Juego tradicional colombiano

1. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACUTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INFANTIL
KAREN ANGÉLICA MARTÍNEZ SUÁREZ
20152187048
ANGIE KATHERINE CRUZ HERNÁNDEZ
20152187046
JUEGO TRADICIONAL COLOMBIANO: POLICÍAS Y LADRONES
JUEGO, TECNOLOGÍA Y CONOCIMIENTO INFANTIL
ORLANDO TORRES
BOGOTÁ 2017

2. JUEGOS TRADICIONALES
Dentro de los juegos tradicionales colombianos, los
juegos de persecución son juegos infantiles que gozan
de alta popularidad entre los niños de todo el mundo,
especialmente durante el recreo.
Policías y ladrones
El juego de policías y ladrones es una de las variantes más conocidas de estos juegos de
persecución (también denominada «polis y cacos», «pillo policía» «poliladrón» «rescate» o
«AYUDA» 《chapas y choros》). Consiste en dividir a los jugadores en dos grupos iguales.
Uno de perseguidores (denominado «policía») y el otro que huye (denominado «ladrón»).
Al ser atrapado un ladrón, es llevado a un lado del campo de juego en un lugar que se haya
designado previamente como la «cárcel». De ésta a su vez existen variantes donde los
ladrones pueden también atrapar a los policías, que los ladrones puedan liberar a los presos
o donde el jugador atrapado debe hacerse el muerto hasta que todos los de un grupo hayan
sido atrapados.
En España, Argentina, Venezuela y Uruguay se suele
llamar a este juego «poliladrón». El título de la serie
policial argentina Poliladron (los años noventa), hizo
referencia a esta variante del juego. Como dato
interesante, el nombre se acentuaba como grave
[poliládron] para darle un matiz estadounidense. En Perú
se le suele llamar "Policías y ladrones".
El juego de policías y ladrones se originó en Colombia en
los años 90, este juego es una mezcla entre el juego español Pilla pilla (o La llevas, nombre
colombiano) que su referencia histórica más antigua es del año 1982 en Alemania, conocido
como Axkenkan; y El escondite o Arrenaketan, nombre alemán del año 1972 (referencia
histórica más antigua).

3. Reglas
 No se pueden escapar de la cárcel sin
que lo hayan liberado.
 No arrojar ningún elemento cuando
estén en persecución.
 No empujar, ni golpear a las personas
del equipo contrario.
 No se puede hacer guardia a los presos
(perrito guardián).
 Los presos se liberan si algún integrante
de su mismo grupo le toca la mano.
 Se intercambian los roles cuando todos los ladrones estén presos.
Reflexión
El juego es más rico en experiencias y se hace más placentero para los niños, si este es
practicado en espacios diferentes a la casa, con niños y niñas de diferentes edades y sin la
vigilia o el acompañamiento de un adulto, asimismo ofrecerle al niño tiempo libre para jugar,
se vuelven aspectos importantes para el desarrollo social en el sujeto como también en su
manera de ver, y entender no solo el mundo que lo rodea si no también la cultura en la que
se encuentra, teniendo en cuenta que los espacios de la ciudad han de aprovecharse haciendo
de lado el miedo, que, naturalmente ha de sentirse en medio de una situación en la cual los
espacios de los niños son arrebatados y pensados por y para los adultos, con la propiedad
privada, personal e individualizada en el egoísmo de una sociedad, en donde el niño ha de
salir a la calle solo si cuenta con la compañía y vigilancia de un adulto.
Es pertinente reiterar y resaltar la importancia del juego libre de los niños, y el vivir las calles
de la ciudad, ya que son estas en donde van a ser sus primeras experiencias sociales, y
autónomas, tan necesarias en el sujeto para el vivir cotidiano.
Referencias:
 http://adigital.pntic.mec.es/~aramo/juegos/juego53b.htm
 https://es.wikipedia.org/wiki/Juego_de_persecuci%C3%B3n#Polic.C3.ADas_y_lad
rones
 En Belaunza: Referencia recogida en la Villa de barra, a Tomasa Beloqui Amiana
(natural de Belaunza), 53 años. El 13 de agosto de 1972.
 En St. Etiene de Biagorry- Biagorri (Bastida): Marcel Errotabehere, 72 años. Casa
Berroa. 5 de septiembre de 1982.
 Garmendia Larrañaga Juan. Juegos infantiles. Editorial Eusko Ikaskuntza, ilustrado
por Alemán Amundarain. 2007.