Este documento presenta información biográfica y sobre la obra del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer. Explica que nació en 1836 en Sevilla y fue uno de los últimos poetas románticos españoles. Sus obras más destacadas fueron las Rimas, poemas cortos sobre el amor y la muerte, y las Leyendas, relatos cortos con elementos fantásticos. Bécquer vivió en la pobreza y murió en 1870 a los 34 años.
1. “Con los ojos de la fe encontramos a Jesús luz del mundo”
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Integrantes:
Anahí Rivera Torres. N° 01
Anabel Rivera Vásquez. N° 02
Esthefany Rodas Alcántara. N° 04
Xiomara Rodríguez Torres. N° 05
Andrea Bertha Rojas Rioja N° 06
Marialejandra Rosas Puicón. N° 09
Mayra Ruiz Bravo. N° 11
Pierina Suarez Roggero. N° 35
Profesora:
Magaly Zúñiga.
Colegio:
Nuestra Señora Del Rosario.
Año y Sección:
3° “G”
Curso:
Comunicación
Tema:
Gustavo Adolfo Bécquer.
2013
Institución Educativa
“Nuestra Señora del Rosario”
Dominicas de la Inmaculada Concepción
2. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Es el último de los poetas románticos. Su poesía tiene el encanto y la dulzura de lo
que nace espontáneamente del corazón. Espíritu sensible, percibe el latir de otros
mundos de misterio que trasciende las realidades tangibles.
Cuántas lágrimas habrán derramado las generaciones anteriores y seguirán
derramando las que vienen, sobre sus versos hechos de amor y de tristeza.
Gustavo Adolfo Bécquer es el más grande de los poetas románticos españoles y uno
de los más importantes prosistas castellanos. Sus Rimas por su parte, y sus leyendas,
por otra, han alcanzado incontables ediciones. A través de los años. La obra
Becqueriana sigue teniendo la vigencia de las obras eternas.
Biografía
Su nombre completo era Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, nació el 17 de febrero
de 1836 en Sevilla. Fue un Poeta español. Descendiente de nobles holandeses
afincados en esa ciudad en el siglo XVI. Hijo de un célebre pintor del costumbrismo
sevillano y hermano de otro, Valeriano. Bécquer era el segundo apellido de su padre,
quedó huérfano a los diez años Estudió en el colegio de San Antonio Abad, para luego
pasar a tomar la carrera náutica en el colegio de San Telmo. Vivió su infancia y su
adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura.
En 1854 después de quedarse huérfano se traslada a Madrid. Intentó dedicarse a la
pintura y estuvo sirviendo de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde
su habilidad para el dibujo era admirada por sus compañeros, pero fue motivo de que
fuera cesado al ser sorprendido por el Director haciendo dibujos de escenas
de Shakespeare.
Continuó en Madrid con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no
le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue
un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo
de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero,
principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna,
adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
Decide dedicarse a la literatura y sufre la pobreza mientras colabora en periódicos de
poca categoría. Posteriormente entra en "El Contemporáneo" donde publicó crónicas
sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi
celda que reúne nueve cartas escritas para el periódico El Contemporáneo publicadas
entre mayo y octubre de 1864.
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de
una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biógrafos
se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su
hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y
conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de susRimas, aunque
durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con
3. quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que
habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo
tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la
compañía de su hermano Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la
mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas
literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una
temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi
celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
En ese mismo año consiguió un cargo muy bien pagado, censor oficial de novelas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el
empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas
y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en El museo
universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo
abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el
manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue
saqueada durante la revolución de 1868. De nuevo en Madrid, fue nombrado director
de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como
dibujante.
El fallecimiento de Valeriano, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al
poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus
originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses
después del de Valeriano.
Gustavo Adolfo Bécquer falleció el 22 de diciembre de 1870 a causa
de tuberculosis agravada por una profunda depresión.
Obras:
EN VERSO
“Rimas” (1868)
La poesía becqueriana transmite entusiasmo y emoción con un estilo sencillo que da
cabida a sentimientos de desesperanza.
EN PROSA
“Cartas desde mi celda” (obra escrita en el monasterio de Veruele(Zaragoza),
cuando se enclaustró voluntariamente por un corto tiempo).(Son nueve en
total)
4. LEYENDAS incluye títulos como:
“Rayo de luna”
“Los ojos verdes”
“Maese perez, el organista”
“La rosa de pasión”
“El miserere”
“La cruz del diablo”
“La creación”
“La ajorca de oro” “Tres fechas”
“El Cristo de la calavera”
“El monte de las animas”
“La venta de los gatos”
“El caudillo de las manos rojas”
“El apoyo de la luna”
“La cueva de la mora”
“La promesa”
“El beso”
Teatro
“La novia y el panteón”
“La venta encantada”
“Las distracciones”
“La cruz del valle”
“Tal para cual“
Apreciación Crítica:
Sobreponiéndose al duro oficio de escritor que le tocará vivir, Bécquer legó para la
historia de sus famosas “Rimas”. Así mismo y en una prosa marcadamente elegante,
un imaginativo conjunto de relatos: “Las Leyendas”. Se conocen ahora sus cartas
escritas en el retiro del monasterio de Veruela: “Desde mi celda” y sus “cartas a una
mujer”, reflexiones sobre el arte de la literatura. Ocurre a veces que con cierta prisa se
valoran las obras del romanticismo español, sobre todo las “Rimas”, sin tener en
cuenta el espíritu de la época que los inspiraron. Recordemos a mediados del siglo
pasado cuando la poesía española tenía un registro pomposo, grandilocuente y
monocorde, surge la palabra Becqueriana: limpia, transparente, fina, íntima y delicada.
Época Resurgimiento
Movimiento Literario Romanticismo
Género Literario Lírico, Narrativo (Leyendas)
Nombre Completo Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida.
Las Rimas:
5. Suman un total de ochenta y seis composiciones.Son composiciones de extraordinaria
calidad de corta extensión y cuya temática por lo general es el amor, el dolor, la
muerte, el misterio, el olvido, la soledad. En 1868,”temiendo que pronto tendría que
hacer la maleta para el gran viaje”, Bécquer copia en un manuscrito todas sus rimas:
sesenta y nueve composiciones breves, escritas desde su llegada a Madrid. El Libro
se abre con dos poemas que resultan verdaderos estallidos de inspiración: el título “A
Elisa”
“Para que los leas con tus ojos grises
Para que los cantes con tu clara voz
Para que llenen emoción tu pecho
hice mis versos yo”…
Los motivos que inspiraron las rimas se encuentran en la vida de Bécquer, autentica
alternancia de risas y lágrimas. Dos mujeres señalaron su vida, Julia Espín, de cierto
relieve social y por tanto fuera del alcance del poeta, y Casta Esteban, su esposa real.
Pasiones ambas que le dieron alegrías y penas, esperanzas y desesperanzas, amor y
odio: estos momentos serían trasladados a las rimas, que desde el primer verso hasta
el último acusan el paso de las sombras de ambas mujeres. La ilusión definitiva a esta
presencia, se halla en una rima que en el manuscrito aparece tachada por dos
gruesos trazos, debidos al pudor de una confesión que calaba hondo en su vida:
“Una mujer me ha envenenado el alma,
Otra mujer me ha envenenado el cuerpo,
Ninguna de las dos vino a buscarme,
Yo de ninguna de las dos me quejo.”
La poesía es trasunto de su vida, y su vida se halla convertida en sinsabor y
estrechez, así las rimas resultan desahogos del corazón: todos los sentimientos del
hombre, alegría y tristeza, celos y goce reposados, amor y odio, optimismo y hastío,
son arrastrados hacia el arte por la musa de Bécquer que identifica poesía con belleza
femenina en cuatro versos.
“¿Qué es poesía? Dice mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú…”
La incompatibilidad de caracteres de los dos amantes fue definitivamente señalada
versos sencillos grabados casi a fuego:
“Tú eres el huracán y yo,
La alta torre que desafía su poder;
Tenías que estrellarte o abatirme;
6. ¡No pudo ser!”
El amor, es el amor lo que informa toda la poesía toda la poesía de Bécquer que se
traduce en ocasiones en momentos de efusión. Pero es en el dolor en donde Bécquer
alcanza las cimas de su expresión amorosa; dolor que adopta tres formas: la
resignación, como en: “hoy como ayer… mañana como hoy…”, “cuando volvemos las
fugaces horas”; la melancolía, profunda y soñolienta: “Antes que tú me moriré:
escondido…” “Los suspiros son aire, y van al aire”; y en grito de desesperación, en
sollozos, en alaridos que son la escena más íntima de Bécquer.
Esta búsqueda en un mundo irreal donde el amor no doliese, donde la realidad
quedase abotagada por el sueño queda expuesto en varias rimas.
Mundo que, evidentemente fue habitado por el poeta en su extremo dolor. El otro gran
tema de la poesía becqueriana se refiere a la eternidad de la lírica que alcanza en esta
serie de rimas, alturas no conocidas por el castellano; tan desnudo, tan sincero, tan sin
artificios se muestra.
El proceso de creación del poeta fue expuesto por el mismo en el prólogo as su rima:
“Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los
extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de
palabras. Son creaciones sin número a los cuales ni mi actividad ni todos los años que
me restan de vida serían suficientes para dar formas”. Dentro de la lírica romántica
española, Bécquer es el primer poeta, el que mayor contenido lirico y humano legó en
su obra. La sencillez, la naturalidad, la autenticidad, la contención de los sentimientos,
el misterioso fluido que impregna cada verso, esa musicalidad propia solo de Bécquer
con sus características, las únicas que pueden explicar por qué una poesía que a
primera vista parece fácil alcance resultados tan magníficos.
Las Leyendas:
En la prosa, Bécquer continúa siendo el dulcísimo poeta. Son sus melodías, leyendas,
veinte en total, las que destacan la virtud mágica de sus fantasía.
Entre las leyendas más reconocidas de Bécquer tenemos:
La Ajorca de Oro,
El Miserere
Corza Blanca
El Monte de las ánimas