Armando Nerio Hanoi Guedez Rodríguez - Te traemos algunas de las anécdotas más graciosas y extravagantes de los mejores ajedrecistas del mundo, Parte Armando Nerio Hanoi Guedez Rodríguez - Te traemos algunas de las anécdotas más graciosas y extravagantes de los mejores ajedrecistas del mundo, Parte V
2. LA HISTORIA DEL VAMPIRO VENCIDO POR LA
CRUZ
La historia de este mate data del siglo XIX, en pleno romanticismo. Un famoso escritor
iba todas las noches a jugar una partida de ajedrez a una posada cercana a su casa.
Jugando por las noches conoció a una dama de la cual llegó a enamorarse, acudiendo a
su encuentro todos los días a la misma hora para jugar al ajedrez con la dama hasta
altas horas de la noche. Ella era pálida, de pelo oscuro, labios rojo sangre y bastante
callada, pero una noche apareció nerviosa. Súbitamente ella alargó su mano a la
ventana en un arrebato de nervios y con sus afiladas uñas arañó el cristal, produciendo
un escalofrío en el escritor. Y en un momento dejó ver unos afilados colmillos.
Armando Nerio Hanoi Guedez Rodríguez
3. Dirigiéndose al escritor le dijo:
“Lo siento mucho por ti pero tengo que morderte, estoy hambrienta y no he cenado” - El
escritor palideció de terror.
“Es inútil que trates de huir, en cuanto salgas de aquí alzaré el vuelo y te alcanzaré” - le
dijo la vampiro al escritor que intentaba huir.
Intentando ganar tiempo pidió como última voluntad que le dejara vivir hasta acabar la
partida, a lo que la vampiro accedió. El escritor tenía los nervios de punta y viéndose
acorralado hizo unas cuantas jugadas rápidas hasta que de repente se quedó pensando
justo en esta posición.
Armando Nerio Hanoi Guedez Rodríguez
4. Aprovechando la rapidez de la vampira, el escritor
movió deprisa, para que no viera lo que él pensaba.
Armando Nerio Hanoi Guedez Rodríguez
“Ahogado” - dijo la vampiro. “No” - respondió el
escritor. - “Puedes mover el peón.”
La vampiro se alzó sobre el tablero y agarró por
el cuello al escritor, pero éste le pidió que hiciese
el último movimiento y mirara la posición.
Y justo mientras ella colocaba su rey
Las piezas forman la santa cruz. La vampiro lanza un chillido y huye a través del
arañado cristal, volando y dando gritos de horror. El escritor se escapó, y por esa
posada no volvió a aparecer.