Este documento describe las prácticas curativas de Jesús y los esenios utilizando el agua. Explica que Jesús aprendió de los esenios, quienes creían que el agua podía curar cuando era manipulada con ciertas fórmulas mágicas. También describe a Juan el Bautista como un maestro esenio que utilizaba el agua para bautizar y sanar a la gente. Finalmente, argumenta que para estar sano se necesita tener un cuerpo puro (representado por el agua) y un espíritu puro (
3. LA CURACION POR El AGUA
• Para comenzar citaré un pasaje del Evangelio de Juan que nos introduce de lleno en
este tema: "Así pues, supo el Señor que habían oído los fariseos cómo Jesús hacía más
discípulos y bautizaba más que Juan, aunque Jesús mismo no
bautizaba, sino sus discípulos, abandonó Judea y partió de nuevo para Galilea. Tenía
que pasar por Samaria. Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, próxima a
la heredad que dio Jacob a José, su hijo, donde estaba la fuente
de Jacob. Jesús, fatigado del ., se sentó sin más junto a la fuente: era como la hora de
sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: Dame de beber, pues
los discípulos habían ido a la ciudad a comprar provisiones.
Dícele la mujer samaritana: ¿Cómo tu, siendo judío me pides de beber a mí, mujer
samaritana?. Porque no se tratan judíos y samaritanos. Respondió Jesús y dijo: Si
conocieras el don de Dios y quien es el que te dice : Dame de beber, tu
le pedirías a El , El te daría a ti agua viva.
4. LA
CURACION
POR El
AGUA
Ella le dijo: Señor , no tienes con qué sacar el agua y el pozo es
hondo;
¿De donde, pues, te viene esa agua viva?
¿Acaso Eres tu más grande que nuestro padre Jacob, que nos dio
este pozo y de él bebió él mismo, sus hijos y sus rebaños?.
Respondió Jesús y le dijo: Quien bebe de esta agua volverá a tener
sed; pero el que beba del agua que yo le diere, no tendrá jamás
sed, que el agua que yo le dé se hará en él una fuente que salte
hasta la vida eterna. Díjole la mujer : Señor,
dame de esa agua para que no sienta más sed ni tenga que venir
aquí a sacarla”.
Como hemos leído, Jesús nos habla de un agua “especial”, el agua
que quizás solamente él sabia de su secreto.
Este elemento manejado por el Maestro era capaz de quitar la sed
para siempre y obrar prodigios en la persona. Ahora bien,
¿Se está refiriendo a algo simbólico o ciertamente tenía ese agua
milagrosa?
5. LA
CURACION
POR El
AGUA
Nuestra investigación y el conocimiento de otros tantos
datos tradicionales nos hablan de que Jesús había sido
educado en una casta denominada "Los Esenios" o "Los
Terapeutas".
Hombres mitad milagro mitad leyenda que ayudaban a
las personas realizando verdaderos prodigios en la
mitigación de sus dolencias.
Son estos esenios los que en sus ceremonias. y a modo
de receta mágica, utilizaban el agua con sus propiedades
más sublimes, y que según se sabe, servía como base a
cualquier otro tratamiento.
Un líquido manejado con ciertas fórmulas mágicas que
nunca pudieron ser reveladas.
Ni los romanos al atacar a esta secta y descuartizarla
consiguieron arrancar ni uno solo de sus secretos. Su
fuerte estructura disciplinaria y su educación férrea
conservaron el silencio de su sabiduría iniciática.
7. JUAN BAUTISTA MAESTRO AGUADOR
Estos esenios llamados también "Los Monjes del Desierto", tenían un verdadero maestro en el
arte del conocimiento; un ser que dominaba el agua. Nos referimos a Juan el Bautista, el hombre
de la cueva, el santo legendario que era ya un elemento decorativo de aquellos parajes.
Consagrado desde el vientre de su madre a ser el ermitaño modelo emulado por su aristocracia y
modos austeros.
Desde la cueva al manantial y de aquí al infinito de su imaginación era la senda que
perfectamente conocía aquel eremita moreno, fibroso y de larguísimo fibroso y de larguísimo
pelo ensortijado que colgaba a raudales por sus hombros.
¿Acaso sabía este ser que el pelo no se cortaba pues se perdía la fuerza como lo hiciera Sansón?.
Era "Nazareo" y por tanto un hombre de Dios que se dejaba el cabello largo, a modo de antena,
para entrelazar el saber esotérico de aquella casta. Cuanto más pelo y mejor dispuesto a modo de
"bobinas"– rizos – más grande era la energía que podía captar y con ella la sabiduría.
Así lo confirmaría después el descubridor de la electricidad, Edison, que partió de la
electrificación del pelo para elaborar lo que terminó por cambiar el mundo científico.
8. JUAN
BAUTISTA
MAESTRO
AGUADOR
Este Bautista había sido designado por la Jerarquía
Cósmica como el Divino Aguador o “Señor del
Mundo" a quien le fue confiada la materia en su
forma más elemental y primitiva: el agua.
No en vano nuestro planeta tiene tres cuartas
partes de este líquido elemento y Juan, como Señor
del Mundo, bautizaba con él y limpiaba a las
personas sanándolas y restableciéndolas al camino
de la salud integral.
9. JUAN
BAUTISTA
MAESTRO
AGUADOR
Su designación como "Señor del Mundo” la descubriría el propio
Jesús cuando dijo sobre este ermitaño: "Ninguno nacido de madre
-Tierra - es mayor que él, pero el último del Reino de los Cielos es
superior a él".
Y estableció aquí las dos jerarquías diferenciadas: Tierra y cielo.
Juan el Bautista dominaba la técnica del agua y la aplicaba
normalmente, los esenios le alimentaban y le tenían como
verdadero maestro y acudían a él para aprender esta refinada
técnica.
En este trabajo revelaremos algunas de esas técnicas empleadas
por los esenios y que tenían la virtud inmensa de curar el cuerpo,
el alma y el espíritu imprimiéndoles una luz especial, ¿Cuál?
Lo veremos ahora en otra referencia de Jesús:
"En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del
espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos...
11. AGUA Y
ESPÍRITU,
ETERNOS
SANADORES
La referencia de Jesús a estos dos elementos nos
hace combinar de nuevo dos energías o jerarquías:
la de la Tierra capitaneada por Juan y
la del Cielo capitaneada por Jesús, como Mensajero
de la Luz.
Efectivamente dos energías básicas que se
concentran en el hombre: agua y espíritu.
El agua porque la persona, a semejanza de su
modelo natural -la Tierra - es esencialmente el 90%
de esta sustancia, y su alma o parte no física, podría
considerarse como el espíritu al que se hace
mención en el pasaje evangélico.
12. AGUA Y
ESPÍRITU,
ETERNOS
SANADORES
Es necesario tener la parte material o corpórea del ser en
perfecto estado de pureza y que además sea vivificada
por el espíritu integro, armonioso y libre de pecado si
queremos estar sanos.
Lo que ocurre realmente es que es muy difícil sintetizar o
meter en un frasco de recetas junto con el agua, este
nuevo elemento al que llamamos "espíritu". No obstante
nuestro trabajo desea ser un modelo práctico y sin
meternos en grandes principios filosóficos trataremos de
alumbrar el agua con esa fuerza que sólo un ser puro y
limpio puede captarla e introducirla en el fluido vital del
liquido para que sea capaz de sanar y de realizar las
mismas funciones que realizaron aquellos esenios a los
que mencionaremos en muchas ocasiones a lo largo de
este tratado de
"La curación Esenia".