1. Pedro y el lobo (1936)
Texto y Música de Serguéi Prokófiev
Pedro y el lobo es una composición de Serguéi Prokófiev (1891-1953) escrita
tras su regreso a Rusia en 1936.
Stalin había ordenado que el arte debía reflejar los ideales comunistas y que la
música debía ser sencilla e inteligible. Prokofiev, un niño prodigio y enfant terrible,
probablemente escribió esta pieza en clave sarcástica. No obstante, desde su
estreno tuvo un gran éxito no sólo entre los niños de todo el mundo, sino también
entre los adultos.
Se trata de una pieza en la que diferentes instrumentos de la orquesta representan
los distintos personajes del cuento infantil y resaltan las palabras del narrador.
Pedro: cuerdas
Pájaro: flauta
Pato: oboe
Gato: clarinete (registro grave)
Abuelo: fagote
Lobo: trompas
Cazadores: timbales y bombo
Guía Orquestal para la Juventud, Op. 34 (1946), Benjamín Britten
Variaciones y fuga sobre un tema de Henry Purcell
(Rondó de la música escrita para el drama de Aphra Behn titulado
Abdelazar o La venganza del Moro, Z 570, y última pieza de la Suite
para clave # 7, en re menor), 1946
Esta composición es una obra maestra pensada para introducir a los
jóvenes en la Música y en el conocimiento de ese mundo mágico,
multicolor y complejo de la Orquesta Sinfónica. Para ello, Benjamin
Britten compuso por encargo del Ministerio de Cultura de su país,
Inglaterra, la música para la película “Los instrumentos de Música” en
1946.
La obra comienza con un tema del gran compositor inglés, Henry
Purcell (1659-1695), que pertenece a una suite compuesta para la obra
de teatro “Abdelazar”. Britten cita el tema (8 compases) como un
homenaje al compositor, a la historia del arte y de la cultura de su país.
Lo que se escucha en primer lugar es el tema de Purcell interpretado
por todos los instrumentos de la orquesta y por cada uno de los cuatro
grupos de instrumentos.
2. Instrumentación: Flautín, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes en Si b
y La, dos fagotes, cuatro trompas en Fa, dos trompetas en Do, tres
trombones, tuba, timbales, bombo, platillos, pandereta, triángulo, caja,
caja china, xilófono, castañuelas, gong, látigo, arpa y cuerdas (violines I
y II, violas, violonchelos y contrabajos).
Esta obra tiene tres partes: la primera consiste en la presentación de
las familias orquestales de instrumentos, que interpretan el tema de
Abdelazar; la segunda consta de trece variaciones, a cargo de distintos
instrumentos, sobre el tema inicial; la tercera es una fuga que Britten
compuso sobre el tema de Purcell.
I. Presentación de las familias de la orquesta
La orquesta al completo toca el tema de Abdelazar
Variación del viento madera
Variación del viento metal
Variación de la cuerda
Variación de la percusión
La orquesta al completo toca de nuevo el tema de Abdelazar
II. Trece variaciones cortas en las que se destaca el “carácter” de cada
instrumento.
El más agudo de la familia del viento madera es el flautín o piccolo,
hermano menor de la flauta, instrumento de voz clara y dulce. El
piccolo y las flautas tocan la primera variación. El acompañamiento lo
hacen los violines, el arpa y el triángulo, conservando un diseño que
pertenece a la segunda parte del tema. Apoyaturas, trinos y arpegios.
La segunda variación la tocan los oboes, que tienen una voz dulce y
lastimera, pero pueden ser enérgicos y vigorosos cuando el compositor
lo pida. El acompañamiento lo hacen las cuerdas y los timbales. Se
reproduce el perfil melódico de la primera parte, pero el tiempo es ahora
lento y el carácter, lastimero.
Los clarinetes son muy ágiles. Tocan un bello y suave fragmento en la
tercera variación. El acompañamiento está a cargo de las cuerdas en
pizzicato y la tuba. Se mantiene el diseño melódico de la primera parte,
pero el tiempo es rápido. Arpegios y trinos.
La cuarta variación corresponde a los fagotes, los más graves del grupo
del viento madera y también los de voz más profunda. El
acompañamiento lo hacen las cuerdas y la caja. El tema comienzo en
staccato y evoluciona hacia un diseño del inicio, aunque algo retocado.
La quinta variación es para loos instrumentos más agudos en la familia
de la cuerda: los violines. Se dividen en dos grupos: primeros y
segundos. El acompañamiento lo hacen los metales y el bombo, con
una melodía ascendente que conserva el diseño melódico de la primera
3. parte. Acordes y pizzicatos.
Las violas son un poco más grandes que los violines y un poco más
graves. Estos instrumentos tocan la sexta variación. El
acompañamiento lo realizan el viento madera y el viento metal. La
melodía conserva el perfil de las cuatro primeras notas, a pesar de
utilizar otros intervalos.
Los violonchelos cantan la séptima variación con una voz espléndida y
cálida. El acompañamiento lo realizan clarinetes, violas y arpa. La
melodía es descendente, bastante cromática y sincopada.
Los contrabajos, con sus voces pesadas y algo gruñonas, tocan la
octava variación.
El acompañamiento lo realiza el viento madera y la pandereta. La
melodía ascendente se desarrolla en grupos de tres notas, hasta que
llega a lo más agudo, donde hace un tema valseado, vuelve a bajar de a
tres notas y hace una escala final y un glissando.
El arpa tiene 49 cuerdas y siete pedales para modificar su tono. El arpa
toca la novena variación. El acompañamiento lo realizan las cuerdas en
trémolo, el gong y los platillos.
Comienza con las tres notas del tema en movimiento contrario. Acordes,
arpegios y glissandos.
La familia del metal es presentada con las trompas que constan de un
tubo de metal enroscado en círculo. Las trompas tocan la décima
variación. El acompañamiento lo realizan las cuerdas en trémolo, el
arpa y los timbales. Cuatro trompas en un tema de trompa de caza
(intervalos de 4ª justa ascendentes) que se transforma en un bloque que
vuelve a desdoblarse como al comienzo.
Las trompetas tocan la undécima variación. El acompañamiento lo
realizan las cuerdas y la caja. Un dúo de trompetas que se imitan, se
preguntan y se contestan.
Los trombones tienen una voz grave y metálica. La tuba aún más. Los
trombones y la tuba tocan la duodécima variación. El acompañamiento
lo realizan el viento madera y los metales agudos. Las tres primeras
notas del tema, pero en otra posición. Imitación entre trombones y
tuba. Al final, un pequeño canon.
Hay un número enorme de instrumentos de percusión. Primero los
timbales. El bombo y los platillos. La pandereta y el triángulo. La caja.
Las cajas chinas. El xilófono. Las castañuelas y el gong... y finalmente
el látigo.
La percusión toca la decimotercera variación: timbales, bombo y
4. platillos, pandereta y triángulo; caja y caja china; xilófono. Castañuelas
y gong; látigo. Toda la sección. El acompañamiento lo realiza la cuerda
al completo sobre un ostinato de sabor andaluz. El xilófono comienza a
esbozar el tema de la fuga siguiente. Empieza el timbal con un diseño
que recuerda al comienzo del tema. Los instrumentos de percusión se
van agregando hasta llegar al final de esta variación en la que toca toda
la sección.
Fuga sobre un tema de Britten basado en algunos rasgos del tema de
Purcell. Tras escuchar la orquesta por partes, ahora va a tocar una
fuga. Los instrumentos aparecen uno trás de otro, en el mismo orden de
antes, comenzando por el flautín. Al final, los metales tocan la hermosa
melodía de Purcell, mientras el resto (fagotes, las trompas, los
trombones y la tuba) interpreta la fuga de Benjamin Britten.
Píccolo, Saxo & Cía (1953)
Música de André Popp. Texto de Jean Broussole
Cuerdas frotadas: violines, violas, violonchelos (cellos), contrabajos
Cuerdas pulsadas: Arpa, guitarra
Saxofones: soprano, alto, tenor, barítono
Maderas: flautín (píccolo), flauta, oboe, clarinete, corno inglés, clarinete
bajo, fagot(e)
Percusión: bombo, tambor militar (redoblante), timbales, platillos
(címbalos), xilófono, triángulo, celesta, gong (tam tam), crótalos,
campanas tubulares (glockenspiel)
Metales: trompetas, trombones, trompas (cornos franceses), tuba
Piano