El documento describe el perfil y la identidad del profesor de religión. Señala que su misión es proponer la figura de Jesucristo y dar testimonio de las enseñanzas de la Iglesia. También destaca los obstáculos a los que se enfrentan, como la falta de valoración de la asignatura y recursos limitados. El profesor debe ser una persona de fe con un proyecto de vida centrado en Cristo para poder enseñar de manera creíble.