1. Tema 3 . La Revolución Industrial y el nacimiento
del Movimiento Obrero
1.
«Lord Townshend, embajador inglés en Holanda y Secretario de Estado,
abandonó su carrera política en 1730 y se retiró a sus propiedades en Norfolk.
Inspirándose en los métodos que había visto practicar en los Países Bajos, drenó el
suelo, lo abonó con estiércol, inició los cultivos que se sucedían en rotaciones regulares
sin agotar nunca la tierra ni dejarla improductiva, sembró prados y forrajes para el
ganado. Algunos llamaban a este par de Inglaterra “Lord Nabo”. Al caballero del siglo
XVII, que había sacado la espada en las guerras civiles, le sucede el “Gentleman
Farmer”.»
MANTOUX, La revolución industrial en el siglo XVIII,
2.
“Estimando la población del mundo, por ejemplo, en mil millones de seres, la
especie humana crecería como los números 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, etc. en
tanto que las subsistencias lo harían como 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, etc. Al cabo de dos
siglos y cuarto la población sería a los medios de subsistencia como 512 es a 10;
pasados tres siglos la proporción sería de 4.096 a 13 y a dos mil años la diferencia sería
prácticamente incalculable a pesar del enorme incremento de la producción para
entonces.”
Malthus. Primer ensayo sobre la población, 1798
2. 3.
“Cualquier hombre, mientras no transgreda las leyes de la justicia, es plenamente
libre de seguir el camino que le señala su interés y de trasladar allá donde quiera su
industria y su capital, compitiendo con los de cualquier otra clase de hombres (…)”
Smith, A. Textos escogidos.
4.
"La agricultura tradicional implicaba que los campesinos cultivaban varias
“tiras” en diferentes campos. Cultivos de trigo y cebada eran sembrados en rotación
anual con la tierra dejada en barbecho cada tres años para su recuperación. Los
campesinos compartían tras la cosecha las tierras en común y tenían derecho a extraer
turba, madera, forraje y a dejar pastar a sus animales. El sistema era ineficiente. La
tierra en barbecho y la siembra a voleo suponían un despilfarro. La ausencia de cercas
suponía la extensión del número de enfermedades. Las epidemias y la falta de forraje en
invierno se traducían en una ganadería pobre. Las innovaciones se retrasaban porque
cualquier cambio necesitaba de aprobación unánime.
Varios factores contribuyeron a la revolución agraria: las guerras contra los
franceses (1793-1815) aceleraron la revolución al incrementar la demanda de alimentos,
hizo subir los costes, los arriendos y los salarios y produjo escasez de mano de obra. La
necesidad de ahorrar mano de obra condujo a numerosas patentes de sembradoras,
cosechadoras, trilladoras (...)
El crecimiento de las ciudades llevo a la especialización de cultivos. Resultaba
viable para un campesino concentrarse en exclusiva en la producción de leche o de
carne de vaca para el suministro de toda una ciudad (...)"
Leonora Ritter: Agricultural Changes.
3. 5.
"Con la ayuda del transporte marítimo, seis u ocho hombres pueden llevar y traer
entre Londres y Edimburgo la misma cantidad de mercancías en el mismo tiempo que
cincuenta carretas de eje ancho atendidas por cien hombres y arrastradas por
cuatrocientos caballos"
Smith, Adam. La riqueza de las naciones, 1776.
6.
“La invención y el uso de la máquina de cardar lana, que tiene como
consecuencia reducir la mano de obra de la forma más inquietante produce (en los
artesanos) el temor serio y justificado de convertirse, ellos y sus familias, en una pesada
carga para el Estado. Constatan que una sola máquina, manejada por un adulto y
mantenida por cinco o seis niños realiza tanto trabajo como treinta hombres trabajando a
mano según el método antiguo (...).
La introducción de dicha máquina tendrá como efecto casi inmediato privar de
sus medios de vida a gran parte de los artesanos. Todos los negocios serán acaparados
por unos pocos empresarios poderosos y ricos (...). Las máquinas cuyo uso los
peticionarios lamentan se multiplican rápidamente por todo el reino y hacen sentir ya
con crueldad sus efectos: muchos de nosotros estamos ya sin trabajo y sin pan.”
Extraído del Diario de la Cámara de los Comunes, 1794.
4. 7.
En las manufacturas de la lana, la máquina cardadora, la máquina hiladora y la
lanzadera volante han reducido el trabajo manual en un tercio, y cada una de ellas en su
primera introducción provocó la alarma de los trabajadores, a pesar de que todas han
contribuido a mejorar los salarios y a incrementar el comercio, hasta el punto de que si
se intentase hoy privarnos de su uso, no hay duda que toda persona relacionada con este
negocio debería defenderlas.
Partiendo de estas premisas los empresarios abajo firmantes, pensamos que es un
deber hacia nosotros mismos, a la ciudad de Leeds y en general al país entero, declarar
que protegeremos y apoyaremos el libre uso de cualquier mejora propuesta para el
sector textil por todos los medios legales a nuestro alcance (...)"
Petición elevada por los empresarios textiles de Leeds en defensa de las máquinas.
8.
Los dueños de las fábricas, ansiosos por mantener en funcionamiento
sus máquinas día y noche mientras la industria fuera próspera, ocupaban a
hombres, mujeres y niños en jornadas de trabajo de 12 a 16 horas, de día y de
noche.
Cuando había una fase de depresión económica, no dudaban en
deshacerse de la fuerza de trabajo, ya que tenían siempre una cola de
desocupados en la puerta de la fábrica esperando el momento en que
decidieran poner nuevamente en funcionamiento sus máquinas.
Cuando los patrones querían aumentar la producción hacían trabajar
más duramente a sus trabajadores. Cuando era necesario contraer la
producción, reducían la fuerza de trabajo o contrataban personal por cortos
períodos con sueldos miserables.
P. DEANE, La revolución industrial en Gran Bretaña, 1953
5. 9.
Nuestra primera manera de hacer el ensamblaje consistía en subir
nuestro vehículo a un sitio, los obreros trayendo las piezas a medida que las
necesitaban, como cuando se construye una casa […].
Nuestro primer progreso en el ensamblaje consiste en traer el trabajo al
obrero en lugar de llevar el obrero al trabajo. Hoy, todas nuestras operaciones
se inspiran en estos dos principios: ningún hombre debe tener que hacer más
de una cosa; siempre que sea posible, ningún hombre debe tener que bajarse…
El resultado neto de la aplicación de estos principios es reducir en el obrero la
necesidad de pensar y reducir sus movimientos al mínimo […].
El hombre no debe tener un segundo menos de lo que necesita, ni un
segundo de más […]. El hombre que coloca un perno no coloca la tuerca. El
hombre que coloca la tuerca no la atornilla.
Henry FORD, Mi vida y mi obra, 1925
10.
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin
luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y
salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto
cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me atrevo a cantar. No
me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la
mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar
(...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra
y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras.
Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión
Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842
6. 11.
"Tuve frecuentes oportunidades de ver gente saliendo de las fábricas y
ocasionalmente atenderles como pacientes. El pasado verano visité tres
fábricas algodoneras con el Dr. Clough de Preston y con el Sr. Baker de
Manchester y no fuimos capaces de permanecer diez minutos en la fábrica sin
empezar a jadear por falta de aire. ¿Cómo es posible que quienes están
condenados a permanecer ahí doce o catorce horas lo soporten? Si tenemos en
cuenta la temperatura del aire y su contaminación no puedo llegar a concebir
como los trabajadores pueden soportar el confinamiento durante tan largo
periodo de tiempo."
Declaraciones efectuados por el Dr. Ward de Manchester en una investigación
sobre la salud en las fábricas textiles en marzo de 1.819
12.
"En las manufacturas de la lana, la máquina cardadora, la máquina
hiladora y la lanzadera volante han reducido el trabajo manual en un tercio, y
cada una de ellas en su primera introducción provocó la alarma de los
trabajadores, a pesar de que todas han contribuido a mejorar los salarios y a
incrementar el comercio, hasta el punto de que si se intentase hoy privarnos de
su uso, no hay duda que toda persona relacionada con este negocio debería
defenderlas.
Partiendo de estas premisas los empresarios abajo firmantes, pensamos
que es un deber hacia nosotros mismos, a la ciudad de Leeds y en general al
país entero, declarar que protegeremos y apoyaremos el libre uso de cualquier
mejora propuesta para el sector textil por todos los medios legales a nuestro
alcance (...)"
J. F. C. Harrison, Society and Politics in England, 1780-1960 (New York: Harper & Row,
1965), pp. 72-74.
7. 13.
“En la manufactura y en la industria manual, el obrero se sirve de la herramienta;
en la fábrica, sirve a la máquina. Allí, los movimientos del instrumento de trabajo parten
del él; aquí, es él quien tiene que seguir los movimientos de aquella. En la manufactura,
los obreros son otros tantos miembros de un mecanismo vivo. En la fábrica, existe por
encima de ellos un mecanismo muerto, al que se les incorpora como apéndices vivos.
(…) El trabajo mecánico afecta enormemente al sistema nervioso, ahoga el juego
variado de los músculos y confisca toda la libre actividad física y espiritual del obrero.
Hasta las medidas que tienden a facilitar el trabajo se convierten en medio de tortura,
pues la máquina no libra al obrero del trabajo, sino que priva a este de su contenido (…)
La supeditación técnica del obrero a la marcha uniforme del instrumento de
trabajo y la composición característica del organismo de trabajo, formado por
individuos de ambos sexos y diversas edades, crean una disciplina cuartelaria que se
desarrolla hasta integrar el régimen fabril perfecto, dando vuelos al trabajo de vigilancia
(…) y, por tanto, a la división de los obreros en obreros manuales y capataces obreros,
en soldados rasos y suboficiales del ejército de la industria (…) El látigo del capataz de
esclavos deja el puesto al reglamento penal del vigilante”.
Karl Marx. El Capital. Crítica de la economía política, Vol. 1 (1867).
14.
Considerando: Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de ellos
mismos, que sus esfuerzos por conquistar su emancipación no deben tender a constituir
nuevos privilegios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos
deberes. Que el sometimiento del trabajador al capital es la fuente de toda servidumbre:
política, moral, material. Que, por esta razón, la emancipación económica de los
trabajadores es el gran objetivo al que debe ser subordinado todo movimiento político.
Que todos los esfuerzos realizados hasta aquí han fracasado por falta de solidaridad
entre los obreros de las diversas profesiones en cada país, y de una unión fraternal entre
los trabajadores de diversas regiones. Que la emancipación de los trabajadores no es un
problema simplemente local o nacional, sino que, por el contrario, interesa a todas las
naciones […]
Preámbulo del texto fundacional de la Primera Internacional, Londres, 1864
8. 15.
"Nosotros queremos la libertad y creemos que su existencia es incompatible con
la existencia de cualquier poder, sea cual sea su origen y su forma (...).
El mal, a los ojos de los anarquistas, no está en la forma de gobierno. Está en la
idea misma de gobierno, en el principio de autoridad en sí."
Declaración de Kropotkin ante el Tribunal de Justicia ruso, en el año 1883.
Joaquín Máiquez