenga pensamiento, ni diga palabra, ni realice
acciones sino por ti y para ti.
Ejercicio de amor para
la semana
12. Cuando te sobrevenga una aflicción del cuerpo
o del espíritu, póstrate de inmediato a los pies
del que dijo: Al que viene a mí no lo echaré
fuera (Jn 6, 37); Vengan a mí los que están
cansados y abrumados y yo los aliviaré (Mt. 11,
28).
1. Adora su divina voluntad.
2. Humíllate ante Él a la vista de tus pecados,
que son la causa de todos los males.
3. Ofrécele tu aflicción.
4. Pídele su gracia para sobrellevarla
santamente.
5. Reconcíliate con Él mediante la confesión y
la comunión.
“Honremos la vida penitente de Jesús en
sus humillaciones interiores y exteriores”.
(O.C. I, 318)
1. Recuerda
2. Leamos a Juan Eudes
Porque si no estás en su gracia y en su amor,
todos los martirios del mundo serían inútiles para
la gloria de Dios y para tu santificación: privarías a
Dios de un gran honor que podrías tributarle en
el momento de la tribulación y tú perderías
inestimables tesoros de gracia y de gloria
.
San Juan Eudes (O.C. I, 456).
Formar a Jesús: Un proceso de renuncia y
adhesión
13. Tips de amor:
Humillaciones interiores y exteriores de la
vida de Jesús.
Unidad de Espiritualidad Eudista.
Link: https://youtu.be/xErdwpBgRp4
3. Tip para la semana
La dificultad para un cristiano no puede convertirse en un obstáculo en su fe, por
el contrario ha de ser una oportunidad, a través de la cual pueda descubrir la
acción de Dios que se apropia del corazón humano y lo transforma en la
profundidad de su amor. ¿Asumo mis dificultades como la oportunidad para
acrecentar mi fe y mi oración, de modo que, pueda descubrir el propósito de Dios
en medio de ella?
San Juan Eudes propone realizar un gesto de reconciliación con Dios en el
momento de la aflicción. ¿Cuáles son las cosas que me impiden ser fiel a Jesús?
Acércate al sacramento de la reconciliación.
Oración final P. 20
4. Jaculatoria para la
semana
San Juan Eudes recomienda realizar
oraciones repetitivas, así nuestro corazón
permanecerá en Jesús.
Hagamos vida esta oración:
¡Corazón inmenso, que en todas partes me
amas, que yo te ame en todas partes y en
todas las cosas!
5. Preguntas y respuestas para
formar a Jesús
Formar a Jesús: Un proceso de renuncia y
adhesión
14. “Jesús es el amigo fiel que nunca nos
abandona, porque incluso cuando pecamos
espera pacientemente que volvamos a Él, y
con esta espera manifiesta su voluntad de
perdonar”.
Papa Francisco
Formar a Jesús: Nuestra tarea como cristianos
La experiencia del discípulo que camina
junto a Jesús, tiene dos grandes etapas:
enamoramiento y formación. La primera
etapa se desarrolla progresivamente, en la
medida que el discípulo experimenta el
amor y la obra del Padre en su vida, allí se
descubre a sí mismo como necesitado de
Dios, y a su vez, llamado a vivir en fidelidad y
alegría, para ser signo de ese mismo amor.
Ser signo del amor de Dios para la
humanidad, implica un proceso formativo en
el cual Jesús presenta las indicaciones.
Claramente, San Juan Eudes sabe muy bien
cual es la primera y más importante:
"Continuar y completar la vida de Jesús". A
primera vista, esto podría entenderse como
una idea abstracta o imposible, pero el
mismo padre Eudes nos da pistas para
lograrlo.
En la perspectiva del santo Francés, Jesús
se hace vida en nosotros, cuando inspira lo
que somos y lo que hacemos.
Lo que somos y hacemos se evidencia
en la manera como pensamos, sentimos,
percibimos la realidad y nos acercamos a
ella. Cuando Jesús inspira nuestras
acciones, nuestro corazón se orienta en
dos grandes virtudes de la vida cristiana:
Dar gloria a Dios y la caridad con el
prójimo.
Nuestra oración ha de ser más afianzada
cuando la inspira el Espíritu Santo y
evoca en nosotros el lenguaje del amor,
El trabajo, el estudio, las relaciones con
los demás, si Jesús permanece en el
centro, tendrán fruto abundante en bien
de los demás. De esta manera, Jesús se
hace vida en nosotros.
15. San Pablo llama a humildad, la virtud
más característica de Jesucristo. Es por
consiguiente, la virtud propia del
cristiano, sin la cual es imposible llegar a
serlo. Ella es el fundamento de la vida y
santidad cristianas, la guardiana de todas
las demás gracias y virtudes. Ella nos
trae toda clase de bendiciones, porque
es en los humildes en quienes el
inmenso y humildísimo Jesús encuentra
su descanso y sus delicias, según su
palabra: En ese pondré mis ojos: en el
humilde y el abatido que se estremece
ante mis palabras (Is. 66, 2).Es la
humildad, acompañada del amor, la que
hace santos y grandes santos.
“Honremos la vida penitente de Jesús en
sus privaciones exteriores e interiores”.
(O.C. I, 318)
1. Recuerda
2. Leamos a Juan Eudes
Es verdad que nuestro Señor Jesucristo nos
enseña a ayudar, a dar limosna y a orar en
secreto. Pero, san Gregorio nos aclara que
se trata de la intención y no de la acción, es
decir que el Señor no prohíbe que las
hagamos en público, ya que nos dice en
otra parte: Que brille su luz ante los
hombres para que al ver sus buenas obras
den gloria a vuestro Padre que está en los
cielos (Mt. 5, 16). Él quiere que nuestra
intención se mantenga secreta y escondida
y que realicemos nuestras acciones
exteriores no para agradar a los hombres o
buscando vanos aplausos, sino para
agradar a Dios procurar su gloria.
Finalmente, la verdadera humildad de
corazón que nuestro Señor nos inculca con
su ejemplo consiste en ser humildes como
lo fue Cristo en la tierra.
San Juan Eudes
(O.C. I, 214. 224-225).
Formar a Jesús: Nuestra tarea como cristianos
16. Tips de amor:
Las privaciones interiores y exteriores de
Jesús.
Unidad de Espiritualidad Eudista.
Link: https://youtu.be/iRCpE9HLaIA
3. Tip para la semana
San Juan Eudes asegura que el cristiano está llamado a actuar en nombre de Jesús,
por tal razón, es posible concluir que todo lo que hagamos en beneficio de nuestro
hermano ha de ser en nombre del Señor. ¿De qué manera permito que mis acciones
evangelizadoras y cotidianas sean luz y sal para la sociedad?
Para san Juan Eudes el objetivo de la vida cristiana es dar gloria a Dios en todo,
esto se logra viviendo con autenticidad la humildad y la pureza de intención en
nuestros actos. ¿En mi familia, mi comunidad o grupo de oración, el servicio que
realizo está enfocado en dar gloria a Dios? ¿Qué debo seguir fortaleciendo para
llegar a tal objetivo?
Oración final P. 20
4. Jaculatoria para la
semana
San Juan Eudes recomienda realizar
oraciones repetitivas, así nuestro corazón
permanecerá en Jesús.
Hagamos vida esta oración:
¡Jesús, Haz mi corazón semejante al
tuyo!
5. Preguntas y respuestas para
formar a Jesús
Formar a Jesús: Nuestra tarea como cristianos
17. “La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz
de suscitar la conversión del corazón de los
hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar
el corazón al don de Dios que habla tiene como
efecto cerrar el corazón al don del hermano”.
Papa Francisco
Corazón de María: Un corazón cuaresmal
San Juan Eudes no concibe una vivencia
plena de la vida cristiana sin la Virgen María,
para el santo francés ella es modelo
fundamental para la formación de Jesús en
los cristianos, concretamente en tres
aspectos: 1. Su amor de madre, 2. Su
cualidad de discípula, 3. Su virtud de oración.
El punto central de la admiración y amor del
padre Eudes hacia la Virgen María es su
maternidad. Jesús ha entregado a la
humanidad su propia madre, con el
propósito de que sea ella quien instruya el
camino de la santidad, enseñándonos la
importancia de acrecentar el amor a Dios y
al prójimo, de modo que, nuestros
pensamientos y actos se orienten
únicamente para gloria de Dios.
El padre Eudes comprende que la vida
de María es un evangelio viviente, pues
todo lo que ella es refleja la vida de
Jesús. Ella es discípula porque
constantemente nos invita a ser testigos
de la obra del Señor. Sin embargo,
aprender a amar, a vivir
misericordiosamente y a ser testigo de la
palabra de Jesús, requiere del
acompañamiento y la inspiración de la
oración. María nos enseña a orar, porque
desde el momento de la Encarnación, su
corazón contemplaba a la Palabra que
estaba en silencio.
18. Jesús, Hijo único de Dios, Hijo único de
María, al escoger, entre todas las criaturas,
a esta incomparable Virgen para ser su
Madre, su nodriza y su gobernante; y pues
su infinita bondad nos la dio como Madre y
refugio en todas las necesidades, quiere
que la veneremos, la honremos y la
amemos como él la ama.
El amabilísimo Corazón de la Madre del
Salvador ha cooperado con él, bajo
diversas formas, en el inicio y en el
progreso de la obra de nuestra salvación.
(O.C. VI, 155)
1. Recuerda
2. Leamos a Juan Eudes
La exaltó y honró por encima de todos los
hombres y los ángeles; quiere igualmente que
le rindamos más respeto y veneración que a
todos los ángeles y que a todos los hombres.
Pues él es nuestra Cabeza y nosotros sus
miembros, animados por su espíritu, debemos
seguir sus inclinaciones, caminar por sus
sendas, continuar su vida en la tierra y practicar
las virtudes que practicó, quiere que nuestra
devoción a su divina Madre sea continuación
de la suya. Es decir, que tengamos los
sentimientos de honor, de sumisión y de amor
que él le tuvo acá abajo y que le tiene
eternamente en el cielo. Ella ocupó y ocupará
por siempre el primer puesto en su corazón.
San Juan Eudes (O.C. VI, 17-18)
Corazón de María: Un corazón cuaresmal
19. Corazón de María-Corazón de Jesús
Unidad de Espiritualidad Eudista
Link: https://www.youtube.com/watch?
v=BkY_SdR6t6w
3. Tip para la semana
¿De qué manera el amor, la misericordia y demás virtudes que contemplo en el
Corazón de María me permite hacer vivir y reinar a Jesús en mi corazón?
Para san Juan Eudes, las virtudes del Corazón de María son las mismas virtudes
del Corazón de Jesús. ¿Cómo estoy perfilando mi vida espiritual, para formar en mí
las virtudes de este Gran Corazón y unirme a él plenamente?
Oración final P. 20
4. Jaculatoria para la
semana
San Juan Eudes recomienda realizar
oraciones repetitivas, así nuestro corazón
permanecerá en Jesús.
Hagamos vida esta oración:
Madre de amor, ama a tu Hijo por mí, y
hazme partícipe del amor que le tienes
5. Preguntas y respuestas para
formar a Jesús
Corazón de María: Un Corazón Cuaresmal