2. Robots con cerebro humano
La robótica dará un salto trascendental el día que el hombre descubra la forma en que funciona su cerebro, pero
tengamos en cuenta que no es una tarea sencilla si consideramos que se trata de una red de dimensiones inimaginables,
compuesta por 100.000 millones de neuronas, y cada una de ellas conectada con 1000 neuronas.
Si nos remitimos a los estudios realizados por neurólogos que se especializan en la investigación del cerebro humano, es
interesante saber que han llevado una tarea faraónica con el propósito de dilucidar la forma en que trabaja. En este
sentido, basta decir que hace 40 años atrás se conocía solo el 5% de lo relativo a su funcionamiento, mientras que
actualmente se conoce el 15%.
3. Como podrá darse cuenta, revelar como codifica y procesa la información en su conjunto todavía es un misterio que se
encuentra guardado bajo siete llaves en la complejidad misma del cerebro humano, y todo hace pensar que llevara su
buena dosis de tiempo. Mirándolo desde esta perspectiva, parece ser que la naturaleza se las ha ingeniado para crear
una maquina por demás compleja.
Es interesante saber que cada neurona se comporta como una pequeña computadora, y por tanto, el cerebro cuenta con
una enorme capacidad de procesamiento paralelo. Sin embargo, tampoco debemos perder de vista que el
funcionamiento biológico del cerebro humano es muy lento cuando se lo compara con la velocidad electrónica de las
computadoras. En términos generales, la discrepancia radica en que las computadoras cuentan con un único procesador
que trabaja a velocidades asombrosas, mientras que el cerebro humano tiene millones de neuronas que trabajan en
forma paralela, intercomunicándose unas con otras.
Nuestra curiosidad natural nos lleva a preguntarnos ¿Podrá una computadora alcanzar al cerebro humano? Se estima
que de aquí a varias décadas las computadoras alcanzaran la capacidad de procesamiento del cerebro humano. A partir
de entonces, existirá el hardware necesario para simularlo.
Otra epopeya que tendremos que afrontar tiene que ver con descifrar la forma en que las neuronas codifican la
información dentro del cerebro humano, y desde luego, habrá que copiar ese método de funcionamiento en el cerebro
electrónico.
Sin ir mas lejos, es bueno saber que ya existe un ambicioso proyecto denominado Blue Brain, el cual pretende simular la
capacidad de procesamiento del cerebro humano para antes del año 2015. Esta epopeya sería posible mediante una
gigantesca computadora que en su interior incluirá miles de procesadores trabajando en forma paralela. Gracias a este
enorme poder de cálculo, estaríamos en condiciones de simular el funcionamiento de cada una de las 100.000 millones
de neuronas que posee el cerebro humano. Además, es bueno saber que no solo se trata de una megacomputadora
construida por IBM, el proyecto también incluirá un variado pelotón de investigadores que abarca desde especialistas en
computación, hasta neurólogos especializados en el funcionamiento de las neuronas.
Tampoco debemos pasar por alto que esta gigantesca computadora del año 2015, podría llegar a ser equivalente a una
PC hogareña del 2040, y a este nivel ya estará divisando a donde quiero llegar.
Otro aspecto a considerar es que el futuro traería consigo tecnologías más poderosas, lo que implica que los
procesadores de silicio dejarían de ser planos para dar paso a una nueva generación de procesadores cúbicos. Esto
significa que tendrían forma tridimensional, además de emplear materiales más nobles y miniaturizados como bien
podrían ser los nanotubos de carbono. Todo esto se traduciría en miles de procesadores que trabajan en forma
cooperativa.
Avanzando un escalón mas hacia el futuro, estos procesadores podrían disponer de una estructura organizativa similar a
las redes neuronales del cerebro humano, y seria un gran avance porque evitaría tener que diseñar costosos software de
inteligencia artificial. Para que se entienda mejor, estamos hablando de un procesador que en si mismo seria una replica
electrónica del cerebro humano. Es así, como a las bondades de la mente humana se sumarian las cualidades de la
electrónica, que se plasman en velocidades instantáneas y una memoria sin límites.
Otra cuestión que debemos considerar es que para crear un robot con cerebro humano será necesario idear un software
4. que oficie de traductor de estímulos. Esto es así porque el cerebro del hombre recibe información de sus sentidos (vista,
olfato, gusto, tacto), y como bien sabemos, se trata de sentidos biológicos, mientras que el robot recibirá estímulos
artificiales que le llegan de las imágenes de video, micrófonos, piel artificial, y por estas razones será necesario traducir
las imágenes de video para que estén en un lenguaje compresible al cerebro neuronal del robot. Recordemos que el
robot tendrá un cerebro electrónico que funciona a imagen y semejanza del cerebro humano.
Del mismo modo, se crearan software de traducción para que las órdenes del cerebro sean traducidas a señales
electrónicas, por ejemplo para dar movimiento a los músculos artificiales del robot.
Con el propósito de profundizar un poco más en el tema de los robots con cerebro humano, a continuación les
responderé las preguntas más usuales que presumo se hará el lector.
¿Tendrán vida propia? El sentido común nos dice que llevara una buena dosis de tiempo resolver los aspectos técnicos
antedichos, pero una vez solucionados tendríamos un robot con cerebro electrónico que emula el funcionamiento de las
neuronas. Por supuesto que esto implica que se comportaran como seres humanos, y por lo tanto serán capaces de
experimentar emociones reales, como el amor, o el enfado. Tampoco debemos perder de vista que tendrán conciencia
del mundo exterior que los rodea, esto equivale a decir que querrán gozar de los mismos derechos que tenemos los
seres humanos, y desde luego que les concederemos esas libertades. Me refiero a derechos como el trabajo, la
posibilidad de viajar, o de vivir en pareja, además de planificar su existencia tal como lo hace cualquier ser humano.
¿Cómo serán sus sentidos? Partimos de la base que los robots tendrán una visión electrónica que se vale de cámaras
muy sensibles, es así como se beneficiaran de un sentido de la vista muy desarrollado. Esto implica que podrán realizar
una ampliación de las imágenes “zoom” apreciando detalles que son indistinguibles para el ojo de cualquier ser humano.
No es poca cosa si consideramos que esta cualidad les permitiría ver a la distancia; basta decir que podrían leer la letra
chica de un cartel publicitario que se encuentra a 100 metros de distancia, sin pasar por alto que también podrían
analizar superficies microscópicas.
Dejándome llevar por la imaginación de lo que es tecnológicamente posible, serían capaces de evaluar los diferentes
espectros de luz, y entre ellos el infrarrojo. Lo anterior implica que podrán ver en la oscuridad, además de detectar
fuentes de calor, campos energéticos, y campos magnéticos. Para darnos una idea de su utilidad, basta decir que
cuando el robot vea un objeto, líquido, o mancha, podría decirnos de que sustancia, o material se trata, desde luego que
para que esto sea posible contara con una base de datos donde memoriza el color que tienen los diferentes materiales
en cada espectro de luz.
Tampoco debemos pasar por alto que los robots se beneficiaran de un sentido muy refinado del oído y olfato. Con
sensores como estos, queda claro que tendrán una percepción muy refinada de la realidad, algo que les permitirá
distinguirse en muchas profesiones.
5. La pregunta que se hace todo el mundo es ¿Llegaran a superarnos? A medida que el hombre vaya descifrando el
jeroglífico que le entraña su propia biología, también comenzara a desarrollar inteligencias sintéticas equivalentes, y mas
tarde sus creaciones lo superaran. Por raro que nos pueda llegar a resultar, esto es algo que esta impreso en la semilla
de la evolución misma.
El hombre será capaz de crear robots superinteligentes, esto es posible mediante un cerebro electrónico que emula el
funcionamiento neuronal. Pero, la diferencia radica en que incluirán muchas más neuronas, además de funcionar a
velocidades infinitamente superiores a las del cerebro humano.
Para darnos una idea de lo que podría ofrecernos la tecnología del futuro, alcanza con decir que la cantidad de neuronas,
y su capacidad de procesamiento paralelo, podrían ser equivalentes a la sumatoria de 1.000 cerebros humanos. Ahora
bien, con capacidades como estas, tan solo imaginemos el grado superlativo de inteligencia y creatividad que podrían
alcanzar estos robots. Tampoco debemos perder de vista que este gran cerebro estaría conectado a Internet en forma
inalámbrica, lo que se traduce en un cerebro con saberes universales y capacidad de comunicación telepática.
Añadámosle un disco duro con miles de Gigabytes, y el robot gozara de una memoria infinita.
¿Podrán autoreplicarse los robots? También podrían crearse robots que se autoreplican a si mismos. En este aspecto,
imaginemos una industria que se dedica a construir robots, y para conseguir este fin, se vale de sus mismos robots como
mano de obra para fabricar los nuevos modelos. Ahora bien, tengamos en cuenta que para lograr la autorreplicación,
estos robots tendrían un conocimiento que los capacita para crear y armar sus propios componentes. Por supuesto que
también contaran con un conjunto de herramientas, maquinas y materiales necesarios para la creación de los nuevos
modelos. Tampoco debemos perder de vista que los robots tendrán la capacidad de innovar y hacer uso de su
creatividad, y se trata de una gran virtud si consideramos que les permitirá crear nuevas generaciones de robots, que
obviamente, serían más capaces e inteligentes que las versiones anteriores.
¿Podrán crearse robots que suplanten a humanos? Si, en el futuro lejano esto también podría ser posible. Paso a
explicarles en que consistiría todo esto, partimos de la base que en aquellos tiempos del futuro lejano ya existirán
escáneres tridimensionales que sean capaces de escanear el cerebro humano, lo que implica identificar las neuronas y
su relación tridimensional entre ellas. A partir de entonces, esa estructura neuronal podría ser llevada a un software de
inteligencia artificial que se vuelca en el robot.
Para ser mas concreto les mostrare su campo de aplicación: supongamos que una familia decide guardar una copia
escaneada de la estructura neuronal de sus cerebros, algo que seria de gran utilidad cuando alguno de ellos deba
ausentarse del hogar. Mirándolo desde esta perspectiva, la madre podría salir a trabajar, y sustituirse a si misma
mediante el robot del hogar. Ahora bien, para que esto sea posible, insertaría un disco en la lectora del robot, y a partir
de entonces, el robot asumiría el rol de ella, lo que implica comportarse como ella, hablar como ella, y razonar como ella.
En este sentido, no nos olvidemos que se trataría de una copia cerebral de la persona que se ausento.
Avanzando bastante mas en la maquina del tiempo podríamos encontrarnos con robots capaces de leer el código
genético de las personas. Paso a explicarles en que consistiría todo esto: estamos hablando de insertar un disco con
6. información de ADN, o acercar a un escáner una muestra de piel, todo esto para que el robot lea el código genético de
esa persona y calcule su evolución neuronal y física. A partir de entonces, el robot asumiría el rol de esa persona, lo que
implica pensar y reaccionar como ella.
En aquellos remotos tiempos del futuro, mucha gente podría comprar discos que almacenan el código genético de
personas sabias, famosas, carismáticas, o bellas, todo esto con la intención de instalarlo en el robot de su hogar y tener
una replica de tales personalidades. Pero hay mas sorpresas, si pensamos que en el robot también podrían configurarse
ciertos parámetros como la edad, o algunos aspectos sociales, culturales y familiares de la persona a emular. Por
ejemplo, nos podría interesar que el robot sea una replica de Arnold Schwarzenegger, pero a la edad de cinco años.
Llegando aun mas lejos, el robot podría emular el comportamiento de otros seres vivos. En este sentido, bien podríamos
ingresar el código genético de una mascota con el propósito de que se comporte como ella.
A estas alturas, es posible que algún que otro lector comience a pensar que el autor se ha remontado demasiado lejos en
sus anticipaciones futuristas. Pero, tratándose de un libro que habla del futuro, siempre es bueno llegar hasta el más
extremo de todos los extremos. Nuevamente, debo decirles que estos avances no se darán en la próxima década,
estamos hablando del futuro lejano, lo que implica ir bastante mas allá del siglo XXI.
Robots nanotecnológicos
En el mundo microscópico de lo infinitamente pequeño, la nanotecnología nos promete aplicaciones increíbles, una de
ellas esta relacionada con la construcción de nanorobots que serian capaces de manipular la materia. Mi opinión se
centra en que estos nanorobots serán ejércitos que trabajan en un mundo microscópico al servicio del hombre.
Es curioso cuando uno se detiene a pensar que los robots del futuro lejano también podrían hacer uso de estos
enjambres de nanorobots con el propósito de manipular la materia de su cuerpo, lo que les permitiría comportarse como
una plastilina animada que adopta formas diversas. Por ejemplo, a la hora de satisfacer las necesidades de sus dueños,
el robot se transformaría en un sillón, luego en dos mascotas cibernéticas, o si llegan visitas, bien podría convertirse en
cinco computadoras portátiles. Queda claro que estas diminutas maquinas serán capaces de mover los átomos y
moléculas para manipular la materia, y es así como tendríamos robots multifuncionales, además de indestructibles.
Es interesante saber que los nanorobots también serian de suma utilidad para llegar hasta las entrañas del mismísimo
cerebro humano. Estando allí, bien podrían crear circuitos electrónicos que interactúan directamente con las neuronas.
Paso a explicarles las ventajas, estos circuitos permitirían incorporar una memoria prodigiosa, además de tener acceso a
7. Internet mediante señales de radio. Tengamos en cuenta que esta última posibilidad haría viable la telepatía, o el acceso
natural a mundos de realidad virtual.
Como podrán imaginarse, en el futuro tendríamos a miles de estos nanorobots viajando por el torrente sanguíneo, su
tarea consistiría en reparar las funciones dañadas del cuerpo humano, también serían de utilidad para revertir el
envejecimiento, y lo más anecdótico es que ayudarían a mejorar nuestras capacidades físicas y mentales. Mirándolo
desde esta perspectiva, el hombre comenzara a fusionarse con las bondades nanotecnológicas, y es así como nos
tornaríamos más artificiales.
Es interesante saber que en las computadoras se dará el fenómeno inverso, estamos hablando de que comenzaran a
copiar mecanismos de la mente humana. Desde luego que esto implica incorporar una pincelada cada vez mayor de
humanidad.
Para redondear la idea, bien podríamos sintetizar diciendo que las computadoras tenderán a humanizarse, mientras que
los seres humanos nos tornaremos más artificiales. Bajo este escenario, las fronteras que separan lo natural de lo
artificial, comenzaran a desdibujarse; para ese entonces, no podremos distinguir con certeza de que lado estará cada
uno.
Como podemos deducir, la nanotecnología esconde un potencial realmente fascinante, pero también debo reconocer que
se trata de una disciplina muy compleja, y estamos hablando de una complejidad como nunca antes se vio en la historia
tecnológica. Todo esto nos dice que sus grandes logros se verán más allá del siglo XXI.
Robots soldados
La tecnología no es ni más, ni menos, que un reflejo de los valores que maneja el ser humano, esto implica que en
muchas ocasiones se la emplea para mejorar la calidad de vida, mientras que en otros aspectos se la usa con fines no
tan nobles. Como podemos inferir, la robótica tampoco escapara a esta filosofía del bien y del mal, de manera tal que
también se la emplearía en los campos de batalla del futuro.
¿Cómo comenzara todo esto? Para ser mas concreto estamos hablando de robots soldados dirigidos a control remoto
desde un centro de monitoreo. A la distancia, recostado en un cómodo sillón, el controlador humano podrá dirigir desde
el monitor, a su robot soldado, tal como si estuviese en un video juego. Es así como el robot recibirá órdenes para
avanzar hacia una determinada dirección, o disparar a objetivos que el controlador visualiza en pantalla. Ahora bien, para
que esto sea posible, los robots tendrán cámaras de TV que hacen llegar sus imágenes hasta el centro de monitoreo
remoto.
8. Avanzando un escalón más hacia el futuro, los robots soldados serían totalmente autónomos. Estamos hablando de
robots capaces de defender el terreno, identificar al enemigo, perseguirlo y disparar, todo esto en forma autónoma.
Es interesante saber que estos robots soldados tendrían grandes ventajas si los comparamos con los seres humanos, en
este sentido habría que empezar por decir que no requieren descansar. Tengamos en cuenta que tampoco se alimentan.
Bueno, en realidad, debo admitirles que su alimento consistiría en un cambio de baterías recargadas.
Ahora bien, en caso de que sean “heridos”, si es que se lo puede llamar de este modo, bastara con un cambio de piezas.
Esto implica que los robots soldados nunca morirían, menos aun eso de andar cobrando sueldos, o pensiones
posteriores a la batalla. Como podemos advertir, son muchas las ventajas que ofrecen los robots soldados.
A todo esto, cabe la reflexión ¿Llegara el día en que los países peleen las guerras con robots? En verdad, seria algo muy
beneficioso si pensamos que una guerra batallada entre maquinas evitaría las lamentables perdidas de vidas humanas,
por supuesto que lo ideal seria que no haya guerras.
Pero aclaremos que la tecnología militar no solo se limitará a crear robots soldados, ya que también existirán vehículos,
tanques, aviones y barcos, todos ellos conducidos a la distancia por medio de pilotos humanos que se encuentran en un
centro de control remoto. Sin ir mas lejos, basta decir que en la actualidad ya existe una amplia variedad de aviones
espías no tripulados. Estamos hablando de aeronaves que cuentan con grandes ventajas si consideramos que al ser
derribadas no disponen de tripulantes de modo tal que no comprometen la identidad del país que los envió.
Avanzando un escalón mas hacia el futuro, mucha de esta maquinaria bélica comenzara a ser guiada desde centros de
cómputo automatizados, me refiero a computadoras que coordinan todas las operaciones militares del campo de batalla.
Como podemos imaginar, se trataría de centros de computo capaces de coordinar los pelotones de robots soldados,
aviones, barcos, y cualquier otro tipo de maquinaria bélica, todo esto como si se tratase de un tablero de ajedrez que es
movido por la inteligencia sagaz de una megacomputadora. Si de ventajas se trata, esta automatización ofrecería una
velocidad de respuesta instantánea, y lo hará con muy poco margen de error si consideramos que tendrá una visión de
conjunto y se apoyara en la eficiencia de las matemáticas.
Cambiando de tema, también es interesante indagar sobre lo que nos depara el futuro en materia de vestimenta militar.
Basta decir que en los centros de investigación ya se esta trabajando con la intención de crear prendas de batalla
inteligentes. Paso a explicarles, las investigaciones apuntan a crear trajes con una pequeña computadora incorporada,
estamos hablando de un traje que también incluirá sensores que permiten realzar la percepción de los sentidos, como
bien podría ser la visión infrarroja nocturna, algo que ayudaría a que el soldado pueda ver con claridad durante la noche.
Otra función de la vestimenta consistiría en regular la temperatura interior del traje para que el soldado no sufra las
inclemencias del clima. Ahora bien, en caso que el soldado fuese herido, el traje tendrá la inteligencia para detectar la
situación, y es así como procedería a aplicar las primeras medicinas. Desde luego que también llamaría por ayuda al
centro de rescate, esto ultimo valiéndose de un equipo de comunicaciones que estaría incluido en la prenda. Como
hemos podido apreciar, se trata de un proyecto ambicioso sobre el que actualmente se encuentran trabajando los centros
de investigación militar de Estados Unidos.
9. Otro ámbito sobre el que se batallaran las guerras será el cibernético, en este caso estamos hablando de hackers
soldados que hacen sus maldades desde computadoras conectadas a Internet. ¿Cómo podrá ser posible todo esto?
Bueno, en este sentido hay que empezar por decir que en el futuro cada vez mas funciones estarán controladas por
computadoras. Lo cierto es que ellas estarán automatizando una buena porción de las cosas, de modo tal que la guerra
cibernética buscara afectarlas.
Bajo estas circunstancias, los adversarios buscaran deteriorar el normal funcionamiento de todo aquello que este
gobernado por computadoras, y esto se aplica a una amplia variedad de rubros, que van desde centrales de
comunicaciones, hasta centrales energéticas. De la misma manera se buscara entorpecer los centros que controlan el
transito aéreo y terrestre.
Tengamos en cuenta que los hacker soldados también se especializaran en espiar y descifrar las comunicaciones de su
rival, del mismo modo intentaran corromper las bases de datos de su oponente.
En el aspecto puramente militar, buscaran anular el normal funcionamiento de los radares, también satélites, además de
la trayectoria de los aviones autónomos y misiles. Como podemos imaginar, son variadas las posibilidades que propone
la guerra cibernética.
A estas alturas, es posible que algún lector piense que pasara mucho tiempo para que lleguemos a ver estas realidades,
sin embargo no debemos perder de vista que ya comienzan a darse algunos indicios de estas ciberincursiones. Alcanza
con recordar un incidente ocurrido en junio del 2007 cuando funcionarios de Washington denunciaron ante los medios de
comunicación que la red del Pentágono había sido traspasada por hackers del ejército Chino. Según transcendió, se trato
de una intromisión que logro colapsar el sistema informático al que accedía el ministro de defensa. No es poca cosa si
consideramos que unas 1500 computadoras tuvieron que ser desconectadas.
En fin, todo esto nos esta revelando que las hostilidades cibernéticas ya comienzan a ser parte de nuestro mundo actual.